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Mi prima, mi futura esposa
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Tiempo de lectura: 5 minutos

Me llamo Mike tengo 22 años,  bien para empezar tienen que saber dos cosas, la primera es que tengo una experiencia sexual bastante grande para mi edad, no es que sea un don Juan, pero tenía unas cuantas amigas con derecho con las que jugaba regularmente, lo segundo es que mi prima Silvia y yo siempre hemos tenido una relación rara, siempre fuimos malos con el otro hasta que maduramos un poco y empezamos a llevarnos bien, después de unos años nos volvimos muy unidos.

Ella tenía la costumbre de sentarse encima mío, dicho así pensarían que desde ahí todo se torció, pero en realidad durante años lo sentí como algo normal e inocente, algo que harían dos amigos del sexo opuesto, pero después de que ella empezara la universidad algo cambió, no me di cuenta hasta después de unas semanas.

Cada vez que ella me veía se ponía "rara" era una mezcla entre el comportamiento normal que tenía, el de una persona enojada que quería desquitarse con alguien y el comportamiento de alguien emocionado, ella seguía sentándose en mis piernas y como digo en su momento no lo noté pero… lo hacía… distinto, como si se enfocara en que nuestros sexos estuvieran uno encima del otro, se ponía más tensa, pero a la vez la veía feliz.

Se empezó a interesar más en mi vida amorosa quería saber si tenía novia, como era, que edad tenia, si era algo serio etc. Cosas que le preguntaría una hermana a su hermano por el placer del chisme, la verdad le era muy honesto y aún sigo siéndolo con ella, le contaba todo, pero más tarde me enteraría que le interesaba algo más que el simple chisme.

A veces la veía distante de mí, así que de vez en cuando la dejaba sola, solo para que posteriormente en tono de broma me reclamara de no hablarle, otras veces era lo normal llegaba a mi casa e iba a buscarme a mi cuarto, charlábamos, veíamos películas, nos quejábamos de lo horrible que era el profesor de química, cosas normales.

Solo que se ponía en poses un poco más atrevidas se acercaba un poco más de lo normal, incluso se quedaba más tiempo conmigo, la verdad no me molestaba eso me gustaba estar con ella, no sentía el tiempo cuando estábamos juntos supongo que en ese momento tampoco sabía cuáles eran mis verdaderos sentimientos hacia ella.

Un día habíamos recibido vacaciones de medio año, había planeado salir con unos amigos durante el medio mes que estábamos libres, dos días antes de que me fuera de naciones ella llego a mi departamento al cual apenas me había mudado, paso lo de siempre estuvimos la tarde juntos, fue una buena tarde, fue tan buena que para cuando nos percatamos eran más de las 8 de la noche, le dije que iba a ir a dejarla a su casa, pero ella me propuso un poco apenada que la dejara quedarse a dormir (verán ella es 2 años menor que yo sin embargo se independizó un poco antes que yo.

Resulta ser que aunque a mí no me importaba estar solo, ella siempre ha sido el tipo de persona que se deprime en soledad, yo lo sabía así que entendí el motivo y pensé que sería divertido que se quedase en mi casa. Le dije de broma que hacía tiempo no teníamos una pijamada, ella se puso roja como un tomate, pero se rio también le ofrecí mi cama y yo dormiría en el sillón, ella se opuso y dijo que mejor durmiéramos juntos, no sé porque, pero la idea me puso cachondo al instante. Le dije que estaba bien mientras me regañaba a mí mismo por sentir eso.

Después de hacer algo de comer fuimos a mi cama y seguimos viendo series mientras nos cubríamos con las cobijas y apagábamos las luces, no sé cuánto tiempo pasó, ni siquiera recuerdo la serie que veíamos, nos perdimos charlando durante dos horas.

Para este punto yo no tenía sueño y se veía que ella tampoco, de repente empezamos con una guerra de cosquillas, fue algo nostálgico, ella terminó encima de mi, nos reímos auténticamente durante unos segundos para luego vernos de manera tierna, supongo que sin saber nada compartíamos un sentimiento recíproco de amor prohibido.

La blusa que ahora funcionaba como camisón para dormir le quedaba algo grande, gracias a la poca luz que había pude ver su silueta a través de la tela, siempre supe que tenía una figura que a cualquier hombre lo pondría duro al instante, pero resultó estar aún más buena de lo que pensaba.

Ella se acerca a mí y me da un beso en los labios, tardé unos segundos en reaccionar, por alguna razón no me sorprendió, pero me costó procesarlo ella inmediatamente me pidió disculpas, pero yo la interrumpí sobando su cabello, sabía que no estuvo bien, pero simplemente quería que se repitiera.

Le dije que no se preocupara, que entendía que solo fue un sinsentido.

Decir eso pareció molestarle y herirle, yo estaba confundido, le pregunté que pasaba.

-¿Un sin sentido, Mike? eso es para ti.

-Perdona, pero estoy confundido.

-Pensé que era algo obvio.

-¿El qué?

Ella se echó a llorar, la verdad no sabía que hacer así que simplemente la consolé y le dije que podía hablarme de cualquier cosa.

-No de esto, no quiero que me odies.

-No puedo odiarte Silvia, eres la persona en la que más confío y la que más amo en este mundo.

No sé de donde salieron esas palabras, simplemente lo dije sin pensar, esas palabras parecieron impactarla.

-En serio es así?

-Perdona no quise que sonara de esa forma.

-Yo si quiero que suene de esa forma.

Me quedé en silencio.

-Me lo estuve cuestionando, pensando que quizás era una etapa natural o algo pasajero… pero estoy segura de que no es así -entre lágrimas- siento, dios me siento tan mal de verte así, de quererte así, de desearte así, por favor no me odies pero estoy tan enamorada de ti, y no sé qué hacer, me siento tan sucia y estúpida.

La abrazo y pongo mi cabeza sobre sus hombros, intentando hacerle saber que no me molestaba, la calentura paso a segundo plano, estaba confundido, tenía sentimientos encontrados y no sabía que decir, era la primera vez que veía a esta chica como alguien con quien pudieras tener algo más que una simple relación de primos.

-No eres sucia ni estúpida, la verdad no sé qué decirte pero… si estas segura de lo que sientes yo no me molestare si quiere…

Ella se lanzó encima mío y empezó a besarme, era diferente, era un beso lujurioso pero a la vez tierno y romántico. Yo no me contuve y le correspondí.

Nos sacamos la ropa y… tuvimos la mejor noche de nuestras vidas. Después de estar casi totalmente desnudos le pregunte.

-Estas segura de esto?

Ella solo me miro alegremente y me susurro al oído "si" mientras me devoraba el cuello a besos.

Le saque lo poco que le quedaba de ropa y se lo metí con cuidado, no quería lastimarla. A pesar de ser suave empezó a tener contracciones y a gemir ligeramente mientras le terminaba de meter mi miembro.

-Soy tuya, siempre seré tuyo Mike

-Te amo Silvia

-Yo también te a…

Empecé a moverme a un ritmo normal dentro de su vagina, esto fue suficiente para que soltara los gemidos más dulces y fuertes que eh oído en mi vida.

-Sigue, por favor sigue y hazme tuya. Haz feliz a tu prima por favor, dámelo todo

-Te gusta esto? -le pregunto mientras empiezo a mamar sus pezones y la acerco a mi agarrando su cintura firmemente pero con delicadeza.

-Si me encanta, no pares de cogerme como la perra que soy

-Me encanta como te mueves Silvia, creciste mucho -le susurro- su vagina empieza a tener contracciones y siento sus piernas temblar mientras me apresan, como si no quisiera dejarme ir.

-No sabes cuantas veces quise cogerte Mike, me encanta por fin tenerte para mi sola. Ah ah ah dame tu… Ahhh

Hice más fuertes mis embestidas. Sus pezones estaban muy duros y me empezaron a lactar en mi boca.

-Te gusta la leche de tu mujer?

-No sabes lo mucho que me prendes, tus pezones son deliciosos.

-No es justo, yo también quiero tu leche.

-Te la daré entera.

Ella empieza a tomar el control, ambos estamos a punto de corrernos. Le jalo el pelo y empiezo a lamer sus tetas para posteriormente deslizar mi lengua hasta su cuello.

-Dame tu semen, lléname de tu esperma y hazme completamente tuya.

Doy mis últimas embestidas con todas mis fuerzas ella gime como nunca vi a alguien gemir y yo estaba en el cielo, era el mejor sexo que eh tenido. Finalmente me corrí fuertemente dentro de ella, el calor de mi semen hizo que llegara al orgasmo.

Pese a como suena fue más tierno de lo que se imaginan, esa noche dormimos abrazados.

Al otro día aclaramos nuestros sentimientos y pasamos el día entero juntos y finalmente cogimos una vez más antes de que se fuera a casa, durante todas mis vacaciones no pude dejar de pensar en ella y estuvimos mensajeándonos de manera regular durante esas dos semanas.

Puedo decir sin ningún tipo de vergüenza que después de dos años de mantener nuestra relación en completo secreto estamos planeando decirle a nuestra familia la situación.

Ella aún sigue siendo muy juguetona conmigo, pero creo esas son experiencias para otra ocasión.

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