Tenía unos meses conociendo a un chico, el cual me pedía que tuviéramos sexo, aunque yo no quería aun porque pensaba que era muy pronto. La verdad es que yo lo deseaba mucho, al final acepté y decidimos hacer el encuentro en un hotel cerca de su casa.
Cuando yo iba en camino me sentía algo nerviosa y fumé un poco de marihuana para bajar mi tensión.
Llegamos al lugar, comenzamos a hablar para que estuviera más relajada, él tomó la iniciativa y comenzó a besarme, me acostó y se subió arriba de mi comenzando a moverse (sentía su pene rosando mi vagina).
Paró de besarme y subió mi camisa y comenzó a chuparme los pechos, (eso me excitó mucho), empecé a gemir. Comenzó a bajar besándome… hasta llegar a mi vagina y la comenzó a lamer, me siguió hasta comenzar a chupar mi clítoris. Al quitarle la camisa pude ver que tenía el pecho bien marcado.
Me llevó hasta la cama y comenzó a juguetear con su pene sobre mi vagina. Yo ya estaba muy mojada y algo desesperada porque me introdujera. Así que le pedí que me la metiera.
Me penetró y comencé a gemir ya muy fuerte, comenzó a moverse sin ninguna sutileza, paró y me puso al costado de la cama, me puso de lado y me volvió a penetrar.
Se sentía más adentro en la posición que puso, me dolía, pero a la vez me gustaba mucho. Entonces lo empujé un poco, le pedí que parara, le pedí que se acostara, me subí arriba de él.
Primero lo besé, luego metí su pene en mi vagina, comencé a moverme lentamente, luego más y más rápido. Él comenzó a seguirme el ritmo. Me acomodó para a la vez poder chuparme mis pezones. Me hizo terminar, me puse en 4 y comenzó a moverse sin ninguna sutileza mientras yo gemía eso lo excitó aún más, comenzó a hacerme más duro hasta venirse.
Al final nos besamos, unas horas después volvimos a hacerlo.