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Mi primera infidelidad en un antro

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Esto ocurrió cuando estaba a punto de cumplir los 19 años, mis amigos decidieron realizarme un festejo en un antro como motivo de celebración y en ese entonces yo tenía a mi novio sin embargo no eran días buenos ya que él era muy celoso y posesivo, discutíamos por cosas muy equis y sin sentido sin embargo lo que menos quería era estar enojada y triste ese día.

En nuestro grupito del salón sabíamos que ese día iba a ser especial ya que más allá de un festejo al fin tendríamos una salida todos juntos, la dinámica era invitar a nuestros amigos y conocidos sin embargo yo quedé de llevar a mi novio y él a sus amigos.

El día llegó y más allá de que al día siguiente no tendríamos clase lo puso más emocionante todavía. Primero fue un pequeño convivio con la familia y luego tocaba descansar y proceder a vestirme. Decidí llevarme un vestido rojo ajustado y me llevé un conjunto interior del mismo color (bra y tanga) la noche se acercaba y ya tocaba vestirme. Al estar ya lista le envié un mensaje a mi novio que pasara por mí en “tantos” minutos y terminó siendo puntual, subí al coche y nos dirigimos al antro, en el camino me felicitó y me dijo que mañana me llevaría el regalo especial a mi casa. Yo estaba emocionada en ese entonces y solo le di un beso en la mejilla. Llegamos al lugar y vimos en la entrada a mis amigos, me volvieron a felicitar y nos dirigimos a nuestras mesas reservadas y ahí inicio el pre copeo.

Para la medianoche ya más de la mitad incluido mi novio estaban medio ebrios y yo iba por ese camino así que le pedí a mis amigas que regresáramos a bailar, bajamos y nos dirigimos a la pista, ahí estábamos cuando unos tipos se acercaron e intentaron bailar con nosotras, yo solo seguía el ritmo hasta quedar de frente con uno (debo reconocer que bailaba bien a pesar de que mi novio no lo hiciera) mis amigas hicieron lo mismo, algunas bailaban entre ellas y algunas con otros tipos del lugar, en eso me pregunta mi nombre y yo solo le contesté con un “Denisse” él sonrió y me preguntó qué festejábamos y le respondí con un “ow mi cumpleaños tontito” volvió a sonreír y me abrazó para felicitarme, le di las gracias y le dije que iría por un vaso a mi mesa, él me dijo que adelante, que me esperaba en la pista.

Al subir mi novio inmediatamente me tomó del brazo y me jaló hacia una esquina reprochándome porque bailaba con un tipo que no conocía. Yo recuerdo haberle comentado que era mi cumpleaños y que solo quería pasármela bien con mis amigos y que por el amor de dios que no se enojara o hiciera una escena, él me respondió con un “si te vuelvo a ver bailando con ese tipo vas a ver” yo solo le dije un “está bien”.

Regresé a la pista y continué con mis amigas, miraba hacia todos los lados en donde estaba el tipo con quien bailaba así que al no verlo continué con mis amigas cuando siento que me tocan por la cintura y me preguntan “¿me buscabas?”. Yo solo reí y le pedí de favor que se hiciera a un lado porque estaba con mi novio y que él nos había visto, él me dijo que en 5 minutos me dirigiera al baño que estaba por darme algo por mi cumpleaños, yo le afirmé que si e inmediatamente le dije a una amiga que me acompañara.

Al dirigirnos al baño le pedí a mi amiga que entrara primero para evitar sospechas, ella entró y ahí fue donde llegó él, llevaba una carta del antro y me dijo que escogiera cualquier botella que todo corría por su cuenta, yo le dije que no, porque de ser así mi novio lo sabría y no quería problemas, él se puso serio y me dijo que de no ser por mi novio él igual estaría conmigo, yo solo le dije que sí, me inspiró mucha confianza y eran de esos chicos divertidos y atractivos a cómo me gustan, luego me pidió mi número y se lo di.

Entré al baño y salí con mi amiga juntas para que mi novio no sospechara. Al subir a llenar el vaso me volvió a tomar del brazo y me recriminó que había visto que él tipo iba detrás de mí, que cuál era el motivo por haber tardado demasiado, solo me hacía preguntas y yo no le respondía para lo cual me dijo en un tono enojado que se iba y se fue sin despedirse de nadie, por esa escena me puse un poco triste, me bajó el ánimo y solo me la pasé sentada, mis amigos que alcanzaron a escuchar me animaron a seguir la fiesta y así todos decidimos bajar a bailar sin excepción.

Estaba triste y apenas podía moverme, le pedí a un amigo que me llevara a casa en un rato y él me dijo que sin problemas lo haría. Seguíamos en la pista hasta que vi al tipo bailando con otra chica, que afortunada pensé, subí a ver si había algún mensaje de mi novio y en ese momento me llega un mensaje del tipo que decía más o menos “te vi discutiendo con tu novio, lo sé porque acabo de ver que se fue con sus amigos todo enojado, ven a bailar” eso me reanimó y bajé de inmediato.

Al bailar con mis amigos él llegó y me preguntó si podría bailar conmigo, yo riendo le contesto con un sí. Continuamos bailando un buen rato hasta que me dio su nombre, Mauro. Para este rato que había bajado un poco la música les presente a mis amigos a Mauro y aunque era algo mayor que nosotros a todos les agradó, estuvo un rato en nuestra mesa y luego continuó bailando conmigo, me gustaba como tocaba mi cintura y bajaba sus manos por mi espalda. Él me dijo que al terminar que haríamos y yo le contesté que llegar a mi casa ya aunque aún era temprano. Él me comentó que si gustaba podía pedir la botella e irla a tomar a otro lugar donde no hubiera tanto ruido, se me iluminó el rostro al escuchar eso y rápido le dije que sí.

Me despedí de mis amigos y les dije que me llevarían a mi casa aunque mi mejor amiga ya sabía que iba con él, me pidió tener siempre el celular prendido y la ubicación por cualquier cosa.

En fin, subí a su coche y nos dirigimos a su departamento, él me comentó que venía de intercambio de otro estado y que México le fascina porque hay de todo. Continuamos con pláticas poco importantes hasta que llegamos a su cuarto, abrió y estaba todo ordenado, nos sentamos en su sofá y procedió a abrir la botella con un poco de luz y música.

Continuamos hablando hasta que él me dijo que había un poco de calor, se levantó del sofá y se quitó la camisa para ver todo su abdomen marcado del gym (mentiría si dijera que no moría de tocar esos pechos) me dijo que lo disculpara pero que la ventilación no andaba muy bien, yo algo nerviosa le dije con un “no te preocupes” la conversación continuó y más y más me iba fascinando su forma de hablar, me ganó la confianza y le pedí si podría quitarse el pantalón que yo también moría de calor, pero que no quería ser la única en estar semi desnuda”, él soltó una risa y se volvió a levantar para desabrochar su pantalón y mientras lo hacía yo igual me levanté, bajé mis tirantes y dejé caer mi vestido hasta el piso, vio mi tanga roja y bra rojo. Él estaba en un bóxer muy ajustado y no le quitaba los ojos en su boca mientras hablaba, ya estábamos por terminar la botella cuando me pidió llevarme a casa, yo solo le dije “llévame al cielo si es posible”.

Me miró a los ojos, me tomó de brazos y me besó, nos acercamos de forma que yo tocara sus pechos y el sintiera los míos. Sus manos tocaban todo mi cuerpo y su boca mi cuello, con mis ojos cerrados experimentaba algo que me gustaba y a pesar de tener novio en ese momento lo olvidé. Continuó besándome apasionadamente hasta que decidí subir encima de él y continuar, él con sus manos iba de abajo hacia arriba, tocaba mis glúteos y espaldas con gran intensidad, desabrochó mi bra y comenzó a masajear mis pechos y besarlos uno por uno.

Yo sola decidí acostarme en su pecho mientras lo hacía, cuando ya estaba ansiosa por querer tener su miembro dentro de mi me levanté y me quite la tanga demasiado despacio y con una cara de querer sexo rudo para lograr excitarlo aún más. Me hinqué y le baje un poco el bóxer y sin pensarlo me metí su pene de lo más despacio saboreándolo, iba de arriba y abajo muy muy lento, cuando mi vista iba hacia arriba podía verlo con sus ojos cerrados disfrutándolo, continué haciéndolo demasiado lento y le dije un cumplido: “tienes muy rico tu pene” a estas alturas ya estaba casi húmeda pero quería seguir saboreando ese miembro.

Luego de abrir sus ojos me miró con cara de lujuria y nos levantamos besándonos. Me tomó de la cintura y me volteó, me puso en el sillón y me inclinó un poco, yo le pedí que lo quería despacio, el accedió y me metió una parte de su glande y con mis manos me agarraba fuerte del sofá. Poco a poco fue introduciendo su rico pene y cuando lo metió completamente me tomó de la cintura y comenzó a moverse poco a poco.

Ambos estábamos disfrutando la tensión y el calor que había ya que en ese momento estábamos completamente empapados de sudor. Comenzó a moverse un poco rápido y mientras lo hacía yo comenzaba a quejarme de placer.

Para este punto ya estábamos muy calientes y le pedí que lo hiciera demasiado rápido y comenzó a hacerlo hasta que comencé a tener un orgasmo. ¡¡¡SIII!! Grité, mis nalguitas continuaban ensartada con su miembro y en ocasiones el bajaba de intensidad. Era hora de cambiar de posición y me puso boca arriba y mis piernas quedaron a la altura de sus hombros, comenzó de lo más despacio y poco a poco le ponía ritmo, me gustaba las miradas que poníamos cuando estábamos encima ya que yo gemía de lo más rico y él se quejaba muy lindo.

Cuando continuó penetrándome me dijo: “Dime qué te estoy cogiendo mejor que tú novio”, lo mencionó en tres ocasiones, pero de lo caliente que estaba sabía que tenía que decirlo porque no era mentira lo que me decía y ese momento lo estaba disfrutando. “me coges mejor que el” “dios”, continué diciendo.

Cuando detuvo su intensidad me besó y me tomó de la mano y me llevó a una esquina donde había una ventana algo considerable. Me dijo: “¿Te llama la atención que te vean?” Yo solo sonreí y solté un “si” muy suave. De lo caliente que estaba no tenía conocimiento de mis ideas. Me puso contra la ventana y volvió a penetrarme, yo me recargaba de la ventana y con mi cabeza subía y bajaba mi cabello, en ocasiones tocaba mis pechos mientras me continuaba penetrando. Yo sola gemía y él se quejaba de lo más delicioso y en su calentura me pidió que cada que él quisiera cogeríamos de nuevo. Me limite simplemente con un sí.

Regresamos al sofá y de nuevo me puso en cuatro y me inclinó, comenzó a meterlo poco a poco y aunque ya habíamos bajado revoluciones me preguntó si le gustaba cómo me cogía, le dije un sí muy coqueto. Tomó de mi cabello y comenzó a nalguearme, volvió a hacerlo rápido, y mientras lo hacía yo solo decía: “Más rápido” “así”, me gustaba como sonaba mis nalguitas de esas embestidas qué él me daba. Me tomó de los hombros y ahora si sentí que su pene entro completamente, continuó dándome de esa forma hasta que me dijo que estaba a punto de venirse que en donde lo tiraba, yo le dije: “dame semen” “donde sea maldita sea”, me estaba cogiendo cómo nunca nadie lo hacía.

Me tomó del cabello e hizo que me hincara, se quitó el condón y se masturbó hasta mancharme parte de mis pechos y cara. Me quité un poco de semen de mis pechos y me los metí a la boca ¡delicioso! El sabor que me gusta.

El de sentó en el sofá y yo a su lado, lo abracé y me dijo que había estado genial y que esperaba se volviera a repetir, yo solo lo besé en la mejilla y volví a su miembro para quitarle un poco del resto de semen que le quedaba, la verdad no quería desaprovechar ese hermoso miembro y continué masajeándolo y chupándolo hasta lograr ponerlo erecto.

Él se acostó y yo continué haciéndolo hasta que hice que volviera a terminar pero ahora en mi boca. Me acosté a un lado de él y ahí estuve hasta que le dije que me iba a cambiar. Me puse mi tanga y vestido y me limpié un poco en el baño.

Cuando estuvimos listo nos fuimos hacia mi casa que de verdad estaba algo lejos. Bajamos en un seven y pedimos una bebida para hidratarnos un poco. En el trayecto le pedí de corazón que por mientras se bajara un poco el pantalón para irlo tocando, él ya se notaba algo cansado pero me cumplió, lo tenía hacia afuera y mientras me llevaba yo continuaba tocándolo.

Entramos al fraccionamiento y le llame a mi papá que me abriera para entrar, cuando colgó me despedí de Mauro, entre a mi casa y luego a mi cuarto y una vez adentro solo me quité el vestido y recordaba de lo más rico y sucia que era al haberle sido infiel a mi novio.

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