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Mi primera vez con María y mi esposo

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Nunca me gustaron las mujeres.

Las miraba y apreciaba su belleza, sus cuerpos, pero no me erotizaba con ellas.

Hace unos años mi esposo me contó sobre su fantasía sexual. Me contó que le encantaría verme desnuda, besándome con otra mujer.

En ese momento no preste mucha atención a su fantasía, me pareció aburrida, igual a la de casi todos los hombres que conocía.

Una noche, en un cumpleaños de un amigo de mi esposo, conozco a una chica, esposa de otro amigo.

No me atraía físicamente, pero cada vez que estaba con ella me sentía muy a gusto, muy libre.

No voy a decir su nombre para no comprometerla pero llamémosla María.

Cuando María venía a casa siempre hablábamos mucho, nos reíamos, nos entendimos muy bien desde el primer día.

No puedo decir que somos amigas pero tenemos una excelente relación.

Ella es más chica que yo por casi 10 años, y eso hace que su picardía, su falta de prejuicios y la seguridad en lo que hace, se me contagie y pueda abrir mi mente a nuevas experiencias.

Nos visitamos varias veces, en su casa y en la mía compartimos cenas, tragos, risas, pero nunca paso nada entre nosotras.

Con mi esposo volvimos a hablar de su fantasía, yo estaba cada vez más convencida de querer cumplírsela.

Pensamos en ir a bares de intercambio, pensamos en buscar en alguna App, pensamos en la posibilidad de contratar a alguien para nuestra primera vez en un trio. Pero ninguna de las opciones me excitaba.

Mientras esas cosas se analizaban y planeaban, siempre pensábamos en María y ella hacia algo para hacerse notar.

Al comienzo de este año nos reunimos en casa.

Un sábado a la noche. Tomamos bastante.

Había tensión entre los tres. María, mi esposo y yo.

Entrada ya la noche, voy al baño y escucho que dice mi nombre.

Cuando llego al living me estaban esperando con un beso compartido entre los tres.

Me senté casi cayendo en el sillón, mientras María me comía la boca con un beso y desprendía cada uno de los botones de mi camisa.

Yo solo me entregué, respondí a sus besos y ayude con mi camisa.

Mi esposo parado detrás de mí haciendo un sándwich conmigo, sacaba mi ropa interior y acariciaba mis pechos mientras María se quitaba la ropa y seguía probando mi boca.

Nos acomodamos en el sillón, frente a frente, desnudas, despojadas de ropa, tocándonos, conociendo nuestros cuerpos.

María besaba muy delicadamente mis pezones y el estímulo llegaba justo a mi vagina que comenzaba a humedecerse.

Me miro, se hizo una cola en el pelo y me dijo:

-te gusto? Es muy rico!

Solo le dije que siguiera.

Mi esposo estaba en el sillón, frente a nosotras, cumpliendo su fantasía, con un vaso en una mano y la otra tocaba su miembro duro que explotaba de excitación!!!

Suena el timbre!!!

Arruina el momento, se termina todo y María tiene que irse.

Una semana después, alrededor de las 23:00 h, mi esposo estaba en la ducha, yo ya estaba dispuesta a dormir y suena mi celular.

Era María, que había encontrado una excusa estúpida para pasar por mi casa en ese momento, entendí que ella tenía las mismas ganas que yo de terminar lo que habíamos empezado una semana atrás.

Llegó muy rápido.

Mi esposo aún estaba en la ducha.

Cuando salió del baño y entro en la habitación nos encontró a María y a mi desnudas, una encima de la otra, teniendo sexo, rozando nuestras vaginas mojadas y lubricadas , nuestros pezones duros que se tocaban y estimulaban, compartiendo besos, sonrisas cómplices, caricias, fluidos, lenguas, miradas, jadeos.

Mi esposo sólo quitó la toalla que envolvía su cintura y se sumó extremadamente caliente a nuestro juego.

Ahora es mi fantasía. Que mi esposo me mire mientras yo exploto de placer con una mujer.

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