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Mi primera vez con mi cuñada
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Tiempo de lectura: 3 minutos

Mi hermano Juan y yo en general casi nunca salíamos juntos, pero una noche los dos estábamos sin planes y nos juntamos a tomar una cerveza, de ahí salió la idea de ir a un baile de carnaval que hacían en el barrio. El Ahí sacó a bailar a una chica llamada Ester que desde ese entonces empezó a salir con él. Ester era bastante atrevida según mi parecer, no me generaba confianza y sospechaba que le fuese infiel a mi hermano. Al poco tiempo mi hermano se la trae a vivir a casa. Yo pensé que esto iba a traer algún inconveniente, no me gustaba mucho la idea pero en fin mis padres aprobaron la idea y la trajo nomas.

Me incomodaba un poco la mirada sugestiva de ella y una leve sonrisa. Siempre que me veía lo hacia, yo no le mostraba gracias porque no me parecía bien que lo que hacía. Trate de hablar con Juan del tema, le dije que se fijara bien, que no se involucra tanto en fin pero el no me daba bola, seguía para adelante. Mi hermano le gustaba mucho tomar alcohol o hacía siempre por lo que suponía que eso jugaba en contra y si bien a Ester también tomaba mucho, ella tenía mucho más aguante que Juan. Ella solía quedarse despierta luego de tomar unos tragos acostarse con mi hermano que en cambio el caía desplomado después de tremenda paliza que se daba con el alcohol seguido de sexo.

En ese entonces yo vivía en una habitación al fondo por lo cual al llegar pasaba por un pasillo y veía la habitación de ellos. A veces cuando llegaba tarde de alguna salida por ahí que tenía podía ver como ella seguía despierta y el completamente dormido. Sentía como que ella esperaba algo más, no sé porque no se acostaba pensaba, lo cual llamaba mi atención

Un día mucho calor estaba en mi cuarto sin poder dormir cuando empecé a sentir ruidos en el patio, mire por la ventana y era Ester que estaba dando vueltas iba al baño, volvía salía a patio volvía y eso me puso a pensar, yo venía medio caliente ya con ella porque sentía que me estaba provocando pero no le daba nada de bolilla. Pero esta vez me dije iré a ver que onda, hasta donde es capaz de llegar esta mujer. Fui al patio acercándome, yo estaba en bóxer y ella tenía un camisón muy cortito muy atrevido, se le veían casi todas las tetas y se dejaba ver, lo hacía propósito. En ese entonces es cuando la observé detenidamente me atrajo sexualmente de manera que mi mente se bloqueo. A partir de ahí sólo me quería cogerla. Le dije que no se podía dormir por el calor y ella me contestó

– si se nota que estas calientito riéndose despacito

Eso me puso loco y mi bulto empezó a crecer. Inmediatamente le contesté preguntándole si Juan estaba dormido, lo cual me respondió que si. Y entonces le dije que viniera conmigo a mi cuarto y la tomé del brazo suavemente pero ella se soltó y me dijo que ya iría. Seguí entonces sólo supuse que chequearia de ver a juan dormido y tal vez algo íntimo suyo y entonces vendría. Yo así mismo acomode rápidamente todo mientras esperaba ansioso y desesperadamente que pasara rápido de una vez antes de que me arrepintiera. Espere un rato y nada, salí de nuevo mire por el pasillo hacía su dormitorio y nada, me había dejado con la verga parada esperando. Por cual me hice terrible paja y me dormí cagado de bronca. Pensé que todo lo que había pasado era una trampa de ella, se había burlado de mi y yo había caído como un boludo.

Al día siguiente le pregunté qué había pasado que no vino a mi cuarto y me respondió que se había despertado Juan y te no pudo volver a levantarse, lo cual me dejó con la duda pero en fin nada podía hacer. Así me tuvo por varios noches, que si que no, jugaba con mi deseo. Realmente era una mujer muy atractiva y atrevida cuando quería sabía perfectamente como atraer a un hombre. Hasta que al fin un día recuerdo que era domingo. Ella había ido por la mañana a ver a sus padres y dijo que volvería a la tarde. Juan salía a un asado con unos amigos mis padres también salieron y volverían por la tarde noche. Yo como todos los domingos jugaba al fútbol y llegaba en la tarde me duchaba y esperaba que llegarán todos. La primera en llegar fue Ester. Entró a su cuarto se dio cuenta que no había nadie está vez estábamos solos. Pero en cualquier momento llegarían. Yo enseguida fui a buscarla. La empecé a cortejar, risa, broma sugerente etc.

Hasta que me atreví a tomarla y empezar a acariciarla, ella hacía como que no pero no oponía nada de resistencia de echo apenas había llegado a casa se había puesto esa camisón tan sexy que le quedaba tan bien que era imposible no pensar en otra cosa que cogerla. La tomé de la cintura con mis manos le acariciaba sus pechos y casi con desesperación le sacaba el camisón lo cual mis manos se fueron hacía su culo tan rico y que tanto había estado deseando, la di vuelta y la penetre desesperadamente, le di le di le di fuerte muy fuerte. Se sentía la pasión, el deseo, la intensidad. Ella sólo decía hay que rica que rica, fue todo tan delicioso prohibido y excitante, la adrenalina a mil. Algo increíble. Duro poco acabe rápido ella pedía más pero yo quise dejarlo ahí porque podía llegar alguien y de hecho que fue así, ni bien salí de su cuarto llegaron mis padres. Luego de esa tarde lo hicimos una cuantas veces más pero nunca fue tan excitante como la primera. Hoy en día no sé nada de esa mujer se separó de mi hermano. Y yo me fui a vivir a otra cuidad.

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