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Mi suegra me regala su culo por mis treinta años
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Pocos días antes de cumplir 30 años, mi suegra me llama y me pregunta como lo celebraría. Le dije que no tenía nada planeado. Me respondió que quería viajar (de Cuzco a Lima) para “darme mi regalo”. Me excité al oírla, ya habíamos cogido varias veces, cuando ella nos visitaba en Lima o cuando íbamos nosotros a Cuzco. Pero no un encuentro así, programado.

Le dije que si ella llegaba a Lima yo me tomaba el día libre en la oficina y lo pasaba con ella. Finalmente, coordinando, ella podía estar algo más de 2 horas conmigo la mañana de mi cumpleaños. Saldría se su casa, en Cuzco, hacia las 8 am, tomaría el vuelo de 8.50 am a Lima. Estaría en Lima hacia las 10 am y regresaría a Cuzco en el Vuelo de 12.45 pm. Una apuesta arriesgada, pero ella decidió jugársela. Le dijo a mi suegro que luego del gym día pasaría donde su amiga Luisa y que luego volvería a casa. Yo le dije a mi mujer que trabajaría esa mañana y que hacia la una la recogería a ella y mi hija para ir a almorzar y pasar la tarde juntos.

El día de mi cumpleaños desayuné con mi mujer e hija. Me preparó mi desayuno favorito, huevos revueltos con tocino y tostadas más café. Simple, pero me encanta. Me despedí de ella como yendo a la oficina y manejé hasta el aeropuerto. Llegue al aeropuerto hacia las 9.30 am. Me estacioné y esperé a mi suegra, cuyo vuelo llegó puntual. A esa hora no suele haber muchos viajeros y a las 10.15 am ya estaba afuera.

La vi salir en leggings y polo deportivo de gym con su casaca amarrada a la cintura. Para estar empezando los 50s estaba perfectamente conservada. La abrace y besé como si fuese mi novia. Subimos al auto y le dije “vamos al hotel más cercado”. Me respondió “a eso vine”.

Salí y tomé ruta por Tomás Valle, hacia una zona donde sabía había muchos hostales “de paso”. Antes de las 10.30 am ya estábamos en la habitación “suite” de uno. Una pocilga pero qué carajo. Ambos queríamos coger.

Se desnudó y me desnude. Ambos lo más rápido que pudimos. Me acostó en la cama y me la comenzó a mamar. En eso escuchamos que alguien entraba en la habitación del lado y como una puta le decía al cliente de turno “pago adelantado más cinco soles por el condón”. Escuchar ese diálogo sórdido me excitó y claramente a ella también. Sentí como su mamada se volvió más violenta. Antes que reaccione ya se había subido encima mío. Cabalgaba mirándome y entregándome su coño jugoso. Yo sólo me dejaba llevar, ella era mi regalo.

Estábamos en eso y sentimos que también se abrió la habitación del otro lado. Nosotros cogíamos en silencio mientras escuchábamos a una mujer decirle a su pareja

– yo no estoy acostumbrada a esto, no pienses mal

– Tranquila mi amor, sabes que yo te amo

– Y yo a ti mi amor, pero soy casada y no debería estar aquí.

– ¿me amas?

– Si te amo mi amor, pero soy casada

– Yo te amo y no me importa seas casada

– ¿En serio mi amor?

– Si mi amor

Tras el protocolo breve de la casada “inocente” y su eventual amante, comenzaron a coger. Nosotros seguimos en lo nuestro, amenizado con los gemidos y frases de la puta y su cliente y de la inocente casada y su amante.

Mi suegra, que es una mujer elegante y de dinero, seguro jamás había cogido en un antro así. Se notaba lo mucho que la excitaba. En un momento que se levantó un poco, se la empuje en el culo, donde entró muy suavemente. En instantes ella llegó y la intensidad de su vibración anal me hizo llegar.

Se acostó a mi lado y me dijo “te llamaré por tu cumpleaños”. Medio tonto que soy, no entendí que quiso decir. Cogió su celular y marcó. Casi me paro para ir a coger el mío pues no comprendía su juego. Pero no sonó. Cuando le contestaron, puso la llamada en altavoz y escuché a mi esposa responder.

– ¿Hola mamá como estas?

– Bien mi amor, llamo para saludar a Alonso en su día

– Mamá se fue a trabajar, regresa a la 1 pm

– Ay que penita mi amor, pero le habrás dado su regalito al despertar

– Mamá sólo en eso piensas

Luego siguió una conversa trivial de madre e hija. Mientras ellas hablaban, bajé hasta su entrepierna, puse mis piernas sobre mis hombros y le metí una lamida de coño que la volvió a poner mil. Le veía el rostro descompuesto y sentía como ahogaba sus gemidos mientras hablaba con mi esposa. Finalmente le cortó y empezó a gemir con fiereza, más fuerte que ninguna otra vez, seguro con el morbo interno de saber que en ambos cuartos a los lados la oirían gozar.

Cuando estuvo a punto de llegar con mi lengua me dijo “para amor, para, dame por la cola”. Paré y ella se puso en perrito y sin necesidad de ensalivar mi verga, se la metí en su culo palpitante. Se acostó, luego se puso de costado, luego se paró y la seguí y nos pegamos a la pared. Seguía dándole por el culo y ella gemía y golpeaba la pared. Supongo los del lado sentían con claridad todo lo actuado.

Se venía con fuerza y comenzó a decirme “ay Alonso, ay Alonso, que rico lo haces, que rico lo haces yerno”

Inmediatamente después que dijo “yerno” se escuchó en el cuarto del lado un “vieja puta”. Ella siguió gimiendo y repetía con fuerza “si, es mi yerno, es mi yerno”. El “vieja puta” se transformó en “le robas el marido a tu hija”, finalmente ella llegó con unos gemidos que se debieron escuchar en todo el hostal. Yo no llegué, pero estaba exhausto.

Nos acostamos nuevamente y tras unos minutos de retozar y eventuales “vieja puta, roba marido a tu hija” en el cuarto del lado, ella tomó la iniciativa y comenzó a lamerme de nuevo la verga. Oliendo y con sabor a su propia mierda. Eso me excito y en instantes estuvo muy dura.

Me puse encima de ella, puse sus piernas hacia sus propios hombros y así doblada se la metí directo al culo. Me acerque a su rostro y nos besábamos brutalmente. Sin cambiar de posición, besándola y diciéndole “suegra la amo, suegra la amo” llegamos juntos.

Le llené el culo de leche. Vi la hora y eran ya las 11.50 am. Tiempo justo. Nos dimos un duchazo rápido. Salimos del hotel y conduje al aeropuerto. Mientras manejaba, ella acariciaba mi verga y con la otra mano llamó a mi suegro. Le dijo “hola mi amor, estoy acompañando a Luisa a comprar, ya luego voy a la casa, te amo mi amor”.

No escuche que le dijo él y cortó. La dejé en el aeropuerto. Se embarcó sin problemas y volvió a Cuzco, llena de mi leche.

Fui a casa y tuve una muy linda tarde familiar por mi cumpleaños.

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