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Pasión desenfrenada

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Conocí a JJ una tarde de ejercicio. No fui con ningún plan solo hacer mi rutina diaria. La verdad hicimos click de inmediato al punto que quedamos encontrarnos esa noche en la playa, pero la cita fue un desastre. Es verdad que las cosas con JJ empezaron de una manera inusual y después de ese encuentro pensé que no lo iba a volver a ver.

Mantuvimos comunicación y una noche decidimos volver a intentar porque no podíamos quedarnos con la duda si había algo más que solo letras. Ninguno de los dos se equivocó había una pasión desenfrenada. Esa noche conocí lo que era sentirse libre dejarse tocar como si fuera la primera vez.

Comenzó por penetrar mi mente con cada palabra que salía de su boca. Combinándolo con su tacto. Lo tenía de frente a mí mirándome con una intensidad que sentía mi cuerpo prender en un calor inexplicable. Tomo mi pierna izquierda y la acarició tal como lo iba explicando. Sus manos firmes tocaron desde la planta de mi pie hasta llegar al talón de Aquiles. Con su boca empezó a chupar cada dedo de mi pie. El calor de su boca subía por mi cuerpo haciéndome gemir cómo una perra sin límites y a mojarme como la puta que soy. Una de mis manos tocaba mis pezones, de vez en cuando chupaba mi dedo índice para pasarlo por esa área y mantenerlos duros y erectos; dándole un espectáculo a JJ. La otra sujetaba con fuerza la ropa de cama. Definitivamente sus palabras aumentaban mi excitación que solo podía gemir y descontrolarme ante su tacto.

Aún no sentía su piel sobre mi y ya estaba lista para venirme. Nunca dejo de mirarme quería grabar cada gesto que él provocará en mí. Como si nada tuve mi primer orgasmo. No quería parar mi cuerpo quería sentir más. Bajó mi pierna para acomodarse entremedio de ellas y ver cuán mojada me había dejado. Palpó mi panty con sus dedos. Lo observaba mientras sentía mi humedad. Mordió sus labios y yo copié su gesto. Echó mi ropa interior hacia un lado. Mi cuerpo no dejaba de responderle. Sentir su respiración en mi chocha me hacía respirar con más dificultad, pero eso no impedía que siguiera disfrutando de la bellaquera que sentía. Pasó su lengua desde el interior de mi chocha hasta la punta de mi clítoris dónde se quedó para darme el más sublime de los placeres.

Moviendo mis caderas para hacer de la rica mamada más placentera mis manos acariciaba su cabeza y jalaba su pelo. Sus dedos jugaban con mi interior y culo. Mis jugos recorrían desde su boca hasta llegar a la cama. No sabía dónde estaba solo sé que iba a llegar a mí segunda venida. Me vine en su boca y JJ disfrutó de mi néctar y no conforme me besó para que yo me saboreara. Dándome el beso más sensual que alguien me hubiera dado. Sabiendo lo que hacía pasó su lengua en el cielo de mi boca haciéndome estremecer debajo de su cuerpo.

Abrí mis piernas para que JJ me cogiera a su antojo. Primero rozó su bicho con una delicia desde mi clítoris hasta un poco más abajo de mi entrada. Mi cuerpo se movía como una serpiente debajo de él. Estuvo rozándome hasta que sintió su bicho mojado con mis jugos. Se acomodó para penetrarme suave quería sentir cuán apretada estaba mi chocha. Por cada centímetro que entraba un rico gemido salía de su boca y yo lo acompañaba con uno mío. No voy a negar que sentir su bicho entrando me causaba dolor. Lo expresaba enterrando mis uñas en su espalda y ahogando mis gritos.

Una vez que su bicho estaba completo en mi interior el dolor se convirtió en un placer irreconocible uno que había extrañado. JJ me hizo recordar lo que era sentirse una mujer una vez más. Todo fue algo confuso no sabía cómo seguir su ritmo hasta que él se detuvo y comenzamos a movernos en conjunto. No dejaba de besarlo acariciarlo y sobre todo no dejaba de buscar en cada embestida sentir el hueso de su perfecta V en mi pelvis. Entre cada beso no faltaba un roce de lengua en nuestros paladares y gemidos ahogados por nuestras bocas. Llevábamos un ritmo exquisito el cual nos llevó a un orgasmo mutuo. JJ se vino dentro de mí y yo derramé mis jugos sobre su bicho.

Lo besé con una sonrisa y diciéndole —Nunca antes me sentí tan puta, bellaca, perra y cabrona como contigo.— lo mire a los ojos y JJ se rio besándome una vez más.

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