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Poniéndole los cuernos al novio de mi tía Rosario

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Hola amigos lectores, dándole secuencia a mi relato anterior les cuento que el fin de semana que pasamos solos mi tía Rosario y yo en casa de mis abuelos estuvimos casi todo el día domingo en la cama, cogiendo, comiendo y cogiendo. Hasta que llegó la tarde y ella se tuvo que ir a dónde rentaba para ir al día siguiente a la universidad. A sus 19 años ella y 18 años míos, no nos cansábamos de hacer el amor y pues literalmente nos estábamos enamorando.

Mi tía en la universidad que estudiaba tenía un novio, Víctor mi actual tío. Él fue su único novio. Resulta que ese fin de semana en que rasuré su vello púbico mi futuro tío se enojó y hasta insultó a mi tía preguntándole que si era una puta o que si andaba enseñándole a alguien más su cuerpo, ella negó todas sus preguntas aunque si la hizo sentir mal. El siguiente viernes que regresó en la noche me contó todo esto. Su novio Víctor era y sigue siendo muy cerrado, actualmente no me cae ni bien, ni mal.

Me dio mucho coraje y celos al enterarme que donde ella rentaba también vivía Víctor, y obvio dormían juntos, yo solo me la cogía los fines de semana, pero él a diario. Cómo siempre estábamos muy calientes, esa noche cogimos como casi siempre, pero ella estaba más caliente de lo normal, me chupaba la verga muy fuerte y cuando me montaba sus movimientos eran violentos, me incrustada las uñas en la espalda y me mordía el pecho y el cuello, y así de violento como lo hacía fueron igual nuestros orgasmos. Apenas y pasaron unos minutos y ya estaba otra vez besándome y jalándome la verga, poniéndose de perrita y yo detrás de ella dándole duro, no sé por qué pero sentía muchos celos y ese sentir hacía que le diera yo más fuerte. Ella se vino y yo seguía cogiéndomela, si hubiera podido, le hubiera metido la verga con todo y huevos, me vine con una sensación de satisfacción, celos, enojo y amor.

La siguiente noche terminamos de cenar con mis abuelos, y después nos metimos al cuarto para prepararnos a dormir. Me metí a bañar y ella entró tras de mí, nos besamos, acaricié y enjaboné todo su cuerpo, chupé sus pezones mientras masajeaba sus nalgas, me arrodillé frente a su panocha y como pude metí mi lengua entre sus piernas, lamí su vagina y saboreaba sus fluidos.

Salimos del baño y mientras nos besábamos nos fuimos a mi cama, así todos mojados, me recostó y empezó una mamada como la de la noche anterior, causándome dolor pero yo feliz, ese dolor me excitaba más. Le pedí que pusiera su concha en mi cara y así hicimos un 69 delicioso, lo disfrutamos mucho pero no nos venimos. Se recostó a un lado y abrió sus piernas, me puse el condón y fui entrando en esa panocha que me encantaba, algo había diferente en ella, me rodeó con sus piernas y me abrazó y así en esa posición hicimos el amor por un buen rato mientras nos decíamos lo mucho que nos queríamos. Ella se vino primero yo la seguí bombeando y ella sin dejar de abrazarme recibió mi descarga de semen. No dejaba de abrazarme.

El otro día antes de irse al municipio donde rentaba, mi tía estuvo muy atenta con mis abuelos y conmigo. Algo le pasaba pero no nos dijo anda. Se fue y la siguiente semana no regresó el viernes ni sábado, hasta el día domingo llegó con Víctor y sus papás, mi tía estaba embarazada, fueron a pedir perdón a mis abuelos y a recoger las cosas de mi tía, se iba a vivir con ellos. Así, me quedé solo con mis abuelos, la extrañaba mucho, y extrañaba más sus cogidas.

Ellos se casaron, y vivieron algunos años en la casa de los papás de Víctor, pero años después se regresaron a vivir a la casa con mis abuelos ya que ella se ofreció a cuidarlos por ser ya mayores. Cuando ellos llegaron yo ya tenía posibilidad de irme a vivir solo, y así lo hice. Han pasado 23 años desde que pasó esto, ellos tuvieron cuatro hijos y en la actualidad mis sobrinos ya son padres también, salieron igual de precoces que nosotros. A escondidas, mi tía y yo, hemos compartido fantasías y muchas sesiones de sexo, ya que Víctor como les decía es muy cerrado y conmigo disfruta lo que con él no hace. Más que tía y sobrino somos dos amantes y cómplices de aventuras calientes, ella ha sido muy importante en mi vida, y muchas de las cosas que he hecho en mi vida, las he logrado gracias a ella, principalmente la confianza y seguridad que me dio desde pequeños y después de mi primera vez con ella, me ha servido de mucho para lograr lo que he logrado y para estar con las mujeres que he tenido en mi vida.

Hay mucho que contar todavía. Ustedes conocen al amor de su vida? Yo puedo decirles que sí, el amor de mi vida está a mi lado, es mi esposa, mi alma gemela, mi media naranja. Mi compañera de aventuras, mi diosa del sexo, mi dueña, mi todo. Les cuento de ella en el siguiente relato. Gracias por leerme y quien guste puede escribir, yo contesto, es lo menos que puedo hacer por quienes se toman la molestia de leer mis relatos.

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