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Por capricho (Parte II)

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Me estaba quedando dormido pero al sentir que me tocaban, distinguí a una mujer rozándome la entrepierna desnuda, aún tenía sujeta mi verga con la mano, así que sentí unos dedos que me tocaron la pierna y luego fueron por mis bolas, eran unos dedos delicados, que se deslizaron arriba y abajo haciéndome un cosquilleo que me había despertado. Topé la mirada con quien me tocaba, sus ojos algo entrecerrados que al cruzar mirada conmigo se abrieron más, sus labios se volvieron una sonrisa cómplice, pues puso un dedo sobre ellos indicándome silencio, me acercó una copa, me hizo seña de que me lo tomase, lo acerque a mi boca y lo apure sin mucho, sentí como quemo por mi garganta y me termine de despertar y vi claramente quien era la que me ofrecía vino: Alejandra.

Su vestido desabrochado hasta la cintura, me dejaba ver su pecho, que se asomaba en cada respiración, miró hacia mi entrepierna desnuda, tenía la verga flácida, pero aún estaba gruesa, paso su mano por ella, me apretó la punta y luego hizo algo que me la fue poniendo dura nuevamente, se pasó la mano por la cara y se metió el dedo en la boca, no procesaba aun que quería, solo no perdía vista sobre ella, se acomodó sobre el brazo del sofá con la pierna cruzada, miró a Karla que estaba profundamente dormida, con el maquillaje lavado y embadurnada de semen y saliva, se sonrió al tiempo que poso un dedo sobre sus labios haciéndome ademan de silencio, yo seguí frotándome la verga, la verdad es que la situación hacia que se me siguiera poniendo dura. Se acercó a la cara de Karla, le dio un beso y luego le lamio la cara, pensé que la iba a despertar pero nada, luego le apretó un pezón y lo besó, sentí que se me ponía dura nuevamente, y Karla… ni se dio cuenta.

Ella comenzó a jugar con los botones que aun tenia abrochados, la blusa se deslizó por sus hombros y quedo a mi vista su pecho solo cubierto por su sostén, yo seguía jalándome la verga descaradamente, ella se llevaba el dedo a la boca y sacaba la lengua de forma muy erótica, se transparentaban sus pezones por el sostén, le hice seña para que se acercara y ella movía la cara en señal negativa, pero sin dejar de pasar la lengua por su boca, volvió a ponérseme bien parada, los ojos de ella centellaban y su blusa se fue resbalando por sus hombros, se levantó y vino hacia mí, yo estaba reclinado y ella fue acomodándose sobre mis piernas, puso a mi alcance su cuerpo, acerco una botella a mi boca, no sé en qué momento la trajo, creo que no la vi, por estar embelesado viendo su cuerpo venir hacia mí, con ese contoneo hipnotizaste, el líquido me calentó las entrañas, me despertó…

Ella bebió otro poco, empino la botella y un poco de líquido fue resbalando por su cuello, yo fui quitándole el sostén, fui bajando los tirantes por los hombros, sus pechos fueron apareciendo, dos hermosas curvas que poco a poco se fueron descubriendo a mis ojos, dos preciosas lunas coronadas por unos círculos de color rosado oscuro, un pezón como cereza sobre una copa de helado, el vino deslizo por su cuello y entre sus pechos, mi boca fue siguiendo ese camino hasta posarme sobre un pezón jugoso, ella gimió a la primera mordida y a los juegos de mi lengua; agarre con fuerza sus caderas, ella arqueo su cuerpo y poso sus brazos sobre mis hombros; su boca se miraba aún más roja, sus ojos más encendidos, sus pezones invitándome, puse mi cara entre ellos, comencé a besar y chupar, buscaba a ciegas sus pezones, mi lengua recorrió sus pechos y alcance uno, lo fui mordiendo y lamiendo alternadamente, mis manos agarraban sus piernas, recorrían sus muslos, sentí el calor intenso de su cuerpo al pasar las manos bajo sus nalgas…

Jaló mi cara hacia su boca, sentí como me mordió el labio al besarme, sus manos bajaron por mi cuello y se deslizaron por mi espalda, me fue quitando la camisa, me la desbrocho con brusquedad, se abalanzó sobre mi pecho y cerro sus labios sobre un pezón, apreté más sus nalgas, metí las manos más profundo y un calor húmedo me recorrió la palma, se puso de pie y termino de caerse la falda, me dejo a la vista el resto de su ropa interior, me atraía lo húmedo que se formaba en su entrepierna, lo miraba casi palpitar, se lo baje de un solo y un pubis bellamente depilado, con una línea fina de vello bajando hacia lo más profundo apareció ante mí, pegue mi cara a su vientre y seguí besando y mordiendo, mis manos explorando sus nalgas y su calor, ella me araño la espalda, iba bajando por ella hasta casi alcanzar mi cintura, sus nalgas eran suaves, firmes, se la palmeaba, pero ella me detuvo, me recordó que la otra dormía ahí cerca, me gire a verla y estaba totalmente dormida, con los pechos al aire y el semen seco sobre su cuerpo, sentí su mano en mi cara nuevamente, me giro el rostro y volví a posar mi boca en su cintura, mis manos a deslizarse por su espalda, agarrar un pezón, sopesar sus pechos, mi boca bordeo su cintura, me encontré en las curvas de su cadera, explorando con mi boca sus nalgas, fui pasando una mano por su entrepierna…

Me palmeo la cara, la mire a los ojos, hizo que me levantara y me fue llevando detrás de ella, sus nalgas se contoneaban rítmicamente, yo quería agarrarla y hacerla mía, llegamos a la puerta del dormitorio y lo abrió, ante mi quedo la imagen de la cama grande y llena de almohadas, cuando menos esperé, un movimiento rápido de sus manos me envolvió la verga, comenzó a frotármela con fuerza, con furia, me dolió un poco, pero era más el placer de verla a ella excitada masturbándome, me tiró en la cama y ella sin pensarlo dos veces salto sobre mí, comenzó a mover la cadera sobre mi vientre, sentí como me calentaba con su sexo, sus nalgas rozando mi verga, sus piernas abriéndose más, se fue acomodando para que le metiera la verga, sentí como presionaba por meterse, como sus labios calientes se frotaba, escocia al entrar, pero al mismo tiempo sentía tan delicioso que se la fuera encajando de a poco, gimió y comenzó a moverse rítmicamente…

Sus pechos se balanceaban frente a mi cara, agarraba sus caderas con fuerza, sus manos me jalaban el pelo del pecho, jadeaba y echaba su cara hacia atrás, se fue de espaldas arqueándose mucho, su vientre se tensó y se sentó sobre sus caderas, estiro las piernas y las poso sobre mi pecho, me excitaba aún más como se movía, aunque me dolió la verga cuando lo hizo, no importaba, acariciaba sus piernas y su vientre, se apoyó en sus codos y me hipnotizaba como se agitaban sus pezones y como exhalaba agitada, su cara empapada y el pelo revuelto, se recostó exhausta, mi verga se deslizaba de lo húmeda que estaba. Yo estaba en la gloria disfrutando, me fui hacia ella, besando y lamiendo su piel, sus piernas, sus caderas, su vientre, fui por sus pezones, comencé a chuparlos, haciendo círculos, baje la mano por su cintura hasta encontrar su pubis y metí dos dedos, sentí lo caliente y húmedo que estaba, los metí profundo y comencé a moverlos al mismo tiempo que chupaba sus pechos, ella cerraba los ojos y agarraba mi cuello con las manos, volví a metérsela y ella me atenazo con las piernas, empezamos un mete y saca cada vez más rápido cuando sentí que ya explotaba le dije que me corría, pero ella no me soltó dijo que quería mi leche dentro, el éxtasis no me dejo ni pensar que no usaba condón en ese momento, así que sin más me corrí, ella soltó un gemido largo cuando empezó a llenarse con mi leche, a mí me vino una sensación increíble, ella seguía moviéndose, bombeándome más, yo trataba de aguantar más, hasta que ella misma se separó…

Se acostó a mi lado jadeante, frotándose el cuerpo y tocándose la entrepierna húmeda y chorreante; yo recuperando el aliento y rápidamente comenzó a chuparme la verga, el semen corría por su boca, ella estaba disfrutándolo, me dio unos lengüetazos rápidos y enérgicos, con lo que nuevamente se me puso dura, ella se dio la vuelta recostándose en la cama, poniéndome su trasero en alto, diciéndome solo con la mirada, que no deseaba parar, comencé a morderle las nalgas y pasarle unos dedos por el ano, humedeciéndoselo, a pesar de que sentía cierto ardor, comencé a metérselo de a poco, su hermoso trasero estaba a mi disposición, ella gemía, se contoneaba con fuerza, mi verga entraba en su ano, pero no quería que parara, seguimos moviéndonos al mismo ritmo, sentía escozor así que se la saque y me recosté al lado, ella tomo aire, seguía con el culo levantado, sudaba, su cabello estaba empapado, sus labios más rojos que nunca y ese brillo en sus ojos verdes, me recosté y ella se lanzó sobre mí, se sentó sobre mi cintura y comenzó a contonearse, ella tenía muchos deseos aun, se reclino hacia atrás y en sus contoneos su cuerpo húmedo me calentaba, estire las manos para alcanzar sus pechos, se sentían tan calientes, duros…

Sus caderas me tenían atenazado, de arriba abajo, de lado a lado, se contoneaba con destreza, hizo un giro sobre mi cuerpo digno de una gimnasta, dejo frente a mi cara su trasero hermoso, redondo y sonrosado, sentía como escurrían sobre mí el calor de su coño caliente, comenzó un 69, a lamerme la verga, a frotar mis piernas, a chupar mis bolas; por mi parte agarre con fuerza sus nalgas, fui bordeando su ano con mi mano alcance a morder uno de sus labios vaginales, ella dio un pequeño grito, y me apretó con más fuerza los testículos, sentí un corrientazo desde mis bajos, pero el frenesí sexual que esta mujer provocaba me hizo resistir. Me ahogaba en sus flujos, sentía el calor de su interior deslizándose sobre mi cara, mientras ella mantenía cálida mi verga con su boca. Que mujer, me estaba chupando la energía…

Me despertó la luz que entraba por la ventana, mire al techo sin recordar nada y me llego la sensación cálida entre mis piernas y era ella tocándome los huevos y lamiéndome el miembro; estaba desnuda, pero se notaba que venía de tomar un baño, el cabello suelto, su piel más reluciente, aun con su cara lavada y sin maquillaje era preciosa, sus pechos hermosos ya no tenían ni semen ni sudor cubriéndolos, la toalla sobre sus piernas cubría su pubis. Sus curvas ya no eran de colegiala, pero no valdría niña alguna lo que valia esa mujer en cuestiones de sexo, me había dejado agotado, ni pude recordar en que momento me dormí… ella me sonrió muy serena:

Alejandra: Que sueño tan pesado el de la bella durmiente, igualito a la otra princesa en la sala…

Yo: Vaya, sí que dormí, supongo que por mucho ejercicio… le sonreí y puse una mano en su pierna, tratando de alcanzar su pubis, pero ella se levantó, aunque dejó caer la toalla y me dio una vista espectacular de su cuerpo, la recogió pero no se cubrió…

Alejandra: jejeje, ya no amigo… ya jugamos mucho, ya viene mi esposo, es hora de irse…

Me quede sorprendido, porque olvide que ella era casada, que haría ahora, y ella tan fresca diciendo que ya venía.

Yo: qué? Y entonces que hacemos? No podemos aparecer así!

Alejandra: tranquilo… hagamos algo, trae a Karla a la cama y te acuestas con ella…

Yo: cómo? Como que me acueste con ella???

Alejandra: ayyy que niño tan desgraciado… dijo sarcásticamente

Alejandra: si viene mi esposo y me ve a mi aquí con vos, no saldrá nada bien para nadie… mejor que te encuentre con Karla, además por lo menos le debes una chupadita…

Alejandra: Ve por ella, que sigue indespertable, la chupadita que te dio la dejo bien satisfecha, pero no pudo disfrutar lo que yo disfrute… me hizo un guiño y me lanzo un beso, pero sin acercárseme más.

Yo: Esta bien, iré por ella, no discuto que no quiero conocer a tu esposo…

Le hice caso a o que me decía, mas por temor que por otra cosa, porque ya encontrarme aquí como el amante… ya muchas historias de esas salen en la nota criminal de los periódicos, “esposo mata a amante”, y eso en mente me movió.

Ella se fue a terminar de arreglarse y yo salí por Karla que había quedado tendida en el sofá, recordaba que ella había quedado medivestida, pero la encontré desnuda, solo con una manta encima, eso no lo comprendí, pero igual no me pare a analizarlo más, estaba recostada hacia un lado, con la cara escondida entre unos cojines, pensé que se había despertado, pero se notaba que aun tenia semen seco pegado en parte del cachete y en el cabello, las nalgas relajadas. La sala era un solo desorden de ropa tirada y botellas vacías, podía ver la marca dejada en el sofá cuando me tiro el vino encima... me puse al lado y fui volteándola lo más suave que pude, pero ella estaba insensible, cuando me di cuenta que no se despertaría, pase el brazo por debajo de sus piernas y la tome de la espalda, sus pechos se batieron cuando la alce y la lleve hacia al cuarto, la acosté sobre las sabanas revueltas de lo que estuvimos haciendo con Alejandra, podían verse las marcas de las nalgas húmedas sobre el colchón. La recosté cruzada sobre la cama, me quede viendo sus nalgas redondas, cuando apareció nuevamente Alejandra ya vestida de jeans y solo con una camiseta tapándole los pechos.

Alejandra: Ahora metete en la cama!

Yo: Como?

Alejandra: Si! No seas pendejo, si te ve aquí conmigo se vuelve loco el cabrón! Le gusta coger con otra, pero no espera que yo haga igual… así que deja de pendejadas! Chúpale las tetas que ya te hizo ella un favorcito también!

Ya pronto estará tocando la puerta! Le dije que dormí en la sala y ustedes estaban tan ebrios que se empezaron a desvestir en la sala y los corrí al cuarto.

Me acosté al lado de Karla, mientras tanto Alejandra se puso a su lado de la cama y se inclinó a darle un beso en la boca y luego le apretó los pezones y le metió mano en la entrepierna aquella empezaba a reaccionar y se apartó, luego se acercó a darme un gran beso, me agarro nuevamente la verga y se la metió a la boca de un solo, se me paro casi al instante y me dio una rápida lengüeteada y chupada.

Alejandra: Gracias amor! Goce mucho contigo, pero no creo que repitamos… el beso que le dé, será con sabor a tu pene… jejeje.

Se rio divertida y me guiño un ojo, se levantó la blusa y apretó sus pechos una última vez para mí, antes de salir disparada hacia la sala, en cuanto escuche que habrían la puerta y voces, me acosté a la par de Karla y me le pegue al cuerpo…

Sin ropa, el pelo revuelto, señas de semen en la boca, apenas dando señales de vida, me pegue a sus nalgas, y le agarre una teta, comencé a masajeársela, le fui pasando la mano por la entrepierna, la fui masajeando y lamí su cuello, ahí ella se comenzó a mover, su cuerpo se despertaba, su coño se humedecía, se despertó y me agarró la mano, como que se acordó de algo y no la quitó, más bien la agarró con fuerza… se volteó, aun desorientada y con los ojos entrecerrados

Karla: sos un hijueputa, me violaste…

No entendí si se daba cuenta de algo, pero estábamos desnudos y no hizo ademan de que eso le molestara.

Yo: Como? Ayer me chupaste la verga… aquí amanecimos!

Karla: Perro… acaso te metí la lengua en el culo? No me acuerdo de eso!

En eso sonó con fuerza la puerta del dormitorio, voltee a ver y frente a la puerta estaban Alejandra y el esposo, mi cara fue tan de susto como la de el, en eso Karla salvo la situación…

Karla: Que putas les pasa!!! Cierren pendejos!

Les tiro una almohada y rápido salieron, se levantó a cerrar la puerta y a gritarles, se volteó y se cubrió con la almohada, nos quedamos viendo un rato, yo seguía desnudo y la tenía dura todavía. Se volteó y como era su carácter explosivo:

Karla: Tapate esa mierda! Puta, aquí en mi casa me vienen a joder la vida! Que hijueputa!

Yo: que te pasa?

Karla: Sos un pendejo violador!

Yo: ok, me voy entonces, busco mi ropa y…

Karla: No, quédate ahí!

No dijo más, pero su cara se puso más roja que con la cólera, se acercó nuevamente a la cama, y dejo de taparse con la almohada. Se sentó sobre las piernas, sus pechos redonditos frente a mí. Le dije que la mamada que me dio me dejo seco, que nunca me habían sacado tanta leche, que nos quitamos la ropa y la amiga se había quedado dormida en la sala, que cuando se cansó de chupármela se había dormido y que al llegar al cuarto le devolví la atención y la termine de desnudar, ella me miraba incrédula porque no se acordaba, le dije que no hicimos mucho porque se durmió… En eso escuchamos que había acción en la sala…

Karla: Gran hijueputa, viene a coger a mi casa… pedazo de mierda, esa mujer es mucho para ese cabrón!-

Después se relajó un poco y me puso una mano en la pierna, fue rozándome la pierna hasta que tomo mi verga nuevamente y volvió a chupármela, le devolví el favor y le masajee el clítoris con la lengua y toque sus pechos, eran algo más pequeños que los de Alejandra, pero sus pezones eran más grandes y puntiagudos, el que se los pellizcara y retorciera ligeramente la excitaba mucho, pues se mojó rápidamente…

En ese juego nos quedamos un rato más cogiendo, después nos vestimos y salimos del cuarto, ya se habían ido, solo quedaban unas cuantas prendas regadas, yo tome mis cosas y oculto en mi camisa encontré la pantaletas de Alejandra, la guarde en mi pantalón y me la lleve al salir del apartamento de Karla. Seguimos cogiendo con Karla unos meses más, ella no me quería de novio ni yo le pregunte, fue más un desquite para con su hermana, que fue con quien no hice casi nada y sin mencionar a Alejandra, que se desquitaba las que el marido le hacía… pero bueno, no lo puedo creer aun que aunque solo fui objeto de “retribución simbólica” pase una noche increíble.

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