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Tanto lo molesté que me terminó violando mi hermano

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Hola, lo que les voy a contar es real, me pasó a mí, y no hace mucho. Fue por provocar a mi medio hermano haciéndome la gata en casa.

Casi todos los sábados mis padres salen a juntarse con amigos y no vuelven hasta casi el amanecer. Mi hermano de 25 años, hijo del primer matrimonio de mi padre, aprovecha para traer alguna amiga a casa y tener sexo. Su cuarto está pegado al mío y muchas veces escucho todo lo que pasa allí.

Nuestra relación era bastante distante, sobre todo por la diferencia de edad. Era como que no nos interesaba tener relación de hermanos cercanos.

A mí el sexo no me interesaba, a pesar de tener 18 años. Nunca había tenido relaciones y obviamente era virgen. Ni siquiera me masturbaba ni miraba videos en la compu. Tengo un cuerpo “normal”, y de cara no soy fea. Tampoco me sentía atraída por las otras chicas. “Bicho raro” me decían en el colegio.

Cuando empecé la facultad, un par de veces por semana terminaba tarde la clase, me tomaba el bus y regresaba a casa. Me bajaba a tres cuadras que hacía caminando. Una noche, cuando voy a bajar, siento que una persona se para detrás mío. Cuando bajamos sentí que caminaba detrás de mí. De repente, sentí que me tapaban la boca y un golpe en la espalda. Las piernas se me aflojaron y me arrastró a un terreno baldío cercano.

Me tiró al suelo, y pude ver que era un hombre grande, de edad y de físico. Ahora en la mano tenía una chuchilla grande. Con la otra mano se abrió el pantalón y dejó salir una polla para mí descomunal, ya que nunca había visto una. Tendía unos 20 cm y era bastante gruesa.

-Chúpala pendeja, o te abro en cuatro con la cuchilla.

-Nunca lo hice, nunca estuve con un hombre, dije llorando

-Ah, me tocó una virgencita, como voy a gozar haciéndote mierda.

-No por favor, no me lastime, por favor.

Me agarró de los pelos y acercó mi boca a su polla. Me la refregaba por la cara, tratando de meterla en mi boca cerrada. Como no podía, me puso la cuchilla en la garganta y solo dijo: “Abrí”. El miedo pudo más y abrí la boca. Metió su pija en ella, y comenzó a bombear sin parar. De pronto me dijo que le pase la lengua, lo hice, y nuevamente la metió.

Yo estaba temblando de miedo, por lo que pasaba y lo que me imaginaba que iba a pasar. Me hizo parar y tomar su pija con mi mano. Me comenzó a tocar por sobre la ropa y a decir obscenidades, detallándome todo lo que me iba a hacer. Yo lejos de excitarme, estaba seca como el Sahara. De repente se vieron las luces de una patrulla policial que se acercaba. Me soltó y salió corriendo para el fondo del baldío. Yo aproveche, y escapé, corriendo a casa.

Cuando entré estaba pálida, temblaba. Mi familia me preguntaba que había pasado y lo único que les dije fue que me había asustado en la calle. No cené y me fui a mi habitación. Mi mamá me trajo un calmante y de inmediato me dormí.

Cuando desperté noté que mi bombacha estaba húmeda, muy húmeda. Me llamó la atención porque nunca me había pasado. Dormida me había excitado. Y como ¡!!!

Esa noche, mientras estaba en la compu se me dio por ver un video porno por primera vez. Juro que algunas cosas me impresionaban. El detonante fue un video de como un hombre forzaba a una mujer a que le chupe su polla. Casi igual a lo que me pasó a mí. Inmediatamente me calenté, los jugos brotaban de mi vagina como si fuera una fuente. Creo que fue susto lo que sentí, apague la compu y me fui a acostar. Sin darme cuenta puse un brazo entre mis piernas y me dormí.

De repente siento que mi mamá me sacude del hombro y me dice que me despierte, que estaba gritando dormida, que sería una pesadilla. Salió de la habitación y me percaté que estaba de costado, tapada y mi mano derecha estaba sobre mi vagina, totalmente encharcada.

Esa noche nuevamente miré porno, pero esta vez ya buscaba videos violentos. De como forzaban a chicas, casi las violaban. Por adelante y por atrás. Lo que me volvía loca era que ellas gozaban terriblemente. En uno de los videos el hombre mientras se hacía chupar, le decía que se toque la concha. Yo, como si fuera la protagonista, me empecé a tocar, me pasaba la mano de arriba abajo. Cuando le dijo que se meta los dedos, yo misma lo hice, hasta que choque con el himen. Mi cabeza explotaba. Luego le dijo que meta un dedo en su ano y yo lo hice!

Lo que siguió fue lo que creo un orgasmo. Entre excitada y temblorosa me fui a la cama.

Ese sábado, mi conducta cambió, ahora era callada, trataba de no hablar con nadie, y sobre todo, con mi hermano. Como contaba antes, el traía chicas los sábados. Ese no fue la excepción. Pero mi cabeza ya estaba estallada mal, y sin que se dé cuenta, cuando fue a buscarla, puse una cámara inalámbrica en su dormitorio conectada a mi compu. Ahora podría ver y escuchar todo.

Cuando entraron a la habitación noté que la chica era más o menos de mi altura, quizás más flaca. De inmediato le sacó la ropa y la hizo acostar. No le quedaba nada por hacer de lo que yo veía en los videos. Increíblemente no me excitaba, era como que no me llegaban las imágenes al cerebro. Pero cuando la puso en cuatro sentí que me comenzaba a mojar, mucho más cuando en el medio de los bombeos, le tiro del cabello y le dio una nalgada. Los gritos de la chica se escuchaban claramente, mezcla de placer y dolor. De pronto mi hermano se salió y apunto a su ano. La chica pedía por favor que no, pero él se la metió, y la chica fue cambiando el no por gemidos de placer.

Cuando acabaron yo hice lo mismo. Recién ahí me di cuenta que tenía las piernas todas chorreadas hasta los tobillos. Enseguida se fueron y fui a la cocina y me serví un trago de vino. Me senté, lo tomé y luego otro, y otro. Al cuarto, con la vista nublada, sentí que se había la puerta. Como vio la luz, mi hermano vino a la cocina

-Que te pasa, que haces acá y tomando vino, vos nunca tomas.

-Pasa que soy una puta caliente y virgen.

-Que decís?

-Lo que escuchas. Puta, caliente y virgen. Pero a vos que te voy a hablar, si vos te volteas una casa semana. Lindo polvo te echaste hoy. Por los gritos la reventaste a la minita.

-Por favor, no sigas hablando. Estas borracha. Vamos que te llevo a la cama.

Me ayudó a levantarme y a caminar. De repente llevé mi mano a su bulto, dio un salto que casi me suelta.

-Que haces pendeja, camina y no jodas.

-Que, me vas a decir que no te gusta que te toquen, o que no te gustan las mujeres. No te voy a creer.

-Camina y cállate.

-O qué, que me vas a hacer, me vas a coger también. No te dan los huevos. A vos te gusta que se te entreguen, y conmigo tendrías que pelear. Cagón.

-No jodas más.

-Dale, putito, seguro que después de un polvo ni se te para. Sos de pocos tiros, todos los sábados un solo. O te crees que no me entero. Es más hoy te estuve mirando, jajaja

-Cómo? Que hiciste qué?

-Puse una camarita y vi todo. Muy tiernita esa pendeja, gemía por nada, no la tenés tan grande como para tanto gemido y quejido.

Cuando llegamos a mi habitación, literalmente me tiro en la cama. Cuando se estaba por ir, lo llamé, y cuando se dio vuelta me vio con las piernas abiertas mostrando mi vagina y mi ano. Y mis dedos repartiendo el flujo.

-Ves, tenés una mina servida y ni se te para. Putito!!! Cagón!!!

Sin decir nada, miró la hora en su reloj, se sacó la remera y el pantalón, se acercó a la cama y con violencia me tomo de los pelos. Cuando me acercaba a su pija, me dio tremenda bofetada que me hizo abrir la boca. Fue ese momento que aprovechó y me la metió en la boca. Yo trate de zafarme pero era imposible. Seguí intentando pero lo único que conseguía era que me diera bofetadas, me pellizque los pezones o me azote el culo. Mi sexo otra vez era un volcán en ebullición.

Pasaron unos 15 minutos y sin ningún cuidado, se corrió para los pies de la cama. Ahí pude ver su pedazo. Era descomunal, unos 25 cm y el grosor proporcional. Juro que ahí en serio me dio miedo. Esa bestia unida a la calentura me iba a desgarrar toda.

Me abrió las piernas y con una mano dirigió su aparato a mi vagina. Lo único que atiné a decir, fue “soy virgen”, cuando con la otra mano me tapó la boca.

Lo último que recuerdo de ese momento es que empecé a sentir como la apoyaba en mi vagina y de un golpe la enterraba hasta el fondo. Me desmayé, no sé cuánto tiempo, paro cuando me desperté el seguía arriba mío bombeando. Me dolía toda la vagina, pero al mismo tiempo estaba súper excitada. Su rostro era frio, sin ningún sentimiento, emoción, nada. Cuando se salió de arriba mío, pude ver que su pija estaba manchada de jugos y sangre. Evidentemente no solo había roto mi himen sino que algo me había desgarrado.

-Así que puto, cagón. Bueno, ahora vamos a ver qué opinas después de esto.

Y sin más me puso boca abajo, puso dos almohadas debajo mío haciendo que mi culo quede levantado, metió dos dedos en mi concha y los sacó con la mezcla de jugos y sangre. Sabía sus intenciones y le regaba por favor que pare. No solo no lo hizo sino que de un golpe metió los dos dedos en mi culo. Los sacó, repitió el procedimiento y socarronamente me dijo: “Es para que entre más fácil y no te duela”.

Yo lloraba y pedía por favor. De pronto sentí que apoyaba la punta en mi ano. Me estremecí e instintivamente hice fuerza para cerrarlo. Él lo notó, me tiró del pelo y me dijo:

-Mejor que te relajes y vos empujes para meterla, porque si yo te la meto…

Como pude me relajé un poco, los tirones del cabello hacían que el mensaje llegue claramente. Fui levantando el culo tratando de que entre, pero esa pija era demasiado grande para mi culo.

-No entra, por favor, déjame, es muy grande.

-No te creas, sentí

En ese momento se dejó caer sobre mi cuerpo y su pija, de un golpe llegó bien adentro mío, hasta que sus pelotas golpearon mi vagina. Claramente sentí como me desgarraba, sentía la sangre que corría por los labios de mi vagina. Me estuvo bombeando-destrozando un rato, hasta que se tiró en la cama, me sentó sobre él con la pija en mi culo, me agarró mis brazos en mi espalda y me dijo sonriendo: “Ahora, movete, salta sobre mi pija.” Tras lo cual, me pellizcó uno de mis pezones.

Como pude le hice caso. Cada subida y bajada era sentir que ese palo me llegaba al estómago. Ya el efecto del vino había pasado, ahora era todo dolor y placer mezclado. Pero que placer. Sentir la calentura que despertaba en ese hombre, me excitaba aún más, aunque sabía que también esa calentura me generaba dolor.

Sintió que iba a acabar, me sacó de encima de él y me puso de rodillas en el suelo.

-Ahora, la vas a chupar bien, la vas a limpiar bien, le vas a pasar bien la lengua hasta que no quede resto de nada.

Comencé mi trabajo y veía mi sangre, mi flujo y hasta algún resto de materia fecal. Quise sacar la boca para limpiarlo con la mano pero no me dejó. Tuve que tragar todo. El guiaba mi trabajo agarrándome de los cabellos. Se empezó a masturbar con todo, con mi boca a centímetros de su pija, no me la soltaba, hizo que abra la boca, apoyo la cabeza de su pija en mis labios para seguir masturbándose. Cuando empezó a largar su semen, la metió toda en mi boca haciendo que trague todo.

Siguió bombeando un poco más, hasta haber sacado todo de sus pelotas, hizo que la limpie nuevamente y me soltó.

Se puso su bóxer. Levantó su ropa, me dejó en el suelo y se fue de la habitación. Por como me temblaba todo el cuerpo me costó subirme a la cama. Cuando vi las sabanas, eran un desastre de sangre y jugos. Cuando vi la sangre, llevé mi mano a mi ano y solamente la apoye, al volver a verla, estaba con sangre, de solo apoyarla.

Fue así que perdí la virginidad de mis dos agujeros.

Tiempo después empecé con una psicóloga, porque la única forma de excitarme es si me violentan, me golpean y/o lastiman. Ella dice que es un trauma por la vez que me agarro aquel hombre en el baldío.

Puede ser, pero yo gozo como buena puta en celo.

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