Habiendo despejado un poco mi mente y tranquilizado mis hormonas me encontré dándome una ducha helada. Intuitivamente usé el agua helada del grifo para caer en la cuenta de lo que había experimentado. Salí de la ducha, tomando el toallón y en la medida en que me secaba la humedad de mi cuerpo observaba mi reflejo en el espejo. Estaba confundido, extraviado, no encontraba una explicación lógica a lo que había experimentado.
La escuela, gritos, risas, burlas algún bollo de papel atravesando el salón de clases. En medio de tal vorágine yo muy pensativo casi absorto de la secuencia que se vivía fuera y alrededor mío. Pensaba en mi tío, en el padrino de mi mamá, en ese viejo verde y degenerado que me había drogado, desnudado y también hizo que lo acariciara y besara en la boca. Lejos de sentir asco era una sensación de excitación y placer que no podía casi contener. Esa sensación me obligaba a pedir permiso para salir al sanitario; una vez en el cubículo de los baños desesperadamente desabroche mi pantalón y tuve que sólo imaginar la secuencia vivida con mi tío para agarrar mi pene casi erecto y eyacular casi de inmediato haciendo un movimiento casi desconocido para mí pero muy sensual con mis caderas.
Llegó la hora ansiada, hacen sonar el timbre para salir. Yo respiro profundo y con un nudo en mi estómago.
¿Qué hago? (me pregunto )
¿Voy por mi tío o no?
Me saludo con los chicos despidiéndome y subo a mi bici. Mi cabeza solo me dice pasa por casa del tío…
Así fue, no dejé pasar ni veinticuatro horas y ya estaba ahí en su puerta tocando el timbre que a diferencia de otras veces no estaba regando las plantas. Escucho su gruesa voz desde dentro del departamento, la diferencia es que ya no me parecía un viejo tierno ahora mi cabeza junto con mis hormonas hervían en una guerra interna para saber que me haría ese hombre.
Tito: Voy, voy.
Yo: Soy yo tío.
Tito: Lo se putito, pasa y sentate.
Su calificativo me descolo y me enmudecí, casi paralizado entre y acate su orden.
Por más de media hora no hay un cruce de palabras. Yo sentado, respirando con mucha dificultad por lo extraño de la situación, él viendo tele y tomando unos mates amargos, lo sé porque sólo tiene el termo con agua, el yerbatero y el mate, ni siguiera edulcorante. No me mira, actúa como si no estuviera ahí. Yo algo más nervioso que al principio sin saber qué hacer.
Una hora después. Me dice el hombre con un gesto muy severo.
Tío: te portaste bien. Así quiero que hagas siempre.
Yo: No sé qué decir tío. Hace una hora estoy aquí. Tengo que irme.
Tío: No te vas a ningún lado, ahora sacame los zapatos y bajame el pantalón.
Me predispongo a realizar lo que me pide; yo muy confundido por la escena sin saber que decir. Bajo su pantalón, él tirado en el sillón individual bien desparramado. Miró su bulto, no puedo contener mis ojos y miro su erección, el eslip húmedo dónde da la punta de su glande.
Tío: Chupame el calzón pero no me toques la pija.
Su voz suena muy imperativa. Me acerco a su entre pierna y con algo de asco voy metiendo ese pedazo de género a mi boca.
Tío: Chupalo bien y lamelo putito. No pares quiero ver si te gusta o no la pija.
Yo muy confundido y muy fuera de sí, le respondo que es la primera vez que hago esto.
Tío: No te preocupes, si te portas bien te voy hacer mi puto. ¿Querés ser mi puto?
Yo: No se tío esto es nuevo para mí. No dudo que la sensación que experimento me gusta pero…
El cachetazo que me propina retumba en todo el departamento, dándome vuelta la cara, quise reaccionar pero mis piernas y mis brazos parecen no responder a la orden de autodefensa que me indica mi cerebro.
Tío: ¡No te asustes! Yo te voy a enseñar a ser puto. -me dice.
Yo: Como diga tío.
Otro cachetazo en la otra mejilla, igual de fuerte. Siento la cara como fuego y mis ojos lagrimosos.
Tío: Ya no soy tu tío. Soy tu Amo. De ahora en adelante me dices Amo entiendes. Amo para todo.
Yo: Comprendo…
Amo: Comprendo qué?
Yo: Comprendo Amo.
La situación me excita mucho, estoy muy caliente pero no se me para la pija. Pienso que será por el miedo, sigo lamiendo su slip húmedo, encuentro distintos sabores y aromas desconocidos para mí.
Amo: Sacame el calzón y lameme desde el tronco de los huevos hasta la punta de la pija, no te la metas en la boca, sólo pásame la lengua.
Yo: Bueno.
Siento el oído muy caliente y aturdido, por el cachetazo que me propina. Lo miro…
Amo: Soy tu Amo puto así que no lo olvides ahora hace lo que te pedí, dale.
Estoy excitándome con lo que le hago, pasar mi lengua por toda su pija y huevos que se sienten con gusto y olor a sudor me calienta más. Él hace zaping con el televisor como si nada pasara.
Llevo haciendo lo mismo cerca de veinte minutos o más, la lengua me duele, las carretillas me duelen y el sigue ahí ignorándome.
Amo: Listo! Lo hiciste bien, parate y bajate los pantalones y el calzón.
Hago lo que me pide, sin decir nada. No quiero responder ya que me niego a ser un puto y encima una marioneta. Quedo con mis extremidades inferiores y mi sexo al descubierto. Él me mira y evalúa. Mi pija no está erecta pero entre la calentura y los chirlos propinados tengo una mezcla de bronca y a su vez intriga de que será lo siguiente que haga.
Amo: Date la vuelta así te veo el culo.
Lo hago, sin que me diga me levanto la camisa para que lo vea todo. Estoy muy vulnerable y pienso que se puede dar el momento para que me penetre. Siento sus manos posarse en mis nalgas, las acaricia, me mete una de sus manos entre mis piernas, yo separo un poco las piernas. Él no dice nada, sólo acaricia, roza mis testículos y eso me pone mucho más deseoso de saber que me va decir.
Amo: Date la vuelta y subite la ropa, arreglate bien. Cuando termines te arrodillas y me haces una paja.
Abro mis ojos con cara de asombro y pienso, eso es todo. Me siento decepcionado, pero bueno hago lo que me pide. Me arrodillo y lo masturbo, recorro su pija con cierta delicadeza pero a su vez con frenesí para que se corra rápido. Pienso que tiene un autocontrol enorme, ya que jadea, pero tarda en venirse. Imagino que me va pedir que se la chupe… pero no.
Comienza a jadear y a retorcerse a punto de eyacular. Le salta su leche y yo sigo masturbándolo…
Amo: Listo! Limpiate la mano y andate a tu casa. Te espero mañana.
Fue una orden y yo no respondí. Sólo hago lo que me pide y me voy…