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Tras bambalinas (Capítulo 11)

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7 días después de la victoria de Serena en el Gran Festival todo el grupo se dirigió hacia el aeropuerto de Ciudad Slateport, debido a que ya era el tiempo de dejar Hoenn y volver a Kalos. Con la excepción de Jenny, quién hace algunos días ya se había despedido de todos debido a que la oficial tenía una importante misión que cumplir.

De forma que después de unas 4 horas de vuelo el grupo finalmente había llegado al aeropuerto de Ciudad Lumiose en Kalos, sin embargo después de salir del lugar fue cuando llego el turno de Alexa para despedirse.

—En verdad lo siento, pero es necesario que regrese a Ciudad Santalune para entregar mi reportaje —explicó la reportera con una sonrisa cómplice, ya que aunque ella estaba diciendo la verdad, sus planes en su ciudad natal iban más allá de solo pedir una licencia...

—No te preocupes, Alexa. Te prometo que muy pronto iremos a Santalune y espero que ese asunto esté listo —comentó Anthony mientras se despedía de la castaña con la mano.

—Ten por seguro que así será, Anthony, Voy a asegurarme de que todo esté listo para tu llegada. Hasta ese momento cuídense mucho —respondió la reportera despidiéndose del grupo con la mano y dirigiéndose a toda prisa hacia la Ruta 4.

Después de ver partir a la mujer fue cuando Anthony y Serena acompañaron a Shauna hasta su casa, en donde también tuvieron que despidirse de la morena, y tras lo cual la feliz pareja se disponía a ir a la Terminal de Autobuses para ir a Pueblo Vaniville cuando...

— ¡No puede ser! ¡Hermano, mira es Serena! —gritó una emocionada voz infantil proveniente de una niña rubia, que prácticamente estaba arrastrando a un chico rubio de lentes.

— ¡Bonnie, Clemont! —gritó Serena soltando por un momento la mano de su novio para abrazar a los hermanos que la acompañaron en su viaje por Kalos, y no era para menos, porque los 3 chicos estaban felices por encontrarse de nuevo.

Aunque el efusivo gesto de Serena sorprendió a los rubios y en especial a Clemont, quién se sonrojó al sentir los grandes atributos de su amiga tan cerca de él, todo indicaba que aquel sería un emotivo reencuentro hasta que la menor notó un pequeño detalle.

—Oye Serena ¿Quién es él? —preguntó la pequeña niña, quien a pesar de la emoción no había ignorado la presencia de aquel desconocido y lo miraba con atención.

—Lo siento chicos por no presentarlos primero —se disculpo la chica antes de acercarse al chico para tomar su mano —Él es mi novio Anthony. Amor, ellos son mis amigos Bonnie y Clemont —explico ella con alegría y sin darse cuenta del efecto que sus palabras tuvieron en los hermanos.

—Es un verdadero placer para mí por fin conocerlos, Serena me ha hablado mucho de ustedes —respondió Anthony de forma educada mientras se acercaba para darles la mano, la cual los aún sorprendidos rubios aceptaron en automático.

De esa manera los cuatro chicos comenzaron a pasear por la ciudad mientras se ponían al día acerca de lo ocurrido después de su viaje por Kalos, y aunque los hermanos seguían muy sorprendidos por aquella inesperada revelación supieron ocultarlo.

Y aunque Anthony congenio muy bien con Clemont, había algo detrás de toda esa caballerosidad que no le gustaba a Bonnie y la hacía sospechar, por lo que cuando pasaron por el Centro Comercial y Serena anunció que pasaría al tocador ella se ofreció a acompañarla.

—Serena ¿Qué pasó con Ash? —preguntó la linda loli directamente en cuando se quedaron a solas y viendo a la performer con seriedad, pero para su sorpresa ella le sonrió.

—Sabía que me lo preguntarías, Bonnie. Así que te lo voy a explicar —contestó Serena mientras se inclinaba para quedar a la misma altura que la pequeña y mirarla fijamente a los ojos —Ash siempre será alguien muy importante para mí, es un valioso y preciado amigo y nunca voy a olvidar todo lo que vivimos juntos. Pero si te soy honesta mi corazón se cansó de esperarlo.

— ¿A qué te refieres, Serena? —preguntó Bonnie un poco abrumada por la elocuencia y seguridad que ahora emitía la amiga a la que consideraba como a una hermana mayor.

—Después de aquel beso en el aeropuerto yo imaginé que algo despertaría dentro de Ash... Si te soy honesta incluso una pequeña parte de mí fantaseaba con que él me detuviera o en que fuera conmigo, pero cómo tu viste eso no pasó.... Incluso cuando estaba en Hoenn yo aún esperaba alguna señal de él, una llamada, una carta, cualquier cosa, pero nunca llegó nada, Ash jamás se contactó conmigo otra vez.

La pequeña escuchaba con atención a la chica y realmente no podía culparla, porque que ella tenía razón, ya que desde el fin de su viaje el chico de Kanto nunca volvió a contactarlos.

— ¿Y cómo conociste a Anthony? —inquirió Bonnie con curiosidad, ya que aún no se explicaba como era que Serena se había enamorado de otro chico.

—Fue después de uno de mis primeros Concursos, al principio no me estaba yendo muy bien, además de que yo me sentía muy sola y triste en aquella región que apenas conocía. Pero el se acercó a mí y se ofreció a acompañarme, me da un poco de pena admitir que en ese momento fui muy fría con él, pero después de un tiempo decidí aceptar su oferta.

—Mientras tanto yo aún esperaba con ansias cualquier señal de Ash, pero esta nunca llegó. Sin embargo durante nuestro viaje por Hoenn Anthony fue muy atento y caballeroso conmigo y sin darme cuenta empecé a sentir lo mismo que sentía por Ash, Anthony fue entrando en mi corazón poco a poco y al final logró conquistarlo. Y hace unas pocas semanas, durante un festival al que asistimos, fue en donde él me confesó que estaba enamorado de mí y me pidió ser su novia. Entonces yo también entendí que estaba enamorada de él y acepté.

—Bonnie se que todo esto es muy repentino para tí y sé que no confías en Anthony, pero el me hace muy feliz y por eso te pido que le des una oportunidad para demostrarlo. Tú y Clemont son como mis hermanos y me importa mucho su opinión. Por favor Bonnie —pidió la chica con dulzura y sin dejar de mirar a la niña, que trataba de procesar lo que acababa de escuchar.

—Está bien Serena, lo haré. Pero si él llega a lastimarte no seremos amables con él. ¿Verdad Dedenne? —contestó la pequeña secundada por su hámster eléctrico de bolsillo.

Una vez aclarado ese punto las chicas se sonrieron y salieron del tocador para encontrarse con Clemont riendo a carcajadas de un chiste de Anthony, aunque después de un rato fue cuando Serena les dijo que debían ir a Pueblo Vaniville para visitar a su madre, por lo que los rubios los acompañaron a la Terminal de Autobuses y les desearon un feliz viaje.

— ¿Tus amigos sospechan algo, cariño? —preguntó el Anthony una vez que ambos estuvieron sentados dentro del vehículo.

—Solo Bonnie, mi amor, pero logré convencerla. Y Clemont es demasiado despistado como para darse cuenta de algo —respondió la performer con una sonrisa mientras recargaba su cabeza en el hombro del chico.

—Eso se nota por la cara que puso cuando lo abrazaste —contestó el chico de forma un poco seria, tratando sin éxito de esconder la pizca de celos que sentía, a lo que ella sonrió de forma dulce y lo beso en la mejilla.

—Tranquilo, mi amor, para mí Clemont es aún más inofensivo que un bebé. Además de que tú sabes que yo soy toda tuya —le susurró ella al oido en un tono de voz que destilaba amor y sumisión al mismo tiempo

—Yo lo se, mi amor —contestó Anthony con una sonrisa y aprovechando la posición en la que se encontraban para tocar disimuladamente el pecho de la chica, sacándole una tenue suspiro de placer y una linda sonrisa.

Después de unas 2 horas la pareja finalmente arribó al pueblo natal de la performer, así que sólo fue cuestión de unos minutos encontrar la casa de su madre, de la cual salió un Rhyhorn para saludarla.

En ese instante la puerta de la casa se abrió y de ella salió una preciosa mujer de tez ligeramente bronceada, cabello castaño oscuro y los mismos ojos azules que tenía su novia, pero lo que llamó más la atención de Anthony fue que los pechos de aquella mujer eran incluso más grandes que los de Alexa, junto con aquella delineada y curvilínea figura. Sin duda alguna la madre de Serena era muy hermosa llegando a parecer más su hermana mayor.

— ¡Mamá! —gritó la chica de cabellos color miel lanzándose a los brazos de su madre, quien de inmediato la abrazo.

—Estuviste fantástica en Hoenn, cielo. Un triunfo totalmente digno de mi hija —comentó la ex-corredora Rhyhorn con una expresión radiante antes de percatarse de la presencia del chico que acompañaba a su hija.

— ¿Y puedo preguntar quién es este joven tan apuesto? ¿Acaso es tu novio? —comentó la mujer de forma pícara con la intención de molestar un poco a su hija, y sin sospechar que estaba a punto de llevarse una gran sorpresa.

—De hecho lo es. Mamá quiero presentarte a mi novio Anthony, mi amor, te presento a Grace, mi mamá —contestó la chica con calma y una sonrisa que abrumo a la ex-corredora Rhyhorn por un momento.

—Serena ¿Porque no me dijiste que tenías novio, jovencita? Pienso en que debería de castigarte —comentó la mujer en un tono severo en cuanto pudo recuperar el habla.

—No es culpa de Serena, señora Grace. Yo fui quien le pidió que se lo dijéramos en persona —contestó el chico acercándose a Grace —Por cierto permítame disculparme, yo soy Anthony y quisiera que me permitiera seguir siendo el novio de su hija —contestó mientras hacía una reverencia y tomaba la mano de Grace para besarla.

“Vaya, este chico es muy educado y también bastante guapo. Yo siempre creí que el primer novio de Serena sería Ash, pero parece que no. Y aunque nuestros gustos en ropa difieran al parecer ambas tenemos un excelente gusto para los hombres” pensó la mujer mientras evaluaba al nuevo novio de su hija, lo cual la hizo recordar un poco a su difunto esposo.

—Bueno eso ya no importa, mientras mi hija sea feliz no hay problema —repuso ella con una tenue sonrisa antes de añadir —Imagino que deben de estar agotados así que pasen a descansar un poco, justo ahora estaba tomando el té —dijo Grace invitándolos a pasar y cerrando la puerta para dirigirse a la sala de estar, en donde se dió cuenta de un pequeño problema.

—Se acabaron los macarons ¿Serena te importaría ayudarme un poco en la cocina? —preguntó la mujer un poco apenada, recibiendo un asentimiento de su hija, quien se levanto del sofá donde estaba sentada y se dirigió a la cocina junto con su madre.

En ese momento fue cuando Anthony pudo ver el magnífico trasero de Grace y tomo una decisión: Atraparía a esa hermosa mujer y se convertiría en el Amo y Señor de aquella casa teniendo a ese hermoso par de madre e hija como sus leales y obedientes esclavas.

El chico estaba sumido en sus pensamientos hasta que una nota en la televisión llamó su atención. En ella se hablaba de la detención de un joven de cabello rubio que enfrentaba serios cargos por el uso indebido de habilidades pokémon, hostigamiento, acoso sexual y pederastia, por lo que pasaría más de 50 años en prisión.

“Lo siento, Max, pero esto tenía que pasar así” pensó Anthony con un poco de pena al reconocer al detenido, aunque tampoco pudo evitar sonreír al saber que estaba más cerca de cumplir su objetivo “Va uno y faltan 2” mientras recordaba la conversación que tuvo con Jenny y Malva hace 6 días.

Al día siguiente después de aquella interrumpida celebración Anthony miraba el Holomisor que Malva le dejo, las chicas después de cambiarse y de desayunar le comentaron que saldrían de compras, a lo que el accedió con la única condición de que no volvieran muy tarde. Sin embargo una vez que ellas se fueron vio que Jenny se disponía a volver a su trabajo por lo que decidió detenerla.

—Espera, Jenny. Necesito hablar contigo de algo —pidió de forma gentil aunque con la suficiente autoridad para que quedara claro que aquello era una orden.

—Por supuesto, mi Amo. Estoy a tu completa disposición —respondió la mujer antes de tomar asiento frente a el.

—Necesito que pongas tu total atención a la siguiente conversación ¿De acuerdo? —le pidió, recibiendo una cabezada de asentimiento de la oficial y sin dudar comenzó a marcar el número que estaba programado en el aparato.

—No espere que me llamarías tan pronto, espera... ¿Ella es una Oficial Jenny? Si tienes problemas con la ley no cuentes con mi ayuda —contestó el pequeño holograma de Malva que apareció del Holomisor.

—No te preocupes por Jenny, ella nos ayudará en nuestro objetivo. Y quiero que este al tanto de nuestros planes —repuso el chico con calma.

—Entiendo, ¿Pero estas seguro de que ella no nos va a delatar? Imagino que comprenderás que por razones obvias no confió mucho en la Policía —inquirió la Alto Mando aún viendo a la oficial y a su socio con desconfianza.

—Estoy completamente seguro de que ella no nos dañará de ningún modo ¿O si, Jenny?

—Por supuesto que no, Amo. Yo sólo quiero que se haga justicia y también hacer realidad todos tus deseos —contestó la oficial sin la más mínima vacilación.

— ¡Vaya, vaya! Cada vez me impresionas más, Anthony. Nunca se me ocurrió que una de tus “parejas” fuera una Oficial Jenny. Al parecer eres mucho más estratégico y selectivo con tus capturas de lo que yo crei, sin embargo no creo que esa sea la razón por la que me estas llamando, así que te sugiero que vayas al punto.

—Se cómo asegurarnos de que sea yo quien vaya a la captura de Diantha —sentenció el chico con una seguridad absoluta.

—Explícate, Anthony —pidió la Alto Mando sumamente interesada.

—Veras dentro de la Agencia de Palermo no hay mucho personal masculino, ya que la gran mayoría se dedica a la vigilancia del edificio y a ser los chóferes y guardaespaldas de Palermo y de Aria, por lo que el grupo que se encarga de perseguir y cazar objetivos no es mayor a 30 personas —explicó Anthony de forma centrada mientras Malva asentía por cortesía, ya que ella ya poseía esa información.

—Sin embargo a pesar de lo reducido que es el grupo de cazadores, estamos muy bien diferenciados en base a nuestras habilidades, ya que aproximadamente unos 20 de sus cazadores son novatos sin mucha experiencia. Sin embargo también existe una exigua minoría, que al igual que yo está bajo las órdenes directas de Palermo, y a ellos se les conoce con el nombre de los Royal Knights.

— ¿Así que los Royal Knights? Imagino que ellos son el escuadrón de élite de Palermo que me habías mencionado ¿Supongo que tú también eres parte de ellos, no? —mencionó Malva después de analizar esa información.

—No de forma oficial, me consta que ellos le han propuesto a Palermo a ascenderme a ese grado gracias por mi experiencia en las misiones y en los combates pokémon, sin embargo ella no considera que esté listo además de que dice que aún soy muy joven. Sin embargo he entrenado con ellos e incluso los he ayudado en algunas de sus misiones, por lo que para fines prácticos puedes considerarme como un Royal Knight o como el cazador más cercano a ser uno.

—Entiendo, aún no eres un Royal Knight, pero los conoces a todos ¿No es así? —comento Malva con una sonrisa al unir los cabos sueltos.

—Así es. Si quitamos a los Royal Knights de nuestro camino Palermo no tendrá otra opción más que enviar al siguiente miembro dentro de su jerarquía: Tendrá que enviarme a mí. Ya que ella no va a arriesgarse a confiarle algo tan importante como la captura de Diantha a unos novatos en formación.

—Muy bien, Anthony. Entonces háblame más de esos “Royal Knights”, quiero saber a qué clase de oponentes me enfrentó —pidió la Alto Mando con sonrisa dulce.

—Los “Royal Knights” son un grupo de tres personas, que aunque están especializados en trabajar en grupo no deben ser subestimados por individual —señalo el chico antes de continuar.

—Su líder es Alphonse Sade, un hombre moreno de unos 25 años, el tiene el cabello y los ojos de color negro y estatura media. Puede que ya hayas escuchado algo acerca de él, ya que en el bajo mundo es conocido como “El atacante de la Rosa”, ya que siempre deja a sus víctimas cubiertas con pétalos de flor.

—Su principal arma es el olor, por lo que sólo atacara cuando su víctima este indefensa y aunque sus presas favoritas son las Enfermeras Joy u Oficiales Jenny, no rechaza la oportunidad de ir tras otras chicas.

—El segundo al mando es Grenuelue, un chico alto y delgado de 22 años con cabello castaño oscuro, ojos verdes y piel pálida. Su principal característica es que es un fetichista de la ropa interior que siempre buscará aumentar su colección, por lo que toma las prendas de cada una de sus víctimas, su especialidad es el ataque furtivo.

Y finalmente esta Max Hagen. Él es el más joven del trío, es rubio de ojos castaños y complexión media. Fue un hábil coordinador proveniente de Hoenn, por lo que vencerlo es más difícil de lo que parece, aunque tiene la mala costumbre de que no puede evitar jugar a ser el “hermano mayor” de sus presas, razón por la que suele especializarse en entrenadoras novatas.

—Entonces tenemos bastante trabajo que hacer —comentó Malva después de escuchar esa información con una sonrisa de triunfo.

Una vez que terminó de ver la noticia el chico liberó a su Fennekin, el estaba totalmente dispuesto a hacer suya a aquella deliciosa mujer, quien justamente llegaba a la sala con una bandeja de té en sus manos. Así que se levantó rápidamente y se ofreció a poner la bandeja en la mesa en lugar de Grace, quién le agradeció el gesto con una sonrisa.

Cuando él tomó la bandeja y la puso sobre la mesa fue el momento en que le dio una mirada a su pokémon, quién de inmediato entendió lo que su entrenador quería y dió un salto junto con un pequeño gruñido, de forma que cuando Grace volteó a ver al pequeño pokémon para saber que quería, sus ojos azules quedaron atrapados por el brillo morado de los ojos de los ojos de Fennekin, un deslumbrante brillo que rápidamente la sumió en un profundo trance.

Mientras tanto Serena llegar de la cocina, con otra bandeja de comida en sus manos, cuando se encontró con la imagen de su madre inmóvil a la mitad de la sala con la mirada perdida. Pero antes de poder preguntar que sucedía Anthony se acercó a ella y le quitó la bandeja que sostenía en sus brazos y ponerla sobre la barra de la cocina.

—Cariño ¿Que sucede? —preguntó la confundida performer en voz baja al sentir como el cuerpo de su novio se acercaba al suyo por detrás, y sin el menor recato, no sólo comenzó a rozar su entrepierna contra su trasero sino que comenzaba a besar su cuello.

—Ah... Amor... De-detente... Mi mamá... puede oirnos —gimió la joven de cabellos color miel en voz baja tratando de que su madre no se diera cuenta de lo que sucedía, sin embargo Grace no parecía estar conciente de lo que sucedía a su alrededor, además que en ese momento las hábiles manos de su novio se colaron bajo su vestido y comenzaron a tocar su zona íntima.

—No hables y disfrútalo, mi amor —le susurró Anthony al oído antes de lamer su mejilla mientras que las caricias que hacia sobre el coño de la chica se hacían más apasionadas.

—Ssi... amor... Como tú... digas —repuso Serena notablemente excitada por aquella morbosa situación y gozando profundamente de las caricias del chico, hasta que estás cesaron tan repentinamente como comenzaron.

—Mi hermosa Serena, yo sé que dentro de ti hay una chica mala y quiero conocerla, quiero me muestres lo sexy y dominante que puedes ser y que le des rienda suelta a tu imaginación. En estos momentos tu hermosa madre está totalmente hipnotizada y quiero que la uses como un juguete para tu diversión. ¡Quiero que la domines y le muestres el delicioso placer de la esclavitud! ¡Que la hagas obedecernos para siempre! ¿Has entendido, mi sexy esclava? —le dijo el chico al oído con una voz suave, pero firme a la vez, por lo que Serena de inmediato entendió que aquello era una orden de su adorado Amo y que ella debía de obedecerla.

—Tus deseos son mis órdenes, mi amado Anthony. Desde ahora seré una dominante y sexy Ama con nuestros juguetes, con nuestras leales esclavas; Y también te demostraré mi eterna lealtad y sumisión hacia tí al dominar a mi sensual madre y hacerla una más de nuestras esclavas —respondió la performer con un tono de voz increíblemente sumiso y seductor, a la vez que el brillo de la lujuria se apoderaba de sus hermosos ojos azules.

En esos momentos la tierna e inocente Serena había sido reemplazada por una cachonda, lujuriosa y obediente esclava, una a la que no le importaba nada más que cumplir las órdenes de su Amo.

Anthony sonrió complacido y soltó a Serena, no sin antes darle una sonora nalgada, quién sensualmente se acerco a su progenitora hasta quedar enfrente de ella. La mujer estaba en una posición firme, con sus ojos azules carentes de todo brillo, y con su mente en blanco y lista para ser reprogramada.

—¿Me escuchas Grace? —preguntó Serena con una inusitada frialdad, aunque en sus labios se dibujaba una sonrisa traviesa.

—Sí, hija... Te escuchó —respondió la mujer de forma monótona.

—Muy bien. Entonces quiero que me escuches con mucha atención y grabes cada una de mis palabras en lo más profundo de tu mente y de tu corazón ¿Has entendido? —indicó la hermosa joven adoptando a la perfección el rol de una sexy dominatrix mientras que Grace asentía sin dudar.

—A partir de ahora eres totalmente mía, Grace. Y desde hoy y para siempre harás todo lo que yo te diga, sin dudar, sin rechistar, sin pensar. Tú ya no podrás ni querrás oponerte a ninguna de mis órdenes ¿Has entendido? —preguntó la chica tomando el mentón de su madre para ver sus ojos vacíos.

—Lo he entendido... Hija —repuso Grace sin la más mínima vacilación, lo cual hizo sonreir a la chica, pero todo rastro de pureza o ternura había desaparecido del hermoso rostro de la corrompida performer.

—Buena niña —la felicito Serena antes de añadir —En cuanto yo te lo indique vas a despertar, sin recordar que has sido hipnotizada, y aunque seguirás siendo tú misma aún vas a estar totalmente bajo mi poder. De ahora en adelante ya no tendrás voluntad alguna para incumplir mis mandatos; Y en el momento en el que llegues al orgasmo mi control sobre tí será total y absoluto, por lo que te convertirás en una sexy y obediente esclava que estará totalmente a mi servicio para siempre. Ahora dime ¿Si has entendido mis órdenes?

—Sí. He entendido —repuso Grace de inmediato

—¿Que es lo que harás a partir de ahora? —preguntó Serena con la intención de verificar que sus instrucciones hubieran sido grabadas en la indefensa mente de su madre.

—Todo lo que tú me digas, hija —repuso Grace de forma monótona.

— ¿Y hay algo que no harías por mí si yo te lo pidiera? —inquirió la chica mientras rodeaba el inerte cuerpo de su presa.

—No... Debo hacer todo lo que me digas sin importar que... —respondió Grace sin percatarse de la forma en que su hija la miraba.

— ¿Y que es lo que pasará en cuando llegues al orgasmo? —pregunto Serena con ansiedad.

—Tu control sobre mi será total y absoluto... Y me convertire en una sexy y obediente esclava a tu servicio.

—Muy bien, Grace. Abre tus ojos ¡Ahora! —ordenó Serena con firmeza y en ese instante la mujer despertó, como si nada hubiera ocurrido, por lo que se disponía a sentarse cuando la voz de su hija se lo impidió.

—No recuerdo haberte dado permiso para sentarte... —replicó Serena con frialdad, lo cual como era obvio llamó la atención de la mujer.

—¿Que dijiste, Serena? —preguntó la mujer muy sorprendida y un poco molesta, ella nunca le había enseñado a su hija a dirigirse hacia ella de esa forma y no iba a comenzar ahora...

— ¡Cállate! No tienes permitido hablar hasta que yo te lo ordené —exclamó la chica con firmeza, y muy a su pesar Grace se vio obligada a obedecer.

—Muy bien, veo que por fin comienzas a entender cuál es tu nuevo lugar en esta casa. Así que ahora quiero que comiences a bailar de forma sensual mientras te quitas la ropa —indicó Serena mientras se recostaba en el sillón y chasqueaba sus dedos.

Por su parte una sorprendida Grace no podía creer ni asimilar lo que pasaba. No sólo su pequeña y tierna hija se comportaba como si fuera una persona totalmente diferente, sino que por su cuerpo la obedecía sin dudar. Pero ella ya no tuvo más tiempo para pensar en ello en cuando su cuerpo comenzó a moverse por si solo siguiendo la orden que Serena le dió.

Sin poder hacer nada evitarlo Grace comenzó a mover sus caderas de un modo bastante sensual, mientras que sus manos levantaban lentamente su blusa azul marino dejando a la vista un sostén de color negro que cubría sus espléndidos pechos talla 105. Al mismo tiempo sus pies se deshacían de sus zapatillas y ella se volteaba para mostrarle su increíble trasero a su hija y su novio, mientras que sus manos iban bajando su pantalón verde, dejando ver primero las bragas negras que cubrían sus nalgas y luego sus deliciosas y ligeramente bronceadas piernas, hasta quitárselo por completo.

Una vez en ropa interior la asustada mujer no tardó mucho tiempo en desabrochar su sostén y dejarlo caer para liberar esas magníficas tetas, con aquellas areolas de color café y sus pezones visiblemente erectos, después de eso se dió la vuelta nuevamente y se agacho ligeramente para quitarse sus bragas y darle a los chicos una vista privilegiada de su ano y de su concha.

Una vez desnuda la mujer dejo de danzar, quedándose en una posición firme, sin embargo una expresión de terror invadía su rostro y sin poder evitarlo unas pequeñas lágrimas comenzaban a surcar sus mejillas.

—Imagino ¿Que te preguntas que es lo que pasa, no es así mami? Entonces te permitiré hablar, pero tienes totalmente prohibido gritar o intentar escapar —indicó la performer con una sonrisa antes de chasquear los dedos una vez más.

—Se-serena ¿Que sucede? ¿Porqué me estás haciendo esto? —preguntó la confundida y asustada mujer, intentando contener sus lágrimas, y darle algún sentido a lo que sucedía.

—Tranquila, mami. Lo que estoy haciendo es por tu bien, ya que sólo estoy mostrándote cuál es tu destino —comentó Serena alegremente e ignorando por completo la expresión suplicante de su madre, antes de ponerse de pie y dirigirse hacia su novio.

—Mi amor ¿Estas contento? ¿Lo estoy haciendo bien? —preguntó ella de forma tímida, revelando que su actitud sumisa hacia Anthony no había cambiado.

—Lo estás haciendo increíble, mi Serena. De hecho estoy tan contento que te daré una pequeña recompensa —en cuanto el chico dijo eso se acercó a ella y la tomo por la cintura para comenzar fundir sus labios de manera bastante pasional, aunque en medio de aquel inesperado abrazo, las manos del chico bajaron hasta el trasero de la performer y comenzaron a manosearlo sin el menor pudor.

Al sentir aquel contacto una complacida Serena sonrió dulcemente y no tardó en dirigir sus manos hacia el borde de su vestido, antes de comenzar a levantarlo, dejando a la vista que usaba una diminuta tanga azul de encaje junto con un excitante liguero, también azul, los cuales apenas cubrían sus hermosas y blancas nalgas.

Pero aún más que la impresión de ver a su querida hija luciendo ese sensual conjunto de lencería, lo que en verdad dejo atónita a Grace fue cuando ella tomó las manos del chico y las dirigió hacia su trasero, guiándolo y ayudándole a manosearlo.

—Continua tocándome así, mi amor —suplicó una excitada Serena mientras que Grace mantenía los ojos fijos en la pareja y la veía totalmente impresionada, ya que ella jamás había visto y ni siquiera imaginado que su linda e inocente hija pudiera actuar así.

Ya que Serena en verdad parecía adorar a Anthony y disfrutaba plenamente de cada una de sus caricias, además de que en sus ojos y en sus acciones había una verdadera pasión. Su hija no sólo le ofrecía su cuerpo a su novio, como si de una mujerzuela se tratara, sino que también parecía gustarle que ella estuviera delante, mirándolos.

— ¿Porque me haces esto, Serena? ¿No lo entiendo? Tú no eres así, hija. ¡¡¡Eres mi hija!!!

—Ya lo sé, mamá. Pero Anthony es mi novio, el hombre del que estoy perdidamente enamorada y también es mi adorado Amo y Señor. Mi corazón, mi cuerpo y mi alma le pertenecen por completo y sus palabras son mis órdenes. Yo soy su humilde y fiel esclava y dentro de poco tú también lo serás —confesó la chica entre tenues gemidos de placer.

Al escuchar aquellas palabras los ojos de Grace se abrieron totalmente por la sorpresa. A pesar de que sus oídos habían escuchado a la perfección cada palabra que dijo Serena, su cerebro no podía asimilarlo y sin pensarlo miró al chico con furia esperando encontrar respuesta a su pregunta.

—Durante su viaje por Hoenn conocí a Serena, fue muy fácil acercarme a ella y de inmediato la hipnotice para convertirla no sólo en mi sexy y obediente esclava, también en la novia perfecta —explicó Anthony mientras que Serena estaba detrás de él, pegada a su espalda, restregando su pierna semidesnuda por su cuerpo y acariciando su torso con ambas manos e intentando guardar el equilibrio, el rostro de chica no demostraba más emoción que el inmenso deseo de agradarle a su novio.

—Cuando ella me pidió permiso para venir aquí yo no pensaba hacer nada, pero al ver lo sexy que eres no pude contenerme. Yo controlo a Serena y ella te controla a ti, así que el resultado de nuestro pequeño juego es obvio ¿No lo crees, mi futura esclava?

Por su parte Grace no contestó al momento, ella estaba atemorizada y al mismo tiempo furiosa. A pesar de haber sido hipnotizada ella seguía teniendo su orgullo y este había sido herido al ver cómo su adorada hija era humillada de aquella forma, ver a aquél chico le producía una mezcla de odio, rabia e impotencia que jamás había experimentado.

—Quítate el vestido, mi Serena —ordenó Anthony y sin dudarlo un solo instante, la chica tomó el borde inferior del prenda con ambas manos y lo arrastró por encima de su cabeza. Al hacerlo, sus hermosos pechos, cubiertos por un excitante e insinuante sujetador azul, a juego con el resto de su lencería, bailaron durante unos segundos al ritmo de sus movimientos.

—Desde que me conoció tu hija ha desarrollado un enorme gusto por usar los más excitantes y provocativos conjuntos de lencería, a tal punto que ya nunca usa ropa interior común —comentó él chico tranquilamente al ver la forma en Grace observaba a su hija vestida con aquella erótica indumentaria, una que la hacia ver como una diosa a sus ojos.

—Mi amor ¿Que te parece si continúas divirtiéndote con tu mami? —le comentó de forma divertida a la chica, quién de inmediato se detuvo.

—Si, mi amor. Lo que tú órdenes —contestó Serena de forma sumisa pero sensual, antes de dirigirse hacia Grace, abrazarla y darle un corto pero apasionado beso en los labios, uno que muy en el fondo dejó a la mujer con ganas de más.

“Sus labios son tan ricos” pensó Grace con ensoñación antes de sacudir su cabeza con fuerza y comenzar a reprenderse “¿Pero que Giratinas me pasa? Ella es mi hija”

Sin embargo Serena notaba perfectamente como el corazón de su madre latía cada vez con más intensidad debajo sus dedos, por lo que le sonrió de forma coqueta y comenzó a besar el cuello de su progenitora con extremo cuidado, e incluso aprovechando la ocasión para darle algunos mordiscos que hacían suspirar a su madre.

“En verdad besa increíble” pensó la ex-corredora Rhyhorn con frustración y remordimiento cada vez que los labios de su hija hacían contacto con su piel, lo que la hacía estremecer, mientras trataba de contener sus gemidos.

Pero todos sus esfuerzos fueron inútiles en cuanto los labios de Serena se posaron sobre sus sensibles y desnudos pechos y su traviesa lengua comenzó a lamerlos con dulzura, provocándole una inédita oleada de placer que la hizo gemir.

Por su parte la performer era totalmente consciente de que tenía a su presa en sus manos, sin embargo también sabía que sería más divertido para su Amo si ella se aprovechaba del estado de excitación en que estaba su madre, así que con una sonrisa traviesa comenzó a dejar los pechos de Grace y a bajar por su abdomen, el cual acariciaba sin cesar, hasta llegar a su objetivo.

La descubierta y depilada concha de Grace estaba a su disposición, por lo que Serena no dudo ni un momento en arrodillarse frente a ella y con mucho cuidado separar los grandes labios vaginales de su madre. Pero antes de continuar la chica observó con detalle el rosado y húmedo coño de su progenitora, tras lo cual no pudo resistirse a aprisionar su clítoris entre sus dientes y darle un par de lamidas rápidas, sintiendo como la mujer se estremecía de placer.

— ¡Por favor sigue! —exclamó Grace respirando agitadamente y comenzando a rendirse ante aquel prohibido placer, provocando una sonrisa interior en la chica.

—En primer lugar tú no me das órdenes, y si quieres referirte a mí deberás de llamarme Ama Serena —replicó la chica de forma traviesa y remarcando cada una de sus palabras con una nueva lamida antes de detenerse y comenzar a incorporarse.

—Además esto era sólo una pequeña prueba de lo bien que puedo hacerte sentir, así que si quieres sentir más placer tendrás que ser más obediente ¿Lo has entendido, mami? —dijo ella mientras acariciaba los pechos y el abdomen de su madre.

—¡Si, Ama Serena! ¡Lo entiendo! ¡Por favor, continúe! —gimió la mujer extasiada con el placer que su cuerpo tanto necesitaba sentir. El placer que no sentía desde que su esposo murió y que por más que lo intentó, no pudo encontrar en ninguna otra persona... Hasta ahora...

Y complacida por la respuesta de su madre la performer decidió premiarla un poco, de forma que uso su mano derecha para acariciar suavemente el ardiente coño de Grace antes de meter dos de sus ágiles dedos dentro de su vagina y comenzar a moverlos con mucho cuidado.

— ¡Muy bien, mami! Veo que ya entiendes cual es tu propósito, pero antes de darte más placer quiero ver lo puta que puedes llegar a ser —dijo Serena mientras sacaba sus dedos del sexo de su madre, empapados en fluidos para ponerlos delante de la boca de la mujer.

—¡Chúpalos! —ordenó, viendo con satisfacción cuando su madre abrió la boca para chupar con lujuria y pasión los dos dedos que le ofrecía y sacarlos cuando consideró que estaban libres de fluidos.

—Así me gusta, mami —dijo Serena antes de darle un nuevo y fugaz beso en los labios —¿Ves lo rico que se siente cuando haces lo que digo?

—Sí Ama Serena, por favor deme más —suplicó la mujer fuera de si, ya que su hija se había encargado de usar su mano izquierda para acariciar las partes mas erógenas de su cuerpo mientras ella limpiaba sus dedos

—Bien hecho, mi sucia Fennekin. Ahora arrodíllate ante mí y besa mis botas en señal de obediencia y sumisión absoluta —ordenó la performer sin andarse con rodeos, y aunque esperaba que la orgullosa de su madre pusiera algo de resistencia, se sorprendió gratamente en cuando vio como esta de inmediato se arrodilló en el suelo e inclinaba su cuerpo hasta posar sus labios sobre sus botas cafés, las cuales comenzó a cubrir de besos y a lamerlas cuando cuando ella se lo indicó.

La joven, curiosa por saber hasta donde llegaba el deseo de Grace, le indicó que se tumbara en el suelo boca arriba. La mujer, que cada vez jadeaba con mayor intensidad, no dudó en tumbarse sobre el suelo de la sala.

Y aunque una parte de Grace aún estaba consciente de que lo que estaba haciendo estaba muy mal, a ella ya no le importaba. Ya que el abrumador placer que sentía había nublado por completo su juicio, además de que ella presentía que algo maravilloso sucedería en cuanto llegara a su tan anhelado clímax.

Serena aprovechando de la situación de su progenitora comenzó a acariciar el cuerpo de la mujer usando únicamente sus botas, oprimiendo ligeramente sus pechos, en especial sus pezones, y usando la punta de sus botas en el palpitante coño de la mujer para luego llevarlo a la boca de esta y que lo chupara...

—Veo que lo estás pasando muy bien, mami —comentó Serena de forma traviesa y sensual —¿Quieres que te haga correrte?

—¡Si, Ama Serena! ¡Por favor! ¡Quiero... Necesito correrme! —imploro la ex corredora Rhyhorn, como si su vídeo dependiera de ello.

—Muy bien, me gusta que seas tan honesta. Pero lo haremos como yo diga y te correrás cuando yo te diga, ¿Entendido, mamita? —dijo la chica, encantada de tener a su madre tan indefensa, lo cual secretamente siempre había anhelado.

—Sí, Ama Serena, está muy claro —gimió la excitada mujer, claramente ansiosa por finalmente poder sentir más placer y finalmente correrse.

—Entonces ponte a cuatro patas y sígueme como la cachonda Vulpix que eres, mami —indicó la performer con una sonrisa de triunfo, al saber que su progenitora ya estaba totalmente a su merced, mientras que se dirigía hacia el sofá, moviendo seductoramente sus caderas mientras caminaba, antes de tomar asiento.

Por su parte, Grace jamás se había sentido tan humillada como en ese momento. Sin embargo ella estaba tan deseosa de alcanzar el orgasmo que ya no le importaba lo que tuviera que hacer para conseguirlo, así que si lo que debía hacer era humillarse ante su hija y obedecer todas sus órdenes, eso sería justo lo que haría.

Una vez que Serena tuvo a su madre a sus pies, ella decidió premiar su buena conducta al acariciar suavemente su cabeza —Lo has hecho muy bien, mami. Ahora lo siguiente que debes hacer es quitarme mi bota derecha —indico a la vez que extendía esa pierna, sabiendo perfectamente que sus pies estaban completamente sudados.

Sin embargo Grace obedeció aquella indicación sin vacilar, por lo que en cuestión de segundos la hermosa mujer quedó de rodillas frente al pie de su hija, cubierto por una sudada media negra, y en espera de recibir más órdenes.

—Ahora coloca tu coñito sobre mi pie y frótate contra él hasta que te corras —ordenó la chica viendo la cara de excitación de su madre, que a juzgar por su expresión haría lo que fuera para llegar al orgasmo —¿Es lo quieres, no?

—Sí, Ama Serena, es lo que quiero —dijo la mujer visiblemente excitada y separando sus piernas para dejar el pie de su hija entre ellas.

—Muy bien mami —dijo la muchacha agarrando de la barbilla a Grace y levantando su cabeza, mientras notaba como el sexo de la mujer a la que tenía completamente dominada se movía de arriba a abajo con rapidez sobre su pie, buscando el tan ansiado orgasmo.

Por su parte Serena no le permitía que bajara la cabeza, ya que ella quería ver en todo momento el rostro de su madre y apreciar el momento en que ella sucumbiera al placer y se convirtiera en una esclava, lo cual la excitaba bastante.

Tal y como Serena lo imagino, Grace no tardó mucho en correrse, soltando una gran cantidad de fluidos sobre su pie al tiempo, la cuál se agarraba de su pierna con fuerza y cerraba los ojos mientras formaba una expresión de absoluto placer en su rostro.

En ese momento la realidad de Grace cambio por completo, y fue entonces que ella comprendió que Serena, su adorada Ama tenía razón: A partir de ahora ella seria una sexy y sumisa esclava al servicio de su amada hija y de su apuesto novio, y desde ese momento el único propósito de su vida sería el de servir y obedecer a sus Amos en todo. En realidad era algo que ella misma deseaba, pero había sido demasiado terca para aceptarlo.

—Ahora limpia mi pie de tus fluidos, mi sexy esclava —indicó la performer después de ver como el cuerpo de su madre se convulsionaba al alcanzar el orgasmo, lo cual hizo que ella también se mojará.

—Como usted lo ordené, Ama Serena. Desde ahora seré su más fiel esclava —contestó la mujer de forma increíblemente sumisa, y para beneplácito de Serena en cuanto Grace oyó su orden comenzó a incorporarse para ponerse de rodillas y sin la más mínima vacilación comenzó a lamer su pie con mucha lujuria y devoción, usando su lengua para retirar y tragarse hasta la última gota de sus fluidos.

—Eres increíble, mami. Sabía que serías una excelente adición para el harem de mi amado Anthony —replicó la performer con genuina alegría al saber que su madre ahora era un esclava al igual que ella, por lo que no pudo evitar levantar su mentón para besarla con pasión.

—Muchas gracias por este maravilloso regalo, Ama Serena. Te prometo que haré todo lo posible para ser la mejor esclava posible para ti y para nuestro Amo —comentó Grace, con un adorable sonrojo, antes de ser ella la que besara a su hija.

Mientras tanto un excitado Anthony, quien ya se había quitado la ropa, estaba sentado en una silla disfrutando cada detalle de ese bello espectáculo. Aunque ya era tiempo de dejar de ser un mero espectador y pasar a ser el actor principal al disfrutar de su premio.

—Eso fue maravilloso, preciosas. Pero creo que ya es tiempo de que ambas le den placer a su Amo con sus eróticos cuerpos ¿No les parece, mis esclavas? —al oír aquellas palabras tanto madre como hija dejaron de besarse, pero en lugar de estar molestas por la interrupción le sonrieron al chico con lujuria.

—Tienes razón, amor... Es hora de que tu también pruebes a mi deliciosa mami —contestó Serena de forma dulce mientras se ponía de pie para despojarse de sus escasas prendas íntimas y quedar completamente desnuda.

—Estoy ansiosa por comenzar a servirlo, Amo. Soy suya en cuerpo y alma —completó Grace mientras se apoyaba en las manos de su hija para ponerse de pie.

—Me alegra mucho saber eso. Entonces llévanos a tu habitación, Grace —ordenó Anthony con una sonrisa de triunfo al saber que era el dueño de la situación.

—Sí, Amo. Como usted ordené —respondieron las 2 mujeres al mismo tiempo, con idéntica alegría, mientras se dirigían hacia a la alcoba principal de la casa y totalmente listas para lo que el chico deseará hacer con ellas.

Sin embargo una vez que entraron en la habitación Anthony tomó a Grace de la mano y la atrajo hacia él para comenzar a besarla con pasión, una pasión que la hermosa mujer correspondió gustosa mientras acariciaba su fuerte pecho con una mano y su miembro con la otra.

— ¡Su verga es maravillosa Amo! Ahora entiendo porque mi hija lo ama tanto —exclamó la mujer con auténtica admiración al ver como aquel miembro se ponía cada vez más erecto gracias a sus caricias, ya que aún sin estar hipnotizada aquella verga era una de las más grandes y apetecibles que Grace había visto en toda su vida, por lo que no podia evitar desearla.

—Mi Amo ¿Le gustaría que le pudiera enseñarle a Serena unos cuantos trucos para poder complacerlo mejor? —preguntó la ardiente mujer en cuando se separaron para recuperar el aliento, deseosa tanto de sentir más placer, como de agradar al hombre que ahora era el motivo de su existencia.

—A mi me parece una maravillosa idea ¿Tu que opinas, mi hermosa Serena? —preguntó Anthony, intuyendo correctamente que una mujer tan candente como Grace debía poseer una experiencia considerable en el ámbito sexual y de la cual su adorable novia podía beneficiarse.

—Estaré encantada ¡Vamos mamá! ¡Enséñame como puedo complacer mejor a Anthony! —suplicó la chica muy emocionada, no sólo por la perspectiva de recibir consejos sexuales de parte su ardiente madre, sino porque podría dar y obtener más placer de sus encuentros carnales con el chico al que amaba.

—Muy bien. Entonces acércate más, Serena, y observa muy bien lo que hago —indicó Grace con autoridad, recuperando un poco de su actitud habitual, lo cual hizo sonreír un poco a la performer antes obedecer a su madre.

Tras asegurarse de que tenia la completa atención de Serena fue cuando Grace se arrodilló en el suelo frente a Anthony, quien se había sentado sobre la cama, antes de envolver la verga del chico entre sus hermosas tetas y comenzar a moverlo lentamente de arriba hacia abajo mientras lamía la punta.

—A los hombres no sólo les encanta que una mujer tenga unos buenos pechos, sino que también sepa como usarlos ¿Verdad, Amo? —comentó la ex-corredora Rhyhorn tomando un breve descanso tanto para explicarle a su hija como para deleitarse con la mirada del chico quién asentía mientras gemía sin parar.

—Mover la verga de forma rápida no sólo hace que sea más difícil mantenerla en su lugar, sino que también hace que esto resulte menos divertido —explicó Grace mientras exhalaba algunas bocanadas de su cálido aliento sobre la punta de la verga del chico antes de comenzar a chuparla poco a poco.

—Y cuando hagas esto no trates de meter más que la punta en tu boca, de lo contrario vas a ahogarte —dijo ella, tomándose un breve momento para apreciar aquel sabor, y tras esa aclaración ella reanudó su placentera labor.

La habilidad de Grace era tanta que una excitada y muy impresionada Serena comenzó a tocarse, aunque centrando toda su atención en la escena que veía para no perderse ni el mas mínimo detalle, mientras que Anthony gemía de placer, concentrándose en disfrutar al máximo cada segundo de ese celestial tratamiento.

“Sin duda Serena tiene que aprender a hacer esto” pensó el excitado chico ante la hermosa perspectiva de que fuera su adorada novia la responsable de hacerlo sentir así, cuando su liquido pre-seminal del joven comenzó a salir.

Aunque al percatarse de ello Grace se lo tomó con gusto, antes de escupirlo en su mano, y comenzar a frotarlo sobre sus pechos para que sirviera a modo de lubricante. Por lo que ella continuo con su tarea a mayor velocidad que antes.

De esa forma no solo la verga del chico podía deslizarse más fácil por los grandes pechos de Grace, sino que la excitada mujer podía lamer cada vez más del miembro de su Amo, lo cual producía unos eróticos ruidos.

—Ahh... ¡Voy a correrme, Grace! —exclamó el chico algunos minutos después, y sin poder contenerse por más tiempo. Sin embargo al escuchar eso la mujer no se detuvo, sino que le dedicó una mirada que sólo podía significar que ella deseaba que lo hiciera, por lo que no tardó en cumplir el deseo de su más reciente adquisición y cubrió el rostro de Grace con su semen.

—Tanto el olor como la consistencia son perfectas, mi Amo —declaró Grace con una sonrisa de satisfacción al tomar un poco de escencia del chico entre sus dedos, aunque no fue capaz de probarlo ya que Serena fue incapaz de seguir conteniéndose y comenzó a limpiar la cara de su madre usando su lengua.

—Hija, déjame algo —suplicó Grace antes de besarla en los labios, de forma en que ambas pudieran probar su semen, lo cual era una imagen realmente excitante para Anthony, quien masejaba levemente su verga para prepararla para el siguiente asalto.

— ¡Oh, Amo! ¡Por favor folleme! ¡Necesito tener su maravilloso semen en mi interior! —imploró Grace de la forma más sensual posible, una vez que ambas hubieron quedado limpias, mientras se incorporaba y usaba sus manos para abrir su vagina, mostrando lo húmeda que estaba.

—Adelante, mi esclava. Muéstrame lo mejor que puedas hacer —comentó Anthony una vez que recupero su erección y sin pensarlo ni un momento más Grace se coloco encima de él y comenzó a meter su pene dentro de su húmedo coño.

A la ardiente mujer sólo le tomo unos instantes acostumbrarse al tamaño y grosor de aquel miembro, deleitandose con la maravillosa sensación de nuevamente tener a un hombre dentro de ella, y empezó a mover sus caderas como una profesional y demostrando el porque fue la mejor corredora de Rhyhorns.

— ¡Su polla es magnífica, mi Amo! ¡Tan grande! ¡Tan dura! —exclamó la mujer mientras incrementaba la velocidad de sus movimientos, sin embargo sus gemidos fueron silenciados por los labios de Serena, quien se había acercado a ella por detrás mientras acariciaba sus pechos.

— ¡No saben lo mucho que deseaba tener una buena polla dentro de mi! —gimió la mujer moviéndose con frenesí una vez que sus labios fueron libres, aunque un hilo de saliva aún unía su boca con la de Serena —Y no hay nada mejor que una polla joven y llena de energía ¡Te tengo tanta envidia, hija mía! ¡Por favor hágame suya, Amo! ¡Deme más duro, más fuerte!

—Lo sé mamá ¡Anthony es el mejor! Y estoy tan feliz de que ahora tú compartas este placer conmigo —respondió la chica con dulzura antes de unir nuevamente sus labios con los de su madre y empezar a enlazar sus lenguas en un lujurioso beso estilo Kalos, mientras que las manos de Anthony comenzaron a acariciar el perfecto trasero de Grace, pellizcandolo y manoseandolo con todo el descaro del mundo, lo cual excitaba aún más a la mujer.

— ¡Voy a correrme, Amo! ¡Por favor, corrarse conmigo y lleneme con su semen! ¡Lo quiero! ¡Lo necesito! —exclamó Grace antes de alcanzar un demoledor orgasmo, el más intenso de su vida, mientras que su deseo se hacía realidad y su vagina era inundada por una abundante y espesa carga de semen.

— ¡Eres asombroso, Amo! ¡Nunca nadie me había follado tan rico! —ronroneo la ex-corredora Rhyhorn forma sensual, como si estuviera lista para un segundo round, cuando una suave voz la detuvo.

— ¡Eso no es justo, mamá! ¡Ahora es mi turno de ser follada por Anthony! —intervino la performer, quien ya no podía esperar más para entregarle su cuerpo al chico, aunque ella ignoraba que su amado Amo tenía otros planes.

—Grace recuéstate sobre la cama, Serena ponte a cuatro patas encima de tu madre —indicó el chico con la intención de terminar lo que Malva interrumpió en Ciudad Slateport: Hacer suyo el delicioso culito de Serena.

— ¡Si, Amo! ¡Escuchamos y obedecemos! —fue la eufórica respuesta de madre e hija mientras tomaban las posiciones que se les pidieron, por lo que el se acercó a la más joven y comenzó a manosear tanto su coño como sus tersas nalgas, comprobando lo mojada que ya estaba su movía.

En cuanto Serena sintió que la verga que tanto amaba se acercaba a empapada zona íntima ella gimió de placer, lista para ser penetrada, aunque lo que el chico estaba haciendo era recoger sus fluidos alrededor de su miembro para usarlos como lubricante. De forma que en cuanto Anthony lo creyó suficiente comenzó a abrir las carnosas nalgas de la chica.

Fue en ese momento cuando la chica comprendió lo que Anthony pretendía hacer, pero ese breve instante no basto para prepararla, ya de inmediato la gruesa verga del chico comenzó a invadir su pequeño orificio anal y haciéndola soltar agudos gemidos que eran tanto de dolor como de placer.

Al ver la situación Grace, quien hasta ese momento habia sido sólo una espectadora, decidió intervenir al silenciar los labios de su hija con dulces, cálidos y lujuriosos besos mientras recorría sus pechos con sus manos, mientras que sus ardientes coños finalmente estaban haciendo contacto.

Al separarse para tomar aire, un delgado hilo de saliva aún unía las bocas de madre e hija, mientras que el miembro de Anthony ya se había adentrado por completo en el estrecho interior de Serena. Quien gracias al dulce tratamiento de su madre y al cuidado del chico al penetrala estaba sintiendo niveles de placer que nunca imagino, ya no había dolor, solo placer, mucho placer.

—Buen trabajo, Grace —dijo el chico con una sonrisa, claramente agradecido con ella por evitarle dolor a Serena, antes de dirigirse hacia la ardiente chica —¿Estas lista para más, mi amor?

— ¡Por supuesto, Amo Anthony! ¡Por favor siga follando mi culo! ¡Deme más duro! —exclamó la excitada chica, a lo que él no pudo evitar sonreír antes de tomar su cintura y comenzar a embestirla, dando lo mejor de sí para satisfacerla, por lo que no era extraño que en cuestión de instantes los lujuriosos gemidos de la joven de cabellos color miel comenzarán a inundar la habitación.

Aunque no por mucho tiempo ya que Grace, deseosa de aún más placer, comenzó a besarla con pasión mientras frotaba su cuerpo contra el de su hija, de forma que sus ardientes coños estaban constantemente en contacto y sus manos atacaban los sensibles pechos de la otra.

De esa forma los tres amantes se entregaron totalmente a la pasión durante varios minutos, minutos en los que las veloces embestidas de Anthony junto con los constantes besos y carícias entre madre e hija incrementaban el placer que los amantes sentían, hasta que el pelinegro finalmente se corrió dentro del culo de Serena, al mismo tiempo que sus esclavas tambien llegaban al orgasmo.

Una vez que el eco del gemido simultáneo que los tres soltaron al llegar al orgasmo dejo de resonar en la habitación fue cuando con mucho cuidado Anthony saco su verga del estrecho agujero de Serena, todo para no causarle más dolor a su novia, aunque ese movimiento hizo que una parte de su corrida saliera al exterior adornando el delicioso culo de Serena con su semen y el cual caía hasta llegar a la concha de Grace.

— ¡Eso fue maravilloso, mi amor! ¡Me encanto que tomarás mi culo! —gimió la emocionada chica de cabellos color miel mientras acariciaba sus deliciosas nalgas, aunque por el tono débil de su voz saltaba a la vista que ella estaba agotada.

— ¡Serena tiene razón, Amo! ¡Convertirme en su esclava es lo mejor que he pasado en la vida! —exclamó una emocionada Grace, quién por primera vez desde la muerte de su esposo se sentia completamente satisfecha de un encuentro sexual, aunque estaba igual de agotada que su hija.

—Muchas gracias por eso, mis dulces esclavas —agradeció Anthony mientras se recostaba en el centro de la cama —Pero ahora es tiempo de descansar, les aseguro que mañana vamos a divertirnos mucho más.

Al escuchar esas palabras los rostros de ambas mujeres se iluminaron y sin perder tiempo se acurrucaron al lado del hombre que ahora era el centro de su existencia, así que después de unos lujuriosos besos de buenas noches el cansancio finalmente los venció y cayeron en los acogedores brazos de Cresselia con una sonrisa de absoluta felicidad.

Al día siguiente Grace fue la primera en despertar, por lo que después unos minutos en donde observó con cariño y deseo el cuerpo desnudo de sus dos Amos, quienes aún dormían profundamente; ella se levanto para hacerles el desayuno.

Sin embargo la ardiente mujer no vio ninguna necesidad de vestirse, por lo que únicamente se puso unas medias negras para no sentir frío en los pies y hacer que sus piernas se vieran aún más deseables, y se dirigió hacia la cocina. Aunque al llegar a su destino se encontró con la bandeja de macarons que nunca comieron la noche anterior y se le ocurrió una idea.

—Amo Anthony, Ama Serena, es hora de despertar. El desayuno está listo —habló de forma cantarina y sensual mientras movía sus hombros con suavidad.

—Buenos días, Grace. Aún es... —trató de decir el adormilado chico hasta que abrió los ojos y vio una sensual imagen que lo hizo despertar por completo: Ya que Grace únicamente estaba usando un delantal azul claro y unas medias negras mientras sostenia una bandeja de ricos macarons en sus manos, pero al notar que tenía toda la atención de los chicos sonrió satisfecha y tomó uno de los bocadillos para ponerlo entre sus pechos.

—Tendrán que comerse primero este y luego iré poniendo los demás, mis amados Amos —comentó ella con una gran sonrisa, que Anthony le correspondió, antes de hacer lo que la mujer le pidió. Estando muy seguro de que iba a disfrutar mucho de la estadía en la casa de su futura suegra.

Mientras tanto en una ubicación desconocida en Kalos, había un hombre moreno de cabello negro que se encontraba encadenado sobre una cama de rosas rojas con afiladas espinas, dentro de lo que parecía ser una especie de almacén o búnker secreto.

— ¿Que irónica es la vida, verdad Alphonse? El Atacante de la Rosa y el orgulloso líder de los Royal Knights terminara su vida mientras es lastimado por las rosas —comentó una voz femenina en tono burlón.

—Si cooperas conmigo y me das la información que te pido, te prometo que acabaré con todo rápidamente y sin dolor. Pero si te niegas entonces vas a obligarme a sacarte la verdad de una manera tan dolorosa que en el momento en que te mate te sentirás tan feliz —dijo una mujer de largo cabello rosa junto a un fiero y poderoso Mega Houndoom, el cuál estaba sobre unos debilitados Hypno y Audino, y que en su hocico tenía a un Roselia gravemente lastimado.

Continuará...

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