Nuevos relatos publicados: 13

Una maestra se come a su alumna

  • 9
  • 58.148
  • 9,62 (29 Val.)
  • 3

Mónica es una chava de 19 años, que le gusta la fiesta, vive en la época milenial donde todo es celular, fotos y experimentar, es dueña de un cuerpo exquisito, tetas medianas, piernas torneadas y un trasero firme, desde su época de secundaria ya llamaba la atención.

Por su parte Leticia es una mujer madura de 40 años, dos hijos y 20 años de matrimonio al haberse casado joven, es de piel morena, piernas hermosas y una sonrisa encantadora que adorna su espectacular trasero de madura.

Leticia es asesora juvenil, apoya a la juventud como orientadora, da platicas de motivación y es el sueño milf de cualquier chico, en su matrimonio, es una bomba sexual, le encanta experimentar de todo y eso la ha llevado a tener un matrimonio estable y consentido para experimentar sexualmente.

Los padres de Mónica la contrataron porque ellos piensan que su hija ya no da más, que necesita apoyo externo ya que ellos no saben qué hacer, le han ofrecido una excelente cantidad de dinero que no se puede rechazar, conmovida por la situación, ¡Leticia acepta y queda en ir al día siguiente para conocer a la rebelde chica!

M: ¡Yo no estoy loca, porque son así!

Mónica no se cansaba de reclamarle a sus padres, ella sentía que la dominaban, por eso cada que podía se escapaba, fue en una de esas escapadas que perdió la virginidad con el amigo de su novio, un hombre de casi 30 años que aprovecho la falta de experiencia y la hizo mujer, aun así, ella disfruta el sexo, tiene sexo casual con chicos de la universidad y uno que otro vecino, pero ni ella ni Leticia se imaginaban lo que pasaría cuando se conocerían.

Leticia llego puntual a la cita, traía puesto un vestido color rojo que le llegaba abajo de la rodilla, era entallado que resaltaban sus duras y grandes posaderas y sus tetas perfectas, fue recibida por la madre de Mónica y la paso a la sala, 10 minutos después bajo Mónica, traía puesto un short de mezclilla que mostraba sus torneadas piernas y una ombliguera blanca que la hacía lucir perfecta, se miraron de frente, Mónica quedo hipnotizada al ver a Leticia, algo extraño paso con Leticia que por primera vez se quedó pasmada con una mujer!

L: ¡Ho…la soy Leticia tu nueva asesora!

M: ¡Hola! Mónica, me puedes decir Moni!

Después de la presentación ambas se sentaron en el sofá y Leticia comenzó a darle una información sobre valores, Mónica parecía no darle importancia, más bien miraba fijamente a la madura, ¡sus ojos apuntaban a las tetas y lo poco que mostraba sus piernas jugando su cabello contemplaba la sonrisa de su nueva asesora!

L: ¿Bien y qué opinas?

M: Así, ¡todo bien si así debe ser!

L: ¡No pones atención eh! ¡Lindura debes poner de tu parte!

M: Es que no entiendo porque debo de estar con usted aquí, ¡tenía una fiesta y no pude ir!

Leticia trataba de lidiar con la joven rebelde, de vez en cuando su mirada bajaba a sus piernas, “que bonitas” era lo que pensaba cada que miraba a Mónica, unos minutos después sus padres les avisaron que irían al súper, entonces se quedarían solas, con toda la experiencia de Leticia eso no sería problema, pero Mónica pensó que sería buena idea deshacerse de su asesora y escapar a la fiesta.

L: Pues bueno, que has entendido este tiempo’

M: ¡Nada!

L: ¡Así de plano!

M: Mire, no se moleste, pero ambas sabemos que estamos perdiendo el tiempo, mejor dejémoslo así y ya váyase y como si nada.

Leticia solo se rio, se puso de pie y se paró frente a Mónica cruzada de brazos!

L: Mira nena, yo no te voy a obedecer, así que mejor relájate y coopera, ¡así todo terminara más rápido!

M: ¡Que no!! No me interesa, además soy joven, aun no maduro, que esperan mis padres, ¡bueno váyase!

L: No, ¡no me iré!

M: ¿Porque no? ¡A ya se! ¿Le gusto verdad? ¡Por eso no deja de verme las piernas!

Una vez que Mónica dijo eso, algo extraño estremeció a la asesora, no dijo nada y continúo mirando a la joven rebelde, Mónica noto su reacción, fue entonces que tuvo la idea de seducirla, para espantarla y se fuera.

Mónica camino sensualmente sonriéndole, coloco su cara frente a ella, mirándola con ojos coquetos, Leticia trago saliva, de verdad la joven al ponía nerviosa, Mónica tomo de su cintura y sonriéndole le dijo;

M: ¿A puesto q que te gusto? ¡Una joven como yo es un premio para ti!

L: ¿Eres lesbiana?

M: ¡No, pero me encanta ser deseada!

L: Vamos en caminos distintos, ¡mejor para esto y continuemos con lo que estábamos!

M: ¡Y si mejor vamos a mi habitación y te muestro porque todos me desean!

Mónica estaba convencida de que funcionaria fue entonces que sin decir más le dio un beso, Leticia no e lo esperaba, esa mujer metía la lengua dentro de su boca, la tomaba de la cintura y de la cara, esa sensación era excitante, el volcán que tenía dentro empezaba a hacer ruido, sin decir más Leticia la tomo de la cintura y comenzó a regresar ese beso pero más apisonado, moviendo la boca como su experiencia le dictaba eso hizo que Mónica abriera los ojos y se quedara atónita, ambas estaban en medio de la sala besándose sensualmente.

Leticia comenzó a llevar a Mónica, la acostó en el sofá y la besaba más sensualmente, la joven sentía sensaciones nuevas y no es que jamás haya besado a otra mujer, simplemente que Leticia sabía cómo llevar y la puso caliente.

Las manos de la madura comenzaron a tocar las piernas de la joven, lentamente subió un por el abdomen hasta tocar las perfectas tetas de Mónica, ella cerro los ojos y comenzó a suspirar y gemir, Leticia miraba con ojos cachondos la joven, ¡que de ser explosiva ahora parecía un corderito a medio morir!

L: ¿Así que planeabas seducirme?

M: Ah, no, es que, yo…

L: Nunca pruebes a una mujer como yo nena, ¡no te conviene!

Y así sin más le quito la blusa y el brasear, llevo los pezones hermosos de la joven a su boca, los mordía y lamía suave, mientras las manos desabotonaban el short, Mónica gemía, pero se dejaba hacer todo, la asesora le besaba el abdomen, lentamente bajo el short besando sus piernas, ¡respirando por encima de ellas y dándole apretones a los muslos!

L: Para tener tu edad, ¡estás muy bien!

M: ¡Uhm, ah!

Mónica no podía ni hablar estaba ardiendo, la asesora le quito la tanga y la vagina depilada y joven de la nena que estaba húmeda, Leticia sonriendo y sin más comenzó a lamerle su coño!

M: ¡Ag, uhm, uf!

L: Que rico, uhm, ¡es un coño de 10!

Las lamidas en la concha de la joven la tenían estremecida, gozando como nunca, Latica se daba gusto con ese joven clítoris que reaccionaba a cada movimiento de la madura.

A diferencia de Mónica, Leticia ya había tenido experiencias lésbicas, tríos y mucho más, una joven como ella era un palto perfecto para la bestia sexual que en realidad es ella.

Comenzó a meterle los dedos y lamerle el ano, la chica gemía y sudaba, el placer era enorme, le daba de mordidas a su clítoris, le metía la lengua tomo una mano de la joven y la coloco en sus senos, Mónica comenzó a acariciar las tetas de Leticia, ¡quien continuaba devorándole el clítoris a la joven!

M: ¡Que rico, uhm!

L: ¡Nadie se resiste a eso!

M: ¡Agh, pero mis papas, agh!

L: Olvídate de ellos, ¡ponte en cuatro!

Mónica obedeció y se puso en cuatro, se veía espectacular, escurriendo y manchando el sofá, Leticia se despojó del vestido, Mónica quedo impactada al ver el hermoso cuerpo de la madura, comenzó a sobarle las nalgas, recorría de los muslos la espalda, las caricias de Leticia la erizaban mas y más, al punto de comenzar a pedirle que la hiciera suya!

Leticia lamia el ano de Mónica enrollaba la lengua y probaba todo, con tres dedos palpaba a velocidad el coño mojado de la joven rebelde los gemidos eran más fuertes, Mónica se tambaleaba, su vagina expulsaba mucho líquido, Leticia disfrutaba de su alumna, le daba placer como nunca antes le habían dado!

L: Que rico coño, uhm, nena, que excelente cuerpo, ¡mira cómo se muéveme mira que chica más caliente eres!

M: ¡Ah, uhm, que rico, ah!

L: ¡Apuesto a que nunca te habían tocado así!

M: Jamos, uhm, oh, ¡no puedo más!

Tuvo un orgasmo largo, ¡mientras Leticia bebía todo el fluido glorioso de la joven rebelde!

Sin decir más se despojó de su tanga jalo del cabello a Mónica y puso su cara en su vagina, Mónica nunca había chupada una, pero Leticia le ordeno que sacara la lengua, ella lo hizo y mientras Mónica mantenía su lengua erguid ay fuera, Leticia movía su pelvis rosando sus labios vaginales con la lengua.

L: Que rico, uhm, ¡que rica lengua!

La tomo de los cabellos y comenzó amover la cabeza de la joven de izquierda a derecha, Mónica se dejaba llevar, comenzó a acariciar las nalgas duras de su asesora, ahora no solo mantenía la lengua de fuera sino que también chupaba y probaba la vagina de la madura.

M: ¡Esto no está mal!

L: Que rico, uhm, ¡seguro que cuando comes pito los haces venir a chorros!

Mónica se puso de pie y beso nuevamente a la madura, sus lenguas se enrollaban, luego la acostó en el sofá y mordía las tetas de Leticia, la asesora gemía y se retorcía, la joven rebelde comenzó apalpar la vagina, metía un dedo y luego dos, así lo hizo en repetidas ocasiones hasta que Leticia le pidió que también chupara. La joven obedeció agachándose y lamiendo los labios vaginales, le mordía los muslos, la lengua recorría desde la pelvis al ano, luego tres dedos entraban con violencia a la madura vagina que fluía líquido de excitación.

M: ¡Que rico, uhm, agh!

L: ¡No pares nena, no pares!

Ahora era Leticia quien se retorcía como loca, ¡Mónica paso en unos minutos a ser una experta chupadora de coño y la asesora lo disfrutaba al máximo!

L: ¡Corazón no pares!!

M: ¡Que zorra eres, uhm!

Mónica subió encima de la maestra, se besaban, ambas se masturbaban mutuamente, juntaban sus conchas, las tetas, era una escena lésbica de lujo!

L: Que rico, agh, ¡no puedo más!

M: ¡Me vengo, uhm, ah!

Ambas se vinieron juntas, entre besos gemidos y apretones sus orgasmos eran eternos, sudaban y se venían en fluidos que serían la dicha de cualquier hombre.

Una vez recuperada la cordura más se vistieron y trataron de arreglar la sala que quedo hecha un desastre delatando el rico momento pasado.

Ambas se sentaron mirándose fijamente y Leticia sonriendo le dijo a Mónica “espero hayas aprendido la lección” justo en ese momento llegaron los padres.

Desde ese día nació una relación espectacular para Mónica y gloriosa para Leticia, una joven y una madura, que mezcla, ambas les sacaron jugo a sus sexos varios meses, meses que nunca olvidaran.

(9,62)