Cuando entré en la cocina, no tenía idea de que lo que estaba a punto de ver cambiaría mi vida para siempre. No sospechaba yo que allí mismo, en el seno de mi hogar, me iba a encontrar de cara a la perdición, ni que ésta iba a tener la forma del culo de mi madre.
El comienzo de la nueva semana encontró a mi madre volviendo a su habitual vestimenta: sobria, recatada, aburrida. Pero la decencia le iba a durar muy poco.
Mi madre se llama Rita y siempre fue una muy recatada señora. Yo nunca la había visto haciendo ostentación de su cuerpo antes de la última fiesta familiar, a la cual mi padre, afortunadamente para él, no pudo asistir.
Pasaron como 20 minutos y detrás de mí sentí como un pene se frotaba contra mi culo, «dejalos coger, que yo te cogeré este rico culo» me dijeron al oído...
Por creer que el señor que llevaba a mi alumna de patinaje era su papá le entregué mis huecos a un sádico que me hizo pasar una noche de mucho sufrimiento… ok no, sufrida-placentera.
Un chico de 18 años sufrirá la irrupción del nuevo novio de su madre en casa, el cual sacudirá los pilares de dignidad y decencia de su propia madre ante los ojos del chico.
Elena, joven maestra, no era muy bonita, pero a los veinte y pocos años no existen mujeres feas, atraían sus redondeces, buen trasero y la gracia natural para moverse. Sorprende la forma de disfrutar del sexo rudo, hacerle el culo es su debilidad.
Yo, con toda aquella exhibición de carne madura y abundante, me estaba poniendo como un burro y me estaban entrando unas ganas enormes de meterles mano a las dos y especialmente a mi madre porque el culo de Lucía ya lo había tocado alguna vez.
Soy un tipo con suerte, conozco a una mujer voluptuosa, caliente, de grandes tetas y resulta que el hijo gay casi una nena y también viene con el paquete.
El espectáculo era estupendo: piernas hermosas, un culito precioso, y una pija a medio parar. Naty se abrió sus nalguitas, mostrándome un círculo palpitante, y comenzó a descender. Mi poronga, al máximo, apuntaba hacia arriba. Ella apoyó el culo. Y empezó a moverlo alrededor.
Sí, papito, entiérrame toda la verga, hazme tuya en la postura que quieras, el chocho de tu tía está a tu disposición y te prometo que algún día mi culo también será tuyo.