Viviana empezó a mamármela, se la metía toda en la boca, luego le daba lengüetazos a la punta, parecía una niña con un dulce, mientras tanto yo le quité la blusa y el brasier, para ponérsela en medio de esas enormes tetas y follarlas
Aquel lenguaje sucio y el momento tan intenso, parecían agradarle a mi madre, quien movía con suavidad las nalgas haciendo que mi garrote fuera brutalmente estrujado por sus paredes vaginales
La situación era brutal, en la playa. Dentro del agua, con Antonio y Pedro mirando, alucinando. Yo le estaba follando a mi hermana con dos dedos mientras le sobaba las tetas y le besaba el cuello y los hombros. Ella movía su mano me hacía una paja. Era una situación brutal...
Cuando volvió del baño, la atrapé agarrándola de la mano, trayéndola hacia mí, se sentó sobre mi regazo. Comencé a acariciarla mientras hablábamos y nos besábamos de a momentos.
No es necesario explicárselo, entiende, obedece sin preguntar, rodeada por hombres, con máscara, desnudos y dispuestos a usarla. Se miró en mis ojos, sin miedo, acepta entregarse y servirlos.
Un día fui a ver a mi tía, y la encontré recostada en su cama, serían como las 7 pm, ella leía una revista, estaba tirada de espaldas, con las piernas abiertas y la falda subida, que dejaba ver sus pantis de color blanco, metidos entre sus nalgas y pude apreciar la belleza de sus piernas.
Yo la apretaba hacia mí y ella no se resistía, entonces ahora si le di un beso en todo su esplendor a lo que ella respondió cerrando sus ojos y aceptándolo. Al principio solo fue un beso normal pero luego se convirtió en uno fogoso.
Lo sentía muy duro y grueso abriendo mis tripas y yo ponía mi mano en su ingle para decirle que parara hasta que mi culo se acostumbrara a ese grosor, por momentos lo sacaba y le ponía mas vaselina y así hasta que estuvo todo adentro.
Suena el teléfono, era mi hermana que me decía que tenía que conversar conmigo, algo muy importante, pero que tenía que ser en persona. Me dejo muy intrigado, pero, en fin. Me cito en la tarde, a su departamento.
Mis manos se fueron a sus piernas y comencé a sentir sus carnes en mi piel mientras mi miembro ya estaba a punto de estallar. Mientras la acariciaba sus muslos, hice mi petición: Me gustaría tocarte los pechos
Norma nos cuenta su desdicha al descubrir que su marido la engaña, pero su tristeza la lleva a romper todos los tabues y encontrar el verdadero amor al lado de su hijo
Me encantaba ver la nueva Sofía, más alegre y divertida, con ese brillo sin igual en su mirada, yo vivía alegre y esperaba desesperado la hora de volver a verla.