Relatos publicados por opeke6969 (18)

De repente ella se coloca de espalda y comencé a chuparle el culo y al pedirle que se agache más para poder chuparle la concha y el culo a la vez, ella se tomó de las manijas de un cajón.

Su marido era muy celoso y no la dejaba ni un segundo sola, pero al cementerio no la acompañaba.

Mi madre había tendido la ropa y cuando se secó fui a recogerla, al entrar a la casa tomé una de sus tangas y frente a ella me la pasé por la cara y ella me dijo -no la rompas mira que solo tengo dos.

No es mi intención dar consejos ya que muchos lectores son experimentados pero ya a mis 50, años algo he aprendido y como en charlas de amigos muchos de mi edad no saben algunas visitas.

Desde la infancia estuvimos juntos compartiendo lindos y malos momentos, ya de grandes a veces iba yo a su casa y otras veces me visitaba él.

La vi caminando delante vestida totalmente de negro, tenía un vestido largo, una camperita y llevaba un maletín, apuré mi paso y en una esquina la alcancé, me acerqué a su oído y le dije un piropo.

Siempre fuimos muy unidos aunque al llegar a su adolescencia se hizo más rebelde, incluso mi madre me pedía que la controlara, un día espiándome vio mi miembro y comenzó a ser más dócil y amable

Desde la adolescencia me cortaba el pelo, su sala de espera estaba distante del sillón el cual estaba cubierto por plantas en macetas grandes y otras en macetas colgantes.

Al abrir los ojos veo la silueta de mi madre parada masajeándome el miembro, me acomodé un poco y le di lugar para que se sentara al borde de la cama.

A mi tío lo conocí cuando tenía unos 30 años y me llamó la atención los pechos que tenía para ser tan delgado.

Su confesión me dejó estupefacto, y entendí por qué se entregaba a mí.

Una tarde al regresar del trabajo me puse a buscar en el ropero de mi madre unas remeras que tenía archivadas y en eso veo un paquetito que me llamó la atención.

Jamás demostró ser gay pero se comentaba que su esposa lo encontró en la cama con otro hombre.

Su rostro daba miedo pero en un momento se agachó y pude ver que tenía puesta una tanga.

Luego de aquel primer encuentro con mi madre, parecía que no había pasado nada, su indiferencia era total, pero una tarde de carnaval le tiré un poquito de agua y

Gracias a ella liberé mis deseos sexuales reprimidos.

Me masturbaba pensando en ella pero jamás pensé que sería una realidad.

Fui a mi cama y no podía sacar de mi mente lo que había visto. Sus pechos blancos con pezones negros y su vagina cubierta de vellos rondaban en mi cabeza excitándome cada vez más.