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Y así llegó el día en que papá debía partir para la montaña. El presidente de la República iba a inaugurar la obra, colocar la primera piedra le dicen y papá debía estar presente como responsable, junto al presidente de la compañía y al ministro de Obras Públicas. Vino un carro de la compañía a
Al llegar, nos recibieron los cinco, papá, Bea, Soli y los dos perros, con caras de expectativa. Mamá saludó muy amablemente y cogió a papá de una mano y se lo llevó a su habitación. Yo me fui a la mía, pero las cuatro fieras se fueron detrás de mí, expectantes.
A la mañana siguiente, al bajar a desayunar, me encontré con el amor de mi vida, la mujer más bella del mundo, Anaís, mi madrecita querida. Acompañada de “mi rival”, mi padre, esposo de ella. Estaba en bata de levantarse, que apenas le cubría las nalgas y además mostraba un escote suculento. Papá
Sugey, mi madre. Bea (Beatriz) y Soli (Soledad), mis hermanas. Pablo, mi padre y Zandra, su amante, luego mi esposa. Yo, soy Alejandro y les contaré una historia familiar.
Continúo con mi vida normal, mi casa con mis cuatro chicas especiales, mi trabajo, la Universidad, los deportes y los amigos. Dado el agite de vida con las cuatro damas de mi casa, ya no tengo tiempo para las amigas. Las voy descuidando poco a poco, más sin embargo, me suceden cosas como que un
El asunto Ana Marisax presagiaba complicaciones. Nuestra relación era esporádica. Ella me requería cada tanto, a veces cada 15 días, otras a un mes de distancia. Alguna vez nos fuimos de viaje a Margarita, por trabajo y fueron 5 días seguidos, otra vez a Valencia por otros 5 días, pero en una
Se acabaron las vacaciones, empezaron las clases y el trabajo. Al reportarme a la oficina, me encontré a una Ana Marisax muy cambiada, estaba triste, derrotada. Quedamos en que en la noche pasaría por su apartamento, al salir de unas dos horas de clase y conversaríamos.
Al despertar ese día 24 de diciembre, después de ejercitarme un poco en mi habitación y ducharme y asearme, bajé a la cocina a desayunar. Encontré a Sugey y a Miriam conversando animadamente, sentadas al mesón, bebiendo café. Apenas entré, Miriam se levantó y me dio la espalda, provocando que yo la
Regresamos de Margarita de la misma forma, Ferry hasta Puerto La Cruz, viaje lento y sin prisas hasta el Motel de Boca de Uchire, noche apacible y plena de amor y al siguiente día desde allí hasta Caracas.
Una vez juntos de nuevo Sugey y yo, después de despedirnos de Lucía y Joaquín, fuimos en la moto hasta unas playitas muy remotas en la península de Macanao, donde la gente hacía nudismo. Al llegar, nos dimos cuenta que había valido la pena el viaje. Escogimos una cala bastante remota, donde no se ve
Después de un día y su noche pleno de emociones y satisfacciones como ningún otro en mi vida, decidimos continuar con nuestras vacaciones en Margarita, vale decir, decidimos ir al Boulevard Guevara de compras. Fuimos a desayunar a una panadería muy simpática y luego comenzamos a pasear por las
Por la mañana nos fuimos directo a Las Dunas, al mismo sitio. No más llegar, la señora se despelotó, aún antes de revisar si no había nadie por los alrededores. Fue bajarse de la moto, quitarse los zapatos y el vestido–pantalón que llevaba y zazan. No llevaba nada debajo. Entonces se me quedó
El sábado 14 a las 8 am, salíamos de casa en la moto, rumbo a Boca de Uchire. Ya habíamos despachado una gran maleta por Aerocav, para retirarla allá cuando arribáramos a Porlamar. En ella habíamos enviado parte del dinero que gastaríamos. Otra parte la llevábamos encima, repartida entre ella y yo.
Un domingo por la tarde, regresaba a casa y me encontré en el porche, saliendo de ella a Vicente, el esposo de mi tía Miriam, la gemela de mamá. Trataba de besar a mamá, como descuidadamente, cerca de la boca y ella no se lo permitió. Eso me molestó mucho y se lo reclamé:
Una tarde de sábado, iba a salir a pasear en la moto, solo y cuando la prendí en el garaje, salió corriendo Ana y me preguntó que para donde iba. Le dije que a pasear y me preguntó si podía ir conmigo, acompañarme.
Sugey y yo regresamos al apartamento, sumidos en un silencio que presagiaba tormenta; ella seguía agarrada de mi brazo, pero venía triste. Ya Ana se había levantado y desayunaba. Mamá la saludó y le dijo que tenían que hablar. Luego me pidió que las dejara solas, así que bajé a la piscina. Allí me
Una semana después regresé al trabajo y a la rutina. Pero también había vuelto a estar con Miriam. Ella se dio cuenta que algo muy serio me pasaba, porque no había regresado con alegría, sino muy triste. Pero no podía explicarle con la verdad, no podía, así que le dije que solo era la tristeza de
Pasó el tiempo, me gradué de abogado en la UCV, acto al que fueron Marian y Salvador, para acompañarme. Ella estaba eufórica, se le notaba la satisfacción de verme ya graduado. Apenas bajé del estrado diploma en mano, me dio un abrazo de los de ella, apretado y un beso en la frente. Me miraba
Ya en Caracas y retomando nuestra vida normal, una vez más Marian salió con el tal Salvador, quien le dio todo tipo de excusas por su pasada mala noche y le prometió que no volvería a pasar, que había estado sometido a mucho estrés y eso había incidido en su falla. Pero que estaba poniendo las cosas
Llegaron las vacaciones y decidimos ir a Miami, donde siempre habíamos deseado ir y el miserable de papá nunca nos llevaba, mientras él había ido en más de una oportunidad- para abrir una cuenta con dinero de los verdes que habíamos obtenido de él por el divorcio. Una vez logrado, pensábamos irnos
El fin de semana siguiente bajé a la playa con Carola, pasamos un par de noches y días de novela, mucho sexo y del bueno. La señora era de armas tomar y me lo demostró y me dejó satisfecho. En la piscina causó sensación por el tamaño de sus bikinis y lo que mostraba. Y la gente nos miraba, quizás