Nuevos relatos publicados: 18

Relatos publicados por Gabriel B (102)

Gabriel B tiene publicados 102 relatos que han recibido un total de 3.218.380 visitas, con una media de 31.553 visitas por relato. El total de valoraciones recibidas es 3.583 y la valoración media (9,36).

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La chica del tren

Era imposible no mirarla. Era de esas mujeres que despertaban inmediatamente lujuria en los hombres. Y no era solo por cómo lucía. Llevaba un minivestido negro, con las mangas largas y el cuello redondo, sin escote. Una prenda que cubría mucho (al menos en la parte superior), pero al ser tan ceñido
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El enemigo de mi marido

Pareció tragar saliva. Estaba muy nervioso. Desde que me informó de esa reunión de negocios que lo estaba. No podía culparlo. Alan tenía una empresa de seguridad en la que contaba con cien empleados, incluyendo los administrativos. Pero el último año fue pésimo
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  • 9,00 (3 Val.)

El sobrino depravado

Salgo de la ducha, froto el vidrio empañado del espejo y me observo mientras me seco. Sé que hay algo que no anda bien, pero no alcanzo a entender de qué se trata. De hecho, cuando pienso en ello, me agarra un terrible dolor de cabeza.
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  • 9,80 (5 Val.)

El celular de Alexia (Cap. 3): Reencuentro con el pasado

— ¿Vas a salir así? —pregunté a Alexia cuando salía de la habitación.
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  • 9,59 (17 Val.)

El celular de Alexia (Cap. 2): La niña ya no es una niña

Fui a la tarde a tomar mates a lo del Negro Rivera. Es uno de mis mejores amigos dentro del barrio. La mayoría de mis amigos, son pibes que conozco de la facultad, que fue en donde conocí también a Alexia. También podría considerar amigos a algunos de los chicos del trabajo. Pero ninguno de ellos me
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El secreto de tía Laura (Capítulo 2)

Domingo 25 de febrero del 2018
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  • 9,63 (38 Val.)

El secreto de tía Laura (capítulo 1)

Domingo 4 de febrero del 2018
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  • 9,60 (50 Val.)

El celular de Alexia (Cap. 1): El visitante nocturno

Una de la madrugada. En el barrio impera un silencio casi unánime. Sólo lo rompe algunos gatos alzados que maúllan y ronronean sobre los tejados de algún chalet de este rincón de Buenos Aires, y algún que otro vehículo que se desliza suave por la calle
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  • 9,76 (21 Val.)

La profesora Melisa y su sombra

El fin del cuatrimestre estaba llegando a su fin. La profesora Melisa Gimeno estaba contenta de que su sufrimiento terminase al menos por unos meses. No es que no le gustara su trabajo, al contrario, amaba la docencia. Pero su otra mitad, esa otra Melisa, desde hacía años que no la dejaba vivir en
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Sometida por el bully de mi hijo (Cap. 4): Final

Hice lo posible para ir a aquella casa, sin sentirme como me sentía últimamente: una cosa, un juguete, un mero divertimento para un pendejo de dieciocho años. Después de todo, unos años atrás era una prostituta ¿Qué diferencia había ahora, más allá de que no cobraba con dinero, sino que con el
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  • 9,68 (47 Val.)

Mi odiosa hermanastra (Parte 4)

Cuando me decidí a ir tras ella, ya no había rastro de Florencia en la calle, sólo quedaba el delicioso perfume que se había puesto para ir a ver a su profesor/amante, que flotaba despiadado en el aire. Me metí en la casa, y a pesar de encontrarme completamente solo en ella, me encerré en mi cuarto
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  • 9,57 (60 Val.)

Mi odiosa hermanastra (Parte 3)

"...Pero sé que no te aprovecharías al verme media desnuda, así que voy a estar tranquila" me había dicho Florencia antes de dormir
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  • 9,60 (58 Val.)

Mi odiosa hermanastra (Parte 2)

Fue muy difícil dormir teniendo a la pendeja de Florencia en mi cuarto. Me había acostumbrado tanto a mi ritual nocturno y mañanero de hacerme la paja, que el hecho de no poder hacerlo porque mi hermanastra estaba dormida tan cerquita, me dio bronca
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Mi odiosa hermanastra (Parte 1)

Eran más o menos las nueve de la mañana, demasiado temprano para mí. Estuve un rato haciendo fiaca y aun así no tenía ganas de levantarme, mucho menos tratándose de un domingo. Pero mamá me había hecho prometer que no me levantaría recién para la hora del almuerzo, como hacía siempre. Ese día
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Sometida por el bully de mi hijo (3)

Durante la mayor parte del tiempo llevo una vida normal. Trabajo cinco veces a la semana. Voy al gimnasio. Me junto con las chicas casi todas las semanas. Conozco hombres, tanto en bares como en internet. Les hago la vida difícil. La tienen que remar demasiado para poder entrar en mí. La mayoría se
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Sometida por el bully de mi hijo (2)

Quedé completamente desequilibrada emocionalmente después del encuentro con el papá de Robi. El que pagó las consecuencias fue el pobre de Matías. Se sorprendió mucho cuando corté con él, sin darle más motivos que decirle necesitaba un tiempo sola
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Cuckold (3): La vecina de enfrente

Marcela era una mina inalcanzable. Y no lo digo sólo por lo buena que estaba. Había ciertas cualidades en ella que la hacían inconquistable. Tenía aires de grandeza. Solía mirar a los demás con cierto desdén. Y siempre se mostraba inescrutable. Además me llevaba unos cuantos años, por no decir mucho
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Sometida por el bully de mi hijo (1)

Todo pasado es una mochila que cargamos en el presente. Quizás con el tiempo, esa mochila parezca más liviana, hasta el punto en que nos olvidamos que la llevamos a cuestas. Pero cada tanto aparece algo (o alguien) que te recuerda tus miserias del pasado
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Cuckold (2): La mujer de un amigo

Con mis amigos del barrio nos juntamos todos los sábados a la noche, para jugar a las cartas, ver un partido, o simplemente para hablar boludeces y tomar birra toda la noche. A mi mujer no le gusta mucho esa costumbre, pero la mantengo contenta llevándola a pasear casi todos los viernes, y
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  • 9,41 (69 Val.)

La vi crecer (Capítulo 5): Final

XIII A veces las cosas simplemente salen bien. Eso era lo que pensaba cada vez que me resultaba demasiado buena mi situación. Tenía a las dos mujeres de la casa dispuestas a saciar mis necesidades sexuales. Carmen se había rendido y ahora no sólo aceptaba mis exigencias, sino que ella misma buscaba
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Cuckold (1): Una experiencia humillante

Eran casi las doce de la noche. No sé por qué habíamos elegido ese horario, justo cuando termina un día y comienza otro. Quizá lo hicimos como una analogía de lo que nos pasaba como pareja: terminábamos con una etapa para empezar otra. Lo que no sabíamos era si esta nueva etapa serviría para
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La vi crecer (Capítulo 4)

X Una de mis películas favoritas es Basic Instinct. Tiene la dosis justa de suspenso y fuertes escenas eróticas, las cuales no aparecen de la nada, de manera forzada, sino que están relacionadas con la trama. Y claro, Sharon Stone está para partirla al medio
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La vi crecer (Capítulo 3)

VII Ayer fuimos al supermercado. Llevando cubrebocas, obvio, y manteniendo la distancia social. Me doy cuenta de que dije que “fuimos al supermercado” sin haber aclarado quiénes lo hicimos. Tanto pensar en mí y en Lelu me hacen incurrir en el error de creer que el lector sabrá de antemano que estoy
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La vi crecer (Capítulo 2)

IV Los días son cada vez más extraños. O quizá lo correcto sea decir que son cada vez más comunes. Es muy difícil diferenciar un lunes de un viernes. La llegada del fin de semana ya no genera ningún cambio de ánimo en la familia. No es más que otro día parecido a los anteriores. Ni siquiera en los
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La vi crecer

I Si tuviese que atribuirle a algo en concreto, lo que me está sucediendo en la cabeza desde hace algunas semanas, probablemente elegiría como culpable a la maldita cuarentena. Tanto tiempo libre me obligan a pensar en estupideces. O quizás mi mujer tiene razón. Me está agarrando el viejazo. En mi
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