Relatos publicados por dont343 (53)
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Poco a poco, fue bajando la mano, lleno de excitación, sin despegar la vista de ese precioso culo, hasta que estuvo a la altura de la cinturilla de los calzoncillos
Diego respiró profundamente, mientras Lucas se preguntaba que había sido eso. Pero, se dio la vuelta y dejó a la vista de Lucas, ese soberbio culo, tan solo cubierto con unos calzoncillos blancos, súper clásicos y semitransparentes
¿Te importa? Me preguntó mirándome a los ojos, mientras empezaba a mover las caderas, dando pequeños saltos y algunos pasos de baile. ¡Qué preciosidad! ¡Qué sexy es, este cabrón!
Es algo extraordinario y muy calladito, como a mí me gustan. Habitualmente, risueño, estatura media, castaño claro, con los ojos color miel, pinta de machote, cara de bonachón y un culazo tremendo
Estaba precioso con ese pantalón vaquero, elástico, azul oscuro, destrozado en la parte superior del muslo, en ambas piernas, y esa camisa blanca, absolutamente impecable, debajo de una cazadora de piel color wiski, preciosa de Desigual y sus botas de Panama Jack
Y, además, ese cuerpazo, cubierto con una sola sábana. La sábana que le cubría permitía, sin tener que hacer mucho esfuerzo, apreciar su maravilloso cuerpo y su desnudez
Pepe se percató, y enseguida se acercó a ellos, empinándose un poco para comerle la boca. Luego, bajó hasta el cuello y empezó a besarle pendiente de Benito, que le estaba quitando el speedo. Y, ahora, arrodillado, le comía la polla mientras Benito se embadurnaba el rabo con saliva
David, ya había empezado a hacer sus cositas. Y le metía un par de dedos por el culo, para dilatarlo un poco; y así, poder introducirle el cabezal cilíndrico de la ducha, que acababa de cambiar
El soldado levantó el culo, para facilitarle la labor al secretario; que enseguida tiró del calzón hasta dejarlo en los tobillos. Y luego, se agachó para quitarle los zapatos; y así poder terminar de sacárselo
De repente, sintió su mano fría dentro del calzón; y decidido, le echó mano al culo
El sargento, indeciso, guardó silencio. El nunca se había follado el culo de un muchacho... pero, ese culo le parecía algo extraordinario
Etienne, esta encantado saboreando las mieles de su boca y disfrutando de la calidez de su cuerpo; acariciándole el pecho y jugando con sus dedos alrededor del ombligo
Choisely, se sentía abrumado por la belleza de algunos de los sirvientes que habían llegado con el Conde; y sobre todo, muy excitado, por la charla que mantenía con el machote que habían sentado a su derecha
Pero, el cabo Gabriel, harto de los ronquidos del Sr. Duque; y después de una noche, en la que tuvo que hacer de todo para satisfacer sus morbosos juegos, decidió irse a dormir a la habitación del Marqués; al que imaginaba solo y aburrido, o mejor, durmiendo plácidamente en su gran cama
Desde el cuerpo de guardia, se avisó a los carceleros para que subieran al prisionero. Y cuando el sargento vio al ejemplar sonrío con malicia
Nicolás y Tinet, que también estaban heridos, empezaban a sentir la mosca que tenían detrás de la oreja, pensando en su amigo y protegido, Yago.
Entonces Eugenio miró al hombretón, como pidiéndole autorización, y aprovechó la posición de Diego para tirar de la cremallera de su bragueta, y metiéndole la mano, echarse encima de él
Juan Carlos bajó a la calle y no solo cogió la cámara, que efectivamente estaba en uno de los bolsillos de la Harley, si no que se entretuvo buscando en ellos todo lo que pudiera servirle
Al oír esto, y viendo al ejemplar que tenía delante, el Dr. Prieto se puso a cavilar
Y, hasta que no sonó el pitido que daba por finalizado el encuentro, o sea, el final del partido, no se terminó la fiesta
¡Cómemela, cabrón!... que sé que te gusta… ¡guarro!
Y, ese olor a chocolate, ayudaba a disfrutar del sexo, en silencio.
Luego, dejando caer la toalla que le cubría, se quedó en pelota picada, y colocándose detrás de él fue empujándole para que entrara en el salón
Alex, conocía a la perfección la situación en la que estaban Ariel y su madre
Y Emilio, que llevaba una calentura tremenda, y el olor de ese señor metido en el alma.