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Raúl vive en un pueblito costeño llamado San José pero su familia es de las montañas. Es blanco, un poco gordito, ojos café y cabello abundante. Mide como 1.73 y lo conocí mientras buscaba unos materiales cerca de donde yo laboro. Estaba cargando bloques y sacos de cemento y me le quedé viendo
Enrique trabaja de dependiente en un local que visito regularmente. Tiene 33 años, trigueño, cabello largo, labios gruesos y carnosos, pelo castaño y lacio, lo lleva desordenado y amarrado a veces en una colita de caballo. Si acaso medía 1.69, pero con un cuerpecito lindo, buenos muslos. Es un tipo
José tiene 20 años, pronto cumplirá 21. Un cuerpo marcado por el trabajo físico, piel cobriza, manos y pies callosos, labios delgados, cabello ensortijado, ojos avellana. Unas piernas de futbolista y unas nalgotas duras y marcadas, igual que su pecho y brazos. Se rasura totalmente, del cuello para
Yo me la pasaba lujuriándolo, viendo sus nalgas menearse cada vez que se fajaba trabajando. Un joven, acabado de cumplir los 18, de piernas gruesas de futbolista, lampiño y con un culote que daba era hambre. Cabello negro, parado y abundante. Ojos café con unas pestañotas cada vez que tenía la
Pancho es feo de cara, bastante poco agraciado, trigueño, cabello ensortijado y con un pésimo corte, cejas delgadas. Con sus 20 años, no creo que ya se mejore. Tiene facciones toscas, pero lo salva su cuerpo musculoso y marcado del trabajo de campo, manos grandes y toscas, pero sobre todo un culo
Yo estaba comprando una gran cantidad de plátanos verdes para un evento que se haría en un grupo de mi ciudad. Fui al mercado y comencé a buscar buen precio para comprar 300 plátanos. Me comenzó a atender un chico con su mascarilla que caminaba arriba y abajo y yo solo le veía menear el culote y el
José, Ariel y Julio eran primos hermanos entre sí. Todos de una pequeña ciudad del campo, chicos toscos y rudos, acostumbrados desde chicos al trabajo de campo. José tiene 20, mide como 1.70 y es de contextura atlética, igual que los otros dos. Ariel, de 18, es el más bajo de los tres. Mide si acaso
20 años, desempleado, drogadicto, chacalito y con una noviecita de cuerpo escultural. ¿Qué haces cuando estás loco por tu nueva novia pero no tienes ni para pagar el pasaje del metro?
Después de haberse perdido un par de meses volví a contactar a Joel. Resulta que estaba perdido, huyendo de quien sabe que cagada había hecho. Tenía rato que no cogía con él, esos polvos tóxicos, intensos, de infarto. Me levanté temprano y me preparé para lo que le venía
Vi a Pablo cuando apenas tenía 16 años. Cabello negro, espeso, callado, boca ancha y sonrisa fácil. Casi no hablaba y se limitaba a acompañar a su padre en sus quehaceres y luego se retiraba. Yo lo saludaba cortésmente y lo miraba de reojo pero nada del otro mundo
Iván se regresó a su pueblo después de trabajar 5 días consecutivos. La cantidad de pajas que me hice pensando cómo había arropado a Karina me tenía la verga pelada. Ese mismo día, en la noche, recibí un mensaje en mi celular
Cuando comenzó a trabajar en la construcción de un tanque de agua de reserva le vi de reojo y sin mucho interés. Delgado, con los dientes grandes, boca ancha, cabello corto lacio largo, cejas gruesas, 20 años y nada del otro mundo
Estaba yo en un campo remoto, una finca pegada a la playa. En esa ocasión había una práctica de policías del Servicio Nacional de Fronteras, una unidad élite de la policía. Yo tenía dos días de estar ahí cuando pasaron la primera vez
Supervisaba un proyecto en Chorrera, una ciudad cerca de la capital. Me tocaba ir donde un proveedor constantemente y ahí encontré a Pablo. Todo en él era grueso: sus cejas, dos matas de vello hirsuto y negro azabache sobre sus ojazos cafés, labios gruesos y bien moldeados, dos brazotes musculosos
Me dio un poco de lástima que no lo contrataran y lo llamé para un trabajo eventual en la empresa de un amigo. Ahí pude admirar lo guapo que se veía con su cabello corto al rape, una barba incipiente y una mirada triste pero sexi.