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Desde que tengo 18 años siempre he pensado en esta fantasía; me veo a mi misma con una falda exageradamente corta y una camisa blanca que deje ver mis tetas obviamente sin brasier, me imagino sentada en una silla frente al escritorio de una oficina bastante oscura con un jefe muy sexy
Esta fue nuestro segundo encuentro. Me había invitado a ver una película a su casa, yo estaba vestida con una falda negra y una blusa blanca, ambas muy sexys
En anteriores relatos he indicado un poco mi físico el cual no ha cambiado, soy una mujer pequeña y delgada, blanca, con cintura estrecha y tetas pequeñas de pezones rosados, un culo pequeño y un ano diminuto
Todo en esa noche empezó como un plan tentativo y también tentador, no tenía mucha seguridad de qué pudiese ocurrir pero, finalmente, llegamos al sitio que ya he mencionado varias veces, un club swinger en el qué, con seguridad, los lectores sabrán qué tipo de experiencias se pueden encontrar
Laura es una mujer muy sensual, tiene unas tetas duras y bien puestas, una vagina muy linda y dispuesta y unas caderas bien pronunciadas; la conocimos en una de nuestras visitas al bar swinger
Hace años, desde que lo conozco nos hemos venido satisfaciendo las fantasías y deseos más escondidos. Cualquiera podría creer que han sido suficientes, pero no, nunca he dejado que mis ganas se sacien hasta el tope, siempre dejo un poco, un poco más para la próxima vez
Fue entonces cuando él me llenó la boca de su lengua y me dio un beso que a decir verdad, me estimuló bastante, y a él también al ver su pene ya más grande de lo normal... acto seguido la besó a ella, y finalmente nos compartimos los 3 en un beso apasionado que dio inicio a lo que se vino luego.
Acto seguido me levanto y lo beso, para que recuerde lo que tuve en mi boca y hasta donde pude hacerlo llegar en unos minutos, me toma salvajemente con una mano de la cintura, siempre muy pequeña, y desliza su otra mano detrás de mis nalgas.