Relatos publicados por Little Sex Warr (16)

Llegué a casa de mi tía Leonor, dos días antes de su cumpleaños número 42, iba a pasar dos meses en su casa, mientras entraba a la universidad, donde tendría una habitación dentro del campus

Solo tú sabes quién soy, lo escribo por ti, algún día escribiré nuestra pequeña travesura

Entró hasta el fondo sin problemas, lo esperaba una húmeda vagina deseosa de ser penetrada sin piedad, tomándome de las nalgas, clavaba una y otra vez su verga en mí, y yo con las piernas en sus glúteos y mis manos en su cuello, empujaba para provocar mayor penetración de su parte

Cada seis meses aproximadamente, mis suegros nos visitan. Después de un año de casados, me enteré porque les gusta quedarse en casa tres o cuatro días

Por fin, un hombre me había tocado y llevado al éxtasis, ahora había que dar el siguiente paso, me urgía perder mi virginidad

Fue una noche maravillosa, llena de sexo y morbo, junto con nuestros vecinos de habitación, pasamos la noche escuchándonos mutuamente y cogiendo como locos. Había encontrado en mi primo Antonio, el amante perfecto

Los ruidos y gemidos de placer en un hotel, son totalmente adictivos. Si los vecinos nos habían sorprendido con sus gritos, seguro ahora, mis gemidos y mis suplicas a Antonio, para que cada vez metiera con más fuerza y profundidad

Llegó un momento en que empezamos a tener contacto físico, nuestras manos se buscaron y después fueron nuestros labios los que se encontraron unidos. Y de ahí, llegó lo que tanto deseábamos

Después de varias relaciones fracasadas, encuentro a un hombre, que me enseña a gozar el sexo, aunque él es un hombre casado y yo trabajo en su casa.

Durante cerca de trece años, mi madre y yo hemos competido entre nosotras, para robarnos o compartir amantes.

Perder la virginidad con el hombre adecuado y con amor, es la mejor experiencia de una mujer.

Desde pequeña, fui educada a la vieja usanza, pedir permiso a mis padres para tener novio, no darle razones a mi pareja para que me faltara al respeto y cuidar mi virginidad para vestir de blanco en mi boda.

Mi historia no puedo contarla como un abuso, aunque si lo fue, tampoco como una violación, aunque si lo fue, el exceso de alcohol, me llevó a permitir que tres hombres me cogieran sin autorización pero con deseo de mi parte.

No todo es sexo duro, el placer de hacerlo con hombres maduros, es la ternura y creatividad de los hombres con experiencia.

Después de ser fiel por 30 años, conocí a un hombre que me hizo perder la cabeza.

Ser sumamente coqueta, me llevó a perder muy joven, mi virginidad.