Relatos publicados por dandar (16)

Una jovencita preciosa abre un negocio de lencería que se convierte en exitoso. En un horario especial, ella me atiende y disfruto estupendo

Un amigo borracho llega a casa con una pendeja para cogerla. Él se duerme y ella me provoca

Carla me pide que ayude a su hija en el estudio. La pendeja me excita más que su madre y ella lo sabe. Al llegar a mi casa, provocativamente vestida, descubre mis secretos y me chantajea...

Pajera virgen, mi putita

Sele, se hospedaba en mi casa desde una semana atrás. Yo, hombre de 52 años, buen aspecto, divorciado, abogado. La sobrina se había convertido en una hermosa, sensual y tímida jovencita

Soy un hombre de 52 años, buen aspecto, pijudo y linda cola. Estuve casado, tuve varias parejas a las que hice gozar. Pero me encanta pajearme. Y de todos los modos posibles. En esos momentos disfruto como me parezca, y me siento macho, trans, puto

(Sugiero leer los relatos I y II) La hermosa Natalia cuenta como su madre la echó al encontrarla con su tío y tres hermanos en una orgía.

Natalia, oriunda de un pueblo del interior y de 18 años, aunque me pareció más chica. La pendeja contratada como empleada doméstica era pequeña, metro cincuenta y cinco, delgada, preciosa cara, largo pelo negro, ojos color miel, labios carnosos, piernas torneadas, nalgas primorosas, paraditas.

Un hombre de 49 años elige a una hermosa chica de 18 años como empleada doméstica. Él se pajea por ella, pero la pendeja lo hace gozar más.

Hermosa, despampanante e inalcanzable puta de lujo, lo único que podía hacer era mirar cuando mi vecina salía o volvía con sus clientes. Hasta que un incidente logró su agradecimiento…

Silvana es mi amiga trola, que me presenta su hermana mayor, supuestamente una santa

Él es descubierto por su amigo mientras se masturba. Y lo hacen juntos...

Lorena tiene 34 años, mide 1,67, es rubia natural de rostro bonito y sabroso cuerpo. Desde que la conozco (ocho años), tras dos parejas estables, cada dos meses lleva tipos a su casa. Es vecina, tiene una hija de 18 años y vive frente a mi casa.

Un hombre maduro se anima a masturbarse por el culo mirando porno trans.

Un caminante encuentra en una playa de un río de las sierras cordobesas a una pareja cogiendo. Al mirarlos y empezar a masturbarse tiene un accidente que cambia todo.

(Primera parte, de tres) Estaba deliciosamente asombrado y maravillado: una jovencita preciosa, educada, arrebatadoramente sexy, estaba a centímetros de mis ojos y mis dedos. Quedé en silencio, admirándola. Para mí era perfecta: hermoso rostro, cuello alto, hombros frágiles, brazos delgados, pechos.