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Semana grande en Gijón

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Eran las fiestas de la Semana Grande en Gijón y mi novia y yo habíamos ido a los conciertos, el ambiente estaba muy bien y como siempre, a reventar de gente. Vimos el concierto que nos interesaba y como los grupos que quedaban no nos gustaban demasiado nos salimos a beber al muro de la playa donde podíamos escuchar el concierto pero sin agobios de gente.

Al rato de estar allí llegó una ambulancia para atender a unas chavalas que habían bebido demasiado. Justo al lado de donde paró la ambulancia había un chaval bebiendo y con el pedo que llevaba se pensó que iban por él. Yo me empecé a descojonar y le grité que tranquilo, que aún no se lo llevarían…le invité a acercarse con nosotros y empezamos a hablar. Era un chaval de unos veinte pocos años que estaba de ruta por España con su furgo, un poco hiposo y bastante guapete. Estuvimos bebiendo y hablando hasta que terminaron los conciertos, nos preguntó entonces dónde seguir la fiesta y le invitamos a venirse con nosotros a los garitos de Cimadevilla. Así seguimos la noche, yo noté que el chaval le dejaba caer piropos a mi novia, le dejaba frases como “qué guapas son las asturianas” , le miraba el culo, le agarraba con cualquier excusa… mi novia no dudaba en seguirle el juego y a mí no me importaba nada, estábamos de buen rollo los tres. Mi novia le preguntó por la furgoneta (la típica Volkswagen preparada) ya que a los dos nos flipan y el chaval nos empezó a contar que la tenía preparada con cocina, cama de matrimonio y muy buena amortiguación, esto último lo dijo mirando a mi novia y guiñándole un ojo…ella ni se mosqueó ni nada parecido, más bien al contrario, puso esa cara de golfilla juguetona, con una sonrisa nerviosa y bajando la mirada ligeramente, aunque sabiendo a lo que jugaba.

Empezó a sonar música pachanguera y ella intentó sacarme a bailar (misión imposible) mientras el colega había ido a pedir unas cervezas. Mientras ella intentaba bailarme le dije al oído: “Qué, te has quedado con la duda de si la amortiguación será tan buena como dice, eh?”… ella sonrió y abrió la boca haciéndose la niña gamberra y me dio una bofetada. En ese momento volvió el chaval, nos dio las cervezas y le dije: “Tío, baila tú con ella que yo no sé y quiere menear el cuerpo mientras yo voy a echar un pito fuera”. Él sin dudarlo posó la cerveza, le puso el sombrero de paja que llevaba y se arrimó a bailar bien agarrado. Yo salí a fumar pero me quedé en una ventana desde donde podía verlos bailar. Empezaron suave, él cada poco se acercaba a su oído y le susurraba algo, a lo que ella siempre respondía con esa carita de niña buena o con su mejor cara de loba cañera (no es ninguna inocente, mi novia había estado con un montón de tíos antes de estar conmigo y sabía comportarse perfectamente en estas situaciones de golfeo). Cada vez bailaban más arrimados y de repente vi cómo el tío le dio un azote en el culo dejando ahí la mano y magreándole bien la nalga. Ella, lejos de apartarse, miró hacia los lados para ver si yo andaba cerca y al no encontrarme metió su pierna entre las de él, frotándose bien y moviendo las caderas como la mejor de las brasileiras. Él subió una mano y le pellizcó una teta con dos dedos a lo que ella respondió dándole un manotazo y apartándole la mano pero, por supuesto, con esa cara de perra que tanto me pone. Le debió decir algo como: “¿y si te pellizco yo a ti?” y en ese momento bajo la mano hacia el paquete del tío y le apretó la polla por encima del pantalón, incluso desde la ventana pude ver que el tío tenía un empalme de cojones. Ella le dio un par de caricias en la polla y sonriendo se separó de él dándole un trago a la cerveza.

En ese momento aproveché para volver a entrar en el garito y le pregunté a Lara  al tiempo que le guiñaba un ojo: “Qué, ya te cansaste de bailar?… ella contestó, mirando hacia él y echándole un ojo disimulado al paquete: “a este si le dejas me tiene bailando toda la noche”, y ambos sonrieron con una complicidad morbosa. Tomamos otra ronda y otra más y el colega salió a fumar un cigarro, momento que aproveché para comerle la boca a mi novia y a magrearle un poco. Mientras le daba un mordisco en la oreja le susurré:

-“Cómo te tira los tejos el colega, eh?... le tienes cachondísimo”.

-¿Qué dices? Es buen chaval pero no… respondió ella.

-Venga va tía, os estaba mirando por la ventana mientras bailabais…esto ya lo habíamos hablado y sé que te estás poniendo cachonda…te lo veo en la carita, y sabes que a mí no puedes disimulármelo.

-Que no cariño, que el único que me pone cachonda eres tú…

Al escuchar eso metí mi mano bajo sus bragas y, tal y como imaginaba, estaba empapada. Guiñándole un ojo le dije “¿y esto?”… ella simplemente sonrió y se dio media vuelta para coger la cerveza.

En ese instante volvió el chaval y nos preguntó por una zona de Gijón llamada Somió, alguien con quien había hablado fuera le dijo que había un parking donde podría dormir con la furgo. Le dije que sí que lo conocía y que si quería le indicaba cómo llegar. Aceptó así que, ya cansados de tanto garito, decidimos ir hasta allí, indicarle dónde era y fumar un peta tranquilos. Me pidió si podía llevar yo la furgo ya que conocía mejor la ciudad así que yo me puse al volante y ellos dos fueron en la parte de atrás donde no había asientos porque tenía la cama montada y para la poca distancia que había hasta el parking decidimos no subirlos. Con el pedo que llevaba tuve que concentrarme en conducir así que puse algo de música y abrí la ventanilla de modo que no podía escucharles muy bien lo que hablaban.

Me pareció oír a Lara preguntarle por la cocina, si tenía baño y preguntas por el estilo… Dejé de prestar atención un instante y en un momento entre canción y canción me pareció escuchar a mi novia decir “para tío, que nos va a ver…”disimuladamente giré el espejo retrovisor derecho con el control automático que tenía junto a mi ventanilla, lo giré hasta que los tuve en el ángulo perfecto. Efectivamente había escuchado bien y lo que vi fue algo con lo que llevaba tiempo fantaseando… Él había metido su mano bajo la camisa abierta de mi novia y estaba pellizcándole un pezón, incluso llegó a agacharse rápidamente y darle un buen mordisco en ambas tetas. Después de eso, el tío estaba que no podía más y se sacó la polla, estaba empalmado como un cabrón y, muy gracioso él dijo en voz alta: “si tenéis hambre tengo aquí algo para comer, eh?” Vi como mi novia sonreía mientras le miraba la polla con disimulo. El chaval, que ya nos aguantaba más, cogió la mano de mi novia y se la llevó al paquete. Ella por supuesto no la apartó, se la agarró con fuerza y muy suavemente comenzó a subir y bajar, sintiendo cómo aquella polla palpitaba y se hinchaba en sus manos, hacía muchos años que la única polla que tocaba era la mía y notaba en su cara una excitación que no veía desde nuestro primer año. A pesar de todo y de saber que tenía mi “permiso” para jugar con otros si se daba la ocasión, aún se sentía nerviosa por la situación y levantaba sutilmente la mirada para comprobar si yo le veía desde mi asiento… de lo que no se dio cuenta fue que yo podía verla desde el retrovisor.

Al creer que yo no podía verles se vio con la situación controlada y se sentía cada vez más confiada y cachonda y ahora ya le pajeaba con fuerza, le cogía los huevos, jugaba con ellos y de seguido continuaba haciéndole una paja que, por la cara del chaval, estaba siendo impresionante!! El tronco, que ya se veía con toda la confianza del mundo y salido como un perro, le susurró (susurró por decir algo, con el calentón que tenía casi lo gritó, incluso con la música le escuché clarísimamente desde mi asiento): “Chúpamela!!” Ella reaccionó instantáneamente diciéndole que ni de coña y señalando hacia mi… pero no pudo evitar volver su mirada nuevamente hacia la polla que ahora  pajeaba el chaval, como invitándola a acercarse.

¡Joder, le faltó babear!…estaba que se moría por comerse aquella polla, tenía la cara desencajada del calentón que llevaba!!!... yo no podía más… ¿por qué coño no se la chupaba ya?, ya lo habíamos hablado y yo le había dicho no solo que no me importaría verla con otro tío sino al contrario, la situación de imaginármela follándose a otro me ponía cerdísimo!! Al ver que no se decidía le llamé un segundo y se acercó por detrás de mi asiento, quedando nuestras caras a la misma altura. Le dije:

-¿Qué pasa, es que voy a tener que obligarte?-le dije sonriendo

-¿Cómo?-respondió sin entender

-Cariño, llevo viéndoos desde que arranqué, sé que estás que te mueres por comerle la polla y necesitas que alguien te folle ya, así que no sé a qué estás esperando, ya lo habíamos hablado y sabes que me muero por ver cómo te follamos dos tíos… mira cómo voy ya.

Bajé su mano a mi polla y le encantó comprobar que estaba empalmado como un perro. Entonces se liberó, me sonrió con mucho vicio en la cara y pasó su lengua por mi cuello, llegando a la oreja y lamiéndomela como una loba, sabe que eso me pone a mil!!

Antes de dejarla volver atrás le dije que aún no le dijera nada al chaval, que lo dejara disfrutar un rato más de esa fantasía de follarse a la tía de otro sin que el tío se entere… Aunque ahora seríamos nosotros los que jugaríamos con él.

Lara volvió a sentarse junto a él y le dijo que yo necesitaba preguntarle si iba bien en aquella dirección…una excusa fácil, sin más. Él volvió a señalarle la polla, mostrándole que aún seguía empalmado y con muchas ganas. Ella le puso cara como diciendo que no, que no podía (ahora ella estaba jugando con él, me encantaba!!). El chaval no sabía que hacer ya para que se la chupara y llegó a poner cara de Por favor!!… Ahí Lara no quiso castigarle más y le dijo: “venga, pero con cuidado, no quiero que nos vea mi novio”. Se agachó sobre su polla, se estaba haciendo la dura por nuestro juego pero la realidad es que estaba deseosa de tener esa polla en la boca. Lentamente pasó su lengua de abajo a arriba, le succionaba suavemente  todo el tronco hasta llegar al capullo. Jugaba a lamerlo con la punta de su lengua, recorriéndolo entero, rodeándolo con su lengua y provocando que al chaval le dieran espasmos por toda la polla. Entonces empezó a chupársela con ganas, desde el retrovisor yo veía su cabeza subiendo y bajando sin parar, bajé disimuladamente el volumen para poder escucharla respirar entrecortada, sorbiendo y gimiendo como una loba… ¡¡me estaba poniendo a mil joder!! Y del chaval ya ni te cuento, estaba que no se lo creía, ahora ya estaba medio tirado en la cama y mirando cómo Lara le demostraba lo bien que sabe hacerlo.

Prácticamente en ese momento llegamos al parking donde nos dirigíamos, se lo grité a los dos y Lara se levantó rápidamente dejando al chaval con la polla a punto de explotar. Aparqué, a conciencia, en una esquina bastante oscura del parking, alejada de otras autocaravanas que estaban allí estacionadas, apagué el motor y les dije que si no me iban a enseñar a mí también la furgoneta…miré a mi novia a los ojos y tenía una mirada nerviosa, como pidiendo una confirmación o aprobación que ya estaba concedida hacía tiempo…tenía la boca cubierta de saliva tras haberse tenido que levantar apurada a media mamada. Me acerqué a ella y, pasando mi pulgar sobre su boca, limpiándole los restos de saliva, le dije: “tendrás que terminar lo que has empezado, no?, tendremos que hacer de buenos anfitriones supongo…”Ella me sonrió aun un poco insegura  pero también con cara de ansiosa, la situación le tenía irremediablemente cachonda y necesitaba ser follada allí mismo.

Se acercó a mí y me comió la boca con un deseo que hacía mucho que no sentía, como agradeciéndome de algún modo lo que estaba a punto de suceder. Yo empecé a desabotonarle la camisa, se la quité, desabroché el sujetador y le pellizqué los pezones que a esas alturas ya estaban duros como piedras. El chaval, que por unos momentos se había quedado callado temiendo qué podría pasar, se levantó, ahora sí sonriendo y nos dijo “¡¡Sois cojonudos!!”

Lara y yo nos echamos a reír y ella, empujando al colega nuevamente sobre la cama le dijo: “te voy a enseñar lo bien que se come en la tierrina!” Sin perder tiempo volvió a sobarle por encima del pantalón y, si en algún momento se le había bajado la polla, Lara le hizo recuperar en cuestión de segundos. Le quitó los pantalones y calzoncillos y empezó a pajearle lentamente, dejó caer saliva sobre su polla para lubricarle bien y le pajeó duro hasta que el chaval volvió a estar empalmado y listo para follársela.

Subiéndose encima de él, Lara se apartó la braga a un lado y se ensartó la polla hasta el fondo emitiendo un gemido de calentura reprimida durante toda la noche. Al sentir por fin una polla dentro empezó a moverse como una loca, apoyándose en el pecho de su amante se meneaba cada vez más y más rápido, estaba empapada y su coño se deslizaba sobre aquella polla. A esas alturas yo ya me estaba pajeando de pie viendo aquel espectáculo, observando a Lara desinhibida del todo, se estaba comportando mucho mejor de lo que esperaba, se había dejado llevar por el morbo del encuentro y ahora cabalgaba como una salvaje sobre nuestro invitado. Por un momento se olvidó de mi(algo que yo deseaba, quería verla también únicamente entregada a otro) pero pronto se giró hacia mí ,que entonces ya estaba sentado en la cama, se levantó quitándose las bragas y me puso el coño en la cara diciéndome: “lámeme por favor”, ella sabe que me pone cachondísimo que se frote en mi cara, que me empape cuando está bien mojada… yo empecé a comerle el coño saboreándola como nunca, estaba chorreando del calentón que tenía.

Empecé lamiéndole los labios, se los succionaba y jugaba con ellos en mi boca hasta dejárselos hinchados. Viendo lo caliente que estaba pasé a comérselo a boca abierta, frotándome en cada hueco de su coño, moviendo la cabeza a los lados y metiéndole la lengua sin parar. Ella estaba prácticamente de pie, con una pierna levantada y ofreciéndome su coño para que hiciera lo que quisiera con él. Me empujó sobre la cama dejándome tumbado y se arrodilló sobre mi boca, inmovilizándome y obligándole a seguir dándole lengua. Miró hacia nuestro amigo y le dijo “Ven, dame polla”. El chaval se levantó y se acercó a la cara de Lara, ella no perdió ni un segundo y recibió de nuevo aquella polla con la boca abierta. Era una delicia para mi levantar la mirada y verla engullendo una polla que no era la mía, disfrutándola y lamiendo cada recoveco de aquel rabo. Se la tragaba  hasta el fondo, sacando la lengua y lamiéndole los huevos (buffff… cuando hace eso la polla se me hincha como nunca). Se metía los huevos en la boca sin parar de pajearle… Vamos, que le estaba haciendo una mamada que estaba dejando al colega temblando, llegó a advertir a Lara que si seguía así se correría.

Entonces Lara paró y le dijo: “no, aun no te corras, quiero tener tu polla dentro y que Carlos lo vea, sé que es lo que quiere”. Yo me senté contra la puerta de la furgoneta preparado para ver la traca final. Lara se puso a cuatro patas de modo que su cara y la mía quedaban a escasos centímetros y ofreciéndole el coño al colega. Yo le dije: “Vamos tío… fóllatela bien y haz que se corra”. Ella, al oír esto se puso aún más cachonda y se lanzó a comerme la boca como una loca, nuestros dientes chocaban de cómo nos estábamos besando, yo le apretaba la cara mientras cruzábamos nuestras lenguas, me chupaba los dedos…. ufff estábamos muy calientes!! En ese momento el chaval se acercó por detrás de Lara, colocó la punta de la polla en su entrada y se la clavó entera, hasta el fondo de una sola vez. Lara dejó  automáticamente de besarme y no pudo reprimir un gemido mezcla de dolor y placer que debió escucharse en todo el parking, le había llegado hasta la garganta. Pero no duró más que eso, al segundo ella estaba moviendo sus caderas ensartándose aquella polla hasta el fondo una y otra vez, cada vez con más fuerza. Yo le agarraba de los pelos, mirándole bien esa cara de goce salvaje, me estaba poniendo cerdo a no poder más tenerla a dos centímetros de mi boca gimiendo y jadeando como una perra mientras recibía la polla de otro…ella se agarró a mi polla de manera que parecía que me la iba a arrancar, me pajeaba salvajemente mientras yo le apretaba las tetas, le estiraba los pezones y se los retorcía hasta hacerle daño y eso le ponía cada vez más y más cachonda. El chaval empezó a acelerar el ritmo, estaba a punto de correrse así que Lara bajó su mano y se frotó el clítoris buscando correrse también...a los pocos segundos el chaval sacó la polla y acabó descargando toda su leche por la espalda de Lara, y se vació a gusto… ver a Lara cubierta por la lefa de otro es una imagen que no borraré de mi cabeza. Lara se corrió también en ese momento, dejándose caer sobre la cama y tocándose hasta quedarse completamente vacía entre gemido y gemido. Nada más correrse se incorporó y volvió a chuparme la polla apretándomela como nunca lo había hecho. A ese ritmo no duré mucho y me corrí con un orgasmo tremendo en su boca, me vacié de tal manera que no dio tragado todo y la leche le rebosaba los labios, cayéndole por la barbilla y los pezones… buffff verla así, tumbada, sudada, cubierta de lefa mientras nos acariciaba la polla a ambos es una imagen que rememoraré en miles de pajas. El colega había quedado reventado pero aún le daba un mordisco que otro en los pezones.

Al rato salimos a fumar un peta y poco después le dijimos al chaval que nos acercara a la estación de autobuses que teníamos que volver a Oviedo. Por supuesto y después del regalo que le habíamos hecho, se prestó para llevarnos a casa. Le dije que aceptaba…. pero ahora iba a ser yo quien iría en el asiento de atrás y él conduciendo!! Al llegar a Oviedo le invitamos a subir a tomar una última copa pero eso lo contaré en otra historia.

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