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RELATO DESTACADO

El deseo de tenerte dentro de mí

Me emputeces. Si tal palabra existe, expresa exactamente cómo me siento una vez que me has penetrado, porque entonces, me paro en la punta de los pies y alzo el culo con las manos apoyadas en la pared...

Venganza y pleno placer

Su mano incursionó bajo mi tanga mi vagina depilada estaba muy humedecida por el placer, mi boca gimió al sentir su mano deslizarse por ella, sus manos comenzaron a bajar lo último que quedaba cubierto de mi cuerpo para sentirme dueña en absoluto de su piel de su cuerpo…

Las infidelidades de mi esposa: En el camión

El otro tipo se acomodó tras de ella, se bajó el cierre saco su verga y de un empujón se la metió por completo, Elizabeth al sentirse de nuevo penetrada, lanzo un fuerte grito, pero eso no detuvo a su amante en turno...

El primer sexo anal de Denisse

Parece que ella adivinó mis pensamientos al mirarme a los ojos, pues, me regalo una atrevida mirada y rodeándome el cuello con sus brazos me atrajo hacia sí para entregarme un largo y delicioso beso en el que no estuvo ausente el jugueteo...

La hija del general Ramstein

Con algo de miedo le contesté que sí. Me saqué rápidamente la ropa y quedé toda desnuda. Mis vergüenzas quedaron a merced de estos dos degenerados que miraron con detenimiento mi estrecha vagina...

Mi hermanastra mayor (parte 2/4)

Estábamos yendo a nuestras respectivas habitaciones, Fabiola adelante y yo atrás de ella, y noté que mi mano derecha bajaba y se fue directo al trasero de Fabiola, en eso entré en razón y quité mi mano rápidamente. Fabiola se giró y me miró sorprendida, pero no dijo nada, yo pasé de largo y me metí a mi cuarto diciéndole

Me enseñó un sexo que desconocía (parte 2)

Y me cogió la cola poniendo toda su pija hasta el fondo y moviéndola suavemente mientras volvía a hablarme al oído y me decía que culito hermoso que tenía, que me lo iba a llenar de leche porque yo era una putita hermosa, que era un placer cogerme y que le encantaba tener una preciosura como yo tan sensual y

El plan (parte 3)

Ambos estábamos como locos y nuestros cuerpos se chocaban, yo tenía mi cabeza apoyada en su hombro y le susurraba lo rico que se sentía, bombeaba su pene y él me penetraba con su mano, otra vez logró eyacular, pero estábamos tan cerca y enredados que ambos quedamos rociados por su semen, mi hijo con su orgasmo se dedicó a

Visitando Singapur (parte 2)

Él toleraba un poco mejor mis embestidas y con mayor movimiento fui haciéndolo mío. Ese culito estrecho que me hacía notar que mi pija estaba literalmente desvirgándolo, partiéndolo al medio, pero él y yo lo estábamos disfrutando a full. Su carita de dolor y placer, sus gemidos, sus manitas tratando de frenarme y mi enorme cuerpo que arrasaba con su

Gunilda, mi médico hetero y mi amor (parte 4)

Gunilda tiene un clítoris bien grande y precioso. Lo beso, lo succiono, lo lamo. Absorbo cada gota de su dulce néctar. Mueve las caderas y los muslos muy sensualmente. Por momentos, mi lengua sube por su ancha y ardiente vagina. Sus gemidos son una dulce melodía de fondo en este sublime instante. Segundo a segundo, acelero lentamente el ritmo mientras