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Mi vecina Andrea

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Yo se lo propuse y no me arrepiento. Anduve tras ella por más de un año y siempre me dijo y me redijo que no le interesaba andar conmigo. En fin, un día la convencí de que anduviera conmigo y que no tenía que serme fiel, que podía seguir haciendo y deshaciendo a discreción pero que lo único que le pedía era que me lo dijera y me lo contara todo.

Así empecé a salir con Andrea y así supe de ella todo hasta el día que por fin se enamoró de mi. Siempre fue la chica más bonita y guapa de la colonia, la más agradable, la más tierna y la mejor amiga de muchos y muchas, hasta que su vecino Álvaro la pervirtió y la hizo gozar mares de orgasmos tanto en la cama de sus padres como en la de su hermana, donde le gustaba poseerla en los tiempos donde no había nadie en su casa. No es que hayan sido novios o algo así, lo suyo era puro y absoluto sexo, tanto que Andrea cambio sus favoritas caminatas con sus padres y hermana por quedarse en casa esperando la furtiva llamada de Álvaro para abrirle la puerta ser desnudada y poseída mientras su familia se ejercitaba en los alrededores. Era una barbaridad lo que Álvaro la hacía gozar. Nunca se imaginó que el sexo pudiera ocasionarle todas esas experiencias y esos gratisimos momentos en donde su cuerpo todo sudado se le arqueaba de placer haciéndole escurrir lágrimas de lo intenso de sus orgasmos. Yo era el único de la colonia que sabía de sus pasiones secretas con Álvaro y eso era porque yo era el vecino del otro lado y yo los escuchaba gemirse en sus placeres secretos cuando los padres y Elsa (su hermana) salían a correr. Sólo yo sabía que Andrea también se ejercitaba en esos momentos, pero en otras actividades mucho más placenteras pero que igual la dejaban toda sudada y exhausta. Esa polla de Álvaro como la hacía gozar!

Así pasaron semanas y meses de mi vida, oyendo gozar a mi vecina todos los sábados y domingos de 6 a 10am, hora en que sus padres salían con su hermana Elsa (de doce años) a correr por la colonia. Pero sus encuentros no se limitaban a los sábados y domingos, algunas veces los llegué a espiar copulando en el parque junto a las tiendas cerradas ella de espaldas a el contra la pared recibiendo su férreo merecido de chiquita hermosa haciéndose mujer. Varias veces le vi incluso los senos meciéndosele mientras era poseída por el pervertido de su vecino mientras yo, falo en mano, me autoerotizaba frenéticamente soñando ser Álvaro y soñando ser yo quien entraba en Andrea haciéndola gozar de esa manera.

Nunca logré entender bien el porqué Andrea, siendo una chica tan linda llena de ternura podía profanar esas palabras en sus momentos de pasión. "Cogeme como perro", "Eres un cabronazo", "Cogeme como hombre, no seas puto", "Soy novia de Angel pero también soy tu puta" eran cosas que la escuchaba profanar seguido mientras Álvaro le taladraba el sexo y le chupaba las tetas.

Pensé que me iba a volver loco, estuve locamente enamorado de Andrea por semanas y meses. Amor secreto amor libidinoso que sólo aplacaba jalándole el cuello al ganso de manera casi esquizofrénica mientras la escuchaba o veía gozar.

Una noche, al término de una fiesta los seguí por entre las sombras sabiendo que Andrea se había ya despedido de su novio para poder ir a gozar con Álvaro de sus amores prohibidos. El único que la hacía gozar hasta el abismo. Se escabulleron por entre las sombras, se metieron en un edificio de apartamentos, subieron al último piso y alli, sin saber que yo los seguí y sin saberse espiados, Andrea le entregó el culo a Álvaro mientras éste le lisonjeaba el clitoris de manera tan intensa que pensé que Andrea se desvanecería de placer. Esa semana me mate el ganso como 30 veces recordando la cara lujuriosa de Andrea viniéndose en series de tres mientras, libidinosa, se afanaba en querer ver cómo el falo de su vecino entraba y salía de su hace cinco minutos virgen ano. Esa noche tuvieron la osadía de todavía regresar a la fiesta y seguir bailando como si sexo casi no hubieran tenido.

Al día siguiente me armé de valor y le declare mi amor a Graciela, digo, Andrea. Me dijo que no, que tenía a Angel como novio (ella no sabía que yo sabía de sus andanzas con Alvaro) y que lo amaba a él. Ese día le hice saber que me masturbaba frenéticamente pensando en ella. "No me molesta, por mi puedes seguir haciendolo", me respondió.

Aproximadamente una semana después me desperté temprano porque era sábado y sabía que ese día le tocaba ración a Andrea. Sólo que esa vez no escuchaba sus gemidos desde mi cuarto sino que los gemidos provenían del estudio de mi madre. Eso quería decir que Álvaro se la estaba montando en la cama de sus padres. "Jodeme duro cabron, jodeme en la cama de mis padres, acabame la panocha a vergazos", eran las cosas que Andrea profanaba mientras pecaba en el lecho donde ella misma había sido fecundada: "Vente en mi cara" fue lo último que alcancé a oír justo antes de oír los gemidos de becerro que salían del hocico pecador de mi vecino y ex mejor amigo Álvaro.

En la tarde vi que Andrea salía con sus papás y hermana al cine en tierno vestido a medio muslo que me hizo casi arrancarme la verga a palmazos escondido debajo de mi cama.

Esa noche, cuando regresaron, le dije que quería hablar con ella. Le repetí mi amor hacia ella y le propuse que me tomará como lo que ella quisiera: novio, amigo con derechos o amante, que a mi me bastaría lo que fuese y que en cambio yo me convertiría en su mejor amigo, confidente o lo que ella quisiera. No con esas palabras pero en terminos concretos me dijo que en ese caso estaba bien pero que yo llenaría el papel de confidente. A partir de ese día la acompañaba a la escuela todas las mañanas, le preparaba Lunch y pasaba por ella a la escuela a las tres para regresarla a casa. Me empezó a contar de sus dilemas entre su novio y su amante (ella no sabía que yo le sabía casi todo sobre su amante y mi ex mejor amigo) y yo nunca se lo aclare, pero me dijo que no sabía que hacer, que su amante la hacía feliz en la cama y que su novio sólo era un buen chico que pudiera ser sólo su amigo pero que no sentía mucho por él. Su desfachatez y cinismo me excitaron y le pedí si le podía torcer el cuello al ganso allí mismo en su presencia. Distraídamente me dijo que si y yo procedí a lo mío frente a ella. Ni siquiera me di cuenta cuando en un abrir y cerrar de ojos Andrea se metió mi falo a la boca para masajearlo estupendamente. "La tienes gigante Manuel", me dijo mientras se la saboreaba a salivazos. "Déjame ver tus tetas", le dije pensando que me iba a volver loco de felicidad. Ni tarda ni perezosa se desbotono la camisa escolar se abrió el corpiño y de las dos copas salieron refulgentes un par de senos blancos adornados de un inmenso pezón rosa que en su erectez semejaban un perfecto chupon de mamila para bebé que en cuestión de segundos bati en una espeso baño de leche blanca que escurrio desde su cuello hasta el resorte de su falda concentrandose principalmente en sus tetas, que quedaron acuosas, pegajosas y brillosas de tanta leche recibida. Ese día nos besamos por primera vez y le limpie los senos con toda mi dulzura.

El día siguiente, domingo, ya estaba con mi café en mano asomandome por la ventana esperando ver a Álvaro escabullendose a la casa de mi amada. Andrea le abrió y Álvaro se lanzó sobre sin darle siquiera tiempo a cerrar la puerta. La dejaron abierta. Descubrí un océano de posibilidades en ese descuido y corriendo me fui a asomar lo que estaría ocurriendo. Andrea, con el short hasta los tobillos, yacía con sus blancas piernas totalmente abiertas recibiendo la hombría de su libidinoso amante, quien bombeandola, encontraba la forma de lamerle las tetas dejando rasgos muy líquidos de sus salivazos de pasión. "Eres mi putita, verdad mi amor?" le decía Álvaro a Andrea mientras se fusionaba con ella. "Soy tu zorra cabron, cogeme como la puta que soy, cogete a mi cuerpo como quieras, usame", le decía mi Andrea al libertino que usaba su cuerpo para saciar sus ansias bajas. "Cogeme como animal antes de que lleguen mis padres y vean a su hijita consentida abierta de patas". Al escuchar eso, por instinto, desenvaine y jale mi aparato ya lechoso expulsando borbotones de esperma que fueron a caer en el mismo suelo donde los papás de Andrea tantas veces me habian llenado de amabilidades y ahora yo ensuciaba de mecos mientras veía cómo el vecino poseía a su chiquita mientras ella, abierta de patas, recibía gustosa el palo del placer, el palo de su vecino Álvaro que se incrustada feliz en sus carnes empapadas de jugos femeninos. Hermosa se veía. Una chiquita haciéndose mujer en la sala de sus papás. Y lo mejor de todo es que ella me vio viéndolos y no dijo nada.

En la tarde la invité al cine a ver la película más aburrida que había y le metí mano. Sabía y había visto que el vecino había estado allí hacia unas horas pero no me importó y la explore y reexplore con felicidad acuosa. Su cuerpo vibro fuerte y ella me metió mano de manera magistral. Acurrucada en mi hombro se agachó, bajó la cabeza y se metió mis 23 cms de un bocado. Me acabé en su boca y volteó a verme con una sonrisa entre la penumbra de la sala de cine. Su cara aparecia mojada en esperma. - Qué hermosa te ves, le dije, loco de enamoramiento. En la noche la dejé en su casa temprano porque tenía una fiesta en casa de un amigo de su novio. La vi salir de su casa antes de subirse al coche de su novio (Ángel). Se veía hermosa, con una falda roja a medio muslo que dejaba entrever sus hermosas y fuertes piernas, una camisa escotada negra que dejaba ver a la perfección la forma de sus senos y un peinado lacio total al hombro. Se veía espectacular. - Qué cogida le va a meter el novio, pensé para mis adentros.

El sábado siguiente volví a estar pendiente de la entrada de Álvaro a casa de Andrea. Sólo que de repente se me ocurrió una idea. Me vestí, salí y le fui a tocar. Pensandome Álvaro salió a abrirme en su short de pijama. En su rostro apareció una expresión de sorpresa. Más de un año abriendole la puerta a su vecino sábados y domingos a las 6am para ser poseída por el, para que ahora apareciera el otro vecino, o sea yo. Después de la sorpresa inicial me abalance sobre ella y la posei en el mismo lugar donde la semana pasada la había visto ser poseída por Álvaro, y con la puerta abierta. - Así te gusta que te cojan cabrona?, le inquiri poseso. - Si guey, cogeme así, cogete a tu vecina, vecino, aprovecha antes de que llegue el otro vecino, me dijo con la pija adentro y los calzones en el suelo. Me vine dentro de ella y gimio gritando Si, Si! Terminando me incorporé y salí de ella y atrás mío estaba el Álvaro viendonos con la pija al aire meneandosela. Ella lo tomó del brazo y lo llevó hacia ella para poseerlo ella. Se le montó arriba y lo empezó a cabalgar como heroína de telenovela. Se sacó la camisa del pijama y me dijo "Cierra la puerta pendejo, nos van a ver". Cerré y ya empalado nuevamente me dirigí hacia ellos, solo que ella ya se había salido de el y tomandonos a los dos de una mano nos dirigió hacia arriba hacia el cuarto de sus padres y ya en la cama de ellos nos dijo: - Qué, se van a quedar allí parados viendome, o me van a dar la cogida de mi vida? Y alli, en la cama de sus padres, donde le gustaba ser sometida por Álvaro todos los sábados y domingos, ahora Álvaro y yo nos la estabamos cogiendo el por delante y yo por detrás en una sinfonía de placer donde ella solo alcanzaba a mentar repetidamente: Qué rica cogida me están dando, Qué rica cogida me están dando, Qué rica cogida me están dando. Y así esa rica cogida la terminé dentro de su culo mientras Álvaro hacia lo mismo pero en su vientre y tetas.

Toda la semana siguiente la estuve acompañando a las 7:30 de la mañana a su escuela con su falda escolar verde a cuadros. En el metro lleno me la arrimaba bien y en unas ocasiones incluso me saqué el miembro para ponérselo entre las piernas y mandarla a clase con mi semen entre las piernas. El trío dinámico duró aproximadamente otro año. Religiosamente cada sábado y domingo por las mañanas Álvaro y yo le estuvimos dando placer mientras los papás y Elsa salían a sus caminatas matinales. No tengo ni la más remota idea de cómo no la embarazamos. Varias veces hablamos de ello y su mayor preocupación era saber de quien sería el hijo. Si de Álvaro, Angel (su novio) o mio. Sin embargo nunca sucedió y mientras ella se estuvo dando un festín con los tres durante aproximadamente un año. Ángel no sabía de nosotros pero nosotros sabíamos todo de los cuatro. En ocasiones y entre semana era Andrea quien entraba a mi casa o a casa de Álvaro para un uno a uno pero no era muy seguido ni muy largas las sesiones porque la mamá estaba en casa y no permitía ausencias largas de su hija sin preguntar por ella. Además, los padres de Andrea eran muy celosos de su relación con Angel y no permitían a nadie acercarse demasiado a su hija. Obvio que nunca se imaginaron todo lo cerca que Álvaro y yo estábamos de ella y todo lo que le haciamos en la propia cama donde ella fue gastada. Alli le dimos y alli nos dio.

Al año a Andrea le diagnosticaron cáncer de páncreas con metástasis al hígado y estómago y murió unos meses después. Tanto Ángel (que nunca supo nada) como Álvaro y yo la lloramos mucho y aun ahora, cinco años después, la sigo extrañando a mares.

(9,50)