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Visitas inesperadas - Partes 1 y 2

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Aun no comprendo del todo cómo fue que ocurrió, pero lo hizo. Encontré a mi santa y amada madre en el baño inclinada sobre sus dos rodillas, practicándole la mejor felación que haya visto en mi vida a mi obeso primo.

Vestida únicamente con unas bragas estilo culotte en encaje moderno negras, que lograron contrastar por un lado su piel blanca tan suave y delicada y por otro, destacaron sus impresionantes muslos largos y perfectos, muy tonificados y carnosos. Se veía tan sensual y deseosa en aquella posición que todavía me cuesta creer cómo aquella fina y elegante prenda logró contener su espectacular trasero y salir ileso, pues sus maravillosas nalgas desafiaban con romper la tela.

Ella por cada succión que realizaba, movía sus impresionantes, grandes y hermosos pechos con una sensualidad tal que en cuestión de un instante, mi primo las tomo para jugar con ellas. Primero las acariciaba con mucha delicadeza y al ritmo de la felación, es decir despacio y con mucha maestría. Después sus movimientos fueron más osados, consiguiendo con ello amasar sus dos montañas coronadas con un par de pezones gruesos, rodeadas de aureolas rosadas muy llamativas de aproximadamente 8 cm de diámetro ¡Todo un manjar!

Mi madre ante las morbosas caricias de mi primo y aún con la polla monstruosa en su boca, sólo se limitó a sonreír, pero de una forma tan vulgar y sexy que ocasionó un desvarío en mi mente, de forma que tuve que sacar mi excitada polla para pajearme como un mono, pero con discreción pues mi madre tan ingenua creía que no estaba en casa.

Mientras ella mostraba su rostro lleno de lujuria sin parar de sorber, mi primo, quién estaba sentado sobre el wc, dejó todo el contacto con sus pezones puntiagudos para tomarla de la nuca y guiar el ritmo de la mamada. Primero colocó la nariz de ella sobre ambos testículos gigantes, esperando con ello que mi madre comenzara a lamerlos; hecho que pronto entendió, ya que enseguida sacó su lengua tan morbosamente y comenzó a dar lengüetazos como si fueran helados. Aquél dichoso en su éxtasis, pronto le colocó la punta de su gran polla en el inicio de sus labios tan carnosos y pintados, de modo que ella procedió a envolverlos con éstos, propiciándole así un placer tan grande que no pudo evitar retorcerse de placer. Por consiguiente, él muy excitado la obligó a chuparle todo el tronco de su polla brutalmente. Lo hacía tan rápido que mi madre tuvo que colocar sus brazos sobre sus regordetas piernas para evitar que él la ahogara, pues mi primo por toda su excitación acumulada y sin misericordia, se puso de pie para moverse al ritmo y así follarse la boca de mi tan amada y “recatada” madre.

Tan salvaje mi primo se follaba su boca, que en cuestión de unas arremetidas más, los ojos de ella se llenaron de lágrimas, ocasionando con esto dos hechos: Que su maquillaje se le corriera al grado de verse tan humillada, pero al mismo tiempo tan deseable y que mi primo ¡aumentara sus embestidas!

Tras intensificarlas, se escuchaban más nítidas las ahorcadas que mi pobre, pero tan hermosa madre sufría. Un hecho muy impactante para mí debo confesar, pues verla humillada de esa forma, me recordó lo tan amorosa, agradable, recatada y linda que era antes de las visitas inesperadas. No obstante, fue en cuestión de minutos para que mi primo, ahora sujetando, más bien pellizcando aquellos pezones en punta y durísimos, se corriera. Pues tras inclinarse levemente para alcanzarlos provocó que su polla entrara con mayor profundidad en su garganta. En cuanto se corrió, toda la boca de la pobre desbordaba semen lechoso. Pero sorprendentemente en un momento se la tragó. Por lo que mi primo contento le acarició su cabello felicitándola como si se tratase de una vil perra.

En cuanto terminó de tragarse los restos del semen, tuve que salir corriendo para evitar ser descubierto, por lo que discretamente bajé de la silla en la que me apoyaba y sin mayores complicaciones me dispuse a ir al salón de fiestas para continuar con la celebración ¡Mi cumpleaños!

Con todo lo ocurrido y aún excitado, decidí tomarme un respiro para asimilar el espectáculo que mi madre y primo me brindaron, así que antes de llegar al salón, subí a mi habitación para meditar con tranquilidad el motivo de su trasformación. Una vez en mi cuarto me recosté, cerré los ojos y los sucesos se mostraron ante mí:

La bienvenida

Mi madre siempre destacó por su carácter sumamente maternal y protector así como su belleza, de forma que su hermosura natural ha sido presa de muchos comentarios a veces atrevidos a veces reservados por parte tanto de los miembros de la iglesia, vecinos y compañeros de mi escuela.

En cuanto a su cuerpo es difícil de precisar su forma y su sensualidad, pues ella por su formación reservada tiende a ocultarlo utilizando en muchas ocasiones sudaderas y chándales comunes o pants muy anchos que imposibilitan apreciar el tamaño real de sus pechos, así como vestidos extremadamente largos y holgados. Con todo, por la silueta que se forma aún con ese tipo de ropa, se puede intuir que tiene un muy bonito cuerpo.

Además, ella por influencia de mis abuelos toda su vida ha dedicado su servicio a la iglesia, asistiendo sin falta todos los domingos e incluso algunos fines de semana, ya que se encarga de dar los sermones a los jóvenes y prepara los convivios. Así pues por desgracia para ella su vida se resume en una burbuja que sólo abarca la vida religiosa y el deporte, ocasionando por esto que su nivel de inocencia fuera descomunal.

De hecho fue ahí donde conoció a mi padre, un hombre tímido y conservador, pero exitoso, ya que trabaja para una empresa que paga muy bien pero desafortunadamente lo mantiene largas jornadas lejos de casa. Un hecho triste porque no he podido conocerlo del todo (desde que tengo memoria nunca ha pasado un verano completo en casa). No obstante no me puedo quejar pues por su salario elevado gozamos de un hogar amplio con ciertos lujos como cuartos grandes, un jardín lleno de hermosas plantas, una gran piscina con dos secciones, un pequeño salón de fiestas y un mini gimnasio.

A falta de una figura paterna, desde pequeño he visto a mi madre como mi heroína, la mujer que pese a toda circunstancia siempre me muestra su impresionante sonrisa, me consiente, me abraza, me llena de besos y juega conmigo. Así pues la admiro y la amo como a ninguna otra persona.

Con todo, no sólo su carácter es digno de elogios, sino también como dije antes, su interés por el deporte, puesto que desde muy pequeña se ejercitó ya sea jugando voleibol o básquet o ya sea corriendo por deportivos o parques.

Con todo, es gracias a su pasión por el atletismo que mi interés por mantenerme en forma fue tomando cada vez mayor fuerza en mi vida, de modo que en muchas ocasiones fuimos juntos al parque del vecindario para procurar nuestra salud a base de un par de vueltas, en el cual por desgracia he tenido que soportar las miradas morbosas de toda clase de hombres, llámense jóvenes, maduros o ancianos, miradas en su mayoría dirigidas directo a sus glúteos y muslos u otras a sus pechos, los cual a pesar de estar cubiertos por las dichosas sudadera anchas, dejan entrever un movimiento hipnótico o eso pienso pues los hombres que la miran se quedan con sus bocas babeando ¡pero qué desagradable!

¿Qué tanto le ven a mi madre?- me pregunto cada que sorprendo a alguien mirando sus nalgas o muslos

Sin embargo Un día como cualquier otro, el destino de ambos, nuestras vidas monótonas y felices cambiaron. Pues sin aviso ni advertencias mi primo Antonio y mi tía Paty llegaron repentinamente aquellas vacaciones de verano.

Tras escuchar los sonidos insistentes del timbre me precipité hasta la puerta. Una vez abierta, vi parado ahí a mi primo con su sonrisa simple y regordeta, igual de chaparro e infantil con su playera naranja y shorts amplios. Atrás de él estaba mi tía. Una mujer muy imponente, con un cuerpo espectacular y muy llamativo, además de un rostro muy entretenido de mirar.

Ella pose rasgos muy similares a mi madre. Tiene ojos grandes y labios gruesos, cejas delineadas que realzan su penetrante mirada y una nariz muy linda. Su cuerpo es demasiado sexy y sensual en donde destaca sobre todo lo demás su trasero gigante, pero bien formado y ejercitado, pechos más bien pequeños, pero compensados con una cuerpo atlético y un par de piernas impresionantes, tanto que son capaces de provocarme un excitación descomunal cada vez que usa prendas cortas, pues con éstas se aprecian los movimientos de sus músculos tan tonificados y femeninos.

Tras mirarla con un vestido de verano de mezclilla recargada en los hombros de Toño mientras flexionaba ligeramente una pierna y encogía los hombros sonriente, no pude evitar emocionarme por su presencia. ¡Puesto que ese vestidito sólo cubría la mitad de sus muslos! ¡Unos tan sexys y bellos!

Después de aquella expresión hermosa, me saludó efusivamente dándome un abrazo y un maravilloso beso muy sonoro en mi mejilla

- ¡Luis qué grande estás! ¡Y qué fuerte! Pero dime ¿me extrañaste? O ¿ni siquiera pensabas en mí?- lo decía mientras aparentaba tristeza

-Sí tita, te extrañé- lo dije nervioso y con mi timidez característica.

-jajaja ya veo sobrinito, pero dime ¿qué extrañabas de mí?

¿Mi rostro? Movió su semblante

¿Mi voz? Cantó una nota musical

¿Mis bromas? Le dio un ligero zape a Toño

¿O acaso mi cuerpo? Giro sobre sí misma con una sonrisa maravillosa, tan lentamente que aquella escena me pareció eterna y espectacular, pues tras darme la espalda quedé helado por su gran trasero sólo entallado por su vestidito de mezclilla seguida de un par de muslos fabulosos.

En cuanto terminó de dar el giro, yo ya me encontraba muy excitado y apunto de evidenciarlo, pero gracias al cielo llegó mi madre con su aura angelical a saludarlos.

Bueno, por mi parte no diré mucho, estudio el primer año de preparatoria, no tengo novia, pero participo bastante en los eventos de la iglesia ayudando a los diáconos o al pastor, por lo que me volví temeroso y muy religioso, sin embargo como todo joven en desarrollo, no puedo evitar sentirme excitado cuando veo a mujeres tan atractivas y voluptuosas así como sensuales, como por ejemplo, ¡mi tía! Una mujer que siempre me ha vuelto loco, pero por cuestiones de respeto siempre he disimulado mi deseo por ella, reprimiéndolo. Ya que no sólo desear a la mujer del prójimo es malo, sino también y todavía peor tener pensamientos impropios por algún familiar.

Mientras mi madre y mi tía se saludaban con abrazos y besos, mi primo con ojos perversos y sonrisas enigmáticas la miraba descaradamente de pies a cabeza analizando cada centímetro de su anatomía, una acción que me molestó, pues admito que me enfurece bastante cuando los hombres la morbosean tan desvergonzadamente. ¡Y de pronto! mi primo como un pillo corrió, la abrazó y de inmediato, aprovechando el desconcierto de mi madre, la manoseó todos sus muslos y la parte inferior de sus nalgas. Ante tales maniobras pícaras mi primo decía: ¡Tía te extrañé muchísimo! veo que sigues igual de hermosa jejeje- rio el engreído.

Mi madre por su parte sólo sonreía con inocencia mientras le tocaba la cabellera, pues mi primo era muy chaparro.

-jajaja- yo también sobrinito- le tocaba su cabellera- pero vaya que has crecido!

Yo estaba enojado, no obstante para no crear un escándalo opté por quedarme callado.

Una vez separados, mi madre invitó a pasar a mis familiares a la casa, dejándome a cargo de la puerta, pues debía ponerle toda clase de seguros.

En cuanto regresé los vi cómodamente sentados en el sillón amplio de la sala

Mientras ellos hablaban, me acomodé en el sillón de enfrente para poder asimilar todo lo que vendría a partir de ahora, ya que tan sólo por un par de minutos con ellos la atmósfera de la casa había cambiado completamente. Ahora se escuchaban muchas voces y risas.

Mi tía en cuanto notó que yo estaba inmerso en mis pensamientos, aprovechó para pedirme que trajera agua para todos. Tras servir los vasos en la cocina y dirigirme a la sala ¡ya se escuchaba música! Pero no era la típica gregoriana o sacra que comúnmente escuchaba mi madre, era ¡música moderna! ¡Música mundana que provocaba la manifestación de deseos impropios!

Sin embargo, no era el único incómodo con la situación, ya que mi madre claramente mostraba señales de desaprobación. Con todo, mi tía no sólo la tranquilizó, sino también la convenció para que bailara, pues ella sabe que muy en el fondo mi madre siempre se interesó por el baile, sólo que por su estricta educación se limitó. Hecho contrario en mi tía.

(Mi tía a diferencia de mi madre pronto abandonó a mis abuelos para vivir la vida libre y sin prejuicios, lo que provocó que fuera más liberal en muchas cuestiones, incluso en su vestimenta.)

Acto seguido mi madre se levantó de su asiento y comenzó a moverse con gracia y sin sentido, (pues ella no sabe bailar)

Mientras ella hacia un ridículo memorable, mi tía inmediatamente se acercó a mí para tomarme de la mano y enseñarme.

-¡Hermanita linda, te enseñaré cómo se hace! ¡Toño levántate y baila con ella!- ordenó mi tía

Mi primo revotó alegre y sin perder el tiempo se acercó a mi madre

-Mira, debes tomar a tu pareja con ambos brazos sobre sus hombros, mientras él te toma de la cintura con las suyas.

Puse mis manos torpes sobre su cintura (se sentía realmente bien…)

-Después tratan de moverse en sincronía desplazando sus pies de un lado a otro

Al utilizarme como su ayudante, no pude impedir excitarme, pues tener a semejante mujer, una tan sensual y bella a centímetros de mi cuerpo no pasaba desapercibido para mis sentidos. ¡Ella se movía genial! con sensualidad y sin despejar su mirada de la mía sonriendo con picardía.

Mientras me perdía en su angelical y seductor rostro, mientras miraba sus dientes blancos, sus labios gordos pero exquisitos y percibía su aroma tan femenino, ella inesperadamente tomó mi mano y la puso encima de su cintura para luego bajarla directo a su impresionante y dura nalga; en cuanto sentí aquel contacto me puse muy nervioso y sin saber qué hacer y sólo por instinto, abrí la palma para abarcar más de la extensión con las yemas de mis dedos, sintiendo así lo suave y carnosa que era. ¡No podía creer que me dejara llevar por mi emoción! Pero por temor a ser reprendido la retiré de su sitio

-Mi vida no te preocupes, este baile requiere que me toques ahí jijiji- dijo con naturalidad

Yo sorprendido, no dije nada y temeroso enseguida miré hacia mi madre, pues si ella me descubría tocando a mi tía seguramente armaría un escándalo.

A ella por lo visto le costaba bastante acoplarse al ritmo, por lo que no tardó mucho en desesperarse y dejar de bailar.

Mi tía un tanto molesta me soltó para ir con mi madre y enseñarle los movimientos personalmente, pero mi madre avergonzada y enojada le dijo que ya era suficiente, que lo harían otro día.

Después de aquel baile me costó superar lo que sucedió con mi tía, pues nunca en toda mi vida había sentido la nalga de una mujer y ¡vaya nalga! Muy suave y muy carnosa, pero consistente. ¡Espectacular! Además su aroma femenino, su voz y su sonrisa ocasionaron que mi mente se volviera loca y despertara en mí una pasión por ella, la que poco a poco me terminaría por consumir.

La cena

Mientras los cuatros cenábamos plácidamente, mi primo tras ver lo avergonzada que se sentía mi madre, le dijo que no se preocupara, que en realidad no lo hizo nada mal para su primer baile, y que seguramente con el tiempo lo perfeccionará. Pero el muy atrevido inesperadamente agregó:

-tita si quieres aprender cómo bailar con éxito debes sentir la música en su totalidad y para hacerlo es necesario que sigas todas las normas y estilos profesionales incluyendo su vestimenta ehh

En ese momento me dio un coraje escuchar tales palabras Pues ¡nada tiene que ver la forma de vestir con la habilidad de bailar!

Sin embargo, las palabras de mi tía me desorientaron más:

-¡jajaja, así es hermanita! ¿Cómo demonios pretendes bailar con estilo si llevas puesto todo el tiempo esos chándales y vestidos tan largos? ¿Acaso no has visto a los profesionales en la tele!? ¿O en los concursos? ¡Ellos se visten con clase porque saben que la ropa trae la magia! jajaja

Además, prometo no dejarte sola, pues si tú te comprometes a vestirte como ellos, yo lo haré también-

Mi madre confundida movió la cabeza tratando de entender lo que decían y sin mayor resistencia encogió los hombros mientas mostraba su hermosa sonrisa.

-¡Entonces está decidido hermana, mañana mismo iremos de compras!-

Cuando yo estaba a punto de intervenir para aclarar lo absurdo del asunto, no pude evitar detenerme de golpe por la emoción que mi madre desprendía, ya que ésta ocasionaba que sus hermosas mejillas se sonrojaran y su bella dentadura reluciera. Además siendo sincero, tan sólo imaginarme a mi bella y nueva musa, a mi tía tan sensual vestida con prendas de concurso me emocioné.

Mientras me perdía en su hermoso rostro, mi primo agregó: -tita ya debes saber que además de la ropa adecuada necesitarás mejorar tu flexibilidad, tu condición física e incluso tu conducta, porque siendo sincero todos en esta mesa sabemos que eres muy tímida y correcta jajaja- rio

Ella un poco molesta le contestó: -Toño! y tú ya deberías saber que condición física ya tengo!! Pues no en vano me he ejercitado por muchos años ehh

Dejando escapar un par de risas él respondió: -no tengo forma de comprobar si me dices la verdad, pues tu cuerpo sólo puedo adivinar ya que tú no lo dejas apreciar jajaja Ella ruborizada se quedó callada mientras mantenía los brazos cruzados como niña regañada.

Por otro lado, mi tía tras escuchar la conversación y sin dejar de mirarlo le comentó entre sonrisas: -Toño deja de molestar a tu tía y mejor preocúpate por ti!

-jajajaja! reímos todos menos mi madre

Mi primo callado dejó de comer. Por lo visto mofarnos de su condición física es su debilidad. Se levantó furioso y con los ojos algo humedecidos se dirigió hacia el sillón para comer solo

En cuanto se fue, mi madre lo siguió para consolarlo. (Pero qué sensible resultó mi primo) Primero se sentó a su lado, después intentó dialogar con él, incluso le tocó la mejilla de forma cariñosa mientras lo miraba. Pero todos sus intentos para tranquilizarlo se vieron frustrados, pues él se mantuvo callado y con la mirada perdida en el plato. Mi madre como era de esperarse no se rindió y de un momento a otro lo abrazó mientras lo besaba en la mejilla. Tras besarlo y apapacharlo él reaccionó.

Abriendo los ojos como platos se sorprendió y no tardo en comenzar a hablar. Por desgracia no pude escuchar lo que decían, pero pude intuir de qué trataba. Por lo visto mi primo le explicaba sus sentimientos y complejos físicos, pues con sus dos manos se tocaba su panza mientras hacía muecas de tristeza.

Después de 5 minutos de charla, se levantaron juntos dirigiéndose nuevamente a la mesa. En cuanto se sentaron, mi madre dijo: - Familia, hemos acordado (se refería a mi primo y ella) que mañana mismo comenzaremos a ejercitarnos juntos para tratar de ganar condición y luchar contra la obesidad.

Esta vez mi tía contuvo la risa, y con un semblante serio le respondió: -Me parece perfecto! Mientras ustedes van a ejercitarte, yo iré de compras! Así que necesitaré tu tarjeta y tu bendición jajaja!

Mi madre con su sonrisa característica se la dio sin ofrecer resistencia, pues estaba más preocupada por mi primo que por lo que mi tía tramaba.

En la noche

Bueno hermanita, ¿me dirás dónde dormiremos? ¿O prefieres que nos quedemos en un hotel? Jajaja- rio esperando la reacción de mi madre

¡Paty!- gritó ¿cómo crees que te dejaré en la calle? Eres mi hermana y aunque no lo creas te quiero jajaja- se carcajeó- mira ¿te parece bien si duermes en mi cuarto y Antonio en el de mi hijo?

Pero mamá- dije preocupado- no será… mejor… (No quería compartir mi habitación con él)

¡Siiii! escuché el gritito de mi tía- así sirve que nos ponemos al corriente de nuestras vidas como los viejos tiempos jajaja, oye… pero ¿y Samuel? (Samuel es mi padre)

Samuel está en una de sus conferencias importantes, no vendrá a casa hasta el cumpleaños de Luis

Tras escuchar eso mi mente se llenó de alegría- ¿en serio vendrá?- pregunté emocionado

Sí mi corazón- contestó mi madre mientras me tocaba la majilla con delicadeza

Yo sólo me imagina la clase de regalos que me traería de su viaje

Bueno primo- dijo Toño mientras me tocaba el hombro- todo indica que dormiré contigo hoy.

Así pues preparamos todo lo indispensable para dormir; las cobijas, las almohadas, movimos un colchón a mi habitación y por último nos alistamos

Una vez juntos en mi cuarto mi primo por alguna razón perversa, seguro por sus hábitos nocturnos sacó una revista de la almohada, una revista con contenido erótico. Él mirándome sonriente y con ojos de bárbaro no perdía oportunidad alguna para ofrecérmela

Ante mi constante negativa, él siguió ojeándola alrededor de 20 min hasta que se quedó dormido.

Por mi parte cuando estaba por terminar de leer algunos pasajes de la biblia me dio ganas de orinar y beber agua, de modo que sin hacer ruido salí. Cuando me aproximaba al sanitario pude oír constantes risas provenientes del cuarto de mi madre, por lo que intrigado por la curiosidad me aproximé allá. Cuando estaba por llegar, a un metro de la manija noté que la puerta no estaba cerrada, un hecho curioso pues mi madre siempre duerme confinada. Impulsado por los nervios del momento decidí abrirla con discreción para mirar lo que allí ocurría, pero cuando lo hice me llevé una sorpresa.

Mi tía tan traviesa como siempre estaba encima de mi madre en una lucha por la supervivencia; aprisionando con su peso tanto las piernas y brazos de ella la tenía sometida; sus torneados muslos sólo iluminados por los colores que el televisor desprendía en la obscuridad total, me causaron una ansiedad nueva, ya que mi tía sólo llevaba una braga de encaje muy apretada roja que dejaba sus ricas nalgas al descubierto! ¡Pero qué grandes nalgas! y un brasier del mismo color. Mi madre por su parte luchaba por defenderse de la dominación, de aquellos cosquilleos tan voraces. Ella como era de esperarse llevaba una piyama amplia de dos piezas que le cubría su cuerpo. Entre carcajada y carcajada pude notar que las nalgas de mi tía vibraban y se movían con mucho descaro, con mucha provocación ¡pero qué locura! Sus muslos estaban tan perfectos y el volumen de sus nalgas me enloquecía; estaba con las rodillas sobre los extensores de mi madre, con su culazo respingado. Mi progenitora, por su parte, estaba acostada boca arriba con las piernas inmovilizadas por el peso y con los brazos imposibilitados por la destreza manual de mi tía, ésta la sujetaba con una sola mano las dos de ella! !Quien diría que sería tan fuerte! Mi tía tan traviesa metió su otra mano por debajo de la parte superior de la piyama, justo en su vientre desnudo y comenzó a mover sus dedos a un ritmo acelerado, tan rápido que parecía obra de un animal, como si una araña estuviera en su lugar. Mi madre no paraba de reír, su rostro no cedía al enrojecimiento !vaya que se la pasaban bien!

Por mi parte, mientras ellas jugaban pude notar que todo aquello "inocente" cambió de pronto su matiz, cuando mi tía osó deslizar hacía arriba un poco más su mano hasta rozar el pecho de mi madre! Mi madre ahora más nerviosa que alegre le pidió que parara

No obstante en cuanto mi polla se comenzaba a parar dejé de mirar, ya que no era propio continuar

Así pues entré al baño, oriné, me lavé las manos y el rostro, pero al mirarme al espejo y justo cuando parpadeé, el culazo de mi tía con esa hermosa braga apareció en mi mente ¡Qué buen culo! dije entre angustiado y excitado. Todo sudoroso y sin poder creer lo que pasó me fui a mi cuarto, pero antes de llegar escuché que las risas se intensificaron por lo que decidí regresar: Esta vez mi tía estaba besando el estómago desnudo de mi bella madre! Mi tía con lo habilidosa que es tras tener sus rodillas ahora sobre los laterales de los antebrazos de mi progenitora, dejó de nuevo inmóvil a mi madre pero ahora con la diferencia de dejar su hermoso y regordete culazo a centímetros del bello rosto de mi madre, mientras con sus manos sujetaba los muslos de ella, y con su boca soplaba sobre su ombligo. Mi madre ante tales maniobras pícaras, primero giraba su rostro todavía sonrojado para evitar el contacto visual con aquel impresionante monumento, aquel manjar de culo; lo giraba a la derecha y luego a la izquierda, pero ante tanto cosquilleo y habilidad manual, inesperadamente dirigió su bellos ojos hacía el meneo tan descarado de sus nalgas, unas riquísimas; Mi bella madre parecía por segundos hipnotizada por aquella sensualidad pues tenía los ojos abiertos como platos, una sonrisita y su rostro rojo entomatado. Yo no podía creer que mi tía y mi madre estuviesen así, ¿cómo era posible? Cuando nuevamente mi polla se comenzó a parar, mi tía le ordenó a mi madre que le besara sus nalgas! ¡Pero qué!

¡Bésame mi enorme trasero ahora!- ordenó mi tía

¡Noo! Grito mi madre

¡Si no lo haces no te soltaré!

Mi madre al principio se resistió quejándose, pero dada la actitud tan necia de mi tía no le quedó de otra que hacerlo.

¡Muy bien hermanita! ¡Así me gusta! jajaja- reía, se carcajeaba.

Justo después de aquel beso me fui a mi cuarto muy impresionado, me recosté en mi cama, pero justo antes de meterme debajo de las sabanas (supongo que por toda la calentura) me levanté a mirar la revista de Toño, ésta de lejos tenía de portada a ¡una madura sentada en una pose sexy completamente desnuda! Y eso no es todo, aquella mujer era idéntica a mi madre, bueno al menos en el rostro, lo que ocasionó que un cosquilleo despertara

¿Pero qué? con la duda me fui a dormir, qué dios me guarde

El baile

A la mañana siguiente me desperté alrededor de las 11 horas hambriento, por lo que me dispuse a bajar a la cocina para alimentarme. Una vez ahí encontré a lado de un canasto de frutas una nota de mi madre: “Fuimos a correr, regresamos en un rato. Hay fruta fresca para ti. Te quiere tu mamá”

Sin mayor demora comencé con el trabajo y en cuestión de minutos devoré todo el canasto. (En cuanto a lo que sucedió ayer opté por olvidarme, di por hecho que todo fue una broma o un tipo de sueño, aunque obvio me quedé con la duda. Ya satisfecho y sin nadie que me molestara decidí regresar a mi cuarto. Estando sobre mi cama me sentí frustrado ya que mi madre no me despertó como solía hacerlo, y en cambio ¡a mi primo sí! Por lo que no pude evitar sentirme celoso y rechazado.

No obstante aquella sensación sólo duró un poco y sin mayores complicaciones me fui a jugar videojuegos.

Después de un par de niveles, escuché que alguien llegaba. Pensando que era mi madre bajé corriendo. Pero no era ella, era mi tía tan atractiva y sensual como siempre. Vestía un top con estilo enrejado blanco, el cual mostraba el inicio de sus pechos, unos medianos, pero bien colocados y voluminosos, una falda negra de vuelo tipo A negra a un palmo de sus rodillas y zapatos con plataforma negros con matices blancos, los cuales realzaban las espectaculares y hermosas piernas que poseía, sin duda mi atributo favorito. ¡Se veía espectacular! ¡Con mucha clase! ¡Tan bella y deseable!

Una vez adentro me saludó rápidamente con un beso a un lado de mis labios y me dijo:

- Amorcito, por favor ayúdame a cargar las compras

Acto seguido, salí por las bolsas, pero mi madre y primo venían llegando. Al verlos acercándose, ¡quedé impresionado! Ellos estaban abrazados y triunfantes como si hubieran corrido un maratón.

Por un lado, mi primo llevaba un short y sport a juego muy holgados, y mi madre por primera vez una blusa deportiva negra delgada y muy corta que dejaba al descubierto su hermoso abdomen al desnudo y lograba destacar sus ¡impresiones pechos! Tan grandes y firmes, cubiertos sólo por aquella fina tela, la cual tras empaparse con mucho sudor, dejaba apreciar la forma y volumen de éstas. En lo que respecta a sus piernas, llevaba una calza blanca impresionante, demasiado pegada a su cuerpo, tan ceñido a su piel que las ligeras contracciones de los músculos de sus muslos se veían.

Por mi parte me sorprendí muchísimo! Pues mi madre nunca había usado ropa deportiva tan liviana, tan provocativa y moderna. Por lo que supuse inmediatamente que aquel conjunto le pertenecía a mi tía. No obstante y a pesar de ser mi madre tan amada, no pude despegar mis ojos de sus dos grandes y firmes montañas de carne, ya que éstas al parecer no llevaban sujetador, por lo que el movimiento de aquel par era demasiado agitado y llamativo.

En cuanto llegaron, mi primo sudoroso y con mal olor me ayudó a cargar las bolsas restantes (eran bastantes) y aunque me saludó, yo lo ignoré, pues estaba enfadado. Ya que por un lado, la única manera de que mi madre haya aceptado vestirse así fue probablemente por influencia de aquel pervertido; y por el otro, me mosqueaba mucho imaginarme a mi madre corriendo con aquel conjunto tan ceñido a su cuerpo, provocando con ello un espectáculo digno de recordar no sólo a los viejos pervertidos, ¡sino también a mi primo!

Por otro lado, mi estado de ánimo pasó completamente desapercibido por mi madre, quien sólo se limitó a moverme la mano y sonreír mientras entraba a la casa. Acción que debo admitir me causó cierto dolor. Ya que antes de la llegada de estas visitas inesperadas no dudaba en abrazarme y llenarme de besos cada que tenía oportunidad.

Cuando me giré con rencor a verla ¡me quedé helado! puesto que su calza tan pegada resaltaba su trasero tan ¡benditamente perfecto!, tan grande y carnoso, levantado y ejercitado, ¡pero eso no era todo! ¡NO! La tela de aquella prenda estaba muy desgastada, tan delgada que en cualquier momento podría romperse y para variar con una línea de sudor que recorría toda su raja

-¡Hermanita pero qué sorpresa! Veo que te pusiste mis calzas y blusa. Pero no te preocupes a mí me encanta compartir, además se te ve impresionante aquel conjunto.

- ¿eso crees? Pues me lo puse ¡por consejo de tu hijo! Además, así la energía de la naturaleza ¡vendrá a mí!

¿Energía de la naturaleza? ¿Pero de qué rayos hablaba mi madre? Pensé

- jajaja, lo que tú digas hermanita. Pero vienen muy sudorosos ¡Y tú Toño apestas!

Reí por el último comentario de mi tía, Pues mi primo era un ¡apestoso! Y enfadado agregué: -los dos deberían ducharse ¡Par de puercos!-

Mi madre sorprendida por el comentario se preocupó, pero antes de contestarme, mi primo imitó el sonido de un cerdo, de forma que provocó las risas de las dos mujeres y el aumento de mi ira.

Harto, decidí subir a mi habitación, pero antes de hacerlo, mi tía me advirtió que no me demorara porque pronto se reanudarían las clases de baile.

Noticia que provocó buenas reacciones en mi madre, pues se notaba muy alegre y entusiasmada.

-Hermanita en cuanto termines de bañarte debes probarte la ropa que dejé sobre tu cama sin objeciones. Recuerda que ésta es necesaria para optimizar tus pasos.

Esta vez tras escuchar tal argumento no intervine, pues al parecer mi madre era una boba que se creía todo, ¡una boba y traicionera!

Después de una hora de juegos y conflictos internos, me percaté que mi primo de alguna forma que aún desconozco, entró a mi habitación mientras estaba distraído jugando, pues encontré casualmente su celular en una pequeña mesita colocada atrás de mí. Cuando lo vi ahí, primero la sorpresa, seguida de un enojo me poseyó, ya que todo lo que tiene que ver con aquel odioso me llenaba de furia. Sin embargo, con tal de descubrir alguna evidencia que me favoreciera y evidenciara que mi primo es un pervertido, me puse a indagar en su celular. Para mi sorpresa accedí sin mucho problema a sus carpetas de galería, puesto que no tenía ninguna clase de seguridad, ¡vaya ni bloqueado estaba! Las primeras carpetas eran fotos suyas tomadas desde varios ángulos y en varios lugares, unas en su habitación, otras en el baño, algunas en sitios concurridos y famosos.

La segunda carpeta traía imágenes de mi tía con él. Mi tía tan atractiva como siempre destacaba muchísimo en aquellas fotos, pues con sus tacones y vestimenta tan provocativa, lograba apocar sin ningún problema al gordo individuo a su lado. Tras abrir la tercera, quedé tan sorprendido que no pude evitar sentir mucha excitación. Pues la novedad de estas imágenes era que estaban en secuencia:

La primera revelaba a mi tía recostada boca abajo con una sábana muy delgada y blanca cubriéndole casi la totalidad de su cuerpo, sólo escapándose de ella sus brazos y sus pies desnudos.

La segunda mostraba a mi primo bajándole con cuidado la sabana.

La tercera exhibía su espalda desnuda, tan bella y sexy.

¡La cuarta fue impresionante! en ésta su tan maravillo, apetitoso y perfecto trasero se ofrecía en todo su esplendor sólo cubierto por una tanga negra que desaparecía entre sus dos increíbles nalgas carnosas, grandes y voluminosas, tan delicadas a la vista y sin imperfecciones.

La quinta y última revelaba mi primo con una sonrisa llena de perversión y morbosidad a un lado de ese increíble culazo mientras se tomaba la selfi.

Sin exagerar aquellas 5 imágenes que mi primo guardaba en su celular me dejaron como loco, tan caliente y nervioso que incluso ¡empecé a sudar!

Lleno de ansiedad, me dispuse a buscar más imágenes, quería más, necesitaba más, pero por desgracia no encontraba. Y cuando la desilusión se entreveía, ¡descubrí el premio mayor! una carpeta escrita en ella "mi tita" ¿será?- me pregunté Tras abrirla ¡me quedé de piedra! pues la carpeta tenía fotos de mi madre vestida con aquella calza blanca tan ajustada y sexy, tan ceñida a su magnífico trasero que incluso pareciera que sus nalgas se comían la tela. Se veía tan morbosa y apetitosa que sin explicación ni sentido, se apoderó de mi de nuevo ese cosquilleo acompañado de una excitación tan fuerte que de un momento a otro se me puso como piedra.

Sin embargo cuando decidí continuar mirando las demás, escuché el llamado de mi tía. Por lo que tuve que dejar el celular nuevamente en el banquito.

De mala gana y obviamente confundido por estos deseos inmorales tan desagradables pero muy ricos por mi madre, me dirigí a la sala y tras entrar me sorprendí muchísimo, tanto que es imposible quitarme la imagen de mi cabeza. Mi madre estaba vestida con una falda estilo globo negra ¡muy corta! Capaz solamente de cubrirle ¡la mitad de sus muslos! Un par de muslos blancos y perfectos, ¡jamás antes vistos! ¡Tan atléticos y definidos! Realzados un tanto por sus nuevos tacones cubanos. Además, traía un top de tirantes blanco con topos, muy ajustado, de modo que de nuevo pude apreciar el tamaño real de sus pechos. ¡Eran gigantes! Muy grandes, pero levantados y firmes

Ella estaba sentada muy apenada sobre el sillón alado de mi gordo primo.

-Hijo, ¿crees que se me ve mal? Dijo

¡Pero no se refería a mí!, ¡sino a mi primo! ¡Llamó hijo a su sobrino!! ¿Cómo se atreve?

-muy guapa tita, capaz de hacer temblar hasta la voluntad más resistente jajaja

-no lo sé corazón- dijo dudando mientras se tapaba con ambas manos el rostro

- Tranquila tita, si yo te digo que te ves impresionante es porque tengo razón

Acto seguido apoyó una de sus regordetas manos sobre ¡el muslo de mi mamá!

Mi madre seguía con las manos sobre su rostro sin percatarse al parecer de la mano de su sobrino, la cual se movía ligeramente en círculos.

En cuanto vi la acción grité: -¡¡Ya estoy aquí!!

Mi primo al verme, bajó inmediatamente la mano del muslo de mi madre. Mi madre nerviosa se puso de pie.

-Hijo! Me da mucha pena, pero… ¿Cómo me veo?

Yo a pesar de estar celoso no pude evitar decirle la verdad

- ¿Me preguntas cómo te ves? ¿A mí? Pues madre ¡te ves espectacular! Tu nueva vestimenta te favorece muchísimo

Lo dije influenciado por una excitación inusual que me devoraba la mente.

- Ay hijo. ¿Eso crees? Lo dijo mientras daba una vuelta sobre sí misma

-¡Definitivamente mamá!

-Ves tita, te lo dije! Jajaja, interrumpió mi primo.

Tras escuchar la molesta voz de él, me enfurecí, pues yo sé muy bien que es un morboso de primera y ahora con las pruebas lo podía evidenciar.

Pero date una vuelta tita- dijo el obeso- para que le muestres todo el conjunto a tu hijo

Mi madre nerviosa obedeció

Ante tal giro quedé atónito, pues la falda se le levantó tanto que mirarla sin lascivia era casi imposible

Muy bien tita, dijo alegre mi primo a la vez que desde su posición, es decir desde el sofá, el desgraciado le acarició el chamorro a mi madre!

Pero aquel enojo fue apaciguado cuando entró mi tía a la sala.

- ¡mira qué guapa te ves hermanita! ¡Aquel conjunto se te ve impresionante! ¡Ya ves! Deberías confiar más en mi jajaja.

Mi tía traía la misma ropa tan sexy que en la mañana.

-Bueno, ya que estamos todos aquí, empecemos la clase. Hoy veremos dos estilos diferentes. El primero será salsa y por último un nuevo género que seguro les encantará.

Sin mayores complicaciones mi tía me tomó como su pareja, me puso su brazos sobre mis hombros, me pidió que pusiera los míos en su cintura y comenzó a dar pasos! Para delante y luego para atrás, adelante y atrás sin parar.

-Bien bebé, lo haces maravilloso.

Hermanita. Justo así debes hacerlo

A mi madre al principio le costó, pero en cuestión de minutos ya estaba moviéndose tal y como mi tía, de forma que se emocionó demostrándonos a todos su hermosa sonrisa triunfante.

En el caso de mi primo, estaba expectante al movimiento tan erótico de los pechos de mi madre. Éstos se movían sin ningún impedimento rebotando tan eróticamente que atrajo no sólo las miradas morbosas de él como un imán, quién debía pasarla en grande ya que los tenía ¡justo enfrente! Sino también ¡algunas miradas de mi propia tía! Aunque supongo que ella las miraba por admiración o tal vez con envidia y no con deseo. Con todo, después de observar aquel movimiento tan erótico me di cuenta que ¡no traía sujetador! ¿Pero por qué?

- Muy bien tita! Sigue así jaja

-jijijiji. ¿No lo hago nada mal ehh!? Dijo mi madre.

Mientras ellos se divertían con la música, mi tía procedió a enseñarnos un par de vueltas para luego dar como finalizado el primer baile.

Mi madre motivada por sus movimientos tan coordinados, le pidió juguetona que pasaran al segundo

-Está bien querida hermanita, pero te advierto que éste es más complicado.-

Acto seguido mi tía puso electrónica, un género demasiado actual y atrevido para mi pobre madre, pues ella nunca en su vida había escuchado tales melodías. Para mi sorpresa ella no se alteró ni enojó por el estilo de música, ¡al contrario! Estaba muy alegre desprendiendo emoción. (En ese momento confirmé que ella en realidad siempre quiso bailar, pero por cuestiones religiosas nunca tuvo el tiempo.)

Acto seguido, mi tía se acercó pegando prácticamente todo su cuerpo sobre el mío comenzando a moverse de un lado a otro mientras me sostenía una mirada en extremo sensual

Ante tal mirada me costó mucho mantener el control Y para evitar un desastre que evidenciara mi excitación tuve que distraerme

Así pues miré hacia mi madre y primo. Tras observarlos un sentimiento de ira me volvió a invadir, pero esta vez porque mi primo ya no sólo miraba a mi madre con morbosidad, sino ahora se restregaba sobre su glorioso cuerpo.

Incluso en algunos momentos lo hacía tan evidente que me costó bastante mantener la calma. Ya que ahora recargaba su cabeza, en específico su rostro, sobre aquel par de pechos tan tentadores mientras con sus dos manos sujetaba sus caderas. Y aunque esperaba muy dentro de mí que mi madre notara de una buena vez todas aquellas maniobras, la muy tonta no las percibía, ya que ella estaba recontenta imitando los pasos de mi tía.

Por otro lado, mi tía después de mirarme distraído, procedió a darme la espalda para luego pegar en su totalidad su inmenso, pero perfecto trasero en mi pubis, alcanzando por momentos a rozarlo con mi polla, la cual tras sentir su contacto no pudo evitar despertar.

-Sobrinito, espero que ya no te distraigas ni rehúyas ehh jajaja- me miró coqueta- recuerda que ¡yo soy tu pareja y no tu madre!

Además, estos pasos requieren tu concentración jajaja, rio divertida.

Unos instantes después ella inesperadamente me pidió, ¡vaya! Más bien me ordenó, que pusiera ambos brazos ¡sobre los laterales de su falda!, acción que evidentemente me tomó por sorpresa, pues una vez colocadas, mi tía comenzó a ejecutar movimientos tan sensuales y atrevidos que jamás había visto! Movía de un lado a otro su trasero, primero lento y en círculos suaves, y después cada vez más rápido.

Ella mientras los hacía, me miraba doblando su cuello con mucho disimulo. Y en cuanto cruzamos miradas, me sonrió con misterio y sensualidad. Aquella expresión fue mucho para mi escasa resistencia. Pues verle sus dientes tan perfectos y blancos, sus labios carnosos, sus bellos ojos maquillados y sobre todo su tipo de sonrisa, me desmoronó.

Sentí cómo el bulto en mis pantalones no paraba de crecer, creció tanto que era imposible que no lo notara. Pero ella simplemente se limitó a continuar moviéndose.

Después de un minuto me pidió que ahora deslizara continuamente mis manos sobre los laterales de sus impresionantes muslos. Sin pensarlo dos veces así lo hice. ¡Aquel contacto fue sensacional! Frotar su falda en constancia ocasionó que mis manos alcanzaran casi la totalidad de sus muslos, pues su falda subía y bajaba al ritmo de mis movimientos.

Aquel espectáculo me privó de la realidad encendiendo un nivel nuevo de excitación, tanto que ahora con mi polla erecta en su mayor esplendor se movía por instinto, comenzando así un contacto mucho más evidente, pero rico a la vez. En el cual sentí como mi polla se abría paso por todo su sexo tan caliente sólo cubierto por su braga, alcanzando a rozar casi por completo sus dos tesoros, colocándola justo en medio de tan impresionantes nalgas.

-¡Así bebé! ¡así se hace! ¡Continua! Dijo mi tía con un tono que me prendió más.-

Yo enfrascado en mis nuevas emociones, es decir nublado por la excitación y segado por mis instintos salvajes, continúe, sólo que ahora mirando a mi madre. Ella trataba con mucho esfuerzo imitar los pasos de mi tía, propiciándole con sus movimientos torpes el mismo o incluso mayor disfrute a mi primo, pues ella no se limitaba a restregarle todo su espectacular trasero ya sea por su torpeza o por su inexperiencia.

Por otro lado, mi primo movía sus manos sobando aquellos muslos entallados sólo en una falda negra estilo globo muy fina, ocasionando que ésta se subiera hasta el inició de sus magníficas nalgas, y digo magnificas ¡porque lo son! Son impresionantes, más bellas que las de mi tía, más tiernas y dóciles. Y aunque sus bragas las cubrían, era inevitable que éstas resaltaran por su tamaño y forma.

Esta vez a pesar de presenciar tan impresionante espectáculo mis frustraciones y celos fueron frenados, ya que la excitación de tener el cuerpo digno de concursos de belleza, tan pegado y moviéndose en prácticamente toda mi polla, hicieron por un momento que no le tomara importancia a las acciones que tanto mi madre como mi primo realizaban.

Sin embargo aquella fuerte moral cristiana regresó a mí, provocando que parara de golpe y sintiera repugnancia por mis pensamientos. Pensamientos que ahora ya no se limitaban a involucrar a mi tía, sino que incluso encendieron en mí un deseo inexplicable por mi madre el cual se manifestaba en cosquilleos y sensaciones agradables

En cuanto paré, mi tía percibiendo mi estado de ánimo dijo:

-bueno chicos me parece que fue suficiente por hoy.-

- ¿tan pronto? Dijo mi primo. ¡Pero sólo llevamos una canción!.

-¡Sí! Ya es suficiente, además necesitamos un respiro, ¿verdad hermanita?

Mi madre aunque cansada y sudorosa, dijo para sorpresa de todos que aún quería continuar, ya que aquellos bailes eran una verdadera novedad y aún le faltaba muchos pasos por dominar.

Tanto mi tía como yo nos sorprendimos por aquellas palabras.

Por lo contrario, a mi primo se le dibujó una sonrisa muy descarada, de modo que por temor a que él siguiera disfrutando de su cuerpo tuve que intervenir

-Pero mami estamos cansados y muy aburridos ¡por favor dejemos las clases para otro día!

Mi madre tras mirar mi rosto suplicante no tuvo mayor opción y sólo con un gesto de inconformidad pospuso las clases.

Una vez terminadas las clases, cada quien se fue a sus respectivas habitaciones.

En cuanto estuve en mi cama los recuerdos que me causaban tanto sensaciones excitantes como verdaderos dolores de cabeza regresaron. Primero recordé cómo mi tía se mostró ante mí, después cómo movía su cuerpo tan espectacular, cómo aquel señor trasero se movía tan sensualmente provocando una excitación optima; cómo tras frotar mis dos manos sobre sus tersos muslos, su falda se levantaba dejando verlos, cómo todo aquello quedó perfectamente coordinado con la música, una tan sensual!

Además ¡las fotos!, ¡ah qué fotos!

Y de pronto y como era de esperarse, la imagen de los movimientos tan torpes y el sobre esfuerzo que mi madre realizaba tras intentar la imitación de los pasos de mi tía me invadieron! pero ahora acompañados de una ira comprensible así como ciertas preguntas que con urgencia necesitan respuesta.

Sin embargo inmediatamente después de sentir el enfado decidí inclinarme y comenzar a rezar, un rezo en el cual me arrepentí muchísimo y prometí asistir a la iglesia para recibir el perdón divino.

De nuevo en la noche

A pesar de todas las situaciones que hasta ese momento había vivido gracias a las tan astutas mañas de mi primo no quise iniciar un pleito, pues mirarlo allí tan indefenso, sobre la su cama me produjeron lástima, seguro el muy pobre está enfermo

Mi primo nuevamente sacó su revista erótica mientras yo arrepentido leía unos pasajes bíblicos, pero, impulsado por una curiosidad tan fuerte y malévola, en una debilidad decidí mirar de reojo la portada, esta vez había una mujer fittnes muy candente con su leggins justo a la mitad de su monumental nalga, se veía tan carnosa y regordeta que sin poderlo evitar me recordó al culazo de mi madre, ese tan deseado y entallado en las fotos que vi en la mañana, ese que casi revienta la tela de su calza , todo caliente por la situación salí de mi habitación arguyendo que tenía sed, pero en realidad lo que deseaba era mirar de nuevo a mi tan deseable y sensual tía

Así pues nervioso y nublado por la excitación me aproximé silencioso de nuevo hasta la puerta, la cual para mi buena fortuna estaba de nuevo abierta iluminada sólo con las luces resplandecientes del televisor. Con mucho disimulo miré a dentro y lo que vi me dejó perplejo

¡Mi madre estaba boca abajo con una simple braga! ¡Con su piyama tan usual justo a la mitad y además con la pierna flexionada y completamente expuesta!; por lo visto mi tía aprovechó para bajársela! ¡Pero que tramposa!; con muslos tan perfectos casi equiparables a los de mi tía y algunos lunares que no sabía que tenía y sin embargo aquellos atributos no son en absoluto lo mejor, ¡NO! Lo que lograba arrasar en sensualidad eran sus impresionantes, regordetas y hermosas nalgas, tan libres de imperfecciones tan blancas y perfectas que mi polla no se contuvo

¿Pero qué me pasa? ¿Otra vez? ¡Dios ayúdame! Cuando estaba por salir huyendo por la sobredosis de erotismo ocurrió un acontecimiento que me obligó a quedarme ahí

Mi tía repentinamente se giró dejándome de nuevo helado por la imagen de su cola en tanga así como su piel brillosa; embobado un par de segundos apreté fuerte mis ojos para tomar fuerza e irme de ahí PERO la muy traviesa colocó una de sus manos en toda la nalga de mi madre, aquella manita aunque no era capaz de cubrirle ni la mitad sí lograba crear una imagen única. Mi madre tras sentir el toqueteo sólo se movió un poco ocasionando que me asustara y me fuera

A la mañana siguiente 

Toda la familia acordó con mi madre como líder que iríamos a la iglesia, pues desde ninguna circunstancia se puede faltar.

Mi primo como era de esperarse al principio se opuso, con todo, sus quejas fueron apagadas cuando mi tía le estableció una condición a mi madre.

-iremos siempre y cuando estés dispuesta a estrenar más de tu ropa, pues ya sabes que debes hacerlo para continuar adquiriendo nuevas habilidades de baile.

Mi madre emocionada en primer lugar por su ilusión de mejorar sus dotes de bailarina y en segundo por la esperanza de convertir a esa par de pecadores en creyentes, aceptó sin ninguna objeción. Así pues se fue a cambiar mostrándonos un rostro satisfecho e incluso algo burlón, pues no podía creer que por tan poco consiguiera llevar a mis familiares con ella.

Sin embargo lo que no sabía era que mi tía mucho más astuta se aprovecharía de la ocasión.

Una vez en el cuarto se escuchó un grito de angustia

-¡pero hermana!, ¿en serio me obligarás a llevar estas prendas?

-mi tía con una sonrisa le contestó con un grito:

-¡tómalo o déjalo hermanita!

Era evidente que mi tía sabía que por sus compromisos religiosos mi madre no se opondría, así que de un momento a otro se escuchó el sonido del cerrojo. Mi madre se estaba cambiando.

Mientras mi madre se cambiaba, mi tía procedió a hacer lo mismo, dejándome con mi obeso y molesto primo a solas.

-ey primito! ¿Acaso no te parece impresionante el cuerpazo que se cargan nuestras madres? ¡Deberíamos estar orgullosos! ¿No crees?

Quién diría que con tan sólo un par de días contigo lograríamos que tu madre tan rectada se fuera desinhibiendo jajaja, ¡pero tranquilo hermano! Aún faltan muchas sorpresas!

El muy desgraciado me lo dijo en tono de burla con una sonrisa de oreja a oreja.

Sorprendido ante tal confesión quedé atónito, pero tras recuperarme le contesté enfadado y aún con sorpresa: -¿a qué te refieres? ¿Qué quieres decir?

Mi primo aún con aquel semblante cómico me dijo: ¿Crees que soy tonto? ¡He visto cómo miras a mi madre!

Sé que muy en el fondo te gusta jajaja, ¿o me equivoco?

Pero no te preocupes jajaja, a diferencia de ti, yo no me enfado, pues estoy consciente que una mujer de tan alta estima, belleza y sensualidad no tendrá ni el menor interés en ti jajaja.

Sus palabras directas inexplicablemente me dañaron más de lo que creí.

-a no seeer que su hijo, o sea yo intervenga jajaja!

Yo sin entender sus palabras me quedé callado.

- jajajaja considéralo un pago por tu gran hospitalidad primito!

Acto seguido se retiró hacia el sillón de la sala, sacó su celular y guardó silencio hasta el regreso de nuestras madres.

Cuando lo vi con su celular, entendí que él lo había colocado a propósito en mi cuarto !quería que vieras aquellas imágenes!, ¡quería que lo descubriera! ¿Pero por qué? ¿Qué tramaba?

Mientras trababa de contestar aquellas incógnitas en mi mente, me fui a sentar y esperar a nuestras madres

Mi madre después de 20 minutos salió sorprendiéndonos a los dos!

Se veía fenomenal y mucho más sexy que la tarde anterior en el baile!

Llevaba puesto una falda de capas y en tiempo color amarillo muy corta como a 6 dedos arriba de la rodilla, una blusa en cuello V corte bajo de manga larga negra muy escotada y un par de tacones estilo bobina, los cuales le quedaban de maravilla, pues logran destacar aún más sus muslos. Ella sin demasiada pena como la última ocasión, comenzó a dirigirse hacia nosotros con mejor actitud y más seguridad. Una vez en el centro de la sala no se intimido e inmediatamente dio un giro veloz sobre sí misma, provocando con esto que su falda se levantara al ritmo del aire, dejándonos nuevamente sorprendidos, pues por el estilo de la falda, de por sí muy corta, se alcanzó a ver el color y forma de sus bragas. Éstas eran clásicas de algodón blancas, la cuales además de contrastar con su falda amarilla, le quedaban muy ajustadas por el tamaño tan grande, pero bien formado de su trasero.

-¿Qué les pareció mi giro? Dijo sonriente ¿Verdad que en cada momento perfecciono mis pasos?

- ¡Por supuesto tita! En cada segundo que pasa te vuelves más habilidosa. Pues llevas muy en el fondo cualidades innatas de una buena bailarina! Jajaja, sólo júntate conmigo y lo descubrirás. Conmigo te moverás como nunca antes lo has hecho y aprenderás pasos que te fascinarán jajaja.

En cuanto mi primo terminó su última frase, mi madre sonrió con inocencia, lo tomó del cabello con sus manos y procedió a hacerle cariñosos. No obstante, éstos no duraron muchos, ya que mi tía entró en escena vestida exactamente igual a mi madre, sólo con algunas expresiones en el color. Ella en vez de una falda amarilla llevaba roja, en lugar de una blusa cuello V negra de manga larga, llevaba una blanca, la cual a pesar de no destacar tanto su delantera como la de mi madre por falta de carne, se le veía impresionante

Con todo, tanto Toño como yo notamos que mi tía levaba ligeramente más arriba su falda, pues con cada movimiento lleno de sensualidad, ya sea por sus pisadas tan exageradas o por su constante giros dramáticos, nos revelaba su prenda íntima. Una prenda mucho más atrevida que la de mi madre:

Ésta era un estilo culotte con delicados encajes y control de abdomen negro tan ceñido a su trasero que no sólo nosotros nos perdíamos ante su imagen,

La iglesia

Pues una vez en la iglesia, como era de esperarse ¡nuestras madres fueron el centro de atención!

Los hombres de diversas edades, jóvenes, maduros hasta los ancianos, ¡vaya, Incluso el mismísimo pastor! Apreciaban con disimulo cada parte de sus anatomías. Sobre todo a la hora de danzar:

Mi tía mucho más aventurada a los retos y juegos, fue la primera de todos nosotros que se atrevió a saltar aplaudiendo mientras fingía cantar, evento normal y muy común en ese momento de la alabanza, pero tras hacerlo, fue inevitable que tanto nosotros como los dichosos ancianos que estaban sentados atrás, no viéramos aquella falda tan frágil y sensual levantarse en cada salto, provocando con ello que aquella fina braga se mostrara en varias ocasiones en todo su esplendor.

Ante tales escenas, mi madre tan buena como siempre, fue la primera en avisarle con discreción sobre el espectáculo que nos proporcionaba. Mi tía fingiendo sorpresa, se llevó las manos a su boca abierta mientras reía con picardía para después llevarlas a la falda y disque bajársela, ya que en realidad se la subía más; llego un momento en el que su falda estaba tan arriba que su hermoso culazo e increíbles muslos se notaban con mucho descaro, tanto que los ancianos casi se nos mueren

A la siguiente melodía, la gente armó un tren de baile conformado en su mayoría por mujeres y jóvenes, en el cual, tras pasar a su lado, mi tía aprovechó para entrar en él. De forma que quedó hasta atrás.

Mientras la gente cantaba y se movía, mi tía los imitaba, pero con una diferencia sustancial ¡sobreactuaba sus movimientos! Los exageraba tanto que era imposible no mirarla y excitarse por ello, meneaba su culo y con él su faldita con tanta provocación que en cuestión de segundos se le subía hasta dejar sus ricas nalgas a la vista

Por toda la conmoción que mi tía causó de un momento a otro aquel tren de baile llenó, pero ahora por participantes hombres. Aquellos que fueron obligados a asistir a la iglesia por sus mujeres; hombres por lo visto frustrados y necesitados de amor. En cuanto llegó la oleada, entre ellos se empujaban para situarse atrás de mi tía, ya que eran muchos los que querían tocarla con la excusa de la danza, no obstante el ganador de todos no fue otro, ¡sino el mismísimo pastor! El cual estaba muy rojo, nervioso y muy expectante al cuerpo de mi tía. Y no era para menos, pues ella con sus movimientos tan sugerentes y sexys ocasionaba que cualquier hombre dudara de su integridad.

En cuanto volvió a llegar el tren hasta nuestro lugar, mi tía inesperadamente tomó a mi madre para situarla detrás de ella, de manera que ahora el pastor la tenía justo adelante. Hecho que aprovechó pues en varias ocasiones y con mucha discreción, alcanzó a rozar “accidentalmente” sus muslos tan tonificados y muy tentadores.

Por mi parte, ante tales escenas no me enfurecí ni sentí celos como otras ocasiones, ya que por un lado, quién la tocaba era mi guía espiritual, el cual de ningún modo lo pudo hacer con malas intenciones. Y por el otro, tras ver las expresiones de mi madre, unas de alegría en donde predominaban carcajadas, intuí que mi pastor sólo jugaba.

Sin embargo, de un momento a otro se dio por terminada la alabanza, de forma que todos los dichosos integrantes del trenecito regresaron a sus asientos. Tras volver nuestras madres, las vimos coloradas, con cierto sudor en su frente, el cual acentuaba sus hermosos y muy sobresalientes rostros maquillados. Por su parte mi tía parecía expresar una sonrisa bastante llamativa, una que manifestaba mucha picardía y deseo.

Durante el sermón y servicio nos percatamos de las constantes miradas que sin descanso se posaban sobre nuestras madres, sobre todo en las piernas de mi tía, éstas estaban flexionadas una sobre la otra dejando apreciar así un par de muslos tan impresionantes y ricos que ni yo pude dejar de mirar. Sin embargo, el espectáculo tan impresionante que mi tía nos proporcionaba dio por finalizado cuando ella se levantó de su asiento para entrar al baño.

Cuando por fin terminó el servicio por casualidad nos encontramos a un viejo amigo y pretendiente de mi madre. Era Pedro, un albañil de edad avanzada bastante musculoso y marcado por los ejercicios tan pesados a los que se sometía casi diario. En realidad su semblante pese a ser muy rígido, denotaba una mirada noble.

-Hola Ana!! (Se refería a mi madre) Pero qué sorpresa!! Tu nueva ropa y tu maquillaje ¡te ves fabulosa! ¡En serio increíble!! Tanto que me ha costado un par de minutos identificarte por completo jajaja.

- Mi madre un tanto apenada se encogió de hombros demostrando su nerviosismo.

-¿Tú crees? Sonriente agregó: -¡Ay Pedro, tú siempre tan lindo!

Al pobre hombre le costaba muchísimo disimular su excitación y sus miradas pervertidas llenas de morbo, pues tanto Toño como yo, que estábamos a un lado de mi madre las percibimos. Y no era para menos, ya que aquel albañil nunca había visto a mi madre vestir con ropa moderna y mucho menos una tan provocativa

-Y veo que vienes acompañada de dos caballeros ilustres, mi buen amigo José (se refería a mi) y…? ¿Con quién tengo el honor?

-Antonio, dijo mi primo.

-¡Es un verdadero gusto chaval! Y tú ¿qué parentesco tienes con ella?

- Soy su sobrino

(En ese momento me percaté que mi tía aún no regresaba del baño, pero sin mayores angustias no dije nada, pues supuse que como mujer superficial seguro se estaba retocando el maquillaje o arreglando)

- Un muy lindo y atento sobrino, agregó mi madre con su sonrisa tan cálida mientras le sobaba su cabellera.

Acciones que me provocaron muchos celos, ya que no soporto la hipocresía de mi primo. Éstos, inesperadamente me hicieron recordar el motivo de mi asistencia a la iglesia, debía platicar con el pastor para conseguir que orara por mí y me liberara de mis demonios internos y así recibir el perdón divino

Así pues me dirigí en busca de mi buen amigo el pastor, un hombre mayor de aproximadamente 60 años, algo barrigón y clavo.

Lo busqué por todos lados, pero no había señal de su presencia. Lo busqué entre los miembros de la alabanza y nada, entre los diáconos y algunos ancianos y nada, entre el grupo de maestros y no.

Por consiguiente y a falta de opciones me aventuré a búscalo en su oficina. Un recinto que sólo muy pocos miembros de la iglesia se atrevía a pisar, pues él sólo les permitía la entrada a personas de mucha confianza, como a mí por ejemplo. Tras insistir en mis llamadas, escuché su voz. Me ordenó que pasara.

Él estaba sentado atrás de su escritorio con un semblante extraño, bastante nervioso y muy colorado. Por lo que supuse que estaba enfermo.

-Pastor, si no tienes inconveniente necesito confesarle ciertos sucesos que me han robado mi paz. Sucesos que desgraciadamente están corrompiendo mi mente.

-Él un tanto disperso movió su brazo en señal aceptación, así pues comencé a relatarle todos mis deseos ocultos por mi tía y los recientes por mi madre

Temeroso y angustiado por su respuesta, ¡me llevé una sorpresa!

El pastor me dijo que a mi edad era muy natural sentir deseos inmorales por personas muy cercanas a mí, por lo que no debía preocuparme, que en lugar de reprimirlas era mejor dejarlas fluir, pues tras negarlas seguramente me volvería loco.

Sin mayor complicación, él procedió a orar por mí, pero con la novedad de no levantarse de su lugar para hacerlo.

Una vez expulsados los demonios de la vergüenza y todos aquellos que retenían mis deseos, me fui de su oficina, pero no sin antes echar un último vistazo.

Él pastor tenía uno de sus brazos debajo del escritorio mientras con la otra se despedía de mi acompañado de una sonrisa de la clase que esconde secretos. Secretos que posteriormente descubriría.

-Nos vemos en la fiesta hijo- sonrió

Mientras salí de la oficina no pude evitar sentirme un tanto confundido, pues mi guía espiritual, al cual tanto respeto y aprecio me recomendó dejar de angustiarme por mis deseos carnales, ¡es decir por mi tía y mi madre!

¡No lo podía creer!

En fin, también logró que mis angustias y estúpidos celos sin fundamento disminuyeran, pues de un momento a otro ya no sentí aquella inmensa carga de preocupación. De forma que decidido, es decir con una nueva mentalidad y muy determinado por las palabras de mi más grande admiración, proseguí a liberar mi mente y seguir mis deseos sin limitaciones. Pues si lo dice mi pastor, entonces debo creerlo!

Ya más liberado, decidí entrar al baño, pero antes de hacerlo vi a lo lejos a mi madre jugando con sus alumnos, un grupo de críos pequeños y muy traviesos, éstos corrían alrededor de ella jugando atrapadas sin soltarse de su falda! Mi madre inmóvil y con una sonrisa nerviosa intentaba con mucho esfuerzo bajarse la falda:

Ya basta niños!- gritaba! pero ellos ignorándola continuaban; ahora ya no la tomaban de la falda, sino de sus increíbles muslos, uno recargaba su manita a centímetros de su dulce tesoro y el otro para no ser atrapado usaba sus nalgas como escudo.

Ante tal escena me quedé pasmado ¿y estos chamacos de dónde salieron?

Tratando de contestar mi pregunta, pude percatarme que un chaval más grande estaba también expectante y muy contento.

Sin más entré al bañó. Ahí estaba mi obeso primo orinando. Éste tras verme, me saludó de manera efusiva golpeándome con uno de sus brazos regordetes la espalda, mientras con la otra se sujetaba su polla la cual por sus movimientos gelatinosos fue imposible evitar contacto visual

Era una polla de verdad muy grande y gorda! Tan grande que fue imposible disimular mi sorpresa. Él tras mirar mi expresión de asombro, me dijo: -¿verdad que es hermosa? Jajaja, pero tranquilo primito, no muerde jajaja! ¿La quieres tocar?

Yo ya un poco molesto le dije que parara.

Él, al contrario seguía con sus bromas, la movía por todos lados, hacia arriba, abajo, izquierda y derecha. De modo que parecía tener vida propia!

-¿Pero cómo alguien tan obeso como tú puede tener semejante monstruosidad entre sus pantalones? Le dije

Él claramente molesto por mi comentario paró y con un semblante más serio me dijo:

-éste no para ti primito, así que ya no te angusties, ¡éste es para nuestras madres! Jajaja ¡dos diosas pidiendo a gritos ser domadas!

Él después de decir tales palabras, esperaba de mí como de costumbre que me molestara, no obstante para su sorpresa no fue así. Pues por primera vez tuve una erección a conciencia tras escuchar las intenciones morbosas de mi primo.

Y fue en ese momento cuando ocurrió lo impensable. Le dije que participaría gustoso en una treta con él, ya que su madre me estaba volviendo loco, tanto que si tuviera la oportunidad haría lo que fuera para conseguir domar a aquella hembra tan sensual

Él con una cara de mucha sorpresa, pero también de alegría mezclada con morbosidad me abrazó y felicitó. Y de un momento a otro mantuvo un semblante serio mientras me decía mirándome a los ojos:

-José, primero que nada debes prometer que este juego de seducción involucrará a los cuatro

- ¿A los cuatro? pregunté

En efecto primo, te ayudaré a domar a mi madre, siempre y cuando tú me permitas seducir a la tuya! ¿Entiendes?

Piénsalo primo, es un trato justo

-¿te refieres a que quieres follarte a mi madre? Pero esto no te lo puedo permitir Toño! ¡Pídeme lo que sea menos eso! ¡Por favor!

¡NO! tómalo o déjalo.

Impulsado por las fantasías que de un momento a otro llegaron a mi mente, y sin saber lo que mi decisión ocasionaría, acepté el trato. Así pues le di la mano como todo un hombre de negocios.

-¡Primito! jamás te arrepentirás de esta decisión, te lo prometo.

Pero aún tenemos mucho que hacer, así que escucha bien el plan.

Sin interrupciones y muy emocionado me explicó a lujo de detalles los primeros pasos para lograr seducir a su madre.

Me dijo que su madre era excelente manteniendo las apariencias, pero en realidad era muy zorra, asegurándome que su nivel rebaza mi imaginación.

- Sin mayores complicaciones y para que me entiendas te la describiré en una palabra: es ¡una calientapollas! jajaja, una adicta al exhibicionismo

Yo sorprendido, pero confirmando mis sospechas me limité a sonreír

- Mira primito, si sabes jugar tus cartas pronto la tendrás en tus manos. Pues como buena calientapollas tú no eres la expresión, seguro irá a por ti jajaja.

Y si no me crees, entonces tan solo recuerda aquel baile tan erótico que te proporcionó jajaja, apuesto que lo gozaste ehh

Simplemente hazte el distraído cada vez que ella se disponga a provocar, pues a ella le encanta ese tipo de juegos.

Yo asombrado por la confesión quedé más excitado aún

-Bueno, ahora que te he dado una pista, tú dame una jajaja

Aún un tanto temeroso, pero determinado por la calentura le dije:

-como habrás notado, mi pobre madre es bastante inocente, llegando a creer en muchas ocasiones una gran cantidad de argumentos que carecen de sentido o son muy tontos para quienes conocen las reglas básicas del mundo, no obstante para ella todo lo que ocurre fuera de la iglesia a excepción del deporte es nuevo. Así que si utilizas al menos argumentos coherentes, ella te creerá.

- y ni tan coherentes ehh, pues sin ningún problema les creyó toda la farsa de los bailes y la vestimenta jajaja

- jajaja sí, incluso me creyó la basura de la fuerza de la naturaleza! Dijo Toño

-eso fue lo que vi primo, pero dime, ¿cómo fue que ocurrió?

-fue muy sencillo primito. ¿Recuerdas la vez que fingí herirme por mi sobrepeso? ¿Aquella en la que me retiré al sillón?

- ¿Entonces estabas actuando? Dije sorprendido

- En efecto jajaja, pues sabía que mi tía tan santa jamás se resistiría a socorrerme. Así que decidí mostrarme serio y dolido para que ella se ofreciera a apoyarme con los ejercicios jaja Pues tan sólo imaginar su cuerpo tan sexy entallado en prendas dignas de una madura de tal clase me excitaba montones

- Ya veo jajaja, me limité a decir

Tras sus confesiones, supe que estaba tratando con un chaval experimentado en el arte del engaño, ya que sin problemas a todos nos mintió aquella noche

- Bueno, ¿y entonces cómo ocurrió? Dije con curiosidad

- A la mañana siguiente (dijo mi primo) ella me levantó con esa calidez maternal que tanto expresa, me pidió que tuviera ánimo, ya que el ejercicio en realidad no era la gran cosa, que incluso con la práctica me terminará fascinando tal y como a ella.

Mi primo continuando con su narración dijo:

-Entonces yo haciéndome el ingenuo en el tema le pregunté – ¿oye tita y conocerás algún otro método que me ayude a bajar más rápido?

Ella tratando de recordar, se limitó a decirle que sólo conocía el ejercicio y una buena alimentación. –Bueno tita. Le dije

-Yo sí conozco uno, pero necesitaré tu ayuda.

Según lo que leí en un artículo de internet, usar ropa ajustada como calzas, shorts, sports, entre otros complementos deportivos ayuda montones a bajar de peso porque según esta ropa atrae la fuerza de la naturaleza

Tu mamá en ese momento, se sorprendió, pero sin mayores complicaciones aceptó mis argumentos, por lo que en cuestión de minutos le preparé una calza ajustadita muy ceñida a su piel! Jajaja

Primito debiste estar ahí mirando cómo corría con aquello puesto. En serio se veía ¡FABULOSA! llena de sensualidad con cada pisada y movimiento. ¡Aquel majestuoso trasero fue el show principal! Jajaja. ¡Pero no fui el único con el privilegio de observarlo ehh! pues todos los señores del lugar quedaban embobados cuando mi tita los adelantaba jajaja. Sin duda una experiencia inolvidable, que estoy seguro se repetirá.

Incluso hicimos un buen amigo, un hombre anciano muy buena onda, y en extremo delgado. Él mientras tomábamos un respiro, se acercó a hablar con tu madre, sin perderle la vista a su impresionante delantera sólo entallada en esa blusa deportiva negra sin brasier

Sin duda jamás olvidará aquel par de pezones humedecidos por el sudor. Jajaja ni yo olvidaré la cara de satisfacción que puso aquel anciano cuando fingiendo torpeza y desequilibrio, en un impulso alcanzó a tomarlas jajaja, pero claro, después de hacerlo restregó sus dos manos debiluchas por todo su cuerpo jajaja

Pero no te preocupes primito, ella no se enfadó, ¡al contrario! Preocupada lo ayudó.

Yo ya excitado por su relato, le pedí más, pero mi primo limitándose a sonreír me dijo:

-Pero primito, tú ya conoces el resto de la historia jajaja. Mira te propongo una modificación en el trato. Qué te parece si en secreto nos confesamos nuestros progresos con nuestras madres? Así nos podríamos seguir aconsejando jajaja, ¿te parece?

-Muy bien Toñito.

Nuevamente nos estrechamos las manos.

Así pues sin mayor impedimento regresamos con mi madre, la cual ahora se encontraba junto a su hermana platicando cómodamente con Raul, el que por cierto ante la atractiva figura, sensualidad y gran feminidad de mi tía se notó incluso mucho más intimidado y nervioso.

Tras llegar con ellos y platicar un rato, escuche a mi madre decirle que pronto organizarían una fiesta para celebrar mi cumpleaños. Él entusiasmado por la noticia nos confirmó alegres que en definitivo irá.

Después del acuerdo, Pedro se despidió de todos nosotros con educación.

Cuando salíamos del recinto, vi que aquellos dos niños traviesos, los que estaban "jugando con mi mamá, estaban recibiendo dulces de aquel chaval.

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