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Padre de familia

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Tania continúa su trabajo como profesora de inicial en un colegio, trabaja con niños pequeños y le va muy bien, siempre solemos conversar sobre nuestros días y hace poco me comentó que un tipo llamado Gino la había agregado al Face pero ella no aceptó y a los pocos días este tipo le habló por imbox, se presentó diciendo que era padre de familia de uno de sus niños y que le gustaría agregarla para tener comunicación acerca de su niño, Tania no aceptó debido a que tienen otros medios de comunicación con los padres y se disculpó, luego de un tiempo el señor volvió a insistir enviando nuevamente una invitación y nuevamente fue rechazada por Tania, a partir de ese momento no volvió a tener noticias del tal Gino.

Era un viernes, aproximadamente las 4 de la tarde y Tania se preparaba para recibir a los padres de familia en una reunión que llevan regularmente para evaluar el avance de los niños, todo transcurrió con normalidad, la reunión terminó unas horas después, ya estaba oscureciendo y los padres se despedían de Tania y uno que otro comentaba alguna cosa pero finalmente casi todos se fueron, solo quedaron una pareja de padres sentados en el salón, Tania lo reconoció inmediatamente, era Gino, el tipo del Face, estaba con su esposa, Tania se acercó a ellos y ellos se presentaron, hicieron algunas preguntas acerca de su hijo ya que estaban un poco preocupados por su rendimiento y sus problemas de conducta, luego de que Tania absolviera sus dudas, los padres se retiraron, pero al poco rato Gino volvió a ingresar al salón, esta vez solo.

- Miss, como está, podría conversar con usted un momento? -dijo él.

- Si claro señor dígame en que más lo puedo ayudar. -respondió Tania muy respetuosa.

- Bueno yo quería disculparme por mi insistencia en Facebook, a veces mi esposa no me cuenta todo a detalle y quien mejor que usted para orientarme al respecto, pero entiendo que las políticas sean de esa forma.

- No se preocupe señor, si gusta lo agrego también al grupo de whatsapp que tenemos con los padres. -respondió Tania

- Si, eso sería perfecto, le doy mi número.

Tania tomó nota y lo agregó al grupo de los padres de familia.

Pasados los días, Gino le escribió a Tania directamente, es decir, no a través del grupo, le comentó que tenía problemas con el grupo y que no podía leer los mensajes entonces le pidió que le escribiera con respecto a su hijo, entonces Tania le respondió comentándole los avances que él había tenido y también acerca de algunos problemas de comportamiento, de igual forma aprovechó para comunicarle que el siguiente viernes, al igual que el anterior, iban a tener la reunión de padres, después de un rato el padre contestó, diciendo que había conversado con su esposa y que les gustaría conversar con ella después de la reunión acerca de su hijo ya que estaban preocupados por su mal comportamiento, Tania le contestó diciéndole que no podría ya que el colegio cierra en cuanto termina la reunión de padres, pero Gino insistió, le dijo que se lo había comentado a su esposa y le dijo que podrían ir a una cafetería que se encontraba cerca. Tania lo dudó un momento ya que teníamos planes de salir a cenar, pero ante la insistencia de Gino ella accedió.

Tania me lo comentó y me pidió que la recoja más tarde de la cafetería y yo lo entendí. Ese día Tania recibió a los padres al igual que en la semana anterior, incluyendo a Gino, pero en ningún momento vio a su esposa, al terminar la reunión Gino se acercó a Tania.

- Miss, disculpe, mi esposa no pudo venir, tuvo un problema en el trabajo pero me pidió que por favor nos reuniéramos de todos modos ya que estamos preocupados por la conducta de nuestro hijo.

Tania dudó.

- Uhmm bueno, pero no podría ser otro día?

- Preferiría que sea hoy mismo miss ya que queremos meter a nuestro hijo con un psicólogo para que lo oriente pero también queremos una apreciación suya.

Afuera del salón las luces se empezaban a apagar y el portero entraba salón por salón cerrando todo.

- Está bien señor, pero seguro que a su esposa no le molesta que conversemos del tema sin ella? -preguntó Tania

- Ningún problema, ella misma me pidió que yo venga. -respondió Gino

Ambos salieron del colegio.

- Bueno entonces vamos a la cafetería a conversar más tranquilos. -dijo Gino acercándose a su camioneta.

- Mejor caminemos, es solo al frente. -dijo Tania nerviosa de que alguien la viera subir al vehículo de un padre de familia.

- Miss por favor, insisto, no me gusta dejar mi camioneta lejos, en el estacionamiento de la cafetería va a estar más segura.

Tania no dijo nada, pero preocupada y mirando por todos lados subió rápidamente a la camioneta, que felizmente tenia las lunas parcialmente polarizadas. Gino arrancó y avanzó un par de cuadras por la avenida hasta una entrada para poder dar vuelta en U, luego volvió hasta llegar casi a la misma altura del colegio donde estaba la cafetería y se estacionó. Durante el trayecto no dijeron nada, pero al entrar en la cafetería se retomó la comunicación.

- Deseas algo de tomar? -preguntó Gino.

- Un café americano está bien. -respondió tímida Tania.

- Dos cafés americanos por favor. -Gino hacía el pedido a la persona que atendía mientras iba sacando el dinero para pagar.

Gino recibió el vuelto y el ticket de venta y se fueron a sentar, no fue difícil encontrar una mesa ya que el lugar no estaba muy lleno, era una cafetería amplia, cómoda y no habían tantas mesas por lo que había privacidad en cada una de ellas.

- Señor Gino! -llamó el muchacho desde el mostrador.

Gino se acercó y recogió los dos cafés.

- Azúcar? -le preguntó Gino a Tania.

- Edulcorante por favor. -respondió esta.

Gino cogió un par de sobres de edulcorante mientras se echaba un poco de azúcar en el café.

- Le gusta comer saludable? -preguntó Gino amablemente.

- Bueno sí, me gusta cuidarme, el azúcar no es buena en exceso, por eso yo la evito. -respondió tajante Tania.

- Si es cierto, yo también debería pero bueno, la costumbre. En fin, cuéntame, que orientación me puedes dar con respecto a mi hijo, a veces no sé qué hacer. -preguntó preocupado.

Tania respondió, de forma amplia a las preguntas que le hizo Gino con respecto a su hijo, y de esa forma se mantuvieron un rato.

Yo le escribí a Tania para decirle que no podría ir a recogerla y que la vería luego en su casa ya que tuve una complicación en casa.

- La puedo tutear? -preguntó de pronto Gino.

Tania lo pensó unos segundos, le había caído bien, tal vez había tenido una impresión errónea.

- Si claro, no hay problema. -respondió Tania.

- Genial, tú también me puedes tutear por favor, no me gusta mucho que me digan señor. -dijo Gino riendo.

Tania se ruborizó y rio también.

- Bueno Tania, muchas gracias por tus consejos, conversaré con mi esposa sobre esto para poder tomar la mejor decisión.

- Claro, no te preocupes, estamos para ayudarlos en lo que necesiten. -respondió Tania.

Tania sacó su celular y vio mi mensaje, haciendo instantáneamente un gesto de molestia.

- Todo bien? -preguntó Gino.

- Si, no es nada, es que iban a venir a buscarme pero ya no, pero no hay problema.

- Bueno, si gustas yo podría llevarte a tu casa. -propuso Gino.

- No te preocupes, no quiero incomodar, mejor pido un taxi. -respondió Tania mientras miraba su celular.

- Tania, insisto, no puedo permitir que te vayas en taxi sabiendo que yo podría llevarte sin ningún problema. Mira entiendo que recién nos conocemos y si no quieres decirme donde vives pues no hay problema, pero aunque sea déjame dejarte cerca. -insistió Gino.

- No es eso... pero está bien, gracias. -dijo Tania.

- No te preocupes Tania.

Los dos salieron de la cafetería y subieron a la camioneta de Gino, el arrancó y Tania lo iba guiando.

- Me gustó mucho conversar contigo, eres una chica muy inteligente. -dijo Gino.

- Gracias. -dijo Tania ruborizada. -fue una conversación entretenida.

- Si lo fue, y permíteme preguntarte, te molesta si otro día podríamos salir para seguir conversando?

Tania lo miró.

Gino la miró.

- Me refiero al tema de mi hijo claro está. -agregó Gino.

- Si claro, por mi parte no hay problema, por su parte no habría problema? -preguntó Tania.

- Te refieres a mi esposa? No para nada, a decir verdad no nos llevamos muy bien, ella anda muy metida en su trabajo y ha descuidado nuestra relación, es una madre estupenda, pero a veces el trabajo hace que también sea un poco distraída, por eso no le interesa mucho lo que yo haga o deje de hacer.

- Y es por eso que ella no vino hoy?

- No tanto, aunque puede ser, me llamó a decirme que estaba en una reunión en la oficina y que iba a tardar unas horas más, así que ni modo. -respondió Gino.

Hubo un momento de silencio.

- Y tú, ya estas casada? -preguntó Gino, rompiendo el hielo.

- No, aún no. -respondió Tania.

- Ohh entiendo, bueno y si no es indiscreción, cuántos años tienes? -preguntó Gino.

- Bueno, tengo 22, y tú?

- Cuántos crees que tengo? Se sincera.

- Bueno tal vez unos treinta y tantos... -dijo Tania riendo.

- Que mala! Bueno en realidad gracias, tengo 42, solo veinte años más que tú. -dijo Gino riendo también. -bueno y me dijiste que te gusta cuidarte, haces deporte?

- Si, me gusta salir a correr y también ir al gym, tu? -preguntó Tania.

- Bueno, tu que crees? -le preguntó Gino.

Tania se rio.

- Se sincera conmigo, tu que crees, que hago ejercicio o no? -preguntó nuevamente Gino riendo.

- Bueno sinceramente yo creo que no. -respondió Tania entre risas.

Ambos se rieron.

- Si, justo estaba pensando empezar a ejercitarme, tu a que gym vas? -preguntó Gino.

- No me digas que quieres entrar al mismo en el que yo estoy. -respondió Tania, se seguía riendo.

- Bueno puede ser, eso depende, al parecer no vivimos tan lejos así que podría visitar tu gimnasio, así me haces un tour para no perderme ni hacer el ridículo. -respondió Gino riendo.

Tania le respondió diciéndole finalmente donde vive y a que gimnasio va.

- Ah bueno, no es tan lejos... pero tampoco es tan cerca. -dijo Gino.

- Eso no es excusa eh! Ya dijiste que ibas a ir, mira yo voy a ir mañana en la mañana, así que si vas me avisas para que te hagan un descuento.

- Perfecto Tania, yo te aviso. -dijo Gino.

Ya se acercaban a la casa de Tania así que le indicó donde se debía estacionar para poder bajar. Al llegar a su destino se despidieron.

- Bueno, fue un gusto Tania, gracias por todo.

- Gracias a ti por traerme y por la conversación tan entretenida. -respondió Tania mientras le extendía la mano.

- La mano? Ya nos tuteamos, no nos podemos despedir con la mano.

Gino se acercó a Tania y le dio un beso en la mejilla, ella se ruborizó y bajó de la camioneta.

Al día siguiente, Tania fue al gimnasio, el calor por estos días es infernal así que salió solo con un short de licra, un polo y sus zapatillas; también llevó un polo de cambio, su toalla y una botella con agua.

Mientras entrenaba su celular vibró.

-En el gimnasio?

Era un mensaje de Gino, ella le respondió positivamente.

- Llego en un rato, te aviso.

Tania siguió entrenando, por ratos volteaba hacia la recepción para ver si lo encontraba, pero sin éxito. Pasó a la trotadora, pero justo cuando estaba iniciando su ejercicio Gino llegó, ella lo vio e inmediatamente el también, se saludaron de lejos con la mano.

Tania bajó de la trotadora y se acercó a Gino mientras se secaba con su toalla.

- Hola! -saludó Tania.

- Wow! Hola Tania, que guapa eh! -dijo Gino mirándola de pies a cabeza.

- Gracias! pero tú, no tienes ropa de deporte... -dijo Tania.

Gino estaba con un short, un polo cualquiera y sandalias.

- Si bueno, tengo que comprarme ropa nueva, la que tenía no sé dónde quedó.

Tania le presentó al supervisor de ventas y le pidió si por favor le podría hacer algún descuento de querer inscribirse, también le dieron a Gino un día de prueba

- Bueno entonces ven cuando quieras para que pruebes que tal te va y ver si quieres inscribirte. -dijo Tania.

- Si definitivamente, me parece genial el gym. Y tu hasta que hora te quedas? -preguntó Gino.

- Ya estaba por terminar mi rutina, solo iba a correr pero la verdad es que ya estoy cansada, hoy hice piernas. -dijo Tania.

- Ah bueno entonces que te parece si te invito a tomar un desayuno por acá cerca.

- Si claro está bien, me cambio y salgo.

Tania se metió al baño, se lavó rápidamente y se cambió de polo, estaba como nueva. Cuando salió notó que Gino le miraba el culo, pero muy disimuladamente, no quería que ella se diera cuenta pero llegaba a ser evidente.

Tania se acercó a Gino y salieron juntos del gimnasio, fueron a una pequeña cafetería a la vuelta del gimnasio donde servían desayunos, entraron y no había nadie, se sentaron y ordenaron. Tania siguió comentándole acerca del gimnasio y de los ejercicios que había hecho ese día, incluyendo piernas y glúteos, cuando llegaron a este último punto Tania se puso un poco incómoda.

- Es normal, no te avergüences, más aun que tienes un cuerpo precioso.

Tania no supo que decir y solo agradeció, pero definitivamente le encantan los halagos y más sobre su cuerpo, eso la excitó un poco.

- Y hoy no has traído tu camioneta, sino la hubieras estacionado junto a nosotros. -dijo Tania riendo.

- Si, definitivamente lo hubiera hecho, pero se la llevó mi esposa, se fue con el bebé a la casa de su mamá que vive en una de las playas del sur así que lo necesitaba más que yo, ya que vivo muy cerca de un par de cuadras de aquí. -contestó Gino.

- Oh, y no me habías contado, o sea yo si te cuento donde vivo y tú no me decías nada. -dijo Tania riendo nuevamente.

Gino solo rio.

- Bueno que te parece si vamos a caminar un poco, así empiezo a hacer un poco de ejercicio. -dijo Gino.

- Me parece perfecto, vamos.

Gino pagó la cuenta y salieron, caminaron un par de cuadras hasta llegar a un parque donde empezaron a caminar y a conversar de varias cosas, entre ellas sobre la vida de Tania y el trabajo de Gino.

- Bueno, tengo que ser bien sincero contigo Tania. -dijo de repente Gino.

- Sincero? Por qué? -dijo Tania nerviosa.

- Lo que pasa es que no me gustan mucho los gimnasios.

Tania respiró.

- Y por qué no me dijiste nada? -preguntó Tania

- Porque te vi entusiasmada con el tema, además igual quería venir a verte ahora, y ver el gimnasio también claro está. Dijo Gino.

Tania se ruborizó.

- Ah bueno, ahora entiendo todo. -dijo Tania mirándole la barriga a Gino.

Ambos rieron.

- En realidad cuando era más joven me gustaba la natación y montar bici y también tengo algunas cosas en mi casa para ejercitarme, pero que evidentemente no uso. -dijo Gino.

- Bueno podrías empezar por usar un poco las cosas que tienes en casa y también haz el cardio que te guste, eso es bueno.

- Oye Tania, ahora que estamos tocando el tema, tu que estás en el gimnasio y por lo visto tienes ya buen tiempo, te molestaría ir conmigo a mi departamento, solo un rato para que me enseñes que cosas podría hacer con lo que tengo ahí?

Tania no sabía que hacer, pero la idea la excitaba cada vez más, aceptó.

- Si claro, si es que no van a haber problemas yo normal. -le dijo Tania.

- No van a haber problemas, como te dije mi esposa debe estar a un par de horas de aquí así que yo también normal.

Se acercaron a uno de los edificios que colindaban el parque y Gino le hizo una seña al vigilante que estaba dentro para que abriera la puerta, abrió y entraron a la recepción, era grande y bonita, estaba llena de espejos y en cada esquina habían plantas muy bien cuidadas. El portero la saludó, atrás venía Gino, Tania vio por el espejo como el portero muy sutilmente le miró el culo, cosa que Gino también estaba haciendo, también vio como los dos se miraron, el vigilante sonrió y Gino le guiñó el ojo cómplicemente. Se acercaron al ascensor y subieron al sexto piso, salieron al corredor y caminaron hasta el departamento de Gino, entraron.

El departamento era bastante bonito, tenía vista al parque, era bastante amplio y con muy buena iluminación, era un dúplex. Gino le mostró rápidamente su casa, le enseñó la sala-comedor, la cocina, el baño de invitados, su cuarto y a su costado el cuarto de su hijo, luego subieron al segundo piso, era una terraza muy bonita, había sido dividida en dos partes por una pared de drywall, no era el edificio más alto de la cuadra, pero igual tenía una vista espectacular. En la misma terraza había una parrilla, una mesa con varias sillas y más allá estaba la otra mitad de la terraza, Gino abrió una puerta y entraron, dentro de esta otra mitad había una zona de lavandería en un rincón y al otro extremo había una habitación.

- Esta es la habitación de servicio, pero como no tenemos empleada cama adentro lo usamos como cuarto de visita.

En la misma zona de la terraza, un poco más alejado de la lavandería se encontraba su zona de ejercicios. Tenía una banca plana, un par de mancuernas y una manta de yoga.

- Bueno, ahora tu serás mi entrenadora, con las cosas que tengo acá que puedo hacer? -preguntó Gino.

Tania riendo le contestó.

- Bueno, en la manta de yoga puedes hacer abdominales, se te va a hacer más cómodo, y con las mancuernas puedes hacer casi todo tipo de entrenamiento para todos los músculos, es cuestión que busques las rutinas que más se te acomoden y que vayas subiendo la intensidad poco a poco, apóyate con la banca. -dijo Tania

- Wow, tu si sabes de esto, bueno consultaré para saber que ejercicios hago con las mancuernas, también voy a hacer cardio, tal vez podamos hacer cardio juntos.

- Si claro, podemos salir a correr algún día. -dijo Tania.

- Claro, o podríamos intentar otro tipo de cardio.

- A que te refieres Gino? -preguntó Tania

- Bueno me refiero a otro tipo de cardio, como bicicleta o nadar, o también otras cositas. -dijo Gino acercándose a Tania.

Tania lo apartó.

- Gino, eres el papá de uno de mis alumnos... -dijo Tania haciéndose la difícil.

- Pero ahorita no estamos en el colegio, ni viendo cosas de trabajo, así que no pasa nada. -insistió Gino.

- Además eres casado...

Ambos se quedaron en silencio un rato.

- Me olvidé de traer mi proteína... tienes por casualidad? -preguntó Tania

- No tengo. -respondió cortante Gino.

- Entonces me puedes traer algo de tomar por favor? -dijo Tania mientras se sentaba en la banca.

Gino la miró por unos segundos y se retiró. Luego de unos minutos volvió con un vaso con agua, Tania continuaba sentada en la banca, le daba la espalda. Gino se acercó y se pegó a ella, puso una mano en su hombro y con la otra le ofreció el vaso con agua, ella lo cogió y se bebió toda el agua, dejó el vaso en el suelo. Gino puso su otra mano en el otro hombro de Tania y empezó a bajar por sus brazos. Gino disfrutaba viendo sus pechos y también sus piernas, que el pequeño short de licra dejaban ver, Tania por su parte, podía sentir en su espalda que Gino al apoyarse en ella dejaba notar que empezaba a tener una erección. Tania se paró y caminó de frente un par de pasos, Gino se sentó en el banco. Podía ver ese culo redondito que dejaba notar el pequeño short que Tania llevaba, Gino ya no podía más, estaba completamente excitado, ya tenía la verga dura, así que solo actuó.

Gino se levantó y rápidamente jaló a Tania hacia él y los dos cayeron sentados en la banca, en cuanto cayeron Tania sintió la verga de Gino y tampoco se pudo resistir. Gino la besaba por el cuello y pasaba sus manos sintiendo sus senos y sus piernas, sus manos se movían por todos lados hasta que llegaron a la vagina de Tania, se la empezó a sobar por encima del short, Tania estaba muy excitada también. Gino la levantó frente a él y le quitó el polo, Tania se arrodilló y Gino se preparó. Tania abrió el short de Gino y sacó la verga, era grande, venosa y estaba bastante húmeda; Tania lo empezó a masturbar, le lamía los huevos, se la besaba y se la metió a la boca; como lo chupaba, parecía que se fuera a acabar el mundo, de verdad que Tania estaba bastante caliente, se la chupaba y levantaba la vista para mirarlo, él la tenía sujetada del cabello y movía su cabeza de arriba para abajo. Gino se quitó el polo y Tania terminó de quitarle el short. Gino le quitó el sostén a Tania, ella se sacó rápidamente las zapatillas y se quitó el short, llevaba una tanga asesina.

Gino la puso en cuatro encima de la banca y se sentó detrás de ella, con una mano le arrimó la tanga y le abrió el culo, luego empezó a pasarle su lengua de abajo hacia arriba lentamente, empezaba en el clítoris y terminaba pasando el ano, a Tania le encantaba. Gino tenía tremendo culo en la cara y se lo estaba devorando, su lengua se metía por donde podía y Tania, muy mojada, no paraba de gemir de placer. Gino se levantó y le quitó la tanga, Tania bajó una pierna presagiando lo que se venía.

Entonces Gino se acomodó detrás de ella y aún jalándola del cabello le metió toda la verga por la concha, de un solo golpe, Tania soltó un chillido. Gino no paraba de moverse al igual que Tania, se aferraba fuerte con las dos manos a la banca de ejercicios. Entonces Gino la sacó y se echó en la manta de yoga, Tania se tiró encima suyo, sin manos Gino hizo un par de movimientos y nuevamente tenía la verga adentro de Tania, esta vez era Tania quien quebraba la espalda mientras movía el culo de arriba hacia abajo, metiendo toda la verga hasta el fondo y subía dejando la puntita apenas afuera, luego repetía todo una y otra vez. En medio del frenesí Tania aceleró la cabalgata y se vino, soltó unos gritos escandalosos que Gino quiso callar, pero en realidad solo lo había excitado más.

- Querías tu proteína? -dijo Gino jadeando.

- Si, si, si quiero. -dijo Tania entre gemidos.

- Entonces baja y tómate tu proteína calientita.

Tania obedeció y bajó hacia la verga de Gino, lo empezó a masturbar para ayudarlo y puso su boca solo en la cabecita hasta que sintió como la leche envolvía su lengua y llenaba toda su boca.

- Tomate toda tu proteína, no dejes ni una gota, para que ese culito siga creciendo sano y fuerte. -decía Gino bastante excitado mientras le quitaba el cabello de la cara a Tania.

No hacía falta que se lo dijera, a ella le encanta tomar su leche y así lo hizo, hasta la última gota, dejó la verga de Gino completamente limpia, como si no hubiera pasado nada. Tania se limpió los labios con sus dedos y luego se los chupó, para no dejar ni una sola huella de lo que había pasado, luego se echó en la manta de yoga, junto a Gino y se besaron.

Gino sacó un cajetilla de cigarros del bolsillo de su short y prendió uno, le ofreció a Tania pero no aceptó.

- Te gustó? -preguntó Gino.

- Mucho. -dijo Tania- y a ti?

- Que si me gustó? Me encantó, lo haces como una Diosa, y con solo 22 añitos niña, pareces toda una experta y algo que me encanta es el culo que tienes, me fascinó desde el primer día en que te vi. Alguna vez haz hecho sexo anal?

- Un par de veces lo intenté, pero me dolía mucho porque mi huequito es muy pequeño. -mintió Tania.

- Muy pequeño? Yo creo que es perfecto, con paciencia, cariño y un poco de lubricante lo podemos lograr, claro si tú quieres.

A Tania le encanta que le den por el culo, ni loca lo iba a rechazar.

- Claro, podemos intentarlo si tú quieres.

- Perfecto, así se hará. -dijo Gino.

De pronto se escucharon ruidos abajo, los dos se miraron.

- Gino! -alguien gritó abajo.

- Mi esposa, vino más temprano, vístete rápido.

A Tania se le congeló el cuerpo, no sabía que iba a hacer, solo pensó en que la echarían del colegio, se vistió tan rápido como pudo, la ropa que llevaba tampoco la ayudaba mucho. Gino también se vistió.

- Ahora que haremos. -preguntó Tania.

- Tranquila, escóndete en el cuarto de invitados, métete debajo de la cama.

Tania obedeció.

Gino salió a la terraza, junto a la parrilla y como si nada siguió fumando su cigarro, su esposa subió.

- Hola amor. -dijo ella cariñosa.

- Hola mi vida, como estas? -respondió Gino también cariñoso.

- Bien, acabo de llegar, te estuve llamando. Y por qué estas todo sudado? Qué pasó?

- Bueno es que estuve acá arriba, me puse a hacer un poco de ejercicios pero me cansé muy rápido y me aburrí, así que preferí fumar un cigarro. -dijo Gino riendo. -por cierto, y el bebé?

- Se quedó en la casa de mi mamá, mis papás van a ir a cenar a la casa de Lili (su hermana) y nos ha dicho para ir, así que ellos querían quedarse con el bebé un poco más y yo vine a terminar unas cosas de la oficina y luego nos vamos al almuerzo, te parece? -dijo su esposa.

- Si claro, me parece perfecto, o sea que te vas a la oficina.

- Si tengo que ir un momento, pero no me tardaré mucho, regreso para bañarme e irnos.

- Ok amor, entonces te espero. -dijo Gino mientras se despedían con un beso.

La esposa bajó las escaleras y luego de un rato Gino se acercó al cuarto de visitas.

- Tania, ya puedes salir, ya se fue. Lamento que te hayas tenido que esconder de esa manera, a pesar de que no nos llevamos bien tal vez se hubiera molestado.

- Que no se llevan bien? A mi me pareció que se llevan súper bien. -dijo Tania un poco fastidiada.

- No es lo que crees, pero te puedo decir algo?

- Dime. -dijo Tania con los brazos cruzados.

- Me excita cuando te molestas.

Tania le miró el pene y nuevamente estaba levantado.

- Otra vez? -dijo Tania

- Si, es que además no puedo esperar a que mi amiguito entre por ahí atrás. -dijo Gino acercándose a Tania y pasándole la mano por el culo.

- Pero no hoy Gino, por hoy estuvo bueno, mejor debería irme antes que vuelva tu esposa y esta vez nos encuentre, tal vez podríamos ir a algún lugar más privado o no se... -dijo Tania mientras se apartaba de Gino

Gino se mostró un poco fastidiado.

- Bueno, está bien entonces sería bueno que te vayas de una vez antes que me den más ganas de darte. -dijo Gino.

Tania lo miró un poco molesta y se fue, salió del edificio y se marchó a su casa esperando que nadie la haya visto.

Habían pasado un par de semanas desde aquel encuentro, Tania continuó como si nada hubiera pasado incluso en una reunión de padres lo volvió a ver pero no sucedió nada, hasta que fue la celebración por el día del padre.

Celebraron el día del padre un viernes en la mañana, se habían preparado varios números para los padres, los niños iban a bailar y a actuar al igual que las profesoras, prepararon un número de baile al final del evento.

Todas las profesoras incluida Tania se habían vestido con un polo blanco, unas leggins plomas y unos tacos, hicieron un baile y dijeron algunas palabras por el día del padre.

Mientras bailaba, Tania lo vio sentado y sonriendo complacido. Gino estaba ahí sentado mirando el espectáculo, en realidad mirando a Tania, no le quitaba los ojos de encima, estaba con su esposa.

Cuando terminó todo, Tania y las demás profesoras se acercaron a la salida del colegio para despedir a sus chicos. Vio que Gino se acercaba, pasó primero su esposa y su hijo, Tania se despidió de ellos, luego Gino se acercó y Tania le deseó un feliz día, Gino la miró, le sonrió y se fue.

Tania terminó de despedir a todos y luego fue a recoger sus cosas, apagó todo, cerró su salón y salió. Yo fui a recogerla y la estaba esperando afuera del colegio, cuando salió la saludé con un beso y le agarré el culo, la verdad es que con esa licra que llevaba puesta es inevitable, pedí un taxi y lo estábamos esperando, mientras tanto Tania no dejaba el celular, hablaba por whatsapp, no le pregunté con quién hablaba. Cuando llegó el taxi y subimos nos estábamos dirigiendo a su casa, pero de pronto me dijo que no podría ir.

- Que pasa? Por qué no puedes ir? -le pregunte.

- Es que... es que olvide algo en el salón, déjame acá mejor. -dudó Tania.

- Pero podemos volver y lo recoges y luego ya nos vamos.

- No, es que me voy a demorar. -Tania se empezaba a poner nerviosa.

Empecé a darme cuenta de que tenía algo entre manos, así que empecé a ceder para ver a donde llegaba.

- Ok, te dejo acá entonces, pero como te irás? -le dije, mientras le indicaba al taxista que se estacione a un lado.

- No te preocupes, me van a recoger. -dijo Tania mientras bajaba.

Adelante nuestro se estacionó una camioneta con lunas oscuras.

- Pero quien te va a recoger?? -trate de preguntarle, pero fue muy tarde ya había bajado.

Tania corrió con los tacos hacia la camioneta que se había estacionado, la deje ir, no pude evitarlo. El auto avanzó y pasamos junto a la camioneta, por el parabrisas pude ver qué se besaban. El taxista me miró preocupado por el espejo, y solo le dije que no se preocupe y le di mi dirección.

- Te extrañé. -dijo Gino.

- Yo también pero pensé que estabas con tu esposa, no vas a estar con ellos? -preguntó Tania.

- Bueno, le dije que tenía que ver unas cosas de trabajo así que pude escapar, y por cierto, con quién estabas?

- Él es mi... -dudó Tania.

- Tu novio? Y te dejó ir así sin más?

- Si es que también le dije que había tenido una urgencia de trabajo.

Los dos rieron.

- Bueno, entonces estamos conectados, ahora yo te quiero conectar a ti. -le dijo Gino pasando su mano por la pierna de Tania.

Gino manejó hasta llegar a un hotelucho barato, entró en la cochera y bajaron.

- A donde me has traído? -preguntó Tania.

- Es un huequito, aquí nadie nos va a molestar. -respondió Gino.

Entraron a la recepción y Gino entregó su documento y pagó un par de horas. Le dieron la llave y subieron.

El hotel era igual de feo de como se veía por fuera, subieron por las escaleras hasta el tercer piso y caminaron hacia su habitación, había un tipo sentado en las escaleras, al ver pasar a Tania le mando un beso volado y murmuró algo como: que rico culo.

Entraron a la habitación y Tania dejó sus cosas en una silla mientras que Gino dejó sus llaves y billetera encima de una pequeña mesa que había junto a la cama, se acercó por atrás a Tania que estaba mirando por la ventana y la besó en el cuello mientras iba a tocando todo su cuerpo, Tania volteó y se besaron y empezaron a quitarse la ropa mutuamente hasta que se quedaron completamente desnudos, Tania se arrodilló frente a Gino y se la empezó a chupar. Gino la tenía del cabello, Tania se la metía toda en la boca hasta llegar al punto de atorarse, los fluidos desbordaban y se deslizaban por el cuerpo de Tania, ella se iba tocando, sentía mucho placer.

Gino la levantó y la puso en cuatro sobre la cama, Tania estaba muy mojada, entonces Gino se puso atrás suyo y lentamente empezó a pasar su lengua por su ano, subía desde la vagina hasta llegar al ano una y otra vez, Tania tenía el culito mojado y el ano dilatado, Gino de pronto se paró y se acercó a su casaca, de donde sacó y pomo con lubricante, entonces lo empezó a untar en el culo de Tania, usaba su dedo para meterlo en el ano de Tania. Ella lo disfrutaba, su culo latía y necesitaba tener algo dentro. Fue entonces cuando Gino se montó sobre Tania y lentamente empezó a meterle la verga por el culo, Tania se contorsionaba de placer y Gino lo disfrutaba muchísimo. De pronto la suavidad se había perdido y Gino la metía una y otra vez, cada vez más rápido y cada vez más fuerte.

Cambiaron de posición, Gino se paró al borde de la cama y Tania se echó boca arriba, levantó las piernas y nuevamente, por ese pequeño agujero entró como un rayo la verga de Gino. Duro, rápido, una y otra y otra vez; Tania gritaba en una mezcla de dolor y placer. Gino entraba y salía rápidamente del culo de Tania, mientras con una mano le sujetaba las piernas en su hombro, con la otra le abría las nalgas, el sonido del choque era inevitable y delicioso.

Gino estaba por llegar, aceleró, Tania le pedía que vaya un poco más despacio porque le dolía pero Gino no la escuchaba, solo le daba más y más fuerte hasta que se vino, llegó dentro del culo de Tania, el placer recorría todo su cuerpo, hasta que lentamente fue sacando la verga. Tania se sujetó las piernas y mordiéndose los labios pujó un poco haciendo que la leche saliera lentamente del ano, la leche se deslizó por las nalgas y goteó en el piso.

Tania se puso de pie y se acercó a Gino.

- Me dejaste todo el ano abierto. -dijo Tania.

- Tu culo es perfecto Tania y es delicioso, te dije que el tamaño estaba bien. -dijo Gino.

- Y tu a pesar de tener el doble de mi edad lo haces como si fueras un adolescente. -dijo Tania riendo. -me encanta tu leche, en mi boca o en mi culo, no desperdiciaré ni una gota.

Tania se arrodilló y le dio una buena mamada para limpiarle la verga a Gino, luego se tiró al suelo y lamió el semen que había caído.

- Aún tienes ganas? -dijo Gino.

-Claro, yo también quiero llegar. -dijo Tania. -pero entiendo que no estés en condiciones.

- Gracias por entender Tania, más bien ya debo irme, tengo que ir a ver al bebé. -dijo Gino, vistiéndose.

- No hay problema, ya nos hablamos. -dijo Tania, echada en la cama, aún desnuda.

Gino se acercó a Tania y le dio un beso, luego se fue.

Al poco rato tocaron la puerta, Tania se levantó y la abrió pensando que era Gino que había olvidado algo o volvía por un segundo round. Pero no era Gino, era el tipo de las escaleras. Tania se escondió tras la puerta pero era muy tarde, el tipo ya había visto la mitad de ese cuerpo completamente desnudo, Tania empujó la puerta para cerrarla, pero el tipo puso su pie y Tania no pudo hacer nada, el tipo entró lentamente en la habitación y a Tania solo le quedó retroceder y cubrirse con las sabanas.

El tipo cerró la puerta y caminó lentamente hacia el borde de la cama.

- Tranquila, no te haré daño, al contrario. Ahora te vi y no sabes como deseo estar contigo, eres deliciosa, tu cuerpo es perfecto. -dijo el tipo.

- Que haces? Por favor vete, ya me tengo que ir. -dijo Tania asustada.

El tipo hizo caso omiso y se desvistió completamente, Tania intentó escapar pero el sujeto la cogió de la cintura y la tiró a la cama, Tania estaba echada en la cama y no pudo evitar ver la verga que le colgaba al tipo, se excitó. Tania mantuvo su actitud de asustada, pero esta vez con las piernas abiertas.

- Uhmmm, peladita, así me gusta, sin un solo pelito. -dijo el tipo masturbándose.

Se subió a la cama y empezó a gatear hacia Tania, ella retrocedió lentamente hasta chocar con la pared. El tipo la acorrala y mete su cabeza en la vagina de Tania, le hizo un oral que Tania no pudo soportar, le encantó. El tipo movía su lengua por cada rincón de la vulva de Tania y ella lo tenía agarrado de la cabeza, luego el tipo subió lamiendo el cuerpo de Tania, pasando su lengua por los pezones y chupándole el cuello, en ese momento Tania sentía como la cabeza de la verga del tipo se posaba sobre su vagina e iba entrando lentamente, desde ese momento no se detuvo, Tania estaba muy excitada, cuando estuvo con Gino no pudo llegar y estaba muy aguantaba, y ahora que se le presentó la oportunidad, la aprovechó.

Se estaban metiendo un revolcón de aquellos, Tania gemía, gritaba, lo jalaba del pelo; y el tipo pasaba sus manos por todo el cuerpo de Tania, especialmente sus caderas y el culo, era lo que más le excitaba.

Tania estaba en éxtasis, cabalgaba desesperadamente la verga del sujeto, de un momento a otro, lo jaló de tal forma que ella estaba arriba y el tipo debajo de ella, pidió llegar, suplicó llegar, recibió la aprobación y justo en ese momento soltó unos chillidos desenfrenados, aceleró y le pidió que acelere, que le pegue, que le dé duro. El tipo la cogió de las nalgas, le abrió el culo, le dio de alma, con todas sus fuerzas, la empezó a nalguear muy fuerte, Tania gritaba más y alcanzó el clímax. Tania por fin había llegado pero sus revoluciones seguían bastante altas.

- Cómo te llamas? -preguntó Tania, sudando y aun encima del tipo.

- Hugo preciosa, tu?

- Soy Tania, mucho gusto, gracias, me encantó, y como lo hiciste tan bien te voy a dar un premio. -dijo Tania coqueta.

- Un premio? Cuál será?

- Cuando estuve entrando al cuarto con mi amigo me dijiste algo, recuerdas?

- Si claro, que tienes un culo riquísimo. -dijo Hugo dándole una nalgada más.

- Eso mismo, tu premio, será mi culo. -dijo Tania mientras salía de encima de Hugo y se echaba a su costado, boca abajo.

Tania lo miró y con sus dos manos se abrió el culo, quebrándose un poco, como invitándolo a pasar.

Hugo no lo pensó dos veces, escupió un poco de saliva dentro del ano de Tania y sin más lo metió. Tania gritó, la verga de Hugo era bastante gruesa y venosa. Tania sintió como se le desgarraba un poco el ano y gritó más, esto solo excitaba mucho más a Hugo quien ya estaba en éxtasis por la cabalgata que le metió Tania, estaba a punto de llegar, Tania estaba echada completamente, aun abriéndose el culo, Hugo estaba apoyado en la espalda de Tania con los brazos extendidos mientras clavaba violentamente a Tania, entonces llegó, el tipo tenía tranquilamente un litro de leche y todo se lo inyectó a Tania por el culo.

Hugo salió de encima de Tania y se sentó al borde de la cama, Tania más bien se deslizó por el borde de la cama hasta quedar arrodillada junto a Hugo, hizo un pequeño esfuerzo y la leche salía de su ano e iba cayendo al suelo hasta formar un pequeño charco, luego al igual que con Gino, Tania se lamió hasta la última gota de leche de la verga de Hugo y luego, para placer también del tipo, como si fuera una perra hambrienta de semen, lamió toda la leche del suelo, la misma que había salido previamente de su culo, no dejó ni una sola gota.

El tipo no lo podía creer mientras miraba a Tania cambiarse, Hugo también se vistió y salieron juntos del cuarto.

- Siempre estas acá Hugo? preguntó Tania.

- Si mi amor, yo trabajo acá, cuando quieras estoy a tu servicio.

Se besaron, Hugo metió su mano dentro de las leggins de Tania cogiéndole el culo fuertemente, se despidieron y Tania se fue.

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