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El mejor regalo de aniversario (Tercer capítulo)

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Seguimos tomando y sonó un disco bailable y sujete a Raúl de la mano y me lo lleve al corredor a bailar. Él es un experto bailarín, bailamos dos piezas, al terminarlas nos besamos tocándonos todo nuestro cuerpo. Y desapuntándome el sostén dejando que me besara mis pezones. Sentí un ruido en la sala y al voltear a mirar era Ana María que jugaba con sus muñecas Regresamos al bar y por el camino deje caer el resto del vestido quedándome con mis Zapatos altos medias veladas y cucos, otro disco sonó y saque a Andrés a bailar. Llevándomelo de la mano bailamos en el corredor, el segundo disco que sonó era un vallenatico romántico nos juntamos yo con mis manos rodeándole la cabeza y el agarrándome el trasero, besándonos. El disco termino y camine a donde Ana María.

—Mami ya debes de subirte a dormir.

—Hay mami yo quiero jugar un ratico más.

Me quede mirándola

—Bueno preciosa ya es hora de irte a dormir. Colocándome las manos en la cintura me miro y con rabia se levanto recogió sus muñecas y se subió a su cuarto.

Me pare y encaminándome a donde Andrés lo abrace y agarrándole la verga por sobre el pantalón lo bese.

Y volteándola a ver la vi que nos miraba y con mi mano le envié un beso.

Nos retiramos para el barcito a tomarme otro roncito, colocándome entre las piernas de Raúl nuevamente, poniendo mi trasero a la altura de su pantalón y mis manos al frente mío moviéndoselo, rozándole el pantalón. Me pego un nalgazo.

 —Hay salvaje, pacito, mi amor con cariño

—Hay mami es que dan ganas de darte de nalgadas.

—Y más bien porque no me las das con tu verga.

—En esa estamos mi amor.

Seguimos hablando por un rato más, y volvió a sonar buena música y volví a sacar a Raúl a bailar un mosaico de casi 10 minutos que me gusto. Y otro roncito para calmar el calor, me senté y Raúl se me coloco de espalda a mi aprovechando para con mis manos desapuntarle el cinturón quitárselo. Doblarlo y golpearlo suavemente.

—A ver cosita quiero que te quites el pantalón.

Se quitó los zapatos y luego se desapunto y bajando la cremallera dejo caer su pantalón al suelo, quedando en su bóxer el que recorrí con mis manos acariciándole el bulto de su verga, El volteo su cara y nos dimos un pico, Mire a Andrés

—Y tú que quítate el pantalón.

Andrés volteo a mirar a la sala.

—Es que no tengo interiores.

—Vamos papi quitatelos.

Y acercándomele le solté el cinturón, luego la cremallera, dejando caer su pantalón, agarre su verga la que había tapado con sus manos y besándolo en la boca lo masturbe

—Eso se merece otro trago Raúl me lo sirvió y acercándomele para tomármelo.

—Ahora tú.

Y llevando mis manos las metí en su bóxer agarrándole su trasero se los baje arrodillándome, dejando su verga enfrente de mi boca la que empecé a besársela agarrándola con mi mano. Se sentó en el butaco para que yo se la mamara metiéndomela en la boca hasta el fondo. Luego continúe con Andrés por un rato corto no más, ya todos estábamos desnudos. Me incorpore agarrándoles sus vergas me los lleve subiéndolos por la escalera a el cuarto, acostando a Raúl boca arriba. Se la mame mientras que Andrés me agarro y sentado en el borde de la cama se dedicó a dedearme y meterme su lengua en mi cuquita. Al rato me senté encima de Raúl y clavándome su verga sintiendo su carnoso rollo saltaba y me movía en círculos disfrutando este momento al rato un orgasmo sucumbía haciéndome pegar gemidos de placer. Luego cambie de amante y Andrés estaba acostado al lado me le acerque y acostándonos de medio lado me penetro y así pude también mamársela a Raúl, que sentado contra la cama seguía. Al rato le pedí a Andrés que me la metiera por el trasero y paro y me la coloco en la entrada de mi trasero dejándolo que me penetrara suavemente para luego aumentar su velocidad al máximo. Mientras yo seguía mamándosela a Raúl por ratos en que la follada que me daba Andrés me lo permitía. Al rato volví a cambiar de pose y Andrés se acostó boca arriba y yo volví a metérmela en mi trasero

—Raúl ven y encárgate de mi cuquita. Él se acercó y colocándomela en mis labios vaginales me penetro. Disfrutando otra vez de una doble penetración. La que duro casi 30 minutos de placer incontrolables y excitantes, que me llevaron a tener varios orgasmos , hasta que Raúl quiso sacársela y yo no lo deje para que se me viniera dentro de mí, quería sentir su semen caliente dentro de mí. Andrés ya pudo también terminar dentro de mí al poder moverse mejor y al yo poder levantarme y dejarlo follarme.

Me levante y me limpie en el baño su semen.

—Huf mis amores me encanto estuvieron maravilloso. Ahora quieren unas cervezas está haciendo sed.

Saque las cervezas y luego me le acerque.

Se levantó y nos subimos entro a mi cuarto y se subió a la cama en donde estaba Andrés mirando la televisión Raúl venia de baño y al yo entrar se me acerco, me dio un beso, abrazándonos, luego nos subimos también a la cama y nos pusimos a ver la tele. Al rato al volverles a mamar la verga a cada uno por breves momentos la gozadera continúo. Luego entre ambos me bajaron de la cama y Andrés que siendo el más fornido me levanto colocándome mis piernas en su cintura y dejando su verga que entrara en mi cuquita, luego Raúl acercándose por detrás me penetro mi trasero. Volviendo a sentir varios orgasmo que me dejaron satisfecha, feliz y complacida.

Al otro día me desperté tarde, se me olvido colocar el despertador. Me levante, entre al baño, al salir y acercándome al closet desnuda, Raúl se levantó se acercó a donde yo estaba y abrazándome por la espalda, acariciándome las tetas me beso la nuca, entro al baño, al alejarse le pellizque el trasero, y agarrándome la mano se devolvió un toque para darnos un pico, Voltee a mirar sobre la mesita de noche a ver si doña Ernestina me había dejado agua y una sal de frutas para la resaca y hay estaba me acerque a servirla y tomármela mientras Andrés se sentó arropándose de cintura para abajo prendiendo el televisor. Ana María se levantó detrás de mí, me agarro el cabello y luego nos dimos un beso mientras esperábamos que la sal se diluyera para podérmela tomar. Me levante, Raúl salió con una toalla y bajo al bar a traer su ropa y la de Andrés. Mientras me maquillaba doña Ernestina nos subió café. No me maquille mucho apenas lo esencial me peine mientras que Raúl se vestía y Andrés entraba al baño y nos bajamos con Raúl y Andrés se alistaban también cuando bajaron yo ya había terminado de desayunar y me despedí de los dos.

—Bueno Chao mis amores nos vemos la otra semana yo los llamo para que vengan a pasar otra encantadora velada. Entonces salimos todos. Tenía afán de llegar a la oficina para poder salir temprano para ir al salón de belleza.

Al rato de llegar don Edgar me trae las fotos de Amanda, quede encantada al verlas, le di una buena propina. Y me puse a verlas bastante comprometedoras y reveladoras, que le tomo en el boliche y cuando los siguió hasta el apartamento de Daniel entrando a su parqueadero. Hay Eduardo ya me imagino la cara que vas a poner cuando te muestre estas fotos jajajaja. No te imaginas lo rico que su mujercita lo está pasando. Me puse a trabajar revisando contratos. Pedí que me trajeran el almuerzo a la oficina para no salir. A las 3 me toco ir a un Juzgado a recoger una sentencia para realizar una diligencia. Al otro lado de la ciudad. Lo que me hiso demorar un poco. De ahí salí para el salón, en donde dure casi hora y media. Ya eran las 7 y 45 de la noche y me dirigí para la casa. Al entrar una cartelera que mi hija había elaborado.

—Mi mami linda hoy en tu aniversario te deseo un día feliz te amo mucho. Mamita linda.

Me quede mirando la cartelera y una extraña emoción sentí. Abrí la puerta, las luces todas apagadas y por el piso un camino de pétalos de rosas rojas y velones prendidos y unas flechas indicándome el camino. Lo seguí, me llevo hasta la escalera en donde un ramo de rosas y un paquete en donde una nota decía: Amor en este día he querido demostrarte lo mucho que te amo, es por eso que he querido traerte un regalo que sé que te va a encantar, por el placer que te va a dar. Lo tengo en nuestra cama esperándote para tu gozo. Ahora en este paquete encontraras un detalle que deseo que te lo pongas antes de entrar en nuestro nido de amor. Lo abrí y era un conjunto de ropa interior negra con sus medias veladas y un pareo trasparente negro, unos zapatos altos de plataforma y correas. Seguí subiendo las escaleras con pétalos de rosa blancas y más velones, entre al cuarto de Ana María que al verme se me lanzo y levantándola dejando caer el paquete que traía.

-Hola mami. ¿Viste el cartel que te deje en la puerta?

—Si mi vida me encanto te quedo muy bonito.

Y dándole otro beso y abrazándola fuertemente le di las gracias.

—Ahora necesito que me preste el baño.

Me fui desvistiendo y me acorde de que no traía toalla y salí para sacarlo del closet del corredor. Al entrar Ana María me pregunto.

—¿Te vas a bañar acá?

—Si mi amor me tengo que cambiarme en tu cuarto.

Entre a bañarme con mucho cuidado para no dañar ni mi maquillaje ni el peinado. Luego me coloque las prendas un último retoque al peinado, labial y al cuarto a encontrarme con mi esposo.

—Y dime mi niña que tal me ves.

Me miro y sonriendo se me abalanzo

—Mi mami está muy linda.

Me agache y dejando que me diera un beso en la mejilla.

—Bueno mi vida nos vemos más tarde.

Salí dirigiéndome a mi cuarto abrí la puerta y escuche música americana y voltee a mirar así la cama una lámpara a media luz me dejaba ver que no había nada en ella y luego al sillón y hay estaba mi regalo sentado, al acercarme y sonriéndole pensando que era mi esposo y me detuve al distinguir que no era mi esposo.

—¿Simón?

Quede de una pieza al verlo vestido de smoking

—Señora Diana muy buenas noches.

—Simón y tú que estás haciendo acá no entiendo.

Simón fue el moreno que en la reunión del club de ingenieros me miraba insistentemente. Me miro de pies a cabeza.

—Mujer que hermosa estas, te ves increíblemente sexy.

—pues esa es la idea. Y tú también te ves divino.

Y mire al baño la luz apagada y pensé que David debería de encontrarse hay.

—¿Y David está en el baño?

—No, no señora estamos los dos solos.

—¿¡Ha…! ¿Y tú eres mi regalo de aniversario?

—Si exactamente soy tu regalo de aniversario.

Me quede mirándolo y pensando, pues nunca David se había atrevido a decirle a alguien o a conseguirme a un hombre para que me haga el amor. Siempre soy yo la que traigo hombres. Tan solo una vez me dijo que tenía a alguien a quien había contactado por un aviso clasificado y yo sinceramente no quise.

Empecé a sentir una pequeña piquiña en mi estómago, mi cuerpo producía pequeños escalofríos. Simón físicamente era bastante fornido media como 1.90 de estatura tenía su cabello muy corto sus labios gruesos y una dentadura perfecta por su altura me imaginaba su verga. Seguíamos parados conversando, él se acercó a la mesa en donde una botella de champaña se enfriaba en el balde. Dos copas fueron llenadas, ofreciéndome una.

—Ahora brindemos por una velada muy agradable y placentera.

—Brindo por eso.

Y chocando nuestras copas bebimos. Me senté y preguntándole, porque me sentía con mucha curiosidad de saber, como paso para que David me diera semejante regalo.

—Ven siéntate y cuéntame cómo fue que mi esposo te envió. Y por favor sin omitir detalles.

—Jajaja ¿me vas a hacerte contar todo?

—¡TODO! Quiero saber. ¡TODO! —Pero es una historia muy larga.

Mire mi reloj.

—Esta temprano, tenemos toda la noche.

Me quede mirándolo esperando que comenzara. Y sin más remedio se sentó al lado acomodándose. Sirvió más champaña.

—Yo no te conocía y el día de la reunión en el club yo te vi llegar, en ese momento estabas sola, David te había dejado y no sabía quién eras. En eso me acerque a donde el ingeniero Lucas. De pronto tu esposo se nos acercó a saludarnos por un momento te me perdiste y David noto que yo estaba inquieto y me pregunto que si algo me pasaba y le conté que había visto una mujer hermosa, bueno eso no fue exactamente lo que le dije.

—¿No que le dijiste? Le comente que había visto a la mujer más exquisita y sensual que de solo verla se me había parado. Y en ese momento pasaste para la mesa de pasabocas. Más de uno de los caballeros volteo a verte y fue cuando le dije a tu esposo que eras tú. Ya te podrás imaginar la vergüenza que sentí cuando me conto con una sonrisa que eras su esposa. Tierra trágame.

—Tu esposa huy David discúlpame no sabía quién era esa hermosura. Me volteo a mirar frunciéndome sus cejas. Debí de haberme puesto colorado, no le volví a decir nada al respeto. Te nos acercaste y fue cuando nos presentaron.

—Si yo te sentí algo nervioso.

—si estaba avergonzado con David no podría ser más estúpido. No sé en ese momento pensé en que soy muy lengua floja Yo seguía viéndote y cuando él se retiró a hablar con el jefe aproveche y te saque a bailar.

En ese momento yo me pare a mi closet saque una cajetilla de cigarrillos, prendí uno y volví a sentarme a seguir escuchándolo.

La reunión continúo y me toco llevar a otro ingeniero que ya estaba bien tomado y había que dejarlo en un hotel y al regresar, te vi salir del club parecías estar buscando a alguien y me quede mirándote, luego caminaste asía donde yo estaba y sentí que un carro llegaba, uno de los ocupantes se bajaba y tú te le acercabas abrazándolo, besándolo en la boca y te toca el trasero. En ese momento tuve una erección barbará. Y luego te vi montarse en ese carro y también besabas al conductor y creo que le acariciaste el pantalón. ¿Cierto?

—Creo que sí, no me acuerdo exactamente. ¿Y que más me vas a contar?

—Ustedes se fueron y yo me quede pensando en usted, no me he podido quitar la imagen del beso con tu amigo. Fue lo más erótico y sensual que vi ese día. Volví a la reunión en la mesa ya quedaban 4 ingenieros dos con sus esposas y tu esposo. Yo sabía que tú te habías ido pero no me quede con las ganas de preguntarle por ti. Y él no tuvo ningún reparo de decirme que te habías ido para la casa. La reunión siguió el amarillito estaba ya haciendo efectos embriagantes y ya solo quedábamos tres. Y volví al tema de las disculpas por haber dicho lo que dije. Y tu esposo me dijo que no me preocupara, que el sabia la mujer que tenía. Y no era el primero que te miraba así. Que tu tenías bastantes admiradores yo si le dije que se me hacía extraño que teniendo semejante mujer la dejara ir sola para la casa.

—Entonces fue cuando me conto que tú te habías ido con tus amigos a algún bar a beber.

—¿Aja eso te conto mi David?

—Si yo me quede imaginándome que te habías ido para un hotel con tus amigos y tuve una erección de solo hacerlo.

—¡No! No nos fuimos para un hotel. Nos venimos para acá, en este cuarto terminamos los tres haciendo el amor y contame mi esposo esa noche se quedó en tu casa.

—Si terminamos en mi casa tomando.

Mi traviesa mano fue a tocarle el pantalón para sentirle su verga la que sentí paradita y bien grande. Él se me quedo mirando y le sonreí.

—guau esto está con ganas de salir. Nos reímos y tomando la copa volví a tomar un sorbo largo y le pedí que me sirviera más.

—pero no me has contado cómo fue que tu estas acá. Me pare quitándome el pareo quedando solo en ropa interior pues me estaba haciendo estorbo, y recogí el paquete de cigarrillos saque uno lo prendí, cruce mis brazos y piernas rozando con mis zapatos su pierna y me quede mirándolo esperando que reiniciara su relato. Y que no te piensas quitar ese saco vamos ven quítatelo me acerque para recibírselo y colgarlo en el closet. No me quitaba la vista de encima entonces caminaba por la alcoba dejándolo admirar mi trasero, me acerque a la ventana y abriéndola me quede ahí fumando el cigarrillo, la luna estaba llena y el cielo despejado. Se me acerco y al estar cerca le estire la mano y lo arrime, haciendo que su mano abrazara mi cintura y yo la de él. Su mano izquierda acaricio el otro hombro se me coloco detrás mío y sus brazos rodearon mi cintura.

—Mira esa luna esta preciosa y brillante. Sus labios besaban mis hombros, mis manos su pantalón sintiendo otra vez el bulto de su verga. Vote el cigarrillo y le pedí otro trago. Nos devolvimos al sillón.

—bueno ahora sí cuéntame cómo hiciste para que mi esposo te dejara venir a hacerme el amor. Pero antes de eso. Me le pare enfrente

—¿Pero sabes qué? Creo que estoy en desventaja y para remediarlo. Soltándole el cinturón, desabrochándole el pantalón le baje la cremallera y se lo baje, dejándolo con su camisa blanca impecable que hacían un perfecto contraste con su piel morena, se quitó sus zapatos, me senté y lo invite a hacerlo también y me quede para seguir escuchándolo.

—Bueno como nos fuimos para mi apartamento a seguir tomando y ya estábamos bastante borrachos. Y tú sabes que uno tomado habla más de la cuenta. Y volvimos a hablar de ti. Y que en este momento tú podrías estar con tus amigos, yo en medio de reclamo le dije que no debería dejarte hacer eso. Que así la podría perder. Lo que me dijo me lo explico. Ella es libre a pesar de estar casada conmigo, ella es libre y que él nunca te podría cortar tus alas, que te gusta el sexo demasiado Y en esas se me salió que me encantaría estar contigo. Se me quedo mirando y con su dedo moviéndolo me dijo que sí. Que podría ser, entonces me conto que cumplían 10 años de casados, y me pregunto ¿te gustaría ser un regalo de aniversario? Yo enseguida le respondí con un ¡SI! Claro que si… me encantaría, sería un enorme placer poder complacerlos a los dos.

Me quite los zapatos y subí mis piernas sobre el acariciándolo con mis dedos. Recorriendo sus piernas para levantarle la camisa y ponerlos sobre su bóxer. Contraje el izquierdo para luego subirlo y colocárselo en su boca la que abrió y chupándome los dedos el cerro sus ojos su mano derecha agarro mi pie para afirmarlo mejor y poder chuparlo. Mi mano bajo a mi calzón y metiéndomela llego a mi cuquita sintiéndola bien húmeda me introduje tres dedos, continúe dedeandome por un momento. Mi boca era lamida por mi lengua, mi respiración aumentaba con cada segundo.

—Vamos continua contándome.

Dejando mi pie sobre su hombro y con el otro acariciando su bóxer.

—Y para terminar el cuento, tu esposo organizo todo, las flores alquilo el smoking, la champaña, tu regalo y te tubo toda la semana esperando este día. Cuando llegue la señora que te hace el aseo fue la que me abrió David dejo todo preparado y avisándome que el vestido estaba en el cuarto que me podía cambiar allá, me cambie, me aliste para esperarte, pero tenía tantos nervios, y como vi un bar cuando entre supuse que tendrían algo para tomar y calmar mis nervios. Entonces baje y me encontré con tu hija que estaba regando los pétalos de las rosas por el piso. Nos saludamos, muy bella a propósito igual a la mama. La señora salió de la cocina y me pregunto si quería o deseaba algo. Entonces le pedí un trago, si gusta se lo sirvo o puede escoger lo que quiera en el bar. Hay copas y el trago que quiera. Entonces me acerque al bar y serví ron tomándomelo de una. Serví otra y me puse a conocer la casa, que a propósito está muy bonita. Me subí entonces a esperarte.

Me levante a cambiar la emisora porque habían dejado de colocar música. Puse música más bailable y lo hice parar a bailar.

—Ven muñeco que hoy eres todo mío y pienso disfrutarte hasta el cansancio.

Me volví a colocar los zapatos, nos acercamos y mis manos fueron acariciando su bulto en su bóxer mi cuello se estiro para darle un beso en su boca seguí bailando, le hice quitar la camisa. Hay pude ver verdaderamente el tremendo bulto en su bóxer.

—¿Dime una cosa?

—Si preciosa que quieres saber.

—De casualidad. Y bajándole el bóxer para ver su tremenda verga.

—¿Tú le contaste a mi esposo lo bien dotado que estas? Mi brazo rodeaba su cuello y mi mano derecha agarraba su verga, acariciándosela, nos besábamos cruzando nuestras lenguas mientras me seguía contando mis dos manos.

—Si me causo curiosidad cuando me lo pegunto esa noche, y le dije que sí que la tenía bien grande y me hiso mostrársela al principio me pareció poco masculino que quisiera vérmela pero me dijo que no me preocupara, que él es hetero y que solo era por curiosidad morbosa, accedí a mostrársela y te cuento que tuve una erección cuando me estaba quitando el pantalón al mostrársela me dice, que a ti te iba a encantar y veo que no se equivocó.

Me arrodille y acercando mi cara a su verga se la miraba bajándole el escroto para verle el glande.

—Si él me conoce mejor que nadie y sabe mis gustos, y que me fascina los hombres bien dotados.

—¿Y porque te gustan bien dotados?

—Es obvio me gustan porque es más placentero mamárselas, sentir su carne en rollo en mi boca me excita demasiado, me encana lamer un buen tronco.

Seguí masturbándolo y admirándoselo le acariciaba sus huevos, mi lengua se estiro y colocándola en la entrada de la uretra la lambí suavemente, continúe por su glande lambiéndoselo varias veces, le di varios picos, lo miraba a sus ojos que no pestañeaban mirándome también, con sus manos termino de quitarse sus bóxer, lo senté en el sillón y abriéndose de piernas pude arrodillarme y metérmele en ellas para poder seguir jugando con su verga, la que estaba en toda su erección, me le acerque con risa nerviosa y ansiosa, abrí mi boca para empezar a metérmela muy suavemente disfrutando de cada centímetro de su tronco entrando en mi, produje bastante saliva para humedecerla y volver a sacármela.

—Esta exquisita mi amor y te prometo que desde hoy serás bienvenido en mi cama.

Y volví a poner mis labios en su glande y abriéndolos suavemente empecé a rodar por su tronco con mucha lentitud saboreándolo, sintiendo todas sus venas, su grosor y devolviéndome.

—¿A esto sabe el chocolate? A puro placer.

Mi lengua recorrió su tronco por un costado y luego por el otro, volví a hacerlo lentamente varias veces más. Mi mirada de placer, de lujuria le debía de estar diciendo lo excitada que estaba, volví a metérmela en la boca y bajando por su tronco hasta sentirla en mi garganta y volverla a sacar varias veces luego baje a chuparles los huevos mientras mi mano lo masturbaba, volví a mamársela y con mis manos me solté el sostén quitándomelo. Para colocar su verga entre ellos y hacerle una rusa. Me levante y quitándome mis interiores lo hice acostar boca arriba y le puse mi cuquita en su boca y continúe mamándosela por casi 30 minutos. Gozándomela, disfrutándola: Alcance a tener dos orgasmos con su lengua. Luego lo hice sentar en el sillón y me le monte encima y agarrándole su verga me la coloque en mis labios vaginales rozándomelos llevándola hasta mi trasero sin introducírmela por unos momentos. Para luego dejarme rodar por su tronco lentamente y con movimientos de mi cuerpo sentirla dentro de mí apretando mis piernas. Su boca se entretenía con mis pezones chupándolos agarrándome las tetas con sus manos grandes. Mis manos se posaban sobre sus hombros para poder follármelo. Luego le abrazaba la cara contra mi pecho sintiendo mi cuerpo temblar por sus embestidas que me retorcían de emoción. Mis gemidos cada vez eran más seguidos y mis gritos pedían más y más

—Me matas papito me matas de placer sigue, sigue así rómpeme el culo anda mi amor más rápido que me voy a venir sigue así por favor no pares muévete más rápido.

Sus movimientos fueron aumentando y mis venida también. Hasta que el no aguanto más y su cuerpo se detuvo penetrándome toda, volviéndome a soltar y vuelta a penetrar su semen inundo mi trasero. Nos abrazamos y nos quedamos pegados, besándonos por un largo rato. Me levante quitándome los zapatos, las medias me lo lleve para el baño en donde nos metimos a la ducha colocándome un gorro bañándonos.

Nos secamos y nos subimos a la cama desnudos. A seguir tomando champaña y hablar de cosas. Al rato me dio hambre y me lo lleve desnudo como estábamos para la cocina, a ver que había de comer. Doña Ernestina nos había dejado listo en el horno a fuego mínimo. Nos sentamos a comer, compartimos bocados y un beso de vez en cuando. Yo me comí todo estaba hambrienta. Nos subimos llevándonos la otra botella de champaña a nuestro nido de sexo y pasión a seguir disfrutando de mi regalo.

Coloque un cassette de Areta franklin, destapamos la botella sirviendo los tragos, nos subimos a la cama acomodándonos abrazados tomamos la copa y las dejamos en las mesitas de noche, para podernos besar y acariciar. Me besaba mis pezones y su mano derecha me dedeaba, calentando mis entrañas, me retorcía disfrutando sus caricias. Luego baje a mamarle la verga, sintiéndola crecer en mi boca hasta alcanzar su máxima erección, para seguir lambiéndosela por sus costados, como cuando lo haces con un delicioso helado de chocolate. Bajar por su tronco y llegar a sus huevos y chuparlos agarrando su verga con mis manos. Para luego suavemente ir subiendo hasta llegar a su glande y volver a repetirlo varias veces, dándome gusto con mi lengua, luego poner mi boca en la entrada de su uretra y chuparle sus jugos seminales, seguí metiéndomela por mi boca hasta sentirla en mi garganta, para volvérmela a sacar lentamente toda babeada. 30 minutos dure mamándosela, saboreándosela. Para seguir acostándome boca arriba y levantarles las piernas para que él se me montara y me penetrara la cuquita.

—Ven acá muñeco, ven a hacerme gozar que te quiero tener adentro de mí.

Se me monto y agarrándose su verga me penetro, cerrando mis ojos sintiéndola entrar por mis paredes, un gemido de placer y pasión, dieron comienzo nuevamente a la unión de dos cuerpos sedientos de placer sexual o lujuria desenfrenada. Su verga entraba, salía de mi enfurecida y con una fuerza increíble, dejándome totalmente desgonzada a su merced sin una pisca de defenderme de tal ataque tan exquisito, porque mi cuerpo estaba extremadamente excitado. Fueron casi 20 minutos en donde me vine en más de una vez, quedando Simón extenuado y acostándose al lado mío, lo que aprovecho para volvérsela a mamar dejándolo descansar , para luego montármele encima y esta vez yo seguir clavándome su verga, fallándomelo continuando el goce. Tuve dos orgasmos y en cada uno terminaba cayéndomele encima, para tomar respiración y continuar fallándomelo. Para cuando lo sentí que se me venía, acelere haciéndome también venir, dejándonos totalmente inundados, la cama un asco, me le caí a su lado y enrunchandomele a su lado colocando mi brazo izquierdo sobre su pecho. Nos dábamos picos.

—Muñeco hermoso me encanto estuviste demasiado rico.

Y agarrándole su verga nos besábamos.

—Hay mi niña no sé cómo le voy a agradecer a tu esposo el haberme invitado a ser tu regalo, ha sido el mejor polvo que me he echado, eres fenomenal. Y espero poder seguir viéndote.

—Yo también mi amor, así va a ser mi vida de eso no lo dudes, que desde hoy podrás venir cuando quieras.

—Mamita acá me veras seguido.

Me levante a limpiarme al baño metiéndome en la, ducha y él me siguió. Cambie el tendido y nos volvimos a acostar a dormir con el detrás de mí abrazándome. Al otro día me desperté cuando Simón se paró al baño al volver entre yo que me demore un rato. Salí y él estaba acostado con su verga flácida, su cuerpo estirado, su cabeza sobre la almohada y sus fuertes brazos sostenían una revista me quede mirándolo pensando,

—Guauu muñeco que hermoso sos si hasta flácida su verga se ve hermosa, provocativa.

Me acerque a la cama, me subí y montándomele encima abriendo mis piernas me quede mirándolo.

—Me encantara despertarme todos los días que vengas al lado tuyo, así es que cuando vengas vente preparado para quedarte a dormir conmigo.

—Sera un placer preciosa de seguro será así.

Nos besamos abrazándonos uniendo nuestros cuerpos,

Simón se paró y entro al baño a ducharse, me quede viendo su trasero desnudo mientras caminaba. Luego salió ya vestidito con su blue jeans y una camisita habana. Se me iba a ir y no lo deje irse, acepto quedarse a almorzar con nosotras. Yo me coloque solo una bata blanca. Bajamos a desayunar con Simón, y en esas me llamo mi hermana Alicia…

Alicia en ese entonces estaba recién separada de su marido a quien casi lo dejamos en la calle.

CONTINÚA EN EL CUARTO CAPITULO.

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