Nuevos relatos publicados: 12

Nuestro primer trío con un amigo

  • 10
  • 34.713
  • 9,60 (5 Val.)
  • 0

Habíamos platicado sobre tener un encuentro con un caballero para poder cumplir nuestra fantasía; tú te mantenías con seriedad pero dentro de ti el nervio y la excitación se apoderaban de tu cuerpo; la cita ya estaba hecha y solo faltaba afinar detalles para poder llevarlo a cabo como se había planeado.

Recuerdo perfectamente el día en que pensamos hacerlo, era un día sábado donde el clima estuvo agradable y se prestaba para poder hacer alguna diablura en casa; el plan era que mientras yo iba por nuestro amigo a la terminal de autobús, tú ibas a preparar algunos bocadillos o botanas para amenizar la estancia de nuestro amigo junto con algunas bebidas para inhibir el nerviosismo de ambos, el espíritu de diablilla lo tenías activado y también te tomaste el atrevimiento de preparar alguna prenda sexy; la tarde era agradable, se percibía algún esporádico goteo por una posible lluvia, entramos a la casa y como toda una mujer educada nos abriste la puerta para poder entrar, tu vestimenta era sencilla pero casual, un pantalón tipo sastre de vestir y una blusa negra donde se traslucía tu piel y lo más increíble era que no traías sostén y dejabas ver esos lindos pechos que tanto me gustan.

Pasamos a nuestro comedor a platicar un momento y tomar algo para la sed que nos comenzaba a invadir por la plática que estábamos teniendo, el plan ya lo habíamos estudiado tu y yo, me puse de pie y les dije que iba al baño; en eso tú te quedaste sola con nuestro invitado que permanecía sentado en su silla porque desde que te vio no pudo evitar una erección al ver tan atrevida blusa que llevabas, cuando lo invitaste a ponerse de pie, descubriste que en la parte frontal se veía un paquete atractivo para tus ojos y pensaste que posiblemente se trataba de una erección de su miembro; le otorgaste una sonrisa tímida y lo invitaste a pasar a la recamara para que fuera viendo donde pensábamos divertirnos con él.

La cama estaba lista, la prenda estaba puesta sobre la cama esperando a que tú la vistieras para poder encender el ambiente; cuando yo sentía que había dado tiempo suficiente para que ustedes estuvieran en nuestra recamara y poder dar inicio a lo que sería nuestra primera experiencia SW.

Yo, me mantenía un tanto nervioso porque aunque deseaba que este momento pasara, también era algo extraño o algún instinto despertaba ese sentimiento de celos por ver que a mi mujer otro hombre la iba a poseer, pero eso era excitante a la vez, porque iba a estudiar tu comportamiento al estar frente a mí pero en manos de un hombre ajeno a nuestras vidas.

Comenzaron a tocarse, tu piel, recuerdo que se sentía fría y húmeda, tus poros se habían abierto porque ibas a tener una experiencia nueva en el sexo; él, como ya tenía experiencia en esto te pidió que te relajaras y comenzó a acariciarte poco a poco, parecía que se conocían porque sabía perfectamente que lugares recorrer con sus labios y sus dedos; el calor en la habitación subía cada segundo que pasaba; comenzaron a besarse en la boca y el solo hecho de ver que mordía la comisura de tus labios me hacía tener una rápida erección pero no era igual a las que tenía contigo; era una erección diferente, con escalofrío y haciendo que mi piel se pusiera chinita de la excitación.

Te recostó suavemente en la cama y siguió besando tu rica espalda, le fue dando unas mordidas de manera suave hasta llegar a tus nalgas, ahí se detuvo y solamente las acaricio de manera circular; volvió a subir suavemente tu espalda hasta llegar a tu cuello, te lo beso y te susurró algo al oído que inmediatamente te puso la piel de gallina; yo, aunque seguía vestido y grabando ese magnífico encuentro, ya no sabía qué hacer, la calentura comenzó a darme ánimos de querer participar con ustedes pero las contuve porque quería que fuera tu momento, que fuera ese clímax exclusivo para ti.

Te dio la vuelta después de haber explorado tu espalda seductora y con sus manos fue directo a querer acariciar esos lindos pechos que tanto a él como a mí nos estaban volviendo locos; los acaricio por fuera de la tela del baby doll negro que tiene lindo escote, con su lengua te acaricio los pezones pero por encima de aquel traje, fue bajando sus manos sobre tu silueta hasta llegar a tu cadera, ahí se detuvo y comenzó a acariciarte tu clítoris haciendo a un lado tu bello atuendo; cuando sintió que ya estabas mojada fue ahí cuando te pidió que lo desvistieras; fuiste desabotonando la camisa que traía y te impresionó porque su abdomen no era muy marcado pero estaba escultural, un poco húmedo por la excitación que le estabas haciendo sentir, le quitaste su cinturón de inmediato y su pantalón lo desabotonaste de una manera rápida y segura; cuando bajo su pantalón completamente al suelo, él se había quedado en un bóxer ajustado a sus nalgas, le pediste que te los modelara y coquetamente le diste una nalgada.

Cuando le bajaste su bóxer, inmediatamente salto un miembro moreno, depilado, robusto; que por un momento dudaste en quererlo tocar y hasta en tu mirada se veía que te iba a complacer muy bien, con tus pequeñas manos, tomaste su pene y comenzaste a masturbarlo de manera suave y despacio; el comenzó a sentir ese rico placer, su pene comenzó a sacar ese líquido transparente y con picardía le pasaste tu lengua al momento que se veía iba a caer una gota del mismo; lo probaste, lo saboreaste y se lo diste a probar con un beso; seguiste masturbándolo y en eso él volvió a recostarte en la cama pidiéndote quitaras el atuendo que llevabas puesto.

Ambos ya estaban desnudos en nuestra cama, comenzaron nuevamente las caricias y besos entre ustedes y en eso yo comencé a quitarme la ropa por si era necesaria mi intervención ya no perder tiempo en desnudarme; él me dijo si quería tocarte, yo asentí con la cabeza; me dijo tócala, siente como su piel se humecta de sudor al sentir mis caricias y escucha la respiración de la excitación; ¿La habías visto así alguna vez?, yo respondí, que todas nuestras veces que habíamos hecho el amor lo hacíamos pero ninguno de los dos había demostrado eso que nos estaba pasando.

Me volví a hacer a un lado para dejarlos continuar, yo únicamente estaba en bóxer pero de lo excitado que estaba ya lo había mojado de la parte frontal; me lo quité y me quede también desnudo frente a ustedes; comenzaron a hacerse un rico 69, el primero estuvo debajo de ti y tu montado en él; me daban ganas de decirte que también quería que me lo hicieras así de rico pero no quise interrumpir; ambos estaban concentrados en otorgarse placer, su sexo era excitante, lo gozaban y hacían que a mí se me fuera antojando más y más; después cambiaron las posiciones; a él le toco estar arriba y a ti abajo, en esa posición él te pedía que le rodearas suavemente con tu dedo el área donde estaban sus testículos; en esa zona se encuentra el punto G del hombre, me gusta que me estimulen esa parte porque me excita y siento que tengo buen desempeño en el sexo cuando me lo hacen, al momento de que te dijo esas palabras nuestro amigo, tu comenzaste a hacerlo mientras él continuaba haciéndote un rico oral, le frotabas sus huevitos como tú les dices, su ano y el área que él te decía; cuando menos lo esperaba, hasta un dedo metiste dentro de él porque el sexo oral te estaba calentando demasiado.

Finalmente de tanto recibir sexo oral estallaste y lanzaste un fuerte grito de placer, eso nos excito a los 3; él se movió de lugar y dejo que te extasiaras de toda esa adrenalina que liberaste al alcanzar el clímax, cuando terminaste, nuestro amigo se puso de pie y te pregunto en qué posición te gustaría comenzar a tener sexo, tú le pediste que te lo hiciera poniéndote en 4, en esa posición a mí se me ocurrió colocar mi cabeza en medio de tus brazos para que al momento que el comenzara a penetrarte yo pudiera frotar con mi lengua esos ricos pechos y así a la vez tú me proporcionaras un rico sexo oral, así podíamos hacer una cadenita porque tu ibas a recibir doble placer y a la vez nos ibas a dar placer tanto a él como a mí.

Así nos mantuvimos por varios minutos, la verdad no recuerdo si fueron 10 o 15 minutos los que estuvimos gozando, cambiaron de posición y ahí el prefirió acostarte boca arriba para tomar tus piernas y colocarlas en su pecho y darte unas fuertes embestidas en esa linda vagina; a mí me pediste que me colocara arriba de ti para seguirme dando sexo oral, querías sentir rico abajo y darme placer para que viera de que se trataba gozar nuestro sexo.

Me coloqué viendo hacia la pared para poder apoyarme correctamente y no estuviera tambaleándome, me acariciabas mis huevitos, los besabas, los frotabas y también pasabas tu lengua por mi ano para hacerme sentir placer, acordándome que cuando estamos solos solemos hacernos ese tipo de caricias y escarceos.

Yo ya estaba demasiado caliente, me di la vuelta y me volví a poner en la misma posición pero ahora de manera inversa para que mientras tú continuabas dándome placer yo podía seguir besando tus pechos, tus pezones estaban muy erectos y duros, tu rostro estaba sudado y completamente chapeada de tanto desgaste físico; nuestro amigo también quería probar esas tetas que yo tanto había saboreado, cambiamos de posiciones él y yo y ahora era yo quien te daba una rica cogida mientras él se colocaba como yo estaba haciéndole.

Nuevamente de tanto sentir placer volviste a tener un orgasmo, eso era algo único para ti y te dejamos de acariciar para que disfrutaras de tu cuerpo; te frotabas tus piernas, te agarrabas tu clítoris, tus pechos, todo tu cuerpo quisiste sentir y nos preguntaste que si la estábamos pasando bien, a lo que te respondimos ambos que sí y que si tú estabas dispuesta a querer recibir más de nosotros.

Te pusiste de pie y le pediste a nuestro amigo que se acostara porque ahora tú querías cabalgarlo, se recostó en la cama y procediste a montarte en él, yo volví a tomar la cámara y comencé a grabar el acto porque en esa posición no tenía mucha participación, me pediste que dejara de grabar y me dedicara a disfrutar nuestro momento; ¿A caso no quieres seguir disfrutando de tan bello momento?, ven inclúyete de nuevo con nosotros, quiero seguir chupando esa rica verga que tanto me gusta y disfruto de ti mientras me ensarto en la verga de nuestro invitado, no seas descortés; al escucharte decir eso me dio risa y asombro porque tu excitación era tanta que ya comenzabas a decir palabras fuertes.

Deje a un lado la cámara y me puse a lado tuyo y de pie para que pudieras seguir dándome sexo oral, te agarrabas de mis nalgas y con tus dedos me acariciabas mi ano dándome placer también por esa parte; bien sabias que cuando hacíamos el amor tú y yo en casa al frotarme esa parte eyaculaba demasiado y era lo que querías lograr para que te bañara con mi leche.

Continuará...

(9,60)