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Dos jovencitas por el culo (3) ¡Ester ya no es virgen!

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El domingo a la tarde recibí un mensaje en el teléfono que simplemente decía: "lo he pensado y estoy lista".

Primero pensé que Ester quería otra vuelta de culeadas, pero inmediatamente me di cuenta de que en su mensaje me estaba diciendo... ¡desvírgame ya!

Le contesté que yo estaba siempre a su disposición, para cumplir sus deseos sexuales, y si entendí su mensaje quería que yo fuera su primera polla en su coñito virgen.

Me contestó "sí... nadie mejor que tú para hacerlo por primera vez"

Y quedamos para ayer lunes a la tarde, a eso de la 19:00h.

Debo confesar que estaba muy excitado con esta situación... ¡no he estado con una virgen desde hace al menos 30 años! espero no defraudarla, pensé para mí...

Ester llegó la hora acordada. Vestía un jean súper ajustado a su delgado cuerpo y una remera apretada que le marcaba sus pequeñas tetitas.

Me dio un beso y ya sintiéndose como "en casa" fue directo a la cocina y trajo dos cervezas...

Nos sentamos en el sillón del salón y le pregunte que la había decidió a dar esta paso.

Me confeso que antes de conocerme no había tenido casi ninguna experiencia sexual más que un par de toqueteos, unas pajas y una que otra mamada, siempre con chicos que eran tan inexpertos como ella.

Pero que desde que estuvo conmigo dos veces vive cachonda y no para de pensar en las cosas que hicimos y que si fuera por ella vendría todos los días.

Me conto que se masturba más de una vez por día y últimamente pensando en mi polla e imaginándola dentro de su coñito caliente y de solo pensarlo acababa.

Así que decidió no esperar más y hacerlo conmigo y dejar de ser virgen para poder comenzar a disfrutar del sexo plenamente.

La bese largamente mientras mis manos recorrieron su cuerpo entre suspiros y gemidos...

La tome de la mano y fuimos al dormitorio. La desnude y ella me desnudo a mí, nuestros cuerpos ya eran conocidos el uno con el otro, pero como siempre se me endureció rápidamente al ver su cuerpo delgado y juvenil frente a mí.

Nos acostamos y entre besos y toqueteos nos pusimos en un 69 que esta vez fue especial pues no como siempre esta es mi lengua entro en su coño un par de centímetros abriéndolo un poquito, además del juego de lengua sobre su inflamado clítoris, acompañando esto con un dedo metido en la profundidad de su miniculito que ya he follado y abierto en dos ocasiones.

Pasado unos 10 minutos de 69, Ester exploto con un orgasmo que me lleno la cara de jugos calientes que lamí hasta la última gota.

Ya era el momento...

Puse a Ester de espalda y abrí sus piernas casi 180 grados, me puse un condón y lo lubrique con una gran cantidad de gel KY.

Puse la punta de mi polla en la entrada de su coño y le pregunte "estas lista para recibirla".

Su respuesta fue una gran sonrisa y un Siiii!!!

Empuje un poco y con mucha dificultad la cabeza de mi polla entro en ese volcán caliente en erupción.

No era fácil. Ester se movía pues le dolía un poco y yo no sabía si metérsela de un golpe y listo o ir avanzando centímetro a centímetro hasta romper su himen y entrar en la profundidad de su vagina.

Pero no hubo necesidad de tomar decisiones pues Ester en un movimiento brusco e involuntario hizo que mi polla se hundiera en su cuerpo hasta el final.

Pego un grito y las lágrimas corrían por su rostro, un pequeño hilo de sangre mancho las sabanas de mi cama, me extraño pero no fueron más que unas gotas, imagine mucha más sangre!

La cosa que yo estaba dentro de ella y la bese hasta que se tranquilizó sin moverme y sin sacarla. Lentamente comencé a moverme afuera y adentro follandola por primera vez en su coñito apretado e hirviente. Ester se retorcía entre gemidos de placer y dolor pero gozaba cada instante...

Estaba a punto de acabar y la saque de su coñito caliente y me saque el condón y acabe sobre su estómago un chorro impresionante de semen caliente y espeso. Rápidamente Ester pasó sus dedos por el semen llevándoselo a la boca y lamiendo sus dedos lo que quedo en su estómago yo se lo esparcí sobre sus pezones que estaban salidos y duros y se los chupe mordiéndolos un poquito entre grititos de Ester.

Nos abrazamos y entre besos y caricias Ester no cesaba de agradecerme y yo la apretaba aún más contra mí.

Sentía mi polla ponerse dura nuevamente entre sus piernitas y en forma instintiva la frotaba entre sus labios vaginales y el culito. Cuando estuve listo para otra vuelta puse a Ester en 4 patas y me puse otro condón y comencé a follarla nuevamente en esa posición dogy que tanto me gusta, metiéndosela profundo hasta que mis huevos golpeaban su cuerpo.

Los suspiros y gemidos de Ester se volvían cada segundo más intensos y cuando le puse un dedo en su culo explotó con otro orgasmo, se le doblaron las piernas y cayó boca abajo en la cama, sacando mi polla de su coño. Aún estaba dura y no había acabado, así que así, como estaba Ester, boca abajo, abrí con mi mano su culito, me saqué el condón y se la metí en el culo lentamente, abriéndolo al paso de mi polla en su interior.  Cuando estuvo toda dentro, le pedí que apretara y aflojara el culo y así, sin moverme, sentí ese movimiento de aprieta y afloja. Había leído sobre esto y me encantó la sensación de su culito apretando mi polla caliente, hasta que acabe llenándole el hoyito con mucho semen pastoso. Se la saqué del culo, la hice volverse y se la metí en la boca, estando ella acostada y yo arrodillado sobre ella. Me lamió los huevos y la polla por un largo rato, y en un momento, sin previo aviso, me metió un dedo en el culo. ¡¡¡Mira vos la niña que sorpresa me dio!!! ¡La verdad que me gusto!

Luego de jugar un rato más con nuestros cuerpos y besarnos más y más, caímos de espalda, cansados, y así nos quedamos un rato para relajarnos de esa tarde de sexo verdadero.

Nos duchamos juntos y la invité a festejar el 12/10/2015, día del desvirgue, y nos fuimos a cenar una excelente paella a mi restaurante favorito, donde comimos, tomamos una botella de vino y charlamos hasta muy tarde. Estábamos realmente felices...

La acerqué hasta su casa y nos despedimos con un "hasta la próxima".

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