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Qué suerte que les robaron (segunda parte)

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A la mañana me desperté con una erección de locos lo cual no podía dejar pasar por alto pese al dolor de verga que aun tenia.

Desperté a las chicas para que se ocuparan de mí y fue María quien reaccionando con rapidez se subió sobre mí, clavándose mi verga hasta los huevos y cabalgando sobre mí a un ritmo infernal. Termine dentro de ella en pocos minutos dos chorros de leche caliente. Cuando Paula reacciono ya era tarde, hoy a la mañana María recibió todo solo para ella.

Desayunamos y nos fuimos de paseo, Londres tiene tantas atracciones que todo el día. Estuvimos súper ocupados. Paula y María entraron en Picadilly Circus al museo del rock, como yo lo conocía y no quería volver a entrar las dejé allí y me fui a comprar un par de “sorpresas”. Entre en un sex-shop y lleve unas cuantos artículos: un aceite lubricante, una tira con pelotitas que se meten en el culo y/o en la concha y un vibrador en forma de verga con 4 cabezas diferentes que se podían agregar para cambiarle la forma. Pedí que me envuelvan las cosas para regalo y volví al museo del rock a esperar a Paula Y María. Esta noche mis amiguitas tendrán un par de sorpresas.

Cuando nos reencontramos no dije nada de mis compritas, volvimos al hotel a cambiarnos y bañarnos (esta vez cada uno por separado) y salimos a cenar. Paseamos un rato más después de la cena y volvimos al hotel a medianoche. Al llegar pusimos en la televisión una película erótica y abrimos un par de cervezas del minibar.

Nos sentamos los tres en la cama y me repartí acariciándole las tetas un poco a cada una. Entre las cervezas y la película nos fuimos poniendo en tono y al cabo de unos minutos estábamos los tres desnudos besándonos y toqueteándonos. Saque de la bolsa de las compras el aceite lubricante y unte el cuerpo de Paula y María con el aceite, dándoles un aspecto brilloso y perfumado a los ya hermosos cuerpos de las dos chicas. Ahora tome a María y le unte bien el culo con aceite y para sorpresa de las dos saque las bolitas de metal unidas por un hilo y fui metiéndole en el culo bolita tras bolita. María gemía y emitía sonidos guturales con cada bolita que le metía en el culo.

Cuando las seis bolitas estuvieron dentro, le indique a Paula que seguía el operativo boquiabierto que tirara suavemente del piolín sacando las bolitas del interior del culo de María que ahora gemía mas agitada con la salida de cada bolita. Repetimos el procedimiento 2 veces más hasta que María exploto con un orgasmo acompañado de temblores por todo el cuerpo. El ano de María estaba súper dilatado así que no me costó nada clavarle mi verga profundo en los fondos de su carnoso culo cogiéndola rítmicamente hasta acabar dentro de ella.

María estaba súper agitada así que le di descanso y me dedique un poco a Paula que se masturbaba con dos dedos dentro de la concha. La bese en la boca y agregue a sus dos dedos, que seguían incrustados dentro de su conchita, dos dedos míos y juntos masajeamos su ardiente concha, hasta que acabo con un torrente de jugos acompañados por un temblequeo general de todo el cuerpo, en medio de gemidos y suspiros de placer. Saque el vibrador de la bolsa y ahora la sorpresa fue festejada con grititos de alegría.

María me saco la verga de goma de las manos subiéndose sobre Paula y con un rápido movimiento se la metió en la concha fallándola entusiasmada manejando el vibrador con mucha habilidad, Paula se arqueaba en la cama gozando como loca. En tanto y como yo estaba libre, le metí mi verga en la boca a Paula que me la chupo bien chupada, mientras María aumentaba el ritmo con el vibrador yo aumentaba mi ritmo en la boca de Paula que se acercaba rápidamente a otro orgasmo, cuando sentí que ella acababa yo largue mi contenido en su boca llenándole los labios con leche. Paula estaba súper excitada y quería continuar así que le pusimos aceite en el culito y le dimos el tratamiento de las pelotitas. El culo de Paula era realmente estrecho y las bolitas entraban con dificultad en medio de gritos y gemidos. Cada bolita que le introducíamos le producía un temblor general acompañando bufidos. Cuando estuvieron todas dentro se las saque de un golpe en medio de un suspiro de placer interminable. Repetimos varias veces la operación hasta que Paula extenuada suplico que paráramos.

Yo también estaba muy excitado y aunque después de dos polvos no se me paraba tan rápido, por ahora, tenía elementos para seguir la diversión. Agarre el vibrador y le puse un suplemento que lo transformó en una verga súper gruesa con puntas de goma en todas las direcciones como un cepillo. Le abrí las piernas a María y le metí el vibrador con el suplemento profundo en su vagina, puse las vibraciones al máximo y con el vibrador dentro le cerré las piernas produciendo efecto doble pues al cabo de unos minutos María comenzó a temblar como loca en medio de gemidos histéricos. Mientras yo le mantenía las piernas cerradas sin permitirle sacarse el vibrador de la concha, Paula le besaba las tetas paradas y endurecidas María tenía un orgasmo tras otro, estaba como loca y de su concha fluían jugos en tal cantidad que empaparon la cama y llenaron el ambiente de un aroma dulce y sensual.

Estábamos los tres súper agotados y acostados boca abajo en la cama cuando sentí que un par de manos me untaban con aceite masajeando mi espalda bajando hasta mi culo, que me llenaron de aceite aromático. Paula estaba sentada sobre mi espalda y con sus manos me separaba los cachetes del culo. María seguía untando mi culo de aceite y en un momento sentí que algo penetraba en mi ano! Era un dedo de María que me follaba el culo, fue una sensación extraña pero placentera. Cerré mis esfínteres con todas mis fuerzas y el dedo de María quedo atrapado dentro de mi culo. Cuando vi que María agarro el vibrador e intuyendo sus intenciones, me di vuelta volcando a las dos chilenas al piso en medio de un ataque de risa general. Ahora sí que ya no podíamos mas, nos metimos en la ducha y nos bañamos los tres juntos limpiando de nuestros cuerpos la mezcla exótica de aceite, jugos de concha y leche pegajosa. Cambiamos las sabanas y nos dormimos apretados los tres en la cama.

Los días siguientes continuaron más o menos al mismo ritmo, el giro del dinero llego como también las nuevas tarjetas de crédito, demás esta decir que no acepte recibir dinero de las chicas, Paula y María habían pagado sin duda y de sobra su deuda!!! Seguimos viviendo los tres en mi habitación, cogíamos de noche y paseábamos de día Fueron 5 días inolvidables. Nunca antes había tenido tantos dolores en la verga y en los huevos, dolores que estoy dispuesto a soportar nuevamente sin protestar.

Solo me resta agradecerle de todo corazón al ladrón del tren, que gracias a él tuve las mejores vacaciones de los últimos años.

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