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La complementacion humana

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ADVERTENCIA

X: Relato erótico de amor y sexo heterosexual entre personajes de la serie con la edad que tienen en la serie. En ningún momento apruebo o aliento el sexo entre menores de edad y adultos o de menores entre ellos. Estos relatos son puros ejercicios de la imaginación cuyo único fin es entretener y divertir

XX: Relato erótico de contenido adulto que puede ir en contra del sentido de la moral y los valores del lector o con lo estipulado a las leyes de Censura de su país. Leer bajo su propia responsabilidad

XXX: Relato porno y explicito de contenido bizarro que no recomiendo leer a quienes no le gustan este tipo de relatos, ni a ninguna persona que no tenga un criterio adulto bien formado

ADVERTENCIA

La complementación humana por medio de la instrumentalidad

Contenido: XXX



Año 2016

La cosa que la gente perdió, en otras palabras, la complementación de la mente se ha iniciado.

Sin embargo, no hay suficiente tiempo para describir el proceso completo.

Por lo tanto, examinaremos la complementación de la mente de un sólo chico llamado Shinji Ikari.

 

Yui: Entonces, ¿estarás bien ahora?

Shinji: Aún no se donde encontrar la felicidad... Pero continuaré pensando acerca de si está bien estar aquí... si estuvo bien haber nacido… Porque yo, ¡soy yo mismo!... ¡Adiós, madre!

Asuka: ¡Que asco!

-¡Chicos!, ¡El desayuno esta listo!- gritaba Kyoko desde la cocina. Kyoko Zeppelin era una hermosa mujer rubia despampanante. Nadie podría creer que tuviera una hija de 15 años.

-¡Ya vamos mama!- Grito su hija Asuka desde su cuarto

-¡15 minutos más, tía Kyoko!- grito Shinji después de ella- ¡solo 15 minutos más!

Kyoko solo se exaspero. Su hija soltó una desafiante risita burlona desde su dormitorio que se escucho claramente (literalmente en la cara de Shinji, pero eso no lo podía saber Kyoko en la cocina). La rubia escuchaba a su hija hablar con Shinji desde su cuarto fuerte y claro

-¡No vas a durar 15 minutos, Baka!- rugió fieramente con orgullo Asuka entre jadeos

-¿Quieres a… pos… tar… a que si pue…do?- le replico Shinji, hablando entrecortadamente y respirando con dificultad

-¡Hare cualquier cosa que me pidas por una semana sin importar que sea!... y si pierdes…

-¡No… voy… a… perder…! ¡Ah!, ¡ah!, ¡ah!, ¡ah!, ¡ah!... ¡tramposa!... ¡ah!, ¡ah!, ¡ah!, ¡ah!, ¡ah!... ¡esperaaaa!... ¡ah!, ¡ah!, ¡ah!, ¡ah!, ¡ah!... ¡cuan… do el se… gun… de… ro mar… que las… 12!

-¡Te despacho en menos de 7 minutos!, ¡10 si te esfuerzas un poco más a partir de ahora!-jadeaba, gemía y rugía Asuka

-¡Pier… des si te co… rres pri… me… ro que yo!

Kyoko lleno una olla grande de agua en el fregadero hasta la mitad y la termino de llenar con el agua fría de la nevera. ¡Más fastidiada que molesta, en realidad! La agarro por las asas con sus dos manos y fue caminando al cuarto de su hija. Iba caminando en lentos y leves pasos. Al acercarse a la habitación se podían oír sonidos claros y apagados de besos, el crujido de los resortes del colchón, jadeos masculinos y gemidos femeninos. Los gemidos eran de su hija Asuka y los jadeos de su amigo de la infancia, Shinji Ikari. Kyoko empujo la puerta entreabierta con su espalda y entro a la habitación

La chica estaba desnuda sentada sobre las piernas de Shinji Ikari que, también desnudo, la abrazaba de la cintura. El cuerpo rosadito y delicado de la joven se movía de arriba a abajo, su sexo tragaba la erección enfundada en látex de su amigo de la infancia. Las ropas de ambos estaban tiradas en el gris suelo, junto a dos condones usados. Ellos dos estaban sobre la cama de la pelirroja. Por el sudor que brillaba en su epidermis se diría que llevasen horas teniendo sexo, cuando en realidad era solo el tercer polvo de la mañana.

Los sollozos quedos de Asuka se escuchaban con claridad. Desde el marco de la puerta Kyoko podía ver la espalda de Asuka. Ella misma se impulsaba con sus brazos apoyándose en los hombros de su amante para luego dejarse caer en movimientos lentos y lánguidos. La madre podía ver los músculos de la espalda de su hija adolescente, tensarse y aflojarse. Los omóplatos apareciendo y desapareciendo en relieve bajo la rosada piel.

Las manos del muchacho acariciaban la espalda esculpida de la chica. Las nalgas de Asuka se aplastaban al caer sobre los muslos del joven Ikari, mientras las largas y esbeltas piernas de la pelirroja rodeaban la cintura del moreno. Claramente se veía los hoyuelos sobre las posaderas de Asuka. La larga cabellera roja de la muchacha estaba echa mechones, por el sudor, que aleteaban en cada caída. Latigueaban, flagelaban su espalda y hombros en cada subida y bajada. Shinji tenía los ojos cerrados, concentrado en durar más y Asuka los tenía también así, ¡concentrada en hacer que se corriera de una buena vez!

La vagina de Asuka era lisa, suave y apretada, ¡una delicia! El miembro erecto del muchacho estaba duro, henchido a reventar de sangre, una estaca de carne tiesa y rígida, ¡un manjar! Estaban un poco separados, la punta de los pezones de Asuka rozaban al ras los incipientes pectorales. El sudor se deslizaba hasta el ralo y naciente vello púbico de los chicos. Todo el cabello de Asuka era llameante fuego, la pelusa de su sexo era apenas un tizón, una chispa de llama. Shinji solo tenía un discreto bigote sobre sus genitales. El centro de gravedad de los jóvenes estaba en sus sexos unidos. El sudor de sus torsos los cubría como gotas de rocío.

Los quinceañeros no estaban atentos a nada. La fricción de sus sexos continuaba. Asuka apretaba y aflojaba su húmedo coño mientras subía y bajaba en forma cada vez más frenética. Su clítoris era estimulado hasta el punto de volverla loca, ¡pero su deseo de ganar era más intenso! Shinji estaba en las mismas. Ninguno de los dos iba a dar su brazo a torcer. Habían perdido la noción del tiempo y solo estaban pendientes de durar lo máximo…

-¡Kyaaaaaayyyyyy!- Gritaron Asuka y Shinji de la sorpresa, al sentir como Kyoko les vaciaba la olla de agua encima. ¡Estaba bien fría!

-¡Ya basta los dos!... ¡vayan a bañarse y asearse! ¡Por separado!... ¡Estén listos en menos de 15 minutos para desayunar!- Ordeno la rubia jalando de una oreja a una y a otro- ¡Ya!

El miembro de Shinji estaba caliente y rojo, ¡duro!, en lo máximo de su tamaño y volumen. El japonés pensó que a lo mejor su miembro estaba molesto con él por el “Coitus interruptus”. ¡En verdad le dolía! Pero bajo la ducha de agua fría se fue encorvando y empequeñeciéndose. Shinji se unió a la madre y a la hija para el desayuno. Asuka y él vestían sus uniformes escolares. Kyoko se les quedo viendo

-¡Deberían de formalizar de una vez su noviazgo!

-¡Mama!, ¡No empieces!- le replico Asuka mientras se comía una tostada- estamos bien como solo amigos ¿verdad Shinji?

-Sí… ¡no somos el uno para el otro!... pero nos llevamos bien y nos entendemos… ¡eso de casarnos cuando fuéramos mayores fue cosa de ustedes!

-¡Así que nada de pensar en nietos todavía!- le guiño el ojo Asuka a su madre

Los dos jóvenes se fueron corriendo para no llegar tarde en lo que salieron de casa de Asuka. ¡Apenas llegaron a tiempo de tomar el tren y de la estación al colegio! Shinji se unió con sus amigos, Kensuke y Touji. Asuka estaba con su mejor amiga, la delegada de clases Hikari Horaki. En la primera hora tendrían matemáticas. Touji se colgó de los hombros de Shinji y Kensuke mientras les susurraba al oído muy entusiasmado:

-¡Tengo una revista que tienen que ver!... ¡je, je, je!... la chica es una tetona de ensueño, ¡se la cogen tres tipos!... ¡se lo meten hasta por la nariz y las orejas!... ¡tienen que verlo!...

Shinji más de una vez ha pasado por mojigato y gazmoño con sus amigos con respecto a esos temas. Touji y Kensuke son solo un par de pajilleros pervertidos con las hormonas alborotadas, vírgenes y ¡con muchas ganas de dejar de serlo! Solo se comportan como chicos normales de su edad. Shinji a sus ojos es un chico tranquilo y algo aburrido. Se conocen desde hace dos años apenas, desde que Shinji y Asuka van al colegio

El profesor de matemáticas esta dando su clase y Shinji mira de reojo al resto de sus compañeros. ¡De seguro que ni se imaginan hasta que grado sus padres y la madre de Asuka son liberales y permisivos con ellos! Asuka ha vivido lo mismo que él, tenido la misma educación y la misma crianza… ¡sin embargo es tan diferente a él!... es la chica más popular del colegio y en nada se diferencia de las otras chicas. Por el contrario él es muy reservado e introvertido. A parte de Kensuke y Touji, no tiene más amigos, ni sabe socializar

Hasta los 13 años él y Asuka vivieron en un mundo aparte. Sin televisión, ni internet, ni otros medios electrónicos de comunicación. Sin contacto con otras personas a parte de Yui Ikari, Gendo, Kyoko y el profesor Fuyutsuki. Vivian en una mansión a las afueras de la ciudad, en un sitio retirado y discreto. La casa era de dos pisos. Los dormitorios estaban en el primer piso y en el segundo estaban la sala, el anexo convertido en improvisado salón de clases, taller y laboratorio; el estudio Biblioteca, la cocina-comedor. Un sótano, al que se les estaba prohibido ir. El patio, los jardines y el invernadero estaban afuera. Alrededor de la casa había un alto muro

Kyoko, Gendo y el profesor Fuyutsuki iban al trabajo y quien se quedaba con ellos era Yui. La madre de Shinji era muy dulce, amorosa y cariñosa con ellos. Los dos bebes dormían en la misma cuna y siempre estaban juntos. En la medida que iban creciendo, aprendiendo a hablar y a valerse por si mismos sus personalidades y caracteres se iban diferenciando. Asuka era muy inteligente, más audaz e intrépida. Shinji por el contrario era más dócil, precavido y paciente. Al crecer juntos los dos jóvenes desarrollaron sus personalidades como polos opuestos, como complementos uno del otro

Shinji pensaba que si hubiera nacido entre musulmanes, ¡sería musulmán! o si hubiera nacido en una tribu de caníbales, ¡sería un caníbal! Su pequeño mundo era todo lo que conocía. Yui los cuidaba y trataba de responder cualquier pregunta que ellos le hicieran de la forma más honesta y sincera que pudiera. Yui era el ángel de la guarda de los dos. Ama de casa y maestra, además de madre. Shinji era muy apegado a ella, mientras que Asuka era más independiente

El profesor Kozo Fuyutsuki era el núcleo del grupo. Su razón de ser y existir. Era la ley y quien dictaba las normas. Kozo Fuyutsuki impartía la cátedra de “Meta-Biología” en la universidad de Kioto en los tiempos en que conoció a Yui, a Kyoko y a Gendo como estudiantes. Como la teoría de la relatividad de Einstein o de la gravedad de Newton sus ideas y teorías habían caído como una bomba en medio del mundo científico.

Sincronización y campo AT eran conceptos que muy pocos entendían y podían asimilar que como F=m.a o E=m.c2 englobaba y explicaba todo… ¡en teoría! Ni la sincronización, ni el campo AT eran fenómenos observables, ni manipulables con los medios tecnológicos actuales como la electricidad y el magnetismo lo serian en una civilización que viviera en la edad de piedra.

Se rumoreaba que el profesor solo había puesto en circulación la punta del Iceberg de sus conocimientos y descubrimientos científicos en las clases que impartía. Se decía que había estipulado en su testamento que solo después de 50 años de su muerte se publicaran por completo todos sus trabajos e investigaciones. El profesor esperaba que en ese tiempo la humanidad hubiera progresado lo suficiente en lo moral y lo espiritual para no hacer un mal uso de sus revelaciones.

Los niños encontraban al viejo profesor desagradable y antipático. El profesor nunca llego a pegarles o a regañarles o pedirles nada. Sus padres se encargaban de educarlos y criarlos. Periódicamente el anciano les hacía exámenes médicos, los pesaba en una báscula, burdos y primitivos test de sincronización. Pruebas y experimentos en los que los niños estaban sentados ¡aburridos y fastidiados! sin hacer nada, ni decir nada, durante horas.

Era idea de él que los niños se criaran en el más completo de los aislamientos, sin los tabúes, ni las convenciones sociales. En su trato y en su forma de hablarles lo hacía de la forma profesional e impersonal de un medico. Sonreía y era amable de una forma en la que los niños sentían vacía, falsa, artificial, ¡de compromiso!

Yui era el orden. Quien mantenía al grupo unido. Había sido alumna de Fuyutsuki en la universidad, su novio en ese entonces era Gendo Rokubungi y ella había convencido a su amiga Kyoko de unírseles. Yui era el corazón del grupo. Era de familia rica y prestigiosa, además de tener contactos con SEELE. Era talentosa para la ciencia, su campo y especialidad era la Biotecnología. Aunque se quedaba en casa cuidando a los niños, continuamente investigaba y hacía experimentos de su cuenta. Asesoraba y ayudaba al resto de los adultos en el trabajo desde la casa

Kyoko y Yui al principio se quedaban en el hogar y los hombres iban al trabajo. Mientras sus hijos recién nacidos necesitaban alimentarse de su pecho ellas dos se encargaban de la casa. Pero Kyoko sentía que su instinto materno o no existía o se había atrofiado. Yui era feliz como esposa, madre y ama de casa, ¡pero ella no! ¡Era un genio para la robótica y la bioinformática! ¡Se había graduado con honores en la universidad para ser una profesional y tener una carrera! En lo que los niños empezaron a comer papillas ella volvió al trabajo.

Kyoko le dejaba la parte sucia y desagradable de ser mama a Yui. Sentía algo de remordimientos de que su propia hija pasara más tiempo con su amiga Yui que con ella, así que a espaldas de Yui y en secreto les daba dulces y regalos a los niños. Con todo no tenía ni la paciencia de Yui, ni su habilidad para imponer el orden y la disciplina sin usar el miedo y la intimidación. Kyoko solo tenía que fruncir el ceño y ordenar en forma tajante algo para ser obedecida sin rechistar. Los mimaba y consentía cuando ellos hacían las cosas como ella quería, pero los fulminaba con la mirada cuando no era así. Entre sobornos, mimos, regaños y castigos era una dulce tía para Shinji. Para Asuka era una mama mejor que su tía Yui, que era una blandengue debilucha a su lado, a sus ojos

Gendo Ikari era el líder o mejor dicho el poder detrás del trono. Shinji lo quería mucho, pero a la vez le tenía un poco de miedo. Su apellido se lo cambio por el de su esposa y se rumoreaba que él estaba más interesado por el dinero, el prestigio de la familia de su mujer, que por ella. Cierto o falso, nadie podía negar que amara a su esposa… ¡a su retorcida y complicada manera! Era un hombre sin escrúpulos, ni moral, ni ética. Pero Yui insistía que tenía un lado amable y bueno que no mostraba a todo el mundo. Nadie podía negar sin embargo su carisma, ni su inteligencia

Gendo era hábil en la manipulación de la gente. Sabía como hacer para que el egoísmo, las necesidades y los intereses de los demás trabajaran a su favor. Con el dinero y los contactos de Yui con SEELE fundo con Fuyutsuki el Centro de Investigaciones para la Instrumentalidad y Complementación Humana. Fuyutsuki era el presidente y él solo su asistente. Fuyutsuki solo decía con amarga ironía que si así era, ¿Por qué la oficina de Gendo era más grande que la suya? El profesor de todas formas prefería sumergirse en sus investigaciones y descubrimientos científicos, dejándole los aspectos financieros y administrativos a Gendo Ikari

En la casa, Fuyutsuki era la ley y Yui el orden… ¡Gendo Ikari era quien sacaba provecho de todo! El que al final imponía su voluntad. Fuyutsuki y Yui, en ese aspecto, eran débiles y se dejaban enredar por los manejos inescrupulosos de Gendo. Kyoko por el contrario sentía por él una fascinación morbosa, ambiguos sentimientos de amor y de odio. Era un canalla, un cretino y un cínico manipulador, pero tenía el encanto y la seducción del príncipe de las tinieblas. Kyoko era la única a quien no podía manipular, ni controlar a su antojo. Pero ella no estaba ni en su contra, ni era un obstáculo para nada de lo que se propusiera.

Kyoko y Gendo discutían muchas veces, pero disfrutaban el duelo de sus inteligencias y sus voluntades. Los dos eran de lenguas viperinas, pero Kyoko era mucho más franca y directa. Gendo era como el pequeño diablo que se te aparecía en un hombro tentándote e incitándote al mal y Kyoko el angelito de la conciencia que siempre se le oponía en el grupo. El hombre la consideraba un perfecto complemento y un sano freno a su influencia cuando esta se volvía malsana. Alguien con los pies en la tierra que valía la pena escuchar y tomar en cuenta por el bien de todos

Mientras eran unos bebes y aprendían a caminar no les parecía raro ni a Shinji o a Asuka que todos los adultos anduvieran desnudos en la casa. Solo tenían alrededor de las caderas un sarong diminuto, una pieza de tela, que les cubría las posaderas y dejaba a la vista el sexo. La prenda era más que todo por higiene y no por pudor, con ella puesta todos podían sentarse en donde quisieran. En el momento en que no necesitaron usar pañales, ellos mismos iban igual. No eran unos monos, ni se la pasaban todo el tiempo follando y fornicando. Pero los adultos, en el momento y en el lugar que les apetecía, hacían el amor, sin importar si los niños estaban presentes o no. Sin decirles que se fueran o miraran para otro lado.

Con todo y eso era muy raro que Shinji y Asuka fueran testigos o espectadores involuntarios de los encuentros amorosos de los adultos. Siendo todavía tan pequeños necesitaban cuidados y supervisión constante, era fácil para los adultos tener privacidad si cuando menos uno de ellos se encargaba de vigilarlos y tenerlos entretenidos. En esos contados casos en que eran sorprendidos por uno o los dos niños la pareja seguía en lo suyo hasta terminar y luego los atendían.

El grupo pretendía que tanto Shinji como Asuka se criaran en la más completa libertad que fuera posible proporcionar. Libres de una civilización alienante, castrante y corruptora. Nada de prohibirles algo o de hacerles sentir vergüenza por nada. Que vivieran y crecieran sin tabúes, inhibiciones o frustraciones ¡En teoría sonaba bien!, pero en la práctica los convertía en cobayas o ratas de laboratorio a merced de los caprichos irracionales y deseos reprimidos de los adultos

Shinji y Asuka dormían en el mismo cuarto, en la misma cama, desnudos uno contra otro. Asuka había despertado a Shinji con un manotazo en la mandíbula que hizo que este se mordiera la lengua. Shinji estaba somnoliento, pero prefirió salir de la habitación. En el cuarto de sus padres se escuchaban risas y cuchicheos. El cuarto principal de la casa era del profesor Fuyutsuki y otro era para Kyoko. Gendo y Yui compartían el mismo dormitorio y solo ellos dos podían hacer el amor allí. Era prácticamente una ley no escrita, ni dicha, que era aceptada por todos

Shinji entro al cuarto de sus padres y los vio en plena faena. Shinji sintió que los veía por primera vez haciendo eso, pero en realidad era la primera vez que era consciente y mostraba interés. Sus padres ni se inmutaron al verlo y prefirieron ignorarlo. Yui había leído que los niños se asustaban cuando veían a sus padres haciendo el amor por primera vez, ¡ellos creían que estaban peleando o se estaban haciendo daño! Shinji y Asuka parecían solo aburrirse de ver a los adultos unos sobre el otro, uno contra otro, tratando de fusionarse en un solo ser. No retenían, olvidaban y se distraían con cualquier otra cosa. No les importaba, ni les llamaba la atención, ni tenían curiosidad. Eso era lo que hasta ahora había creído.

Gendo se había colocado encima de su esposa, entre sus largas piernas abiertas. El hombre apoyaba sus manos a ambos lados de la cabeza de ella. Subiendo y bajando las caderas la penetraba, se notaban los músculos brillantes de sus brazos y espalda. Como música de fondo tenían el suave golpeteo de la cama matrimonial contra la pared, las patas rasgando el piso y el acompasado chirriar de los resortes del colchón.

Gendo y Yui respiraban entrecortadamente al unísono en un solo jadeo lastimero. Los resortes del colchón chirriaban mientras Gendo estaba en un lento e imperceptible vaivén de caderas sobre Yui. Sin casi sacar, ni meter su miembro dejaba que el coño de Yui aflojara y apretara el anillo de músculos vaginales alrededor de la estaca de carne hundida hasta el fondo de sus entrañas. Aguzando el oído Shinji podía oír el apagado e imperceptible sonido de succión y salpique de líquidos que hacían los sexos unidos de sus padres

Gendo Ikari era enjuto y seco de carnes. Con el rostro pulcramente afeitado y rasurado. Estaba en buena forma, sin ser un hombre musculoso, ni atlético. Yui era una mujer hermosa, de una belleza etérea y resplandeciente. Shinji se les acerco con timidez y mucha curiosidad. No parecían hacer algo malo o sucio. A sus pocos años y corto entendimiento el niño encontraba bonita la unión de sus padres. Era algo más espiritual que físico. En sus rostros el niño podía ver una expresión de beatifica paz y gozo celestial. Al niño le parecía que era agradable y bueno lo que estaban haciendo.

Gendo besaba el cuello de su bella esposa que gemía mirando al techo con los ojos cerrados. Sus manos acariciaban la espalda de su esposo que ardía de la fiebre de la pasión y sus piernas se cerraban por encima de las nalgas de él. Gendo alzaba sus caderas y las dejaba caer con peso muerto para penetrarla a gusto, sintiendo que pronto eyacularía en su útero sin remedio.

-¡Aaaaaaaah!- Suspiro el hombre dejándose ir por completo y llenando a rebosar el coño de su esposa. Dio unas cuantas arremetidas y empujes más, hasta que su miembro dio los últimos estertores. Yui lo siguió después con un potente orgasmo- ¡fue de muerte!... ¡me voy con una sonrisa para el trabajo!- continuo Gendo

El hombre salió de la cama muy contento. Abrazo con amor a su hijo y lo levanto entre sus brazos mientras giraba con él

-¡Buenos Días, Hijo!... ¡que temprano te levantaste hoy!

Shinji se reía con inocente gozo infantil mientras su padre seguía girando con él en brazos. Gendo puso a su retoño en el regazo de Yui y muy feliz fue a tomarse una ducha. Shinji continuaba riéndose entre los brazos de su madre. Shinji casi había olvidado lo que había visto, pero en lo que se quedo solo con su madre lo recordó. Vagamente venían a su mente imágenes de los adultos unidos en forma suave o frenética, pero él nunca les había prestado en verdad cuidado, ni retenido en su memoria.

-Mama, ¿Qué estaban haciendo tú y papa?

Yui sonrío por que hacía mucho tiempo que esperaba esa pregunta de su hijo.

Era temprano. A Kyoko y a Fuyutsuki les tocaba preparar el desayuno. Yui se encargaba de los niños y entre todos atendían la casa. Kyoko era muy estricta, ¡Nada de machismo! Todo el mundo ayudaba en la casa sin distinción de sexos. Resignadamente Fuyutsuki fregaba los platos con un delantal. Era muy temprano y Yui le explicaba el milagro de la vida a Shinji con unos cuentos ilustrados en la Biblioteca estudio. Shinji no sabía leer, pero Yui le explicaba mediante las imágenes del libro.

-¡¿Estaba dentro de tu barriga?!

-Si… ¡eras muy pequeñito!... poco a poco te hacías más grande y luego naciste… ¡como en este dibujo!

-Tú y mi papa, ¿estaban haciendo otro niño?

-¡No!... no solo se hace el amor para traer niños al mundo, dos personas se hacen el amor por que se quieren y se aman mucho… ¡se unen en cuerpo, mente y alma!... tu papa y yo nos queremos mucho, ¡por eso estábamos haciendo el amor!

Varios días después Shinji comprobó que su padre también quería mucho a su tía Kyoko.

-¡Tengo unas ganas enormes de encularte! ¡De ponerte en cuatro patas y montarte como un semental monta a una yegua!-Le susurro Gendo al oído de Kyoko- Aunque te parezca imposible, ¡hoy te encuentro más apetecible que nunca! ¡Me gustaría estar follando contigo toda la tarde!

Shinji solo vio que su padre le cuchicheaba algo a Kyoko. La tomaba de la mano y salían al patio. Era un fin de semana y todos estaban en casa. Yui y Fuyutsuki jugaban Shogi, el ajedrez japonés. Asuka estaba entretenida con sus juguetes. El por el contrario estaba aburrido viendo jugar a su madre con el profesor. No le hacían ni el más mínimo caso y se quedaban en ratos, para el pequeño niño interminables, pensando en la próxima jugada. Shinji fue detrás de su padre y de la mejor amiga de su madre.

Al salir al patio vio como se dirigían al invernadero. Kyoko tenía un esbelto cuerpo, cubierto tan solo por el multicolor “sarong” anudado a su cadera. Los pechos, plenos y erguidos, se mostraban altaneros ante la hambrienta mirada de Gendo Ikari. Este también tenía puesto un sarong y sus gafas ambarinas, regalo de Yui. Los nervios le habían atenazado el corazón en aquellos instantes a Shinji. ¡Que no tenía certeza, ni idea, de que se proponían los dos adultos! Ella entrelazó los dedos masculinos con los suyos propios, tirando del hombre hacia un precioso rincón florido dentro del edificio.

El invernadero con sus paredes y techo de vidrio, su interior selvático, daba un aire surrealista y onírico a la escena. Las plantas exóticas de multicolor belleza no solo eran decoración y adorno. Los cuatro científicos hacían pruebas y experimentos con las plantas de sincronización y pulso de ego. Era un ambiente muy relajante que invitaba a la meditación, pero también muy erótico y sensual. Ideal para usar el sexo como medio de recreación y esparcimiento. Para que los adultos lo usaran como medio de relajación y liberación del estrés.

Si la belleza de Yui era más espiritual que física, la de Kyoko no tenía parangón a pesar de ser su polo opuesto. Su precioso pelo rubio, con aquellos suaves rizos que caían hasta mitad de la espalda. Sus grandes y luminosos ojos azules. La señorial nariz y su boca de carnosos labios, ¡no tenían nada que envidiarle a Yui!

Decidido a atacar por detrás, Gendo Ikari comenzó a acariciar los hombros femeninos con suma delicadeza. Ella fue relajando la espalda poco a poco, aceptando de buen grado las atenciones recibidas. El siguiente paso de Gendo fue retirar con elegancia el largo cabello, llevándolo sobre un hombro. A continuación posó sus labios sobre la rosada piel pálida, comenzando a lamer con deleite, desde el lóbulo de la oreja hasta el principio del brazo. El lado opuesto de la mejor amiga de su esposa recibió el mismo húmedo y apasionado tratamiento.

Mientras la boca de Gendo arrancaba suspiros a la rubia, las masculinas manos abordaron los costados frotando con finura desde las axilas, pasando por la estrecha cintura hasta las rotundas caderas. La propia Kyoko fue quien llevó las manos del hombre hasta sus necesitados pechos. Masajeando aquellas tetas firmes y grandes, de oscuros y rosados pezones, ¡que se endurecían al paso de las yemas de sus dedos!... hizo que el miembro del hombre despertara de su letargo

Gendo besó, lamió el cuello y los hombros de la mujer, hasta que esta giró lentamente la cara ofreciéndole su carnosa boca. No se hizo de rogar y apresó su gordezuelo labio inferior entre los dientes, dándole un suave tironcito y luego saboreando la delicada lengua de la guapa mujer con la suya. Las manos iban ahora desde los turgentes pechos hasta el comienzo de la tela multicolor, acariciando el plano vientre femenino.

Cuando las manos ascendían, los fuertes dedos masculinos se precipitaban hacia las areolas, rozando delicadamente toda su superficie, la cual se erizaba al mínimo contacto. Culminaban la ascensión sujetando los endurecidos pezones entre índice y pulgar; unas veces tironeando delicadamente, otras presionando los duros picos y las menos, retorciéndolos, dando rienda suelta a su excitación.

-Gendo, ¡tu hijo!... ¡tu hijo nos esta mirando!- Fue la débil protesta de Kyoko al percatarse de que Shinji estaba allí

-¡Déjalo que mire!

Kyoko miraba de soslayo a Shinji. “¡No entiende, ni tiene idea de lo que estamos haciendo!, ¡Cuando se aburra dejara de mirar y se distraerá con otra cosa!” pensaba o trataba de hacerlo. Ella y su amante continuaban con su sensual danza mientras el niño continuaba mirándolos sin perder detalle.

Los hábiles dedos femeninos manipularon el nudo del sarong hasta que este quedó suelto tendido en el suelo. Gendo, dejo que Kyoko le quitara el suyo. Volvió a pegarse a la espalda de Kyoko, frotando ahora su ardiente erección entre las carnosas nalgas de la rubia. La boca retornó a paladear los jugosos labios y la húmeda lengua de la mujer. Los dedos, tras dedicar unas últimas atenciones a los pétreos pezones femeninos, comenzaron a descender. Los labios mayores fueron circunvalados por los ansiosos dedos masculinos, enredándose en la maraña de rizos rubios del pubis. Las manos de Kyoko acariciaban sus propios muslos con rápidas y nerviosas pasadas sobre la tersa piel.

Uno de los dedos de Gendo, el más avispado, se coló en el interior de la vulva. La temperatura y la humedad hacían de aquel sitio un paraíso del que no se cansaría nunca de disfrutar. Con movimientos lentos y controlados, fue acariciando el interior de los sedosos labios mayores, sintiendo cómo el femenino cuerpo se estremecía tras su contacto. Rodeó la entrada prohibida, frotando sutilmente los labios menores para terminar ascendiendo hacia la sensible perla, la cual masajeó, primero en círculos y luego de arriba a abajo. La temperatura de la antesala de la gruta del placer aumentaba con cada pasada por el endurecido clítoris.

La boca de Kyoko se separó de los labios masculinos. Entonces, sucedió lo que el hombre tanto deseaba. La espalda femenina se inclinó hacia delante. Las rodillas y las manos se afirmaron en el suelo, haciendo que se elevaran aquellos gloriosos glúteos, ofreciendo la grupa para ser montada. Ver a la guapa rubia ofreciéndosele a cuatro patas, incrementó la dureza de la vara del padre de Shinji.

El niño solo ladeo la cabeza y frunció el ceño inquisitivo. Ya había visto a algunos animales pequeños; como pájaros, ardillas y lagartijas, apareándose y su mama le había mostrado en el libro ilustrado a un perro montando a una perra. Su padre se paro sobre sus rodillas en el piso detrás de la bella rubia con su miembro monstruosamente erecto e hinchado. Shinji no pudo dejar de comparar el moco de pavo que le colgaba entre las piernas con el monstruo deforme que su padre tenía entre las suyas.

Shinji arrugo la infantil carita, ¡asqueado hasta más no poder!, al ver a su padre separando las nalgas de su tía Kyoko y lamiendo su rosado ano expuesto. Gendo realizó húmedos círculos con la punta sobre el comienzo del profundo desfiladero que separaba las carnosas nalgas. Descendió cuesta abajo, lamiendo alternativamente cada una de las laderas. Atención especial recibía el fondo del valle, en el cual las lúbricas pasadas eran lentas y profundas, desde el coxis hasta las proximidades del esfínter.

Cuando las caderas femeninas comenzaron a moverse aceleradamente, Gendo decidió aplicar su lengua afilada y en punta sobre el esfínter. Este comenzó de inmediato a dilatarse y contraerse. Jadeos rápidos y cortos comenzaron a surgir de la garganta femenina. El hombre se afanaba en rodear con toda la humedad de su boca el orificio anal, mientras su mano izquierda continuaba dando alegrías a la cálida entrepierna de la guapísima rubia.

Las carnosas nalgas se bamboleaban presas de los espasmos del cuerpo de Kyoko. Ella, pletórica de excitación, había soltado sus glúteos clavando las uñas en el piso. La cálida lengua del hombre se tenía que esforzar en no perder el contacto con el diminuto agujero. Por momentos, alternaba entre penetrar el estrecho orificio con la lengua y lamer profusamente todo el contorno del ano. La mano izquierda sentía cómo se incrementaba la humedad y la temperatura de la entrada a la vagina, que era la zona que recibía atenciones en ese momento.

Un profundo jadeo sirvió de señal a Gendo para llevar los dedos sobre el duro clítoris, friccionándolo con deleite. La boca se separó del trasero, permitiendo que la mano derecha, que descansaba sobre las lumbares femeninas, descendiera velozmente hasta posarse sobre la entrada posterior. El inesperado orgasmo arrasó con la mujer, llevándola a cotas de descontrol desconocidas para ella. La sensación de un largo y grueso dedo penetrando en sus entrañas, tan solo sirvió para enardecerla más aún.

La mujer, exhausta, se quedó inmóvil, incapaz ni siquiera de hacer descender sus caderas. Gendo era un experimentado amante y sabía que era pronto para continuar. Se aplicó en acariciar la sudorosa espalda de Kyoko, la cual suspiraba quedamente a cada pasada de la masculina mano. Kyoko tensó los brazos elevando el torso y meciendo sus pechos como frutas maduras. Agitó suavemente las caderas, haciendo que su culo dibujara pequeños círculos incitantes.

El padre de Shinji se coloco tras la hembra. Su verga lloraba saladas lágrimas de líquido pre seminal. Comenzó a untar todo el ano de la mujer con su saliva y los fluidos sexuales que manaban de su coño en un lloro incesante. Con el fin de relajar a Kyoko, la mano izquierda regresó a prestar delicadas atenciones a la sensible vulva.

Gendo sentía cómo su dedo se deslizaba fácilmente dentro del recto femenino. Ella continuaba con los suaves e incitadores movimientos de trasero. El dedo índice no tardó en acompañar al corazón dentro de las entrañas de Kyoko. Dos dedos se deslizaban con mayor trabajo, aunque el hombre no había percibido molestia alguna en las reacciones de su amante. Ella percibía la palpitación de su culo, notaba cómo los dos dedos se deslizaban hacia el interior, se separaban distendiendo las paredes de su recto.

Un sentimiento de vacío invadió el culo de Kyoko cuando ambos dedos se retiraron al unísono. No tardó mucho tiempo en apreciar cómo, algo mucho más grueso que los dos últimos inquilinos, trataba de entrar lentamente en sus entrañas. Gendo observaba cómo su brillante rabo entraba poco a poco por el culo de Kyoko. Su violácea cabeza con forma de nuez se encontraba en la mitad de su longitud dentro de aquella estrecha cueva. Súbitamente, todo el glande se introdujo dentro de la bella mujer, sin que ella se lo esperase. Un gemido ahogado brotó de los femeninos labios tras aquella irrupción tan repentina.

Gendo detuvo el avance. La mano izquierda proseguía con las caricias a la cada vez más húmeda vulva, mitigando cualquier molestia que pudiera sentir el culo de la mujer. Ella se sentía segura de sus habilidades como amante y no permitiría que el canalla de Gendo Ikari pensase que la había dominado a su placer. Lentamente fue empujando con las caderas, haciendo que su propio culo fuera engullendo la larga y gruesa estaca de punta roma que le perforaba.

Aunque necesitaba algo más de tiempo para asimilar aquella enorme caña de carne, decidió ensartarse lo más rápidamente posible para demostrar que ella era tan activa como el hombre. Aguantando el creciente ardor de sus entrañas, Kyoko empujó y empujó, hasta que sus propias nalgas golpearon contra las caderas masculinas.

A la mujer le había costado un gran esfuerzo no gritar, pero había logrado dejar bien alto su nombre. Gendo casi se derrama en el interior del culo femenino de la excitación que sintió cuando su vara fue engullida completamente por el estrecho orificio. Ambos se mantuvieron muy quietos durante algunos segundos. Ella necesitaba relajar su ano acostumbrándolo al intruso.

El trasero femenino comenzó por hacer movimientos de rotación. Él sentía cómo su polla friccionaba con las paredes de la estrecha abertura, aunque la mayor excitación la producía la visión de las nalgas rosa pálido frotándose contra sus caderas en apretados círculos. Gendo no pudo aguantar ni un minuto más. Aferró con fuerza las caderas de Kyoko, comenzó un bombeo parsimonioso y delicado. El placer del padre de Shinji por la penetración anal y la falta de quejas por parte femenina, hicieron que el ritmo de la enculada se fuera acelerando poco a poco.

Ella aguantaba las arremetidas como buenamente podía. Había sido agradable en un principio, pero ¡ahora el ritmo era demencial! A tiempo de ponerle remedio, se percató Gendo de la creciente incomodidad de la mujer. En vez de reducir el frenético ritmo que lo estaba elevando a las mayores cotas de placer que hubiera sentido nunca, decidió estimular el clítoris de la bella mujer, con el fin de que sintiera nuevas sensaciones más agradables.

Las escalofriantes descargas que ascendían desde su sensible botoncito, unidas a la enculada, condujeron a Kyoko a cimas de placer semejantes a las de su amante. Cuando giró la cabeza observando la cara desencajada del duro y cínico canalla, una sensación de orgullo y satisfacción hinchó su pecho, el orgasmo la arrasó como una fuerte ola de sensaciones y emociones.

No debía haber gritado tan fuerte, pues Kyoko no consideraba propio de una mujer de su talla mostrar debilidad ante ningún hombre, ¡sobre todo con el cretino de Gendo Ikari! Pero no pudo reprimir sus instintos. Ante el profundo gemido de Kyoko, él se dejó llevar, derramando toda su esencia. Ella, sintiendo el torrente de calor en sus entrañas, experimentó una prolongación de su propio orgasmo, sintiendo oleadas de escalofríos por todo su ser.

Poco a poco las respiraciones de ambos se fueron calmando. A Shinji no le había gustado nada de lo que había visto. ¡No era algo bueno, puro y bonito como esa vez con su madre y su padre en la mañana! Había sido algo visceral, animal, pura lujuria y lascivia de dos personas que no se amaban o se querían o se respetaban. Era más un sentimiento que un pensamiento, algo que el pequeño no sabía expresar con palabras. Sus ojos se perlaron de lágrimas y sin saber exactamente por que ¡se puso a llorar!

Kyoko fue solicita a donde el niño para consolarlo. Gendo Ikari no pudo evitar exteriorizar su fastidio y frustración por la forma en que su hijo le arruinaba el momento de la forma más inoportuna. La rubia mecía en brazos a Shinji, tratando de calmarlo, ¡asustada y avergonzada!, sin saber que hacer. Shinji solo aumentaba sus lloros y alaridos. Gendo sugirió que fueran al cuarto de las duchas que estaban en el invernadero.

El niño se fue calmando en los brazos de la rubia mientras el agua caía sobre ellos. Más tranquilo, pero evidentemente confundido y asustado abrazaba a Kyoko. Gendo solo torcía el gesto molesto y contrariado, mientras también se duchaba. ¡El hacer el amor con Kyoko toda la tarde quedaba arruinado! Se seco con una toalla y se anudo el “sarong” a la cintura. Kyoko hizo lo mismo mientras llevaba a Shinji de la mano. Ella secaba al niño con una toalla. El niño sentía la cabeza llena de preguntas y no sabía con cual empezar.

-¿Mi papa es el papa de Asuka?... ¿él te puso a Asuka dentro de tu barriga, tía Kyoko?... ¿Asuka y yo somos hermanos?...

-¡Nada de eso!... - le contesto la rubia mientras maternalmente le llenaba la cara de besos y lo mecía entre sus brazos- ¡Jamás de los jamases tendría un hijo de alguien como Gendo Ikari!-Se le escapo sin querer

- El padre de Asuka las abandono y las dejo… ¡No quería nada con tu tía Kyoko!... ¡ningún hombre puede soportarla o aguantarla mucho tiempo!-

Gendo Ikari sonreía en forma cruel, aunque en su interior estaba herido en su amor propio, ¡en su orgullo y vanidad de hombre! Las palabras habían salido por si solas y él se dio cuenta demasiado tarde de que se había sobrepasado. Kyoko no tenía pelos en la lengua para decir la verdad, ni para poner el dedo en la llaga. Pero él usaba la verdad para herir e intimidar, ¡para manipular y controlar!, a los demás.

-Shinji, ¡No escuches lo que él dice!... vamos a mi cuarto y yo te explicare todo- Kyoko encaro a Gendo Ikari- él no me abandono, ni me dejo, ¡lo hice yo!... ¡sin decirle nada sobre Asuka!... ¡No te confundas!, ¡No soy como Yui que necesita un hombre a su lado para poder vivir y dar sentido a su existencia!... ¡Todo lo contrario! ¡Soy yo la que no puede soportar, ni aguantar a los hombres por mucho tiempo! ¡Sobre todo si son como tú!

Kyoko se llevo a Shinji a su habitación. Busco unos dulces que siempre tenía escondidos para los niños de la casa y se los dio. Le empezó a explicar que ella y el verdadero padre de Asuka se habían querido y amado, pero luego ese amor se había terminado.

-¿Ahora estas enamorada de mi papa?

-¡No!... no es eso- Kyoko dio un suspiro- No lo amo, ni lo quiero… ¡tu padre no es hombre de una sola mujer!... y… yo… ¡yo tengo necesidades de mujer!... pero no quiero a ningún hombre controlando mi vida- Kyoko se rascaba detrás de la oreja mientras caminaba de un lado a otro- ¡Yo no quiero estar sola!... ¡me da mucho miedo quedarme por completo sola!... ¡soy una persona complicada y difícil!… – confesó mordiéndose los labios- Yui, ¡tu mama!, es mi mejor amiga, ¡la persona a quien más quiero después de Asuka y de ti!… tu padre cuando esta con ella es un buen hombre, pero cuando ella no esta, ¡es un ser detestable y aborrecible!... Shinji, el sexo no es solo para traer niños al mundo, ni para que la gente se diga “te amo” y “te quiero” todo el día… tu padre es un hombre atractivo y yo disfruto mucho haciendo el amor con él… ¡pero es solo sexo!, la unión de nuestros cuerpos, ¡sin involucrarnos emocionalmente, ni sentimentalmente, ni con el propósito de tener hijos!… tu madre lo quiere y lo ama, si te soy sincera ¡no sé por que!... yo no se lo voy a quitar, ni quiero nada más allá del sexo ocasional con él… ¡así que el no tiene excusas para buscar otra mujer, decirle mentiras a Yui y hacerla sufrir!… ella y tu padre se unen en cuerpo, mente y alma en forma completa… pero con tu padre y yo es diferente… ¡nuestras personalidades y temperamentos nos impide ir más allá de una unión física!...

Shinji era un niño, pero todo lo que su tía Kyoko le decía le sonaba a puras excusas absurdas e irracionales. Kyoko dio un suspiro. Carraspeo.

-Shinji, ¡sé que eres muy pequeño y te es muy difícil de entender!, pero en el mundo exterior el sexo es algo fetichizado, mercantilizado y explotado. Nosotros aquí queremos vivirlo en su forma más natural y sana. Hay una gran diferencia entre hacer el amor, ¡unirte a alguien en cuerpo, mente y alma!... y usar a otra persona como un objeto para masturbarte… es algo a lo que nosotros llamamos instrumentalización y complementación… es lo que estudiamos y experimentamos aquí, contigo y Asuka, con nuestras propias vidas en juego… ¡todo esto lo hacemos para que tu y Asuka vivan en un mundo mejor!...

-Entonces, ¿no quieres a mi papa?

-¡Sí!... lo quiero… ¡lo quiero mucho!... pero en un sentido diferente a como lo quiere y lo ama tu madre… ¡el me hace rabiar a veces!... pero me gusta- Kyoko se dijo para sus adentros que le gustaba y lo quería como el drogadicto le gusta y quiere la droga que lo estaba destruyendo- Yo quiero a tu mama y quiero que ella sea feliz… ¡ella quiere y ama a tu papa! y él a ella… pero como te dije no es un hombre de una sola mujer y yo no quiero que haga sufrir a tu mama mintiéndole y engañándola… ¡él me gusta y lo quiero! Pero solo al nivel físico… ¡lo mismo nos pasa a las dos con el profesor Fuyutsuki!

-¿Mi mama también hace “eso” con el profesor Fuyutsuki? ¿No dijiste que mi mama es mujer de un solo hombre y mi papa no?

Kyoko sintió que la tierra se le abría bajo los pies. ¡No sabía que responder!... De seguro que Yui era mejor que ella para explicarle. Estaba avergonzada y abochornada hasta más no poder.

-¡Espérame aquí!…

Shinji espero sentado un largo rato como el niño dócil y obediente que era. Kyoko regreso con Yui, Fuyutsuki, Gendo y Asuka. Shinji se asusto y acobardo al verlos todos reunidos por su causa con los rostros muy serios. Asuka entrecerró los ojos. ¡Ella no era una bobalicona como Shinji! Ella había visto a su mama y a la tía Yui encamarse, ¡enredarse!, con Fuyutsuki o con su tío Gendo sin que ella armara un alboroto, ni un escandalo. Los dos niños eran precoces, pero Asuka lo era mucho más. Kyoko le había dicho y explicado, lo mismo que Yui a Shinji, a su hija en su momento… le había dicho que lo que los adultos hacían entre ellos era como jugar el Shogi, ¡algo divertido para los adultos, pero aburrido para los niños!…

Asuka se iba para darles privacidad si veía que era para largo o esperaba que terminaran lo que estaban haciendo si le parecía que les faltaba poco. ¡Mirando con fastidio para otro lado e impaciente por que terminaran de una buena vez y le prestaran atención! ¡Ella era muy egocéntrica y vanidosa!... prefería experimentar por si misma que preguntar. Sola en su cuarto imitaba lo poco que había visto y entendido que hacían los adultos con una almohada por pura curiosidad para concluir que solo era una perdida total de tiempo. ¡Asuka no entendía por que a los adultos les gustaban tanto las cosas aburridas como leer, jugar al Shogi o hacer el amor!

-Shinji, ¡no te asuste!- le hablo con dulzura su madre- Kyoko me lo explico todo y entiendo que estés confundido… Shinji, Asuka ¡todos nosotros somos una gran familia!, nos queremos y nos amamos… nadie hace nada en contra de la voluntad de un miembro de esta familia, ni hace nada con la intención de herir o lastimar a otros… ¡es lo que llamamos la complementación humana!... pero cada uno de nosotros es único, una persona, un individuo que esta solo a pesar de estar con otras personas… ¡a eso lo llamamos la instrumentalidad humana!- Yui hizo una pausa- todos tenemos un ego que nos limita y nos aísla… lo que buscamos viviendo todos juntos en esta casa es trascenderlo… por eso hacemos el amor entre nosotros, vivimos juntos y lo compartimos todo ¿entiendes Shinji?, ¿tu también Asuka?... Gendo y yo estamos casados legalmente. Tu eres nuestro hijo y Asuka es hija de Kyoko con otro hombre que no es tu padre, ni el profesor Fuyutsuki… cuando hago el amor con tu padre nos unimos en cuerpo, mente y alma, ¡de una forma total y completa!... pero no todo el mundo puede hacerlo. Por eso en el mundo exterior a esta casa la gente no se entiende, se hiere y se lastima a si misma y a otros… ¡no saben como ser felices!

Shinji y Asuka guardaban silencio ante la explicación. Siempre habían creído que todo el mundo vivía como ellos. Desnudos dentro de la casa y vestidos con ropa para salir a trabajar. Yui entendió por su expresión que no entendían nada y que los estaba confundiendo más

-Shinji, ¡yo amo a tu padre! Soy una mujer de un solo hombre… pero tu padre no es como yo, ni puede ser feliz con una sola mujer… ¡yo quiero que sea feliz!... Kyoko es mi amiga, ¡una mujer hermosa! Es natural que tu padre se sienta atraído físicamente por ella y ella por él… Que ellos dos se unan en forma física cuando quieren y les apetezca no impide que Kyoko siga siendo mi amiga, ni que tu padre deje de quererme… El profesor Fuyutsuki me ama, pero yo lo respeto y admiro, ¡no puedo corresponderle en forma sentimental, ni emocional! Pero puedo unirme a él en forma más mental que física a través del sexo sin que eso signifique traicionar lo que siento por tu padre… para Kyoko es lo mismo… ¡En eso el profesor Fuyutsuki nos satisface a las dos de una forma en que no te puedes ni imaginar!

Asuka y Shinji no pudieron reprimir una mueca de asco. ¡Para los dos Fuyutsuki era sinónimo de lo feo y lo desagradable!...

-¿No sería mejor que cada quien viviera en su propia casa?- Pregunto Shinji con timidez.

La pregunta inocente hizo reír a los adultos. Shinji y Asuka fruncieron el ceño. A los adultos reír les permitió aliviar la tensión nerviosa que había en el ambiente.

-¡Por supuesto que sería lo mejor para todos Shinji!- le respondió Gendo, tomando el lugar de Yui- ¡es lo que la gente hace!... pone límites y barreras, ¡encerrarse en su ego! Dejar entrar a algunos a sus vidas con la convivencia diaria y a sus cuerpos con el sexo, ¡dejando afuera a otros!… ¡pero todo eso crea malentendidos, conflictos y mucho dolor!... a mi me gustaría tener barba, ¡creo que hace que los hombres se vean como hombres!... pero soy de pelos duros como cepillo y a tu mama no les gustan, por lo tanto hago el sacrificio de rasurarme y afeitarme ¡a pesar de querer tener barba!... entre tener algo que me haga feliz, prefiero hacer algo que hace feliz a tu madre… ¿entiendes?...

-Afeitándote y rasurándote, ¿consigues que mi tía Yui te deje estar con mi mama?-La niña pelirroja pregunto no muy convencida de que fuera algo justo y de igual valor

-Yo estoy con quien quiero y estar, ¡lo mismo todos!- Le respondió Gendo a la niña- cuando tu mama no quiere, me dice ¡no!... ¡y yo y cualquiera de nosotros igual!… lo importante es no hacer nada a escondidas, ni mentir o engañar, o forzar a otra persona que confía en ti y te quiere… Asuka, ¿quieres ser uno conmigo? ¿En cuerpo, mente y alma?- Le pregunto de pronto. La niña se puso roja

-¡No!... ¡por supuesto que no!... ¡yo no quiero eso, ni nada parecido!-Le replico la niña

-¡Eso es todo!... si te obligara te haría daño. ¡Me odiarías!... no importa las razones que sean, ¡no esta bien obligar a nadie!... pero al rechazar a una persona lo hieres y lo lastimas… ¡todos vivimos en esta casa!... así que hay limites para el rechazo y la aceptación entre nosotros… ¿entiendes eso?... es el grado de complementación humana que hemos llegado por la instrumentalidad… gracias a eso podemos vivir todos juntos en armonía… ¡tu mama es muy hermosa! Tanto el profesor Fuyutsuki como yo somos afortunados en que ella y tu tía Yui compartan sus cuerpos, sus mentes y sus almas con nosotros…

-Y ustedes dos… ¡son unos buenos para nada!... pero mientras no salga o encontremos algo mejor, ¡seguiremos con ustedes!- Bromeo Kyoko, pero en el fondo no le gustaba que ella misma y Yui quedaran como cosas para ser usadas por turnos, en el momento en que los dos hombres lo quisieran, delante de su hija pequeña- La Complementación Humana por medio de la Instrumentalidad es algo mucho más complicado… ¡Que ni nosotros mismos entendemos del todo!

Gendo sonreía desplegando todo su encanto y carisma.

-¡Nuestro deseo es que tu y Shinji se casen en lo que sean mayores!... así tendrán su propia casa para hacer lo que quieran- Continuo Gendo

-¡Yo no me pienso quedar en casa como lo hace mi tía Yui! ¡Yo voy a salir a trabajar como lo hace mi mama!- Se alegro Asuka brincando y saltando muy animada

-¡¡¿Asuka y yo nos vamos a casar?!!- Pregunto Shinji, visiblemente no tan complacido con la noticia. Se quedo pensativo un rato- ¿Cómo se casa la gente?

Yui salió un momento y fue a su cuarto. De regreso trajo un álbum de fotografías. Le mostro las fotos de su matrimonio con Gendo, fotos de ellos cuatro cuando estaban en la universidad. Los niños se distrajeron mirando las fotos y olvidaron por completo todo el alboroto que se había formado, escuchando las anécdotas e historias que cada uno de los adultos tenía. En verdad que parecía una familia normal feliz compartiendo una animada velada, ¡si se obviaba el nudismo en que estaba el grupo! Fuyutsuki se veía molesto y contrariado. Sencillamente estaba de adorno allí, ¡sin aportar nada! Totalmente excluido y aparte

-Cuando ustedes estén más grandes, ¡cada quien va a vivir en su casa!- les decía Kyoko a los niños- irán a la escuela con otros niños… cuando sean adultos y se casen, ¡nos cuidaran a todos nosotros cuando estemos viejos- Lo ultimo lo dijo remedando la forma de hablar de una vieja y ocultando sus dientes con sus labios como si estuviera desdentada

-¿Podemos hacer Shinji y yo el amor también como lo hacen ustedes?- Pregunto Asuka

-¡No!... ¡todavía no!... Asuka, tienes que tener tetas como las mías y crecer más- Se apresuro a contestar Kyoko- si te pones con Shinji a hacer cosas raras… ¡cosas que los niños no deben hacer todavía!... te va a salir barba y bigote en la cara… ¡te vas a quedar enana y te saldrá una joroba!... ¡a Shinji le saldrán tetas y su pene le quedara pequeño! ¡Diminuto para toda la vida!... ¡también te vas a quedar enano y te saldrá una joroba!

-¡Kyoko!... –Yui no quería desmentir a Kyoko, pero tampoco les quería mentir a los niños- niños, ¡escuchen!, todo tiene su momento… ¡son muy pequeños todavía! Cuando sean mayores podrán hacer las cosas que hacen los mayores… si solo fuera algo entre ustedes dos y nadie más, ¡no habría problema!... pero cada vez que hacen el amor existe la posibilidad de crear una vida nueva… de que contraigan una enfermedad… de salir lastimados sicológicamente y emocionalmente… ¡no es algo para tomar a la ligera!

A Shinji y a Asuka la idea de quedarse enanos y que les saliera una joroba les parecía razón más que suficiente para no hacer el amor imitando a los adultos. Fuyutsuki y Gendo sonrieron divertidos. Fuyutsuki sintió que estaba de más y que ya todo se había solucionado en forma satisfactoria. ¡La instrumentalización y complementación de Shinji Ikari y Asuka Zeppelín iba bien! Discretamente se fue retirando para irse, Gendo Ikari se le acerco. Shinji los vio salir. Los dos hombres hablaban entre ellos y Shinji escuchaba retazos de la conversación que tenían

-El doctor Katsuragi ya llego con el Adam a Japón- Le dijo Gendo a Fuyutsuki- SEELE se pregunta cuando estaremos en condiciones de hacer pruebas con él…

-Cuando estoy en casa, en estos días de asueto ¡no quiero saber nada del trabajo Ikari!- le replico el viejo- Me alegra mucho que el doctor Katsuragi haya tenido éxito en reducirlo a estado embrionario de forma segura con nuestra asesoría… ¡pero no quisiera nada más que ver con eso de aquí en adelante!... con los EVAS y Lilith creo que tenemos bastante para encima ocuparnos de Adam…

Los dos hombres salían de la habitación y Shinji se quedo con las mujeres.

Ya anochecía y los niños dormían profundamente en su cama y en su cuarto. Kyoko estaba con ellos mientras Yui y Gendo hablaban afuera. La pareja entro.

-Kyoko, ¡lamento mucho lo que te dije!- se disculpo Gendo Ikari- yo…

-¡Tu no lamentas nada y solo quieres quedar bien frente a Yui!- Corto en seco Kyoko- ¡Como odio lo bien avenido que somos! ¡Que nos conozcamos tan bien uno al otro! ¡Que no haya mentiras entre nosotros!, ¡Que no tengamos secretos y que todo lo podamos resolver hablando civilizadamente!... ¡deberíamos cuando menos una vez solo gritarnos e insultarnos!... Yui, ¡eres una condenada sumisa con complejo de mártir!... Fuyutsuki, ¡Eres un maldito hipócrita santurrón! ¡Cobarde y pusilánime!... yo, ¡soy una zorra y una puta que solo sirve para ser un sustituto de Yui para los dos idiotas que están enamorada de ella hasta la locura! ¡Que le tiene miedo y horror a los hombres!, ¡A estar sola! ...

-¡Kyoko!- Le recrimino con tristeza Yui

-¡Sí!, ¡Ya sé!... todo esto lo hacemos y lo soportamos por ellos… ¡para que en el futuro salven el mundo!

-El Adam ya llego al Japón- Dijo Gendo Ikari en un tono fúnebre- falta mucho por hacer… el Doctor Katsuragi se nos unirá en el centro de Investigaciones… ¡creo que tiene una hija que quiere ser piloto de pruebas!

-La unidad 00 esta por completo operativa-Kyoko jugaba con los cabellos de su hija entre sus dedos- El sistema de pilotaje doble funciona… ¡pero no he podido resolver el error todavía con la retro alimentación!... los pilotos de prueba que tengo son muy viejos y no están por completo compenetrados… necesito que sean más jóvenes… ¡Entre 13 y 18 años!... 14 o 15 serian la edad ideal… un chico y una chica… ¡Le hare algunas pruebas a la hija del doctor Katsuragi y veré si me sirve!... pero voy a necesitar un chico compatible para ella…

Yui le mesaba los cabellos a Shinji.

-¡El EVA 01 con Shinji y Asuka como pilotos será invencible!... el tiempo que hemos ganado, ¡hay que aprovecharlo!... Kyoko, ese cuento de que se van a quedar enanos y les va a salir una joroba ¡fue demasiado!... ¡No hay que decirles mentiras ni meterles miedos irracionales y absurdos que impidan una buena instrumentalización y complementación!...

-Yui, ¡todos los niños a esa edad necesitan creer en monstruos en el armario, en el hada de los dientes y que Santa les trae regalos en Navidad!... siempre he creído que ha sido un error quitarles eso… ¡no me salgas con lo horrible y podrido que esta el mundo exterior!... una ermitaña cobarde que no sale de casa como tu ¡no tiene moral para criticar nada!… con todo lo horrible y podrido que es el mundo la gente puede ser feliz en él si se esfuerza, ¡hasta hacerlo un poco más tolerable!… ¡tener a los niños en esta caverna de Platón no les va hacer ningún bien!

-¡Pero los hará buenos pilotos para el EVA!- Afirmo Gendo

-¡¿Eso es lo único que te importa?! ¿Verdad?- Kyoko miraba a Gendo Ikari con ira reprimida

-Kyoko… ¡solo hasta que tengan 13 años!... entonces nos separaremos… cuando ellos tengan 13 años empezara su entrenamiento como pilotos, irán a la escuela… ¡tendrán amigos y amigas!... sé que es cruel poner esta carga en sus hombros sin ellos haberla pedido o deseado… ¡pero no habrá futuro para nadie si los ángeles no son derrotados!- le replico Gendo Ikari- por contradictorio que te parezca estarán más a salvo dentro de una cabina de EVA, ¡en donde cuando menos podrán pelear por cambiar su destino!... que hacinados en un refugio, impotentes, ¡sin medios para defenderse o cambiar nada!... dependiendo por completo de quienes sean elegidos como pilotos del EVA…

***

Entre comuna Hippie, matrimonio de grupo, secta de chiflados, experimento social o proyecto científico ¡Shinji no sabe que pensar de su no convencional familia en el tiempo presente! Asuka seguía chupando de su pene, agarrando con su mano la parte que no metía en su boca. ¡Le agradaba mamárselo!, era firme y cálido, de un tamaño perfecto para hacer sexo oral. Firme y sin curvaturas, con el glande despejado que masturbaba con rápidos movimientos de su lengua cada vez que lo introducía en la boca.

Estaban en la casa del muchacho, en su cuarto, sobre su futon. Asuka estaba desnuda, a gatas sobre el muchacho, mientras este estaba acostado de espaldas. Asuka se saco el miembro de la boca. El pene tembloroso, duro y húmedo, apuntaba al techo. La pelirroja camino sobre sus rodillas y se sentó sobre el vientre del chico para luego mirar hacia atrás y agarrar su pene con la mano.

Levantando un poco las caderas lo guió hasta la entrada de su vagina y fue sentándose poco a poco sobre el introduciéndolo en ella con la ayuda de lo mojado que estaba. Cuando terminó empezó a dar saltitos sobre el chico apoyándose en sus pectorales y mirándole sonrojada, con los labios apretados. Yui entro al cuarto de su hijo con una bandeja en las manos que tenía dos vasos de leche y un plato lleno de galletas

-¡Chicos, les traje esto! ¡No se queden despiertos hasta tarde!... mañana tienen clase y luego, en la tarde, ¡tienen la prueba de activación con la unidad 01!…

-¡Gracias tía Yui!- Dijo Asuka mientras daba saltitos- ¡solo ponlo cerca!... ¡Después de esto nos vamos a dormir!-

-¿Están usando condones? ¿Cierto?

-¡Mama!... ¡tranquila!... ¡ya no somos niños y sabemos lo que estamos haciendo!- Protesto Shinji mientras le magreaba y le sobaba las nalgas a su pareja- Asuka esta tomando anticonceptivos… ¡tranquilízate!...

Shinji entrelazo sus dedos con los dedos de Asuka. Estaba disfrutando de los saltos de la pelirroja. Sintiendo como su sexo entraba y salía del interior del sexo de su amiga de la infancia, donde las paredes vaginales lo apretaban placenteramente. Yui se despidió deseándoles buenas noches… ¡y recordándoles que no estuvieran despiertos hasta tarde!

Asuka y Shinji se fueron comiendo las galletas mientras hacían el amor con lentitud y parsimonia. La pelirroja tomaba una, le daba un mordisco y luego le daba la mitad de la galleta a Shinji en la boca con su mano. Tomaba un sorbo de leche del vaso y otro que daba en un beso apasionado al muchacho. Ella movía con suavidad las caderas en pausado vaivén, mientras su cabeza y hombros estaban inmóviles. Lentamente la leche y las galletas se fueron acabando.

Shinji alzó su torso hasta quedar frente a frente con ella y posó sus manos en sus nalgas para después empezar a lamer sus pechos. Llevando sus manos a la cintura de ella empezó a marcarle el ritmo de los saltos para penetrarla. Cada vez la entrepierna de la joven estaba más humedecida y segregaba más fluidos que caían entre las piernas de los dos.

Shinji giró su cuerpo y ella quedó tumbada boca arriba con el encima. El muchacho le agarró de los tobillos y subió las esbeltas piernas de la muchacha. Apoyándose él encima de las mantas con las rodillas, empezó a embestirla duramente con salvajes movimientos de sus caderas mientras miraba los pechos de ella moverse y botar en forma frenética.

La pelirroja apoyo sus brazos al lado de su cabeza, dejándose llevar por el ritmo de su compañero. En cada golpe de cadera, su pene entraba en su vagina haciendo salpicar sus fluidos. Este se volvió a mover inclinando más su cuerpo apoyando las manos cerca de las de la chica, quedando en una posición parecida a hacer flexiones.

Asuka gemía de placer, Shinji introducía todo su pene en cada una de sus embestidas. El sexo de su amiga de la infancia no paraba de echar fluidos que salpicaban el vientre del muchacho y se escurrían por el interior de los muslos, las nalgas y el vientre de la muchacha.

-¡¡¡No aguanto más!!!

Se quejó cerrando los ojos y apretando los dientes Shinji, anunciando que la eyaculación era inminente.

-¡Hazlo fuera!

Shinji obedeció y sacó su miembro que agarró con la mano. Masajeándolo un par de veces eyaculó cinco espesos y potentes chorros sobre el vientre y los pechos de su compañera, cubriendo incluso sus pezones. Asuka tuvo un violento orgasmo múltiple poco después. Ambos se quedaron mirándose, respirando en forma agitada. Poco a poco los fue venciendo el sueño.

Llevaban varias semanas sin hacer el amor y durmiendo cada quien en su casa. Era agradable volver a sentir el cuerpo desnudo del otro, saber que al despertar, el otro estaría allí. Ese pensamiento y ese sentimiento eran más fuertes e intensos, más placenteros y satisfactorios, que el apasionado y volcánico sexo que acababan de tener.

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