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Amor total (2)

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Me llamo para cenar, al llegar al comedor ya estaba servida la mesa con unas ricas milanesas, mientras comíamos mirábamos televisión al terminar de cenar me dijo fuera a acostarme, al ingresar a mi habitación se paró detrás mío y susurrándome al oído me dijo que fuera a su cama, y que la esperara.

Me acosté en su cama, mientras ella ordenaba el comedor, luego apago las luces y entro a la habitación se sentó en la cama a la altura de mi pene y me saco el pantaloncito, sin decir ni una sola palabra se colocó entre mis piernas y se sacó la blusa y comenzó a chuparme el pene casi recostada entre mis piernas cuando lo puso duro se paró y se sacó el pantaloncito. Debajo no tenía nada, apenas podía ver su vello púbico por la oscuridad y por lo espesa que tenía la vagina de vellos, se colocó encima mío y tomando mi pene comenzó a masturbarme para luego detenerse y dirigirlo a su concha ya empapada de líquido femenino y lentamente comenzó a metérsela a la vez que los dos al unísono exclamábamos de placer, suavemente comenzó a moverse mientras tomaba mis manos y las colocaba en sus caderas, llevaba su cuerpo hacia atrás y se india mi pene hasta los huevos, comenzó a cabalgar cada vez con más fuerza y sus líquidos comenzaron a empapar mi miembro chorreando por mis huevos hasta que sentí mojado mi culo de su líquido que no dejaba de brotar de su concha, luego de un largo rato sus jadeos comenzaron a disminuir y dejo caer su cuerpo sobre mi pecho, luego se puso de costado y comenzó a masturbarme lentamente, para después acomodarse entre mis piernas y comenzar a chuparme el pene y a lamerlo delicadamente, se metió uno de mis huevos en la boca y apretándolo suavemente lo tiro como si fuera de goma hasta hacerme retorcer de placer, uno de sus dedos se deslizo hasta mi ano y sentí una sensación que me puso el pene más duro que nunca, con la yema de su dedo acaricio la puerta de mi ano y sentí un placer incomparable pero tome su mano y sacándola de mi ano le dije...

-¡no yo soy hombre eso no me gusta!

Y me dijo

- ¡eso quería escuchar de vos mi machito!

Se acostó a mi lado y me dijo...

-¡cojeme, cojeme con todas tus fuerzas!

Separo sus piernas y me coloque entre ellas, la penumbra me permitía ver su espesa selva vaginal y sus hermosos pechos, me acomode y la penetre y comencé a cogerla cada vez con más fuerza a medida que ella comienza a gemir cada vez más fuerte, la cama se sacudía y se golpeaba contra la pared, la tome de los hombros para sostenerla y seguí cogiéndola cada vez con mayor fuerza, comenzó a gritarme y a decirme...

-¡así cogeme guacho cogeme, violame dale violame!

Al escuchar esa palabras la penetre con mayor fuerza y la tome de los pelos mientras ella hundía sus uñas en mi espalda, el sonido que provocaba su flujo cada vez que la penetraba más me excitaba hasta que no aguante más y largue toda mi leche en su interior.

Nos quedamos relajados en la cama por unos minutos y nos dormimos hasta el amanecer.

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