Tengo rota, destrozada el alma, el dolor me corroe las entrañas, antes, la vida era un mar en calma, ahora veo tu alma, es extraña.
Este dolor mi corazón desalma. Mi amada, en este tramo, no me acompaña yo te imploro, te suplico ¡Amada!, en este lance no dejes mi alma desolada.
Antes, grata, la vida nos sonreía, cometí un error, y fue craso, ¡maldita sea cuando llegó el día! en que mi Amada, como ave de paso, de mi lado se desvanecía. Desde ese momento, horror, ¡me abraso!, el llanto de mi corazón fue una herida, cuando a mi Amada, triste, vi perdida.
Con tanta gracia por mi Amada otorgada, en ese momento comprendí, hundida la vida que con ella tenía soñada. Se escapaba, para mí ¡la más querida!.
El dolor me muerde, ¡la vida arrancada!, mi alma quedó desolada, abatida. Mis lágrimas se clavan como cristales: ¡Dejadme solo! quiero cantar mis males.