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Continúan los eventos con mi hija

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Que tal amigos, 2018 y apenas reportándome, pero la verdad que 2017 fue un año muy ocupado, aparte de lo que se vivió en la Ciudad de México con el sismo, pero afortunadamente toda mi familia bien así como espero que al igual sus familias estén bien.

Sin más que comentar pues diré que después de la experiencia con mi hija en aquel diciembre del 16 se vinieron muchas cosas interesantes, todo el año pasado se hizo una relación a escondidas con mi hija. La propuestas de estar ella y yo en un lugar encerrados se hizo, fue en el mes de enero, acordamos en un fin de semana que no iban a estar conmigo con la excusa de que iba a pasar el fin con unos amigos, y como siempre era yo el encargado de llevarlos a donde tenían que ir pues se dio la ocasión. La lleve a un motel lujoso y bonito, el momento lo ameritaba así que no me medí y dicho por mi hija le encanto.

Por ser la primera vez que fuimos a un motel, y ya acordado entre ella y yo, se visto y arreglo espectacular para la ocasión. Al llegar al motel quedo maravillada, al igual yo pues nunca había entrado a un motel con esas características, las otras no se merecían tanto. Si alguien ubica el motel boutique de periférico sur en la Sky Suite, puede darse una idea de porque mi hija quedo encantada. Al llegar no espero y se metió de inmediato a la alberca, sin más preámbulo hice lo mismo, le pregunte si quería ordenar algo de comer o si quería tomar algo, “por el momento algo de tomar estaría bien” me respondió, al pedirle que se le antojaba me dijo que lo que yo quisiera, que estuviera fuerte y que fuera para la ocasión, obviamente para ese día había pedido en el bar una Dom Perignon, le ofrecí la copa y bebió lentamente, solo me regalo una mirada y sonrisa hermosa recostando su cabeza de lado sobre sus manos seguido de un “gracias papá, te luciste, como siempre, con nosotros, mi mamá te conoce bien y dice que siempre sabes hacer de los momentos especiales más que especiales” después vinieron las interrogantes de porqué no funciono lo de mío con su mamá y las explicaciones veraces y ciertas fluyeron, estuvimos un rato en la alberca, jugando, besándonos, platicando sobre lo bien que la habíamos pasado esa noche en casa, enterarme cuantas parejas sexuales había tenido hasta ahorita mi hija y que al igual no era el único hombre mayor en su corta vida sexual.

Decimos prender el jacuzzi y estar otro rato ahí, sin olvidar los besos y el toqueteo, hubo un momento en que intento chupármela debajo del agua, seguido de risas porque no pudo. Después de un rato de jugueteos cachondos y de admirar la mujer (porque ya no era una niña, y mucho menos era mi hija la que estaba ahí conmigo) y de ver ese hermoso cuerpo que solo me hacía recordar a su madre en su época de juventud (obviamente no se lo decía, creo que no hubiera sido apropiado, solo lo pensaba) me pidió que nos metiéramos a bañar. Me pidió que me saliera primero y que lo esperara en la cama.

Cuando salió del baño me dejo estupefacto, portaba un baby doll blanco de encaje, pegado a su hermoso cuerpo, acompañado de un liguero y medias y unos guantes blancos largos, imagínensela, 19 años, 1.68, piel blanca, senos firmes, redondos y de tamaño considerable, unos pezones rosados que se asomaban a través del encaje, una cintura divina, no de avispa, pero con forma y delgada junto a ese vientre plano, una caderas notables de un culo hermoso, eso era lo que más llamaba la atención de mi hija, a donde fuera, esas nalgas grandes, redondas y duras, de una piel lisa al compás de una piernas bien trabajadas por su pasión al gimnasio al igual como su papá.

Poso enfrente de mí, yo todo estúpido ante su cuerpo. Fue un evento hermoso aquel, seguido de besos y caricias, de palabras de deseo, de pasión, apretándola toda a mi cuerpo, antes de penetrarla, nos comimos a sexo oral mutuo haciendo el famoso 69, acostados, parados, de lado, hasta que la hice correrse y lamer todo su coño lleno de líquidos, ocupamos las dos camas para ese acto, extasiados y con la verga aun parada (debo confesar que para ese día me prepare, quería dar todo de mi así que ese día tome Cialis y Priligy, ahí se los dejo al costo) así que estaba a todo lo que da, mi pene súper erecto y con un flujo sanguíneo notable al saltarse mis venas, no quise despojarla de su hermoso atuendo así que solo le pedí que se montara en mí y me cogiera haciendo de lado su tanga (que por cierto era divina, encaje enfrente y un hermoso corazón por detrás que dividía los hijos, hermoso, me cogió y la cogí como quiso, como quise, haciéndola tener otro orgasmo en esa ocasión, por mementos todo se convertía en periodos salvajes y en otras haciendo el amor, de ver la cara de mi niña llena de éxtasis y sentirme dentro de ella, toda mojada, parecía que el medicamento iba a hacer que aquello nunca acabara.

A cada metida solo escuchaba el “si papi” “mas, mas, mas” “rico, rico, rico” y era espectacular escuchar el “me vengo, me vengo” y los tremendos gritos que daba, yo estaba en otro mundo, con otra mujer, esa no era mi hija, era una mujer diferente, era toda una puta en la cama.

Cogimos de lo más rico y en todas las posiciones que se pudo, me dejo seco por así decirlo. La primera vez que tuvimos sexo platicamos de los métodos anticonceptivos así que me pidió le pusiera el implante subdérmico, así que anduvimos sin problemas ese día, sabíamos que podía llenarla las veces que quisiera.

Llegamos en un punto como todo ser vivo que se cansa y necesita reponer energías, pedimos comida, teniendo un momento tranquilo de disfrutarnos y platicar, retomar lo sucedido y decirnos lo que más nos había encantado de ese momento y de nuestra primera vez, teniendo una bonita vista panorámica de la ciudad. Ese día como nuestro check out era al día siguiente decidimos bañarnos, salir y recostarnos un rato, tomando lo que quedaba de la botella, platicando y riendo, besándonos, no sin antes de tomar una sienta hacerlo nuevamente, pero esta vez de una manera más tranquila y mirándonos a los ojos (eso por un momento me preocupo, pues sabía que existía un sentimiento de padre a hija, pero sabemos que cuando hay sexo, todo puede cambiar) me valió un culo y seguí dándole al punto de terminar y escuchar un “te amo mucho papá” respondí con un “también te amo mucho mi niña“ y nos acomodamos ambos para descansar un rato.

En la madrugada del domingo nos despertamos y cogimos otro rato, pero después ya había un poco de problemas ya que entre risas y facies de dolor me decía que ya estaba muy rosada, entonces decidí dejarla en paz, no sin antes insinuar con mis dedos al empezar a estimular su ano escondido entre sus nalgotas, pero solo se rio y me dijo “estate pa, aun no, nunca lo echo por ahí, pero ya abra tiempo” respete y nos acordamos, al día siguiente nos despertamos, bañamos, desayunamos, y retomamos el día.

Nos fuimos a casa a pasar el día viendo películas y comiendo cualquier cosa que se le antojara. Desde ese día nuestras escapadas a la mejor oportunidad que tenemos se han vuelto más comunes, siempre los fines de semana que no me toca verlos, cuando estamos en casa los fines de semana si se puede nos echamos un rapidín, si no pues ya sería entre semana después de clases. En las vacaciones nos fuimos a Ixtapa, nos la pasamos bien, yo solo observaba como la miraban los demás ya que me pregunto si se podía poner un bikini tanga a lo cual no podía decir que no, tuvimos varias ocasiones en esas vacaciones, creo que la mucama nos escuchó teniendo sexo que cuando salimos de la habitación se nos quedó viendo feo y más después de escuchar a mi hija decirme “apúrate papá” fue tan divertido.

He de decir que el tener esta relación con mi hija (porque al final en eso se ha convertido ya) me ha revivido, me hace feliz, me he vuelto más estricto en mi alimentación y en la actividad física para mantenerme, (no lo niego, sigo teniendo mis aventuras con las otras si cuidándome, con las chicas del gimnasio y del trabajo y con citas en Tinder), pero me gusta mucho saber que ella es muy feliz y se siente bien con esto, me lo hace saber cada vez que lo hacemos, cuando está en casa o salimos de paseo los fines de semana o de vacaciones, cuando me marca y en sus mensaje.

Hasta ahorita nos ha ido bien, no hemos sido descubiertos ni por su hermano, mi niño vive en su mundo de videojuegos sin descuidar la escuela, mientras mi niña y yo nos disfrutamos a lo máximo.

El problema ahora es que recientemente su mamá, después de 7 años de divorcio me ha mandado mensajes muy sospechosos, de que si recuerdo las veces que lo hacíamos, de nuestra primera vez, que cuando se puede ir a cenar o algo más, sorprendido y con la duda de que si será que voy a estarme cogiendo a hija y mamá. Ahora si les contare que sale después.

Cuídense mucho, disculpen la tardanza y espero no haberlos aburrido.

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