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Iniciando en el sexo a su prima Luisiña

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Hoy en día hay cosas que si una pareja hacen delante de una chica, la sorprendería, mas no le causaría asombro, pero en 1969, en una aldea gallega de menos de cincuenta habitantes, no es que causara asombro, es que casi le da un soponcio a Luisiña, una joven de 21 años, baja de estatura, morena, de cabello negro y largo, recogido en dos coletas, delgada, de tetas medianas, culo redondito y preciosa de cara.

Los hechos ocurrieron así:

La prima y el primo de Luisiña, Beatriz, de 19 años, una muchacha de larga melena pelirroja, alta, delgada, con buenas tetas y buen culo, y su hermano Esteban, un joven de 22 años, delgado, con melena rubia, alto y muy guapo, habían llegado de Inglaterra a la aldea con su madre para conocer a la familia materna.

Un domingo, el padre de Luisiña la mandó al monte a apacentar las ovejas, las cabras y la burra. Su primo y su prima se anotaron a ir con ella. A la hora de comer, en el monte, sentadas las primas y el primo debajo de un pino manso, Luisiña sacó de la cesta el mantel, el pollo frito, el pan y el vino blanco, la gaseosa y dos vasos y se pusieron a comer... Estaban comiendo el pollo con las manos. Beatriz, viendo que Luisiña le iba a echar gaseosa al vino, le dijo:

-¿Tan malo es el vino como para tener que echarle gaseosa?

-Es vino blanco del país, no lo pude haber mejor, pero si lo bebes solo se te sube a la cabeza.

Esteban le dijo a la prima:

-Trae para acá la botella. Yo lo chupo sin bautizar.

Luisiña le dio la botella y Esteban le echó un trago largo.

-¡Sí, que sube, sí! ¡¡Me encanta!!

Luisiña y Beatriz no quisieron ser menos que Esteban y también le echaron un buen trago.

Luisiña, tenía curiosidad por saber cosas de Inglaterra y de los ingleses. Mientras comían, le preguntó a Beatriz:

-¿En Londres visten todos tan floreados como vosotros?

-Los hippies, sí, solemos vestir de la misma manera. Las chicas llevamos vestidos largos y floreados, calzamos sandalias, y en la cabeza llevamos una cinta y una flor. Los chicos una pañueleta en la cabeza, pantalones pintados...

-¿Cómo te llaman entre los hippies, prima?

-Biatris.

-¿Y a ti, Esteban?

-Stif.

-¿Y a mí como me llamarían?

-Carmina.

-Lo dijiste como si tuvieras papas en la boca.

-Es que lo pronuncian así.

-¿Y qué coño sois los hippies?

-Formamos un movimiento pacifista. Nuestro lema es: Haz el amor no la guerra. Practicamos el amor libre...

-¿Qué es el amor libre?

-Cada uno jode con quien le gusta, mujer con mujer, hombre con hombre, hombre con mujer...

Esteban, le dijo:

-Debías ver mundo, prima.

-Para ver eso... ¿Es que no tiene nada más que ver Londres, prima?

-Para los turistas. El Big Ben...

-¿Eso qué es?

-Un reloj muy antiguo.

-¿De cuco?

-¡Tú sí que eres cuca! Es un reloj... es un reloj muy grande que está en una torre.

-¿Y qué más hay para ver?

-El Puente de la Torre. Por debajo pasa el río Támesis

-Aquí también tenemos un puente y por debajo pasa el río de Carmelita.

-El Puente de la Torre es tan largo como tu aldea.

-¡Si qué es largo, sí! ¿Y qué más hay para ver?

-La Abadía de Westminster. El Palacio de Westminster, Hyde Park, la Catedral de san Pablo. Sait James Park. Los jardines de Kensigton. El zoo. Picadilly Circus con su fuente de Eros...

-Aquí tenemos tres fuentes. Os ganamos.

-¿Alguna tiene una estatua de Eros?

-No, pero tienen agua fresquita, fresquita, fresquita.

-Mejor lo dejamos. Si un día vas a Londres sabrás de lo que estoy hablando.

Acabaron de comer. Estaban contentos los tres. Luisiña recogió y después le dijo a su prima y a su primo:

-Voy a echar una siesta.

Esteban tenía otros planes.

-Yo voy a pasarlo bien. ¿Te animas, Bea?

-Con un bomboncito al lado no tardaré en venirme.

Luisiña no entendía nada.

-No sé qué vais a hacer pero yo a lo mío.

Luisiña se echó boca arriba en la hierba y cerró los ojos para dormir. Beatriz se echó al lado izquierdo de ella y Esteban al derecho. Cerraron los ojos, una se levantó el vestido y metió una mano dentro de las bragas y el otro sacó la polla. Se comenzaron a masturbar. Luisiña, que tenía el oído fino, sintió que su prima y su primo se estaban rascando, pero un minuto más tarde, como ya era mucho rascar, abrió los ojos y, asombrada, vio lo que estaba haciendo su prima.

-¡¿Qué haces en el coño?!

-Meto un dedo y pienso en ti. Soy algo lesbiana.

-Lo que eres es una guarra. -miró para su primo. Se incorporó como si la empujara un muelle- ¡Hostias, pedazo de carallo!

Esteban, sonrió. Le había gustado que le dijera que la tenía grande.

-¿Te gusta?

-¡Oh, oh!

-¿Quieres tocarla?

-¡No!

Esteban le cogió una mano y se la llevó a la polla. Luisiña no había hecho fuerza para que no se la llevase. Beatriz se levantó. Se echó al lado de su hermano. Volvió a meter la mano dentro de las bragas y después metió la polla de Esteban en la boca y se la mamó. La boca de Beatriz llegaba hasta la mano de Luisiña. Luisiña se empezó a mojar.

Al rato, Beatriz, dejó de mamar, y le preguntó a Luisiña:

-¿Te hicieron alguna vez un cunnilingus?

-¿Eso qué es?

-Lo que le hizo el gato a Camiliña.

-No.

-Seguro que me lo dabas en un par de minutos.

-¿Qué te daba?

-El jugo de tu corrida, bonita.

-Tú no sabes lo que dices.

-Sé se, lo que no sabes tú es lo que te estás perdiendo.

Luisiña sintió el ruido de un chapoteo, y le preguntó.

- ¡¿Ese ruido lo hace tu coño?!

-Lo hacen los dedos dentro de mi coño chapoteando en mi humedad.

Beatriz quitó los dedos del coño. Lusiña vio que estaban mojados. Beatriz los llevó a la boca y los chupó. Bajó la cremallera del vestido... Luisiña vio sus grandes tetas con grandes pezones y enormes areolas negras y sintió como sus bragas se acababan de empapar. Beatriz se magreó las tetas, y le dijo a Luisiña:

-¿Te gustan?

-Yo también tengo dos.

-¿Dejas que te las mamé?

-A mí no me gustan las mujeres.

Esteban le comió las tetas a su hermana. Beatriz le preguntó a Luisiña:

-¿Besaste a alguna chica en la boca, Luisiña?

-No.

Beatriz acercó sus labios a los de Luisiña.

-¡No lo intentes que me dejo!

Beatriz le dio un pico. Luisiña no retiró los labios. La lengua de Beatriz recorrió sus labios y después entró en su boca. Acto seguido fue Esteban el que besó a su prima. El coño de Luisiña latía y no paraba de soltar jugo. Beatriz le llevó el pezón de la teta izquierda a la boca y Luisiña le chupó el pezón y la teta. Lusiña ya estaba desatada. Cogió la teta derecha de su prima y se la mamó. Esteban le agarró la cabeza a Luisiña y se la llevó a su polla. Se la chupó. Beatriz, ya estaba ardiendo. Le subió la camiseta a su prima.

-Vamos a ver como son tus tetas, Luisiña.

-Para, para que puede venir alguien.

-Vigila, Esteban.

Esteban, mientras vigilaba, le comió las tetas a su prima, unas tetas medianas, tirando a grandes, duras como piedras, con areolas rosadas y pezones grandes y erectos. Beatriz le quitó las bragas, que estaban chorreando. Metió la cabeza entre sus piernas.

-¡Qué bien huele!! ¿Qué le echas, Luisiña?

Le preguntó, y luego le lamió el coño.

-¡Poooolvos de taaaalco!

Beatriz, a pesar de su juventud, debió de comer coños por un tubo. Chupó, lamió y mamó, donde debía, como debía y en el momento en que debía, y tal y como había dicho, Luisiña, antes de dos minutos, dijo:

-¡Estoy ardiendo! ¡¡Me voy a morir!! ¡¡¡Aaaaaa!!!

Lusiña se corrió por vez primera. Beatriz bebió hasta la última gota de su jugo. Después, le besó los pezones de las tetas, la besó en la boca, y acto seguido, se quitó las bragas. Le puso en la boca aquel coño empapado de jugo, rodeado de vello pelirrojo, y le dijo:

-Saca la lengua, prima.

Luisiña sacó la lengua y Beatriz, magreándose las tetas. Se la folló hasta que, temblando, le dijo:

-¡¡¡Aaaaacabo!!!

Beatriz casi ahoga a su prima con la cascada de jugo que derramó en su boca. Fue una corrida inmensa.

Al acabar de correrse su hermana, le dijo Esteban a Luisiña:

-Ahora te voy a hacer correr yo con la polla, prima.

-No, no que puedo quedar preñada. Además, la tienes muy grande. Nunca lo hice con un hombre y me reventarías.

-Eso decía mi hermana y ahora más que tuviera.

-¡¿Desvirgaste a tu hermana?!

Le respondió Beatriz.

-Y lo hizo tan bien que acabé corriéndome tres veces.

-¡¿Tres?!

Esteban no quería soltar la presa.

-Sí, hice que se corriera tres veces. ¿Te masturbas, Luisiña?

-¿Eso qué es?

-Hacerse una paja. Aquí creo que le decís tirar una pera.

-Nadie me enseñó a tirar una pera. Creía que sólo la hacían los hombres.

-Si quieres te la tiro yo.

Beatriz tenía otra opinión.

-Mejor que se la haga ella, Esteban. Escucha, Lusiña, tienes que tocarte con los dedos mojados lo que tú llamas la pepitilla. Cerrar los ojos y pensar en alguien que te guste. Y después lo que tú quieras. Te jode, lo jodes, te come las tetas, te come el coño, te come el culo, le chupas la polla, lo comes a besos... Cuanto más cachonda te pongas más mojada vas a estar. Si quieres, puedes meter un dedo en el chocho. Al final, cuando sientas que te vas a correr, aceleras los movimientos de los dedos y te corres. ¿Entendiste?

-Sí.

-Échate boca arriba en la hierba y deja que veamos como lo haces.

Luisiña se echó boca arriba sobre la hierba. Se levantó la falda. Mojó tres dedos en el coño y comenzó a acariciarlo. Beatriz le llevó los dedos de abajo arriba... hizo círculos sobre el clítoris... le llevó los dedos hacia los lados... Luego quitó su mano y Luisiña siguió sola.

Beatriz y Esteban se masturbaron mirando para el coño peludo de Lusiña. Al rato, Beatriz, le preguntó:

-¿Qué haces, o que te están haciendo, Luisiña?

-Me estabais besando en la boca, tú y tu hermano.

Beatriz y Esteban la besaron juntos y juntos le metieron las lenguas en la boca, lenguas que Lusiña chupó.

Después siguieron masturbándose y mirando para su coño. Al rato, Beatriz, le metió el dedo medio en el culo. A Luisiña le gustó.

-¡Qué gusto, prima! Chuparme las tetas.

Beatriz le chupó la teta izquierda mientras le follaba el culo con el dedo y Esteban la derecha. Lusiña metió un dedo en el coño, y al ratito se estaba masturbando con dos dedos. Se había desvirgado sola.

Beatriz, viendo a su prima follarse el coño con los dedos, le dijo a su hermano:

-Métemela en el culo, Esteban.

Luisiña, al oír a su prima, abrió los ojos. Beatriz tenía el culo cerca de su cara. Vio como le latía el ojete, y después como la polla de Esteban iba entrando en el culo de su prima. Al ratito, viendo entrar y salir la polla de su primo en el culo de su prima, a Luisiña le comenzó el hormigueo en los pies. Después se puso tensa, y exclamó:

-¡Me viene el gusto otra vez!

Beatriz, que se estaba masturbando con dos dedos dentro del coño, soltó un chorro de flujo que salió a presión.

-¡Y a mí, prima, y ya mí!

Esteban, se reservó. Quería follar a su prima.

Al acabar de correrse las dos muchachas, le dijo a Luisiña:

-¿Quieres correrte otra vez, prima?

-Quiero.

Esteban se echó boca arriba, y le dijo:

-Sube.

-¿Y si quedo preñada?

-Tranquila, no me voy a correr dentro de tu coño

Luisiña, subió encima de su primo. Beatriz le cogió la polla a su hermano y la frotó contra el coño empapado, después, hizo círculos con el glande en el ojete, que latía pidiendo guerra. Beatriz lo puso en la entrada, Luisiña echó el culo hacia atrás y metió la cabeza. Beatriz no dejó que la metiera más. Le quitó la polla del culo. Le volvió a frotar el coño con el glande, un coño que ya echaba por fuera. Lo puso en la entrada de la vagina. Lusiña, empujó y metió la cabeza. No le dolió, puede que fuese por la excitación. Beatriz quería jugar. Sacó la polla del coño de su prima y la volvió a poner en la entrada del ojete, esta vez, Luisiña, metió la polla con su culo hasta la mitad. Ya sus gemidos decían que se iba a correr. Beatriz la volvió a quitar y se la volvió a poner en la entrada de la vagina. Luisiña metió la polla hasta el fondo y folló a su primo hasta que sintió que le venía otra vez.

-No me eches la leche dentro, primo, nooo ¡¡Oooooh!!

Luisiña le apretó la polla con sus paredes vaginales, Esteban sintió los latidos de su miembro. Se corría sin remedio. Lo sacó. Beatriz vio salir el primer chorro de leche. Se la puso en la entrada del culo, y Luisiña, muriéndose de gusto, empujó con su culo hasta que se clavó la polla hasta el fondo.

Después de recuperarse Luisiña, le dijo Beatriz:

-¿Quieres aprender a mamar una polla, prima?

-Sí, me gustaría saber a qué sabe la leche.

Esteban tenía la polla baja. Luisiña cogió la gaseosa en la cesta. La abrió y la derramó por la polla de su primo. Las burbujas le hicieron cosquillas y la polla empezó a levantar la cabeza. Se la lavó bien lavada.

Beatriz empezó con la lección.

-Coge la polla y mueve tu mano de arriba abajo y de abajo arriba apretándola.

Luisiña hizo lo que le dijo.

-Mira como se hace.

Beatriz le lamió y le chupó los cojones... lamió la polla desde los cojones al prepucio, le lamió la corona, le chupó el glande y después se la mamó varias veces metiéndola en la boca hasta la mitad.

Luisiña, al acabar la lección, le dijo a su prima:

-Es fácil.

-Hazlo.

Luisiña hizo todo como hiciera su prima, sólo que al mamarla la metió toda en la boca.

Al acabar, le dijo Beatriz:

-¡Joder, lo haces mejor que yo! De verte me empezó a picar el coño otra vez.

-Luego me enseñas como comerlo.

Luisiña y Beatriz se la mamaron a dúo. Hasta que Esteban no aguantó más, y le dijo a Lusiña:

-¿No querías saber cómo sabe la leche de un hombre?

-Sí, dámela.

Luisiña metió la polla en la boca y al instante se le fue llenando de un líquido espeso y calentito. Lusiña se tragó hasta la última gota. Cuando Esteban acabó de correrse, le dijo Luisiña a Beatriz:

-Sabe raro y huele raro, pero... ¡Que cachonda me puso!

-¡Pues ala que a mí verte tragando la leche...! ¿Te aprendo ahora a comer el chocho?

-Ya me tarda.

Beatriz se puso a cuatro patas y se levantó el vestido. Luisiña se puso detrás de ella, también a cuatro patas, a ella el vestido se lo levantó Esteban, que le iba a hacer lo mismo que Beatriz le mandase hacer a ella.

-Lame desde el coño al ojo del culo.

-Estás empaaapaaada. ¡Qué gustito!

-Fóllame el ojete con la lengua.

Al rato...

-¡Hostias que ya me va a venir el gusto!

Las primas se deshacían en gemidos.

-Fóllame el chocho con la lengua, Luisiña.

Luisiña ya estaba caliente como una perra en celo.

-¡Métemela, Esteban, métemela!

-¿Dónde?

-En el coño.

Esteban se la clavó hasta el fondo, y exclamó:

-¡Que apretadita entra!

Beatriz ya veía cerca el orgasmo.

-Lámeme la pepitilla, prima... de abajo arriba... Aprieta tu lengua contra ella y lame más rápido... más... más. ¡¡¡Beeebe!!!

Beatriz soltó un chorro de flujo que dejó perdida la cara de Luisiña. Luisiña se comenzó a correr, esta vez ya no dijo que le venía el gusto, dijo:

-¡¡¡Me coooorro!!!

Esteban, oyendo los gemidos orgásmicos de su hermana y de Luisiña, tuvo que quitar la polla. Iba a correrse en la entrada del ojete de Luisiña, pero Luisiña volvió a atacar la polla con su culo y la volvió a meter hasta el fondo.

Fueron tres corridas largas e intensas, muy, muy intensas.

Al día siguiente, Beatriz, su madre y Esteban regresaron a Inglaterra. Luisiña quedó invitada a unas vacaciones en Londres.

Se agradecen los comentarios buenos y malos.

(8,28)