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Trío por deserción en las filas

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Ana quiso que le ayudara a escribir este relato que más que eso es un recuento de un buen evento que ella tuvo mientras me hallaba de viaje. Siempre hemos sido muy abiertos y no me molesta que ella se procure sexo en mis ausencias pero ella rara vez lo busca proactivamente. Cuando le ha pasado es por situaciones como la que ahora ponemos en voz de Ana:

Me cogí a los dos al mismo tiempo cuando yo no pensaba cogerme a ninguno. Mi novio y yo hemos hecho tríos antes y creo que por eso al final me salió tan natural sin olvidar que para ese día yo tenía más de un mes sin coger.

Mi amiga Monserrat y yo salimos a cenar a un restaurante nuevo. Cuando íbamos de salida notamos que al lado habían abierto un bar nuevo y ella quiso entrar. No voy a entrar en detalles. Dos chavos muy guapos se nos acercaron, Eddy y Pablo. Resultaron representantes de una empresa de la capital y los habían enviado a un evento. Era su última noche y como estaban en el hotel de enfrente habían decidido pasarla de fiesta. Realmente se veían fuera de cancha y creo que se nos acercaron porque nos vieron igual a nosotras. Yo no estaba acostumbrada a salir sin mi novio pero él se había ido al sur a cubrir un interinato de 2 meses hacía ya casi 5 semanas. Desde el principio Eddy se le lanzó a Monse y ella fue receptiva con él desde el principio. Pablo hablaba conmigo pero era obvio que se dio cuenta, al menos al principio, que yo no andaba de ligue. Aparte, aunque ambos eran guapos y se veían bastante atléticos, el Eddy era más mi tipo y sentía cierta curiosidad por mirarlo. Nosotras nunca somos de andar ligando casual pero esa noche Monse le había entrado al trago con singularidad desde la cena y ya traía arriba una botella de tinto más 2 shots de tequila y 2 cervezas que yo no sé cómo pudo acomodarlas. El caso es que no pasó mucho rato sin que Monse dijera que nos fuéramos a su depto. Íbamos en mi coche, razón por la que yo no había tomado gran cosa. No la iba a dejar sola con 2 fuereños por inofensivos que se vieran. Igual el loft de Monse es lindo y propicio para las fiestas.

Apenas subimos al carro y Monse comenzó a fajarse con Eddy en el asiento de atrás. Escucharla atrás admito que me subió un poco la calentura pero aún me sentía incómoda con la idea de ponerle el cuerno a David mi novio aunque yo sabía que él nunca se enojaría porque es muy seguro de sí mismo. La verdad los arrumacos pasaron a ser bastante desenfrenados y casi creo que si Monse no hubiera traído pantalón sólo Dios sabe lo que hubiera ocurrido ahí mismo en el coche porque sí alcancé a ver por el espejo que Eddy le metía mano por todos lados.

Pablo se notaba algo nervioso y sólo hacía comentarios incidentales aquí y allá. De vez en cuando le echaba un ojo a mis piernas. Yo traía una minifalda de encaje porque era una noche particularmente calurosa y sandalias de piso descubiertas.

Llegamos al departamento loft de Monse. Es una gran estancia de doble altura donde está la cocina con medio baño abajo y una segunda media planta donde está la recamara y un baño completo. La sala es tipo 1 2 y 3 bastante cómoda. Eddy y Monse siguieron con su faje después de que ella abrió 4 cervezas que sacó de su refrigerador. Yo me senté en un extremo del sillón más largo y después de quitarme las sandalias subí los pies descalzos poniéndome de frente a Pablo que ya se había sentado al otro lado. El sofá no es muy largo y mis pies desnudos quedaron casi tocando el muslo de Pablo. Estuvimos platicando sobre nuestros trabajos. Lo que ellos hacían era interesante y era una forma de ayudarnos a hacer como que no veíamos el faje de Monse y Eddy. Igual no pasó mucho rato para cuando ella volteó hacía mí y mientras jalaba a Eddy por las escaleras me dijo solamente: "con permiso amiga. Le pones botón a la puerta al salir". Pablo se quedó con cara nerviosa y volteó a verme: "ya nos dejaron". Seguimos hablando. Entonces él me preguntó si yo iba al gimnasio porque tenía piernas muy atléticas. "Sí" le dije "pero no lo son tanto". Sin pensar en las consecuencias le dije: "en serio toca mis pantorrillas, yo las quiero más firmes". Ella tocó con mano firme palpándolas. El contacto con su mano me hizo correr un escalofrío de mis tobillos a mi entrepierna. Me estremecí un poco pero Pablo no pareció darse cuenta. Se veía un poco nervioso aún, como no sabiendo qué hacer. De hecho yo no estaba segura ni de querer coger con él ahí en plena sala o de que siquiera el quisiera hacer algo conmigo aunque para mi ya se estaba convirtiendo en un tema de lugar más que de decidirse o no.

Yo hundía mis pies en el sillón pero Pablo había bajado sus manos de mis pantorrillas a mis pies como sintiendo la piel pero casi masajeándolos. "Los tienes muy cuidados tus pies. Lástima que no te sientas satisfecha con tus piernas aunque las tienes bastante atractivas". Yo le contesté que no estaba satisfecha con mis piernas pero tampoco era que no me gustaran. "Por algo me pongo minifalda" le dije. El seguía acariciando mis pies y me preguntó: "entonces sí te gustan tus piernas?" Yo ya estaba entrando en plena calentura y le dije: "me gusta eso que estás haciendo con tu mano". El ya con el claro consentimiento comenzó a acariciar mis pantorrillas suavemente de arriba a abajo y yo no pude evitar comenzar a respirar fuerte. Yo sabía que Monse para ese momento debía estar ya por el segundo orgasmo y pensar en ello me excitaba imaginando al Eddy encima de ella. Pablo continuó acariciando mis piernas y pasó poco a poco hacia arriba. Yo separé un poquito mis muslos lo que él aprovechó para acariciarlos por dentro. En ese momento yo me deslicé hacia abajo lo que de manera irremediable llevó su mano hasta mi entrepierna. La sola proximidad de su mano me hizo escapar un gemido de excitación. Pablo no pareció perder la compostura. Yo comenzaba a pensar solamente en que me metiera la verga de una vez pero el parecía querer disfrutar el momento. Una vez que su mano estuvo en mi entrepierna comenzó a deslizar su pulgar por encima de mi pantaleta. Yo ya me sentía muy mojada y no pensaba. Solo sentía mis labios hinchados y deseaba que me los separara y me penetrara al menos con los dedos. Ya no recuerdo si gemí o grité o qué pero de pronto sentí que separaba mis piernas y súbitamente sentí su cabeza en medio mientras pasaba su lengua sobre la tela empapada. Yo puse mis pies sobre su espalda y comencé a menear mi cadera instintivamente y el comenzó a darme de lengüetazos rítmicamente. No pasó mucho tiempo para que lograra hacerme venir. Cuando eso pasó se incorporó un poco observándome como me convulsionaba de placer. Era curioso. Entre el tiempo que tenía sin coger y su manera de mirarme me vine bastante fuerte para ser un oral por encima de mi ropa interior. Cuando vio que comenzaba a pasar el clímax me dijo: "qué rico te vienes" yo me reí y lo jalé hacia mí. Comenzamos a besarnos pero yo no perdí mi tiempo. Comencé a buscar la hebilla de su cinturón tratando de facilitar que se quitara el pantalón. No recuerdo ya si lo logré yo o él me ayudó pero finalmente pude meter mi mano y agarrar su pene con toda mi mano. Él lo empujaba contra mi sexo por encima de mi pantaleta mientras comenzó a buscar mis pechos jalando hacia abajo mi blusa lo que no tardó en lograr. Yo seguía sintiendo ansiedad y ganas de que ya me penetrara. Le pregunté "tienes un condón?" Se incorporó y me miró por un segundo antes de ponerse de pie para buscar en la bolsa de su pantalón. Sacó varios y los puso sobre la mesita de centro. Hombre precavido coge por dos! Yo aproveché y me senté. Me quité la blusa y el sostén. Cuando él vio eso comenzó a quitarse la ropa de pie frente a mí. Yo no dejaba de mirar su pene erecto mientras se calzaba el condón. Me quedé recargada en el sillón y subí los pies. Él se hincó frente al sillón y se metió entre mis piernas. Me penetró fácilmente porque yo estaba muy mojada. Comenzó a moverse dentro de mí mientras yo lo jalaba contra mí sosteniendo su trasero. Su cuerpo era firme y yo estaba atenta a eso sintiendo sus embestidas cuando abrí los ojos y vi a Eddy mirándonos desde las escaleras. Estaba sólo en calzoncillos y era obvia la erección. Supe después que Monse se quedó dormida casi desde que entraron a la recamara y Eddy al principio quiso dejarnos solos pero cuando escuchó mis gemidos no pudo evitar la curiosidad de asomarse así que vio el show casi desde el inicio. Verlo ahí observándonos me puso más caliente y traté de que mi mirada le dejara claro que me daba cuenta que estaba ahí. Comencé a contonearme más fuerte mientras le sonreía. Eso pareció desinhibirlo porque comenzó a tocarse el paquete sin dejar de mirarnos. Pablo estaba concentradísimo en sus movimientos encima de mí. Lo tomé por el trasero con mis manos sin dejar de mirar a Eddy. No estaba muy segura de sí se daba cuenta que yo lo veía pero me excitaba mucho sentir su mirada, ver ahí de pie su bien trabajado cuerpo con aquella evidente erección en sus calzoncillos. Al mismo tiempo, sentir adentro la verga caliente y dura de Pablo moviéndose en mi vagina cada vez más lubricada. Empecé a llegar al clímax pensando en todo eso y cuando sentí los chorros de semen estrellándose en mi vagina me vine y me vine perdiendo contacto con mi entorno. Pablo se dejó caer en la alfombra exhausto y yo todavía duré unos segundos gozando de mi orgasmo por penetración, que desde semanas atrás me hacía falta. Por un momento me quedé en el sofá relajándome e imaginando que Eddy me miraba ahí desnuda y cogida.

Abrí los ojos y Eddy ya no estaba en el rellano de la escalera. "Voy al baño" le dije a Pablo. Me fui así desnuda con obvias intenciones. Hice el menor ruido posible. Eddy para no hacer ruido había dejado la puerta del baño apenas emparejada. Sobra decir que cuando abrí la puerta se sorprendió apenado de que lo encontrara masturbándose de pie junto al lavamanos. Cuando me vio entrar se cubrió apenado con sus manos y se recargó en el lavamanos. Aún tenía el bóxer. "Me imaginé que estarías auto complaciéndote pero tengo una idea mejor" le dije, para romper el hielo. Me miró sorprendido y me preguntó: "¿y Pablo?". "El acabó ya. Muy rico por cierto, pero presiento que tú todavía tienes batería" mientras dije esto jalé con una mano el elástico de su bóxer y metí la otra para tomar su miembro. Estaba duro y yo quería coger más. Le di unos jalones mientras le di un beso en la boca. Él no perdió el tiempo y me jaló hacia él por el trasero lo que me encendió otra vez. Nos besamos un poco más y creo que yo en algún momento le bajé o él se bajó el bóxer. Fajamos un poco de pie en el baño. Eddy tenía la estatura exacta para frotar su pene sobre mi clítoris y fue lo que hice un poco para entrar en calor. Lo tomé de la mano y nos encaminamos a la sala. Mientras bajábamos la escalera Pablo, que seguía recuperándose sobre la alfombra, empezaba a incorporarse pero aún antes de que nos viera le dije: "me traje un invitado de arriba que dejaron a medias" él volteó y sin apenarse le dijo a Eddy: "ahora sí hasta hermanitos de leche mi Eddy. Salimos suertudos". Eddy sólo dejó escapar una leve sonrisa. De pronto me encontré en medio de los dos de pie, manoseando mi cuerpo como no encontrando un lugar donde dejar las manos. Yo sentía la verga dura de Eddy apretarse contra mi trasero. Me dí la vuelta e hice a ambos que se sentaran en los extremos del sofá. Yo me recosté y comencé a darle a Eddy una mamada que lo puso más y más duro. Mientras tanto, comencé a sentir las manos de Pablo jugueteando entre mis piernas. Con mis movimientos le hice saber que era bienvenida la maniobra. Comenzó a usar sus dedos de varias formas y casi me hizo venir pero antes de eso tomé un condón de la mesa y sin dejarlos levantarse se lo puse a Eddy rápidamente antes de sentarme sobre su regazo al tiempo que lo dejaba penetrarme. Tenía una verga deliciosa y casi de inmediato comencé a moverme. Como era mi tercer orgasmo fue bastante fuerte y creo que grité o algo muy llamativo hice porque Pablo de nuevo tenía una erección mirándome y comenzó a masturbarse. Eddy no había terminado aún. Por lo visto a pesar de estar caliente largo rato era también de largo aguante. Me dejé caer al sillón para quedar en cuatro y poder darle una mamada a Pablo. Obvio Eddy entendió el mensaje y sin perder tiempo me penetró con presteza. Aquello fue delicioso. Eddy amasaba mi culo con fuerza y me jalaba de mis caderas para penetrarme más fuerte. Adoro que me cojan en cuatro y si puedo mamar un buen pene al mismo tiempo es juego redondo. Yo estaba tan caliente que empecé a tener varios pequeños orgasmos consecutivos uno tras otro tras otro.

En medio de tanto placer me las arreglaba para seguir mamando y masturbando el miembro de Pablo. Los espasmos de mi vagina se iban haciendo más y más intensos cuando de pronto Pablo estalló eyaculando en mi cara. Sentí los chorros de semen caliente estrellándose calientitos en mi cara y en mi boca. Eso me encanta y casi de inmediato comencé a gritar en un orgasmo increíble. Sentí como me escurrían chorros de líquido en la vagina y supe que Eddy se estaba viniendo de sentirme venir a mí. Fue delicioso venirme y sentir esos espasmos intensos con tanta lubricación y la verga de Eddy. Terminamos echados los tres en el sofá. Callados, respirando fuerte, recuperándonos de la faena.

Me quedé dormitando un poco sobre el sofá con mi cabeza en el regazo de Pablo y mis pies sobre las piernas de Eddy. La verdad no me di cuenta cuanto tiempo dormité pero de pronto entre sueños comencé a sentir que Eddy acariciaba mis pies. Fue una sensación placentera y me quedé quieta sintiendo que comenzaba a excitarme pero sin saber si ellos estarían ya recuperados. De pronto levantó una de mis piernas y comenzó a chupar los dedos de ese pie mientras con la otra mano acariciaba mi pantorrilla y avanzaba hacia arriba. Ahí sí ya no pude aguantar el gemido y lo dejé escapar. Siguió besando mi pie y fue subiendo sus besos a lo largo de mi pierna poco a poco. Yo comencé a sentir calientes e hinchados mi clitoris y los labios. Comenzó a frotarme con la palma de la mano apenas casi sin tocarme y ese contacto incompleto hizo que deseara aún más el ser penetrada otra vez. Era una calentura igual o peor que antes de comenzar con Pablo. Yo ya casi por reflejo separé mis piernas lo que Eddy aprovechó y se dirigió directo a meter su lengua en mi vagina. Comenzó a darme de lengüetazos desde afuera de abajo hacia arriba metiendo de pasada su lengua entre mis labios y presionando con fuerza mi clítoris. Yo coloqué mis pies sobre la espalda de Eddy que incrementó la fuerza de sus ataques. Tenía mi trasero firmemente atrapado con sus manos y me jalaba hacia él lo que me excitaba más. Pablo despertó por el alboroto y comenzó acariciarme el torso pero terminó concentrado en mis pechos besándolos. No me costó mucho trabajo encontrar su miembro porque nuevamente estaba erecto. Comencé a masturbarlo con las mismas fuerzas que yo me estaba excitando. De pronto lo sentí venirse en mi mano salpicándome en la cara con su semen lo que siempre me ha encantado sentir. Eso hizo que nuevamente comenzara a tener un orgasmo mucho más intenso que todos los anteriores. Apenas comencé a venirme Eddy se incorporó dejando mis pies sobre sus hombros. Me penetró sin preguntar justo cuando estaba en el clímax de mis espasmos y comenzó a venirse él también. Haberme levantado las piernas hizo que sintiera profundamente su verga adentro de mí y eso hizo que me viniera aún más fuerte. Claramente sentí escurrirme entre mis jugos y su semen. Siguió un poco más sobre mí hasta que exhausto se dejó caer igual que Pablo. Solo de relatar todo esto siento que quisiera volver a vivirlo pero hay muchas otras historias que contar.


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