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En la oficina con mi prima
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Tiempo de lectura: 6 minutos

Empezaré diciendo que soy casado con una bella mujer y que a pesar que en mi época de soltero fui bastante mujeriego, las responsabilidades del matrimonio y sobre todo el amor que le tengo a mi pareja aunado a mi trabajo, me había digamos “curado” de aquellas costumbres, hasta que me sucedió lo que a continuación les contaré…

Trabajo en un empresa y estoy a cargo de una área de sistemas, un día recibí la llamada de mi prima Erika (a quien llamaré así por obvias razones) quien estaba por terminar su carrera de administración, y me preguntaba si habría oportunidad de que realizara un internado en la empresa para poder realizar su tesis, cosa que en años atrás yo mismo le había ofrecido, sin dudarlo le dije que en unos días le tendría la respuesta y así fue, no hubo ningún problema para que ella pudiera ingresar al departamento de administración como auxiliar contable. Pero antes de continuar déjenme hablarles un poco de Erika, ella tiene 22 años aunque parece de 19 o menos y sinceramente tiene un cuerpazo además de ser muy linda, cosa que si bien ya lo había notado, no lo hacía con la morbosidad clásica de nosotros los hombres pues cuando la veía era en reuniones familiares y acostumbraba vestirse digamos de manera normal y no provocativa, pero ahora al conseguir su primer empleo, sacó quien sabe de dónde ropa sumamente provocativa, minifaldas, pantalones ajustados, blusas escotadas, en fin ustedes saben…

Los días transcurrieron de forma normal, los compañeros de trabajo notaban que esa chica era sumamente sexy y no faltó quien hasta me llamara primo, lo galanes le sobraban, pero la verdad a mí ni me inmutaba la situación aunque debo admitir que empezó a nacer en mi una atracción hacia esa mujer olvidando totalmente el parentesco familiar que existía.

Se llegó el tiempo en que se aproximaba una auditoria a la empresa y muchos datos administrativos tenían que ser capturados y Erika fue la encargada de hacerlo, y tuvo que ser en mi oficina, en donde tengo 2 equipos destinados precisamente para estos casos urgentes. A principios de la semana, las 4 de la tarde llegó, aún había compañeros que se empezaban a retirar a eso de las 5 dejándonos solos, pues tenía que capacitarla en la captura de la información, al estar solos entramos en confianza familiar, platicábamos trivialidades mientras realizábamos nuestro trabajo, no podía dejar de admirar sin que ella se diera cuenta esas piernas que eran perfectas, esa cintura y esas tetas rebosantes y grandes, poco a poco empezamos a relajarnos más conforme los días pasaban. Al terminar la semana cerca de las 6 y media de la tarde el trabajo estaba terminado, le dije que si quería que la llevara a casa a lo que dijo inmediatamente que sí, al subir al auto no parábamos de hablar y esa charla fue subiendo de tono pues hablamos de los chismes clásicos de cualquier empresa en cuanto a parejas, los jefes y sus amantes etc., etc., eso sinceramente empezó a calentarme y le pregunté (y no sé cómo lo hice) si ella aún era virgen, volteó a verme con una mirada que no se me va a olvidar, tal parecía que esperaba que le hiciera esa pregunta, dijo que no y que para ella el sexo era lo máximo y le encantaba y sin quitarme los ojos de encima cruzó la pierna… ya se podrán imaginar cómo se me puso la verga… nos quedamos callados por unos segundos yo sin saber qué decir aunque sí sabía qué hacer, tenía que cogerme a mi prima, pues sé que ella me lo estaba insinuando ¿pero cómo?

En ese momento me dijo:

-¡espera, se me olvidó mi celular en tu oficina! Tenemos que regresar pues mañana sábado lo voy a ocupar…

Sin más di la vuelta, estábamos a más de la mitad del camino… en ese momento pensé que esa era mi oportunidad de por lo menos darle un buen faje y vaya que después me sorprendería pues esta putita ya lo tenía planeado todo, llegamos a la oficina cerca de las 7 los últimos empleados iban de salida así que nos fue fácil entrar desapercibidos. Al ir delante mí por las escaleras sus nalgas casi en mi cara dieron cuenta de mi palo que empezaba de nuevo a ponerse firme, al llegar cerré la puerta, prendí la luz, ella se recargó en una mesa y me vio fijamente y dijo:

-bueno primo, es hora de que te agradezca lo bien que me has tratado y lo mucho que me has ayudado.

-En ese momento no había más que decir, la tenía para mí nada más. Me acerqué a ella, la tomé de la cintura y empecé a besarla, al tomarla entre mis brazos pude sentir la exquisitez de su cuerpo, su aroma, que mujer estaba a punto de cogerme, me quitó el saco y la corbata, mientas yo ella le desabotonaba la pequeña blusa que llevaba, tuve frente a mí sus tetas puestas en un corto sostén que dejaba ver casi en su totalidad sus rosados pezones, su respiración se hacía cada vez más rápida, y no decía ni una sola palabra, sólo pequeños gemiditos de excitación, en ese momento no soporté más y yo mismo me quité el cinturón desabroché mi pantalón, enseguida saltó mi palo en toda su magnitud, ella al sentirlo lo tomó en su mano y empezó a jugar con él, se separó un poco de mí para verlo y después verme a los ojos con esa mirada retadora muy de ella, a unos pasos de donde estábamos había una silla, en donde ella me sentó, me miró, aún sin decir nada, se quitó la minifalda que traía puesta que cayó hasta el piso, donde se la quitó totalmente levantando sus pies, estaba frente a mí con su tanguita blanca, se arrodilló delante de mí y empezó a mamarme la verga… era toda una experta su lengua recorría todo mi palo de arriba abajo mientras su manos apretaban mis huevos con una delicadeza magistral, después empezó a chaparme la punta de mi verga y con la punta de su lengua me daba lamidas que parecían toques eléctricos, volvió a bajar a mis huevos en donde empezó a chuparlos sin compasión, mis manos sobre su cabeza levantaban los cabellos de su frente lo que me permitía tener una perspectiva espectacular del trabajo que me estaba realizando, cuando terminó se levantó y se quitó su tanguita, la muy cabrona estaba rasurada con solamente un poco de vello púbico en la parte de arriba de su concha, se sentó en la mesa, justo al lado del monitor de la computadora donde recargó su uno de sus brazos y me dijo: “te toca”; al momento di vuelta con mi silla donde estaba y aún sentado empecé a lamer su panocha, ella colocó sus pies sobre mis rodilla y sus piernas totalmente abiertas daban toda la libertad que pudiera desear, era increíble ese sabor, sus jugos eran riquísimos empezó a gemir cada vez más mientras mi lengua entraba en su vagina… “¡¡¡mmmm ahhh, ahhh!!!”, decía mientras su espalda y su cabeza se hacían para atrás dándose espacio para respirar y menear su cintura, sus muslos de repente presionaban mi cabeza, a lo que por tercera vez que sucedió esto dijo: ¡cógeme ya, ya mételo! Ella no se movió de su lugar y así sentada sobre la mesa yo me puse de pie, tomé mi verga y la apunté sobre su clítoris en donde la coloqué para rozarla aún más, a lo que ella me ordenó: “¡¡¡ya, ya mételo cabrón!!!”. Y así sin más, y de una sola embestida se la clavé hasta el fondo, sus ojos se cerraron fuertemente mientras gemía: “¡¡¡así, así!!! ¡¡¡Qué rico, qué rico me coges, más, más!!!”.

Yo estaba como loco cogiéndola agarrado de sus nalgas que las empujaba hacia mí, el brazo que estaba sobre el monitor lo quitó y colocó esa mano en mi cuello de donde se agarró para poder tener más apoyo… yo sabía en cualquier momento iba a venirme, era cuestión de segundos, por lo que pasó en mi mente rápidamente el temor de embarazar a mi propia prima, a lo que solamente se me ocurrió preguntarle:

-¿quieres de que me venga dentro de ti?

Ella entre palabras cortadas y con la mirada clavada en mí dijo que sí… por lo que solamente cerré los ojos y dejé venir todo mi semen dentro de ella… vaya cogida… sentí que arrojaba litros de semen en su interior, al terminar sólo caí sobre sus pechos mientras ella me acaricia la espalda era fantástico, esa cogida había estado de fantasía nunca me imaginé que mi prima fuera tan puta, aún mi palo estaba dentro de ella me retiré y pude ver como sus jugos y los míos mezclados escurrían al borde de la mesa, tomé mi pene todo batido en semen sin saber qué hacer así que sólo me senté de nuevo en la silla, ella se levantó de la mesa y me dio un delicado beso en la mejilla como si nada hubiera pasado, en el ambiente aún se percibía el inconfundible olor del sexo, miré mi reloj 7:35 pensé que era hora de limpiar e irnos a casa, pues el “agradecimiento” estaba dado.

Qué equivocado estaba, mi prima permanecía inmóvil aún a lado mío sonriendo, al mirarnos nos dio por reírnos al ver el estado en que estábamos, yo con la camisa arriba del ombligo y los pantalones en los tobillos y ella con la entrepierna aun escurriendo de mi semen y una teta de fuera, hubo unos segundos en los que nos quedamos mirando como dos tontos enamorados a lo que solamente le dije:

-Qué bárbara eres Erika estas riquísima… ella contestó:

-¿Sabes desde hace cuánto tiempo deseaba hacer esto contigo?

Su pregunta me dejó perplejo, jamás me imagine que esa niña con la que crecí en mi infancia y ahora toda una mujer me deseara aun sabiendo que yo ya era casado, me quedé mudo, en mi cabeza rodaban un montón de pensamientos. Continuó diciendo…

-desde hace mucho tiempo y no sé cuándo vaya a ver otra oportunidad así que de aquí no nos movemos hasta que me dejes completamente.

Vaya que era una perra mi prima pensé y al mismo tiempo que me esperaba una buena faena por hacer pero no iba a desaprovechar ese monumento que tenía enfrente, además ya entrado con ella qué más daba darnos gusto los dos….

-Ok. Pero aquí no porque no tarda en pasar el guardia hacer su rondín y sería peligroso, además aquí está muy incómodo ¿no crees?

-¿Me vas a llevar a un hotel?

-Sí.

Lanzó un grito de emoción cómo si una adolescente hubiera visto a su artista favorito, lo que me provocó risa, nos empezamos a vestir, al ponerse su tanga pude admirar por primera vez en su totalidad su culo ¡vaya culazo que tenía mi prima! mucho mejor de lo que me había imaginado al tocarlo un momento antes pues nunca me dio la espalda, estaba firme paradito y con una piel de porcelana con un pequeño lunar en la nalga derecha lo que lo hacía más apetecible… una vez vestidos me preguntó que con qué limpiaba la mesa y lo que había escurrido al suelo, le dije que en mi cajón había un trapo para hacerlo, mientras tanto, llamaba a casa para decirle a mi esposa que llegaría más tarde pues estaba tomando una copa con unos amigos, y debo de confesar que era la primera vez después de 4 años de casados que engañaba a mi esposa, y saben qué, por alguna extraña razón no me sentí mal, ni el más mínimo sentimiento de culpa me invadía, quiero pensar que por el hecho de que era mi prima no lo tomaba tan grave después de todo era de la familia.

Ella se me quedó mirando mientras hablaba por teléfono, no dijo absolutamente nada al respecto tomó su bolso y claro el susodicho celular… después de revisar por último que no hubiera ningún rastro de lo realizado ahí , emprendimos el camino al hotel en donde sé que se pondría esto mejor… mucho mejor…

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