Nunca me había fijado demasiado en mi cuñada, quizá porque la conocía desde más joven y no me despertaba nada sexualmente, tampoco es una piba que se pueda decir linda, en realidad un poco lo es, pero su mayor problema es su sobrepeso, siempre fue medio gordita hasta estar directamente gorda, cosa que algo disimula su contextura física. Es alta, debe medir aproximadamente 1,70, tiene caderas y piernas grandes, y dos grandes tetas que siempre me hacían desviar mis miradas cuando venía con algún escote.
Imposible sacarle la mirada cuando estaba en el suelo, ella jugando con mi hijo y yo desde arriba espiando a detalle ese escote en donde se podían ver unas lindas marcas de estrías sobre sus pechos. Me calentaba imaginar cómo serían sus pezones, su textura, su sabor. Además de su cuerpo tiene una cara muy linda, una gran boca y un pelo hermoso, el cual anda siempre desparramando por todo el departamento, era muy fácil encontrar uno de sus largos pelos tirados en el suelo, uno de los tantos fetiches que más de una vez me encontró masturbándome con uno de ellos.
Su pelo tenía un olor muy particular, a sucio, a humedad, vivía en una casa vieja de clase media baja, tendría sabanas de muchos años, toallas percudidas, humedad, era de esas personas que no emanan un olor particularmente rico, nunca sentí que usara perfume tampoco y eso me generaba aún más calentura cada vez que la saludaba y pasaba su pelo sobre mi cara.
Durante un largo tiempo lleve a la práctica una de las cosas más sucias que hice en mi vida, hurgaba en el cesto del baño cuando sabía que había ido ella, buscaba el papel con el que se había limpiado su concha y hacía de todo con él, a veces lo olía y mientras me masturbaba, algunas veces tenia suerte y ese papel estaba muy sucio, con unos mocos vaginales increíbles, los olía me los ponía en la boca algunos los tragaba, también he llegado a embadurnármelos sobre mi pija y masturbarme hasta mezclar mi leche con ese néctar tan rico de su concha, era como si cogiéramos, en ese momento si pasaría eso sería inevitable el contacto de mi pija y esa mucosa.
Otra veces cuando la suerte era mucha quedaban pegados a esos mocos algunos pelos de su concha, eso me calentaba mucho más ya que me reveló que tenía una buena concha peluda tal como me gustan, si bien imaginaba que esto sería así la confirmación me excitaba mucho más. Ponía esos pelos junto a las mucosas en mi boca, hasta llegue a poner un pelo en mi pija y lo lleve ahí todo el día, como si fuese consecuencia de una buena cogida que tuvimos y sin querer uno de sus vellos púbicos quedo pegado en mi pija. A veces me sentía sucio por todas estas prácticas, pero me calentaban, me masturbe muchas veces pensando en cogerme a la gordita sucia de mi cuñada.
Como haría para cogerla? Uno siempre escucha cosas, historias, quizá en el anecdotario colectivo la historia de la cuñada, etc., pero como haría para que se me dé a mí. Se había convertido en uno de mis máximos anhelos sexuales, quería coger con mi cuñada, tener una aventura con ella, que sea mi amante. Pensaba que era muy difícil tal empresa, no era una mina que pareciera coger mucho, nunca apareció con un novio ni nada, yo a veces le preguntaba a mi mujer y le decía que cuando iba a traer un novio su humana pero ni ella tenía mucha información al respecto, llegue a pensar que quizá era virgen, esto era muy probable y a pesar de que en otras mentes esto es algo que excita a mí me sacaba chances de que pueda pasar algo con ella, realmente no sabía por dónde encarar, como insinuarme o algo para al menos obtener alguna pista.
En una oportunidad deje mi celular escondido grabando en el baño justo antes que ella fuese y tuve la suerte de filmarla meando, pero el ángulo desde donde estaba el celular apenas me dejo ver su culo desde arriba mientras bajaba su bombacha, veía cuadro por cuadro y analizaba hasta algún reflejo a ver si podía ver algo mas pero era inútil. Ya se había vuelto una obsesión y eso me llego a crear un arriesgado plan, al menos para verla desnuda.
Llegó la tarde que había esperado, había quedado con su humana en que vendría a cuidar a su sobrino al salir del gym, una vez ya lo había hecho y en esa oportunidad se bañó en mi casa, recuerdo que después olí la toalla con la que se secó buscando ese inconfundible olor a concha sudada, lo encontré y me masturbe oliendo la toalla y pasándomela por mi pija, pero esta vez sería distinto ya que habíamos quedado que la recibía yo y que ni bien llegaba me iba por lo que no iba a poder bañarse para no dejar en ese tiempo solo a su sobrino. Pero mis planes eran otros, antes de que llegue logré hacer dormir a mi hijo así que cuando ella llegó le dije
—ya está dormido, aprovecha y báñate
—uy buenísimo porque soy un asco me dijo, con este calor y la humedad que hay —haciendo alusión a su deplorable estado, el cual me calentaba muchísimo más, tenía puesto una calza larga, a pesar de los 30 grados promedio de ese día, arriba llevaba una remera de algodón, muy común, ni siquiera era deportiva, color gris, imagine y quise observar en ese momento la aureola de sudor que tendría debajo de sus brazos.
—vos ya te vas? —me pregunto
—si querés te banco a que te bañes por si se despierta el bebé —a lo cual asintió y se metió al baño.
Mi excitación era cada vez mayor, tendría a mi cuñada toda sucia recién salida del gimnasio desnuda atrás de la puerta del baño, era una oportunidad que no podía dejar pasar. Ni bien entró me acerque a la puerta quería al menos espiarla y juntar valor para dar otro paso. Escuché que abrió la ducha y eso me dio pauta a que ya no saldría, podía espiar tranquilo. Llevé uno de mis ojos a la cerradura, veía a ella parada justo a la altura de su cintura ideal para llegar a ver esa concha que ya sabía que era peluda pero faltaba cerciorarlo, empezó a desvestirse se sentó y sacó sus zapatillas y medias, se volvió a parar y se bajó la calza que llevaba puesta, el sudor hizo que la calza baje enrollada y deje un poco baja la bombacha, ella estaba de espaldas a la puerta y al agacharse totalmente dejó su enorme culo frente a mis ojos, llevaba una bombacha negra, que también bajó, levantó uno de sus pies y se soltó calza y bombacha, levantó y tiró del otro sacándose todo de la cintura para abajo, seguía de espaldas y como si leyera mis pensamientos y mis ganas de verle la concha en ese preciso momento se gira dejándola toda frente a mis ojos. Era una hermosa y enorme mata de pelo negro que cubría como una bikini a esa concha que estaba a apenas un metro de mi boca, sabía que estaba peluda pero no me esperaba que fuese tanto, casi que podía olerla, moría por olerla, que rico olor debe tener pensé. Mi excitación ya se salía del pantalón y mientras miraba tal espectáculo me empecé a tocar, se quedó parada mirándose al espejo o haciendo algo, no podía ver bien ya que la visión era limitada a través de la cerradura.
En eso sin querer toque con mi cabeza el picaporte y pude notar que ella se dio cuenta ya que se exaltó como si fuesen a abrir la puerta, trate de que no se diera cuenta pero algo en mi quería deschavarme ya que quería ver como era su reacción. Noté en ese instante que se quedó parada de frente a la puerta y se acercó aún más, pero no me asusté ya que al acercarse más dejo su concha bien a la altura de la cerradura y lo único que podía hacer era mirarla, casi hipnotizado, anonadado por tal belleza que moría por tener en mi boca y penetrarla, en ese instante de éxtasis sentí como la gravedad me ganaba, mi cabeza que apoyaba sobre la puerta dejo de tener tal sustento, la puerta se abrió de golpe y yo caía sin remedio sobre los pies de mi cuñada desnuda.
—que haces?! —me dice exaltada
—perdón, no quise…
—no quisiste qué? Me estabas espiando! Salí de acá!
—no no pará —realmente no sabía que decir, si bien quería entrar a ese baño no me esperaba nunca que fuese de esa forma.— perdóname, si te estaba espiando pero no lo pude evitar.
—qué decís?! —seguía exaltada pero en ese momento noté que ya habíamos intercambiado algunas palabras y en ningún momento se tapó ni si quiera con sus manos, yo seguía en el piso mirando a semejante mujer desnuda de la cintura para abajo, y con tan solo un corpiño deportivo color gris con manchas de sudor puesto, era la oportunidad ya estaba jugado, me incorporé torpemente a propósito, apoyando mis manos en sus piernas, levantando mi cara casi rozando esos vellos púbicos, y luego sus tetas quedando totalmente parado delante y muy cerca mi boca de la suya. La mire a los ojos y le dije.
—perdóname, no me pude resistir, hace tiempo te vengo mirando de una manera distinta.
—de que manera? —dijo con su voz mucho más calmada que hacía instantes, pero un tanto temblorosa.
—te miro como a una mujer, no como una nena ni como a alguien de la familia.
—pero lo somos, somos familia.
—Ahora no hay familia acá —le dije, y me quede en silencio mirándola fijo, midiendo su boca, quería besarla. Acerco mi boca a la suya y poso mis labios sobre los suyos, ella se queda inmóvil, la tomo de la cintura y la apretó un poco más al mismo tiempo que intento meter mi lengua en su boca, ella accede pero casi inmediatamente me empuja, quiere sacarme, como queriendo evitar lo ya inevitable, yo no cedo la agarro más fuerte e intento besarla más fuerte y ella responde con más fuerza, es una mujer grande, fuerte, era una dura batalla que sabía que iba a ganar.
Forcejeamos unos segundos más, la apretó con más fuerzas hacia mi cuerpo, su concha ya se rozaba con mi pantalón, apenas unas telas separaban nuestros genitales, podía sentir ese olor caracterismo de ella en su cara y su pelo, pero esta vez acompañado por su transpiración lo cual me excitaba aún más. Bajé mis manos de su cintura a sus enormes nalgas, las apreté con fuerza y las abrí una y otra vez, ella seguía forcejeando no quería que pasara lo que iba a pasar, hasta que con mi mano derecha y sin soltar una de sus nalgas hago un movimiento y llevo mi mano entre sus piernas, pareciera que quiere poner resistencia y apretar fuerte mi mano para que no se mueva, pero le es inútil, sigo avanzando hasta llevar mis dedos a su concha, uno de ellos la penetra, estaba muy mojada, sería la excitación de verse manoseada desnuda por su cuñado, metí otro dedo aún más fuerte y profundo, el forcejeo acabó, me devolvía unos besos con mucha lengua y bien jugosos, sería el momento, ya era inevitable me iba a coger a mi cuñada.
Mi mano jugaba fuertemente con su clítoris, ella medio que intentaba cerrar las piernas pero era ya inevitable, sentía como mi mano era invadida por la humedad que salía de su concha cada vez más, y no era solo una sensación táctil, comenzó también a ser sonora, se escuchaba cada vez más fuerte el chapoteo hermoso de mis dedos invadiendo su sexo, también se oía cada vez más agitada nuestra respiración en esas bocanadas de aire entre beso y beso que eran cada vez más intensos y jugosos. Parecía como si quisiera escapar nuevamente, me hizo para atrás y se dio vuelta como si quisiera entrar en la ducha, como si fuese un lugar en el cual no podría tocarla, como si se fuese a escapar. llegó a poner su pierna derecha adentro, el agua hacia un rato caía y ya había vapor en el ambiente, parecía estar bastante caliente esa agua, la agarre fuerte desde atrás, la abracé pasando mis brazos por su cuerpo y apoyándome sobre su espalda y su culo, mi mano izquierda recorría desde su panza y por sobre su sudado corpiño deportivo hasta su cuello, con mi otra mano volvía a tocar esa concha tan rica y peluda, mis dedos la penetraban y jugaban con su clítoris, con mi boca besaba su cuello, sentía ese gusto agrio y salado de la transpiración junto al olor a humedad de su pelo el cual me cubría y se pegaba gracias al sudor y el vapor del baño en mi cara, ella ponía cara de placer y suspiraba, cerró la canilla ya que el agua estaba muy caliente, como nosotros y todo el ambiente.
Mi mano nadaba en un mar jugoso, no podía creer todos los jugos que salían de su concha, esa mucosa que siempre encontraba en los papeles higiénicos usados tenían que ver con esto, mi cuñada es una rica pendeja calentona de apenas 21 años, se moja increíblemente. Sin dejar de sobar esa concha uso mi otra mano para tocar sus tetas, primero sobre su corpiño deportivo intentando meter mi mano desde su escote, pero la transpiración y la naturaleza de la prenda dificultan un poco la tarea, tiene esa prenda pegada al cuerpo, las aureolas debajo de los brazos y en el escote casi desaparecieron, ahora es todo el corpiño un gran aureola de sudor, hermoso.
Tironeo su corpiño hacia arriba hasta que se liberan sus tetas y caen como dos bolsas pesadas, las manoseo con muchas ganas, se sienten pegoteadas pero muy blandas, tiene la caída justa y entran a la perfección en mi mano, las apretó con fuerza, asomo la vista por sobre su hombro para verlas, son bien blancas y con unos pezones rosados grandes que terminan en punta, sentía muchas ganas de saborearlos.
Su corpiño quedo a medio sacar, fruncido como si fuese una banda elástica a la altura de sus axilas, solté muy a mi pesar esos labios calientes y jugosos de su concha y me dispuse a sacarle el corpiño, ella levantó sus brazos y me invadió la necesidad de chupar sus axilas, la gire un poco hacia mí con sus brazos en alto y use su corpiño mojado de sudor para improvisar una especie de amarre, con sus manos detrás de su nuca dejaba a mi voluntad y frente a mi boca sus axilas, una zona tan erógena como los genitales, chupar una axila sucia me calienta tanto como chupar una concha, y estas axilas particularmente estaban muy sucias, quizá no había usado desodorante o el sudor era demasiado, me excitaba cada vez más descubrir cualquier rastro de suciedad en ese cuerpo.
Lamia sus axilas como si fuese su concha, aproveche la posición para saborear también sus tetas que estaban bien saladas, se notaba que estaban bañadas en sudor, solté sus manos y ahora si estaba totalmente desnuda frente a mí, su pierna derecha metida en la bañadera, la otra sobre la alfombra del baño, nos seguimos besando, ahora a nuestras salivas mezclándose le agregué algo de su propio sudor producto de chupar frenéticamente sus tetas y axilas y alternarlo con jugosos besos.
No puedo evitar volver a llevar mi mano a su concha, sigue muy mojada, quiero probar esos jugos y lo hago, separo mi boca de la de ella y meto mis dedos en mi boca, un gusto agrio y un olor exquisito me invaden, vuelvo a meterle un dedo en su concha y vuelvo a llevarlo a mi boca, esta vez me acerco a ella y mis dedos sucios de sus jugos se entrelazan con nuestras lenguas en un beso hermosamente sucio.
—mmm que rica estas! —le digo mientras la beso
—ah sí?? Más bien sucia que rica, nene.
—me encanta, no te das una idea de lo que me calienta —nos seguimos besando apasionadamente, me envolvía toda la boca con su lengua, que ganas de sentir esa lengua saboreando mi pija pensé.
En eso se separa nuevamente de mí y se da vuelta, como otra vez queriendo encarar para la ducha, hasta atinó a abrirla nuevamente, sabía que no tenía escapatoria igual, la abrazo desde atrás bien fuerte como haces unos minutos, recorro todo su cuerpo con ambas manos, manoseo su concha pasando por su panza y refregando sus tetas, todo de una manera casi rozando lo violento con fuerza, dejándole bien en claro que no controlaba la situación, solo debía gozar.
La agarro fuerte del pelo como haciendo una cola de caballo con mis manos y la empujo hacia la pared, como una de sus piernas seguía fuera de la bañera al empujarla hice también que agachase su cabeza arqueando su espalda y dejando todo ese gran culo para mí.
Inclino mi cuerpo hacia ella, beso su nuca, la lamo, la muerdo, empiezo a recorrer con mi lengua como si fuese un pincel su espalda bajando por su columna vertebral cada vez más y más, el gusto salado de su transpiración era cada vez más familiar, llego a sus nalgas, las muerdo suavemente y las apretó con mi mano, agarro cada cachete de su culo con cada mano, en esta posición es un culo hermoso, separo sus nalgas y quedo frente a su ano y su concha, no quiero estirar mucho más el momento quiero tener ese culo y esa concha en mi boca, saborearla olerla, al igual que su concha tenía su raya del culo bien peluda, separo sus nalgas como quien pasa sus manos sobre un libro nuevo, ejerciendo cierta presión para que se abra un poco más, el aroma es increíble, un olor a concha que invade prácticamente todo el ambiente, acerco mi boca y saco mi lengua, hundo toda mi cara en esa raya peluda, concha y culo entregados a mi merced, lamo intensamente su concha de abajo hacia arriba llegando a su ano, ejerzo presión con mi lengua y la penetro, un gusto agrio invade mi boca, era una concha muy jugosa y sucia, inserto mis dedos adentro de ella y hago un movimiento como hurgando, buscando algo, con el vaivén de mis dedos empiezo a ver cómo surge de su concha un líquido blanco y viscoso, esos ricos mocos vaginales que había encontrado en su papel higiénico usado ahora los saborearía desde su origen.
Pase la punta de mi lengua por sus jugos, sentí como había algo pegajoso en mi lengua y lo trague con mucho gusto, así seguí jugando unos minutos con su concha saboreándola y penetrándola con mis dedos, si tenía una mano libre sobaba sus tetas blandas que caían por su posición y el efecto de la gravedad. Mientras estaba arrodillado chupando esa rica y peluda concha desabroche mi pantalón, mi pija desde hacía rato estaba muy dura y cada vez más mojada, tenía muchas ganas de penetrarla y no le iba a avisar cuando lo iba a hacer ni pedirle permiso, tampoco le daría chance a preguntar o pedir que me ponga un forro, nunca me gusto ese momento que corta en realidad el momento, las mujeres que más habían marcado mi vida sexual fueron aquellas que en ese momento no decían nada o mejor aún agarraban ellas mismas mi pija desnuda y se la metían adentro, pero en esta ocasión tampoco sabría si ella era de esas ya que la decisión era mía.
Me paré rápidamente y la abracé desde atrás manoseando sus tetas y besando su cuello, pude ver en ella una expresión de placer, estaba más relajada después de esa tremenda chupada de concha, mi pija estaba encajada entre sus nalgas, ya sentiría lo mojado que estaba esa zona debido a como mis fluidos se desparramaban sobre la raya de su culo, flexione un poco las rodillas para tener mejor ángulo y ya hacia el movimiento como si la estuviese penetrando pero aun no eran solo roces que se sentían cada vez más húmedos, flexione un poco más mis rodillas y las volví a subir sentí en mi pija una humedad aun mayor, mucho calor y un confort que ya era algo familiar, la punta de mi pija estaba en la raja de su concha apenas penetrándola, nuestros fluidos genitales por primera vez se encontraban, el flujo y la mucosidad de su vagina se mezclaba con el líquido seminal que ya hacia un rato largo brotaba de la punta de mi pene, ya me parecía glorioso penetrarla así pero no eran los únicos fluidos que quería que se mezclaran, comencé con un movimiento suave a insertar mi pija totalmente dentro de ella, estaba muy mojada y ya abierta por el jugueteo de mis dedos, la humedad y el calor invadieron mi pija se sentía un éxtasis total, mi pija entraba y salía de esa concha sucia, con una de mis manos seguía masajeando esas tetas hermosas mientras que la otra jugaba por delante con su clítoris.
Su respiración se agitaba cada vez más, estaba entregada totalmente al momento, era todo muy perfecto, ella estaba transpirada, sucia, olía mal, su pelo se pegaba a su cara y a sus tetas, hacía mucho calor en ese baño, todo era húmedo, su concha no paraba de emanar fluidos, cuando agarraba con mi mano sus nalgas notaba una viscosidad que llegaba hasta sus piernas, que excitante era eso, me volvía loco sentir mi pija embadurnada por los jugos de su concha, era una cogida perfecta, sucia como debe ser, pero faltaba lo mejor.
Mi pija no podía mas de dura y desde que la penetre ya venía aguantando las ganas de acabar, quería llenarla de placer, quería aumentar al 100% la viscosidad del interior de esa concha, quería hacerla toda mía y no le iba a pedir permiso para eso, empecé a cogerla de manera que mi pija entre y salga toda de su concha, después solo con la punta, y la metía toda hasta adentro, todas distintas sensaciones que me hacían más y más querer llenar esa concha con mi leche, no podía mas, me invadía el morbo de acabar adentro de la concha de mi cuñada, ella seguía sin advertirme nada, yo quise ver si se daba cuenta que estaba a punto de acabar, no me importaba su permiso, pero si me intrigaba saber si era cómplice en esto, si sabía lo que estaba a punto de hacer, si su entrega seria total y le permitiría a su cuñado meter su semen dentro de su vagina, empecé a gemir más fuerte y a aclarar mi agitación, era inminente que acabaría
—Voy a acabar —dije entre cortado y agitado, no obtuve reacción alguna de parte de ella, solo seguía gozando— te voy a llenar de leche —le dije alzando la voz.
Me miró de reojo con cara de puta, aunque quizá un poco de miedo tenía esa expresión en su rostro, ya que sabía que era inevitable, seguramente si pensara en ese momento no me dejaría hacerlo, no lo permitirá, me frenaría o quizá se apartaría a un lado y me haría acabar de otra manera, pero en ese momento de éxtasis tal se dejó llevar y siguió entregándome esa concha sucia para que yo haga lo que quisiese con ella, la tenía toda para mí, chorreando fluidos que ya recorrían toda su pierna, fluidos que ya no eran solo de ella, inevitablemente el líquido seminal mío ya se mezclaba con sus jugos, era el momento perfecto, no podía aguantar más, no quería demorar tan lindo momento, sentía que ya estaba en la punta de mi pija, pidiendo brotar, pidiendo en este caso ingresar dentro de mi cuñada y así iba a ser, solté toda mi leche llevando mi pija bien hasta el fondo de su concha, se sintió una aumento exponencial de la viscosidad del momento, mi pija resbalaba dentro de ella en un mar de leche y jugo, ella gemía de placer, nos apretábamos con fuerza el uno al otro, era un éxtasis total, mi pija seguía entrando y saliendo de su concha y mis huevos bombeando leche dentro de ella, le saque casi totalmente la pija de adentro para ver lo sucia que estaba, de su concha peluda caían grandes gotas de mi espeso semen mezclados con sus jugos, tome mi pija con mi mano y la frote por toda la raya de su concha como si estuviese pintando, era digno de un cuadro tal escena, mi pija volvía a entrar toda sucia dentro de ella una y otra vez, usaba mi mano para recoger fluidos y con mi mano toda sucia la pasaba por sus tetas su cuello y cara, ella abría la boca y dejaba ingresar mis dedos en su boca chupándose todo ese cocktail de placer.
Quería que estuviese más y más sucia, tenía mezcla de sudor, sexo y fluidos por todos lados, olía realmente mal, tenía su pelo pegado a la cara con costras de mi leche, de por si nunca olía lo que digamos bien, y ahora menos, una gordita peluda, sucia y maloliente un total desastre, un desastre hermoso el desastre de mujer más sucia y comible que podía existir, quería estirar el momento para siempre, mi pija seguía dura como si nunca hubiese acabado y el espectáculo era muy excitante.
Seguíamos de pie en el baño, ella se dio vuelta y nos seguimos besando apasionadamente, nos abrazamos y apretábamos mutuamente, mi pija seguía dura y podía sentirla toda sucia y mojada rozando en su vello púbico, llevé mi mano a su entrepierna y era alucinante al tacto, una viscosidad en sus mulos prácticamente desde las rodillas aumentando cada vez más hasta sus vellos púbicos totalmente pegoteados, no quería parar de tocarla y darle placer así que mientras nos besábamos metía mis dedos en su concha que chorreaba esa elixir de placer de sus jugos y mi leche, usaba esa misma mano bien sucia para tocar sus tetas, y después las lamia, hacia lo mismo poniéndole la mano en su cuello y su cara, incluso le introducía algún dedo bien sucio en su boca al mismo tiempo que metía mi lengua, compartíamos nuestros fluidos y nos saboreábamos con gusto.
Era la primera vez que estábamos en igual de condiciones, siempre ella tenía la desventaja le hacia lo que yo quería, estaba a mi merced, claro que por su carácter sabía que yo dominaba la situación pero frente a frente y no ella de espaldas le daba pie a avanzar y así fue como empezó a pajearme, mi pija estaba bien sucia y un poco boba pero ella con toda su mano me pajeaba con ganas. Yo moría de ganas de que se lleve mi pija a su boca ella parecía no tomar la iniciativa así que deje de besarla y se lo dije
—quiero que me la chupes
Ella me miro con cara de puta y no dudó in un segundo me hizo para atrás y se arrodilló delante mío abrió la boca y se metió toda mi pija adentro, no lamio la cabeza y la fue chupando de a poco sino que se la introdujo en su boca toda entera la succionó desde el tronco hasta la punta, la saboreaba, mi pija estaba muy sucia con costras de semen y de sus fluidos, debería ser una mezcla exquisita que ella estaba disfrutando, lo hacía mejor de lo que me imaginé, jugaba con su lengua y me la pasaba por toda la cabeza de mi pija y me miraba con cara de puta, esto me puso a mil otra vez ya sentía mi pija bien dura nuevamente.
Me senté en el inodoro ella no dejo en ningún momento de chupármela me siguió de rodillas y con mi pija en su boca el movimiento que hice para sentarme. Comencé a manosearla nuevamente, sus tetas caían producto de la gravedad me calentaba muchísimo tocarlas así colgando, seguía transpirada, toda transpirada, sus tetas y por debajo, sus axilas eran un mar de sudor, le caían gotas que con mi mano recogía y me llevaba a mi boca y a mi nariz, que olor a hembra tan exquisito sin ningún vestigio de desodorante, sudor puro de mujer al natural, embriagante.
Quería penetrarla nuevamente así que la levanté pero ella no se sentó encima mío como pensé que haría sino que se quedó parada, dejando su concha bien enfrente de mi vista, un espectáculo único a la vista al olfato y al tacto, no me resistí y quería comerla de nuevo, levante una de sus piernas y la acerqué hacia mí, apoye su pierna en el vanitory quedándome su concha bien sucia enfrente de mi cara, su olor era el más embriagador de todos, irresistible con costras de leche y jugo sobre sus pelos pegoteados y chorreando líquidos por la entrepierna mi lengua choca bruscamente con todo eso lamiendo y chupando cada fluido, cada pelo y cada centímetro de labios, vulva y clítoris, un sabor muy agrio se apoderaba de toda mi boca, apretó con fuerza esas nalgas tan grandes y con mi otra mano recorro su panza y sus tetas todas sudadas, en eso siento como que toma mi cabeza y me retira, me mira y me dice apenada
—me hago pis, no aguanto más! Déjame sentar
A lo que respondo
—meame todo por favor! —se rio y me dijo que estaba loco, yo mientras ella respondía ya estaba nuevamente saboreando su concha anhelando saborear ahora su pis.
Me quede chupándosela con más y más ganas haciéndole saber que si quería mear lo iba a tener que hacer así
—me meo no puedo más, por favor! —me dijo agitada, yo no respondí y seguí haciéndole sexo oral, ella se daba cuenta que realmente quería saborear ese néctar, se resistió unos segundos más hasta que finalmente cedió… sentí un fuerte chorro de líquido en mi boca que seguía pegado a su concha, abrí mas la boca haciendo una especie de sopapa y sentía como ingresaba más y más líquido a mi boca hasta llenarla, comencé a tragar y ahí pude probar finalmente ese rico meo saliendo de la concha sucia y caliente de mi cuñada, ella seguía meando en mi boca que ya rebalsaba cayendo por todo mi cuerpo como una ducha, sentía como me iba mojando todo hasta mis pies, me frotaba su meo mientras iba cayendo en mi pecho, mis piernas, mi pija, aparté mi boca de su concha para presenciar tal hermoso espectáculo, seguía saliendo un fuerte chorro de pis de entre sus labios, con mi mano lo frenaba un poco y hacia que salpicara aun peor mojándome no solo a mi sino también a ella, sus bellos púbicos estaban empapados chorreando gotas como una esponja llena de agua, refregaba su panza hasta sus tetas como si ese meo fuese una crema corporal la frotaba hasta su cuello y metía mis manos mojadas de su orina adentro de su boca, hice una especie de cuenco con mis manos y se lo tire sobre su cara mojando su pelo, no podía estar más hermosa, empapada en sudor y su propio meo, olorosa por su transpiración, sucia, por fuera y por dentro con mi leche, era el estado más perfecto y sexy de una mujer, un manjar para todos los sentidos, era la mejor cogida de mi vida y era con la gordita sucia de mi cuñada.
Quería penetrarla nuevamente así que la invité a subirse encima mío, mi pija al palo entró sin problemas ambos estábamos empapados en meo y sudor y nuestros sexos bien lubricados por la excitación, nos besábamos apasionadamente unos besos bien jugosos con mucha lengua y gusto a pis, cuando despegábamos nuestras bocas chupaba su cuello, sus tetas y hasta sus axilas, ella se movía más y más con mi pija adentro, sentía que navegaba en un mar viscoso no solo porque la había llenado de mi leche minutos antes sino porque además ella ya se mojaba toda nuevamente, sentía como sus fluidos bajaban hasta mis huevos, era hermoso estar adentro de ella intercambiar nuestros fluidos genitales era la máxima expresión de una relación con otra persona a nivel biológico, un éxtasis de placer se apoderaba de nuestros cuerpos ella gemía cada vez más, movía sus caderas adelante y atrás siempre con mi pija enteramente metida adentro de ella, sentía toda su fuerza y su cuerpo embistiéndome con más y más fuerza, su largo pelo con ese olor a humedad tan característico de ella ya era parte de mi cuerpo, lo tenía mojado y pegado por todos lados, agarre con fuerza su cara y la mire firmemente a los ojos, nuestras miradas ya se entendían y ya sabían que estábamos cerca de un nuevo éxtasis, un nuevo orgasmo, una nueva acabada, una nueva llenada de mi leche en el interior de su concha, una nueva mezcla de mi semen con sus fluidos vaginales.
Nos seguíamos mirando fijamente y sonreíamos éramos cómplices de esa cogida fenomenal que estábamos teniendo de una manera muy sucia y prohibida, si había algo prohibida era esa cogida, mi cuñada, en mi casa, sucia, transpirada, acabándole adentro, recibiendo una lluvia dorada, nada podía ser más prohibido y excitante, tirando tabús a la basura en solo unos minutos, era la perfección llevada al sexo, y mi pija desnuda seguía dentro de ella, en su cavidad vaginal lista para recibir mi semen que comenzó a brotar de la punta de mi pija para pasar directamente a ella, su concha se volvió un mar, aun cuando no podía ser más viscoso todo, si lo fue, chorreábamos por todos lados, una alucinación de sexo vivíamos con mi cuñadita hermosa, mi pija empujaba y empujaba semen dentro de ella, esos espasmos involuntarios que llevaban mi más íntimo fluido hacia el interior de su vagina, con cada uno de esos espasmos sentía una sensación de total éxtasis.
Seguimos así unos segundos o minutos ya habíamos perdido la noción del tiempo, nos seguíamos besando ahora con más dulzura, besos suaves y jugosos, lentos saboreándonos un poco más, aunque ya nos habíamos saboreado enteros el uno al otro, a pesar de sus ricos besos prefería el sabor agrio de su concha o lo salado de sus axilas.
Lamentablemente no era eterno el momento, teníamos que salir de ese paréntesis que hicimos, debíamos volver a nuestras vidas, ella seguía sin bañarse y aún más sucia, increíblemente sucia que para mí era proporcional a lo comible que estaba en ese momento, yo ahora estaba también sucio.
Nos dimos una ducha rápida donde aproveche a manosearla un poco más, ella ya no se resistía, nos vestimos frente a frente con miradas cómplices, antes de salir del baño le doy un lindo beso en la boca y sin decir nada me voy, sabia y anhelaba que ese no sería nuestro único encuentro y esperaba también que sea igual de sucio o aún más, aunque no sabía si eso sería posible… o sí?