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Crónicas asesinas (Capitulo 2)

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La voz de mi jefa hizo eco repetidamente en mi cabeza cuando leyó los nombres.

Sus fotos estaban frente a mí, era como siempre, daban detalles desde lo más mínimo hasta lo más grande: el nombre de las víctimas, las cédulas de identidad, su dirección de residencia, su estatura, su color de ojos, color de cabello, color de piel, entre otras cosas que se nublaron con las fotos de mi madre y mi hermana en mi mente. No se saltaban detalle alguno. Esos datos estaban plasmados en la proyección, como un pasaporte, un pasaporte a la muerte.

Mi corazón estaba detenido, no lograba respirar con solvencia, mi piel en el momento que vi la foto de mamá y mi hermanita menor, fue disminuyendo su temperatura hasta llegar a escalas de frío absoluto. No podía describir el temor que sentí, todo mi ser entró en algo incontrolable: Imposible que tenía que asesinar a dos integrantes de mi familia.

Esto era absurdo.

Mi familia, en el contrato que firme hace tres años, tenía que estar absuelta de todo contacto con la organización, además el apartado 3-a del negocio decía que OAE le daba protección máxima a los familiares de los miembros. Debía exigir mi derecho, yo no estudiaba leyes, pero no era estúpido... ¿Qué podía hacer? Estaba perdido completamente, después que se hace un llamado a un Encargo, ya no hay marcha atrás... Ellos serán ejecutados. El calor en mi cabeza aumento a un punto que casi me hervía la materia gris. Por primera vez, fallaré en algo, pero, antes que el trabajo está mi familia, a la cual debo proteger a toda costa.

«—Maldición. —Pensé, mientras todo se convertía en un vacío negro a mi alrededor.»

No tenía escapatoria, solo quedaba luchar por mis derechos, los expuestos en el contrato.

— ¡NO ES JUSTO! —grité con mucho odio.

—Me parece una extraña reacción de un Proyecto tipo S. Es una actitud poco usual, escuchar a un Proyecto de élite, el número uno, actuar de esa manera. —Su voz nunca tuvo alguna alteración de culpa, al parecer mi jefa no sabía de quien se trataba. —Proyecto Áaron S, sus quejas no serán escuchadas por mí, tenemos un departamento encargado para los inconvenientes asociados...

— ¡Presidenta, se trata de mi...! —me estaba comenzando a alterar.

Debía calmarme, tragarme toda la angustia que sentía, a menos si quería morirme.

—Debe cumplir el Encargo A-S, Proyecto Áaron S, o si no será aniquilado por incumplimiento del contrato. Recuerde tiene tres horas y media. —Me sorprendió que su voz, su sexy voz, mantuvo siempre el mismo tono.

Estaba en serios problemas. ¿En qué me había metido a los 17 años? ¿Pensaba que esto era un juego? Asesinar personas me gusta mucho, hacerlos caer en mis trampas psicológicas me divierte tanto... pero, se trataba de mi familia, era mi madre y mi hermanita, con ellas no me divertía para nada.

—Fin de la llamada —, dijo segundos después.

Y todo se apagó, las proyecciones desaparecieron. Acto seguido la tenue luz verde se compacto para introducirse en el minúsculo artefacto en mi frente.

Las luces se encendieron.

Abrí la puerta del cubículo de baño. Caminé despacio hacia los lavamanos, me miré en el espejo... estaba lleno de rabia, me sentía acorralado, entre la espada y la pared. Era la propia rata al acecho de un gato.

Me dije dentro de mi cerebro:

—Cálmate. Cálmate. Cálmate. Cálmate. Cálmate...

— ¡CALMATEEEEEEEEEEEEEEEEEE! —grité con toda la fuerza que podía.

Golpeé el espejo donde se difractabami reflejo. Un chasquido, varios vidrios cayeron en los lavamanos, y luego en el suelo. Mi yo reflejado se había dividido en millones de pedazos, en la misma cantidad que se dividió mi alma después de tan espeluznante noticia.

Las cosas no podían ir peor. En la parte sana del espejo, pude ver como aparecía un muchacho del primer cubículo, abriendo la puerta lentamente. Asomó sus ojos, estaban llenos de pánico.

— ¿Escuchaste todo? —pregunté con una mirada un poco fría.

Había cometido un error al atender una llamada de la OAE, no me percate de que si el baño estaba solo. Es que el dolor en mi cabeza no me dejó analizar los posibles casos.

El chico salió poco a poco del cubículo, era un poco flaco, esto sería fácil. El muchacho asintió con la cabeza, su cara estaba pálida, llena de un jugoso pavor.

Mi sonrisa torcida apareció.

El pestañeó, yo desaparecí. Me situé en la parte alta del cubículo, con facilidad me pude montar allí. Me buscaba en todas las direcciones. Estaba encima de su cabeza. Después de mirar en todas las direcciones, su mirada se fijó en el espejo, y logró verme así.

Lo tomé por el cuello.

¡Crack!.

Un sonido seco, proveniente del dulzor de un hueso roto. En el interior de su cuello, sus huesos se habían separado. Cayó al suelo, inerte.

—Debo limpiar los errores.

Brinque para apoyarme de nuevo al suelo. Revise en mi bolsillo. Saqué un pequeño frasco, que parecía el de un perfume, el líquido que estaba dentro era naranja, un poco brillante. Extendí el cuerpo bocarriba, destapé el pequeño frasco, y vertí un poco del líquido en el pecho del difunto. El líquido comenzó a expandirse en todo el cuerpo del chico, convirtiéndolo en cenizas diminutas. En el proceso era liberado algo de humo con un olor repulsivo, causante de la reacción química que ocurría cuando se ponía en contacto solo con la piel humana. Las pequeñas cenizas que quedaron, parecían polvo. Me agaché sobre mis piernas, tomé un poco de aire, y soplé en dirección a las cenizas, que se regaron por todo el baño.

—Eres polvo ahora.

Me distraje lo suficiente. Miré mi reloj, ya quedaban dos horas cincuenta y cinco minutos. Si no lo hacía yo, el Encargo seria cometido por otro proyecto, a lo mejor, por un Proyecto de menor nivel.

Corrí de nuevo a la biblioteca, en la búsqueda de mi morral y mis cosas. Mis compañeros se sorprendieron de ver mi apariencia sudorosa. No tenía tiempo para críticas.

— ¿Qué te pasó? —me preguntó preocupada Misaella.

— ¿Qué es ese olor? —se asqueo Ernesto.

—No tengo nada de tiempo, ocurrió un problema familiar... ¿Me puedes prestar tu carro, Ernesto?

—Claro, toma las...

Le arranqué las llaves de las manos, y salí a toda velocidad. Estaba a contra reloj. Busque el carro, y aceleré a toda velocidad. Tenía asuntos que arreglar en OAE-Venezuela. Estaba a tan solo minutos de la universidad, en el centro de la ciudad. El tráfico, era insoportable, así que accioné la opción de deslizador aéreo, el automóvil de Ernesto era el último modelo, así que el carro voló por encima de los demás autos avanzados que estaban en el tráfico, y me uní a la vía rápida aérea. Me salté varios semáforos de campo magnético —era la manera que el gobierno impedía los saltos de semáforos—, con un pequeño aparato que tenía en mi morral, con esto dañé varios circuitos de los generadores de los campos magnéticos. A veces no era tan malo pertenecer a una organización de asesinos. Llegue a la sede principal de la OAE, o como es llamado para el mundo: Organización de Asuntos Especiales.

Era un gran edificio, lleno de millones de asesinos, desde la secretaria de la recepción hasta la señora de limpieza. De color negro brillante, estaban cubiertos los muros doblados arquitectónicamente, para que se viera de un toqué lujoso, todos los vidrios, eran ahumados, de color negro, encima de la puerta principal, había un gran letrero de Diamantes gigantes tallados a mano con las iniciales de la organización, con una frase holográfica que se movía en forma de circulo, un poco más abajo de las letras diamantes: La organización que resuelve sus asuntos especiales. Subí las escaleras a toda velocidad, pase cerca de la fuente que estaba frente a la puerta principal a unos cuatro metros aproximadamente.

Cuando tiré de un portazo las puertas principales, que eran de vidrio, todos en la sala se quedaron observándome en forma de amenaza. Ignoré todas las miradas, mi familia corría peligro. La sangre me hervía, en ese momento por mis venas pasaba lava en vez de glóbulos rojos. Llevaba un humor de pocos amigos, ya que, esta organización era una farsa incumplidora de contratos.

Sabía a donde iría. Hablaría con mi Líder de Escuadrón Élite. Jackson Dolbrige. Sin mirar a los lados, me centré en mi meta, tropecé a todos aquellos que se me atravesaron el mi camino, y debieron agradecer que los tropecé y no los asesiné. Abrí la puerta de un golpe, sin llamar siquiera. Mi líder estaba sentado en el sillón del escritorio, con la camisa desabotonada, con los ojos en blanco, y una chica rubia entre sus piernas. Ambos se impresionaron al verme. El nerviosismo en la pareja se hizo venir, la chica se levantó rápidamente, se arregló su camisa, la falda y salió disparada de la oficina.

La oficina era sumamente sencilla, un estante, un filtro de agua, la ventana y un vidrio transparente que flotaba en una esquina del escritorio, esta era la computadora. Esta oficina, como todo este edificio era un disfraz que cubría lo que realmente ejercía esta “Organización de Asuntos Especiales”

El líder subió su bragueta instantáneamente.

— ¿No te enseñaron a tocar la puerta antes de entrar, jovencito?

—No tengo tiempo para sermones... —dije a Jackson mientras se abotonaba su camisa color azul oscuro.

El tipo se levanto de la silla y caminó frente al escritorio, con el ceño fruncido, embaucado de algunas arrugas faciales. Su cuerpo atlético y musculoso, se observaba aun después de tener una camisa formal, aunque traía unos vaqueros que no hacían juego con su grisáceo color de cabello.

— ¿Qué puedo hacer cuando han incumplido el contrato de Proyecto OAE? —pregunté, con tono severo y preocupado.

—Wow chiquillo, esa es una acusación muy grave, —dijo, pasando su mano por su cabello.

—No estoy bromeando Jackson.

— ¿Qué ha ocurrido?

—Me han dado un Encargo A-S...

Mi líder se alegro y me vio fijamente con una sonrisa...

—Si eso es buenísimo, —dijo, volviendo a su lugar en la silla, —si cumples el Encargo, no quedará duda de que eres el mejor... No veo en que parte el contrato se incumple.

—Se incumple en la parte donde son Dos de mis familiares...

La cara de orgullo de mi líder, se le esfumó y se fraccionó en molestia. Frunció el ceño. Asombrado, golpeó la mesa, levantándose de un tirón del sillón.

—Esto es imposible... Esta es una organización seria.

—Si es posible, me lo han informado mediante un llamado.

—Esto no es bueno.

— ¡Ya lo sé! No sé como salvar a mi mamá y a mi hermana...

—Después que hacen el llamado es porque ya no hay vuelta atrás, si el Encargo no lo haces tú lo hará otro. Y le harán un Encargo a otro Proyecto con tu nombre.

—Eso también lo sé... Mis habilidades no llegan tan lejos como para combatir a toda la organización, pero lo que si tengo bien claro, lo tengo metido entre ceja y ceja, —hice un ademán, golpeándome la zona del ceño, — es que ni mi hermana ni mi madre morirán hoy.

— ¿El encargo es hoy?

—Dentro de... — miré mi reloj, — dos horas y diez minutos.

—Sígueme.

Parecía que el líder tenía una solución para todo esto.

Caminamos hasta un ascensor que estaba en un lugar de la planta baja, un ascensor que primera vez que veía, desde las infinidades de veces que había ido a la sede de la OAE, yacía al final de un pasillo, pasillo que se encontraba detrás de unas enormes macetas ubicadas estratégicamente de tal manera que no se viera el pasillo. Al recorrerlo, justo a algunos pasos de llegar al final, Jackson me detuvo poniendo su mano en mi pecho.

—Espera aquí, que este no es cualquier ascensor.

Para asegurarme un poco más, retrocedí unos pasos. La penumbra llenaba el pasillo, solo cerca de la puerta, brillaba un punto azul. Esté al Jackson acercarse, se activo un pequeño pitido...

A lo largo del área que Dolbrige ocupaba aparecieron varios láser, cubriendo todo su cuerpo, estos analizaron al sujeto desde la cabeza hasta los pies, las luces se volvieron azules, y a continuación varias luces verdes se lanzaron en contra de Jackson, las cuales esté esquivo de manera audaz y acrobática. Brincando entre el pasillo apoyándose de las paredes. El líder dio varias volteretas por el suelo, para tocar el punto azul cerca de la puerta del ascensor. Luego una voz femenina, similar a la de la jefa, dijo:

—Bienvenido Líder Élite Jackson Dolbrige a la Zona de Agrupación de Registros.

El Sonidotípico de la llegada de un ascensor hizo que se abrieran las puertas. Esté era un ascensor distinto, algo me lo decía, su forma ovalada delataba su rareza. Al ingresar, la voz preguntó:

— ¿Acompañante, Líder Élite Jackson?

—Sí.

—Bienvenido también, Proyecto Áaron S.

¿Cómo rayos supo quién era? Nunca dejó de sorprenderme la tecnología que usan en esta organización. El ascensor era blanco por dentro, irradiaba mucha luz.

—Sostente. —me dijo el líder.

Este ascensor no tenía de donde sostenerse. Comencé a sentir el descenso, el vacío vino a mi estómago, y... En dos segundos, ya habíamos llegado, por los varios golpes que me di con el techo y luego con el piso al frenar, supe que el ascensor bajó a unos 400 kilómetros por hora, y esta zona de la cede estaba a unos dos kilómetros y medios de la superficie. Bastante escondido de la sociedad.

— ¿Como logró quedarse de pie? —curiosamente quería saberlo.

—Te dije que te sostuvieras. —Y con sus ojos señaló los pies.

Hice un gesto con la cara de desconcierto. Al abrirse de nuevo la puerta, estábamos ahora en una gran sala, repleta de gente gritando y discutiendo con papeles en manos. Esta gran sala, repleta de escritorios pertenecientes a las personas que gritaban, habían muchas pantallas de vidrio en todas las pareces, el lugar era muy extraño, contradecía la seriedad de la OAE.

— ¿Para qué son las pantallas? —cuestioné.

—Para ver si los Proyectos cumplen sus Encargos.

—Y este montón de gente gritona, ¿qué hace?

Avanzábamos en el pasillo central entre la multitud de personas con sus escritorios repletos de papeles y cajas holográficas.

—Ellos son los que asignan un Proyecto a cada Encargo. Y antes de que lo preguntes, gritan porque discuten cual es el mejor proyecto capaz de hacer el encargo. Normalmente, no hacen tanta bulla. Algo anda mal por aquí.

Eso me asusto. ¿Tenía que ver ese bullicio con mi hermana? ¿O mi madre?

En toda la gran sala solo había tres puertas, la que estaba al final del pasillo central de vidrios negros muy oscuros; una a la izquierda, muy pequeña, de madera y otra que se encontraba al lado derecho, del tamaño de la de madera pero de vidrio oscuro.

—Esto aquí abajo es todo OAE, esa puerta de madera a tu izquierda es la sala de Aprobación de Encargos, es allí donde está la decisión irrevocable de un Encargo, ellos son los que evalúan si cumplen o no las reglas del Encargo con respecto al contrato de cada Proyecto. Si quieres asesinar a alguien comienza por esa sala. —Anexó lo ultima riéndose por lo bajo.

Giramos a la derecha, hacia la puerta pequeña de vidrio. Mientras nos ignoraban las personas escandalosas. Justo al llegar a la puerta. Pude leer encima de ella:

 

DIA

Dpto. de Inconvenientes Asociados

 

Esa gran puerta al final del pasillo, ¿Que era? No pregunté. Tenía una prioridad más grande. Mamá y Aurys. El tiempo se me agotaba.

Al cruzar el umbral de la puerta, encontramos una enorme habitación, que al lado izquierdo tenía un estante gigante repleto, desde el borde del suelo hasta el techo, de puertos de entrada USB. Al lado contrario yacía una gran pantalla apagada, que cubría toda la pared. Al final, cerca de cuatros computadores semiholograficos montados en un gran escritorio, se encontraba un hombre sentado en una silla que flotaba en el aire, detrás del escritorio estaba una gran ventana, que en una esquina de está misma, pude observar un lujoso calendario digital que tenia bien grande: “Año 2314, año de la excelencia tecnológica”. El resolvía un puzzle cuadrado, un cubo de rubik, de hace más de tres siglos, sus piernas estaban cómodamente montadas en el filo del escritorio. Regaba en el ambiente un aire de grandeza.

Por un momento pensé que era la jefa, pero no sabía la sexualidad de la jefa. Así que lo descarté.

Al escucharnos llegar, subió la mirada lentamente, me dio tiempo para verle la cara; muy fina y llena de limpieza, ojos color negros que se jugaban un gran papel con sus finas cejas, cabello corto negro y una barba perfectamente cortada.

—Mi gran amigo Jackson Dolbrige. —Saludó levantándose de la silla, y dejando el cubo en la mesa. Era alto, un poco delgado, para ser miembro. —Tiempo que no te veía, desde que intentaste asesinar a mi hermano.

—Aquellos tiempos, ¿no? —respondió al saludo. —También me alegra verte.

— ¿Qué te trae por DIA?

—No es por mí, es por... — dio un paso hacia un lado para dejarme mostrar, que yo estaba detrás de mi líder.

—Pero mira a quien tenemos aquí: ¡Proyecto Áaron S.! —dijo al verme, haciendo un ademán de bienvenida con las manos. —Aquí abajo la gente no para de hablar de tu Encargo A-S y de cómo pasaras a la historia en OAE.

Lo recordé todo. La furia volvió a mí. Se me hinchó la sien.

—Ese es el problema, no quiero pasar a la historia. —mi tono subió bruscamente.

—Woah, woah, woah... —me calmó, —ese “no quiero pasar a la historia” me suena a que incumplirás el contrato. No pareciera que te supieras las reglas de este empleo, y además me extraña la ignorancia del reglamento siendo tú un Nivel S.

—Estaría a mano con OAE, ya que, ellos han incumplido el contrato también.

Comenzó a reír, y brinco como un loco. Este tipo no lo soportaba era algo obstinante.

—Esa es una severa acusación y falta de respeto a la OAE.

—Muchacho, defiéndete. —me apoyo mi líder de Élite. —Dile porque dices lo que dices...

—El Encargo es dos miembros de mi familia.

—Veamos. ¿Trajiste pruebas? —preguntó el agente de DIA con su burlona voz. — ¿Dónde está el cubo holográfico con la información del Encargo?

—Fue una Holograllamada.

—Qué curioso.

Se movió de donde estaba de pie. Arrimó varia de las computadoras, y se sentó sobre el escritorio con las piernas cruzadas. Tenía la actitud de un niño de diez años, mi hermana Aurys era más seria que este tipo.

—Veré si dices la verdad, si no es así, saldrás muerto de aquí. Bueno ni siquiera saldrás, te quedarás hecho polvo.

—Tus amenazas no me intimidan —sentencié.

Me miró fijamente. Retándome. No baje mi mirada, ésta estaba repleta de rabia y frustración. Luego miró rápidamente a la pantalla gigante. Dio dos aplausos. Y se encendió.

—Proyecto Áaron S. Encargo A-S. —Después de unos momentos, — Vaya, vaya. Son mamá y hermanita. No mentías chiquillo. Ahora veamos si hay o no incumplimiento de contrato.

Tomó una de las computadoras. La lanzó contra la pared que tenia los puertos USB, la pantalla de la computadora, se detuvo a tan solo centímetros de la pared.

—Compu busca el contrato, 0A19052314.

¿Cómo sabia mi número de contrato? Olía a gato encerrado. Primero el tipo me amenaza, ahora se sabe mi número de contrato.

— ¿Cómo sabe usted mi número de contrato?

—El maldito tiene buena memoria, — saltó Jackson.

Igual no deje de pensar en que algo extraño estaba pasando en aquella sala.

La pantalla que flotaba cerca de los puertos USB, se movió un poco a la derecha, luego subió unos centímetros, para acceder a la información de unos de los puertos con una luz de color tornasol (predominaba el azul) como cable mediador entre la entrada USB y la pantalla. Tres segundos más tarde todos los archivos relacionados a mí en esta organización, se encontraban en esa pantalla. La pantalla con un leve movimiento, volvió al lugar que ocupaba en el escritorio, fue de allí donde agente de DIA la tomó.

Comenzó a mirar el contrato, aún yo seguía en el mismo lugar, observando todos los gestos enfermizos que este tipo hacía. Asintió algunas veces, mientras otras veces rió por lo bajo. ¿Qué tanto buscaba ese maldito en mi contrato?

—Antes de seguir, no me presente. Soy Dotter E-S. Agente DIA.

No me importaba su nombre. Quería respuestas, solo respuestas.

—Dotter, perdemos el tiempo cabrón. —sentenció Jackson.

—Mmmm. ¿Seguro que leíste este contrato antes de firmarlo? —me pregunto Dotter.

Me quedé en silencio, que se preocupara por interpretar mi silencio.

—Eso me dice que si lo leíste muy bien, pero...

— ¿Hay un pero? Esto es magnífico. —Me volvía loco.

—Sí, hay un “pero” Proyecto. Como decía: ...parece que no leíste unos de los apartados.

—Me los leí todos y cada uno, desde el apartado 1-a hasta el 4-c...

Hizo un sonido de negación con su boca. Esto pintaba muy mal.

—Qué pequeño, ¿qué edad tenías cuando firmaste esto? ¿Dos? ¿Uno?...

—Te advierto una sola cosa, no estoy de humor para los juegos de un idiota como tú.

—Uhhhh. Eres amenazador. Aquí está un apartado 4-d... —hizo una pausa para mirarme fijamente por encima del material de vidrio de la computadora.

Imposible.

Un apartado que no leí, me los leí todos, tuve el contrato por una semana entera. Analicé cada posible fallo de todos los apartados. Tenía que ser una broma de mal gusto, de muy mal gusto. Me enrojecí de ira.

—... el cual dice: “Este apartado contradice el apartado 3-a, bajo una única condición. Todas las fuerzas de la OAE están en todo su deber de darle prioridad a la protección de los familiares de los miembros, excluirlos de los asuntos secretos de OAE, si y solo si estos familiares no interfieren con el maravilloso funcionamiento de esta entidad. Por ende, si algún familiar es riesgo para esta organización, automáticamente será erradicado; si interfiere con asuntos privados será erradicado. Ésta clausula, aumenta la capacidad y eficiencia de la OAE al mantener la integridad y estabilidad de la sociedad mundial.” —Después de leer lo que el contrato recitaba, anexó: —Tu madre y tu hermanita están metidas en graves problemas.

Mis oídos tuvieron que haber escuchado mal. Un largo pitido tapó mis oídos, mi mente debía procesar toda esta información, pero no podía, no quería creerlo.

—Eso no estaba cuando yo leí ese contrato.

—Es lo que tenemos aquí en la base de Datos, si esto está aquí fue porque tu lo firmaste y aceptaste todo esto... —seguía revisando mis archivos, no me veía a la cara cuando hablaba, —además veo aquí que te fascina y entretiene asesinar personas, que en los índices de maldad, superas la de un humano normal. Pero oye chico, eres un demonio. ¿Qué te cuesta matar a dos personas más, de las 98 que llevas?

— ¿Crees que esto es un maldito juego? firme ese contrato porque quería una absoluta protección a mi familia, —las venas de mi cuello se prensaban, y sentía como mi cara se tornaba rojiza, —para aquel entonces, en el que firme ese contrato papá le estaba yendo bien con sus negocios, y sabia que lo podían asesinar si llegaba a ganar mucho dinero.

—Míralo ahora. Tiene mucho dinero.

—Esa fue una razón por la cual estoy en esta organización.

—Pero el Encargo está hecho.

Miré a mí alrededor. Aquí no había solución. La solución que había era poniendo a todos de enemigos.

—No estoy aquí para rogarle a nadie, quería que fuese por las buenas. —Dije.

Dotter sonrió malévolamente. Jackson tomó mi brazo y justamente en ese momento, una daga apareció en su pecho, seguido de sangre.

(10,00)