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MI DON (01)

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Introducción.

 

Hola, este es mi 1º libro y como tal pido disculpas anticipadas por todos lo errores cometidos. Estos hechos son mezcla de realidad y ficción, no voy a mentir diciendo que esto es 100% real. Lo primero es contar mi historia, intentaré ser lo más breve posible.

Mi nombre es Raúl, tengo 25 años y lo ocurrido empezó en mis últimos años de Instituto, 17-18 años, considero mi infancia como algo normal en cualquier crió, familia normal con padre, chapado a la antigua y alma bohemia,  madre devota y algo bruja en  el buen sentido,  y hermana mayor, mandona y efervescente pero de buen corazón, todos de buen comer y algo pasados de peso, sin cosas raras. Vivía a las afueras de Madrid, aunque crecí en la gran ciudad hasta los 12 años en que nos mudamos, mi infancia fue  normal, con las connotaciones que eso lleva, sabemos de sobra lo crueles que son los críos, y mientras unos son los gafotas, otros los empollones, las feas, los enanos, los guarros, las zorras....etc. Todos encasillados y etiquetados en un rol, pues a mi me tocó ser el gordo, y la verdad es que lo era. Nunca me privé de nada al comer, pero fue con 13 años cuando empecé a coger peso,   tampoco es que a la hora de hacer deporte huyera, jugaba mucho al fútbol con los amigos y estaba apuntado a muchas actividades extra escolares a las que  mi madre me hacia ir para hacerme perder peso, ya fuera natación, esgrima, baile, yudo, taekwondo o  karate, pero no me ayudaban a perder peso, solo me dotaron de conocimientos y habilidades más o menos útiles en mi historia. Lo bueno era que seguía  creciendo,  llegué muy rápido a coger gran altura y corpulencia, eso disimulaba algo mi barriga, todavía no lo sabia pero esto seria muy importante en adelante, siempre me decían que era cosa de genes o familia, y así lo acepté.

Como casi todo gordo, o pongamos cualquier complejo, en un colegio o instituto al final o lo afrontas o te hundes, y como tal siempre lo llevé bien, el estigma del “gordo gracioso” me ayudó ha hacer amigos, una actitud simpática y algo socarrona me llevó a tener una vida social muy buena, tenia grupos de amigos en el colegio, y luego otro en un parque al que solía acudir con mi madre por las tardes y los fines de semana. Eso si, con las chicas ni hablar, todas me querían como su amigo, algo que me sacaba de quicio, pues no paraba de ver como caían una y otra vez en los brazos de amigos o compañeros y luego salían escaldadas por las tonterías de los críos de la edad, siempre pensando que yo seria mucho mejor que ellos como pareja, pero nunca atreviéndome por mi aspecto a dar ese paso que se necesitaba. Un tío que con 17 años  ya rondaba el 1,85 y los 120 kilos no atraía demasiado, cierto es que era moreno, de ojos negros y buenas espaldas, pero no compensaba, a esas edades el aspecto exterior es muy importante.

Además, tengo algo de educación clásica, por mi padre, algo mayor que mi madre y chapado a la antigua, algo que en el fondo me gustaba ya que me enseñó a pensar por mi mismo y obrar con responsabilidad sin miedo a los demás, pero también a tratar con demasiado celo a las damas, y lo mezclaba con una sinceridad brutal, heredada de mi madre, "las verdades solo hacen daño a los que las temen, y hacen fuertes a quienes las afrontan", solía decirme. Una mezcla peligrosa,  no tienes miedo a la verdad ni a lo que piensen los demás, actuando sin pensar. También, o en consecuencia,  algo bocazas, pero sin mala intención, solo por hacer la gracia puedo ser algo cabrón. Nunca he sido un lumbreras, me gusta la historia pero no estudiar,  soy listo, muy vago eso si, si estudiara sacaría un 10, pero con solo atender un poco en clase sacaba de media un  6, ¿por que molestarme?, al fin y al cabo la mayoría es información inútil que pasado el examen no volveré a necesitar.

Con el paso de mi infancia y la llegada de mi pubertad empecé a sufrir jaquecas, achacadas a las horas de TV, ordenador o a querer faltar a la escuela,  ciertamente algunas lo serian, pero otras no, me diagnosticaron  migrañas,  cuando me daban ningún medicamento era capaz de calmarme, solo pasarme 1 o 2 días a oscuras y sin ver a nadie hacia que se me pasaran, así que cansados de aquella rutina en mi familia  decidieron hacerme un escáner y saltó la sorpresa, Con 17 años, apunto de hacer los 18 e iniciar mi último curso de instituto, un tumor benigno alojado cerca da la pituitaria, no era grande ni peligroso pero me provocaba los dolores de cabeza y al estar cerca del controlador de las hormonas, suponían que mi crecimiento adelantado y volumen corporal se debía a ello. Se decidió operar, no recuerdo haber pasado tanto miedo en mi vida como las horas previas a la operación,  gracias a dios todo  salió bien, y con el apoyo de mi familia y amigos,  todo avanzó  hacia delante,  y es aquí donde realmente comienza mi historia.

 

Raquel - El despertar con la enfermera.

Después de la operación, y unos cuantos días en la UCI de los que recuerdo bien poco ya que me tenían sedado con un aparatoso vendaje en la cabeza, e intubado hasta poder verificar que no había daños cerebrales, me subieron a planta, y pasada una semana empecé ha hacer rehabilitación. Primero ejercicios de habla, coordinación y razonamiento,  después físicamente,  mi cuerpo era un trapo, no tenia fuerzas y había mucho que mover, pero pasaron los días y casi sin esfuerzo empecé a perder kilos, cogí fuerzas, en mi casa alucinaban de como me estaba quedando y ante esa celeridad muchos médicos me pedían calma, obviamente  yo no quería, me encantaba aquello,   tenia que llegar el  momento en que mi tozudez cayó ante mi físico. A pocos días del alta, en unos ejercicios de rutina, decidí forzar y mi pie cedió, cisura en el empeine y otra semana de reposo total. Aquí ocurrió la magia, debido a mi necesidad de descansar me asignaron un cuarto individual y una enfermera en especial para mis cuidados, se llamaba Raquel, la llevaba viendo muchos días y había cierta amistad, me suele pasar en cuanto me conocen, caigo bien,  hasta el punto en que en situaciones donde  mi familia no podía estar, era ella quien me ayudaba a.....la higiene personal, solía solicitar la ayuda de algún celador fuerte, pero andaban escasos de personal, y yo, hinchado de orgullo trataba de hacerme el duro moviéndome con la otra pierna.

Raquel no era una top model, pero el rollo enfermera, mi pubertad y el tiempo sin “desahogarme” la hacían preciosa, tenia  28 años y en realidad era una chica normal, quizá hasta algo escuálida, sin muchas curvas, de  1,70, rubia teñida con raíces morenas, media melena que siempre llevaba recogida. El uniforme no le hacia justicia la verdad, siempre de blanco impoluto,  muy tapadita, salvo algún día caluroso que no llevaba camisa debajo, y con el movimiento,  dejaba ver algo de su sujetador,  y con esas sandalias con agujeros, muy cómodas pero poco estilizadoras. se le adivinaba buen culo, más de una vez al agacharse a coger algo se le notaba,  iba corta en pechos, no llegaría ni a una 80, tenia gafas de cerca, unos preciosos ojos marrones y una boca enorme, de esas sonrisas que enseñan encía por todos lados. Era muy graciosa, y tenia muchas tablas con los pacientes. Ella misma fue la que, en una de tantas visitas que me hacia, en que yo ya casi me movía solo, me comentó.

-RAQUEL: ¡mírale que chulo!,  que bien te mueves ya.

-YO: gracias, me encuentro mucho mejor y cada día me cuesta menos moverme.

-RAQUEL: ya te veo, en nada estarás rompiendo corazones por ahí – creo que le gustaba hacerme sonrojar.

-YO: jajaja seguro – su presencia  era agradable y eso me ponía nervioso.

-RAQUEL: anda, quédate quieto que voy a tomarte unas medidas para el seguimiento

A lo que cogió unas cintas métricas y un cuaderno de notas con los que iba a todos sitios,  la verdad es que era increíble, el crecimiento acelerado había parado, seguía  por el 1,86 de altura, pero lo importante era que había bajando de peso, en 94 kilos estaba,  unos 30 kilos perdidos en 1 mes y medio, donde ya había cumplido los 18 en el hospital, con fiesta y tarta en la 3º planta,  había perdido muchísimo volumen en el estomago y gracias a la rehabilitación aquello no colgaba demasiado, estaba lejos de una buena forma física y de marcar tableta pero el cambio era impresionante en todos los aspectos,  hasta que......en un descuido al bajar los brazos, y con Raquel terminado de tomarme las medidas de la cintura, se me cayó la bata al suelo quedándome desnudo. Muriéndome de vergüenza me tapé como más rápido pude y me di la vuelta, esperaba alguna sonora carcajada, y deseaba alguna actitud profesional restándole importancia al asunto, pero no hubo nada, solo silencio y mi cara roja, me disculpé y con más miedo que otra cosa me di la vuelta y lo que vi me asustó, Raquel totalmente pálida con la boca abierta y tapándosela  con una mano, no lo entendía, “¿acaso ha visto algo raro, algo médico?”, tan absorta la vi que decidí preguntarla

-YO. ¿Estás bien? Raquel, si me pasa...... algo............ dímelo - tras un par de segundos volvió en si

-RAQUEL: si......perdona.......nada,  no he visto nada.........malo.

Me la tomé a risa, esa última palabra me lo pareció, pero terminó de recoger y se fue. Los siguientes últimos días fueron algo extraño, Raquel seguía con sus rutinas pero la notaba algo más distante, incluso oí que había pedido algún cambio de turno, pero en mi higiene diaria se tomaba más tiempo del habitual y ya no me gastaba bromas ni me las respondía,  el penúltimo día, preocupado por el tema, la pregunté.

-YO: oye, no se si he hecho algo malo, o si te he ofendido, pero llevas unos días muy rara y distante, y no se por que - algo sorprendida me miró.

-RAQUEL: si bueno, siento que lo hayas notado, pero ando algo cansada ......- al sonarme a excusa, insistí.

-YO: ¿esta es de las veces en que las mujeres decís nada, pero es algo? - algo hastiada y pensando mucho lo que iba a decir, sopló.

-RAQUEL: oye mira, no es que me importe, pero  no te hagas tanto el loco, se que te diste cuenta…..- totalmente perdido respondí

-YO: ¿de que? te juro que no se de que me hablas - después de pensarse seriamente si responder de nuevo, suspiró.

-RAQUEL el otro día, cuando se te cayo la….bata – lo recordé el instante y me puse como un tomate.

-YO si ¿que ocurrió?

-RAQUEL: pues que te puede ver........todo y.......mira soy enfermera, he visto de todo……. pero eso no es normal… – pasaron  unos segundos que me parecieron horas, y viendo mi cara de bochorno, leyendo en mi vergüenza que no sabia de que hablaba,  ella siguió -….¡¡¡¿¿no digas que no te has dado cuenta o no eres consciente de lo que tienes ahí?? Es enorme!!! - algo confuso balbuceé.

-YO: pues la verdad es que....no, vamos no sé….. no me he parado a  pensar, siempre he ido con mucha vergüenza por mi aspecto y la verdad es que no he ido por ahí comparando, nunca me pareció nada raro - siendo cierto, siempre me pareció un pene normal.

Pero después de la operación y la perdida de peso, mi pene había sufrido las consecuencias de las hormonas y en comparación a mi cuerpo actual, no el de antes, se veía grande, algo que tenia que haber visto yo mismo,  pero que por algún motivo, hasta que ella no lo dijo, no le di importancia.

-YO: ¿de verdad crees eso? por que la verdad es que nunca la........ usé - viendo mi cara de incomodidad, retomo el hilo.

-RAQUEL: pues eso, ya lo sabes, y desde que lo vi, se me han pasado por la cabeza cosas, no sé, vas con muleta incorporada jaajjajajja - y allí estaba de nuevo la Raquel dicharachera y graciosa que me había cuidado tanto tiempo.

Empezamos a hablar, y la comenté que por mi físico, mis escaramuzas sexuales eran casi nulas, más que algún beso robado o algún baile caliente, y si, obviamente era virgen. El tono de la conversación era caliente, pero  fue un descubrimiento para mí, ella no paraba de hablarme de novios, parejas y de cosas de mujeres que para mí eran un misterio hasta entonces, y de como ella había tenido sexo con hombres que no gastaban  la mía ni de lejos, la conversación dio un vuelco cuando me preguntó.

-RAQUEL: ¿tú nunca te has medido el pene o has comparado con amigos, o vídeos?

-YO: si, bueno no,   nunca le di importancia, mi aspecto no me deja llegar a más, me da vergüenza ir a vestuarios con los demás chicos, realmente nunca me importó, lo veía como una herramienta que algún día usaría, pero que no sabía cuando.

-RAQUEL: ¿pero habrás, no se, sacudido el pájaro no?

-YO: jajajaja si, es cierto que todo adolescente lo hace y más los hombres, pero ese tipo de juegos,  no sé, no me servían de nada, cuando empece con 13 años a tocarme  andaba muy corto, no se si 7-8 cm de largo..... - me sorprendí a mi mismo al hablar con tanta naturalidad de ello.

-RAQUEL: pues eso  ha cambiado, ya eres todo un hombre.....

Se levantó, cogió la cinta métrica y me pidió que me pusiera en pie, yo sin entenderla del todo, aún, empezó a tomarme las medidas de control, todo igual,  por algo que no entendía el casi metro de hombro a hombro de  espalda  me hacia enorgullecerme,  de peso andaba ya por los 87 kilos, la masa corporal había bajado mucho pero tenia carne flácida. Cuando se disponía a medirme las piernas, se agachó, y sin más tiró de la bata, aquello me descolocó,  sujeté como pude la prenda, no sabia que hacer, me tenia muy confuso,   era un novato y aquella cara que me puso, me congeló

-RAQUEL: venga déjame, suelta la bata y vamos a  ver que tenemos - lo hice con calma, solté la bata despacio y cuando cayó,  mi polla empezó a retraerse, si, maldita, mi 1º experiencia y la jodida se empequeñecía, ella se dio cuenta, y con una sonrisa tonta me dijo que así no se podía hacer,  que tenia que medirla en reposo y en excitación para ser...........rigurosa

Os juro por dios que no hubo, hay, ni habrá nunca manera de decir la palabra "rigurosa" con más entonación sexual. Solo con eso se me pasó el susto, me relajé lo que pude, mientras ella se fue a asegurarse de cerrar la puerta de la habitación, contoneando aquel trasero que más de una vez me pilló mirándole, cuando se dio la vuelta,  se soltó el pelo de forma muy sensual, jugueteando con la cinta métrica  en las manos, se acercó con tanta calma que no soporté más y me lancé a por ella, la medio estampé contra la pared como si fuera un lobo ante carne fresca, y sin saber muy bien que hacer me queda a 1 milímetro de sus labios y dejé que ella decidiera.

-RAQUEL: antes hay recabar datos.....- sonreía entendiendo lo inexperto que era, se acercó a mi oído y soltó un delicioso y exquisito - ….te voy a medir la polla.

Se deslizó contra la pared de espaldas y quedó  a la altura de mi miembro, sin estar en erección, cogió con su mano la punta del capullo, con prisa y sin miedo,  casi como admirando, me espetó algo que me dejo frió

-RAQUEL tienes bastante bello, e incluso  así parece enorme, deberías depilártelo y seria  mayor la impresión.

Nunca le presté mayor importancia al pelo en mis partes hasta ese momento, ella sabia lo que hacia, o a mis ojos parecía una experta, se echó la cinta a la boca y con ambas manos me sostuvo  el pene lo mejor que pudo, cogió la cinta,  con la mano derecha puso el 0 en la base de mi miembro y empezó a estirar con la mano izquierda la cinta por todo el largo, sentí cada centímetro, hasta que con cuidado llegó a la punta y suspiró.

-RAQUEL joder, y aún esta en reposo, calzas  unos..........19 centímetros de largo, a ver de ancho…..

Yo la miraba pasmado por como, en comparación con ella y no con mi físico, el único con el que había tenido visión directa en la comparación,  realmente parecía enorme y sus palabras me llenaban de algo, no se de que,  pero de algún sentimiento que aún no sabia que era. Cogió la cinta y la puso de lado para medir el ancho.

-RAQUEL: en el lado más grande esta en unos 4  centímetros  de ancho - la cosa se complicó, yo ya más que relajado estaba empezando a notar sus "caricias médicas", y aquello empezó a levantarse, le dio tiempo a Raquel a alzarse de nuevo,  aprisionada entre mis brazos apoyados en la pared,   me miró a los ojos y preguntó que tal estaba.

-YO  bi...bien  hu...huh...uhu...hu - ella sonrió, y yo asentía con la cabeza como un cachorro ante un juguete,  la pregunté que venia a continuación, deseando un arranque pasional, pero nada más lejos,  ahora tocaba medir con el "miembro en estado erecto", y se volvió a deslizar hacia abajo. Que pese a lo erótico de todo, siguiera usando palabras tan técnicas, me encandilaba

Esta vez sin miramientos cogió con ambas manos y empezó a pajearme muy lentamente, aquello me parecía la gloria, inocente  de mi, sin demasiado meneo se me empezó a poner como una piedra, si no lo estaba ya era de milagro,  no si cabe era la 1º persona que me estaba haciendo una paja que no era yo. Durante el corto proceso de endurecimiento no paraba de escuchar a Raquel bufar, como no dando crédito, y al final cuando estaba como una estaca se paralizó medio segundo y como recordando para que estaba allí, cogió la cinta métrica y de nuevo cogió medidas, algo más acelerada esta vez.

-RAQUEL: largo.......... ¡¡¡¡¡¡¡¡joder 25 cm,  y de ancho casi 7, la virgen!!!!

Casi no me lo creía, ¿como era posible que no me hubiera dado cuenta? al ver el pene erecto a poco espacio de su cara no parecía real, “¡¿de donde ha salido esto?, ¿las putas hormonas? ¿La perdida de peso? ¿Herencia? ¿Pubertad?!”. La verdad es que me daba igual, cuando me quise dar cuenta tenia a Raquel de nuevo de pie entre mis brazos, y con algo de guasa me soltó.

-RAQUEL: ten cuidado, con eso vas a asustar a más de alguna, no te digo ya jovencitas de tu edad que no estén preparadas,  las vas a destrozar.

Todo aquello me parecía perfecto,  era como un sueño, como si un genio de lámpara me hubiera concedido un deseo, y si no fuera por ella hubiera tardado mucho tiempo en darme cuenta,  quise agradecérselo, quería que fuera la 1º  mujer, MI 1º mujer,  pensado rápido y mal para insinuarme solté una insinuación demasiado obvia.

-YO: ¿tienes razón .....pero...........que puedo hacer ahora? no tengo ni idea....... ni experiencia.........

He de reconocer que en esa frase había más suplica y deseo de lo que quiero pensar. Ella torneó los ojos y por unas décimas vi duda en su mirada, pero se quitó las gafas y me besó, un simple beso, sin más, un pico mal llamado, corto, suave y delicioso, el 1º que alguien me daban sin verse obligadas por el juego de la botella. Aquello me electrificó la espalda, y cuando ella se retiró avance en  búsqueda de sus labios de nuevo, de inicio apartó la cabeza, pero entre mis brazos, apoyados en la pared desde hacia tiempo, no había mucho margen de movimiento, nuestros labios se volvieron a juntar con una ternura que me pareció inocente, ella sonrió.

-YO: ¿que pasa?

-RAQUEL nada, es que besas como un periquito, jajajaja no mueves los labios,  ni nada, eres como mi 1º beso.

Molesto con su insinuación la reprendí sobre mi poca experiencia, y arremetí de nuevo esta vez intentando recordar besos en películas, muy grotesco debió parecer,  ella me separó y se hizo cargo de la situación, me cogió la cabeza.

-RAQUEL:   así.....

Acercó lentamente sus labios a lo míos, cerrando los ojos, y empezó un beso, normal al inicio, yo la iba siguiendo en sus movimientos, pero fue acelerando y terminó en un beso de tornillo que casi me deja seco, abrió la boca y guiado por ella hice lo mismo, empezó a meter la lengua  y se chocó con la mía, un poco torpe pero empecé a cogerle el ritmo. A  cada beso me acercaba con mi cuerpo al suyo, hasta que llegó el punto en que no había más sitio y  “ensarté” mi enorme polla recién descubierta en su vientre, ella aprovechó, y con una mano la colocó de tal manera que iba desde su pelvis hacia su pecho, y terminó de pegar mi cuerpo al suyo,  empezó un sube y baja muy leve con el cuerpo, mi altura la ayudaba, después de un rato glorioso me separó y  me llevó a la cama de la mano aún cojeando de mi lesión en el empeine,  podría estar muriéndome sin piernas que ni un ejercito armado hubiera evitado que la siguiera, un dolor en el pie no seria un impedimento para seguir aquella maravilla de culo.

Me sentó al borde de la cama,  ella empezó a quitarse la parte de arriba del uniforme, dejándose el sujetador, era gránate, sin florituras, y que realmente adornaba,  ya que no tenia demasiado pecho ni tampoco necesitaba de sujeción, bien plantados sus senos, no tenían peso para que la gravedad los hubiera afectado, los vi mejor al  bajarse el pantalón. Unas bragas de dibujos, cómodas pero no muy sexys, se plantaron ante mí, me  fijé en sus torneadas piernas. Pero a mi me daba igual todo,  era una diosa, en ese momento lo era, para mi.

Se acercó mordiéndose un dedo con lujuria y me volvió a besar con pasión, como alumno aventajo ya sabia como funcionaba  aquello, entre besos, la atraje hacia mi cogiéndola de la cintura, y con una mano la acariciaba la mejilla y la otra   arqueaba su espalda hacia mi, mientras ella, con una mano  sujetaba mi cabeza y se enredaba en mi pelo, ya libre de vendas de la operación, la otra mano de ella  bajó hasta mi miembro palpitante y empezó  a masturbarme con calma y acompasando sus movimientos, cada embestida entre nuestros cuerpos era correspondida con un movimiento de su mano,  me puso a mil, una de mis manos cogió vida propia y fue cayendo por su espalda hasta que acabó en su espectacular trasero, realmente estaba terso, las horas de pie por las rondas en el hospital la tenían en forma, empecé a sobar sus glúteos con ansia por encima de las bragas, y viendo la celeridad de la situación, probé a meter mi mano por dentro de ellas acariciando con cierta dosis de fuerza su culo, ya  piel con piel, sin dejar de besarnos, y   con tanto tiempo sin evacuar,  y ante una primera experiencia de ese tipo,  tan centrado en recordar aquel momento en mi cabeza, no me percaté de mis propias reacciones,  eyaculé como un animal, sin avisar ni nada, ella apenas se apartó y esparcí todo mi semen por mi vientre, la cama y parte de su pecho, casi hasta la barbilla.

-YO: lo.....lo  siento, no puede........... ohh dios......... es que.........- ella me cortó,  mirándose a si misma pringada de mi semilla, con una sonrisa enorme entre la lujuria y la lastima, creo que se sentía poderosa ante un chico inexperto.

-RAQUEL: no pasa nada, tranquilo, es normal, bueno………. no, tanta cantidad  no, llevabas tiempo sin tocarte ¿no? …- algo avergonzado respondí que si, a mi entender desde la operación, tenia otras cosas en que pensar y centrarme - …. pues esto no va a quedar así.

Dijo mientras miraba mi pene que se volvía a retraer ante mi precocidad, se limpió lo que pudo con unas servilletas, igual que a mi,  me tumbó boca arriba y se subió encima mía, a horcajadas, se quitó el sujetador y me dio  a ver sus preciosos, aunque pequeños, senos, me lancé a ellos, eso se veía en vídeos porno y sentía un debe para con ella,  le gustó  y continué hasta que mi pene volvió a estar en reposo, mezclaba sus senos con su cuello y labios, ella empezó a notar entre sus piernas que mi nuevo mejor amigo estaba a tono de nuevo, y empezó a bajar, suavemente me iba besando desde mi frente hasta el ombligo y una vez allí me miró,  sonrió y adivinando que iba hacer, aguanté la respiración, no se por que, pero lo hice, y cogiendo mi polla morcillona con ambas manos empezó a darle besitos, cortos y suaves, a la punta de mi pene, si antes me parecía el paraíso, ahora estaba desando que el mundo se parara, que aquello no acabase.

Empezó a lamer, pajear, succionar e introducir mi falo en su boca, todo a la vez, por separado o combinando varias a la vez. Estaba de nuevo con toda mi sangre concentrada en un solo punto y a ella le empezó a  costar introducírselo en su boca, cada cierto tiempo paraba,  separando algo su cara, y  mientras seguía  masturbándome  cogía aire y se lanzaba de nuevo al ataque. La imagen era tremenda, yo tumbado con el respaldo algo subido de la cama, con las piernas abiertas y una mujer con solo unas bragas chupándome la polla como nunca creí posible,  vi su espalda al aire arqueada hacia sus piernas, que tenia flexionadas, lo que le hacia tener el culo en pompa. Esa imagen jamás se borrará de mi cabeza.

Yo  ponía mis manos en su cabeza, más que por  querer guiarla, ya que no lo necesitaba,  es que me sentía estúpido con ellas, no sabia que hacer y no llegaba a acariciarle nada. Mientras que ella se cansó de la postura, se tumbó boca abajo con las piernas levantadas, como una colegiala escribiendo en su diario, ya que la cama no daba más de si,  por 1º vez entendí que lo que se ve en los vídeos no siempre es tan hermoso y hecho a guión,  “es difícil, pero es maravilloso”.

Esta vez me vi venir y logré avisarle antes de que me diera un latigazo la espalda, electricidad pura,  ella alejó algo su cabeza y siguió acelerando el ritmo de su mano con más fuerza hasta que de nuevo exploté, manché casi todo lo que había cerca, Raquel hasta se tapó la cara con la otra mano mientras sonreía. Cuando acabé, agotado,  ella se volvió a poner a mi altura a horcajadas, y me besó, algo que por estúpido que sea, me daba apuro que me besara una mujer  manchada de mi semen después de comerme la polla, era algo me hubiera parecido asqueroso hacia 30 minutos,  pero en ese momento me pareció lo mejor del mundo, se colocó de lado mientras seguíamos besándonos y literalmente la restregaba contra mi.

-YO ha sido...........no sé.......pufffffffff - atinaba a decir entre besos.

Al final ella se sentó de espaldas a mi,  recostando su espalda  sobre mi pecho, la rodeé con mis brazos, teniendo que colocar mi pene,  flácido,  para no hacerme daño, nos quedamos así unos minutos, lo que me pareció la posición más romántica y sexy que pueda existir, dándole besos en el cuello,  la mejilla  o su oreja, de vez en cuando,  mientras olía su pelo,   repitiendo la palabra gracias demasiadas veces, mientras mi mente volaba,  ya pensando en que había encontrado al amor de mi vida, las citas que tendiéramos, como la presentaría a mi familia, las noches de sexo,  en una vida juntos, tenia 18 años y había tenido mi 1º experiencia sexual, tan perdido estaba que no me di cuenta de que ella también estaba pensando, pero su cara no era de felicidad. Se levantó, nos duchamos por turnos en el baño de la habitación, nos vestimos, arregló la habitación, y todo lo hizo en silencio, con cierta pena en sus ojos, yo no sabia como proceder, así que pregunté.

-YO: ¿que te pasa? estás rara otra vez.

-RAQUEL:   no es nada, es solo que…..- dejó de moverse un instante para acariciar mi cara con su mano -.....mira, no quiero hacerte daño, eres un buen chico, pero  tengo  novio, eres mi paciente, te saco 10 años,  esto...............esto no está bien.

Aquello me partió en dos, durante todo el tiempo nunca la había preguntado, ni me había importando la verdad,  si  tenia o no pareja, temas de médicos o la moralidad de la situación,  después de la pasión llega la reflexión y la calma, donde caes en la cuenta de estas cosas.

-YO: lo siento, no sabia.... joder, pero .... ¿y ahora........que? - pregunté con miedo a la respuesta, ella se sentó en el sillón de la habitación  cogiéndome la mano, levantó su cabeza y me miró fijamente

- RAQUEL ahora nada, tú te irás pasado mañana,  y yo volveré a mi vida, esto no  puede salir de aquí, ¿me entiendes?

De nuevo una mujer me daba plantón, me dejaba de lado, se iba con otro y de nuevo tenia la sensación de que yo podría ser mejor que él para ella, hundido,  me senté en el mismo sitio donde minutos antes aquella mujer me estaba masturbando,  y ella lo notó, se acercó, se puso de rodillas delante de mi, y  me  suplicó por el bien de su trabajo y  de su vida, que no podía saberse, yo entendí que era correcto, pero no por ello dolía menos, casi a la desesperada pregunté.

-YO: ¡pues si estas tan bien con tu vida, ¿por que ha pasado esto?!

-RAQUEL: lo siento, se que no es justo, pero por eso te andaba evitando, desde que te vi con…….eso  colgando, se me ha pasado por la cabeza mil cosas, y  en casa no estoy bien, se ha mezclado todo, y lo siento por ti, pero créeme, soy mujer y eres un encanto de hombre, chicas de tu edad se pelearan por ti en cuanto salgas de aquí, tu vida va a cambiar a partir de hoy.

-YO  ¿si? supongo, no sé….- contesté con rabia-  ….pero has sido tú, tú me has hecho feliz, ¿de que me sirve ser delgado o tenerla de caballo si no tengo lo que quiero?.... - se hizo un silencio  de los que se hacen cuando no hay más que decir, solo comprender, asentí con la cabeza -………tranquila, por mi parte esto no ha pasado, y aunque lo diga, nadie  me va creer - quería darle algo de sorna, pero allí estaba de nuevo mi yo del pasado, el que usaba las bromas para enmascarar un complejo claro.

-RAQUEL:   tranquilo, eres joven y  no sabes lo que quieres, créeme, como te digo, soy mujer y esta… - agarró mi polla de nuevo a través de la  bata -  …. esta te va a traer muchas alegrías, solo tienes que ........dejarla notar.........mira como yo caí como una boba,  solo al verla.

Se puso en pie, me besó una última vez, con sabor a despedida, y se fue, “¿seria verdad?”, la rabia no me dejó pensar en esas palabras hasta que salí del hospital.

(9,50)