Nuevos relatos publicados: 0

MI DON (07)

  • 98
  • 5.824
  • 9,64 (11 Val.)
  • 0

Ana -  La visita en Navidad.

 

Habían pasado un par de semanas desde que abandoné aquel gimnasio con mi amada Eli dentro, y de aquel paseo por el parque que resultó ser un momento trascendental en mi vida. Se acabaron las pruebas, el aprendizaje y redes de seguridad, ya solo estabamos en la partida el  universo contra mi, y me tocaba mover.

Una de esas semanas, logré convencer a un amigo de que me encubriera un fin de semana entero, con la excusa de quedarme a dormir en su casa, necesitaba esos días para cierta operación que Eli me aconsejó. Siendo ya mayor de edad, iba a ir a hacerme la vasectomía sin consentimiento paterno, pero dada la orden de que si me pasaba algo,  llamaran a mi familia. Me estuve informado y haciendo pruebas durante la semana previa, resultó que la vasectomía no es reversible en si, solo en algunos casos, y que podía sufrir de dolor crónico  de mayor o menor intensidad en un 30% de los casos. Aún así, había una nueva técnica basada en el ”pinzamiento”, y no en el corte  de los conductos, que era mucho menos invasivo, generaba menos sangrado y tenia un alto porcentaje de recuperación en la capacidad reproductora. Lo sopesé unos días, pero sabiendo que aún fallando, podía donar esperma y congelar parte, como así hice, o más adelante extraer espermatozoides de mis testículos y usarlos para fecundaciones in vitro, me convencí de hacerlo.

El viernes, después del instituto, ya estaba liberado de obligaciones familiares y quedé para la operación, a última hora del viernes ya me habían operado, pasé el sábado en observaciones, con alguna carantoña de más por parte de las enfermeras al revisar la zona de la operación. El domingo por la tarde ya tenía el alta y  unos medicamentos contra la inflamación o infección, así como instrucciones de unos cuidados mínimos. Me sentí raro durante unos días pero a la semana siguiente estaba como si nada hubiera pasado. Ya me sentía preparado y comencé la búsqueda de mi 1º objetivo, mi maestra Eli me enseñó bien, ya era hora de aprovecharlo.

La historia se remonta a unos 6 años atrás en el tiempo y se enreda un poco. Tendría 12 años, en  una semana santa mi  madre insistió y montó un viaje a Granada, de dónde era parte de su familia, allí teníamos parientes y nos quedamos a dormir en una casa grande propiedad de una de mis tías/abuelas. Con motivo de nuestra visita, se organizó que todos los familiares se quedaran unos días en aquella casa, montáramos fiestas, barbacoas y los críos hicimos una especie de casa del terror para los adultos. Había muchos niños de todo tipo, sobrinos,  nietos, primos,  hijos, amigos de todos ellos…..y jugamos como críos que éramos. Aún inocentes en lo sexual, dormíamos juntos en grupos en las habitaciones ya que éramos muchos, a mí, con algo de desgana ya que quería hacer travesuras con los chicos, me había tocado una de las camas grandes y compartirla con la prima Ana.

Lo 1º es decirnos que técnicamente no era prima mía, era la nieta de una amiga de toda la vida de mi tía/abuela, tanto que formaba parte de la familia, sin ser de lazos de sangre. Era una niña normal, de unos 11-12 años,  y por aquel entonces un misterio que no entendía, ni me interesaba descubrir. Hicimos algo de migas por la  obligación de mi madre, sabía de mi facilidad para hacer amigos, y pretendía usarlo, ya que Ana era muy tímida. Resultó ser medio gitana por parte de padre, pero que nunca se había preocupado por ella, solo le había dejado en herencia una piel ligeramente oscurecida. Con el paso de los días  establecimos una relación de cariño, llegando a montar bailes en pareja como espectáculo con la temática de Grease,  y una amistad especial de forma constante, pero espaciada por el tiempo hasta mi época actual, viajes de ida y vuelta, vacaciones,  fiestas………..lo típico en familiares lejanos.

Volvemos a la actualidad en ese momento, con 18 años. Ya habían pasado 6/7 meses desde mi operación del tumor  en la cabeza en verano, el seguimiento descartó cualquier secuela. Se acercaron ya las fiestas de Navidades, y a mi madre le llegaron noticias de que parte de la familia de Granada quería acercarse a Madrid para celebrar las fiestas allí, obviamente les invitó, ansiosa de demostrar su hospitalidad, teniéndonos a todos por casa en modo batallón de limpieza, recogiendo y dejando la casa como si fuera a venir el Rey, preparada para acoger a todos los que vinieran.

Llegaron las vacaciones por las fiestas navideñas que nos concedían a los estudiantes, unas 2-3 semanas de descanso. Mi madre me informó de los que vendrían, un par de tías, sus maridos, algunos nietos de entre 6  a 12 años, y junto con las tías, la amiga de mi tía/abuela y su nieta, Ana. Eso me alegró un poco, era una de las chicas que mejor me había tratado antes de mi cambio, supongo que por que ella también se sentía algo rechazada y sola, o por que  yo fui de los pocos que la traté bien, tenia ganas de verla, y saber de su vida. Debido a que era la única de mi edad, tenia 18 recién cumplidos, mi madre me encargó que cuidara de ella y la sacara a enseñarla la gran ciudad.

Cuando llegaron se produjo la presentación, mi madre nos plantó de punta en blanco en la entrada de la casa, casi me hizo ponerme el traje de Eric,  colocados de mayor a menor en edades y con instrucciones de qué hacer. Llamaron a la puerta pasada una hora de pie en la entrada, y fueron pasando a mi casa unos casi desconocidos para mi. Nos iban saludando y presentando, con las frases típicas de esas ocasiones,  felicitándome por mi estado actual después de la operación,  yo buscaba con ansia a Ana para darla un fuerte abrazo, me había ilusionado mucho su visita, pero no la veía.

-YO: ¿Y Ana no venia?

-TIA/ABUELA: si,  está abajo en el coche, cogiendo las últimas bolsas.

-MADRE: ¿Sola? De eso nada ….– me cogió del brazo mientras me dirigía a la puerta de salida – …¡¿Que haces aquí parado?!,  Tira “pa´abajo” y ayúdala,  ¡Vago!

Apenas me pudieron decir leves indicaciones de dónde estaba el coche antes de que mi madre me sacara de mi casa a rastras. Bajé  a buscarla y vi un coche que encajaba con la descripción, me acerqué y vi a una señorita, bastante mona,  sacando unas bolsas.

 

-YO: ¿Hola? ¿Te ayudo? - pregunté esperando que me reconociera,  sin estar seguro de si era ella.

-DESCONOCIDA: no,  gracias,  ya puedo sola,  muchas gracias caballero – me lo dijo con tal seguridad en que no me conocía que seguí buscando el coche y a  Ana.

Al no encontrarlos, llamé a mi casa por el telefonillo,  y me volvieron a dar las mismas indicaciones, regresé y solo había aquel coche, me volví a acercar, algo desconcertado.

-YO: ¿Ana, eres tú? – se quedó confundida un segundo.

-ANA: si……soy yo, ¿Quien eres? – “su puta madre”, era ella y ni me reconocía, ¿Tanto había cambiado yo? Pero tampoco yo la identifiqué a ella.

-YO: no jodas Ana,  que soy yo……..Raúl - haciendo gestos de evidencia.

-ANA: ¡¡¡Madre de amor hermoso!!! ¿Pero que has hecho con tu………? – se sorprendió tanto que casi se le escapa la grosería.

-YO: ¿Barriga?, he pegado el estirón jajajajaja – ya caímos en la cuenta, y ella soltó las bolas  riéndose, estiró los brazos pidiendo un abrazo poniendo la misma cara de dulzura que recordaba, esperando aquel abrazo que solía darla de críos elevándola por los aires. Era ella sin duda, me acerqué con fuerza y la di un gran abrazo de oso,  de esos que la levantas del suelo y todo, dándola media vuelta en el aire mientras nos saludábamos. Al separarnos.

-ANA: ¡Pero estás hecho un pincel, ¿Como los has hecho?!

-YO: ¿No sabias lo de la operación?

-ANA: si, ya los comentamos por casa,  pero……….¿Que tiene que ver?

-YO: pues por lo visto mi barriga no era por las barbacoas de tu madre, si no con un tumor cabroncete  jajaja  -

me volvió a abrazar con cariño, y correspondí con añoranza.

La ayudé a coger las bolsas mientras cerraba el coche y subimos a casa mientras no parábamos de comentarnos lo bien que estábamos el uno al otro.

Ana había cambiado físicamente, ya no era aquel renacuajo de piel morena, torpe y escuálida, supongo que como toda mujer que no ves desde los 12 años y se presenta ante ti con 18. Era alta, casi rondaría el 1,77,  pelo negro azabache, largo, muy largo y liso, le llegaba casi a la cintura, suelto y con un flequillo andaluz tapándola media cara. Iba vestida con un abrigo amplio, ya que era diciembre y hacía frío, pero se veían parte de sus piernas, con un pantalón negro de tela gruesa y unas botas. De momento lo más llamativo era su rostro, lo único que había visto con claridad, era una preciosidad de cara,  esculpida  en una tez algo  oscura, debido a su origen y el sol de Andalucía, resaltaba mucho el blanco de sus ojos,  coronados por unos ojos marrones, que advertían trazas verde azuladas, una mujer guapa, solo se podría ser quisquilloso con la nariz, la tenia algo afilada.

Al subir a casa mi madre ya tenía a todos organizados en sus habitaciones y en el salón tomando un café preguntado por el viaje y las circunstancias de la vida. Pregunté donde colocábamos las cosas de Ana, ya se habían repartido y entre que querían dejar a los críos juntos y las parejas adultas unidas, solo quedaba 1 cama libre, el sofá/cama de mi cuarto.

-YO: pero mamá, ese sofá es horrible, todos mis amigos que han dormido allí se han jodido la espalda, ¿Como se la vamos a dar a Ana?

-MADRE: por que no es para ella, es para ti, ella duerme en tu cama, ¿Que especie de anfitriones te crees que somos?, Anda, tira para tu cuarto y ayúdala,  melón – sus getso y mi cara de “Me han jodido”, sacó una sonora carcajada a los presentes, mi madre y yo tenemos ese tipo de relación en que, en público, nos tirábamos puyas todo el tiempo para sacar las sonrisas de los presentes, sabíamos seguirnos el juego. Pero eso no cambiaba que lo que decía era una orden directa, el sofá/cama era para mí, y ya estaba decidido.

-YO: así tratas a tu pobre hijo, después de lo que he sufrido, como osas profanar mi débil cuerpo - fingía pena obscenamente.

-MADRE: mira niño, no me calientes que te llevas  un sopapo que te quito el sentido, ahora a joderse unas semanitas, rico - se levantó y me empujó, haciendo bromas y siguiendo el juego,  yo la protestaba, pero  dio igual, Ana se reía mientras me seguía, avergonzada.

Mi casa, ola de mis padres mejor dicho,  se puede describir como un pueblo de carretera. Era un pasillo muy largo, en un extremo el salón comedor amplio, y según avanzabas por el pasillo tenias  4 habitaciones, con un baño entre medias, a mitad del pasillo la entrada, y luego más pasillo,  daba a una terraza a un lado, un cuarto de trastos y al otro extremo la cocina. Por algún motivo desconocido, nuestra casa se había adueñado de una habitación extra al lado de la cocina perteneciente a otra casa en su inicio, 2º baño incluido, que por mis noches de friki con el ordenador,  viendo películas,  series o NBA, fui desterrado a aquella habitación apartada para no molestar al resto. Era grande, tenia espacio para mi cama, un escritorio, un armario empotrado, el mueve con la TV y los videojuegos,  y un sofá cama enfrentado a ella, a los pies de la mía, usada en las noches con mis amigos.

La enseñé la habitación medio disculpándome por la broma con mi madre, y que no se preocupara por mí, dejamos las cosas encima de la cama para volver con los familiares. Ella se quitó el abrigo para dejarlo allí. Mis sospechas iniciales era correctas,  ya era una mujer, ¡Y que mujer!, llevaba un jersey grueso de lana blanca,  pero se le marcaba la figura, tenia las tetas bien colocadas, muy arriba, al quitarse el abrigo se le subió un poco y pude ver la piel de su ombligo, esa tez morena me estaba empezando a gustar, seguido de un pantalón de tela vaquera negro, grueso pero con el tiro bajo, dejando ver un pequeño tatuaje en la zona del apéndice, una media luna,  al agacharse a dejar el abrigo en la cama se intuyó un trasero redondo y llenando la prenda, pero iba muy tapada. Además de todo ello, su voz era dulce,  su acento andaluz no era tan cerrado como el resto de la familia, casi ni se notaba.

Volvimos y charlamos amistosamente hasta la hora de cenar, se iban a quedar más de 12 idas con nosotros, cubriendo Navidad y fin de año, para volverse en reyes a su casa. Me sorprendió ver como Ana estaba muy curiosa por mi y mi vida, normalmente las chicas de esa edad se atontan con el móvil a mandarse mensajitos con las amigas, o chicos, pero no era el caso. Conversamos ampliamente, le conté un poco mi vida y mis cambios físicos, no todos claro está, y yo me enteré de su vida también, por lo visto estaba un poco aburrida del pueblo, y en el colegio fue  una paria, los gitanos la consideraban paya, y los payos, gitana. Me dijo que no tenía muchos amigos, solo una, Lara,  con todos los del instituto con pareja, saliendo de fiestas, mientras ella estaba casi todo el día en casa con su  familia. La noté algo de pena al decírmelo, pero se la veía feliz por poder comentarlo con alguien.

-YO: pues déjame decirte que esos de tu pueblo son unos retrasados de cuidado, tendrías que tener una cola de tíos babeando por ti, y las mujeres deseando ser como tú  – quise mejorar su ánimo.

-ANA: muchas gracias primo, jo, te he echado mucho de menos, todavía recuerdo aquella vez que vinisteis a Granada, me lo pasé genial contigo.

-YO: y yo contigo,  ahora me toca a mi hacerte de guía en Madrid, mañana he quedado con unos amigos, vamos a dar una vuelta, vente,  si quieres,  pero me haría mucha ilusión - dudó un poco pero supongo que pensaba que ya que había salido de su pueblo, quien mejor que yo para ayudarla a ver mundo.

-ANA: vale, pero ten cuidado conmigo, no quiero meterte en líos con tus amigos,  ni estar de más.

-YO: tú no te preocupes por ellos, si hace falta,  les tiro a la basura por quedarme charlando contigo - la guiñé un ojo.

Mis palabras eran como rayos de esperanza en sus ojos, me dio otro abrazo, de nuevo de cariño, estaba encantada con estar allí conmigo. Terminamos de cenar y la llevé a mi cuarto mientras el resto se quedó charlando, vimos un rato la tele y la enseñé con orgullo mi colección de vídeo juegos, aunque la dije  que hacia tiempo que no los tocaba, y preguntó por qué.

-YO: es verdad que desde la operación he andado…….ocupado, no sé, supongo que no me parecen tan importantes ahora, me gusta más charlar con la gente.

-ANA: ya, y a mi, siempre que salgo se ponen con lo móviles y es muy raro - encima de guapa y cariñosa,  la chica pensaba como yo.

Nos sentamos en el sofá mientras veíamos alguna película estúpida sobre salvar la Navidad, sacando más risas de mis comentarios sobre lo tonta que era determinada situación,  que de la propia película. Yo estaba sentado recostado con una mano en posa brazos y otra en el respaldo, ella empezó igual pero se fue cambiando de posición, se había quitado las botas y estaba hecha una bola. Me di cuenta del frío, a mi no me afectaba y en verano me gustaba, pero aquella habitación estaba apartada y daba a un húmedo patio, la habitación estaba algo helada pese a la calefacción,  que yo bajaba al mínimo,  soy muy caluroso por mi grasa corporal, o lo era.

-YO: peque, ¿Tienes frío?...........- ella no contestó, pero su posición y su mirada de agradecimiento eran evidentes - …te saco una manta, espera.

Saqué del armario una sábana, miré y decidí que no, mejor seria una funda nórdica bien gorda, me acerqué, se la puse con cariño como un padre arropando a su hija, y me senté de nuevo, la echaba un ojo de vez en cuando, y se la notaba tiritar bajo la funda.

-ANA: jope, hace frío aquí, ¿Tú no lo tienes?

-YO: si que lo hace, pero me he pasado toda mi vida con una capa de calorías encima, y ya me he acostumbrado, soy una estufa andante jejeje anda ven aquí, pégate a mi - juro por dios que allí no había intención alguna.

Lo hizo, puso su cabeza en mi hombro, y la rodeé con los brazos, frotando su espalda y uno de sus hombros. Pasados unos minutos.

-ANA: pues es verdad estás calentito jejejee - se  colocaba para pegarse y adaptarse mejor a mí.

-YO: ya te lo he dicho, salvo las manos, el resto soy una estufa.

-ANA: ¿Las manos?

-YO: si, no se porqué, será la circulación, pero es la única parte que se me quedan algo frías.

-ANA: pues eso no puede ser, como te pilles un resfriado por mi culpa no me lo perdono, y tu madre me mata, toma, tápate - me ofreció un amplio excedente de funda nórdica, yo sin malicia la cogí y me la pasé por encima un poco, colocando mis manos en la misma posición previa, pero ya directamente sobre ella. Al colocarme  la funda por encima, se abrió un hueco y dejó pasar algo de aire….

-ANA: ¡¡¡Uy, yapa, tapa, que frío!!! – y se acurrucó un poco más sobre mi, pegando uno de sus pechos en mi costado.

La situación ya me pareció algo erótica, y empecé a ver a Ana como mujer, y no como familiar. Mi cabeza empezó a volar, a recordar a Eli, y mi polla a hincharse. No podía permitir que ella se diera cuenta, aquello no estaba preparado ni planeado, la aparté con suavidad y fingí sentarme más cómodo, me  acomodé la erección  para que no hubiera accidentes. Lo pasé realmente mal hasta el final de la película. Terminó, y Ana se había quedado adormilada sobre mí.

-YO: oye prima, toca irse a dormir a la cama, que no soy tan blando ahora – se despertó un poco,  frotándose lo ojos.

-ANA: jo perdona, estaba tan calentita y a gusto, que me dormí – lo dijo de forma inocente y natural.

-YO: nada bonita, pero es tarde y mañana tenemos un gran día, vete a descansar, cámbiate mientras me voy al baño  y luego al revés, así evitamos accidentes jejeje.

Esperé a que se levantara y se fuera hacia sus cosas dándome la espalda, me levanté como un rayo y salí de allí para evitar que viera la tienda de campaña que portaba en mi pelvis. En el baño oriné como pude, me lavé los dientes, hice toda la rutina pero seguía empalmado, la solución era fácil, tocaba paja rápida, tirando de recuerdos en mi cabeza. Tardé como un cuarto de hora, para disimular me metí en la ducha y abrí el grifo mientras me duchaba. Me extrañó que entre todo lo acumulado en mi mente, Eli enseñándome, Tara y su ano, o la fiesta al completo, algunas imágenes de Ana se colaran en mi cabeza al masturbarme, su trasero agachado,  su ombligo, ese tatuaje o su pecho en mi costado. Me sacudía la cabeza, “Ella no es un  objetivo……….¿O si?”

Aquella pregunta me rondaba por la cabeza, cuando me desahogué y se me bajó el empalme. Volví a mi cuarto más relajado, en la puerta de mi cuarto estaba Ana apoyada contra al pared, llevaba un pijama,  con la parte de arriba de lunares, muy amplio, y un pantalón también de gasa, que disimulaba algo su figura, pero al cruzarnos y verla de espaldas, vi en  sus andares como retumbaban sus curvas por toda la tela, al llegar a mi cuarto, casi se me había empalmado de nuevo. Me cambié lo más rápido que pude, y me dejé los slips ajustados,  siempre dormía solo con el pantalón de pijama ya que me sentía liberado después de tener a “la bestia” encerrada todo el día,  pero tenía  miedo a que ella se despertara y me la viera tiesa de noche. Cuando ella regresó tuvo que pasar por encima de mi, que ya estaba con el sofá/cama sacado, tumbado y con 4 mantas encima tapado hasta la barbilla. La visión de su trasero pasando encima de mí me dejó con una erección que me duró toda la noche.

Ella sea acercó, me besó en la mejilla dándome las gracias, se acostó y me dio las buenas noches. Pasé la noche como un muerto, boca arriba, sin atreverme a moverme, con la tienda de campaña negada por los slips pero con un mal estar constante por mi inflamación. Al despertar al día siguiente era un trapo, me dolía la espalda, no había dormido nada y me había pasado toda la noche sopesando si Ana podía, o no, ser un objetivo, ¿Podía? ¿Debía? ¿Y si ella no quería y metía la pata?

Pasé así un par de días más, luego durante el día, la actitud cariñosa y agradecida de Ana conmigo al enseñarla la cuidad, salir a pasear con los amigos y estar de risas charlando, no ayudaba. Era un encanto de niña, y se llevó de cine con mis amigos, siempre conmigo al lado,  no se separaba de mí, yo la trataba como a una reina, al inicio por cariño, pero luego por pensamientos impuros.

La 3º noche llegamos algo tarde de salir y fuimos directamente a mi cuarto para no despertar a nadie, ya había cierta confianza y nos cambiamos delante uno del otro, pero siempre dándonos la vuelta, ella por vergüenza y yo por miedo a no controlarme. Ella acabó antes y me vio caminar hacia la cama quejándome.

-ANA: pobre, te estás dejando la espalda ahí……..por mí.

-YO: no pasa nada, ya soy mayor – me recosté esperando que la noche fuera mejor que las anteriores.

-ANA: me da pena, no es justo  y es tu casa, anda cambiemos, déjame a mi ahí esta noche y tú descansa bien en tu cama - se puso en pie.

-YO: ni de coña, como mi madre se entere me parte la cara si te dejo aquí, además te harías daño tú, y eso no puedo permitirlo.

-ANA: pues ahí no vas a seguir …..- sopesó opciones-…. venga, vente y duerme conmigo en la cama - lo dijo decidida y con cierta inocencia en el mando. Era una locura, lo estaba pasando fatal con ella en otra cama, en la misma no sabría si controlaría la situación.

-ANA: o eso, me voy yo allí contigo …- sonrió ante su amenaza - ….venga, no seas cabezota, que encima hace mucho frío y me vendrás bien …..– la posibilidad empezaba a no disgustarme -……  como en el pueblo de pequeños,  venga, por fi,  será divertido -  se lanzó a meterse en mi cama, no dando opción, y ya me había comentado que por más mantas que se echara, se helaba, incluso subí la calefacción de mi cuarto solo por ella, yo me levantaba empapado en sudor y ella temblando.

-YO: está bien, joder, pero déjame que baña al baño primero……..- ya había ido antes, necesitaba una excusa nueva - …….a tomarme un somnífero para pasar mejor la noche - me pareció lo más sencillo de creer debido a la situación y me daría margen a que lo ocurriera en la cama,  no era de forma consciente.

-ANA: vale, aquí te espero - sonrió orgullosa de su logro.

Fui al baño para fingir mi medicación, la idea de pasar la noche con su cuerpo a mi lado me enloquecía, tenía que calmarme, tomar una decisión, era que a partir de allí, ya no era mi prima, si no una situación que controlar. Volví a mi cuarto fingiendo mal sabor de boca por el somnífero, la di las buenas noches y apagué la luz, me acosté al lado dónde ella no estaba, y me quedé de nuevo como un muerto, boca arriba sin moverme. Ella se dio la vuelta, me besó la mejilla de nuevo.

-ANA: buenas noches,  primo - y se volvió a su posición con el cuerpo de lado,  hacia el otro lado de la cama, “Se mueve como la cría de 12 años que recuerdo”, pensé.

-YO: buenas noches prima - lo dije resignado, con una erección considerable entre mis manos que querían disimularla, y temiendo la larga noche.

Pasaron algunas horas en que la noté moverse y dormirse,  yo me apartaba lo más que podía, casi al borde de la cama, pero al final “Morfeo” me venció. En mitad de la noche noté un peso y desperté, yo estaba con la posición boca arriba algo más relajada, y mi polla “tontorrona”,  tenía a Ana recostada a mi lado, había pasado un brazo por encima de mí, pero por debajo de las mantas, supuse que,  subconscientemente, buscaba calor. De inmediato me empalmé duramente, ¿Qué debía hacer? ¿Apartarla?, ¿Despertarla?, ¿Irme?……..todo pasó por mi cabeza, pero no me moví, me quedé inmóvil, la sensación era excitante y cómoda. Entré en automático, con cuidado pasé mi brazo por el hueco de su cabeza en la almohada, ella reaccionó pegándose a mí y recostando su cabeza en mi pecho, quedamos abrazados de forma lateral, a mí en ese momento me daba todo igual, me encantaba la situación, estaba  tan feliz que me dormí.

Me despertó mi madre de un grito, yo sobresaltado me asusté, me había pillado en mi cama, miré a mi lado y Ana no estaba. Entre alaridos de mi madre,  Ana apareció por la puerta con el cepillo de dientes en la boca, y cubierta por una enorme toalla.

-ANA: nop niof por fasvor, nos sen enfasde - era gracioso,  se le entendía apenas.

-MADRE: tu calla,  no defiendas a este……….. mendrugo - Ana se sacó el cepillo de dientes de la boca pero siguió con pasta en la boca.

-ANA: no no, cuof, coff,  me he levantado y le he dicho que se tumbe mientras iba al baño, para que descansara un rato en su cama - a mi madre se le bajó el enfado de repente.

-MADRE: ahhh vale…….. - se enfadó de nuevo -….. ¡¡¡Pero levántate ya, pedazo de vago,  que no haces más que dormir!!! - madres……nunca se equivocan según ellas. Pese a que dejó pasar el tema, conocía mucho a mi madre como para saber que no le convenció del todo la historia.

Mi madre se fue rumiando por el pasillo, con Ana mirándome sonriendo de nervios, yo me medio levanté sentado en la cama y le di las gracias con la mirada, se volvió al baño a terminar lo que hacia. Me sentía infinitamente mejor que los últimos días, había descansado bien, pero ella se había levantado antes que yo, joder, estaba como un tronco, ni me había enterado, mi polla en ese momento estaba normal, pero cuando me dormí estaba empalmado, “¿Lo estaría cuando ella se levantó? ¿Se percató?”, andaba yo con esas ideas en la cabeza cuando Ana volvió la habitación.

-ANA: siento la bronca de tu madre, pero podemos decir  eso para que no nos vuelvan a reñir los próximos días – “¿Próximos días?” Ella tenía la intención de repetir.

-YO: creo que será mejor poner alguna alarma y antes de  que se despierte volveré al sofá/cama - me miró desanimada.

-ANA: jo, he dormido genial contigo, no he pasado nada de  frío……y……. - no lo dijo, ni lo llegó a disimular, pero juré que tenia algo más que decir, y no dijo -…….bueno, que si quieres podemos hacerlo más días.

Y mientas decía eso atiné a enfocar mis ojos después de dormir, allí estaba ella, con una pequeña toalla en la cabeza a modo de moño, y una enorme toalla en las manos, secando partes de su cuerpo que veía desnudas. Me froté los ojos de nuevo, y me fijé, no estaba desnuda si no en ropa interior, con un culotte rojo y un sujetador a juego, secándose los brazos delante de mí, me tapé los ojos y me di a vuelta.

-YO: joder Ana, avisa y me salgo, perdona - los cojones, acababa de ver a una adolescente turgente de piel tostada en ropa interior, brillando por el agua o alguna crema corporal,  frotándose delante de mí.

-ANA: calla tonto, si ya hemos dormido juntos jajajajaja ….- reía como un cría de 7 años, “¿Había llegado a ese nivel de confianza en solo unos días?” –….. venga, ve preparándote, que hoy es viernes ya, y tenemos un día largo, quiero ver Madrid, vamos, ve al baño que tengo que volver a secarme el pelo - y diciendo esto me tiró la toalla grande a la cara a modo de travesura. “Dios”, olía a humedad,  cremas,  limpieza y a hembra quise pensar, cuando me quité la toalla de la cara ella se había quitado la toalla del pelo y lo tenia todo húmedo echado hacia un lado,  estaba  cepillándolo, desenredando nudos de su larga melena, Esa imagen unida a su cuerpo semi desnudo a mi lado, y su inocencia, me la pusieron a reventar de nuevo.

-YO: hos……..tias….. - me tomé unos segundos para tomar el control de mi exclamación - …..paso, yo me quedo a dormir un rato más…. -  tumbándome haciendo una bola, para disimular -….. vete a secarte el pelo anda.

-ANA: vale primo, pero ten cuidado con tu madre jajaja – y se fue.

Lo  tenía claro, cerré el pestillo de la puerta y con la toalla empapada del agua que había recorrido su piel, me hice una señora paja, si no,  reventaba   allí mismo. Cuando volvió   me llevé la toalla al cesto de la ropa y me di una ducha relajante, tenia que calmarme, desde ese momento ya no había dudas, Ana debía ser mía, me daba igual aspectos morales o familiares, aquella niña pizpireta e inocente me la ponía dura.

Habíamos planeado un viernes de paseo,   guía por Madrid, ir al museo del prado, comer por la Gran Vía, ir de compras por la tarde, seguido de un paseo por el Templo de Debod al anochecer y cenar en un restaurante chino que conocía en Moncloa. Nos lo pasamos genial, nos hicimos fotos y le enseñé gran parte de la ciudad.

-ANA: joder, esto es enorme, está lleno de gente,  son las 12 de la noche y la ciudad sigue llena, ¿Aquí no duerme nadie?

-YO: hombre, ten en cuenta que esto no es un pueblo en Granada, es una gran ciudad, de hecho, muchos locales abren ahora para que la gente vaya de copas y a bailar.- se le iluminó la cara.

-ANA: ¿Muchos? En el pueblo solo hay 1 a las afueras y ponen música de abuelos - me sonó a sorna.

-YO: oye ¿Me estás vacilando? Que te estás haciendo pasar por una pobre paleta, y sé que no lo eres.

-ANA: jajaja pues claro que te estoy tomando el pelo, pero  quiero que me lleves a bailar………..y  me hacia de rogar.

-YO: que manipuladora estás hecha, no hace falta que insinúes, si quieres algo, solo has de pedirlo.

-ANA: pues quiero ir a bailar.

-YO: pues a bailar iremos, tengo un amigo que lleva un local y abren ahora a las 00:00, nos deja las copas gratis si ando por allí echándole un ojo como seguridad.

-ANA: normal,  si es que vaya espaldas tienes,  impones mucho………. pero de mi no te libras, un baile conmigo te llevas.

-YO: no existe una fuerza en el universo que me lo pueda impedir…. - y me lancé con un beso en la mejilla, no se si fue ella o yo, pero dudamos un instante  casi rozamos nuestros labios, me quedé media décima de segundo en el aire, admirando sus bonitos ojos ilusionados -…. vamos.

La chica era felicidad andante, se me pegaba por el aire que hacia, protegiéndose del viento conmigo. Llegamos y le presenté al dueño y a los camareros, amigos míos, nos sentamos en una zona un poco más tranquila a charlar hasta que se animara la noche. Mientras entraba gente, el dueño del local se me acercó, pidiéndome que me metiera en el baño a echar un ojo por que creía que había alguien drogándose y a él le conocían, no era raro que me pidiera esos favores. A Ana se le cambio la cara de diversión a  susto.

-YO: tranquila peque, no pasa nada - me levanté y le pedí al dueño que se quedara con ella, y que no la dejara sola.

Me metí en el baño como para mear, y vi a varios haciendo el tonto en el baño, me metí en uno de los cubículos y pegué la oreja, se oía claramente el “tac tac” de una tarjeta de crédito en la loza. Salí de golpe, había varios alrededor de una pila, y en la loza algo que supuse cocaína.

-YO:   chavales, no es cosa mía, así que no os enfadéis, pero anda la policía secreta por ahí fuera,  preguntando por el dueño.

De inmediato tiraron parte de la droga por la pila y se guardaron el resto, salieron del local en fila india delante de mí, cogiendo los abrigos para no volver. Tengo cara de buena gente y siempre suponen de mí que soy bueno. Cuando salieron todos fui a saludar y comentar al dueño el tema, me senté junto a Ana.

-ANA: ¿Que ha pasado?

-YO: nada peque, que la gente no sabe divertirse si no se descontrola, pero ya  han salido todos.

-ANA: ¿Y que les has dicho?

-YO: que si no se iban les partiría las piernas - aguanté unos segundos, y me eché a reír.

-ANA: jo siempre estás igual gastándome bromas - y me dio un golpe con la mano en el hombro.

Pasadas unas horas, el local ya andaba medio lleno, y a petición de mi acompañante pusieron un par de sevillanas que me arrastró a bailar con ella, Era una delicia verla moverse, se había puesto unos pantalones rojos, de tiro bajo,   botines negros y una blusa medio transparente que marcaba su sujetador y no tapaba su preciosidad de ombligo,  tatuaje incluido, con su melena suelta y tan larga que cada giro era para foto de portada. Yo siempre había sido muy patoso para bailar, creo que por eso mi madre me apuntó a clases, pero una cosa es el baile clásico con pareja  y otra muy diferente una discoteca, y el hecho de perder peso no  cambió que me moviera de forma estúpida. Seguía igual de torpe, pero existe diferencia entre ser torpe, y ser torpe y gordo, siendo obeso cualquier cosa que hagas resulta cómica y atrae miradas de sorna, siendo normal, no, pasas de ser vergonzoso a ser solo divertido y alocado.

Los bailes fueron varios con ella rodándome, sin parar de reír y moverse,  el último que  dimos fue uno lento y pegamos nuestros cuerpos, yo la susurraba tonterías al oído y me seguía el ritmo en la pista, ahora si me sentía cómodo al bailar pegados, dejando que la guiara. Ella quiso beber alguna copa de más y no la dejé. Yo no bebo, fuera por mi físico o no,  emborracharme es imposible, o muy caro, y no me gusta el sabor. Se enfadó algo por que no la dejaba divertirse, pero la convencí de que para divertirse no era necesario, o condición indispensable,  emborracharse.

Dadas las 4 de la mañana,  nos volvimos al extrarradio, donde vivían mis padres, los autobuses nocturnos duran 45 minutos en llegar, así que jugábamos a inventarnos la historia de los pasajeros. Los últimos 10 minutos de trayecto ella cayó rendida, y se durmió sobre mi hombro. La desperté al llegar y caminamos unas calles hasta llegar a casa, nos cruzamos con cierta flora y fauna de esas horas, ella se asustó un poco pero yo la tranquilizaba.

-YO: conmigo no tengas miedo, jamás te pasará nada - pareció reconfortarla.

Llegamos sin hacer ruido, y la dejé en mi cuarto desvistiéndose, yo me fui directo al baño me di una ducha rápida con paja incluida, ya que  sus bailes habían hecho mella en mi mente. Salí y tocó su turno, mientras estaba en el baño yo me iba a poner el pijama, pero era el momento de jugármela con Ana ya que iba a dormir con ella en la cama, me puse el pantalón sin los slips para sujetar a la fiera, y me acosté en la cama de lado. Ella llegó vestida con su pijama y se alegró de que estuviera en la cama, y no en el sofá.

-YO: echa el pestillo o mañana será mi último día en la tierra si mi madre me ve aquí, pondré la alarma para abrir antes de que vengan a despertarnos - así lo hice, y se tumbó a mi lado.

-ANA: me lo he pasado como en mi vida, te agradezco mucho que cuides de mí.

-YO: para eso está la familia - quería ver si reaccionaba.

-ANA: tú y yo somos más que familia …..- se acercó y me besó la mejilla de nuevo, esta vez no fue rápido e inocente, sino lento y sonoro, al separarse me miró a los ojos -…. anda ven aquí, y dame tu calor, que ayer dormí en la gloria - “Si supieras como dormí yo”, sonreí.

Se acurrucó otra vez, abrazándome, y pasé mi brazo de nuevo por debajo de su cabeza. No se si lo había notado antes,  pero ahora en mi costado notaba claramente su dos pechos, “¡¿Sin sujetador?!”.

-YO: pues a dormir, que ya me tomé el somnífero y estoy que me caigo……..buenas noches prima - ya tenia coartada, la besé en la frene.

-ANA: ummm buenas noches primo.

Al cabo de 1 hora la noté dormirse, la moví un poco y la llamaba, no respondía, su respiración era calmada pero con cada bocanada de aire  pegaba sus pechos a mi, solo separados por la tela de su pijama y mi camiseta. Estaba que reventaba, en la 2º hora ella se giró y quedó de espaldas a mí, yo hice lo mismo, pero dejando un amplio espacio entre  nosotros, mi tienda de campaña era evidente, la apuntaba como un francotirador al trasero. En un momento dado noté como ella, tiritaba algo, y pasados unos minutos se dio la vuelta, yo la miraba entre pestañas fingiendo dormir.

-ANA: primo, ¿Estás despierto? Hola ….- susurraba, se quedó pensativa unos segundos -…. jo, tengo frío - me agarró un brazo y se lo pasó por encima, como una manta,  pegó su cuerpo un poco hacia mi, dándome la espalda. Yo estaba muy nervioso, no tenia que estar nada lejos de tocar  la punta de mi miembro en su trasero.

Fue repitiendo la operación, serpenteando mientras se acercaba su espalda a mi pecho,  hasta que pasó lo inevitable, sus riñones tocaron con mi polla. Yo quedé inmóvil, fingiendo dormir profundamente cuando estaba hecho un manojo de nervios. Ella se apartó rápidamente, pero a los pocos segundos lo volvió a intentar,  lo hizo un par de veces más, y ronqué un poco más fuerte, más que nada para que parara de hacerlo, me hacia daño. La chica se enfadó por no poder pegarse a mí, y mi calor corporal, se dio la vuelta y levantó las sabanas un poco para ver que era lo que se lo prohibía. Su cara fue como para echar a correr, tapó de nuevo y se volvió,  inmóvil, durante una hora se quedó así, tiritando.

Yo no sabía que tenia que hacer, repasaba en mi cabeza cada indicación de Eli, “piensa, razona, deduce y actúa en consecuencia”. Ella tenía frío, quería calor y yo era su opción, tenía que lograr que ella se pegara a mí sin que mi polla la mantuviera alejada, bajé medio metro mi cuerpo de forma clamada en el tiempo para que pareciera natural, sin cambiar la postura. Ahora apuntaba entre sus muslos, no a sus riñones. Como gesto “involuntario”, mi brazo la acercó, similar a  abrazar  un peluche, ella de inicio torcía la espalda timorata, pero llegó el punto en que notó mi glande en sus muslos y se relajó. Pasó otra hora, y ella empezó a acomodarse hacia mí, parte de su pijama se había quedado pillado por mi falo, pero había dejado de tiritar.

La sorpresa llegó cuando yo, creyendo estar en el máximo punto de incredulidad, sentí como ella  llevó la mano a  su espalda y empezó a palpar, en búsqueda de algo, de mi miembro. Palpó hasta llegar a la base de mi polla, tocaba con cuidado de no despertarme, y su mano reconoció de arriba abajo mi extensión, tomando medidas mentales, y en un movimiento levantó una de sus piernas, como haciendo yoga, bajó mi polla y echó su culo hacia atrás, atravesándola limpiamente de lado a lado, para después bajar la pierna. ¡¡¡La tenia aprisionada entre sus muslos!!!  Ya,  resuelta la situación,  pegó su espalda con mi pecho, arropándose con mi brazo.

Yo estaba dichoso, ella era consciente de mi polla, y lejos de asustarse, salir corriendo o esperar a mañana y pedir que volviera al sofá/cama, hacia decidido que era mejor opción rodear mi enorme rabo entre sus piernas y pubis. No hubo movimientos por parte de ella, ni míos, solo aguantamos la posición. Basta decir que mi empalme no bajó en toda la noche y me costó dormirme, pero caí.

Sonó la alarma de mi móvil, desperté un poco, vi que seguíamos en la misma posición, ella dormida y yo seguía empalmado, no sabia si moverme y arriesgarme a que notara ese movimiento, o no hacerlo y que se despertara con mi polla sobresaliendo por su ombligo. Tenía que abrir la puerta y acostarme en el sofá si no quería levantar sospechas, así que reprogramé el despertador 5 minutos y ronqué, muy fuerte, pera despertarla a ella.

Surtió efecto y se fue desperezando, miró la hora y pensaría lo mismo que yo, pero ella decidió. Echó su cadera hacia delante hasta casi sacarse toda mi tranca de sus muslos, y al final se giró sobre si misma para sacarla del todo, yo murmuré algo como a punto de despertarme,  la miraba entre legañas. Ana estaba de pie, al lado de la cama, tocándose la entre pierna, viendo la marca que mi erección había hecho en su pijama después de horas allí alojada. Levantó las sabanas y me volvió a mirar, ya con luz, la prominencia de mi pantalón tenía  tal forma que hasta separaba la goma del pijama de la cintura de mí, apenas unos centímetros. Ella alucinaba, y amagó con acercar la mano, pero sonó mi despertador, “Joder, tenia que haber puesto 10 minutos”. Ana se contrajo y bajando las sábanas me sacudió un poco.

-ANA: venga primo, arriba, que si no, nos matan, venga………

-YO: um 5 minutos más mamá…….- frase típica, paré unos 4 segundos y luego abrí los ojos de forma sorpresiva –….. hostia, corre, abre la puerta mientras me tumbo en el sofá.

Así lo hicimos,  como un juego de niños, para cuando mi madre  llegó a despertarnos, ya me había quedado dormido de nuevo, la noche había sido larga, pero fructífera.

Desayunamos con los demás y hablaron de salir en familia al zoo, nos pareció buena idea y fuimos. Ana no se separaba de mi y no dejaba de comentar todo, pero comiendo nos pusimos en una mesa aparte. Aceleré mi plan.

-YO: ¿Que tal has dormido peque?, ¿No te habré pegado sin querer o algo? jajajaja- se quedó pensativa.

-ANA: no tonto, jajaja he pasado algo de frío pero luego, me he……..pegado un poco y se me pasó, eres una estufa andante, sabes como calentar a un mujer en la cama jajajajja – paró  la risa de golpe dándose cuenta de lo dicho.

Yo me empecé a reír por lo mismo, hasta que ella me siguió,  supongo que el cabrón del subconsciente nos pasa factura de vez en cuando. Por  la tarde  volvimos a casa, nos dimos una buena ducha y nos vestimos para volver a salir. Era la noche previa a  Navidad, y casi ni me había dado cuenta, cenamos con la familia y nos dejaron salir a ella y a mi.

-ANA: hoy hay que arrasar primo, es casi Navidad y ayer no bailamos  nada.

-YO: como quieras, pero te aviso  que estoy entrenando en bailes.

-ANA: con una monitora de gym, que me lo han dicho, eso no es bailar, yo te enseño a bailar……..de verdad – al decirlo  hizo un circulo con sus dedos índice y pulgar realizando un gesto contundente de arriba a abajo con la mano.

Nos fuimos a vestir, y yo me puse el traje de Eric, estaba perfecto, y ella al verme se picó.

-ANA: ¿Quieres jugar duro ehh?, Pues no seré menos - cogió una bolsa y se fue al baño.

Al volver apareció una semi diosa ante mi, peinada con el pelo totalmente liso, creo que hasta planchando, le caía hasta la cintura, unas botas negras de tacón bastante altas, medias térmicas trasparentes y unos mini shorts blancos con unas cadenas diminutas doradas haciendo de cinturón, lo que me mató fue la blusa, era rosa clara, y la descripción más acertada es que penséis en la parte de arriba de un biquini pero con un par de trozos de tela cayendo por su vientre, dejando su ombligo bien a la vista, con un par de tiras anudadas a la espalda, sin sujetador. Era una joya, no se le habían caído ni un milímetro sin sujeción, las  tenia bien arriba. Me debí de quedar hecho un imbécil.

-ANA: ¿Que pasa primo?, ¿Que no te gusta que iguale las fuerzas? - diciéndolo se dio un vuelta sobre si misma permitiéndome ver todo su cuerpo, los  shorts le hacían un culo de campeonato, rivalizando con Eli, pero mientras ella tenia ese cuerpo por el ejercicio, esa chiquilla lo tenia así por su juventud. Tardé en reaccionar

-YO: esto….¿Que has que igualar?

-ANA: ¿Te crees que soy tonta?, Tú te has puesto así de mono para ligar, y yo……también - era cierto, pero mi objetivo era ella, no otras.

-YO: pues tú misma, pero te tendré vigilada.

-ANA: al que inviten antes a una copa gana, ¿Vale? – daba palmas emocionada, “Es una cría”

-YO: como quieras.

Nos pusimos los abrigos para que no le dijeran nada por la ropa al salir, la mirada de mi padre fue definitiva,  “Como le pase algo malo a la muchacha,  mueres”. Nos fuimos al local de mi amigo, un colega nos acercó en coche al bar de la noche pasada. Estaba a reventar desde el inicio de la noche, lleno de gente, dejamos los abrigos y como perros en celo, 4 tíos se fijaron en ella.

-YO: lo voy a tener difícil.

-ANA: no te creas, alguna ya te ha echado el ojo a ti, y en cuanto me aleje, irán como lobas.

-YO: oye, ten cuidado vale, aquí no todos son buena gente, puede haber imbéciles, si pasa cualquier cosa, avísame.

-ANA: anda que si, tonto, ¿Que me va a pasar?, Lo que quieres es asustarme para ganar la apuesta - salió directa a la pista de baile.

La seguí, y desde la vitrina del DJ, charlaba y saludaba a la gente conocida, mientras la echaba un ojo. No le faltaban pretendientes, cada poco tiempo se le acercaba uno y bailaba un par de canciones, pero ella les rechazaba, y me miraba señalándose el reloj, “Te queda poco tiempo”, quería decirme.

Pasaron las horas y uno de  los chicos logró quedarse con ella más de un baile, la cosa se estaba poniendo fina y pusieron ritmos latinos para “arrimar cebolleta”. Me había despistado con algún conato de pelea que acabó en nada. Cuando volví, los bailes eran ya follar con ropa puesta. Verla así con otros me puso celoso, así que fiché a la chica más guapa del local sin pareja, con su corte de amigas, me acerqué bailoteando, ya me habían visto venir, me acerqué a ella y cuando estaba ya cerca de todas.

-YO: perdona guapa – se dio la vuelta con algo de desidia

-GUAPA1: ¿Que quieres?

-YO: esto……..me……. preguntaba……..si …….bueno si no molesta………si podrías…….o tendrías el enorme placer de……..presentarme  a tu amiga - y me giré hacia una de sus amigas, menos agraciada pero que vestida de fiesta tenia su morbo, era de piel blanca y pelo negro, largo y rizado, con gafas grandes que le daban un aire alegre y un pintalabios rojo pasión, con un vestido blanco elástico ceñido al mililitro a su piel, con un escote animal enseñando las copas de su sujetador, que sostenía un par de pechos demasiado desarrollados para la edad que aparentaba, con la minifalda del vestido apenas tapándola las piernas y unos zapatos de tacón a juego que  hacían que solo la sacara una cabeza de altura.

La guapa se quedó blanca, la chica en cuestión petrificada, y el resto reían, yo rememoraba una charla con  Eli,  “Eli: si en un grupo de mujeres hay una que resalta, es la líder, la más difícil y creída, ve a por alguna amiga, esas,  solo por fijarte en ellas con la otra al lado, caerán rendidas”

No falló, salió encantada mientras las amigas se reían y la guapa se quedaba mustia, “Que se joda”,  pensé. Nos pusimos cerca de Ana, quería que me viera con otra, así pasó, y cruzando nuestras miradas mientras bailábamos con terceras  personas, empezamos un pique, movimientos bruscos, un giro lento, un gesto lascivo……nuestras parejas alucinaban, y más cuando mi compañera notó en su pelvis mi miembro en reposo que la llegaba hasta el muslo. Por poco se me tira al cuello, pero yo no quería eso, estaba a otra cosa. El chico que estaba con Ana la dijo algo al oído, ella pensó unos segundos mirándome, y asintió, se besaron, el chico volvió a susurrar, y Ana le decía que no, pero cedió y cayó un segundo beso, repitió la operación un par de veces, con cada beso se quedaba más tiempo en sus labios, pero notaba como Ana se echaba para atrás y empezó a no gustarle el juego. El chico la sujetaba con fuerza de los brazos y no la dejaba separarse, buscado con los labios,  ella le hacia la cobra y en una de ellas clavó sus ojos en mi, la pregunté con la mirada y vi suplica en la suya, casi me quité de encima a aquella mujer que se restregaba contra mi,  y me lancé a por mi doncella en apuros.

-YO: oye perdona, no quiero molestar, pero creo que la chica no quiere más.

-CHICO1: ¿Y a ti que te importa?, Anda y vete a restregarte con esa fea.

-YO: te repito que no quiere más, ¿Verdad?

-ANA: si, si, para.

El chico se enfadó, la soltó de mala manera y se fue insultando y haciéndome gestos groseros, lo ignoré  y abracé a Ana

-YO: hey peque, tranquila, ya estoy aquí.

-ANA: jo, soy boba  - dijo sollozando.

-YO: hey, hey, tranquila, aquí ya no pasará nada, ya estoy aquí,  ¿Que te dije ayer? - se quedó pensando.

-ANA: que contigo no me pasaría nada.

-YO: exacto, ahora cálmate y seca esos preciosos ojos…. - levanté su barbilla para mirarla directamente -…. la di un beso en la mejilla y la saqué de la pista de baile, pregunté que había pasado

-ANA: ese imbécil, era mono, no sé, quería ganar la apuesta, me dijo que si le daba un beso me invitaba, y después de dárselo me dijo que no valía, que eran besos muy cortitos,  que le diera otro, a empezado a meterme mano, y no paraba y se lo decía, dios, soy tonta.

-YO: no eres tonta, eres inocente, un encanto de mujer que no sabe que esto es el mar y hay tiburones que solo piensan en carnaza – “Yo uno de ellos”.

Traté de calmarla, se sentía sucia, avergonzada, tonta, y todo por aquel payaso, logré desviar sus pensamientos y la llevé a bailar conmigo un par de horas, se alegró un poco y yo con ella. Lo mejor fue al ir a cerrar, a las 6 y pico, ya con autobuses, estabamos en la salida despidiéndonos del dueño y agradeciéndole la fiesta. El guaperas de Ana pasó por nuestro lado farfullando, supongo que herido en su orgullo, y susurrando algo a sus amigos. Al salir del local, con el dueño detrás,  estaban allí, y empezaron a llamar “calienta pollas” y cosas parecidas a Ana, que  comenzó a venirse abajo, no aguanté, localice al guaperas y sin mediar palabra le partí la cara de un puñetazo, cayó al suelo redondo, el resto se agacharon a mirarle.

-CHICO1: ¡Eh tío, que era broma!, clámate…….- uno casi se pone en pie para encararse, pero iba demasiado borracho, me di la vuelta y pedí disculpas al dueño.

-DUEÑO:   por lo que a mi respecta ese chico se ha dado con el pomo de la puerta del baño - le di la mano agradeciéndoselo,  y pasé mi chaqueta por encima de Ana, que tiritaba entre el frío y la situación, la pasé el brazo por encima y nos fuimos a la parada del bus.

-ANA: muchas gracias Raúl, ¿No se que pasaría si no estuvieras aquí conmigo?

-YO: odio a esos imbéciles, tú vales mil veces más que esa gentuza, que se mete con los demás solo por la presión de grupo, te digo una cosa, no dejes que ellos, o gente como ellos, te afecten, solo tienen el poder que tú les des - era una buena lección de vida, que aprendí de gordo. Pero yo ahora era un carbón, había montado el numerito del héroe, ¿El guaperas? Un colega mío que se ofreció a ayudarme. 2º lección de Eli aplicada esa noche.

No se habló más hasta llegar a casa, noté en su cara confort, pero estaba agotada y un poco abochornada por su comportamiento. Llegamos a casa y ya a salvo de todo le cambió un poco el humor, habíamos parado a comprar unos churros y los comimos en la cocina con alguno de los parientes que aún andaba de fiesta por casa.

Nos fuimos al cuarto, con orden expresa de no levantarnos antes de las 4-5 de la tarde,  queríamos descansar, el premio fue saber que habían reservado mesa y se iban a comer todos, dejando la casa sola hasta las 5. Ana se fue a duchar, supongo que se sentía impura, yo no, la colonia me había dejado buen olor y quería que fuera un  recordatorio para ella. De nuevo dormí con los pantalones sin slip y una camiseta vieja, pero ella volvió a la habitación, y ya no llevaba aquel pijama desgastado, si no un mini short amarillo ajustado, casi un culotte, y una camiseta usada. Cerró el pestillo, y se tumbó en la cama, yo estaba sentado en el sofá, tenia que tener cuidado de no meter la pata esa noche, estaba sensible.

-ANA: ¿Que pasa, que te tengo que obligar de nuevo?, Ven aquí, que hoy si que te necesito conmigo, ¡Mi héroe! jajajajajaja – me sentí aliviado, seguía siendo ella y me quería en la cama, apagué la luz y me metí en la cama con ella.

-ANA: ¿Te has tomado el somnífero?

-YO: si, 2 además, me está viniendo genial, duermo dulcemente - tenia curiosidad  por que haría con esa información, ¿Preocupada por mi estado físico, o quería saber si tenia carta blanca esa noche?

Al tumbarse directamente se recostó sobre mi,  buscando mi cariño o mi calor corporal, noté de nuevo sus pechos sin sujetador apretados contra mi, y la estrujé, dejando que mi colonia la recordara lo pasado en esa noche, que penetrara en su mente. No pasó mucho tiempo hasta que se quedó dormida, y tan profundamente  que parecía que no pasaría nada. Gracias a dios a las 2 horas de sentir su respiración en mi piel, sonó su móvil muy bajito, levantó la cabeza y me miró, yo abrí algo un ojo.

-ANA: ¿Primo? ¿Estás?- se cercioró meneándome un poco, no reaccioné …- eres el mejor -…. y sin más, me plantó un beso de cría en los labios, apagó el móvil y se volvió a acurrucar contra mi, “¿Se ha puesto una alarma para darme un beso?”, incluso puso su pierna encima de la mía, suerte que era la de ese lado, en la otra estaba mi polla creciendo rápidamente.

Pasó un buen rato en que puede notar que Ana no estaba dormida y se mordía una de las uñas de sus dedos en mi pecho, eso era deseo, con mezcla de duda, o nerviosismo. Finalmente se decidió y separándose con cuidado, se colocó de nuevo de espaldas a mi, cogiéndome el brazo y rodeándose con el, lo hizo de forma que pareciera natural que yo también me pusiera de lado mirando hacia su espalda, colaboré. Lo que no contó era con mi erección,  con el giro y su peso cayó de golpe  encima de su cintura, se quedó así unos segundos esperando mi reacción, al no haberla, se separó un poco de mi y llevó su mano a mi polla de nuevo, palpando y reconociendo,   se abrió de piernas y se la metió entre los muslos, entendí en ese momento el cambio de vestuario, el pijama se había quedado pillado la noche anterior, un short tan corto y ajustado no daría ese problema. Bajó la pierna y se pegó a mi,  se me fue un poco la mano y la apreté demás, pero no pareció  darse cuenta, o importarle.

Pasamos así un par de horas en que noté que seguía despierta, y lo noté básicamente por que no paró quieta, no hacia movimientos rítmicos pero aquello le incomodaba un poco entre sus piernas, bajó la mano hacia su pelvis y cogió la punta de la polla, que sobresalía bastante,  moviéndola,  buscó una posición cómoda hasta que la encontró, con toda mi circunferencia rozando su pubis, podía sentir su calor y el roce. Así se quedó, la mar de feliz. Ya eran casi las 9 de la mañana y no podía más, me dormí.

                                                        Ana -  Derribando un muro.

Uno de lo mejores despertares de mi vida llegó. Así como a las 2 de la tarde, no se como, cuando, ni porqué, pero al despertarme, tenia a Ana de cara a mi, a escasos centímetros de mi cara,  dormida, pero lo divertido era que ella estaba en mi lado de la cama al dormirme, y yo en el suyo, “¿Como y cuando narices hemos cambiado de posición?”. Me dio igual cuando noté que no solo seguía empalmado, si no que mi polla seguía atravesándola de lado a lado, pero en vez de entrar por su culo y sobresalir por su ombligo, entraba por su pelvis y sobresalía por su trasero. Aluciné con lo que debía de haber pasado dormidos, teníamos los vientres tocándose, ¡Y yo me lo había perdido!.

Aquella situación, y ver su precioso rostro a escasos centímetros del mío, con su larga cabellera cubriéndola de forma angelical, y sus llamativos labios   con algo de pintalabios, no me frené y la planté un buen beso en la boca, no se despertó pero me dio igual, sabia a fresa y a inocencia. Tenía una de mis manos en su cintura, con la camiseta algo subida, era piel con piel, y ella rodeaba mi cabeza con sus manos. Aparté un poco el pelo de su cara,  pasándolo por detrás de la oreja. Fue suficiente para que abriera los ojos, me miró dulcemente, para justo después sonreír feliz.

-ANA: hola primo, buenos días – estaba sorprendido por su normalidad, tenía que recordarla la situación.

-YO: buenos días peque, te juro por dios que me encantaría seguir aquí, contigo, en esta posición, pero necesito ir al baño.

-ANA: jajaja pues ve.

-YO: ya, verás, es que para poder orinar, necesito…………eso…. - señalé abajo, se le abrieron los ojos de golpe, observó mi falo atravesando sus muslos,    vio la situación y me miró apabullada, pero no se movía- …si no es molestia, ¿Podrías…….?

Se abrió de piernas en seguida y se sentó en el borde de la cama tapándose la cara.

-ANA: ¡¡¡¡Dios, dios, perdona,  los siento, que vergüenza!!!!

-YO: tranquila, no pasa nada, ya te he dicho que me quedaría así de por vida, pero tengo que ir al baño y desayunar – Ana no respondía, me levanté y fui hacia la puerta.

-ANA: llama antes de volver, por favor - asentí.

El plan fue a la perfección,  mientras meaba o me echaba algo de agua en la cara, y colonia de ayer para recordar a Ama lo que ocurrió por la noche, pensaba en mi cabeza mil maneras de volver a la habitación para dejarla pillada, al descubierto y que no tuviera más remedio que admitir su deseo. “¿Llamar antes de volver? Una mierda”, lo 1º era no dejarla pensar, eso me dijo Eli. Fui decidido, revisé la casa, no había nadie, se fueron a comer por ser Navidad a algún restaurante y no volverían hasta las 5. Cogí el pomo de la puerta, respiré y entré de golpe.

El que se quedó pasmado fui yo, allí estaba ella, Ana, mi “primita” inocente, a cuatro patas, metiendo su mano por debajo del short acariciándose entre las piernas, de espaldas a mí. La visión era un pecado, yo comiéndome la cabeza por como afrontar la situación  y ella me lo ofreció en bandeja, gracias a dios la puerta no hizo ruido, y pude acercarme a ella en silencio.

-YO: está claro que te lo pasaste bien esta noche - pegó un brinco tan alto que a la vez se dio la vuelta.

-ANA: ¡¡¡Joder te he dicho que avisaras, imbécil!!! - estaba frustrada, se pegó las piernas al pecho y bajó la cabeza a las rodillas,  se tapó de vergüenza pura. Tenia que sacarla de ese estado.

-YO: ¿Y perderme este espectáculo? Oye, tranquila que yo te entiendo perfectamente, todos nos tenemos que…….. desahogar, de vez en cuando.

-ANA: no, tú no lo entiendes……………es que ……….yo……………tú…...no se que me pasa, me haces sentir……bien……y me gusta, y tú eres mi primo…… y no me quieres………. y yo no ………..- casi rompía a llorar.

-YO: ¿Como que no te quiero? Si eres el amor de mi vida, llevas 5 días volviéndome loco…...

-ANA: no juegues, vale, esto es importante para mi, por favor no digas nada a la familia.

-YO: ¿Te parece que estoy jugando? …..- la puse una mano en la pierna - ….¿Si te digo una cosa,  no saldrá de aquí? Así estaremos igualados.

-ANA: claro.

-YO: me da un poco de vergüenza así que no te rías, ¿Vale?.... - asintió seria -…. no tenía que ir a mear, me he ido a masturbarme, o reventaba.

-ANA: ¿Que? ¿Por qué? – estaba totalmente confusa.

-YO: ¿Como que por que? ¿Cuantas veces crees que yo me levanto con una preciosidad andaluza como tú, con la………cosa  pillada entre sus piernas?

-ANA: pues ya llevas un par de días……- se tapó la boca asustada de reconocerlo, reaccioné “sorprendiéndome”.

-YO: no jodas………y yo sin saberlo.

-ANA: dios, perdona, no es aposta …..- empezó a ser ella y no una bola retraída -…. es que, joder, al principio hacia frío, tú das calor, pero te pusiste de lado, no llegabas a abrazarme, y me la pongo así para pegarme a ti, y no sé, con la fiesta, lo que ocurrió, sentir….. “eso”…..entre mis piernas, su roce sobre mi………..me…..me…………

-YO: te excitabas …..- me miró como habiendo dado en el clavo, cayó de lado sollozando -…..  mira, a nuestra edad es normal, somos jóvenes, inexpertos, y estas cosas pasan.

-ANA: ya, pero no me han pasado a mi, y quiero que pasen, pero …………

-YO: ¿Pero……..?

-ANA: hasta ahora me daba igual, casi con quien fuera, pero ahora, ahora solo pienso en ti, por eso pasa esto, no está bien…..

-YO: me siento muy halagado, pero somos familia………..- la deje caer, dependiendo de su repuesta actuaría, o no.

-ANA: bueno………. en realidad………. no somos primos………… de sangre. – “¡LINEA¡ ¡ BINGO! ¡LOTERIA! ¡EL GORDO!, ¡EL NIÑO! ¡EL EUROMILLON! ¡PERRITO PILOTO PARA EL CABALLERO!”, traté que mis pensamientos no se me reflejaran en la cara, era justo lo que quería que dijera.

-YO: eso es cierto, pero aún así, existen inconvenientes.

-ANA: ya……….es una pena - torció el gesto.

-YO: pero en realidad, estamos solos hasta las 5, y aunque  como dices, no somos familia, ¿Quien mejor que nosotros?,  Si quieres podemos jugar un rato - se le iluminó un poco la cara.

-ANA: no sé, ¿Y sin nos pillan? – perfecto, su preocupación no era moral, ni ética, si no que la pillaran.

-YO: hombre, hay que ser muy tonto para que te pillen, ¿Y somos tontos?

-ANA: no………..podemos echar el pestillo, así aunque vengan, no nos verán ….- sonreí de forma maliciosa, Ana estaba dónde la quería - …..¿A que jugamos?

-YO: pues a lo que tú quieras, no haremos nada que no estés lista, ¿De acuerdo?- asintió segura, y algo colorada en sus mejillas.

-ANA: en mi instituto juegan a un juego de beber, ponen las manos unos delante de otros, como haciendo palmitas y se  vendan los ojos, luego por turnos deben tocar una parte del cuerpo del otro, si la adivinan ganan y si pierden, beben, y el que se emborracha pierde.

-YO: me parece bien, pero yo no quiero beber ahora, que tal si el que falle, se quita una prenda, y el que quede desnudo,  pierde - perdería  de todas formas, yo solo llevaba el pantalón y la camiseta.

-ANA: vale - aplaudió y se puso en posición en la cama, delante de mi, yo hice lo mismo, pusimos nuestras palmas de las manos un contra otra y nos vendamos los ojos con mis viejos cinturones míos de artes marciales.

-YO: empieza tú, que lo conoces.

-ANA: bueno, yo solo lo he visto jugar, nunca me invitan, pero vale, no mires eh….- cogió mi mano y la movió un poco por toda la zona, para marearme - …..ya está, ahora mueve la mano hacia delante y toca, ¿Que es?

Lo hice, y toque parte blanda,  suave, y estrecha.

-YO: ¿Un antebrazo?

-ANA: ¡Siiiiiii! jo, te toca – la emoción de su voz no se si era por poder jugar, por mi acierto o por que ella sabia como iba a terminar aquello.

Me quité la venda y me aseguré de que Ana la tuviera puesta, no podía arriesgar con la zona que debía adivinar, demasiado atrevido y podría echarse atrás, pero quería perder. La cogí la mano y la moví lo suficiente,  después  se la llevé a mi pecho.

-YO: ya

-ANA: que fácil, es el pecho jajaja

-YO: premio, te toca…… - mismo ritual, toqué y palpé claramente  un hombro, pero…… - ummmmm no se, ¿La rodilla?

-ANA: jajaja no bobo, es el hombro, has perdido, así que prenda fuera - cumplí rigurosamente y me quité la camiseta, estaba a 1 ronda de quedarme en pelotas delante de ella.

-YO: voy - la cogí la mano y llevé  a  mi boca, para ver como reaccionaba.

-ANA: está húmedo, es, es….- seguía palpando y llegó a introducir un dedo en mi  boca - ……ahg, ¿La……. nariz? – “Los cojones”,  esa gitana también quería perder.

-YO: no tonta, era la boca - y aún con sus dedos en mis labios, le besé uno con delicadeza.

-ANA: ahgggg que guarro…..-  pero había perdido,  se quitó la camiseta, sin movimientos eróticos, como si estuviera sola, dejando su torso al aire al dormir sin sujetador. Vi sus pechos, eran preciosos, piel levemente tostada con unos preciosos pezones oscuros, de pinta brillante, y endurecidos de tal forma que se le marcaban bajo la camiseta que ahora ya no llevaba.

La siguiente me  daba igual,  aunque me la pusiera en la cabeza y notara su pelo diría un pie, o algo así, pero Ana me estropeó el invento, me puso la mano en una teta, no podía ser tan desconsiderado.

-YO: esto…….diría que es un …….pecho - y apreté un poco  cerciorando, las tenia bien duras y firmes.

-ANA: ¡¡¡Siiiiii!!! Jajajaja me toca…..- “Que naturalidad para haberla sobado un seno”,  al taparse los ojos me acomodé la polla,  la tenia como una piedra, me di la vuelta y la hice tocarme el culo, lo adivinó, muy a mi pesar.

Seguimos un rato así. La genialidad llegó cuando me tocó el turno, el puse la mano en la base de mi polla, sin pensármelo mucho debido al caletón que llevaba esos días.

-ANA: vaya, diría que es una……………… ¿Pierna? - me eché a reír, cuando se quitó  la prenda se rió también, pero no soltó aquel trozo de carne.

-YO: has perdido y te toca pringar.

-ANA: jo, me da vergüenza

-YO: ¿No eres una mujer de palabra? – herí su orgullo.

-ANA: vale, pero mira para otro lado.

-YO: no, eso no entraba en el juego, haberlo pensado antes….. - y me senté cómodamente a disfrutar - …venga - no entendía su reticencia, eran los shorts y aún le quedaban las bragas.

Se puso en pie rogándome que no con la mirada, remoloneando, pero yo la apremiaba, hasta que lo hizo. Empezó con cuidado, metiendo la mano por dentro del short, fue haciendo hueco y del tirón,  se los bajó.

-ANA: ya está….. - reía nerviosa, era normal, ¡No llevaba bragas!,  ante mi, una joven de 18 años de piel tostada, con unas tetas firmes y bien colocadas, nada excesivas y un buen trasero, totalmente desnuda con su coño al aire, lo tenia cuidado con una línea de pelo corto. Suspiré ante aquella imagen, recordando que yo ya no era un chico asustado y primerizo.

-YO: ¿Pero como  no llevas bragas hija mía?

-ANA: jo, no sé, pensé  que así, sentiría mejor tu…….cosa, con el pijama no podía - se medio tapaba como podía.

-YO: jajaja pobrecilla, bien, he ganado entonces el juego, ¿No?

-ANA si, jajaja jo, que mala soy.

-YO si, malisima – la dije con doble, o triple sentido.

-ANA: ¿Por que lo dices?

-YO: Ana, no somos tontos, ha quedado claro, has perdido aposta, y quiero saber ¿Por qué?

-ANA: jo, es que…. los que pierden jugando, tienen que besarse, y pensé….que tú……..y yo……….jo, es que quiero me beses.

-YO: ¿Todo esto por que deseas besarme? No necesitabas desnudarte para eso, llevo 4 días deseando tenerte entre mis brazos ….- se tensó entera y me miró, atónita - ….¿Como te crees que tengo esas erecciones que tu aprovechas? - me levanté y caminé con calma hacia ella -….. me las provocas tú.

Llegué a su altura,  miró hacia arriba, rogando que diera el paso, y lo di, la rodeé con mis brazos,  la pegué a mi y la besé, de forma suave y calmada.

-ANA: ummmm, que dulce.

-YO: recuerda que iremos hasta donde tú quieras, ¿Vale?

-ANA: si – volví a  besarla.

La atraje hacia la cama y me senté, ella se colocó entre mis piernas y se dejó caer sobre mí, quedando los dos tumbados, con ella encima de mí. Comenzamos a besarnos como colegiales, mis manos repasaban cada centímetro de su espalda, y ella se apoyaba contra la cama, meneaba las piernas, que le quedaban colgando, y eso hacia que su parte inferior se frotara contra mí, dejando mi erección se aplastara contra ella. Fui implementado algunos besos básicos,  Ana paraba a sonreír con cada nuevo elemento que descubría, y ella me fue cogiendo el ritmo. La agarré la cabeza, y comencé a meter mi lengua en su boca, de inicio ella no sabia que hacer, pero, con un  buen maestro, aprendió rápido. Sus pechos aplastados contra  mi estaban a punto de reventar, los noté duros,  con los pezones  erectos.

-YO: para por favor, que no aguanto más con los pantalones -  la dejé caer a un lado de la cama, me incorporé y me bajé los pantalones,  la tenia hinchadisima, tanto que casi no recordaba como de grande la tenia. Me di la vuelta para que pudiera admirar, se quedó asustada, llevó su mano a la boca.

-ANA: ¡¡¿Pero que es………….”eso”?!!

-YO: para empezar, deja de decir “eso”, esto es un pene, en realidad un buena polla, grande y dura.

-ANA: ¡Joder que si es grande, es más de lo que había palpado!

-YO: pues comprueba, ven aquí - la acerqué al borde de la cama y ella misma llevó sus manos a mi falo, que la apuntaba.

La cogió admirando todo detalle, entre compungida y curiosa al tacto, e inicio un sube y baja, casi por comprobar como funcionaba.

-ANA: es normal que  tuviera que meterla entre las piernas, es que si no casi me echas de la cama jajaja, ¿Puedo……?

-YO: lo que tú quieras - sonrío, y comenzó una paja bastante torpe con una mano.

Yo la ayudé a poner las dos manos y hacerla bien, con ritmo. Casi no podía con ella, la comparativa de sus manos con mi polla era ridícula, y me harté de la masturbación.

-YO: ahora voy yo - la recosté sobre la cama y esta vez fui yo quien me dejé caer sobre ella, con cuidado de no aplastarla.

Ella seguía agarrada a mi miembro con una mano, y yo me fui a por sus pezones, lamía su contorno, estaban realmente duros, firmes de jóvenes que eran, Fui bajando mis besos por su ombligo,  que me había vuelto loco estos días, y noté cierto resorte al pasar por allí, diría que era su “zona especial”. Guardé eso para más adelante, y seguí bajando, hasta llegar a su pubis. Besando sus muslos admiré y olí aquella entrada jovial, lo vi francamente más estrecho que los vistos hasta ahora.

-YO: ¿Eres virgen? Dime la verdad, por que así sabré como tratarte - un poco avergonzada, pero llevada por la pasión, lo admitió.

-ANA: pero no me pasa nada malo, es solo que…nadie……..bueno……..es que…….. – estaba muy nerviosa, así que mis besos en la cara interna de sus muslos la hicieron olvidar que estaba hablando.

Inicié un forte con mi mano por su zona más alta, la había visto acariciarse, no seria nada especial,  seguía dando pequeños besos por toda la zona, pequeños pero lentos, la oí empezar a gemir suavemente, aceleré mi mano  un poco y llegué a separar sus labios vaginales, allí estaba el clítoris hinchado, lo lamí como si fuera un helado delicado, sin mucho tardar, la noté revolverse sobre la cama, ya metía un poco mi dedo corazón en su  vagina, que rebosaba fluidos. Ana me hundía la cara en ella con las manos,  llevada por la marea de sensaciones,  otras veces cogía la almohada y se tapaba la cara.

-ANA: ¡¡¡OHHH DIOSSSSSSSS SIGUEEE,  NO PARESSSSSSS, NO PARESSSSS, NO PARESSSSSSSSS!!!!

Se corrió embadurnando mi mano de fluidos, había estallado de placer, seguí acariciando con mi mano en su entrepierna mientras volvía a subir por su cuerpo, besando  cada célula de su piel. Noté de nuevo un respingo al pasar por su ombligo, volví a sus senos, los trabajé de nuevo hasta volver a tenerla a tono, retorciéndose bajo mi cuerpo, con mi polla golpeando en su vientre, subí por el cuello y me quedé allí, aumentado el ritmo de mi mano hasta lograr una 2º corrida, los espasmos que tenia  eran brutales, retorcía su espalda mientras se agarraba a las sabanas como si fuera a echar a volar.

-ANA; ¡¡¡¡¡DIOS, BASTA, NO AGUANTO MÁS!!!- cayó rendida, con  todo su peso a la cama,  yo me tumbé a su lado, mientras seguía besándola el cuello, bajando mi mano a su vientre y acariciándolo con suavidad.

Mi polla estaba para usarla de puente entre 2 acantilados, estando yo de lado y pegado a ella, descansaba encima de sus piernas.

-YO: ¿Estás bien? - no contestaba, solo cogía aire, y se mordía el labio mirando mi falo palpitando en sus muslos.

-ANA: si….es solo que…..nadie me había tocado así………tú …….tú no te puedes quedar así -  decía casi con miedo al mirar mi erección.

-YO: ¿Y que se te ocurre? - se quedó mirando un par de segundos, y reaccionó.

Se puso de lado,  como cuando dormíamos, y la entendí, me puse detrás, y levantando su pierna puse mi polla directamente frotándose contra su coño, bajó las piernas, quedó prisionera, pero ya piel con piel.

-ANA: es una sensación genial, mejor de lo que creía.

Llevé mi mano a uno de sus pechos y ella giró la cabeza, primero viendo como mi enorme polla sobresalía de su pelvis,  luego buscando mis besos.

-YO: voy, puede que me acelere mucho, si quieres que pare, dímelo, ¿Vale?

-ANA: dale sin miedo, me encanta la sensación de tener…….eso…..tu polla………ahí…….- de forma calmada  y sin arriesgar, llevé mi pelvis hacia atrás y embestí de forma brusca una sola vez - …… ains……. sigue.

Otro golpe de cadera, y otro, no soltaba una de sus tetas, pellizcaba el pezón con cierta rudeza,  y fui aumentado el ritmo, sintiendo como abría los labios mayores, y como mi polla se abría paso entre sus piernas, empezó a sonar el ruido característico de mi pelvis chocando con su trasero. La fuerza era ya bastante contundente, tuve que agarrarla del vientre, ya que su pecho se me escapaba, o de cada embestida tiraba demasiado del pezón. Si ya notaba mi hombría mojada de sus fluidos, sujetarla por el ombligo la terminó de sacar lo mejor, sin parar durante diez minutos bombeaba sin descanso, cogiendo ritmos fáciles de aguantar, sin parar. Ella miraba abajo y veía como mi falo aparecía y desaparecía entre sus muslos, yo,  recordando, no solo sujetaba, si no jugueteaba con su ombligo mientras ya solo podía besar su espalda. Su cara se retorcía con el resto de su cuerpo,  se tensó de nuevo y sin parar de golpearla con mi cadera noté otra corrida de ella, abrió un poco las piernas pero se las cerré de golpe para continuar mis acometidas. Otra vez no sabia si la chica tenía un orgasmo tras otro o era uno continuado, solo había gemidos o respiraciones fuertes por su parte, me daba igual. Después de otros 20 minutos estaba reventando semen, salió disparado, y seguí golpeando bajando el ritmo hasta que noté un último charco entre las piernas de ella, allí paré.

Recosté un poco a Ana para ver su rostro, estaba roja, hinchada, con la boca abierta bebiendo el aire, llevó su mano a mi cara y me atrajo a la suya, nos besamos muy lentamente,  con  lengua,   haciendo gestos claros con la boca.

-YO: mi pequeña, o paramos o vas a tener que hacer algo más para saciar a mi amigo - se sorprendió de mi comentario.

-ANA: ¡Pero por dios, ¿Aún tienes ganas?, Yo estoy muerta, jamás había sentido nada así, no he parado de………echar fluidos - se llevó las manos a su intimidad totalmente manchada. Me acerqué a su oído y susurrando

-YO: con una mujer como tú podría estar horas - besé su cuello de nuevo.

-ANA: dios, y aún queda más de una semana contigo.

-YO: en la que te voy a hacer derretir los polos, si me dejas - seguía trabajando el cuello.

-ANA: dios, ¿Que me vas ha hacer? - era mía, Ana sonreía dispuesta a todo, mientras fuera conmigo.

-YO: siempre te lo he dicho, lo que tú quieras.

Seguimos abrazados una hora más, besándonos a ratos con cuidado de no excitarme demasiado o no respondía de mi mismo. Se acercaban las 5. Así que nos duchamos, nos vestimos, arreglamos la habitación,  echamos a lavar la ropa manchada de semen y preparamos  algo de comer. Durante  ese tiempo no había palabras, en las idas y venidas por el pasillo de la cocina al salón, solo carantoñas, me acercaba a ella por detrás y la restregaba mi cintura por su trasero, buscando sus besos, o ella me empujaba contra la pared aprovechando mi manos ocupadas,  y mientras con una mano me arrancaba casi  el pelo con cada beso que me daba,  la otra frotaba mi pecho  por encima de la ropa. Yo aprovechaba sus manos ocupadas y su indefensión, y le “magreaba” el culo, no había tenido oportunidad aún, atrayendo su cadera a mi miembro. Aquel juego estúpido casi nos cuesta un disgusto, en mitad del pasillo, con ella contra la pared y yo atacándola por detrás,  entró la familia, nos dio el tiempo justo de colocarnos la ropa y sentarnos a comer.

-MADRE: ¡Míralos. Aquí están!,  Vaya panda de aburrido sois, ¿Salís una noche y ya tenéis que descansar hasta estas horas? Al menos os habréis divertido………..- nos miramos cómplices.

-ANA: si, lo hemos pasado genial - me guiñó un ojo.

-YO: y lo que nos queda, madre, y lo que nos queda.

                                                      Ana -  Desvirgando a mi “prima”.

Habíamos pasado una mañana ajetreada, la sesión con Ana nos había sacado un poco de nuestras casillas, y después de comer nos quedamos con la familia, charlando y dándonos algunos regalos, ya que era Navidad. Nos dieron algún sobre con dinero, en Navidad no solíamos regalar, si no en reyes, aprovechamos ese dinero y salimos un par de días. Aprovechábamos cuando ellos se quedaban,  para salir, y cuando ellos salían, para quedarnos en casa.

Las noches siguientes fueron una delicia caliente, cerrábamos con pestillo y solo nos restregábamos uno contra el otro, siempre dormíamos igual, con mi polla entre sus muslos, abrazados, ya fuera de cara o en cuchara,  ella se movía un poco, pidiendo guerra, y yo se la daba encantando. El roce de mi miembro en su zona genital la volvió un poco loca, repasé su cuerpo de arriba abajo,  y sin duda,  jugar con su ombligo la erizaba la piel, pasaba un dedo, casi sin tocar, rozando,  haciendo círculos en su vientre a su tatuaje, y cuando la tenia a tono, nos masturbábamos mutuamente para acabar casi siempre con mi polla percutiendo entre sus muslos, con o sin ropa, y nos quedábamos así dormidos, siempre poniendo la alarma para despertarnos antes, pero ni hacia falta, con cualquier movimiento, alguno se despertaba y se ponía caliente de nuevo. Cuando salíamos, tuve la cabeza de decir que era amiga mía, y no familiar, si no, mis amigos me hubieran delatado, salíamos con ellos a tomar unas cervezas o quedábamos a jugar, pero yo pasaba de ellos, solo tenía ojos y manos para Ana, y era reciproco.

Se acercaba fin de año y quedamos para ir de compras, quería regalarla algún vestido de fiesta para la ocasión, entramos en varias tiendas,  ella elegía varios vestidos, y me hacia pases de modelos en los probadores, la cosa se nos descontroló algo de las manos, o a mi,  cuando se agachó para quitarse un vestido, la imagen de su trasero a milímetros de mi cara, en una fina prenda intima de encaje,  era demasiado. De mala manera la empujé contra la pared de espaldas a mi, le bajé las bragas, me desnudé y metí mi polla entre sus nalgas, pajeándome con ella, era un trozo de carne, mientras acariciaba todo lo que pillaba a mano, ella pasaba sus manos por detrás para acariciarme la cabeza.

-ANA: para,  que nos van a ver.

-YO: me da igual, te deseo, me quedaría mi vida entera contigo, me vuelves loco.

-ANA: no podemos seguir así, con estos calentones.

-YO: solo hay una forma de apagar mi fuego, no haremos el amor si no quieres, pero si no lo hacemos no puedo evitar esta sensación de ahogo.

-ANA; no es que no……….. quiera, es que tengo miedo.

-YO: ¿De mí?

-ANA: de ti no, de tu……..pene, soy virgen, y es enorme, me da pánico.

-YO: te juro que seré cuidadoso, pero si no puede ser, no podemos seguir con esto, me vas a matar, la sola visión de tu cuerpo me enloquece, ¿Y me traes a ver como te cambias de ropa poniéndote vestidos? Eres cruel - no había parado de pajearme con su trasero, y mis caricias empezaron a hacer efecto en ella, sopesó tensamente.

-ANA: está bien …….si te portas bien, en fin de año, quiero ser tuya - ya tenia lo que quería, y deseaba, lo que empecé como un juego, o deseo, era ya pura lujuria y necesidad apremiante, aquella chiquilla y su cuerpo adolescente me tenia la mente turbada.

-YO: dime lo que quieres que haga, y lo haré.

-ANA: quiero que sea especial, no un calentón, que sea cariñoso y que lo deseemos los 2,  en un momento mágico - no pedía nada la niña.

Se dio la vuelta y se agachó para pajearme y dar algún besito a mi polla, no sabía chuparla pero le gustaba la sensación y  la había enseñado algunos trucos. Alguien tocó a la puerta, era la dependienta preguntando  que vestido se quedaría, conteste yo,  ya que ella tenia la boca algo ocupada, pidiendo un momento. El justo para correrme, por no liarla mucho me apreté la base de la polla, como me enseñó Eli, para no eyacular hacia fuera, eso me cortaba un poco el rollo, pero no podíamos dejar aquello manchado de semen, o manchar los vestidos.

-ANA: anda salte, o si no,  no acabamos nunca - así lo hice, y entre varios vestidos que le fueron pasando se quedó con uno, pero no me dejó verlo.

Pasaron los días y cada calentón mío no era correspondido, me alejaba y me citaba para fin de año, eso si, las noches seguían con mi polla entre sus piernas, ya dormíamos desnudos directamente.

Fui preparando la noche de fin de año, tenia que ser especial, por ella, lo primero fue ir al ensayo de las campanadas el día anterior, las campanadas en si de fin de año las haríamos en casa con la familia. Debido a la acumulación de gente no nos separamos en absoluto, y me costó controlarme, pero lo pasamos bien,  salimos de fiesta después, bailamos y reímos. El día de fin de año la preparé un paseo por carruaje por un parque, debido al frío ella se pegaba a mi, pero se la veía feliz, fuimos a unos puestos feriantes y dejando un buen dinero logré un peluche que ella cogió como un hijo. Cenamos en familia, y esperamos las campanadas, pasadas las 00:15 teníamos que ir preparándonos, nos pasarían a recoger a la 1:00 para ir a una fiesta de fin de año a la que la invité. Yo era más rápido así que me duché primero y me puse, como no,  el traje de Eric, era increíble como podía convertir a un tipo normal en un galán. Ana cogió la bolsa del vestido, un neceser y no volvió hasta pasada la 1:00, casi sin tiempo. Cuando la vi aparecer mereció la pena el retraso.

Llevaba un vestido negro,  muy ceñido al elástico,  se le marcaba cada curva, con un pronunciado escote, y más que escote, era un abismo, tenia dos tirantes por los hombros y la tela caía tapándole los pechos, pero toda la zona central hasta el ombligo era sin tela, el vestido luego bajaba un poco haciendo una minifalda que no dejaba de subírsele y ella de bajársela. Con toda la espalda al aire, no había sujetador, ni lo necesitaba,  unos tacones altos y medias casi imperceptibles, el pelo lo seguía llevando liso, recién planchado llegándole a la cintura, mejor, me encantaba así. Con un bolso de mano y  bastante más maquillaje del que me hubiera gustado, o necesitaba, coloretes en las mejillas y unos labios rojo oscuro que le quedaban de cine con el tono de su piel,  su visión era perfecta, sin cerrar la puerta ni nada me lancé a sus labios y la regalé un beso que la dejó sin aire.

-ANA: para, tonto, que te vas a manchar de carmín

-YO: me da igual, eres un titán entre hormigas, te deseo y te voy a hacer pasar la mejor noche de tu vida - lo dije con los ojos inyectados de deseo y sinceridad.

Ella me besó con cariño y nos pusimos los abrigos, andaban ya llamándome los del coche que nos recogerían, se oía el claxon desde mi casa, entre algún que otro petardo. El viaje fue divertido charlando, pero mis ojos se clavaron en las piernas de Ana, que no dejaba de bajarse el vestido, a cada movimiento se le subía, puse mi mano en su pierna para que dejara de hacerlo o  la trinchaba allí mismo. Dejé la mano allí y la movía con cariño subiendo y bajándola por su pantorrilla. Al llegar a la fiesta y aparcar, la ofrecí mi ayuda para salir del coche y como un caballero la ofrecí mi brazo para acompañarla. El lugar era enorme pero estaba lleno, la música era electrónica. Mientras llevé los abrigos al ropero al volver no menos de 10 tíos rodeaban a Ana, ella me miró y extendió su mano hacia mi, pidiendo un rescate, acudí en su auxilio, aparté a los moscones y la llevé a la barra, pedimos algo de beber, pero la dejé claro que solo unas copas, no quería a una borracha esa noche, la quería a ella.

Nos fuimos a bailar y noté como la mirada de muchos hombres se clavaban en ella y su arriesgado escote, muchos de esos hombres, o críos, con pareja bailando con ellos. Alguna mujer también la miraba, con cara de asco o envidia,  por verse superadas por aquella adolescente Granadina. Empecé a lucir a Ana, y hacerla girar para hacer rabiar al resto, pero los movimientos bruscos no ayudaban a su vestido, de vez en cuando la pegaba a mí y la cubría para que se lo bajara disimuladamente. Nos besábamos  apasionadamente en las lentas y nos frotábamos en las rápidas,  pasaron las horas y no paramos de divertiremos con algunos de mis amigos. Fuimos al baño, y ella tardó más que yo, normal, la cola del baño de chicas era enorme, yo la veía esperando, cruzándose de piernas, al final pudo entrar y al salir unos cuantos la acechaban, casi tengo que liarme a golpes con unos para que la dejaran llegar a mi.

Con el paso de las canciones los movimientos ya no eran de baile, si no de sexo, con ella dada la espalda y yo pegado a su cuerpo juvenil, con una mano en su vientre,  subíamos y bajábamos de forma lenta las caderas,  se contoneaba con exageración y me tenía como una piedra con su refriega contra mí. Con cada subida y bajada, mi estaca la pillaba el bajo, y  su vestido se subía,  varias veces se le llegó a ver las bragas, al principio se lo bajaba, pero llegó un momento en que a los 2 nos daba igual, solo disfrutamos el momento. Yo andaba muy escaso de control, todo sea dicho.

-YO: o paras o no llegas a salir de la pista de baile sin que te tome - la grité al oído debido a la música alta, ella se dio la vuelta sin separarse un solo centímetro, rodeando todo mi cuerpo, hasta quedar uno frente al otro, sin parar de contonearse.

-ANA: lo estoy deseando - me agarró del cuello y bajó mi cabeza para iniciar un beso obsceno, fuera de lugar, no apto para públicos sensibles, pero me dio igual, la seguiría al infierno si hiciera falta, agarré su trasero y la medio levanté en volandas contra mi, no aguantaba más.

-YO: o nos vamos ya o  aquí mismo, tú decides – se puso roja al ver la seguridad con que lo dije.

-ANA: vámonos – se reía nerviosa, acarició mi mentón con un dedo mientras levantaba una pierna, ya que la sostenía en el aire.

La cogí de la mano e inicié una estampida apartando a la gente de mi camino como un rinoceronte, cuerno duro incluido. Me metí directamente en el ropero y saqué los abrigos, sin soltarla de la mano, como con miedo a que se la fueran a llevar, la ayudé a ponérselo, y de lo que tardaba casi la cojo como una bolsa de patatas al hombro para salir de allí. Había reservado habitación en un hotel cerca de la fiesta, no de esos cutres de carretera, si no uno de esas cadenas especializadas, con habitaciones por franjas horarias,  comida afrodisiaca, cama, jacuzzi grande y de más tonterías que encargaras, si había que ser especial, no se podía hacer en mi cuarto con la familia cerca.

El frío de la calle me calmó un poco, lo necesitaba, tenia que tener cuidado con ella, era virgen y era impensable meterle mi enorme falo sin más. Paseando hasta llegar al hotel, comenzaron unos fuegos artificiales que nos quedamos mirando un rato, ella delante de mi y  la rodeaba con mi brazos, protegiéndola del aire y dándole mi calor.

Llegamos al hotel y me dieron habitación, todo muy discreto, sin contacto directo con nadie, (esos hoteles están diseñados para ser infiel y que no haya pruebas ni testigos), al entrar en la habitación, ella salió disparada a reconocer toda la sala, yo solo la miraba y disfrutaba de su felicidad.

-ANA. ¿Podemos usar todo esto?

-YO: es nuestro, por unas 6 horas.

-ANA: ¿Incluso el jacuzzi? – se agachó sobre él para ver como funcionaba.

-YO: claro  …..- me acerqué por detrás y pegando hábilmente mi cuerpo al suyo me puse a toquetear botones -….. lo que no se es como funciona - le di a algo y aquello empezó a echar burbujas, ella aplaudió riendo de la emoción.

Se fijó en la mesa y vio la fondee de chocolate con fresas y de más frutas, se lanzó a por ella, cogió un fresa y la mojó en el chocolate caliente.

-ANA: ¡¡¡¡Dios que delicia!!! Siempre he querido probar esto - y mordió con fuerza tratando de no mancharse el vestido o el pelo.

Mientras ella degustaba un poco de fruta, yo busqué bajo la mesa, y encontré un bolsa que había pedido, la dejé en la cama y me senté disfrutando del cuerpo de Ana ladeado sobre la mesa de la comida. Pasados unos segundos ella me buscó por la habitación con la mirada, me vio sentado en la cama, supongo que  con cara de imbécil, admirando su espalda al aire y su trasero embutido en aquel vestido elástico. Adivinó que ya era tiempo de empezar, aún con comida en su boca, se dio la vuelta y caminó hacia mí con calma y cierta torpeza erótica.

-ANA: pues sin duda, te has portado, has sido un galán y me has tratado bien,  creo que es hora…de…..ya sabes……….- se puso entre mis piernas dejando mi cabeza en su cintura - …follar.

-YO: no me gusta usar esa palabra contigo …- la cogí por la cintura -…. ni quiero que lo sientas así… - di un beso en su ombligo - ….no quiero follarte ….. – di otro beso más largo en su vientre - …..quiero hacer el amor contigo -  metí mi cara en el escote abisal de aquella hembra, con ternura besé y jugué con la lengua en su ombligo, llevé mis manos a su trasero y la apreté contra mi, ella agarró mi cabeza por el pelo y echó la cabeza hacia atrás.

Poco a poco fui dejando caer mi  cuerpo hacia atrás,  dejando que ella se venciera conmigo, hasta quedar de nuevo encima mía, cara con cara, ella con la piernas juntas,  “Dios,  me encantaba esta sensación”, pensé, de tener el peso de una mujer encima mía, aplastando sus pechos contra mi y pegando mi polla creciente entre sus piernas.

Nos besamos como habíamos hecho en la pista de baile, se forma grosera,  con mucha lengua y saliva  intercambiando en nuestras bocas, me sujetaba la cara con ambas manos, y yo solo acariciaba la piel de su espalda al aire, con su largo pelo cayendo sobre nuestras cabezas. Sabia a hembra, a mujer,  a carmín y a……..chocolate, incluso noté  trozos de fruta en su boca, llevé mis manos a su trasero y la apreté tanto contra mi que se abrió de piernas quedando como una amazona sobre mi, aún pecho con pecho. Aguanté así unos minutos, se me pasó una idea por la cabeza, y tan impulsivo era que la realicé, acerqué mi boca su cuello y fui besándolo hasta llegar a su oido.

-YO: eres un bombón, y como tal, tienes que estar cubierta de chocolate - diciendo esto, ella se separó un poco y sonrío sin entenderme, la di un beso corto y la agarré de la cintura, la recosté con cuidado sobre la cama y me fui a por la fondee.

Dejé la fuente  al lado de la cama, la coloqué con el culo bien al borde del colchón,  aún tumbada, llevándose un dedo a la boca de deseo. Con una cuchara, saqué un poco de chocolate, soplé para templarlo, y lo extendí sobre uno de sus brazos, luego el otro, coloqué más en su vientre y fui subiendo un camino de cacao por su torso, en la abertura de su escote, pasando por su pecho, su cuello y llevándolo a su boca, dejándola chupar la cuchara con lujuria, coloqué una pieza de fruta en cada final del camino, una en cada brazo, otra en su ombligo y una fresa en sus labios.

Comencé a comérmela, literalmente, lamía uno de sus brazos y chupaba hasta dejara sin chocolate y entonces me comía mi premio, la fruta, luego el otro brazo, la notaba nerviosa, pero movía sus piernas con placer. Cuando ataqué su ombligo, lleno de cacao, soltó un gemido de placer, metí mi lengua bien dentro de él y limpié lo mejor que pude, chupando y no dejando nada. Fui subiendo, con calma, disfrutando de la situación, unas gotas habían caído muy cerca de sus pechos, las trabajé bien, para cuando llegué a su cuello su respiración era acelerada, se había abierto de piernas y me rodeaban con ellas, sujetándome la cabeza con las manos de nuevo, notar sus dedos entre mis cabellos me hacia sentir que iba bien, Se acabó el chocolate y solo quedaba la fresa en sus labios,  mordí la punta que sobresalía, y tragué, amagué con morder de nuevo, pero quería que empezara a moverse ella, la piqué y levantó su cabeza hasta hundir nuestros labios, con la fresa de por medio.

-YO: eres el mejor postre de mi vida.

-ANA: ummmmm calla tonto….. – dijo melosa –….. estoy  ardiendo ……- me besó con pasión de nuevo, ambos sabíamos a fruta y chocolate, y era delicioso -…..  me has puesto perdida de babas jajaja estoy pringosa, ¿Y si nos vamos al jacuzzi?

Me pareció buena idea, aparté de por higiene, para empezar a quitarnos ropa, yo me desnudé y me quedé solo con los slips, y cuidando la temperatura del agua, me metí.

-YO: joder con las burbujas, se te meten por todos lados, jajajajaja anda ven,  peque.

A continuación se produjo una paradoja temporal, Ana aún seguía tumbada en la cama, chupándose los dedos y terminando de tragar algo de fruta, me miraba con deseo y lujuria. Se decidió, y se incorporó, pero me iba a regalar unos 10 segundos que me parecieron ser 10 años. Se quitó los zapatos con los pies, metió su mano por debajo de la mini falda y sacó la parte superior de sus medias, luego levantó una pierna sobre la cama, y con mucho celo de no romperlas se las fue quitando, lentamente, luego lo repitió con  la otra pierna, y caminó hacia el jacuzzi. Por el camino subió sus manos a sus hombros y cogiendo de los tirantes los apartó de si, dejándolos caer para darme la visión de sus pechos, al llegar al borde de la bañera, dejó caer el resto de su vestido al suelo, llevaba unas bragas negras, te tela muy fina, tanto que se notó de lejos la forma de su pubis, marcado por la humedad de su interior, estaba empapada.

Alcé mis brazos para ayudarla a bajar sin caerse, metió lo pies y fue bajando conmigo hasta acabar metidos enteros salvo la cabeza, era profunda y hasta podías bucear, más piscina que bañera.

-ANA: que sensación más rara – dijo al abrazarla, sonrojada.

-YO: si, es cierto, voy a ver si la apago.

-ANA: no, no,  déjalo así - me puso la mano en el hombro para pararme.

-YO: está bien, vamos a limpiar ese cuerpo, que vaya ocurrencia la mía.

-ANA: me ha encantado……… me has puesto al rojo vivo…………por poco me corro – lo dijo susurrándome al  oído y acariciando mi pecho.

-YO: pues no te digo como me he puesto yo.

-ANA: pero tú no has mojado las bragas como yo jajajaja

-YO: bueno, ahora estamos en el agua,  ¿Que más da?

-ANA: pues tienes  razón……-  y haciendo un movimiento bajo el agua se sacó las bragas y las tiró fuera de la bañera, me dejó anonadado por su sencillez –…. venga, ahora tú.

Estaba medio de pie, con la cintura al nivel del agua, ella se acercó andando hasta mí y metió la mano por encima del calzoncillo, tirando hacia abajo, mi polla saltó como un resorte golpeando su frente.

-YO: hostias, perdona.

-ANA: jajajajajajajjajajaja  siempre se me olvida que es enorme……………jo  ¿Me aseguraras que no me va doler?

-YO: no puedo decirte que no te va a doler, no quiero mentirte, pero te juro que lo haré con mucho cuidado y si quieres parar,  se para, y si quieres dejarlo, se deja, pero es un trago que toda mujer ha de pasar la 1º vez.

Mis palabras parecieron convencerla y llevó sus manos a mi falo mojado por el agua, fue pajeando y dando algún besito que otro, yo me senté y dejé medio cuerpo fuera del agua. Ella seguía pajeando bajo el agua con sus manos y levantó su cabeza buscando mis labios, yo la correspondí con pasión, nos hundimos un poco más en la bañera, pero yo la mantenía firme con mi espalda pegada a la pared de la bañera, la levanté un poco y la puse a horcajadas sobre mi con mi virilidad y sus manos entre medias jugando un partido diferente al nuestro. En esa poción era difícil besarse pero dejó sus pechos mojados y pezones erectos a mi disposición, los lamí con paciencia, sin ninguna prisa, para dejarlos secos, es reiterarme pero tenia unas tetas de quinceañera, firmes, tersas, bien colocadas  y con unos pezones duros, ella gemía y yo no lo hacia, solo por tener sus pechos ocupados. Ana inicio un acercamiento constante hasta dejar mi polla aplastada entre ambos cuerpos, y de ahí,  un sube y baja,  frotando su pelvis con todo el dorso de mi miembro, llevé mis manos a su cadera para ayudarla a subir y bajar, friccionando todo mi largo sobre sus labios mayores. Aceleré su ritmo exponencialmente hasta que la noté tensarse, se corrió y eché su cuerpo hacia atrás,  quedó casi colgando,  la sujeté con una mano en la espalda, pero no dejaba de subirla y bajarla, buscando mi eyaculación, pero lo que llegó fue su 2º orgasmo, grito como loca.

-ANA: ¡¡¡NO PARES,  CABRON DE MIERDA,  NO PARES!!!!

No lo hacia pero no llegaba mi eyaculación, y dios, la necesitaba, llevaba mucho acumulado. Decidí darla la vuelta, ponerla de espaldas y levantando un poco su pierna, meter mí  barra candente entre sus muslos, como cuando dormíamos. La acerqué al borde del otro lado de la bañera para que se sujetara,  agarrándola del vientre y  de un hombro comencé a bombearla por debajo del agua, notando como me abría paso por los labios de su  intimidad, los separaba, cogía velocidad y se me escurría. Llevé sus brazos atrás y los usé de asideros, y con cada golpe de cadera la levantaba por el agua, el ritmo era tan fuerte que ya ni le daba tiempo a bajar,  solo se mantenía en el agua flotando y yo percutía sobre ella. Se corrió más de una vez moviendo las piernas alocadamente y salpicando en todas direcciones con mis movimientos de cadera, por fin noté el latigazo en  mi ingle y me corrí con un placer delicado, regalando un par de embestidas más sobre su trasero.

Al soltarla casi se cae a plomo hacia el fondo de la bañera, se sostuvo a duras penas andando hacia el borde para intentar salir, pero no tenia fuerzas. ”Y ni acabo de empezar” pensé. Salí primero y la ayudé a salir, cogí unas toallas y nos sequé a los dos, mientras ella farfullaba que me odiaba por hacérselo pasar tan bien.

-ANA: eres un mamón, me tienes loca, notar como me abre   me enloquece, y ni siquiera me has penetrado aún……..  ¿Como es?

-YO: no se decírtelo, soy un tío, y no lo sé -  secaba su piel desnuda con una toalla, con la polla relajada.

-ANA: ¿Y si me duele mucho?

-YO: pues paramos - secando sus pechos se me despertó la virilidad.

-ANA: pero ¿Y si no quiero parar?

-YO: pues seguimos - secando sus piernas ya la tenia dura de nuevo.

La conversación fue por esos términos mientras ella soltaba miradas de pánico a mi entrepierna, realmente estaba asustada, pero gracias a los consejos de Eli la había ido preparado. Sacando la bolsa que había encargado al hotel, sobre la cama,  la enseñé su contenido, 3 consoladores.

-YO: mira, es impensable que de inicio te metas mi miembro, es demasiado grande, no estás acostumbrada y eres virgen, vamos a empezar con este, es  fino y vibra, lo meteremos como un dedo, y lo activamos, excitamos la zona y ayudamos a relajarte, cuando estés ya bien lubricada,  lo cambiamos por este, es igual de corto  y fino al inicio, pero va aumentado su tamaño hasta la base, vamos metiéndolo poco a poco, y dejando que te acostumbres, que dilates y abramos  despacio. Cuando estés preparada vamos con este, es un tamaño de polla normal, más grande que los otros 2 y con estrías de forma natural, lo vamos probando hasta que estés segura y dilatada, y si estás lista, y te fías de mi, probamos con la mía. ¿De acuerdo? – ella miraba atenta a toda mi explicación.

-ANA: vale, me gusta, pero por favor, no me hagas daño.

-YO: te repito, no te puedo decir que no te duela un poco al principio, pero lo haré con cuidado para que no sufras mucho, y así pasas el mal trago lo mejor posible. Sabes lo que es el  himen, ¿No?

-ANA: si, y me da un poco de apuro, se tiene que romper y dicen que se sangra y duele.

-YO: exacto, pero es algo que se ha de pasar para poder llegar a más, ¿Tú………..sabes montar en bici?

-ANA: claro.

-YO: y al aprender ¿No te caíste y te hacías daño?

-ANA: claro,  como todos.

.-YO: pues esto es un poco igual, se sufre un poco al aprender, pero cuando ya sabes, es una gozada ir por la carretera con el sol a tu espalda y el viento en la cara, ¿Verdad?

-ANA: jo, que fácil lo haces ver todo - di las gracias mentales a Eli de nuevo, todo aquello me lo había explicado ella.

De inicio la tumbé boca arriba y la regalé unas caricias suaves con mis labios en su interior, metiendo algún dedo  y poniéndola a tono, cuando empezó a rezumar fluidos la avisé que iba con el 1º, y esperé su confirmación, una vez lograda, metí el pequeño consolador poco a poco, no era más grande que el dedo que le estaba metiendo, así que no pasó nada raro, la avisé y lo activé.

-ANA; alaaa que………..ufff……..vibra mucho………lo noto - llevó su mano a  palpar como iba el avance.

Inicié un leve mete saca que la llevó al cielo, iba haciendo un circulo buscando hacer hueco en ella, y funcionaba, ya que estaba entrando sin problemas, estaba muy mojada,  “Objetivo logrado”. Avisé del 2º consolador y esperé confirmación de nuevo, dudó unos segundos, o más bien cogió aire, y me concedió permiso. Entró fácil,  era igual de fino que el otro al inicio, y lo dejé así unos segundos para después, empujar un centímetro, noté como se había tensado un poco su cuerpo y esperé, cuando se relajó, empujé más, y misma situación, al 4º empujón.

-ANA: para, para,  uffff lo noto muy dentro, no lo saques déjame……….deja que me acomode….. - buscó una postura pero no la encontraba, no era la postura lo que la incomodaba sino el consolador metido en su interior,  aún así insistía en no sacarlo,  pasados unos minutos se tranquilizó y se puso en posición de nuevo -……sigue.

Empujé,  enroscando para buscar menos dificultades,  un gemido suyo  aumentaba con cada milímetro introducido,  casi la tenia toda dentro.

-YO: ya está.

-ANA: anisssss anisssssssss….- se revolvía un poco, pero aguantaba - …… puffff, joder, como se nota, me llena, noto como me hace tope, debe estar rozando el himen,  uff uf….- la acariciaba y buscaba relajarla, pasados unos minutos volvió entrar en si - …..vale, creo que ya está, pero déjame a mi hacer el mete saca.

Se llevó la mano a coger la base del consolador, y respirando un poco, se lo sacó un poco, se notó distensión, pero volvió a ponerlo como estaba dando un respingo, repitió la operación varias veces separadas en el tiempo, dejando acostumbrarse. Forzó un poco más de la cuenta y rozó su himen, su cara se desencajó, lo sacó bastante, pero pensándolo mejor se lo volvió a meter casi entero.

-ANA: dios……….cuando noto el tope me…………..me duele mucho.

-YO: pero ya lo metes y lo sacas sin problemas, si quieres vamos con el 3º - se quedó pensativa,  mientras calculó,  sacando y metiendo de nuevo el consolador en su vagina.

-ANA: vale……….. te dejo al mando, seguro que voy a pedir que lo saques enseguida…….

-YO: está bien, pero si quieres parar me lo dices - asintió sacando el consolador de su interior, y agarrándolo como un marinero se aferra a un mástil en mitad de una tormenta.

Me coloqué entre sus piernas de nuevo y mojé el dildo que quedaba en vaselina, era el más grande y fui metiendo milímetro a milímetro. Midiendo en  la cara de Ana las sensaciones, paraba en consecuencia y cuando notaba relajación penetraba un poco más, llegué al tope del himen y lo dejé quieto, la cara de Ana era de aguante, sin ser mi falo,  era de considerable grosor y tenia gran parte dentro, incluso noté como si la pelvis de ella hubiera crecido, o  se hubiera expandido, Eli me habló de ello. La dejé unos minutos así, sacándolo un poco y haciendo giros para ir creando espacio.

-YO: tú me dirás, ¿Lo dejamos, paramos, seguimos con el consolador o lo intentamos conmigo?

-ANA: no lo sé………..solo noto….molestia e incomodidad……. quiero seguir pero me da miedo, no voy a ser capaz sola.

-YO: ¿Te ayudo?

-ANA: SI, SI………. – jadeaba vibrando entera - …….. PERO QUIERO QUE SEAS TÚ, no la mierda esta de plástico.

-YO: ¿Estas segura? No es grande  pero si suficiente, yo puedo hacerte daño si………..- me cortó con sus dedos en mis labios.

-ANA: no, por favor……..date prisa, no quiero que mi 1º vez sea con plástico, quiero a un hombre……..te quiero a ti,  rápido, no se cuanto aguantaré………solo quiero que pare – suplicaba dulcemente.

-YO: vale peque, déjate ese dentro unos segundos - saqué la vaselina y me embadurné de arriba abajo el miembro.

Saqué el cuerpo de Ana al borde de la cama, boca arriba, y me puse de rodillas entre sus piernas abiertas,  la altura era ideal para una penetración.

-YO: voy, dime lo que sea, y paramos, o lo dejamos.

-ANA: vale……….pero rápido, quiero que me rompas el himen ya, me duele – estaba roja y sofocada.

Ante su insistencia embadurne también su interior y saqué el consolador, se relajó un poco,  pero no la dejé, metí un par de dedos mojados en vaselina, había aumentado su capacidad  y espacio, sin duda, pero no lo suficiente para mi. Empapé por dentro de ella, y coloqué la punta de mi glande, directamente a la entrada a su vagina.

-YO: voy, peque……...

Ella aguantó la respiración e inició el movimiento sujetando  mi polla firme, abrí sus labios mayores, y el glande entró limpio, había trabajado bien previamente, me quedé así unos segundos, de nuevo mirando las reacciones de Ana, estaba tensa pero preparada, aún no había llegado lo peor, y lo sabia. Empujé un poco más y me abrí camino, separando sus paredes vaginales.

-ANA; ¡¡¡¡¡¡¡Madre de dios, es enorme, no pares,  ufffff me noto……noto como  llena, como se expande dentro de mi, dios………no pares!!!!!!!

Ya tenia el glande entero dentro y parte del inicio del tronco, la sensación de humedad y calor me era familiar, de Eli,  pero  la presión era mayor, mucho mayor, aunque deliciosa, diferente en un sentido dulce. Me tuve que ganar cada centímetro hasta toparme con el himen, vi lágrimas en los ojos de Ana, pero callaba, la saqué medio milímetro para descansar.

-YO: ya está, estamos donde tenías el consolador - apenas la había penetrado más allá del glande, pero notaba palpitaciones en él, como sus paredes se abrían para hacer sitio.

-ANA: uf dios, es enorme……….. me encanta, la noto llenarme……… pero cuando rozas el himen……..veo las estrellas.

-YO: tú decides, estás lo suficientemente abierta para un golpe de cadera, y romperlo, será como arrancar una tirita - dudó,  su cabeza le rogaba que no,  mientras su cuerpo, sus sensaciones,  le  pedían que si.

-ANA: hazlo rápido – se hizo una bola con la esperanza de que eso la ayudara.

Sin dejar tiempo a la duda la agarré fuerte y embestí una sola vez,  pasando un tercio de mi extensión, y allí me quedé. Noté, claramente, como algo había cedido en su interior, sus uñas se clavaron en mi, la miré y tenia la cara roja, con la boca abierta con gesto de gritar, pero no emitía  sonidos de sus labios. Me quedé allí, sin moverme, esperando que hablara, se moviera o que respirara acaso, trataba de pensar en las enseñanzas, pero Eli ya me dijo que desvirgar a una mujer siempre es difícil, diferente y que mi caso era especial. Tras unos segundos de angustia por ella, logró hablar.

-ANA: ¡¡¡Dios!! Me has roto algo, lo he notado, me ha dolido, pero se está pasando, no te muevas por favor, no te muevas……

-YO: tranquila peque, no me moveré.

Nos quedamos no menos de 2 minutos así, quietos,   mirándonos fijamente, ella sabiendo que yo sentía  presión, que poco a poco me hacia sitio en su interior.

-ANA: creo que…….ya……ya puedes moverte…………..me vas a reventar, lo noto tirante, pero ya no me duele.

Fui separando mi cadera lentamente notando como se cerraba su piel a mi paso, volví a embestir una sola vez, esta vez si gritó, como mi estocada,  una sola vez, fuerte y  paró en seco.

-ANA: sigue………- suplicaba por una explosión de emociones nuevas.

Repetí operación y volvió a gritar, pero ya sin esperar lo volví a hacer, una  y otra vez, cada golpe era un gemido y notaba cada centímetro de mi verga presionada. Cuando salía sentía como se cerraba el paso y cuando penetraba como se volvía abrir. Aceleré lentamente, hasta el punto en que ella gemía constantemente, tomaba aire y seguía gimiendo, roja, llena, acalorada, excitada y algo dolorida, pero sin decir ni una palabra de queja. Mi ritmo llegó a tal punto que ya no notaba que se cerraran sus paredes al retirarme, ni presión asfixiante al penetrar, la fricción empezaba a ser fluida, y los gemidos de aguante y tensión de Ana fueron cambiando de tonalidad, algunas veces volvía a tensarse pero luego se relajaba.

Al mirar, ya entraba casi la mitad dentro, y ese era mi logro del día, no podía pasar de ese punto o la haría daño, eso si, cuando la sacaba veía sangre en la punta, sin duda del himen. La sujetaba las piernas, bien abiertas y estiradas, la noté tensarse pero ya de placer, agarrando las sabanas y mordiéndose el puño de la mano, pasó de roja por la presión a rojo acalorado, sus fluidos empezaron a emanar y facilitaban mis penetraciones. Estalló en un grito que debieron oír en otras habitaciones.

-ANA: ¡¡¡¡DIOOOOOOOOOOOS!!! - lo siguió gritando hasta que se quedó sin aire y se desplomó  sobre la cama, yo paré en seco mis embestidas.

-YO: ¿Estás bien, Ana? Respóndeme por favor, ¡¿ANA?! - pasaron unos segundos de indecisión pero se me pasó cuando la oí reír, de forma lacónica, con los ojos y la boca abiertos,  como al ver un golpe fuerte de otra persona.

-ANA: ¡¡¡¡¡Madre mía, es……….es……….horrible, pasional, me siento sucia y llena, pero feliz, me ……… me encanta, por dios,  nos pares, sigue!!!!!!

Obedecí, seguí bombeando con el mismo ritmo y profundidad controlada, al sacar mi polla  salía líquido de su corrida, incluso llegué a pensar que la metía algo más de la mitad, pero no quise arriesgar. Su cuerpo se electrificó, yo ya no aguantaba más de ver sus tetas rebotado y agaché el cuerpo sobre ella, para lanzarme a besarlos y chuparlos, se corrió nuevamente, y esta vez no paré, seguí bombeando mientras lamía sus duros pezones. Ana no sabia donde poner las manos, me las clavaba en la espalda con cada sacudida de su cuerpo, luego a mi cabeza, después a las sabanas,  se agarraba como si fuera a despegar y hasta  cogía la almohada y se tapaba la cara, la mordía para acallar sus gritos y luego me pegaba con ella en la cabeza cuando se corría, y no paraba de arremeter contra su cuerpo.

-ANA: ¡¡¡Dios dios dios dios, no pares, por tu vida, no pares!!!!

No tenia intención alguna de hacerlo, mi truco final  fue llevar una de mis manos a su ombligo y sujetarla desde allí, eso arrancó al poco tiempo una fuente en su entrepierna, era  un potro salvaje y me había empapado entero, pasamos así media hora en que se corrió innumerables veces, pero sin pedir que parara. Yo ya no aguantaba más y se lo avisé, me incorpore un poco.

-YO: voy a  reventar,  déjame que la saque…….- ella se incorporó cogiéndome de cuello, aún empalada, con su culo en el borde de la cama haciendo de tope para que no la metiera más en ella.

-ANA: ¡¡¡¡Y una mierda,  te corres dentro, como dios manda!!!!!! - y se pegó a mi besándome como una loca, lamiéndome la cara incluso.

Ante su deseo, y mi conocimiento de la vasectomía, di un par de golpes de cadera más y exploté como nunca antes, ni con Raquel o Tara, creo que ni siquiera con Eli.

-YO: ¡¡¡¡La hostia puta que……..pasada, dios ¿Como puede ser?, Que cojones!!!!!! – me sentí pletórico y feliz  -  ¡¡¡Eres una joya!!!, ¿Donde has estado toda mi vida.? - lo dije bajando el ritmo pero sin parar, aunque estaba perdiendo fuelle logré una última corrida de ella llevando mi mano a su clítoris.

Nos tumbamos en la cama, agotados, sudando y llenos de fluidos por todas partes, con ella echada sobe mi pecho, mirando mi falo manchado de sangre, fluidos vaginales y semen, se llevó la mano  entre los muslos y  notó lo abierto que lo tenia y sintiendo un leve escozor. Nos quedamos así un rato, cogiendo aire.

-YO: bueno, al final no ha sido para tanto, ¿No?

-ANA: ¿El dolor? No, una vez que se rompió el himen, descendió hasta desaparecer………….¿Pero el sexo?, El sexo ha sido mil veces mejor de lo que creía, yo como tonta creyendo que nuestros frotamientos  nocturnos eran geniales, normal que estuvieras fuera de ti,  deseándolo.

-YO: eh, que los frotamientos nocturnos son geniales, pero eso no es por el sexo, es por ti - la besé en la frente, levantó su mirada con dicha en sus ojos.

-ANA: ¿De verdad?

-YO: no te mentiré diciéndote que has sido la única, ni la mejor,  pero si que eres la 1º que se ha ganado mi corazón, no he follado contigo, he hecho el amor, justo lo que quería.

Se alzó para besarme de nuevo y se acurrucó a mi lado, como habíamos empezado, con ella echada de lado sobre mi, boca arriba, sus tetas pegadas a mi costado, ahora sin telas de por medio y mi hombría morcillona libre de ropas o sábanas, rodeando su cuerpo con mis brazos y acariciando su espalda.

Ella se quiso ir a la ducha, me pidió que lo hiciera también, supuse que había acabado la fiesta por hoy, fue un error. Me agarró del brazo y me metió en la ducha con ella, nos limpiamos mutuamente, y sobó mi cuerpo hasta tener limpio todo. Yo hice lo mismo con toda su piel,  hasta metí mi mano en ella,  aún estaba abierta,  para limpiar bien todos los restos. Allí le comenté lo de la vasectomía, para que no se preocupara, lejos de eso se emocionó, y dándose la vuelta se pegó a mi  dándome la espalda. De nuevo aquella posición,  sin pensarlo mucho la besé el hombro a modo de petición, ella inicio el moviendo con sus caderas, aprisionando mi falo entre sus muslos,  me restregué abriendo sus labios mayores otra vez, pero pasados unos minutos Ana llevó su mano hacia su vagina,  puso el culo más en pompa y apretó mi glande contra su entrada, entre golpes de cadera de forma hábil, al golpear de nuevo se la metí, con algo de facilidad debo añadir, al meterla la dejé quieta,  Ana casi se cae hacia delante, pero la tenia bien sujeta por los pechos.

-ANA: pufff, ahora no duele nada, solo noto…………..tensión,  y placer.

-YO: pues habrá que aprovecharlo - y agarrándola la cintura la penetré profundamente, la mitad dentro, ella se iba levantando en el aire y se quedó de puntillas. La saqué y metí de golpe, repetía operación, siempre dejando mi polla dentro unos segundos.

Cuando ya noté que no había dolor ni impedimento, aceleré el ritmo, como una maquina a la que le habían subido la velocidad. Empezó a gritar improperios que ni entendía, incoherentes entre sí, en género y sexo, solo eran palabras sueltas. Ya se había apoyado contra la pared por que a cada embestida la empujaba hacia ella, levantó una pierna como los perros al mear, la agarré por la parte posterior  de la rodilla y seguí bombeando sin parar, no tardó su primer orgasmo, sabia que en esa posición  incidía directamente en su punto G, que ya había sido trabajado en las masturbaciones de días previos. Notaba como la piel que rodeaba su entrada se estiraba y contraía según mis gestos, esta vez eyaculé yo primero,  la situaron era morbo puro, y ella se sintió halagada y algo confortada de poder descansar. Llevaba mucho trote para su 1º  o  2º vez.

Nos tuvimos que volver a duchar para salir con la sensación de limpieza que correspondía, y nos pusimos las prendas íntimas,  más que por decoro, por seguridad, no nos fiábamos el uno del otro de que si seguíamos desnudos no repitiéramos,   y nos  echarnos unas horas a dormir. Nos dio igual, pasadas unas horas nos avisaron que nos quedaba 1 hora solo de habitación, con un mensaje de megáfono. La posición de cuchara me la ponía a reventar en el slip, así que me lo quité y planté todo mi largo en su trasero, desde sus glúteos hasta su espalda, ella se giró sorprendida.

-ANA: jo ¿Todavía tienes ganas de más?

-YO: es culpa tuya por ser tan preciosa - la besé, ella correspondió, y una cosa llevó a la otra ………. terminó estirada encima de mi, cara a cara, besándonos y con mi polla sobresaliendo por su culo entre sus piernas, se arrodilló cabalgándome y pajeando a mi amigo con una mano en su espalda.

-ANA: dios, eres insaciable ¿Que va a pasar en tu casa?

-YO: que tendrás que aprender a correrte en silencio o tendré que amordazarte, por que no pienso dejar de hacerte el amor - palabras que dieron en el clavo.

Se echó para atrás, y sacó mi falo por delante de su pelvis, cogió el lubricante y se empapó el coño, hizo lo mismo con mi monstruosidad, en sus manos era indecente  la diferencia de tamaños. Fue agachándose hasta tener mi glande en su entrada, bajó fuerte y se empaló ella sola, fue un alivio notar que no se le había cerrado demasiado, cogió postura de nuevo y poniendo una mano de tope empezó a follárme, si, si, ella a mi. Yo alucinaba pero  mi mano en su vientre  jugaba, la puso a 100 y se corrió goteando sobre mi en menos de 5 minutos, Ana seguía excitada de su estreno y esa sensación la hacia estar vulnerable.

Me incorporé y me senté  a lo Buda con ella rodeándome con las piernas por  encima de las mías, aún ensartada, y así comencé a moverla encima de mi, llevando mis manos a su trasero y magreando como un animal. Ana,  con una mano en el colchón y otra en mi cuello como chancho, botaba sobre  mí, sus pechos eran demasiado apetecibles como para dejarlos sin ser cuidados y hundí   uno de ellos en mi boca, mordisqueando el pezón, se corrió nuevamente cayendo hacia atrás, apenas la pude sujetar por los riñones para seguir bombeándola. Ella era un trapo en mis manos, su largo pelo colgaba de su cabeza hacia atrás,  lo notaba en mi pies, de vez en cuando se echaba hacia delante para besarme, y no se por qué,  pero llegó a darme una bofetada, pero siempre volvía a echar el cuerpo hacia atrás, dejando caer sus brazos a los lados mientras yo la sujetaba. Se corrió varias veces y la última era una fuente, demasiadas veces seguidas, me empapó las piernas pero me dio igual, seguía trabajando con mi boca sus pechos y seguía empalándola hasta que yo me corriera, casi maldije el buen entrenamiento de Eli, tuve que estar así 20 minutos hasta que me corrí dentro de ella.

Caí rendido sobre la cama, y ella sobre mi, aún encima, y aún ensartada, pero notando ambos como mi inflamación se desvanecía, me besó de forma cariñosa y de agradecimiento.

-YO: si no quieres que nos echen de aquí los GEOS será mejor que te quites de encima, por que como sigas así me empalmo de nuevo y no salimos de aquí en 1 hora ni de coña.

-ANA: jajaja eres malo, me quedaría así siempre.

-YO: joder ¿Quien no?, Pero tenemos que ducharnos otra vez y vestirnos, por favor,  por el bien de todos, dúchate sola,  luego voy yo.

Tardó algún segundo en hacerlo, pero lo hizo, gracias a dios, pude serenarme. Ana salió de la ducha ya totalmente vestida y lo agradecí, me duché y recogimos para irnos, dándome cuenta de que le costaba andar un poco. Eran ya las 10 de la mañana y cogimos uno de los autobuses para volver a casa, el camino me pareció genial, mi cabeza solo pensaba en ella y su cuerpo, en como lo había disfrutado, el cariño  y la dulzura,  no solo la pasión. Ella cayó rendida, dormida sobre mi hombro. Al llegar a casa, compramos unos churros, y subimos a casa a desayunar con la familia, ella se fue  a mi cuarto y se puso ropa cómoda, más que nada para que no la abroncaran por ir tan “suelta”. Desayunamos  compartiendo alguna de las cosas que habían pasado en la fiesta, y con gesto de cansancio nos fimos a dormir pidiendo que no nos despertaran.

Al llegar al cuarto me desvestí delante de ella, pero cuando fui al baño y volví estaba ya dormida, agotada pero con una sonrisa de oreja a oreja, me coloqué detrás de ella y la abracé, ella correspondió sin abrir los ojos, atrapándome entre sus brazos y piernas, y nos dormimos así.

                                   Ana – Despedida dulce.

Me despertaron los ruidos en la cocina, estaban recogiendo la mesa después de comer. Ya eran las 5 de la tarde, y tenia en la cara  su pelo, la larga melena negra de Ana, lo olí, era una delicia. Mi mano rodeaba su cuerpo y caía por su cintura, empecé a acariciar con un dedo su vientre, hasta que se despertara, estaba en la gloria, era una mezcla de sensaciones,  amor, cariño y sensualidad, todo se juntaba en mi mente. Ella reaccionó pasados unos minutos, movió su cuerpo pegándose más a mí.

-ANA: hola amor, ¿Que tal? - lo dijo sin abrir los ojos, ni girarse, como si fuera lo más natural,  llamándome “amor”.

-YO: siendo el hombre más feliz de la tierra ahora mismo - rió.

-ANA: pues que suerte tienes, por que estás al lado de la mujer más feliz el mundo, eres un cielo, me lo has hecho pasar genial, ha sido maravilloso, dulce, apasionado y casi no me dolió nada, justo como había deseado………….pero mucho mejor - llevó sus manos a las mías, jugueteaba a entrelazar lo dedos.

Nos levantamos reteniendo nuestras ganas a duras penas, al menos yo, había mucha gente en la casa y cerca de la habitación. Nos levantamos al baño y comimos algo, luego nos duchamos y salimos con la familia a pasear. A la hora de cenar ellos se volvieron pero nosotros habíamos quedado en  casa de un amigo que se había quedado sola, cenamos y vimos algunas películas charlando en grupo, pero yo iba pegado a Ana, abrazados y con gestos de cariño continuos. La gente se fue marchando y quedamos solo ella y yo en el salón, con algunas personas desperdigadas por la casa.

Ana ya estaba a horcajadas sobre mi, besándonos, metiéndonos mano como podíamos entre embestidas de nuestras lenguas,  ella elevaba su cuerpo y me besaba desde arriba, con mi cabeza echada hacia atrás, a mi ya me reventaba el pantalón y ella lo notó, sacó mi polla por la bragueta de mi pantalón, no sin dificultades,  pero ya una vez fuera pajeaba suavemente mientras yo metía mano por debajo de la falta que llevaba, nos pusimos una manta rodeándonos, para taparnos un poco, aunque fuera evidente lo que ocurría. Bajé las medias térmicas hasta medio muslo y metía mis dedos en su interior, con habilidad logré que se mojara rápidamente.

-ANA: sabes, ¿Ayer me quedé con ganas?

-YO: no creo, estabas muy agitada.

-ANA: lo estaba, pero ayer me dijiste que hicimos el amor, pero ahora quiero……..quiero que me folles.

-YO: ¿Y cual se supone que es la diferencia?

-ANA: no lo sé,  por eso quiero hacerlo - y sin mucho dudar alzó su cuerpo y colocó mi glande en su entrada, apartando la tela de sus bragas.

-YO: ten cuidado.

Fue bajando lentamente sus piernas hasta hacer presión, abrió sus labios mayores para facilitar la penetración y poco a poco noté de nuevo la fuerte presión en la punta de mi polla, ella abrió la boca de dolor, pero metí mi lengua en ella para acallar posibles gritos. Siguió bajando hasta notar como se iba abriendo de nuevo su interior, haciendo hueco, metió todo lo que la posición con la ropa permitía, la misma mitad que aquella mañana,  se quedó así unos segundos, dejando acostumbrarse a la física de los espacios, sin parar de besarnos y agarrándola contra mi, notaba como temblaba un poco. Metí mis manos por debajo de la blusa y busqué sus pechos, en su espalda desabroché el sujetador y llevé mis dedos a sus pezones, agaché la cabeza para levantarle la blusa y chupar uno de ellos, apretándolo con fuerza. Ana se sintió más cómoda y empezó a subir y bajar sobre mí, acelerando algo el ritmo, y mojando mi extensión con sus fluidos, que ya eran abundantes. El ritmo se aceleró de nuevo, ya la sentía vibrar, y tomé el control, agarré de su cintura y era yo quien la hacia subir y bajar aguantando el ritmo, su respiración era agitada y por momentos dejaba de besarme para coger aire por la boca después de haber trabajado sus pezones.

-ANA: ¡¡¡¡Dios, ya lo noto de nuevo, me voy a correr, umm no pares, sigue, sigue!!!!! - se movía fuertemente, queriendo caer a plomo contra mi.

Sentí un calor abrasador y un líquido tibio entre las piernas, Ana se quedó parada, clavada por la mitad de mi estaca de carne, totalmente dura.

-YO: no ha costado tanto como esta mañana.

-ANA: dios, es verdad, me estás taladrando y lo mejor es que no he sentido nada de dolor, solo presión,  noto cada centímetro de ti partiéndome,   me encanta - lo dijo entre   respiraciones aceleradas.

-YO: pues no pasamos de la mitad, es mejor ir poco a poco.

-ANA: pero no tenemos tiempo, me voy en 5 días.

-YO: lo sé, y no sabes cuanto lamento tu marcha - la acaricié la cara.

-ANA: ¿Y si no fuera así?

-YO: ¿Que dices? ¿No irte?

-ANA: bueno, eso no, tengo que irme y acabar el instituto hasta verano, pero lo he estado pensando,  después tengo algo de dinero ahorrado para la universidad, tengo buenas notas, no sé, al llegar las inscripciones,  a finales del verano,  podría pedir plaza en alguna universidad……….aquí – lo dijo con más dudas que seguridad, temiendo alguna reacción negativa de mi parte.

-YO: pero esa es una decisión muy importante, no puedes tomarla por mí.

-ANA: ¿No te gustaría que estuviera contigo? - la besé con seguridad.

-YO: ahora mismo nada me haría más feliz, pero es una decisión que has de tomar de forma calmada, razonada con la familia, ¿Donde vivirías? ¿Vendrías sola? No conocerías a nadie salvo yo, y somos muy jóvenes para depender uno exclusivamente del otro.

-ANA: jo, supongo que tienes razón, pero….…¿Si se pudiera, me esperarías?

-YO: mientras tú estés a mi lado, no deseo a nadie más……. – una burda falsedad  que demostró el tiempo,  pero que en ese momento era un sentimiento real - ……..pero si estás lejos no voy a decirte que esperaré como un monje tu llegada.

-ANA: es verdad, seria injusto para ambos.

-YO: mira, hacemos esto, tú te marchas y sigues con tu vida, yo haré lo mismo, y si para septiembre quieres y logras venir a Madrid a estudiar, yo te prometo que te ayudaré en todo lo que pueda, y si aún queremos los 2, seguiremos con lo nuestro, ¿De acuerdo? - sonrió de felicidad, era una decisión salomónica, pero la  daba algún rayo de esperanza.

-ANA: amor, como te quiero, ¡¡¡Eres el mejor!!! - y  acercó sus labios a lo míos, dando pequeños besos por toda la boca, como agradeciendo mi solución.

No habíamos olvidado que ella seguía empalada por mi y yo seguía tieso, la medio recosté sobre el sofá y le quité las medias, subiendo la falda, sin desmontarla, la subí la blusa y ataqué su ombligo, sabia que la volvía loca, y sin parar de lamer su vientre comencé a meter y sacar mi polla con calma, pero sin parar, ya no era un ligero movimiento, sino sacarla casi entera y meterla hasta la mitad. No paré hasta que me corrí en ella, fueron más de 40 minutos en los que no aumenté el ritmo, solo la metía y la sacaba con calma, ella se tocaba el clítoris en ocasiones y se corrió múltiples veces, rogando que acelerara, pero no lo hice, quise que fuera así, que rogara,  para que fuera totalmente mía los últimos días con ella.

Al acabar, nos fuimos al baño y nos adecentamos, al salir por la puerta alguno de los de la casa, que andaban por las habitaciones,  salió a hacerme gestos de sorna y bendición por lo que habían oído, era una casa grande pero hubo cosas que tuvieron que oír.

Los siguientes días pasaron fugaces, entre achuchones y “magreos”, nos inventábamos cualquier excusa para salir de casa y follar en cualquier parte, o cualquier motivo para quedarnos en casa cuando toda la familia salía, y hacerlo   en casa, más que nada por los gritos de ambos, sobretodo de ella, cuando se corría múltiples veces no había forma de hacerla callar. Cuando no se podía ninguna de ambas, nos encerrábamos en mi cuarto y practicábamos el sexo oral, ella, siendo novata se fue con un master class, la enseñé trucos con la legua sobre el glande, que me habían enseñado a mi, y que volverían loco a cualquier hombre, también me aseguré de no haber perdido mi toque, no se por que, pero las comidas de coño se me daban genial, o al menos eso había demostrado mi experiencia con mujeres de todo tipo. Llegué a juguetear con mis dedos en su ano, pero ni de lejos estaba  preparada para sexo anal, bastante habíamos avanzado ya. Mi  rabo ya no era un misterio los días previos a su marcha, se la metía sin demasiada dificultad, pero siempre hasta la mitad, no me atrevía a más, pese a que alguna vez  me lo pidió, casi , más por miedo a que le doliera a ella, tenia miedo a confirmar si se podía o no,  y que aquella chiquilla se sintiera mal por ello, o que me atara a una mujer que no me cubría entero.

El último día pasábamos de la mitad, poco, pero algo más, ella se iba abriendo y su pelvis ensanchando con cada sesión de sexo,  unas eran dulces, mágicas e inocentes, otras era pasionales, una arrancada de excitación. Probamos algunas cosas como las cubanas o posiciones  más complejas, pero la realidad es que embestirla por detrás era lo que sacaba lo mejor de los 2, ella se dejaba hacer a mi ritmo,  que  era demasiado elevado,  y me dejaba las manos libres para jugar con sus tiernos pechos, o su vientre.

 

Tristemente llegó el día de reyes, su último día,   el más triste que recordaba desde mi operación. Nos dimos unos regalos entre todos, ella me dio un sobre cerrado que no me dejó abrir hasta su marcha, yo la regalé una fondee y sobres de chocolate. Reímos como idiotas ante la sorpresa de los presentes, sin entender el por qué. Nos despedimos con un paseo por el parque antes de que se fuera, pese al frío pegaba un sol radiante, y nos despedimos deseándonos un pronto reencuentro, cogidos de la mano y besándonos como enamorados. Recogieron sus cosas y se marcharon, reconozco que su marcha me hizo sentir vacío, pero la promesa de volverla a ver pronto, y que hasta entonces tenia barra libre, me alegró el día, y pensaba pasármelo muy bien hasta su vuelta.

-MADRE: pues mira lo que me han dicho, que la niña anda muy pesada,   dice su abuela que se ha puesto a decir que ahora quiere venirse a Madrid, a la universidad, que le encanta estar aquí, con nosotros.

-YO: ¿Eso ha dicho?

-MADRE: si, no sé que la habrás hecho, pero dice su abuela que está contenta contigo, y con la ciudad, que no la había visto así de abierta y extrovertida nunca.

-YO: pues no sé, supongo que le he dado justo lo que necesitaba - abrí el sobre, y había una pequeña anotación.

ANA: “Se que no tomabas somníferos, hasta pronto”

Sonreí.

(9,64)