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EL INCESTO EN MI VIDA (PARTE 3)

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Al cabo de varias semanas la familia se reunió un domingo en casa de aquellos tíos míos para hacer una barbacoa, para poneros en situación os diré  que la casa de mis tíos da a dos calles, se encuentra la vivienda, un patio grande y llegando a la siguiente calle una nave donde guardaba la maquinaria agrícola. Lleguemos por la mañana temprano, ya que se juntaban para tomar unas cervezas e ir preparando la carne para la barbacoa, mientras mi primo dijo que si queríamos ir a la nave a ver un tractor que su padre acababa de comprar, le dije que sí y nos dirigimos hacia allí, pero al ver que mi prima nos acompañaba empecé a imaginarme que íbamos a ver algo más que la nueva adquisición de mi tío.

Mi prima Carmen llevaba unos shorts de algodón y camiseta de manga corta holgada, al entrar en la nave mi primo cerro el portón por dentro, como si nada empezó a enseñarme el tractor, que si tenía esto , que si tenía aquello, mira esto que chulo, etc....

Pero yo no podía quitar la vista de mi prima, al darse el cuenta, me pregunto que si le gustaría tocarle las tetas, le dije que si, ella se rio y dijo "ven aquí que te tengo ganas", me acerque muy nervioso hacia ella, me abrazo y metió su lengua dentro de mi boca estuvimos besándonos un buen rato, mi pene reacciono en ese momento, mostrando su máxima dureza. Se aparto y se quito la camiseta, no llevaba sujetador por lo que sus tetas me volvieron a deslumbrar inmediatamente, empecé a tocarlas suavemente y sus pezones respondieron a mis caricias, ella cogió mi mano y la acompaño por dentro su pantalón hacia su coño, tampoco llevaba bragas por lo cual enseguida pude sentir la humedad y el calor de su interior, empecé a pajearla y ella gemir, de repente me fije que mi primo se estaba masturbando viendo como yo a su vez se lo hacía a su hermana, aquello en vez de ruborizarme me excito más aun, me puso manos a la obra y me esmere todo lo que pude en hacerle a ella una paja grandiosa. A los pocos minutos empezó a sacudirse y a gemir más fuerte, se agarro de mi cuello para poder mantenerse de pie y sentí como se estaba corriendo, su coño se inundo  llenando mi mano de sus líquidos interiores, estuvo un rato apoyada a mí con la respiración al límite, podía sentir los latidos de su corazón a un ritmo frenético. Me beso, esta vez con más dulzura, se retiro y cogió su camiseta y se la puse, al volver la cabeza vi que mi primo estaba ya esperando al lado de la puerta para salir, mire al suelo y pude ver su leche allí tirada, se había corrido antes que su hermana. Yo aunque hoy todavía me avergüence decirlo, vacié mi leche en los calzoncillos, era la primera vez que me pasaba, había llegado a correrme sin tocarme, pero había sido incluso más placentero que una paja. Nos dirigimos a la salida de la nave y antes de salir mi prima me pregunto que si había follado ya, a lo que le conteste que no que seguía sin estrenar, ella sonrió y miro a su hermano que le respondió también con una sonrisa, aquello en vez de preocuparme me excito, a saber que me tendrían preparado esos dos.

Nos dirigimos a comer, yo antes fui al cuarto de baño a limpiarme la leche que había derramado dentro de mis calzoncillos, tras asearme volví con ellos.

Después de una larga comida, los mayores entraron en la casa para tomar café, cosa que se alargaba siempre, puesto que después seguían con las copas y luego pasaban a los cubatas, todos los primos nos quedemos en el patio, entre todos éramos 14 primos allí jugando, todos más pequeños que nosotros 3, mi primo entro con los padres a tomarse un café y cuando salió nos dijo a su hermana y a mí que le acompañáramos a la nave, como un perrito faldero fui detrás de ellos, ya que sabía que me gustaría lo que hiciéramos.

Entramos en la nave y nuevamente mi primo cerro por dentro, nos dirigimos a una habitación que también hacia las funciones de trastero, al fondo de la nave, al encender la luz, vi varios mueble antiguos y cajas allí amontonadas, pero lo que me dio una idea de que allí volvería a tener placer fue el colchón que se encontraba de pie contra una pared.

Tal y como me había figurado mi primo cogió el colchón y lo tumbo en el centro de la habitación, seguidamente nos digo que nos desnudáramos, todos lo hicimos a la vez, mi polla estaba tiesa, mientras miraba a mis primos desnudos delante mía. Ella me cogió de la mano e hizo queme tumbara con ella, empecemos a acariciarnos mutuamente, yo totalmente lanzado me deslice por su cuerpo y baje hasta su coño, una vez allí empecé a lamérselo lentamente, poco a poco ella fue gimiendo y agarro mi cabeza para que siguiera comiéndoselo. Después de un buen rato me dijo que parara, me cogió e hizo que me girara y me tumbo, se subió encima mía y cogió mi polla, la llevo hasta la entrada de su coño y una vez allí se dejo caer encima de ella lentamente, yo estaba viendo las estrellas, era un placer increíble, mi primera vez, por fin podía sentir en mi polla aquel calor exquisito, aquella humedad que hacía saltar electricidad, ella empezó a subir y a bajar, aquello era éxtasis puro, pero claro tal y como suele pasar las primeras veces, me corrí al poco tiempo, al notar mi leche dentro de ella, salto como un resorte y vi como mi polla seguía todavía soltando chorretones blancos, ella se mosqueo un poco y dijo que tuviera cuidado que al correrme dentro  podría dejarla embarazada, en aquel momento me preocupe ya que efectivamente estábamos follando sin condones, cosa difícil de conseguir hace 20 años y más en un pueblo pequeño.

Creía que todo estaba perdido, que nunca más follaría con ella, pero todo esos pensamiento se desvanecieron cuando me dijo que la próxima vez cuando fuera a correrme la sacara y lo hiciera fuera. Por culpa de mi celeridad ella todavía no había conseguido tener un orgasmo, a lo que su hermano rápidamente ayudo a conseguirlo, se tumbo encima de ella y la penetro, viendo como mi primo se follaba a su propia hermana y ver las caras de placer de ambos, conseguí otra erección, después de bastante tiempo bombeando el coño de mi prima ella dijo que se estaba corriendo y a los pocos segundos su hermano saco la polla y empezó a echar su esperma encima de ella, aquello me estaba poniendo muy pero que muy malo. Ella se dio cuenta de la rigidez de mi miembro, pero se levanto y empezó a vestirse, "lo siento primo, pero luego te la meneas, no tenemos tiempo, si estamos mucho aquí nos pueden pillar" me dijo sin contemplación, me quede con las ganas, había sido mi primera vez y para mis expectativas no había estado a la altura. Ella se limpio su vientre lleno de leche de su hermano con un trapo que había allí, nos vestimos, pusimos el colchón en su sitio y salimos al patio.

Al volver a mi casa, no cayó una paja sino tres y los días sucesivos menos de dos no caían pensando en el polvo que me habían echado, ya que yo prácticamente me había dejado llevar.

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