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MI DON (10)

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El instituto - Las profesoras.        

 

Vamos a jugar con el marco temporal un poco, entre otras cosas, por que ya ni recuerdo en que orden ocurrió, digamos que no me paraba a mirar el calendario.

Si, con las alumnas era un casanova, y gané mucha experiencia, lo pase bien y  lo disfruté, pero me llegó a resultar demasiado……¿Fácil? Era  un depredador al que le ponían la carne despedazada y deshuesada en la cara, y yo quería cazar piezas vivas. Eli me enseñó a hacerlo, echaba en falta algo emoción, ya que me había adiestrado para presas mayores. Así que en determinados momentos fijé objetivos de mayor edad, más complejos que aquellas chiquillas de instituto, a las que manejaba a mi antojo.

Obviamente no fue tan fácil, ni logré, por mucha diferencia,  acercarme al número de alumnas conquistadas, pero esas crías eran hamburguesas industriales,  yo quería restaurante de 5 tenedores, y allí solo se va cuando la ocasión lo merece. Puedo mencionar que fueron 4 adultas las que me follé antes de la graduación, de las cuales extraigo las mejores historias, y otras 3 con las que tuve sexo sin penetración. Por miedo a represalias, no encontrareis el relato de mi directora, de 62 años, que hacia el final de curso me chantajeó, y  para no avisar a mis padres de mis andanzas mujeriegas, me obligó a dejarla hacerme una mamada,  se quitó la dentadura postiza para ello. Asqueroso, si,  pero una de las más memorables. O la historia de la profesora de ciencias sociales, una feminista de pro, con la que había discutido durante años por su intención de reeducar en la superioridad de la mujer sobre el hombre, y me la terminé zumbando solo por hacerla rabiar.

Estas son las historias de algunas de esas damas. Por no hacer relatos tan extensos, los separaré en 3 actos.

 

Marta - La monja.

Avancemos unos meses en el tiempo de comenzar a domar a mi leona, y sigamos jugando con el calendario.  A esas alturas mi fama ya era notoria en el instituto, y lo narrado a continuación  pasó en paralelo con los días de quedar con Karin, la pechugona nórdica, en los descansos. Unos días antes de que la sueca se me tirara encima, y a 2 meses del final del curso.

Yo estaba un poco hastiado ya de las relaciones sencillas con mujeres jóvenes, no me cansaba de follar, pero si de lo fácil que era, por que en cuanto alguna me salía mal, acudía a  casa de mi Leona Mercedes, para seguir con un curso intensivo de sexo animal. Necesitaba un reto, un objetivo difícil, algo que en mi cabeza supusiera un logro, y gracias a una de las profesoras más mayores, la oportunidad se presentó ante mi.

Nos avisó que, en unos días, vendría a vernos una ex alumna del colegio, Marta,  que estaba de misionera en Sierra Leona. Hacía 4 años que estaba allí, antes  estuvo casi 5  en el Congo, donde había ido con 21 años,  así que la suma me dio que  tenia 30, y se había dedicado esos 9 años a ayudar o cuidar a enfermos y niños. Nos contó algunas historias bastante feas y horrendas de sus experiencias en Africa, y que estaba encantada con que viniera a descansar unos meses.  A Marta la habían contratado hasta final de curso para explicarnos la teología y  vida en Africa. La sorpresa fue el día que nos la presentaron,  a simple vista se notaba que no era una misionera sin más.

Si, aquella mujer que llevaba casi una década por Africa, era una monja, con su hábito  y su cofia, solo se le veía la cara y las manos,  ni el pelo, ni un triste pie. Al principio no me fijé en ella, y estuvimos una hora oyéndola, historias de superación y ayuda, de cómo los militares y las facciones armadas del gobierno violaban derechos humanos y oprimían al pueblo, de su trabajo y de la gente, todo realmente encomiable. Pasada casi la hora, aquella monja estaba empapada en sudor, iba con toda la ropa de monja a finales de mayo,  en Madrid ya apretaba el calor y no estaba el aire acondicionado puesto.

-MARTA: chicos, me vais a disculpar pero me tengo que quitar la cofia, o me muero aquí jajajajaja

Al hacerlo su pelo cayó de golpe, era rubio y largo, tardó una eternidad en deshacer el nudo del moño, y le llegó hasta por debajo de su cintura,  con una coleta. Ya con el conjunto de su cara y el pelo, advertí que el sol y el trabajo de África no la habían afectado, era realmente atractiva, de ojos negros, guapa, con una boca diminuta y hoyuelos en las mejillas. El pelo tan tirante por la coleta le estilizaba la cara. Siguió charlando hasta el final de hora, contándonos algunas cosas más de su trabajo y que estaba encantada por darnos algunas clases antes del  final de curso. Salió de clase con la profesora y charlaron un buen rato en la puerta, quise adivinar el resto del cuerpo de aquella mujer, pero la ropa era demasiado amplia y la disimulaba la figura,  aparte de un chaquetilla, iba con un jersey de lana enorme, se notaba una camiseta o camisa blanca debajo y una falda con vuelo desde su cintura hasta los tobillos, todo azul marino.

Me quedé con ganas de saber más de aquella mujer, y por alguna razón la imagen de  su pelo cayendo se pasó por mi cabeza mientras una de las alumnas me la chupaba esa tarde. Mi mente echó a volar intentado imaginarme su vida, ¿Por que a los 21 años decidió irse a África?, ¿Que había pasado antes? ¿Y que habría pasado después? Era una chica tan guapa y delicada, que  en una zona tan difícil lo debió pasar mal. Llegó el día siguiente, y  Marta fue clase por clase, dando charlas, daba la misma a todas las clases durante unos días y luego pasaba a otra.

La 1º charla fue su vida hasta los 21 años, por lo que nos dijo, fue una alumna ejemplar hasta los 15-16 años, una chica normal, sin problemas,  ni nada raro, pero al llegar a esa edad, sus padres se separaron,  quiso llamar la atención y   empezó a salir con chicos de fiesta, a beber y pronto a drogarse con malas compañías. Al principio eran porros o marihuana, pero fue subiendo el nivel, con 18 años era una “yonqui” que no acabó el instituto, se quedaba en casa de un amigo a vivir y allí se metían cocaína o cristal, inhalada o inyectada, la detuvieron un par de veces por escándalo público y tenencia de drogas. A los 19, la detuvieron por agresión con arma blanca, estaba con un noviete, que tenía un mono descomunal,  intentado robarle a un camello, y ante su negativa le apuñaló.

Pasó 4 meses entre un centro de desintoxicación y los juzgados, la condenaron a 2 años y 3 meses de cárcel, fue allí donde conoció a las monjas de un convento cercano a la cárcel, que se pasaban por allí a prestar ayuda y apoyo, charlando, haciendo de puente con las familias, tratándolas bien……..A ella, ese gesto le pareció tan bonito, que cuidaran de ellas pese a sus fechorías, que decidió rehacer su vida. No se metió a monja, si no que según salió se acogió a un programa de misioneros y se fue. Era ahora, cuando al volver de África se metió en el seminario para coger los hábitos, y se le notaba, no hablaba ni actuaba como una monja, si no como una mujer directa, atrevida, con palabras que no usaría una seguidora de Jesús, hablando de temas poco convencionales, como cuando se drogaba como se sentía, o de cómo perdió la virginidad de mala manera, medio ida por las drogas, y en esa misma noche de fiesta paso por varias hombres. Eso generaba risas en los compañeros, pero ella lo hablaba como medio para llegar a un fin, no como centro de la trama.

La 2º charla fue sobre sus  primeros años en el Congo, de su adaptación a su nueva vida, de cómo la llenaba de gozo ayudar, terminó haciéndose muy amiga de un tribu, que era en parte degradada por el resto del país, no se adaptaban a la era moderna pero eran felices, y ella se erigió como su defensora y  como enfermera casi. Sin titulación, pero se aseguraba de que les llegaran su parte de ayudas, alimentos  y medicinas. Era desesperante como a los pocos días, u horas,  de recibir la ayuda, venia el ejército y le quitaba casi todo, para luego venir facciones armadas o revolucionarios,  para quitarles lo que les dejaban. Habló de cómo maquinaba y engañaba para que eso no ocurriera, jugándose la vida en muchos casos. También nos habló de cómo intentaba educar a ciertas jóvenes del poblado, hablando con cariño de algunas mujeres en especial. Cada lección terminaba  con una moraleja, con un sonoro aplauso y con una prenda menos. Iba apretando el calor, y ya no solo se quitó la cofia, si no la chaquetilla, luego el jersey, y ya,  en camisa blanca,  se abría algún botón de arriba del todo, y se remangaba.

-MARTA: dios mío, como no pongan en aire pronto lo voy a pasar peor aquí que en África jajajaja – decía con guasa, con una voz alegre que no escondía una profunda tristeza.

La 3º y la 4º nos explicó la ideología o la teología de aquella zona, nada relevante en ello, salvo verla hacer un  “striptease laico” por el calor. Ya de forma inconsciente se levantaba la falda un poco,  dejando ver sus pies y sus tobillos.

Para ayudar a ubicarnos durante esas primeras semanas ocurrió mi tórrido romance con Karin, la sueca de tetas enormes, relación que se cortó casi de raíz cuando se asustó al ver a alguien mirándonos, según me dijo, yo no vi a nadie.

En la 5º charla se puso seria, era ya la 3º semana, y avisó que la gente sensible saliera de la clase, nadie lo hizo, y se arrepintieron. Nos habló del último año en el Congo, de cómo estalló una guerra civil,  de cómo la gente se volvía loca, no daban a basto para ayudar a todos, de noches en hospitales eternas llegando gente herida, e historias aterradoras. Su cara se fue torciendo, triste, abrumada, recordando aquel horror.

El final hizo salir a vomitar a varias chicas y otras salir de allí llorando, a algún chico también, (Si sois sensibles podéis saltar esta parte hasta el final del párrafo, suponer lo peor). Los últimos meses Marta decidió refugiarse en la apacible aldea de la tribu amiga, allí no había guerra, estaba al margen de todo, pero el resto del país ardía en llamas. Nos relató con un lujo de detalles excesivo, algo que no debía ser así contado. De cómo una noche se enteraron  que facciones armadas rebeldes iban a ir a masacrar a esa tribu, les culpaban del mal  del país, pero aún así, decidieron no huir y quedarse, “Era su tierra” le decían a Marta, ella logró sacar a los niños de allí junto a otras 3 mujeres, escondidos en los arboles. Vio como aquel poblado fue quemado, como los hombres eran asesinados y descuartizados, no siempre por ese orden, interrogaban a las mujeres sobre los niños, vio cómo las violaban en grupos para luego mutilarlas cortándoles los pechos para que no pudieran alimentar a los hijos, o  los brazos para que no pudieran sobrevivir,  luego a algunas las mataban igualmente y seguían violándolas después. De cómo la imagen de aquellos machetes se metió en su retina mientras calmaba  a los niños para que no salieran en auxilio de sus padres o se les oyera llorar y fueran descubiertos. Para cuando llegó el ejercito no quedó nadie vivo,  o sin mutilar, la tribu había sido borrada de la faz de la tierra, solo quedaron los niños que fueron rescatados por el ejercito, pero ante el horror de su mirada, fueron reclutados como niños soldado. A ella, y alas otras adultas, las encerraron 4 meses en un zulo, “Por su seguridad”, puesto que los rebeldes andaban persiguiendo, secuestrando y matando a extranjeros. Nos contó que, una noche, un soldado entró a darla la comida, pero no se la daba, y se sacaba el miembro para lo evidente, ella se negó y durante 1 semana no la dieron nada de comer por que no aceptaba venderse, pero le pudo el hambre. Cayó y por algo de comida realizaba felaciones, al inicio solo con él, luego con el resto de  los guardias, hasta que empezaron a violarla mientras se resistía inútilmente. Al final los soldados del ejército la violaron tantas veces que ya no se resistía, tuvo 2 embarazos con sendos  abortos debido a los golpes y la mal nutrición. Cuando ya deseaba morir, soldados de la ONU  la sacaron de allí,  y estuvo 6 meses en un hospital de campaña, hablado de su recuperación y  que al menos pudo salvar a 3, aunque no sabíamos muy bien a que se refería.  Nos contó todo aquello serena, sin que le temblara la voz, pero con lágrimas cayendo por sus ojos, durante la narración buscó con la mirada seguridad para continuar pese a que la profesora le pedía que no hacia falta que continuara, y sus ojos se clavaran en mí, que era de los pocos que aún aguantaba entero, el resto lloraba, mantenía un silencio frío, y la mitad de la clase se había salido al pasillo a recuperarse del shock.

Aquella escena se repitió por cada clase donde lo fue contando, chicas que salían llorando o iban al baño a vomitar, chicos que ante aquello salían despedidos de las clases con las caras desencajadas, si ibas por un pasillo notabas que clase salía de esa charla en la mirada de los alumnos. Fue una de semana jodida para mucha gente, al final decidieron que aquellas clases no fueran para todos, y si opcionales, 1 hora después de acabar las clases, los que quisieran, podían quedarse con ella a escucharla. Entre  todos los cursos, solo unos 20 aceptamos seguir, y después de la siguiente charla donde nos explico sus 6 meses en el hospital y las historias que le llegaban de la guerra,  se llegó a reducir casi a la mitad. A la siguiente clase solo acudimos 4 o 5 alumnos, todos chicos. Era una falsedad, por que luego los demás compañeros te rogaban que le contaras lo que Marta había relatado.

En esa última clase, al final nos quedamos solos ella y yo. Como me gusta,  la aguantaba la mirada, pero ya no era sexual, sentía que era tierra firme para ella,  y que  necesitaba contárselo a alguien. La cosa se suavizó cuando me contó que se recuperó, y que en Sierra Leona le fue mucho mejor, como antes de la guerra civil en el Congo, difícil pero aguantable, que soportó todo aquello por el amor de aquellas monjas, que si no se habría vuelto loca o se hubiera suicidado con el machete de alguno de  los guardias mientras la violaban. Terminó de relatar su historia, diciéndome hastiada del mundo,  que había decidido regresar y tomar el camino de los hábitos, había visto suficiente dolor para varias vidas.

-MARTA: te agradezco que te hayas quedado, necesitaba sacarlo de  mí - lo dijo secándose las lágrimas, me puse en pie y la aplaudí.

-YO: eres una heroína, no sé como lograste aguantar todo aquello.

 -MARTA: al final te acostumbras a todo, quiero decir,  que ojalá fuera mi amor a  dios o a la humanidad lo que me dio fuerzas, pero solo quería sobrevivir, para contar mi vida, mi historia, por que se supiera lo que pasó.

-YO: es una pena que tengas que ir dando charlas a alumnos en clases, esto tendría que salir en TV.

-MARTA: es verdad, pero ya ves como ha reaccionado el “público”, no puedes salir por la TV diciendo esto, la gente lo rechaza.

-YO: me parece una hipocresía mayúscula, un adoctrinamiento social, ¿Está bien que ocurra pero no que se cuente? Se castiga que te den el  conocimiento del hecho, no el hecho en si, mientras ocurra,  y no te enteres, seguirás en tu burbuja de felicidad, es el gran logro de la humanidad, deshumanizarse - me miró sorprendida, no esperaba una reacción  moralista en un chico tan joven.

-MARTA: se puede decir más alto, pero no más claro…….- se levantó a abrazarme, hasta ese momento no había sentido nada por ella, salvo admirar como se quitaba alguna prendas sin enseñar nada, pero al tenerla entre mis brazos,  sabiendo lo que sufrió, lo dolida que estaba, la sentí frágil, necesitada de cariño, era vulnerable, y aún siendo una vergüenza reconocerlo, un objetivo deseable, así que se convirtió en mi próxima víctima.

Al oler su pelo en  mi cara apreté más contra mi, y sin darme cuenta tuve una erección, quise disimular doblando la cadera y volviéndome a sentar rápido, ella hizo lo mismo,  habiendo quedado colgada en el aire  como si aún faltaran un par de segundos por protocolo en el abrazo, o como si quisiera haberse quedado así unos segundos más. Deseé que no se hubiera dado cuenta, no tenia ningún plan ni tenia nada planeado, pero fue tarde, mientras me preguntaba mi nombre y me pedía que la contara un poco de mi vida, noté como sus ojos bajaban a mi entrepierna un par de veces, en  la 3º se relamió los labios, podía ser que tuviera la boca seca, pero después se mordió el labio, “Ya lo sabe”, aunque juraría que no la había tocado con ella. Traté de ganar tiempo hablándola de mi operación y de mis cambios en la escuela.

-MARTA: algo he oído por ahí de ti - ¿A que se refería?

-YO: bueno, siempre he sido bastante conocido, soy bastante “payasete” y me gusta llamar la atención, pero desde la operación no sé que pasa, que soy como un faraón, la gente me trata como si hubiera hecho algo, y solo he salido bien parado de una operación, no como tú, una superheroína jajajajajaa - por 1º vez en las charlas, se rió, había alejado su cabeza lo suficiente de África, su risa, valga el recurso literario, me pareció divina, se llevaba una mano a la boca, medio cerrada y con el dorso de la mano se sujetaba la nariz.

 -MARTA: pues no me queda nada para poder volar o levantar coches………. - seguía riéndose, pero yo tenía  que pasar al ataque – ……anda ayúdame a recoger las sillas  -  lo hacíamos sin parar de charlar, centrados en recoger.

-YO: pocas mujeres hubieran aguantado como tú en aquel zulo, créeme, sé de lo que hablo - se le cortó de golpe la risa y me miró intrigada.

-MARTA: ¿Por qué dices que sabes de lo que hablas?

-YO: pues verás, no se si…. sabes, tengo cierta fama en el instituto………..

-MARTA: ya me han dicho……..que vas de galán con las chicas………- ya sabia como conocía mi polla, las charlas de chicas en el foro oficial,  el baño -….. y más te vale tratarlas bien o me enfadaré contigo.

-YO: una cosa es que vaya de galán y otra que las trate mal, solo les doy lo que vienen a buscar de mi - esa frase se me escapó, no estaba bien pensada, fruto de mi orgullo herido.

-MARTA: ya lo vi…….- “¿Que?” Si la mía estaba mal pensada la suya fue un monumental error. Se le notó en la cara y en la voz, cortó la frase de golpe, pero no la iba a dejar escapar, su lenguaje corporal era claro para mí, sentía vergüenza por lo que estaba rondando por su cabeza.

-YO: ¿Como que ya lo viste? - insistí parando de recoger.

-MARTA: nada………que te vi con una chica………hace poco………..por los pasillos, así, muy acaramelados - sonó a tangente, como si acabará de encontrar esa respuesta en su cabeza.

 -YO: ¿Si? ¿Y quien era? - realmente podían ser varias las candidatas, pero quise saber cuando se había fijado en mí.

 -MARTA: pues no sé, un alta, rubia, con unas…………enormes….tetas - hizo el gesto de grandilocuencia sobre su pecho, “Tiene que ser Karin”

 -YO: si, la sueca, es muy……..“cariñosa” - me extrañó, salvo en los descansos donde follábamos no solía acercarme a ella.

 -MARTA: ya te digo, no veas como el botaban ante tus caricias  – se dio cuenta de que aquella frase no era apropiada en una monja, le salió la misionera, o quizá la adolescente rebelde, pero entonces caí. A Karin nunca la había acariciado en público, era muy mojigata en cuento a que se supiera, de golpe pensé, y mientras ella seguía recogiendo, yo estaba parado, mirándola,  intentando leerla la mente, apoyado en una silla, ¿Seria ella la famosa sombra que vio Karin y apartó sus enormes tetas norteñas de mí?

Quise indagar más, pero pensé que era apretar demasiado, ella me huía la mirada,  así que lo dejé correr por ahora, la ayudé y terminamos de recoger las sillas.

 -MARTA: está bien, ya hemos  terminado las charlas, no creo que nadie más quiera venir a oírme.

 -YO: ¿Y ahora que harás?, Por que aún queda 1 mes de clases.

 -MARTA: pues tenía pensado algo, pero siendo ya solo tú, no sé si saldrá adelante.

 -YO: ¿Que es? Quizá pueda ayudar.

 -MARTA: pues tenía pensado montar una actuación de los alumnos, un día en el patio en el descanso,  como tribus,  hacer cantos y bailes rituales,  vestidos con las ropas típicas, pero solo estas tú - vi frustración.

 -YO: ¿Y tú?

 -MARTA: yo no puedo, me moriría de vergüenza y además soy la profesora - muy resuelta ella

 -YO: tú déjame a mí, ¿Cuanta gente necesitas?

 -MARTA: pues unos 6, sobretodo que sean parejas  de chico y chica.

 -YO: ¿Y si te los traigo, lo harías con nosotros? Eres la que  vio hacerlo en vivo, nadie los conoce mejor - argumento valido y lógico, pero buscaba otra cosa.

 -MARTA: si nos falta alguna chica, si - sonrió al ver una ventana abierta, una posibilidad.

 -YO: mañana después de clase ven aquí - la di un abrazo rápido y salí corriendo.

Me fui contento, un plan se erigía en mi mente, pero tenía que tener cuidado, no solo era, o iba a ser monja, si no que podría meter la pata hasta el fondo si no iba con pies de plomo. Aquella chica lo había pasado muy mal en África, pero mi moralidad estaba más distraída de lo que puedo admitir en esos meses.

Al día siguiente empecé el casting, no lograba a ningún chico así que me centré en las mujeres, sin rodeos, fueron Marina, a la que convencí de que aquello subiría nota, y Rocío, para ayudarla en la mejoría de su personalidad usando de ejemplo a Marta. Una vez logrado, al 1º panoli que pillé seguidor incondicional de Rocío, que quería dejar atrás su cartel de guarra oficial,  le metí diciéndole que así le metería mano, y me costó un vídeo juego de los buenos meter a un buen amigo mío, pero me dio igual,  ya no los usaba, jugaba con las mujeres. Estoy convencido de que si me hubiera puesto, hubiera logrado meter a alguna de las alumnas que me trajinaba en el lote, pero no quería, teníamos que ser impares para que Marta se  pusiera conmigo de pareja.

Al aparecer Marta por el aula a última hora, se le iluminó la cara al ver mi logro, me recordó que faltaba una, pero la dije que ella supliera su puesto mientras buscaba a otra, cosa que  ni loco  iba a hacer, es más, pensaba tirar para atrás a aquella que se atreviera, pero no hizo falta, ninguna en su sano juicio,  sin manipulaciones,  aceptó. Decidimos quedar un par de martes para ensayar, ya que a nadie le venia mal. Siempre nos quedábamos un rato más todos charlando y riéndonos, ella dirigía la obra, pero el teatro era mío, eran marionetas a mis órdenes sin saberlo,  y me preguntaba si Marta  se daba cuenta.

En esos ensayos sentí como Marta se acercaba más a mi, y yo a ella, no en lo físico, aunque también noté ciertos roces fuera de lugar, si no en la compenetración, la forma de pensar y actuar, incluso después de salir del ensayo,  íbamos a un café cercano y tomábamos algo mientras charlábamos de su vida y de la mía. La gente alucinaba al verla con la cofia y a un chico joven con ella, pensarían que seria un fanático de la religión  o un mojigato adoctrinado, ni mucho menos intuían que mi intención era ganarme el coño de esa monja. Descubrí en aquellas charlas posteriores a una mujer divertida, graciosa y con una fuerte intuición, cada intento de mi parte por llevar el tema a algo  subido de tono,  era desviado rápidamente, logré sonsacarla de su vida de adolescente, de cómo se había echado a perder por un mal chico, de que ciertas cosas “malas” que nos había contado, no le parecían tan mal aún hoy en día, y que sin bien no le gustaba hablar de ello, disfrutó aquella época de sexo, drogas y música, pero que desde lo del Congo ya no deseaba  nada más de todo eso, su tono sonó reafirmado en su idea, como si necesitara creérselo ella,  más que decírmelo a mi.

El 1º ensaño fue divertido, ella nos enseñó con el ordenador fotos de las tribus y un vídeo sobre una danza de la lluvia y prosperidad de la tierra, nos comentó su idea de la función y como llevarla acabo. Me cogió como su ayudante y en paralelo me hacia poner las poses iniciales, yo la seguía mientras el resto reía y ella más al verme haciendo el tonto. En la 2º ya nos puso por parejas y ensayábamos movimientos tribales, por separado, luego algunos más pegados. En los videos se veían realmente gente fuera de si, con mujeres subidas encima de hombres, no llegamos a imitarles, pero si jugamos para que Rocío se riera del empalme de su compañero pelele. Los bailes eran lentos pero sin parar de moverse, así que sudábamos bastante, nosotros nos quitábamos ropa, pero ella no, se quedaba con la camiseta casi totalmente abrochada,  sudaba igual y  se le pegaba a la piel, por 1º vez puede adivinar su torso, y su pecho, tenia una cintura diminuta, la presión de la falda alta ayudaba a verlo, y debía tener buenas tetas, por que la camisa se le metía todo el rato por debajo de ellas,  se la tenia que sacar de allí todo el tiempo, igual que la despegaba de su piel en el vientre,  los costados o la espalda, incluso se le marcaba el sujetador claramente. Al acabar la clase, como de costumbre, nos quedamos un rato charlando, para tomar aire, pero tirando de labia los saqué a todos de allí para quedarnos solos a recoger.

-MARTA: ¿Ya te has desecho de todos? Vaya líder estás hecho jajajaja.

-YO: es que no quiero que esto se “alargue” más de lo necesario …..- metía palabras así en las conversaciones todo el tiempo - ….además estabamos sudando mucho y aquí ya huele un poco mal jajajaja.

-MARTA: ya te digo, estoy empapada, esta ropa no es muy transpirable, ¿Verdad?

-YO: tú sabrás que eres la que la llevas, podrías venir más cómoda.

-MARTA: si me voy a pasar así el resto de mi vida, tendré que acostumbrarme,  que por cierto, no sudaría si tuviéremos a otra chica ¿Como va la búsqueda de mi suplente?

-YO: nada, no se atreven, son todas unas señoritas muy recatadas y no pueden jugarse su “estatus” social por hacer esto, por más que lo intento…………. - me lo inventaba a cada palabra.

-MARTA: ¿Qué hay de tu “estatus”?

-YO: tengo el “estatus” tan grande que podría hacer esto el resto de mi vida y seguiría siendo el más popular, es más,  hasta puede que lo ponga de  moda  – la frase iba hilada muy fina.

-MARTA: pues me va a tocar hacer a mí el baile final contigo.

-YO: será si al final tendrás que bailar conmigo.

-MARTA: no, si eso esta claro ya, hablo de que al final de esta danza tribal, el líder  y la hechicera hacen una ofrenda final, un baile que complazca a los dioses, pero no sé si hacerlo……….- no se por qué, pero la vi venir de lejos, quizá ella también metía palabras ambiguas.

-YO: no queremos ofender a los dioses africanos, o lo hacemos bien, o no se hace - sonrió como logrando su objetivo.

-MARTA: pues podemos ensayarlo ahora, si no te importa, no quiero que los demás lo vean, prefiero ver como queda antes.

Me puso un vídeo que tenia bien guardado en el PC, efectivamente se veía ya el final de la danza general, y llegando un momento, se separaban para dejar paso a un hombre y una mujer engalanados, serian los lideres de la tribu, al principio bailaban como el resto. En un momento, se saludaban, y  la mujer entraba en un estado de trance, se le blanqueaban los ojos, y temblaba, convulsionaba más bien, mientras era agarrada por el líder, giraba sobre si misma,  casi se caía hacia adelante y hacia atrás de los gestos que hacia, en el momento de mayor intensidad el hombre se agachaba y cogiéndola de las piernas la levantaba como ofreciéndola al cielo, apoyando en su hombro el culo de la mujer,  aguantaba así lo que pudiera, el líder se tiró más de  30 minutos con los brazos extendidos, entrando en trance también, hasta que los brazos le fallaban y dejaba caer a la mujer de espaldas a él,  por delante.

 -YO: ¿Y quieres que yo haga eso? Joder, si casi se le paren los brazos al mamón.

-MARTA: oye, no uses ese lenguaje, es un momento divino para ellos y tienes que tener respeto.

-YO: lo siento, pero no creo que sin muchos ensayos eso vaya a salir así de bien.

-MARTA: no intento que salga así, pero si una muestra, un ejemplo, podemos hacerlo en menos tiempo,  solo como final.

-YO: está bien, si es lo que quieres.

Vimos el vídeo un par de veces más, rebobinando y adelantando, hasta que se nos quedó a fuego, ella analizaba las posiciones rituales, y yo en que posiciones podía aprovecharme. Nos pusimos en posición, clavamos la presentación, los saludos iniciales y mientras yo hacia el ritmo y las palmadas ella  iba tomando el papel, botaba y convulsionaba y se reía parando cada vez que me veía la cara a carcajada limpia, ella creía que por sus movimientos, pero yo reía por que sus tetas,  con la tela de la camisa pegada por el sudor,  le botaban que era gloria bendita.

 -MARTA: no te rías y ven a sujetarme que ahora tengo que hacer los giros del cuerpo y no quiero caerme.

Me acerqué con la polla algo morcillona, y la rodeé con los brazos tal y como hacia el del vídeo, ella seguía girando y saltando, conmigo cerca de ella. Podía divisar parte de su sujetador asomándose por  la camisa, se le había desabrochado un botón del movimiento, ¿O lo había hecho ella?, me daba igual, solo disfrutaba. Ella ya tenía el tren inferior quieto y giraba el torso como en el vídeo, casi se caía,  para la tenia agarrada de los brazos, completado el ritual hasta el momento, solo quedaba elevarla a los cielos, se paró para coger aire.

-MARTA: bien, ya está todo, solo falta que me ofrezcas a los dioses - clavé mi mirada a  una gota de sudor que caía por su cuello, perdiéndose debajo de la camisa,  entre sus pechos, disimulé.

-YO: tú tranquila, no te vas a  caer, no se como, pero te agarraré antes de que toques el suelo, como sea, pero tengo mis reticencias.

-MARTA: tranquilo, lo probamos un par de veces, si no sale,  pues nada - asentí deseoso.

Se puso de espaldas a mi, y yo me agaché tal como hacían en el vídeo, llevé mis manos a las zonas donde el líder sujetaba, una a la pierna y otra a la cintura,  metí el hombro en su  muslo y empujé para arriba con energía,  del 1º intento su falda hizo que se resbalara mi hombro y cayó de pie a un metro de mi, yo sin soltarla de la cintura, se acercó a mi de nuevo, volví a intentarlo, mismo resultado, pero ahora cayó resbalando sobre mi, contento por ello, se lo dije.

-YO:   no es posible, no al menos así, la ropa resbala y no te apoyas bien.

-MARTA: venga, a ver si sale - yo encantado, la estaba metiendo mano y con cada resbalón mi hombro se restregaba por todo su muslo y trasero. Un par de veces más y nada, pero a la 4º, esa vez la cogí fuerte con la manos, y la levanté solo con ellas - ……..¡¡¡¿Ves? Si sale!!! - pero en cuanto la recosté sobre el hombro resbaló de nuevo cayendo hacia atrás pegada a mi, debió notar mi polla semi erecta en su trasero, pero todavía no estaba listo, así que desvié.

-YO: ¿Ves? La tela no deja, míralo en el vídeo…. -   me fui al PC, y mientras buscaba la parte del vídeo, de reojo veía como se ponía roja y se abanicaba la cara con la mano mientras despegaba a camisa de sus pechos, del calor, seguro…- ….mira, ¿Ves?, ella está solo con el traje tribal, tiene las piernas desnudas,  y así,  al ponerse en el hombro no resbala.

-MARTA: ¿Y que quieres que haga, que me ponga desnuda?....- la miré sin saber si lo decía en serio o si era una broma, no atiné a distinguir, Marta solo estaba pensativa -…… espérate,  ahora vengo.

No sé a dónde fue, pero regresó igual, se aseguró de que nadie quedaba ya por allí, y cerró la puerta.

-MARTA: venga, vamos a probar otra vez ….- lo hice pero asegurándome del mismo resultado y de que mi polla ya erecta fuera notada, en la última,  ya al bajarla lentamente, su falda se pilló con mi bulto y se le levantó, no se veía nada al ser tan grande la tela pero tirando de ella claramente. La desenganché rápidamente.

-YO: perdona, se ha enganchado con el cinturón -  tonto de mí, ni llevaba cinturón, pero ella se apartó un par de pasos con los brazos en jarra sin darse cuenta de ese detalle.

-MARTA: bien, si ha de ser, que sea, vamos otra vez pero esta vez al agacharte no empujes.

Así lo hice, cuando me agaché, ella levantó su falda,  sin dejarme más que intuir entre sombras sus piernas,  apoyó la piel de su muslo en mi hombro, así empujé  y subió perfecta, ella reía y aplaudía de felicidad por el logro, mientras yo la mantenía fácilmente en esa posición,  girando sobre mi mismo y moviéndome por el aula. Temiéndome que se acabara la diversión, maniobré para que la tela volviera a resbalar, y tanto lo hice que se cayó sin control. Logré, de chiripa, agarrarla al caer quedando en mis brazos, la pose era de cuento de hadas, cuando el príncipe recuesta a la princesa sobre el aire después de un baile y la besa, tirando de fuerza de brazos la di la vuelta y la puse en pie, pero sin separarla de mi.

 -MARTA: uff que susto, ¡¡¡Pero nos ha salido!!!

 -YO: no, casi te matas, no pienso seguir así, hemos tenido suerte, si te llegas a dar con la cabeza en el suelo no me lo perdonaría nunca, o te quitas la falda o no sigo - mis palabras eran furiosas, tenían que serlo para que mi petición no pareciera sexual.

 -MARTA: vale………. pero no se lo digas a nadie, ya he ido a prepararme por si pasaba - se apartó de mi unos pasos y abriendo la cremallera de la falda la dejó caer al suelo.

¡Vaya pedazo de piernas!, me quedé atónito, formadas y torneadas, parecían las de Eli, pero ella no hacia gimnasia, supuse que de tanto andar por África. Llevaba unos mini shorts de deporte, de tela, de los que se ponían las crías para hacer deporte en verano, los llenaba de sobra, “Que muslos le hacen”, normalmente llevan una abertura lateral para dejar pasar el aire, pero ella los llenaba también, no eran de su talla, los habría encontrado por el almacén al salir antes,  le marcaban el pliegue de sus piernas con la pelvis, la tela estaba por reventar.

-MARTA: señor mío, que gusto sentir aire por mis piernas, yo no voy a aguantar esa falda el resto de mi vida………. anda ven y vamos a probar así.

-YO: encantado - sonreí de forma boba.

-MARTA: anda calla, y no se lo digas a nadie - la camisa en una situación normal le taparía más, pero estando empapada en sudor y pegada a su cuerpo dejaba adivinar la línea del vientre y los riñones, entre las telas de la camisa y el mini shorts, hasta me pareció ver tinta en su piel, ¿Un tatuaje?.

No me dio tiempo a ver más, se puso de espaldas, y de refilón pude ver como la tela de su trasero estaba tensa, le quedaban de cine pero debían de cortarle la circulación. Nos pusimos en posición, agarré con una mano su muslo,  piel con piel, luego una mano a su cadera, sujetándola de la cintura y metiendo el hombro,  la levanté sin ningún problema, esta vez si, la tenia bien agarrada, no había peligro, o eso creía, la tela del hombro de mi camiseta se movió, así que la bajé de inmediato temiéndome un golpe, pero dando gracias  a dios por aquel regalo.

-YO: espera, que ahora soy yo quien resbala - y me quité la camiseta, aparentando que se me atascaba en la cabeza, poniendo el estómago duro, deleitándola.

Como os he dicho alguna vez, mi cuerpo era normal, no marcaba tableta aunque si buenos pectorales,  estaba lo justamente  tonificado para que con el brillo de la luz y mi sudor  fuera atractivo. Acerté de pleno,  por que al quitármela de la cara, vi sus ojos de pasión y como se mordía el labio con su mirada clavada en mi.

-YO: ahora si, ven aquí.

Acudió encantada cuando la extendí el brazo, tan energéticamente que al darse la vuelta chocó su espalda contra mi pecho, empapando de sudor toda su camisa. Cogimos posiciones y la alcé, ya sin impedimento alguno  era sencillo, y no me pareció tanto esfuerzo la media hora de aquel líder tribal. Marta ya gritaba de emoción dando palmas y bromeando con que los dioses la cogieran, hasta daba pequeños saltos que hacían que su culo rebotara en mi hombro y cuello.

-MARTA: esta va a quedar genial al final, anda bájame.

-YO: espérate ahí, quiero probarme a ver cuanto duro,  jajajaja pero piensa, esto no lo puedo hacer con otra, tienes que ser tú, ya lo hemos ensayado y no podemos hacerlo con ropa - me miró entendiendo que era cierto.

-MARTA: pues va  ser divertido, una monja con las piernas al aire encima de un joven alumno con el torso desnudo………..como se sepa en mi seminario me echan jajajajajaja.

-YO: podemos no hacerlo, pero es una lastima, mírate en el reflejo de la ventana, queda precioso.

Seguimos debatiendo mientras yo la paseaba, a los 7-8 minutos mis brazos empezaron a flaquear, y entendí que realmente era un esfuerzo muy grande.

-MARTA: anda bájame ya que te noto los brazos débiles, pero ya que estamos, hazlo como en el vídeo - me encantó la idea de restregar su trasero embutido en aquellos shorts diminutos  apunto de reventar por la presión de su carne,  por mi pecho hasta que mi polla chocara con él, teniendo que agarrarla del torso para seguir bajándola lentamente, “Aquellos de la tribu saben como disfrutar, y encima que parezca una ofrenda a los dioses”.

Colocándome la polla bien saliente con una mano,  la avisé y la fui bajando según lo comentado, notaba como su trasero hacia de freno, al inicio en mi barbilla, luego por mi pecho,  bajando por el estomago, allí la tuve que meter la mano en su vientre para mantenerla en el aire, y la seguí bajando hasta que mi polla se hundió entre sus nalgas y mi brazo hizo tope con sus tetas, dejándola de puntillas en el suelo, y quedándome así unos segundos.

-YO: ¿Y dices que esta ofrenda es para la lluvia y la fertilidad de la tierra? - ella no se movía y tardó algo en responder.

-MARTA: bueno……(ummm la oía suspirar y  susurrar)…..en realidad esto era el baile nupcial, lo de los lideres…..(ufff), era una petición de fertilidad a la mujer, ofreciéndolaaaaa…..a los dioses para que la bendigan….(dios)….y así en la noche quedar embarazada de su líder…(madre de Jesucristo)…cuando entran  en su cabaña el pueblo entero queda en silencio……. (ahhhh)……solo se oye a la líder gritar durante horas……- sentía su respiración agitada en mi brazo y el olor de su cabello en mi nariz, sin mencionar mi erección apretando entre sus nalgas, y sin duda ella sentía mi brazo fuerte al que se agarraba en su estómago, mi torso duro en su espalda y mi verga presionada - ………¿Puedes ……puedes soltarme ya?

-YO: anda que son tontos, eso cuadra mucho más…………..si, si,  anda descansa…… - la solté el brazo lentamente dejando que su cuerpo bajara, sus pechos cayeron rozándome la mano, y su culo se hundió un poco más en mi polla, no veía su cara pero me la imaginaba, se quedó así ella sola una par de segundos - …..¿Recogemos ya? Tengo ganas locas de salir de aquí – vale, esta frase no fue tan sutil.

-MARTA: si,  vistámonos………..y ya hablamos mañana - yo me moví pero no hacia atrás, sino de forma lateral, tirando de una de sus nalgas con mi bulto hasta que me separé del todo y la deje allí,  rebotando   debajo del short.

-YO: estoy desando ensayar esto más a profundidad, hasta el martes que viene……. – y me fui de allí con un empalme de narices.

Llamé a Rocío para desahogarme, lo necesitaba, pero no me cogió el teléfono, a si que decidí que el universo me hablaba, llamé a mi Leona, su macho iba para allá con ganas de hacerla desfallecer, ella ni contestó,  rugió por el teléfono. Como no es su relato no lo describiré, aunque lo mereciera,  pero llamé a mi casa para decir que esa noche no iba, y estuve 7 horas follándome a mi Leona, al inicio con la imagen de Marta quitándose la ropa de monja, sus shorts y con la camisa empapada,  en la cabeza, pero después mi Leona  ocupó su lugar. Como no, la llevé a desmayarse  y yo caí rendido, pensando en si todo aquello serviría para que Marta fuera mía, no sin darle su ración de semen y mordiscos  a mi felina acompañante.

 

Marta -  Las danzas tribales.

Al día siguiente me crucé con Marta y me abrazó encantada, había pensado en ello y decidió que nos quedáramos después del ensayo a perfeccionar la ofrenda final, puesto que iba  a hacerla, le daba igual lo que dijeran. No recuerdo una semana más larga en mi vida, y mira que me tiré a Rocío, a la aprendiz y el fin de semana a mi Leona, pero no había manera de  calmar el fuego que aquella monja me producía.  No podía ser ni por físico ni por sexo, la Leona cubrió todos esos aspectos, era el morbo, el haberla llevado a ese punto en un mes, de quedarse empalaba por el culo por mi polla,  solo separada por unos mini shorts, y no moverse hasta que fui yo quien la sacó de allí. Era el morbo, y si ella estaba pensando en aquello la mitad que yo durante esos 6 días, seria imposible que no me la zumbara ese martes.

El ensayo salió a la perfección, y ya solo nos dio unas fotos de las ropas a imitar para que el jueves lo hiciéramos la representación en el descanso. Saqué de mala manera a los demás al acabar, para quedarnos a solas ella y yo. Estaba de nuevo empapada en sudor, con la camiseta pegada, yo creo que aún más ceñida, y abanicándose con unos papeles.

 -YO: ya puedes quitarte la falda y respirar un poco, que estas roja de congestión - fui directo al grano.

-MARTA: pero asegura cerrar la puerta - era una tontería cerrarla, si solo íbamos a ensayar lo que íbamos ha hacer lo vería todo el mundo en unos días, igual que su vestimenta, ¿Por que querría que la cerrara?

-YO:  si lo vamos ha hacer en público, ¿Que temes?

 -MARTA: es que vamos a probar más danzas tribales, y esas no quiero que se vean todavía, no son muy……indecorosas - diciendo esto dejó caer la falda y  de nuevo a la vista los shorts del día anterior.

Me acerqué a ella quitándome la camiseta,  estaba tan empapada en sudor que se me pegaba a la piel, y la pedí ayuda, encantada metió las manos en mi vientre y fue subiendo por mi torso,  separando la camiseta de la piel, embadurnándose los dedos de mi sudor, cuando me la quité la tenia recostada sobre mi con sus manos en mi pecho, sin separarlas.

-YO: pues vamos a ver esas ofrendas tan secretas - ella reaccionó riendo mientras se mordía el labio, estaba a punto de caramelo, y yo sabía que posturas me iba a enseñar, o al menos lo intuía.

Nos pusimos de rodillas delante del PC, y me mostró varias danzas de varias tribus distintas, a cada cual más provocativa que la anterior, en algunas hasta me parecía que había penetración pero la grabación no era muy buena, lo notaba más por como se movían y las caras de “trance”. Ella me iba explicando que todas eran danzas para la fertilidad y los hijos, no hacia falta que lo jurara. Practicamos en frío algunas muy suaves, pero fui de listo.

-YO: mira, a mí no me importa probarlas, pero esto no se puede hacer el jueves, nos echan.

 -MARTA: ya lo se, tonto, solo quiero revivir un poco aquellas experiencias.

 -YO: pero tú solo grababas.

-MARTA: que va, le enseñé a unos niños a grabar,  mira - me enseñó un vídeo donde era ella quien hacia una de las danzas, de las más sensuales.

-YO: mira a la misionera,  que alegre está.

-MARTA: calla tonta, solo participaba  en las danzas.

 -YO: ¿Y es cierto?

-MARTA: ¿El que?

-YO: ya sabes, que los negros….la tienen enorme - estaba en zona de peligro pero no aguantaría otra semana sin tirármela, o intentarlo.

-MARTA: que bestia eres, jajaja ya sabes que no me gusta tocar ese tema, pero……- hizo un gesto de distancia grande entre sus dedos índices mientras jugaba con su lengua en la boca.

-YO: vaya con los africanos, con razón son tan felices jajajjajjaa

-MARTA: para ellos no es nada sexual, son rituales antiguos y tienen más de religión que de erótico, son posiciones sagradas y me costó mucho que las compartieran con una extranjera, fue un honor.

-YO: pero es que en algunas que hemos visto son demasiado explícitas, tú si pensabas en ello de forma sexual.

-MARTA: claro, y me ponía roja,  pero con el paso del tiempo entendí su significado, logré entrar en un estado de inconsciencia en grupo difícil de explicar,   las mentes y los cuerpos se mezclaban, todo era un único ser vivo, fue una sensación increíble.

 

-YO: mientras, te lo pasaste bien jajajaja.

-MARTA: anda deja de pensar así…..- se guardo una idea cerrando sus finos labios - ….. y vamos a practicar las más difíciles - ponía un vídeo de una,  y lo hacíamos.

Sobra decir que en la mayoría había un frote continuo de nuestros cuerpos, la realidad era que en muchas ocasiones estabamos follando con la ropa puesta, en unas yo arremetía contra ella y en otras era ella la que se restregaba contra mi, siempre evitando el contacto directo con mi polla empalmada, pero no siempre lográndolo. De tanto moverse  le debió doler algo, o clavarse en su espalda,    con habilidad y naturalidad se sacó el sujetador, dejándose solo con la camisa y los shorts. Su actitud de adulta se fue desvaneciendo, regresó a África, a aquella nube de sensaciones que la habían transportado a un lugar mágico y agradable, poco o nada le importaba que la metiera mano de forma grosera y evidente, la cogía del culo o de los senos sin pudor mientras cabalgábamos el uno al otro, se acariciaba entera o me repasaba el cuerpo con sus manos, fue brutalmente erótico verla soltarse la melena rubia y descubrir lo hermosa que era, mientras sentía como se mordía el labio al notar mi verga tiesa frotándose en la cara interna de sus mulos

Puso una en que ella tenia que quedar de espaldas a mi, yo la sostenía en el aire y ella me rodeaba con las piernas hacia atrás, quedando colgada, como las figuras  de las proas de los barcos.

-YO: así no me atrevo.

-MARTA: venga,  pero si es muy sencilla, ya me has cargado encima antes – no se separaba de mi, me pasaba los dedos por la espalda y el pecho hipnotizada.

-YO: no es cuestión de fuerza, mira como la tiene agarrada, no puedo asegurar tu cuerpo, no con la camisa puesta - siendo cierto que podía existir  riesgo, me importaba una mierda la seguridad, quería verle las tetas de una vez, ya se le calcaban a través de la camisa empapada, unas buenas tetas con los pezones duros y oscuros, y le hacia una figura en su espalda de pecado, terminaba en una cintura muy estrecha. En cada gesto era una delicia ver como, ya sin intentar sepárasela de la piel, su camisa era una 2º piel.

-MARTA: pero no puedo, si me pongo el sujetador…- no la dejé acabar.

-YO: mira bien el vídeo, ella no lleva sujetador, es más,  él la agarra de un pecho para evitar que se le escape, no quiero que te caigas como el otro día - era una burda mentira y se me notaba, pero dio igual.

 -MARTA: está bien - se llevó las manos a los botones.

-YO: así no va a salir, tienes mucho sudor,  déjame que te ayude - me coloqué detrás de ella, pegando mi polla a su trasero de forma firme, inclinando léventeme su cuerpo hacia adelante, pero sin rechistar, se dejó hacer con una media sonrisa abrumada.

Pasé mis brazos por debajo de los suyos y la hice levantarlos, ¡Que visión de su escote desde arriba por detrás!, estaba llena de gotas de sudor. Cogí de la parte más baja, me costó separar la tela  de la piel, y cogiendo con fuerza fui subido, metiendo mis dedos como separadores desde sus riñones a su ombligo y de nuevo atrás,  de forma circular,  levantando la camisa, se despegaba como el papel de una Magdalena o un bollo aceitoso de la bolsa de papel. Notaba su calor corporal y la humedad del sudor en mis dedos, con cada movimiento su cuerpo se balanceaba de adelante a atrás, hundiendo más o menos mi polla en sus shorts, pero sin decir palabra, cuando llegué a su pecho ella terminó de estirar los brazos, y noté cada milímetro de tela separándose de la piel de su senos, para cuando ya estuvieron  fuera,  dar el tirón final, dejando su melena rubia moviéndose en mi cara, oliendo su pelo.

 -YO: ya está, así si puedo agarrar bien, aunque estás muy sudada - llevé mi mano a su vientre y me mojé la mano con su sudor.

-MARTA: si,  ahora podemos hacerlo sin peligro  - respiraba profundamente, si tuviera 10 millones los apostaría a que tenia el coño empapado de flujos, a que estaba excitada como una perra en celo, se mordía el labio sin parar, se frotaba las piernas una contra otra y tenia unos pezones bien erectos, duros y grandes, cuando bajó los brazos cayeron un poco, pero sin duda tenia unas buenas tetas, pasaría de la talla 90 por poco.

 La cogí de una mano, y di una vuelta a su alrededor para admirarla y jugar un poco.

 -YO: así al menos vistes como  una mujer africana - sonrío sin terminar de mirarme a los ojos.

 -MARTA: venga, empieza ya, antes de que alguien nos vea - no podía ser,  estaba la puerta cerrada en un aula sin ventanas.

Me puse detrás de ella, la cogí por la cintura y la levanté, para con la inercia de bajar soltarla un poco y que pasara sus piernas por detrás, no lo logró  a la 1º ni a la 2º, pero me estaba restregando toda mi polla por su culo, y me daba igual. A la 5º logró firmeza, y ya me rodeó con las piernas entrelazando los pies, mirando la pose del vídeo, agarré de su vientre con firmeza y de su hombro con la otra, y comencé a balancearla, al inicio la postura solo rozaba mi falo cuando la bajaba, pero ella echó los  brazos hacia atrás y me dijo que la cogiera por ellos, cuando lo hice quedó colgada totalmente, con los brazos hacia atrás, el pecho saliendo en dirección al suelo y la espalda arqueada. Ahora ya mi miembro estaba en contacto permanente con su culo o pubis en todo momento, subía y bajaba frotándolo claramente, pero ella solo gemía, al inicio de la posición,  pero ya vi que por donde mi polla pasaba al apretar la tela contra su vagina, el short se oscurecía debido a la humedad.

-YO: parece que dominamos la posición.

-MARTA: si………que bien…….- respiraba jadeando.

-YO: si quieres paramos a descansar.

 -MARTA: ¡NO! …….dios……..que…..bien………uffff……no pares..….es como…… cuando te tiraste……… a la sueca - paré de golpe. “¡Lo sabia, la sombra que vio Karin era ella!”, La separé las piernas y la dejé caer de rodillas.

 -YO: ¿Que has dicho?

 -MARTA: nada, que se me han cruzado las palabras - se tapaba la cara.

 -YO: de eso nada, fuiste tú ¿Verdad? La que vio en las sombras, ¿Que pasa? ¿Te gustó mirar mientras me la follaba? - la daba con un dedo en la cabeza.

 -MARTA: basta, no es eso, solo oí de ti en el baño, de cómo hablaban de ti y de tu polla, de cómo las hacías vibrar, yo solo……quería verlo….llevo mucho sin desahogarme, lo pase mal, no se….por favor no se los digas a nadie, pueden echarme.

 -YO: ¿Y que pasa con lo que ocurre aquí ahora?, ¿Tampoco se puede saber que estás aquí casi desnuda frotándote como una osa en celo contra un alumno al que sacas 11 años?

-MARTA: no lo sé, yo solo…..quería comprobar, quería ver, lo siento de verdad - rompió a llorar

-YO: pues por tu indiscreción ella ya casi no quiere que la toque, me has jodido a una diosa nórdica que me estaba tirando, y ahora me traes aquí, me dejas que te sobe y te monté como un yegua dejándomela tiesa como una estaca ¿Y te crees que pidiendo perdón me vas  a calmar? Joder, si el otro día casi parto a una en dos del calentón que me diste – sus ojos eran rojos, caían lagrimas de ellos, y vi que aquella actitud no llevaba  a nada, cambié de táctica.

Me senté a su lado en el suelo, y la acariciaba la espalda mientras terminaba de llorar, se fue clamando, retomando el control de su serenidad.

-MARTA: oye, lo siento de verdad, sé que no estuvo bien, y si me dejas te compensaré, te haré el amor siempre que quieras, todas las veces que te parezcan, por las veces que no puedas con la sueca - me miró rogando que aceptara, la muy puritana quería pedirme perdón y para ello ofreció que me la tirara, justo lo que ella quería, no se lo pondría tal fácil.

-YO: no es cuestión de que ahora nos  follémos, eres monja.

-MARTA: aún no, no cojo los hábitos hasta el año que viene, el seminario es largo - se erigió por la espalda acercándose a mi.

-YO: ya,  pero lo serás, te debes a dios.

-MARTA: no le debo nada a dios,  se lo debo a las monjas, fue su cariño lo que me sacó de la cárcel y me llevó a una vida mejor, no el dios que permitió aquella matanza, ni el que dejó que me violaran 100 hombres durante 4 meses, me lo debe él a mi  - dio otro paso de rodillas para besarme la mejilla.

-YO: pero ellas tiene un código, y no aceptarían esto.

 -MARTA: tampoco querían que os contara mi historia entera, y solo tú me regalaste el placer de oírla entera - volvió a besarme pero ahora en los labios, yo no me movía, me hacia el duro y resentido cuando estaba deseando calzármela.

 -YO: ¿Y como nos viste a Karin y a mí? - me hacia de rogar.

 -MARTA: os vi en la escalera, vi como se te tiró encima, vi como os quedasteis así un rato, desde entonces en los descansos os seguí, hasta que vi donde os metíais, y ese día fui directa al aula, para entrar antes que vosotros - todo esto lo decía besándome en los labios cada pocas palabras.

 -YO: ¿Y que viste?

 -MARTA: vi como la besabas, como os desnudabais, como la tratabas, como la acariciabas, como la excitabas,  vi como la partías con tu polla, como la abrías el coño y como gritaba de placer - ya no solo me besaba, si no que contoneaba su cuerpo, y se llevaba la mano a sus shorts entre los muslos, frotando por encima.

 -YO: ¿Y que te pareció? - estaba por arrancarle la poca ropa que la quedaba.

 -MARTA: me excitó, noté como me mojaba, como hacia mucho que no pasaba, me recordó a mi época en el instituto, cuando aquel mal chico me hacia vibrar, me masturbé tan fuerte que ella me vio, me escondí detrás de un mueble para que no me vieras, me quedé allí hasta que acabasteis y os marchasteis, tuve que masturbarme hasta correrme, el sonido de tu polla abriéndola lo tengo grabado en la cabeza.

-YO: ¿Y que te gustaría que hiciera ahora?-  empecé a mover mi boca con ella, acariciándola la espalda.

-MARTA: quiero que me trates igual, con amor, con cariño, quiero que me hagas el amor de forma calmada y con pasión - ya metía su lengua en mi boca.

 -YO: solo si estás segura, no quiero hacerte daño.

-MARTA: ya nada puede hacerme daño - se me echó encima tumbándome boca arriba, con ella encima, eso me mató, sentir su cuerpo sudoroso encima del mío,  con mi erección aplastada por sus shorts.

Sin dejar de besarnos, ya los 2 con lengua, ella acariciaba mi pecho y yo su espalda, desde luego seria monja o misionera, pero sabia moverse, encogía su cuerpo para luego estirarlo, de forma lenta, así lograba frotar ni bulto y restregar su tetas contra mi, con su pelo rubio cayendo sobre nuestras caras. Aquella posición me sacaba de mis casillas. Me la saqué de encima,  la senté en el suelo y la di la vuelta metiendo su culo entre mis piernas hasta hundir mi polla en su trasero, con mi pecho contra su espalda,  como una muñeca de trapo, besando su espalda y su cuello.

Llevé mis manos a su vientre y fui subiendo mis caricias hasta llegar a sus pechos, estaba realmente excitada, arqueaba su espalda para volver a ponerla recta, repasando mi polla con sus nalgas, sus pezones estaban duros y los masajeaba, con cuidado, pero sin dejar de acariciarlos, ella se agarraba las rodillas, así que solo tuve que torcer el cuerpo hacia atrás para tener vía libre, bajé mi mano por todo su vientre hasta llegar al shorts, me costó un mundo levantar la tela, estaba realmente tirante, pero una vez dentro,  bajé mi mano a su coño, dónde sentí que  no lleva  bragas ni nada. Noté bello, pero muy corto y bien cuidado, no esperaba eso, aún así mis dedos se mojaron rápidamente cuando comencé a masturbarla lentamente, por encima, jugando con las yemas de los dedos, abriendo y cerrando sus labios mayores, con ella gimiendo claramente. Metí mi dedo corazón en su interior, no me costó nada, pero ella echó su culo hacia atrás, apretando más contra mí, lo sacaba, jugueteaba, lo volví a meter, y de nuevo se echaba hacia mí. Lo hice tantas veces que ya había ritmo de penetración, mientras mi dedo la penetraba por delante, ella me masturbaba con su culo por encima de la ropa, aguantando un poco logré que se corriera de forma brutal, manchó los shorts y mi mano, gritando de placer, seguí haciéndolo a menos ritmo, besando su cuello.

-MARTA: eres una maravilla, déjame que te compense - se tiró para atrás hasta tumbarme   luego se  incorporó y andando a gatas hacia atrás, como  ponerse haciendo un 69 pero estirados. Sin pensarlo mucho besaba y apretaba con la boca mi polla,  por encima de la ropa, mientras yo besaba sus muslos y apretaba  su culo con las manos.

Si a ella le costó sacarme el pantalón y los calzoncillos por la erección que tenia no os cuento el sufrimiento de sacarle los shorts en esa posición, al tirar ella se deslizaba por mi cuerpo pero la ropa no se movía, al final, medio metiendo mi cara entre sus piernas y que ella se agarraba a mi polla con las manos, ya liberada en su cara, usándola de barra firme, logré que la tela cediera hasta los muslos, de allí ya fue fácil seguir tirando hasta quedar totalmente desnudos, ella encima de mi pero invertidos. Para cuando fui a abrirla las piernas y acercar su cadera a mi cabeza ella ya masturbaba y chupaba mi miembro con gran habilidad, le abrí las nalgas separando su coño y hundí mi lengua en ella,  besando como si fuera una boca,  tirando con mis labios de sus pliegues mayores. Esa monja estaba empapada, casi goteaba sobre mi cara, y cuando jugueteaba con la lengua en su interior arqueaba la espalda sin dejar de pajearme gritando alabanzas al señor, para después seguir engullendo media polla, era jodidamente hábil, y su forma de mover la lengua no era normal, casi logra que me corra antes que ella, pero notando  que se acercaban mi semen, metí mis dedos en posición, rozando su punto G, en 2 minutos se volvió a correr, casi coincidiendo con mi semilla en su boca, para mi sorpresa se lo tragó y siguió chupando una vez flácida, hasta volver a ponerla dura, ¿Quería más fiesta? se la iba a dar.

-YO: levántate, te la voy a meter hasta donde te entre - le di una cachetada en el culo.

-MARTA: no tengo condones, ¡Dime que tú si!

-YO: me hice la vasectomía a inicio de año, no habrá problemas de mi parte, pero tú……has pasado mucho en África - se puso en pie para sentarse en una mesa mirando hacia mí,  abriéndose de piernas con cara de lujuria, y se separó los labios mayores.

-MARTA: me hice unos análisis al volver, estoy limpia, así que fóllame de una puta vez.

-YO: a sus órdenes, hermana – “Si todas las mojas fueran  así, no habría crisis de fe”.

Me levanté y me puse entre sus piernas, dirigiendo mi glande a su entrada,  mientras ella me agarraba por el cuello con una mano y con la otra se apoyaba para mantenerse erguida, jugué frotando la punta de mi polla en su exterior, hasta que vi suplica en sus ojos, entonces la empalé de un fuerte golpe de cadera, entro casi  ¾ del tirón, y no noté demasiada dificultad así que aceleré rápido apoyándome sobre la mesa. Ella me abrazaba ya sin sujetarse a la mesa, yo era su apoyo y a la vez la fuerza que la hacia moverse, me rodeó con las piernas como una profesional y movía su cadera facilitando más la penetración, llevando así 10 minutos ya la penetraba totalmente, golpeando pelvis con pelvis, mis huevos rebotaban en su culo mientras mi estaca la abría sin parar. Cuando me harté de su aguante 10 minutos después, la cogí del culo y la levantaba de la mesa con cada embestida dando golpes con sus nalgas al caer en la mesa,  pero sin dejarla reposar en ella. Nuestras frentes estaban pegadas, no nos besábamos, solo nos mirábamos a los ojos inyectados en pasión. Así no aguantó más y llegó su corrida, pero yo no estaba listo aún, así que pasé una de sus piernas por en medio, y la dejé de espaldas a mí, sin sacarla de ella. Agradeciendo de nuevo por que al arquitecto se le ocurriera atornillar todas las mesas al suelo,  la agarré de las tetas y aceleré al máximo mis movimientos hasta correrme, por el camino ella lo hizo otro par de veces, gritando que era como lo había soñado y como me vio con la sueca, que no parara. Debo reconocer que  sin llegar a ser mi leona, me costó más de hora y media que rogara que parara, y otros 10 minutos al correrme, no había sido buena idea haberme hecho eyacular antes con la mamada, eso alargaba mi 2º corrida bastante.

Para cuando acabé y saqué mi polla flácida de ella, se quedó colgada de  la mesa, con las piernas flaqueando y el culo totalmente rojo de los golpes que mi pelvis habían  dado allí. Me senté en el suelo algo agotado admirando mi obra.

 -YO: vaya con la monja, me has dejado seco.

-MARTA: ¡¡Dios de mi vida!! ….- se santiguó -… pero que bien follas, me has dejado rota, eres un regalo del cielo ….- me hacia gracia aquella mezcla de alabanzas divinas y palabras sucias – ¡¡¡Como no vas tener al instituto entero detrás de ti!!!

-YO: el mundo no sabe lo que se pierde contigo en un convento, tienes más capacidad y aguante que casi todas con las que he estado …..- ella torció el gesto, y dejándose caer al suelo de rodillas, se echó a llorar -….. perdona, no quería ser insensible.

-MARTA: no es culpa tuya, es que tienes razón, y lloro por ese motivo, hasta que atacaron el poblado era un mujer sexualmente normal, llegué a hacer el amor con algún chico de África o algún jefe tribal para que me dejara quedarme, esas danzas tribales eran mi iniciación,  y   disfrutaba con ello, dios me perdone, pero después, después de que me violaran………..no os he contado toda la verdad…… al principio si, sufría y me resistía pero era por comida, luego ya me violaban sin nada a cambio, llegó un punto en que…….mi mente……..cambió……pensaba en que no estaba mal, no me violaban, les deseaba, echaba de menos sus caricias y el placer que me daban, y si tardaban mucho me volvía loca masturbándome, pensé  que podía aprovecharme, en que si era participe me darían cosas………que yo era parte de ellos, y ellos de mi.

-YO: ¿Síndrome de Estocolmo?

-MARTA: algo así me diagnosticaron en el hospital,  se dieron cuenta, me resistí  a que me sacaran de aquella celda, y las primeras semanas pedía que me devolvieran allí, me tuvieron que sedar y atar cuando traté de escapar, y me acosté con varios médicos y pacientes……buscaba ese calor humano que me habían enseñado a amar…..…después recibí ayuda, entre psicólogos, sacerdotes   y monjas me hicieron ver que estaba equivocada, que aquello no estaba bien, y me decidí apartar de esa vida cogiendo los hábitos,  pero……al oír de ti, al verte con la sueca, al ver como aguantaste mi historia y como me acariciabas en los bailes, se me ha ido la cabeza, he vuelto a aquella celda - me di cuenta de que aquella mujer estaba más jodida de la cabeza de lo que había supuesto.

-YO: te pido disculpas, no pensé que fuera tan grave, si quieres me visto y me……

 -MARTA: no, fóllame otra vez, eres el único que me ha hecho sentir algo desde aquella vez ……- se me tiró encima masturbándome -….. la tienes más grande que ellos, me lo abrieron tanto que apenas siento nada, pero a ti si, noto como me llenas - me la quité de encima, estaba medio poseída, me dio malas vibraciones.

-YO: mira, vamos a dejarlo aquí, mañana con más clama charlamos - me vestí y salí pitando de allí.

La tarde y noche pasaron  lentas, mi cabeza le daba vueltas, ¿Que había hecho?, ¿Me estaba aprovechando?, ¿No era justo?, decidí cortar de raíz, al día siguiente en cuanto la viera la pediría disculpas y no volveríamos a vernos en esa situación. El problema fue que al descanso al buscarla, me encontró a ella a mi y me metió en un cuarto a solas, se levantó la falda y me llevó su mano a su coño, sin bragas y  encharcado.

-MARTA: hoy después de clase ven a verme al aula ….- se bajó la falda y se fue de allí -….. sopesé si ir o no, pero tenia algo de miedo a que se fuera de la lengua.

Al acabar las clases me aseguré de que nadie me siguiera y entré en el aula, allí estaba Marta con el conjunto de monja puesto de arriba a bajo, cofia y rosario en las manos incluidas, de rodillas,  rezando.

 -YO: hola, ya estoy aquí - saludé revisando que no huera nadie más.

 -MARTA: pasa  déjame acabar…. - así lo hice, acabó de rezar y se sentó a mi  lado en una silla –….. mira siento si te asusté ayer, como te dije, has sido el 1º que me ha hecho sentir algo, me volví un poco loca.

-YO: un poco, si, pero no pasa nada, podemos considerarlo tu despedida de soltera, jajaja ahora te casarás con dios -  suspiré aliviado por que parecía más clamada y serena.

 -MARTA: pues la verdad es que me lo estoy replanteando, no solo por ti, puedo seguir ayudando a la gente sin ser monja, pero se que es el camino que quería seguir hasta conocerte.

-YO: por mi no tomes decisiones, esto ha sido un error de………….- me cortó para sentase encima mía.

-MARTA: yo no voy a tomar la decisión, no sé que hacer,  así que decidirá  dios y tú me vas a ayudar, eres su herramienta ….- me temí lo peor –…… verás, quiero que me folles aquí y ahora……. - se levantó la falda y su culo desnudo se apretó contra mi polla -……. yo rezaré a dios mientras me la hundes, y si él me quiere a su lado, no me correré, y si lo hago,  sabré que él quiere que siga con mi vida sin coger los hábitos.

“¡¡¡Joder, está loca de verdad, pero no un poco,  si no ida de la cabeza!!!” Aquello no era un pensamiento racional, pensé en sacármela de encima como loca que era, pero os voy a ser sinceros, todos mis reparos morales eran pocos, un pedazo de mujer restregaba su culo desnudo en mi paquete, vestida como una monja,  pidiendo que  la ensartara mientras ella rezaba, para entablar una disputa con dios por su futuro. Mi mente era adolescente, y le pareció perfecto.

La levanté,  me desnudé,  masturbándome para coger tono,  mientras ella me miraba juntando las palmas de sus manos rezando, se dio la vuelta y se sentó sobre mí levantando la falda de nuevo, palpando dirigí mi polla, y se la metí. Ella, muy digna, se dejó meter hasta el fondo de mi tranca aún morcillona, y sin cambiar el rictus ni separar las palmas de sus manos, empezó a subir y bajar follándome ella sola, murmurando cánticos a dios. Yo ni me movía, era ella quien hacia todo, pero ver a esa mujer de punta en blanco de monja, rezando y ensartándose mi miembro me la puso dura, su cara era de congestión, disfrutándolo pero hacia esfuerzos en hacer ver que no. De vez en cuando cambiaba le ritmo y la velocidad gimiendo mientras pedía a dios que la concediera su sabiduría.

Una hora estuvimos así, cualquier intento de mi parte por cambiar de postura o acariciarla fue en balde, aquello era entre dios y ella, yo solo era una barra de carne. Me sorprendí a mi mismo pensando en Rocío, o mi Leona, hasta pensé en el clásico de fútbol que vendría en unos días, mientras aquella hembra se metía mi falo sin parar. La física no dejó que pasara, pero si hubiera parado de moverse seguro que se me hubiera bajado la erección. Media hora más tarde pasó lo inevitable por mi grosor y la fricción,  con ella botando salvajemente,  se corrió gritando como una posesa, quedó rendida hacia delante, aún sin salir de mí.

-MARTA: está bien señor, si es lo que quieres, así será, ayudaré a la gente……..pero no cogeré los hábitos - se puso en pie,  se desnudó completamente y se volvió a empalar,  esa vez de cara a mi, besándome, “Llegó la fiesta”.

Probamos todas las posturas africanas de danza, pero sin ropa y penetrándola, con ella en brazos colgando de mí, estando de pie, ella se alejaba de mí balanceándose y se empalaba, como el péndulo que me enseñó Eli, pero sin separar las piernas y cogía carrerilla. Se corrió más de 5 veces en la  siguiente hora, y yo 2, la 2º fue al darla por el culo, si, los soldados también le habían destrozado el ano, y mi polla gozó con su trabajo, después de cada corrida ella me la chupaba de nuevo hasta volver a ponerla dura y volvíamos a follar, a las 3 horas terminamos muertos, ella rememorando aquella celda y yo las sesiones con mi Leona.

-MARTA: venga, una última vez, ofréceme a los dioses y cuando me bajes métemela por el culo, no me dejes tocar el suelo hasta que te corras - así lo hice, bajando su culo sudoroso por todo mi pecho y mi vientre, dejándola allí suspendida mientras se la metía por el culo, agarrándola de los brazos,  la inclinaba hacia adelante apoyándola contra mi y me la tiré así más de 30 minutos hasta correrme, tuve agujetas en los brazos 2 semanas por aquello.

Al día siguiente hicimos la presentación, los chicos con las ropas africanas encima de las suyas, pero ella y yo solo con las ropas africanas,  o casi, ella se dejó la ropa interior, y yo me tuve que dejar los slips mientras me vestía,  por que en cuanto me movía,  se me salía la polla. Ella, al verla colgando al vestirme,  me la chupó sin parar hasta correrme, a 10 minutos de la actuación. La representación quedó de cine y el ofrecimiento final arrancó los aplausos de todos, al bajarla notó mi empalme de nuevo y al ir a cambiarnos me la tuve que volver a tirar, casi delante de los compañeros, tuvo la decencia de meternos en un  cuarto del vestuario, pero sus alaridos y el ruido de sexo era muy claro, y  contra mi voluntad me tuvo allí 1 hora masacrándola sin parar, contra mi voluntad al principio, luego la dejé tan abierta que pasó 2 días sin poder sentarse bien.

Después de aquello la vi un par de veces más por el edificio, no volvimos  a follar,  y antes de acabar el curso nos informaron de que había dejado el seminario y se volvió a África, dijo que a buscar a dios, yo pensaba que a buscar una buena polla que le llenara.

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