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MI DON (31)

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Ana, Eleonor y Liliana – Vendaval Colombiano.

Desde ese día, en que mi argucia hizo que Liliana, la hermana de Eleonor recién llegada de una prisión brasileña, se abría a   su nueva  vida, la situación fue dando lentos y firmes pasos, casi como de película. Liliana se abría poco a poco mientras nos acostumbrábamos a su forma de hablar y comportarse, era una fiera salvaje, que iba aprendiendo a comportarse de forma civilizada. Confiaba ciegamente en mí, puesto que nunca la mentía, por grotescas que fueran sus preguntas, y en Eleonor le costaba, pero sentía un afecto en ella que nadie le había dado. Ana era la más distante, una relación cordial con todos,  con alguna tirantez, me daba que pensar aquella aversión casi natural entre ellas.

Liliana, o “Lili” como ahora nos dejaba llamarla sin esgrimir filos cortantes, sugirió, o pidió más bien, que la dejáramos salir a la calle, me reí tanto al ver como lo pedía que le sentó mal, no éramos sus carceleros, podía hacer lo que le diera la gana, pero en realidad, lo que pedía era que la acompañáramos fuera, le daba pánico salir sola.

La 1º vez que salimos todos juntos fue como retroceder en el tiempo, a Eleonor admirando todo como por 1º vez al dejar a su ex marido, pero ahora era su hermana. Lili se metía entre nosotros, le extrañaba que 3 mujeres pudieran andar solas por la calle solo acompañadas por un hombre, por dónde se había movido ella aquello era una temeridad, a mi me hubieran dejado medio muerto y hubieran raptado, violado, vendido o matado a aquellas 3 bellezas que me acompañaban, en ese orden, o todo a la vez.

Eleonor le montó un especial “Pretty Woman” por la gran vía de Madrid a su hermana,  y la compró casi 10.000€ en ropa, complementos,  perfumes, lencería y  demás enseres. Nos cerraron una tienda para nosotros solos, allí era dónde Eleonor se compraba casi todo, y la conocían bien. Yo me aburría sentado en una esquina de oírlas reír, pero me fijaba en mis acompañantes.

Eleonor era clase pura, elegancia natural, Ana era inocencia y belleza trabajada, Lili era…….bueno, como meterme a mí en un vestido de fina seda, aparentemente un buen cuerpo y un buen vestido, pero algo fallaba. Lili iba con la posición encorvada, un titubeo al caminar y la forma de colocarse los senos o las bragas por encima de la tela, era todo grotesco, abrupto y sin armonía ni estilo alguno. Eso no cambiaba que estuviera guapa, las raras veces que se quedaba quieta y dejaba de moverse, hasta podías apreciar una mujer femenina y deseable, sus senos eran aún firmes, y sus caderas pronunciadas, pero eso iba cambiando, comiendo a diario de forma saludable había cogido unos kilos que necesitaba, estaba muy escuálida al llegar, eso la dio un toque más exuberante y sensual. Era como mezclar la belleza heredada de Eleonor, la juventud de Ana, la lengua afilada de Lara y mi “talento” para vestir ropas de mujer, todo en uno.

Con la situación  normalizada, unos días más tarde, volvíamos a nuestras rutinas diarias, solo cambiaba que en vez de clases de ingles antes de comer con Eleonor,  que yo ya no necesitaba tanto, Eleonor se dedicaba su hermana, a enseñarla cosas, y a  aprender otras. Lili no era tonta, simplemente nunca tuvo oportunidades, se apuntó a clases, y se buscó un trabajo de verdad, Eleonor la ayudó a encontrar trabajo en un restaurante  de cierto nivel, dirigido y ambientado para colombianos, no le resultó nada difícil, y así nos la quitábamos de encima unas cuantas horas para nuestras sesiones de sexo salvaje. Ana se vio  aliviada, y retomó un poco su lugar en mi tiempo, yo le dedicaba muchas horas a Eleonor y Lili, por culpa de la universidad de Ana. Mi granadina muchos días me preguntaba si me había follado ya a Lili, que no la importaba, decía  con cierto resentimiento, no sé para qué preguntaba, si le daba igual mi respuesta cuando le decía la verdad, que no la había tocado, Ana no me creía, y cuando bromeaba diciéndola que si, se lo tomaba peor, por que no me lo tomaba en serio.

La verdad era que Eleonor y Lili eran las joyas de la corona de su, cada vez más amplio,  circulo de amistades. Un día bajé corriendo al salón ante los gritos que oí, vi a Eleonor sujetando del brazo a Lili, que trataba de trinchar a un hombre, con los pantalones bajados, que había entendido mal las palabras, “Sube a casa y seguimos hablando”. Lili le gritaba “No soy una furcia, desgraciado”, repetía entre amenazas con un cuchillo. Se agradecían los intentos de los buitres por acostarse con las hermanas, la verdad, cuando Lili pasaba varios días seguidos sin follar estaba de un humor de perros,  cuando lo hacia se pasaba unos días de los más tranquila, y cuando no, era una cerilla con la que había que tener cuidado de no rozar con la lija.

El fin de curso en la universidad fue lo mejor que nos pasó a todos, Eleonor estaba cansada de tenernos por allí, quería una casa propia, dónde hacer su vida, pero  con los abogados dando largas por los pisos al juez, no tenía otro remedio. Lili era tan incendiaria que la convivencia era imposible, Ana estaba saturada y convencida de que yo no estaba seguro con ella allí, y yo, harto de arreglar los desaires que provocaban aquellas 2 colombianas, que tonteaban con tantos buitres a la busca de su dinero, que la mitad de ellos tenían que ser achantados por mí.

Como “regalo” para Ana, por la 4º mejor nota de la promoción, Eleonor nos pagó 3 semanas de viaje a NY, al piso que le acababan de conceder el juzgado de su marido. El viaje fue glorioso, visitar tantos lugares famosos, expresarse en ingles y entenderlo, aunque dejaba a Ana hablar, mucho más culta y preparada. Las noches de pasión eran irrefrenables con Eleonor lejos, y  todos los problemas a 4.000 kilómetros. Los vecinos del loft de Eleonor llamaron a la policía un par de veces al oír a Ana gritar poseída por mi miembro, abriéndola en dos, durante horas. En la 1º llamada, acudieron unos policías muy viriles, que nos preguntaron por separado, riendo al irse de allí,  llegué a tener que enseñarles mi polla para que me creyeran que los gritos de Ana eran causados por eso, y no por un maltrato. A la 2º, acudieron 4 parejas de policías, todas mujeres, al verlas llamar a la puerta, abrí desnudo con la tranca tiesa de estar aún follándome a Ana, que se reía tirada en la cama, tapándose con una manta. La cara de las agentes fue para hacerlas una foto, respondí a 3 preguntas rápidas, más bien Ana lo hizo,  sin que ninguna levantara la cabeza de mi rabo, invité a quedarse a alguna si quería participar, de broma, con Ana riéndose al entender mi sorna, pero ellas no lo hicieron, y una quiso quedarse, lo leía en sus ojos, pero las otras se la llevaron.

-ANA: ¡¡¡Estás loco, ¿Como se te ocurre?!!! – me decía al regresar a la cama.

-YO: así ahorramos tiempo, no me van a cortar el rollo como la  última  vez……..- y  hundí mi cara en su coño, haciéndola aferrarse a mi cabello, regalándole al poco una noche de sexo que nos dejó extasiados.

Volvimos de aquel  viaje rememorando el amor que sentíamos el uno por el otro, sin juegos ni malabares morales, no es que Ana y yo estuviéramos peleados, pero si que se notaba cierta tensión incómoda. Pero nada más llegar al ático, se acabó.

Lili había instalado a un hombre en su cuarto, un tipo de 40 años, feo, bajito  y rechoncho, con pinta de ser de barrios bajos del sur de Madrid, un cerdo que rozaba el maltrato con cada palabra que escupía su boca, no me tragaba que un tío así hubiera logrado acercarse a Lili. Eleonor, desesperada de ver cómo Lili se fundía el dinero en beber, y alguna droga  blanda,  la cortó el grifo, pero ella ya tenía su propio dinero por el trabajo, y su hermana no la iba a dejar en la calle, no después de traerla de Brasil.  Ese tipo era el camello de Lili, y así le pagaba las drogas, con sexo y una vida de lujos.  Eleonor me suplicó, de rodillas, que lograra que lo echara de allí,  pensé que no era asunto mío, y hasta que Ana no me lo pidió, no moví un dedo, estaba tan harta de ese desgraciado como todos. Las avisé a ambas, la forma  fácil de sacar a ese tipo era darla a Lili algo que desee más que lo que le daba  ese cerdo y sus drogas, y lo más efectivo era yo, como con Lara, que dejó la marihuana solo por que yo se lo ordené. Coincidieron con mi idea y me dieron barra libre.

Me pasé 3 días mirando la relación entre aquellos personajes, Liliana era una mujer distinta a la fiera que llegó a esa casa, ahora era maleable y fácil de engatusar, el camello ya se ocupaba de que no la faltara de nada para mantenerla así. Él era tan zorro como previsible, se creía que mientras estuviera con ella, no pasaría nada, no nos atreveríamos a tocarle, pero iba tan ciego de cosas como ella, quizá algo menos, solo lo justo para ser  consciente y  ella no.

Lo 1º era sepárales lo suficiente como para que Lili volviera en si, fue tan sencillo como mandar al tipo  a comprar algo de cocaína a un viejo amigo mío de las afueras, yo me ocupé de que lo tuvieran distraído unas horas. Lo siguiente fue desintoxicar a Lili, la tuve que bajar en brazos, de su habitación en el piso de arriba al salón,  de lo puesta que estaba. Estabamos solos,  la di agua, mucha agua y té especial, diurético, se resistía tan levemente que daba pena verla así, como llevarla al baño y ver que se caía. A las 3 horas pareció recobrar algo de sentido, preguntado dónde estaba, y que día era.

-LILI: ¿Dónde está?

-YO: ¿Quien?

-LILI: el imbécil este, necesito material, me encuentro mal.

-YO: te encuentras mal por que ahora empiezas a ser consciente de lo mal que estabas, ¿Que se supone que estás haciendo con ese payaso?

-LILI: es mi vida, no te metas.

-YO: y una mierda es tu vida, ¿Esto hacías por allí? ¿Meterte drogas y dejar que te follaran por unos chutes? - se revolvió furiosa en el sofá, todo lo que su físico la permitía.

-LILI: ¡Déjame, yo se controlarme!

-YO: si, una joya……- me senté delante de ella - ….. han llamado del trabajo, o vas mañana o te echan, ¿Es eso lo que quieres? - me miró cansada.

-LILI: que le jodan, solo he faltado el miércoles - la puse un reloj con calendario en las manos.

-YO: es lunes, drogata de mierda, llevas casi una semana sin ir a trabajar, y si a eso que hacías últimamente lo llamas trabajar - mi miró confundida.

-LILI: eso no puede ser, él me dijo que……..no,  esto está mal………- se rascaba  el pelo queriendo despertarse.

-YO: a ver si despiertas, con todo lo que sabes de la calle y no aprendes, ese tío es una sanguijuela, se ha pegado a ti,  te esta chupando la sangre, y te tiene atontada mientras nos sangra a todos, tú mereces más que a ese cerdo.

-LILI: claro, muy fácil desde tu pinche púlpito, es el único que me entiende.

-YO: no te enteras, no te entiende, se aprovecha de tu debilidad.

Sonó la puerta de golpe, entró el cerdo en cuestión,  tambaleándose con una marca de polvo blanco en la nariz, y una goma atada al brazo aún. Sonreí al verle, justo como había medido, me habían avisado por mensaje que ya estaba de vuelta, y al verlo Lili, palideció.

-YO: mira,  hablando del rey de Roma,  mírale y dime que te gusta lo que ves, por que es lo mismo que vemos en ti cada día que pasas con él - una ligera exageración, o licencia poética, por así decirlo.

-CERDO: ¡Tú calla………. mamarracho, o te pego! - trató de andar, pero casi se cae de rodillas.

-LILI: oye ¿Que día es?, ¿Como es que no me avisaste para ir al trabajo?

-CERDO: ¿Y que importa? Te follas al jefe otra vez, y no te echa………. - eso me sorprendió, no lo sabía.

-YO: ¡¿Eso haces?! ¿Mantienes a este puerco a base de ir follándose a los jefes? - se sonrojó al verse pillada.

-LILI: tenías que avisarme……- su mirada se torcía - ……… te lo dije.

-CERDO: zorra estúpida, ¿Qué te  crees?, ¿Soy tu mayordomo?.... - eructó - …..dígale a su hermana que le de más dinero, y arreglado – se acercó un poco y me llegó el olor de su boca, casi vomito.

-YO: ¡¿Pero que coño has visto tú en este payaso?! - Lili me miró sin respuesta, al ver la cruda realidad.

-CERDO: tú, hombrecillo, cierra la boca…………- dejo de hablar varios segundos, no parecía que supiera seguir la frase -…………. o te mato – y  sacó el cuchillo de Lili, al verlo ella, se lo buscó encima y no lo vio, yo solo me reí al verle.

-YO: tú no matarais ni a  una mosca, tal como vas -  me puse en pie con gesto de tipo duro, preparándome.

Se abalanzó sobre mí de forma torpe, me dio tiempo de sobra para cuadrarme, y ni hacia falta,  sus gestos lentos eran tan simples como los de un crío. Trató de apuñalar con el mango en vez de con la hoja, mirando al suelo a mi derecha, fijándose en un punto vacío, le sujeté de la muñeca y de un brusco giro le retorcí el brazo, hasta hacerle hincar la rodilla y abrir la mano para dejar caer el cuchillo, al que di una patada para alejarlo de sus manos, y de posibles sorpresas. Busqué las llaves en su bolsillo, aquellas que Lili le había entregado, lo levanté y lo saqué de allí a patadas. El tipo gritaba cosas inconexas, bajé con él hasta la calle, dónde el portero me vio tirarlo al asfalto, dejándolo tumbado de mala manera, le dije al volver, que si volvía a verlo, no le dejara entrar y avisara  a la policía, si había suerte y le detenían, seguro que llevaría algo encima como para alejarle más tiempo incluso. Al subir al ático encontré a Lili, llorando en el sofá,  aún medio ida. Yo seguí mi hoja de ruta.

-YO: ahora no llores - grité con tono severo, alzó su mirada sin comprender.

-LILI: ¿Por qué no?

-YO: esto es culpa tuya, solo tuya, ese mierda se aprovechó de ti, y tú le dejaste.

-LILI: yo no quería esto.

-YO: pero se lo has permitido, eres tan culpable como él, o más, tú eres lista, tienes una nueva vida, mejor que la de muchos, ¿Y te pones a drogarte con un imbécil dejándote que te folle y te venda al que le de la gana? ¿A cuantos te has tirado por que te lo dijo? …..- me miró sorprendida por mi aparente agudeza- ….. ¿¡¡A cuantos!!?

-LILI: a 5………. o 6, no lo sé, le debía plata a no se que hombre, y saldé su cuenta, no me acuerdo…….- me dieron ganas de abofetearla.

-YO: si lo que quieres es volver a ser una puta barata que termina en la cárcel,  llamo a Eleonor y que te devuelva a Brasil, en esta casa no quiero furcias estúpidas.

-LILI: no lo soy.

-YO: es lo que me acabas de demostrar.

-LILI: no es tu casa, es la de mi hermana…….- acusó viéndose contra la pared, volver  a Brasil le atemorizaba.

-YO: esta puta casa es mía,  ¿O te crees que si no se lo pido Eleonor, no te mandará tan lejos como pueda? Está harta de tus niñerías….. - agachó la mirada, rompiendo a llorar de nuevo, la tenía justo donde quería, al limite de la desesperación -…… no llores, no eres una cría asustada, ¿Dóonde está ese ciclón que llegó en ese avión? Esa mujer merecía la pena, tenía los modales de un perro silvestre, pero tenía carácter, ahora solo tengo a una puta delante, una puta, borracha, drogada y llorona.

-LILI: ¡Es lo que soy! ….- gritó fuerte -….. no tengo nada, nada salvo mi cuerpo - quería dar pena, pero dio con el tío equivocado.

-YO: eres tonta……….. no, peor, eres imbécil, por que eres lista, ibas a clases, tenias un buen trabajo, vives en un palacio, con tu hermana que te ama con locura ¿Y vas y lo quieres estropear todo por que te crees que no eres más que esto que tengo delante? ¿Por qué empezar las clases?, ¿Por qué un trabajo? ¿Por qué esforzarse para volver a esto? No, no eres solo eso, y lo sabes mejor que yo, pero es mucho más fácil rendirse ¿Verdad?, dejarse llevar,  que los problemas y dificultadas se desvanezcan……- sus sollozos no me conmovían - ………. por lo menos ten coraje y reconoce que solo te has rendido, no insultes a los demás queriendo vender este papel de víctima - me miraba fijamente, con fuego en los ojos, tenía tanta razón que la rabia por dentro no la dejaba replicar.

-LILI: Es mi puta vida, ¡Yo decido!

-YO: eso te dije el 1º día que te pedí que bajaras del balcón, tú decides, si es esto, ahí tienes la puerta…… - señale hacia ella -…….. pero ya sabes a dónde te conduce, seguro que con tu físico  podrás engatusar a algún otro imbécil que te pague las drogas y la bebida unos cuantos años, o hasta que lo dejes seco y busques a otro, quizá ese cerdo siga aún en la acera tirado, puedes irte con él a su casa, si es que tiene una, vamos, se su puta, y deja que te venda en cuanto no tenga  dinero, serás cara hasta que tengas unos cuantos años, y dejes de tener valor, si tienes suerte te dejaran en paz y tendrás que ganarte la vida limpiando el culo a señoras mayores,  o fregando el suelo de algún sitio, de nosotros no esperes nada, ya me ocuparé yo de que Eleonor no te busque, ha pasado 20 años sin ti, y no le has demostrado nada por lo que mereciera la pena volver a buscarte - el discurso me salía tan natural, que se veía que lo tenia preparado.

-LILI: no quiero eso.

-YO: pues es lo que pasará, quizá no así, pero ese será el camino, la vida es más cruel e imaginativa que yo, eso lo sé, una mujer sola puede sufrir mucho dolor, eso lo sabes tú mejor que yo.

-LILI: pero siempre he estado sola, no conozco otra forma de vivir……….- por fin llegó dónde quería.

-YO: ahora no estás sola, tienes a tu hermana, a mí, a Ana incluso, los del restaurante, todos quieren ayudarte y te ofrecemos oportunidades, pero eso parará si sigues así, la gente no quiere ayudar a quien no deja de defraudarles, tu hermana salió de ese mismo agujero al decirme que su marido la pegaba, daba vergüenza verla suplicar y defenderlo, hasta que decidió dejarme ayudarla, y mírala ahora.

-LILI: pero yo no tengo a nadie, no como ella, no te tengo a ti…….- sonreí al acercarme a ella.

-YO: ¿Por qué no? Estoy aquí, puedo ayudarte, solo has de dejarme - me agarró la mano dejando de llorar, y clavándome su  mirada, con un brillo olvidado.

Dejé que el olor de mi fuerte colonia la inundara para cerrar el círculo teatral, todo había salido perfecto. Demostración de fuerza física, determinación, seguridad, argumentación y convencimiento, yo era su salvación,  su héroe particular. Se levantó del sofá apoyándose en mi mano, y me abrazó fuerte, al separarse me miró fijamente, con una mirada familiar, la misma que vi en los ojos de Eleonor al verse contra el espejo, con el ojo morado de la última paliza de su  ya ex marido.

-LILI: ayúdame - suplicó pasando sus manos por mi fuerte pecho, y mordiéndose el labio.

Desde ese día fui su sombra, tardó 1 semana entera en limpiar su organismo, y tuve que desarmarla una vez, al intentar agredirme viendo como tiraba medio gramo de cocaína al retrete. Pasé 2 noches dormido junto a ella, con la puerta cerrada por fuera. La fase agresiva del mono  fue la más dura, la tenía que agarrar con firmeza y tenerla en la cama unas horas hasta que se le pasaba, sudaba y tiritaba a la vez,   vomitó tanto que llamamos a un medido nos dio unos consejos  adecuados, advirtiendo lo que la pasaba en realidad, eso no era un catarro como le decíamos, era una desintoxicación a lo bestia.

Pasado ese mal trago, comencé a llevarla de ejercicio  por las mañanas, la tenía que dar un sustituto adictivo a las drogas, y el ejercicio era uno ejemplar. La llevaba a clases para prepararse una carrera, y me quedaba hasta acompañarla al salir, luego hacíamos el tonto junto a Eleonor antes de acompañarla al trabajo. Hablé con el gerente que se la folló medio drogada, y con uno de sus cuchillos de carne en la mano, trasteando con él en la encimera, le dije que si la volvía a tocar se lo hundiría en la pierna, y le dejaría decidir en cual de las 3. Me cuidaba mucho de llevarla y recogerla,  y en los días de fiesta era su pareja. Eleonor no demostró  importarla esa atención,  me lo agradecía, Ana no tanto, se moría de celos, y adelantó sus vacaciones a Granada con su familia solo por alejarse de Lili, a la que había cogido cierto asco, y se comportaba muy rara en casa cuando estaban juntas, preferí que Ana se alejara de aquella casa de locos.

 

Liliana y Eleonor - El princiío del final de todo.

El duro trabajo dio sus frutos, los análisis semanales en centros privados salían limpios, a los 3 meses Lili parecía una mujer diferente y nueva, había recuperado algo de peso que perdió devolviéndola un aspecto saludable. Progresivamente, la fui dejando ir y volver sola de trabajo, quedar con gente y salir sin mí, era jugársela pero  tenía que aprender a moverse sola, yo no podía estar siempre a su lado. Respondió perfectamente, incluso a la trampa que le puse, un actor  al que contraté para “gastarla una broma”, según le dije, en realidad le pedí que se animara con ella, y llegando un punto de 2 o 3 copas, la ofreciera drogas, ella las rechazó con algo de dudas, pero salió de allí escopeteada llamándome al móvil para contármelo todo, y que pasara a recogerla en cuanto pudiera. La saludé desde el otro lado de la calle, aún con el móvil en la mano, le presenté al actor, al que saludó abochornada por haberle gritado. Sentí tanto orgullo en su propia mirada, que al abrazarnos un beso en la mejilla rozó nuestros labios por 1º vez, nos miramos fijamente al darnos   cuenta los 2, alzó su cabeza para intentar besarme, y algo en mi interior quería dejarla, pero no estaba allí para eso, así que la separé con cariño, y  se sintió avergonzada de nuevo.

-YO: no te sientas mal, pero no quiero confundirte, no quiero ni busco nada de ti, no necesito que me premies con caricias y besos, soy mayorcito para buscarme eso dónde quiera, bien lo sabes, solo sigue así, demuéstrame a mí,  a todos, y sobretodo a ti, que eres más que un trozo de carne, se fuerte por que quieres y te gusta serlo, no por complacer a los demás.

Mis palabras la tranquilizaron un poco, pero era inevitable, tal como preveía. Lili estaba deseándome, era guapo, corpulento y físicamente un toro bravo, sabía como tenía la polla de grande, me la había visto muchas veces la andar por  casa desnudo, o tiesa de salir del agua de la piscina de follárme a alguna de las otras 2 habitantes de la casa. Lili sabía como follaba, la pillé mirándonos desde el balcón alguna  vez,  y así lo tenía calculado. Y lo  importante, la había rescatado de un  agujero  profundo, y le había dado una vida de verdad, si no se sentía atraída por mí de algún modo, debía de hacérmelo mirar, por que algo fallaba, y no lo hacía, ella estaba enamorada de mí.

Los juegos con Eleonor, a la que acosaba ante la ausencia de Ana, pasaron a ser de dominio público con ella. Ronroneaba como una gatita la estar tumbada en la hamaca y vernos follar a Eleonor y a mí en la piscina, poca a poco se atrevía a más, ir en biquini por la casa, luego top less, y después tomar el sol desnuda, como Eleonor o Ana, y yo mismo iba desnudo. Sus artes de mujer no pasaron desapercibidas para mí, ni Eleonor, que me susurraba que cuando quisiera,  la hiciera mía. Ana me dio su bendición, a regañadientes,   antes de irse, era tan evidente su amor por mí que sabía que pasaría,  tarde o temprano, pero yo tenia una promesa que cumplir.

Lili era demasiado evidente, sus juegos, falsamente inocentes, su forma de moverse y pegarse a mí, o las coincidencias en la ducha, o follando con Eleonor, y ella pasaba por allí, pasó a ser  burda y soez. Se alió con Eleonor montándome pequeñas fiestas lesbianas solo para mí, con ellas 2 pasando de ser hermanas a amantes, supongo que fue idea de Eleonor, para seducirme y poder sobrellevar mejor mi apetito voraz de sexo. Los besos y caricias suaves pasaron a ser masturbaciones con dildos y consoladores enormes, ver como 2 hermanes se comían una a la otra y se bañaban en saliva era  demencial, pero solo follaba con Eleonor, aunque tuviera a Lili delante masturbándose,  o a  la misma Eleonor la comiera el coño, conmigo dándola por el culo.

Jamás tocaba a Lili de forma sensual, tenía una promesa que cumplir. De ahí, ya las insinuaciones y provocaciones fueron directas, atacaba a mi hombría con duras palabras, me buscaba con sus manos y me pedía que la follara de una vez y  que la “traía loca”, me recordaba a Lara, pero con  pasión en sus peticiones. Me la tenía que sacar de encima y de dentro,  una vez me desperté con ella intentando meterse mi rabo empalmado de las mañanas,  o comiéndome  la polla junto a Eleonor, pero la apartaba enseguida y me desquitaba ferozmente con Eleonor. Al final dejé ver a Lili que tenía una promesa que cumplir. Un día, adormilado en el sofá echándome una siesta, solos en casa,  sentí como Lili se me sentaba a horcajadas encima, totalmente desnudos los dos.

-YO: ¿Que haces, loca de las narices? Déjame ya en paz……- la confianza era tal que nos tratábamos así.

-LILI: jamás había conocido a nadie como tú, un hombre de verdad, que da su palabra y la cumple.

-YO: gracias - respondí aletargado.

-LILI: ningún hombre del mundo, después de todo lo que he hecho, seguiría aún sin tocarme, aunque hubieran dado su palabra - sonrío al verme torcer el gesto feliz, al fin había entendido mi postura.

-YO: es cierto, pero ¿Has estado con todos? - reía al hacernos rememorar aquella 1º conversación.

-LILI: juraste por tu honor que no me tocarías……..

-YO: si - llevó su mano a la espalda.

-LILI: ………..que no me tocarías hasta que te amenazara con aquel cuchillo en el cuello para que lo hicieras, bien,  aquí está - puso el cuchillo en mi cuello, dejó caer el peso de su cuerpo sobre mi pecho, rozando con su nariz mi mentón.

-YO: ¿Ya estás lista? - me miró con firmeza.

-LILI: quiero que me folles como el animal que sé que eres, he visto como destrozas a mi pobre hermana, y quiero lo mismo, ya  sabes, pero ahora te lo exijo, hazlo o te corto el puto cuello…… - su amenaza, otrora  real, solo era una burla –…….. bésame - ordenó.

Elevé mi cabeza lo justo para sentir el frío acero sobre mi yugular, ella se retiró un poco, jugando, volví a subir notando aún más presión, se volvió a retirar burlona, acaricié su espalda para apretarla fuerte contra mi para evitar  retiradas, y apuré  ante su mirada de lujuria, viendo como el filo del cuchillo hacía sangre en mi cuello.

Abrió los ojos asustada, pero así mismo la alcance con los labios, el beso nació lento y torpe, ella miraba preocupada de reojo mi cuello, que goteaba alguna gota roja, luego cerró los ojos al notar mi lengua metiéndose en ella, y repitió la acción agarrándome de una mejilla con una mano sin soltar el cuchillo con la otra. Me incorporé, aún a riesgo de hacerme  daño, hasta quedar sentado, ella pasó sus piernas por mi cintura rodeándome con ellas quedando sentada sobre mí, aún con el acero palpando mi cuello. Seguimos  aquel festival de besos largos y pasionales, su lengua era experta y se acomodó rápido a mis ritmos fuertes y sobrios, notando como mi polla crecía descontrolada dando golpes de caballo en su trasero al querer ocupar el mismo espacio que su pelvis.

Bajé mis labios por su cuello, solo al hacerlo se estremeció, que fácil resultó encontrar su zona erógena, lamí y chupé con tanta fuerza que la hice una marca que duró días. Su cintura se movía aprobando ese gesto, casi me masturbaban con sus labios mayores montada,  de cara, en la barra ardiente que ya estaba tiesa como un cirio. Bajé a sus pezones para encontrarme 2 pechos firmes y apetecibles, eran mucho menos atractivos que los de su hermana, y menos grandes que los de Ana, pero eran naturales y estaban a mi alcance, cosa que ninguna de las otras 2, 4 visto de otro modo,  podían decir. Me puse en pie haciendo gala de mi poderío físico con ella subida encima mía, al sentir mi glande apuntado y rozando su coño se erizó, y soltó el cuchillo dejándolo caer al suelo, sonó de forma tan singular que miramos, se había clavado en el suelo, a un palmo de mi pie, rió levemente mirándome a los ojos, disculpándose.

-YO: tranquila, aquí la que va a ser clavada eres tú………- s rió exageradamente, y me besó con tal energía que me podría haber arrancado la cabeza.

Me giré para dejarla caer sobre el reposa brazos del sofá, de espaldas a él, para quedar elevada, se abrió de piernas frotándose entre los muslos después de haberse lamido los dedos. Lili miraba riéndose,  solté una carcajada enorme al darme cuenta, no había caído en que iba a follárme a una mujer que había sido puta en Sudamérica sin protección,  un mes en España pagando las deudas del cerdo, y sin estar seguro de nada, pero parte de su rehabilitación eran análisis continuos en centros privados y todos habían dado negativo, incluso venéreas, un milagro.

Me arrodillé ante ella besando el interior de sus muslos, acariciando el largo de sus  torneadas piernas, mientras ella miraba con ojos ardientes, fui llegando a su sexo, despedía un calor abrasador y un olor a hembra en celo, totalmente rasurado, los labios mayores eran de un tono oscuro, al rozarlos y abrirlos el tono rosado lo invadía todo. Al notar el roce de mis labios en ella, jadeó,  riendo levemente, la delicadeza de mis caricias eran una novedad para ella, sentía que cada paso de mi lengua por su interior, y cada beso tierno, la excitaba un poco más, como si nunca nadie la hubiera tratado de forma tan dulce. Mis dedos y mi lengua se movían al compás, su cintura respondía dando pequeños tirones queriéndose alejar de mí, cuando alcé la vista ella tenía tal cara de asombro y excitación que me sacó una carcajada.

-YO: nunca te lo habían comido antes, ¿Verdad? - me agarró del pelo y me apretó contra su sexo.

-LILI: cállese y siga - sus caricias eran torpes y toscas pero no podía evitarlo, mi lengua experta la estaba penetrando y su clítoris se hinchó hasta casi reventar, si  se lo habían comido antes, eran unos patanes.

Trabajaba  su pubis de forma animada, era un pequeño juego,  ella gemía ya de forma continua al sentir cada lengüetazo, cada succión y cada tirón de los pliegues, sacudía una mano, o ambas, y arqueaba el cuello sobre su espalda, siempre con la boca abierta de par en par, enseñando una dentadura que se balanceaba y que estaba lejos de ser perfecta o cuidada, pero nada desagradable

Se le escapaban sonrisas de asombro entre suspiros, movía su cadera de forma continua queriéndose alejar de mí, pero yo la seguía sin parar, de estar apenas recostada sobre el sofá ya casi estaba sentada,  conmigo chupándole la vida. Subió su cadera haciendo fuerza contra mí, apoyándose solo con la nuca en el sofá, se movía a gran velocidad en todas direcciones tratando de contener la oleadas de placer que la sacudían, y al meterle el primer dedo soltó un sonoro grito de lujuria, que al instante, se tapó la boca queriendo ahogarlo. Llevada por la pasión no se acordaba de que estabamos solos y a nadie la molestarían los gritos. Aún así, se tapaba la boca, la otra mano se posaba en mi cabeza, quería apartarme de ella pero temía que al sentir su palma  parara, y estaba gozando demasiado como para arriesgarse, así que seguía ahogando sus gritos con la mano, salvo cuando le llegaba a poner tan a tono que se aferraba al borde del sofá con ambas y se le escapaban lamentos, rítmicos y seguidos. Mis dedos iban aumentando dentro de ella, en número y en ritmo, ya desatada y gritando rompió en un orgasmo  seco, sin derramar una gota de su interior, moviendo las piernas de forma descontrolada.

Fui subiendo por su cuerpo tembloroso, agitado y a mi merced, me aceptó rodeándome con las piernas para ganar algo de descanso, mientras mi polla palpitaba a lo largo de su vientre. Besé uno de sus senos con suavidad, pero me dirigía a su cuello, solo llegar allí se estremeció, me abrazó la cabeza, susurrando palabras calientes, de las cuales, la mitad no entendí. Notar sus dedos desenredando mis cabellos me calentaba, Lili lamía y mordía mi oreja con suavidad, hablándome y rogándome que la diera sexo. Me agarró  de la mandíbula y me besó con pasión, nuestras lenguas se cruzaron, su melena rubia teñida y rizada estaba pringada de sudor, igual que su cuerpo; Yo no estaba mejor,  pero aún quería hacerla vibrar de deseo, quería parar de golpe y obligarla a chupármela un poco, que se asustara  al tener mi rabo entre las manos.

Me elevé un poco con risa pícara, mientras ella acariciaba mi pecho, fui a alejarme de ella pero me tenía aprisionado con las piernas rodeándome, y de un hábil gesto que me impresionó abrió las caderas y se metió media polla de golpe ella sola, no era nada raro que fuera tan fácil metérsela a una mujer con su pasado, pero desde luego para ella era la 1º vez con un falo así. Su boca volvió a  abrirse queriendo gritar sin emitir un solo sonido, con tal presión que se le hincharon las venas de la frente y casi se le salen los ojos de las cuencas, había entrado bastante, pero a partir de ahí lo tenía tan cerrado como cualquier otra mujer con la que hubiera estado. Aguantamos así un par de segundos, hasta que escupió el aire de sus pulmones para coger oxigeno de nuevo, sus piernas ya no hacían fuerza para retenerme pero me mantuve así, sonriendo, y manoseando uno de sus senos.

-YO: te gusta duro por lo que veo……..- entoné como una provocación.

-LILI: es la verga más grande que sentí nunca………..que regalo…. me arde mi cuquita………..ay si………fóllame duro……… mi amor………..- hablaba entre suspiros amplios, y la di lo que pedía.

Sin pensarlo mucho, deslicé mis brazos por su espalda para elevarla por el aire, me senté en el reposa brazos, y con ella aún empalada, la dejé caer a plomo, la entró toda hasta la fondo, obligándola a sollozar, pero era una mujer fuerte, habría sentido muchas pollas abriéndola, y esa sensación no era diferente, solo  intensa y profunda.

Se movía inquieta sobre mí, abrazada a mi cuello, buscaba apoyos o comodidad pero no había nada a su alcance, ni yo la ayudaba lo más mínimo, sentía una presión deliciosa en el glande, e iba cediendo ante mi ocupación, y si a ella se le ocurría moverse en cualquier forma, sentía un latigazo en su interior. Lili retomaba sus frases susurradas, acariciaba y arañaba mi espalda mientras clamaba por el tamaño descomunal de mi miembro, casi la sentía desvanecerse esos primeros minutos de control, mirando al techo con la garganta hinchada y tensa, casi parecía que mi polla la atravesaba entera y le iba a salir por la boca.

Bajó la cabeza  cuando se sintió  holgada, moviendo ligeramente la pelvis en forma circular, no era ninguna novata y sabía como moverse, sin duda conocía trucos para volver loco a  un hombre y hacer que se viniera pronto. Me besó queriendo tenerme ocupado, mientras mis manos buscaban sus pechos, que entraban en una mano pero no eran pequeños, y lamía sus pezones oscuros, tiesos y rodeados de una aureola diminuta. Besé su cuello para demostrarla que conmigo no sería tan sencillo, la vi retorcerse queriendo hacer fuerza contra mi boca, para negarme acceso, pero era inevitable que se descuidará al notarme moverme dentro, solo con esos besos,  chupetones y el leve roce de mi rabo entero dentro de ella, la provocó un 2º orgasmo mucho más húmedo y caliente, sentía un liquido tibio mojando mi pelvis, y se arqueó tanto la espalda que mordí uno de sus pezones hasta hacerla un poco de daño. Cogió un cojín de forma fugaz y me abofeteó con él.

-LILI: ¡Cucha tu madre! - se apoyó en la cabecera del sofá con una mano, la otra a mi nuca,  mordiéndose el labio hasta casi hacerse sangre, y  se movió para sacarse la polla entera y volver a metérsela.

Bramaba en algo que no parecía ni castellano ni español, volvió a repetirlo una infinidad de veces hasta que ya no era un solo gesto, si no movimiento continuo, que yo acompañaba sus gestos con un ligero vaivén de mis caderas, y tan solo gozaba de sus artes,  escasas pero buenas, a más de uno ya le hubiera sacado su semen cuando llevaba 10 minutos fundiéndose con  mi verga.

Le agarraba una de las piernas para elevarla y así ayudarla a no sostener todo su peso sola, lo agradeció aumentando el ritmo un poco. Su 3º corrida llegó  y esa vez emanó como una fuente, se acarició el clítoris tan rápido que parecía un aspersor de jardín, me manchó hasta le pecho de su liquido, se apresuró a incorporarse, al retomar el aliento,  y lamerme el cuello, el pecho o  el vientre, marcados de los músculos. Fue bajando hasta tener mi polla entre sus manos, la sujetó con firmeza y asombro, besó la punta con el sabor de ella misma, y succionó de forma estudiada cada rincón del glande, supongo que alguien le chivó el truco de no parar de mover las manos masturbando, o ya lo sabía y le fue de cine.

De vez en cuando chupaba y lamía todo el tronco, pero siempre le dedicaba trabajo al glande, le metía apenas 1/3  dentro, no le entraba  sin arcadas, y sin desencajarle la mandíbula.  Era suficiente con la ayuda de sus manos,  y del sexo previo, para correrme. Sin el menor atisbo de asco o repugnancia dejó que la llenara la boca de mi simiente húmeda y caliente, alzó la mirada al acabar, abriendo la boca de forma obvia dejando que viera mi leche en ella, clavándome sus ojos negros,  cerró la boca y de un sonoro ”glup” se tragó todo, sin dejar de masturbar. La cogí de la barbilla para besarla, le gustó mi atrevimiento  y mi nulo asco a mi propio semen, jugamos con nuestras lenguas, mientras una de mis manos se metía entre sus nalgas, rozando su ano, quería ver hasta dónde llegaba, y metí mis dedos con   simplicidad, soltó un leve gemido de placer. Lili se dejaba hacer mientras lamía y besaba la herida de mi cuello, mi sangre reseca había dejado de brotar, pero una ligera cicatriz aún se veía.

Desde luego no era su 1º experiencia anal, ni la 2º,  ni la 134º, mis 4 dedos entraron en su culo con facilidad increíble, tenía las caderas algo anchas, típicas de las sudamericanas, como su hermana. Su mirada se nubló al sentir mi polla creciendo entre sus muslos hasta golpearla en el coño, ella ya sabía que yo con 1 sola corrida no me contentaba, había visto follárme a Eleonor hasta 4 veces seguidas, pero sus experiencias serian distintas con otros hombres,  a muchos con 1 les valdría, si acaso podían llegar al 2º con esfuerzo y mucho trabajo. No era mi caso, en 4 minutos ya estaba tieso como si no hubiera pasado nada.

La cogí de los tobillos al tumbarla boca arriba, la junté las piernas cogiéndolas como si fueran 2 piezas de carne colgadas, pero unidas por su pelvis, acaricié mi glande un poco hasta notar el agujero previo y hundir de golpe casi toda la verga entera, se estremeció de nuevo,  ahora no gritó, solo gozó,  y eso cambiaría pronto. Ya me había demostrado de lo que era capaz ella sola, sacarme una 1 corrida la 1º vez lo consideré un logro, pero se acabó  el juego, y empezó la clase, dudé levemente si sacar a la bestia, pero decidí guardármela para luego, pese a sus mañas, Lili era muy frágil y sensible, era rozar su coño y hacerla temblar. Apenas 20 minutos de sexo real, una comida de coño y ya se había corrido 3 veces, si sacaba a la bestia la hubiera desmayado en menos de media hora.

Así que solo fui metiendo y sacando el rabo de forma amplia y lenta, cada vez que entraba toda, ella daba un saltito con su cuerpo, acariciándose los pechos, notando como el ritmo aumentaba levemente cada pocos minutos. Cuando ya había cierta velocidad sentí un orgasmo en ella, pero lo dejé pasar como si nada, estaba concentrado en disfrutar de aquella mujer, que ahora estaba siendo llevaba al paraíso, se le doblaban las piernas y solo se mantenían rectas por estar colgadas de mi mano. El ritmo ya era fuerte y sonaban mis huevos golpeando en su trasero, sus gemidos volvieron a ser gritos que quería tapar con  la mano, pero al siguiente orgasmo rompió a chillar de forma loca. La solté las piernas bajando un poco la velocidad, y se abrieron como las puertas de un castillo al recibir a su rey, estirada y abierta, me abalancé sobre su cuello, metí mi mano en su nuca entrelazado las falanges con su pelo, hasta que me aferré fuerte a su cabello,  tirando levante de él, y volví a aumentar el ritmo.

Sus manos en mi pecho querían hacer de parapeto,  era inútil, la fuerza y vitalidad de mis penetraciones la hacían regodearse entre gemidos, gritos y susurros, para cuando se corrió de nuevo sus gemidos eran de clemencia, rogaba poner fin a tal demostración, sabía que andaba cerca de mi corrida, por cálculos temporales y  por sensaciones, así que ahora si, la iba a dejar claro que no era ningún borracho folla putas, saqué a la bestia, que ya se relamía a la espera de mi orden.

Fueron 10 minutos, creo, no los conté,  bastante tenía con tener sujeta a Lili, que se movía como pez fuera del agua, daba saltos y brincos, pataleaba de tal manera que pasé una de sus piernas por delante para juntarle las 2 en un lado y apretando contra su cintura, aceleré de nuevo hasta provocarla 2 orgasmos. Casi al finalizar, la saqué se su vagina y apunté a su ano, del tirón entró media polla, Lili gritó, del 2º intento le entró toda, y ya no gritó, se fue al mundo de fantasía al que había mandado a tantas antes que a ella. Lili seguía allí por que se separaba las nalgas para tratar de obtener algo de control,  pero la bestia no tenía piedad, desató un infierno que cada vez que salía de ella tiraba de todo su cuerpo hasta que, al correrme,  casi la había empujado  al borde del sofá. Sentir mi semen cayendo a borbotones en su recto fue lo mejor que le había pasado en todo el día, y puede que en su vida, era el fin del mejor sexo que había tenido hasta ahora, le gustaba duro y había encontrado a un animal salvaje, con un rabo descomunal y  que follaba como un dios. Me levanté con la polla manchada de semen y fluidos, su ano parecía un túnel de metro, y los espasmos involuntarios me sacaban una sonrisa burlona.

Sonó la puerta, y vi a Eleonor entrar, al verme de pie, con la polla medio tiesa y brillando del sudor, con Lili tirada en el sofá sollozando, me dedicó una sonrisa fugaz, antes de abrirse el vestido por detrás y dejarme ver que iba en tanga. Caminó con sensualidad hacia mí.

-ELEONOR: ya la hiciste tuya, ¿Que tal se portó? - me acarició el pecho sudoroso con uno de sus dedos.

-YO: para ser la 1º vez ella sola, nada mal.

-ELEONOR: ¿Cuantas veces te sacó el semen?

-YO: 2, incluso al final le di un poco de mi bestia por el culo, mira que agujero  - abrió los ojos sorprendida, llevándose a la boca el dedo manchado de mi sudor,  chupándolo como si fuera la nata de una tarta.

-ELEONOR: ¿Y quedó algo para mí? Me abrazó por el cuello, con cara de niña triste.

-YO: para ti siempre habrá…….- bajé mi mano por su culo hasta meter mi pulgar entero en su ano, sonrió juguetona, pero al sentir el resto de dedos jugando en su coño me besó con pasión. Poco le importaba que su hermana yaciera medio ida con mi semen cayendo de su ano, tiritando y mirándonos,  perdida.

Me sentó a su lado en el sofá, y me dedicó una buena mamada, metiéndosela hasta  la garganta, su habilidad no era comparable, me la puso tiesa tan deprisa que de la misma energía se subió a horcajadas sobre mí y se empaló toda de golpe. Me dediqué  a sus pezones enormes mientras me cabalgaba como una amazona, su forma de moverse era mucho más erótica y sensual, su larga cabellera a esas alturas, después de dejárselo crecer a mi gusto, me rozaba los huevos al echar la cabeza para atrás al sentir los orgasmos que la llenaban. Me percaté rápido de que ella no era Lili, no tenía que andarme con miramientos, saqué a la bestia, que apenas había podido catar a su presa anterior, y destrocé a Eleonor.

No sé cuanto tiempo, pasaron 2 horas hasta que los 2 terminamos exhaustos, me corrí otras 2 veces con Eleonor, y perdí el número de Eleonor, que permanecía sentada en mi regazo, cruzada de piernas sacando pecho, dando pequeños besos a mi cuello mientras mirábamos como Lili aún jadeaba.

-ELEONOR: no sabes lo afortunada que me siento ahora mismo.

-YO: ¿Por que ahora tengo otro coño que follárme?, ¿Y que sea tu hermana?.....-  solté con sorna - …….como sigáis así voy a terminar muerto antes de los 21 - los cumpliría en unas semanas.

-ELEONOR: por que eres mi hombre, y ahora también el de mi hermana, y yo te haría más feliz si mi dejaras ……..- la miré con ojos  curiosos.

-YO: ¿Tu hombre? Yo soy de Ana - miró al cielo con desdén.

-ELEONOR: ¡Ay papi, ¿Que no te cansas ya de esa mujercita?! Me tienes a mí, y  ahora a mi hermana, ¿Que te da ella que no te pueda dar yo? …… - dejó pasar unos segundos - ……….y piensa en todo lo que te podría dar yo que ella no puede - me sorprendió el atrevimiento de Eleonor, estaba  suelta últimamente, no tan maleable y mojigata, desde que tenia sus escarceos con otros hombres.

-YO: la situación no ha cambiado, por ahora, soy de Ana, y eso ya debería haber  quedado claro, es mi novia, y bastante hace al compartirme con vosotras, no le ha hecho ni pizca de gracia que me pidieras ayuda para enderezar a tu hermana, y menos que tenga que follármela.

-ELEONOR: Ana es una cría, no sabe lo que quiere.

-YO: yo soy de la misma edad…..

-ELEONOR: y tampoco lo sabes, de lo contrario serias solo mío ……– me besó con fuerza -…… follaríamos día y noche, te regalaría todo lo que desearas, puedo comprarte lo que quieras, puedo darte el dinero que quieras,  podemos perdernos por el mundo, como mi hija con su novio, o comprarnos una isla y quedarnos allí para siempre, no tendrías que trabajar nunca, podríamos darle a tu familia tanto dinero que no tendrían que trabajar jamás, vivirían como reyes, todo eso te puedo ofrecer, y lo único que te pido es que yo sea tu mujer, hasta podrás follar con quien quieras, contrataré las mejores putas del mundo para que goces de ellas, pero júrame amor eterno, y te daré todo eso, todo eso y más -  sus palabras eran tan confiadas y guiadas, que el discurso preparado se notó a leguas.

Sin duda, Eleonor llevaba mucho tiempo buscando un hombre que la llenara, y después de meses de decepciones volvió al inicio. Yo, yo era todo lo que quería, la desesperaba no tenerlo, y estar tan cerca de mí,  Eleonor le había pagado el viaje anticipado a Granada y todo a Ana, para tenerme solo para ella, y ahora quería que su hermana ocupara el lugar de ella, y ella misma el de Ana.

La acaricié la cara con suavidad pero en silencio, Eleonor esperaba ansiosa una respuesta, pensaba que estaría  divagando en mi mente, dubitativo ante tal oferta, dinero, regalos, viajes,  sexo y Eleonor, que de por si sola ya era un tesoro. Podía perfectamente decirla que si, y desaparecer de la faz de la tierra, tendríamos tanto dinero que no podríamos gastarlo en 10 vidas, podía tener el final de cuento de hadas que todo hombre sueña en su interior, si, lo hombres también soñamos con una buena mujer, una vida placida y tranquila,  sin preocupaciones. Todo eso lo tenía a mi alcance, desnudo encima de mis piernas, solo tenía que decir un “si”, y ella lo esperaba, pero el tiempo pasaba y de mis labios no salía nada. Su cara fue cambiando, hasta que entre besos y tambaleos, entendió que no habría respuesta.

Podía decirla mil cosas para querer suavizarlo, pero yo amaba a Ana, y no a ella, había visto demasiadas películas,  series y oído canciones, poemas e historias sobre el telón de los siglos, en las que el amor de verdad no se podía cambiar por nada, y lo que sentía por Ana, por raro que suene, era lo más parecido a la felicidad pura que conocía. Además de que Eleonor amaba al hombre que era, a una persona recta, fiel, honrada y determinada, si yo perdía eso, para irme con Eleonor, solo sería otro baboso  en busca de su dinero. Una lágrima cayó por su mejilla, la recogí con dulzura, la besé con cariño, y la senté en el sofá a mi lado. Su rostro irradiaba, odio, furia y tristeza.

-ELEONOR: no es una oferta cualquiera, es única, no se volverá a repetir, ni podrás venir a reclamarla una vez la rechaces, no soy una boba que te esperará siempre, ha de ser aquí y ahora…….- hablaba como una mujer de negocios, las empresas y negocios de su marido la estaban endureciendo el carácter, pero era un farol.

-YO: no es una oferta, pequeña mía, quieres comprar algo,  que no es que no esté a la venta, es que no se puede comprar….. - me sentía estúpido al decirlo -….. no soy algo que puedas comprar, Eleonor,  ni soy un pelele al que puedas engatusar con oros y riquezas.

-ELEONOR: precisamente por eso te las ofrezco, por que no las quieres, eres el único que nunca ha venido a pedirme nada, y cuando te he ofrecido algo lo has rechazado, ¿Que tipo de hombre hace eso? Un buen hombre, tendrás 20 años pero eres mejor hombre de lo que muchos serán jamás, y no quiero perderlo por el coño de una niñata que…….que………- se cayó algo -………que no te merece - sonreí al notar su rabia, la cogí de la mano besando el dorso, arrodillado ante ella.

-YO: ¿Y que  sería de mí si abandonara todo eso, solo por que una mujer me ofrezca  dinero?

-ELEONOR: ¡No soy una cualquiera! Soy yo, y no es dinero, te ofrezco el mundo.

-YO: el orden o la cuantía no cambia el resultado, me estaría vendiendo………- suspiré medio segundo -……. no te amo, y el aprecio que te tengo se desvanece cada vez que continúas insinuando que yo sería capaz de abandonar la realidad, por fea que sea, ante una farsa bonita, no me educaron así.

-ELEONOR: pues te educaron para ser  un imbécil, en este mundo no hay sitio para ser así - soltó con furia, asentí con sorna.

-YO: eso no te lo discuto, pero soy así, y cueste lo que me cueste, lo seguiré siendo…….- la volví a besar la mano, la apartó con brusquedad.

-ELEONOR: ¡Pues ojalá te vaya genial con esa niñata mal criada y tu mierda de vida!..... - se levantó, me abofeteó con fuerza - ……eres un mierda y un desgraciado …..- fue a abofetearme por 2º vez, la paré la mano, sin fuerza ni rastro de ira, solo la miraba esperando que se le pasara el enfado -…….. ella no te merece, no sabes lo que te está haciendo - la miré sonriendo, parecía una rabieta final, a la desesperada.

-YO: lo sé muy bien, Ana me hace feliz, y mientras siga así,  no la dejaré de amar.

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