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El sobrino de mi esposo.

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  Hace dos años, falleció en un accidente mi marido, y a pesar de no tener hijos, mantuve nuestra relación familiar con sus parientes . Es por eso que mi suegra, me pidió albergar a un nieto suyo que vive en Uruguay, por un par de días. Se reuniría con amigos del club de rugby en que jugaban antes de irse de Montevideo  a vivir en Chile, pero como estos muchachos debían venir a la Argentina, se reunirían aquí en Buenos Aires. 

  Un Viernes a la tarde, llegó el muchacho. Realmente me impresionó su presencia. Era simpático, amable y atleticamente buen mozo. Mientras dejaba su equipaje en la habitación me comentó que no se imaginaba que sería tan joven la tía argentina. Me alagaron sus piropos y me contó mientras tomábamos una merienda rápida que se reuniría con los amigos esa noche a cenar . 

  -¿Quiere venir con nosotros, tía ?- me preguntó.

  - Lo haría con gusto. Pero .. ¿para qué iría una mujer casi cuarentona con tres jovenes muchachos ?-pregunté coqueteando y sonriendo.

  -Tía.-dijo seriamente- Con un mujer como Ud a mi lado, estaría luciendome .

  Acepté la invitación y para esa velada, me vestí con un vestido negro de falda corta y espalda descubierta . Unos zapatos de tacón al tono, favorecían mis todavía bien formadas piernas.

El estudio contable que heredé de mi esposo y mi condición de agente de bienes raíces, me permite llevar una vida cómoda y con cierto bienestar económico. Voy tres veces por semana al gimnasio y una a la peluquería. Estos detalles me permiten mantener mi cuerpo firme y busto sin operaciones .Una cabellera abundante y con ejercicios mantengo una cola atractiva que no pasa desapercibida para algunos hombres. No ha surgido la posibilidad de formar una pareja o estar con hombres desde que falleció mi esposo y a pesar de sentir a veces una carencia sexual , lo sobrellevo con alguna masturbación ocacional. 

  Los amigos de Alejandro, el sobrino de mi esposo ,se llaman Bruno y Cesar. Fueron muy amables conmigo y relmente me sentí muy a gusto durante la cena y a la hora de los postres, bebimos champagne para celebrar el encuentro.,

  De regreso en casa, invité a los amigos de Alejandro a tomar un café y una copa antes de irse..Aceptamos la oferta de Cesar de servir las copas , mientras puse algo de música en el equipo y me senté en el centro del sillón de 3 cuerpos y Alejandro y Bruno, lo hicieron en los individuales. La música invadía el amplio living y celebrabamos la velada agradable que habíamos pasado.Yo notaba la mirada de Alejandro y Bruno en mi falda corta y en las lineas de mis hombros. Me alagaba que unos muchachos jovenes y bellos me contemplaran. Me sentía bien siendo observada, cosa que no sentía desde hacía mucho tiempo. 

  - ¿ quiere bailar un poco, tía Daniela ?-dijo Alejandro levantandose y tendiendome su mano. 

  -¡ Qué amable caballero - dije aceptando.

  Bruno y Cesar , que había regresado con las bebidas, contemplaban la escena  y de paso espiában mi espalda desnuda. Girabamos al compás de la tenue música con Alejandro y su mano en mi espalda, me daba un encantador cosquilleo que me erizaba la piel.

  Tanto tiempo sin estar en los brazos de un hombre, me hacían sentir algo especial . No sé si era la bebida, la música o sentir la tibieza de la mano de este hermoso muchacho en mi espalda , pero me sentía encendida y me temblaban las piernas.

 -  Tengo las piernas cansadas- y pedí- permitanme sentarme.

  Lo hice nuevamente en el  centro del sillón grande.

  Alejandro se sentó en la alfombra, junto a mis piernas.

   -Si me permite ,tía Daniela- dijo-le estiro los gemelos con masaje y eso le calmará el cansancio.

  Acarició los musculos de mis piernas y al sentir el contacto de sus manos en mi piel me excitó cada centímetro de mi cuerpo. El rubor me cubría la cara y temblaban mis manos .

  - Por favor -rogué en voz baja- no continúes, Alejandro.

  -Le molesta que le masajeé, tía -murmuró, pero siguió con sus manos en mis piernas.

  - Me gustan los masajes--contesté- pero con el alcohol ingerido, no es recomendable que sigas.

  - Relajese, tía- dijo bajando la voz-se sentirá bien. Déjeme que siga.

   Sus manos me encendían de deseo. Despues de años sin sentir las manos de un macho bello y amable como este muchacho, me parecía flotar en el paraíso. Me olvidé de Bruno y Cesar que estaban presentes y cerré los ojos dejando que siguiera con su tarea.

  Sus manos rozaban mis piernas y el abandono de mi cuerpo con los ojos entornados, posiblemente tambien lo excitaban a él. Lentamente ascendía con sus caricias (yá no eran masajes) , a mis rodillas y casi llegaba a la parte interna de mis piernas.Ascendía por mis muslos y yá mi abandono era total. 

  - Sigue, por favor-dije- me haces sentir muy bien. 

  -Está bien que se sienta así-me dijo al oído- No se niege a sentirse bien. Yo le ayudaré ahora, tía.

  Estaba practicamente tendida contra el respaldo del amplio sillón, a pesar del paroximio que tenía notaba que sus manos tomaban mi trusa y la bajaban por mis piernas. Estaba enajenada de placer al sentirme deseada por este macho viril.  Sentí de pronto como sus labiós besaban mis piernas suavemente y llegaban a mi pelvis. En este momento yá no tenía mas control de mi misma. Tanto tiempo sin sentirme deseada ni tocada por un hombre, me dejaba como fácil presa de este muchacho.

  Sentí su boca buscando mis labios y me entregué con un beso apasionado. nuestras lenguas enfrentadas a la lujuria y a la pasión de besos apasionados y desenfrenados. Con delicada suavidad, bajó mis breteles, y desprendió mi soutien. Su boca absorbía mis pezones con avidez .

  El desenfreno se apoderaba de mí. Ahora su boca lamía mi vagina y buscaba mi clitoris ansiosamente,  mis manos se crispaban sobre el tapizado del sillón y lo ayudé a desprenderse de sus ropas.

  Estábamos ambos desnudos recorriendo con nuestros labios el cuerpo del otro y lamiendo cada centimetro de su piel. De pie, frente al sillón, puso su miembro frente a mi. Erecto y majestuoso se me ofrecía a mi apetencia. No lo deje pasar y sorbí con la lujuría que me impulsaba ese viril miembro joven.

  - Tía, ahora la penetraré- me dijo- y quiero que goce como nunca. Yo estoy en el paraiso del placer y quiero que Ud. haga lo mismo.

  -Cojeme maldito- gritaba estertoramente- quiero sentir tu verga  dentro mío y que me llenes con tu leche. 

  Me penetraba brutalmente .Mis manos apretaban su cuerpo al mío y mis uñas se clavaban en su espalda.

   _[  Dámelo todo .Quiero sentirte dentro mío. -gemí- no pares de cojerme. Por favor . Sigue. Más más.

  La desesperación me ermbargaba. Estaba fuera de mí. Sentir este macho viril encima mío, me hacía acabar en orgasmos continuos ,contenidos mucho tiempo.

  En medio de nuestra lujuría, abrí los ojos y ví que Bruno y Cesar estaban junto al sillón desnudos y con sus miembros enorme y erectos sobandose cada uno por su lado. Bruno se acercó a nosotros y puso su miembro junto a mi boca. 

  -   Chupemelo, señora- dijo- no me deje así. Por favor.

  Tomé su pija enorme con la mano y me la puse en la boca , Se la chupé ,mientras sentí que Cesar me chupaba los pezones y besaba mis pechos. Alejandro seguía con el mete y saca ,llenandome la vagina del semen añorado mucho tiempo.

  Alejandro se separó de mí ,dejando su lugar a Cesar ,quien no dudo en penetrarme violentamente.

  -Tome, señora.-casi gemía- esto le doy ahora yo.

  Y Sentí que acababa chorros de semen dentro mio.Me besaba el cuello y mordía mi espalda. En el Living el olor a sexo se sentía plenamente. Alejandro, estaba tendido en el sillón individual, agotado y extenuado despues de el sexo salvaje que tuvo conmigo.

  Tendidos en la alfombra, quedamos extenuados y satisfechos los cuatro. Despues de tanta abstinencia, me sentía ahora colmada por el semen de estos machos viriles y ellos embargados por la felicidad de haber tenido esta experiencia única.

  Pero no todo había terminado. Sentí a Bruno a mis espaldas que con su mano ensalibada me la pasaba por el ano, humedeciendo su contorno. 

  -¿ Qué quieres ahora, degenerado- dije- es lo que estoy pensando ?

  -Me encantaría hacerlo señora- dijo- esa cola en un manjar de reyes. Permítamelo.

  Despues de tanto sexo desenfrenado, sería tonto negar nada a nadie. Satisfice a Bruno y tambien quisieron algunas cosas más Alejandro y Cesar. 

    Terminamos felices y agotados por la mañana. Luego de desayunar, decidieron marchar juntos y se despidieron con afecto y ternura de mí, agradecidos y con respeto a mi persona a pesar del desenfreno de la noche intensa vivida.

   Los saludé en el portal de mi casa ,besandolos en la mejilla a cada uno , diciendo como despedida:

    - El año proximo- les sonreí - espero que me inviten de nuevo a cenar.

 

                                                                                                  Danino

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