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Lazos con mi Tia

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Si me preguntaban si mi tia me parecia linda, rapidamente contestaba que si, pero jamas imaginé lograr una unión tan fuerte.

El matrimonio de mi tio no atravesaba su mejor momento, a decir verdad con mis primos ya grandes, se abocó a su buena posicion en una gran empresa como Gerente. Razon por la cual desatendio a mi tia, una mujer que no tiene una altura o curvas de adolescente pero si su espiritu de aventura.

Ella ocupaba su tiempo como empleada en el municipio de la ciudad, logre conseguir el interno de su oficina y de manera anonima le expresaba su belleza y la llenaba de palabras dulces... mientras se lo decia de mi lado ma pajeaba imaginandola ya que ella respondia a mis llamados haciendome la cabeza. 

Decidi visitarla un dia que sabia iba a estar sola en su casa. Me recibio de entre casa... Una calzita que apenas cubria su cola y una remera suelta sin sosten que aunque de pechos chicos dejaban ver sus grandes pezones.  

En la charla se dio cuenta que era yo quien la llamaba anonimamente y asumiendo esto comenzo su trabajo de seduccion. Dejo caer a unos metros delante mio el broche que ataba su pelo y agachandose pude ver su culo frente a mi. 

Agachada giro y vio donde miraban mis ojos, bajo su mirada y vio como mi bulto comenzaba a aumentar su tamaño. 

"Te gusto verdad? Hace mucho que nadie me lo demuestra mas que con palabras, y yo no necesito palabras, necesito otra cosa.. " me dijo mientras ya sus manos acariciaban mi bulto. 

Desabrocho mi pantalon y dejo salir mi pene ya totalmente erecto. 

"Esto es lo que yo necesito y tu tio no puede darme... me ayudas?"

No pude terminar de decir que si cuando pude sentir la profundidad de su garganta absorviendo mi pija... 

Arrodillada frente a mi sillon no lo pense dos veces y mis manos fueron a su culo. Las meti por debajo de la calza y note que su tanga estaba mojadita... 

Solo unos segundos despues, si semen lleno su boca. No dejo escapar ni una gota. Se relamio, ato su pelo. me convido cafe y segundos despues mis primos llegaron. Una sonrisa complice fue lo que me regalo al tiempo que nos dijo:

"Quieren que les prepare la merienda? Yo ya merende..."

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