Nuevos relatos publicados: 11

Enamorada de Emilio, me violó su papá...

  • 26
  • 17.610
  • 8,96 (47 Val.)
  • 2

Mi nombre es Alejandra, actualmente tengo 20 años de edad, hace 2 años fui sodomizada por él papá de mí novio.

Conocí a Emilio, poco después de cumplir 16 años, me cortejo durante 3 meses y lo acepte como novio, no olvidare la primera vez que me beso, fue mi primer novio, era un muchacho agradable, varonil, alegre, muy alto, que sabía lo que me gustaba.

Por un tiempo mantuve mis relaciones de noviazgo en secreto, más que nada por la edad de Emilio, 28 años, sabia que mi mamá no aprobaría nuestra relación, a 5 meses de noviazgo, la mamá de una amiga le informo a mi mamá de mi relación con Emilio y se armo la de Troya, obviamente no estaba dispuesta a dejar a Emilio, es más estaba dispuesta a irme de la casa y vivir con él, Emilio desde el primer mes de noviazgo me presionaba sutilmente para que tuviéramos relaciones sexuales, en cierto modo lo deseaba me sentía deslumbrada pero, la verdad era que deseaba llegar virgen al matrimonió, soy nieta e hija de mamas solteras, en cierto modo lo sentía como un estigma, un destino que tarde ó temprano me alcanzaría, no deseaba la misma suerte que mis progenitoras, por lo mismo no deseaba arriesgarme, intuía que si accedía a sus pretensiones sexuales con Emilio, tarde ó temprano quedaría embarazada e intuía que Emilio al encontrarme atractiva e inexperta, en mi despertar a la vida quería aprovecharse de eso y llegado el caso de quedar embarazada no se responsabilizaría de mí.

Obviamente no me fui de la casa y tampoco termine mi relación con Emilio, lo presente a mí mamá y aunque no quedo convencida termino por aceptarnos, pobre de mi madre, el sacrificio que tuvo que hacer, cabe mencionar que mi mamá huso todos los medios para separarme e incluso contrato un abogado, para hacerlo de manera legal, yo amenacé con marcharme de la casa, el amago dio resultado, tuvo que tolerar mi noviazgo con Emilio.

Con el tiempo las cosas se fueron normalizando, nunca tuve sexo con Emilio, dada su edad y experiencia los más que le permití fueron unos deliciosos fajes. "Él hombre llega hasta donde la mujer quiere". Ese era mi lema y trataba de apegarme a el, yo estudiaba Administración de Empresas en la Universidad y deseaba trabajar en un puesto donde pudiera aprender era muy difícil ya que no tenía experiencia y además era menor de edad, en una ocasión de las muchas que Emilio me invito a su casa a reuniones familiares su papá me invito a colaborar en su empresa, la verdad era que el Sr. no me inspiraba confianza y no me gustaba como me miraba siempre había sido así, en varias ocasiones sentía que me desnudaba con la mirada, él Señor me hacía sentirme turbada, yo jamás se lo había expresado a Emilio, la verdad es que aunque sentía mucha confianza con él, también sentía mucha vergüenza ó quizás era mi imaginación, Emilio trabaja con su papá accedí porque la mamá del Señor, que por cierto se deshacía en amabilidad para mí y Emilio, me presionaron para que aceptara la oferta de empleo accedí, 3 días después estaba trabajando el horario que me proporciono el Señor con todas las facilidades para poder continuar estudiando y sobre todo con un sueldo muy atractivo, aclaro que esas no eran mis pretensiones yo solo deseaba obtener experiencia en administración, la empresa del Señor eran que aunque no me gustaba mucho: Una distribuidora de vinos, cantinas, casas de masaje, 1 rancho ganadero, forrajeras y varios negocios más…

Desde mi primer día de trabajo me sentí incómoda, en mi manera de vestir me gustaba ser muy conservadora, me enviaron con una costurera de la empresa y me confecciono un traje sastre y un vestido demasiados atrevidos, "atrevido para mí era demasiado ajustado, como una segunda piel, muy corto, con un escote muy obvió, zapatillas de tacón de estilete", esas eran las políticas para todas las mujeres que trabajaban ahí la verdad era que todas las Secretarías, Contadora, Licenciadas, estaban felices yo era la única que se sentía avergonzada, los únicos hombres de oficina eran Emilio, Juan un hermano y él Señor el trabajo de Emilio era visitar clientes locales y foráneos a lo cual algunas veces tenía que viajar entre 2 y 4 días, Juan era muy raro verlo en la oficina su trabajo era mas que nada de supervisión, él Señor casi todo el día se la pasaba en su privado recibiendo personas, la mayoría de mal talante, desde el primer momento me hablo en doble sentido, lo ignore, no deseaba seguirle el juego y tampoco deseaba enemistarme por una tontería así. Poco antes de terminar mi jornada me mando llamar a su privado, me sentí muy nerviosa, Emilio esa mañana se había ido de viaje, al entrar a su privado me saludo y conteste con cortesía, me senté frente a él Sr. sin dejarme de observarme, el vestido era corto, pero en ese momento sentí como si hubiera encogido más, temí que al sentarme frente al él Sr. me vería mi ropa interior y que decir del escote, dejaba muy poco a la imaginación, lo peor fue que afuera hacía calor, dentro de su privado tenía clima, con el frío mis pezones se me endurecieron y se pusieron erectos, temí que a pesar de mi sostén y el vestido se me notaran, me sentía sofocada, nerviosa, turbada, temerosa.

Fueron apenas unos segundos de silencio su mirada me desnudo y al mirarlo a sus ojos percibí deseo, lujuria, el rubor abrasó mis mejillas, sentí el escalofrío recorriendo mi cuerpo, sentí vergüenza, no lograba coordinar mis ideas, mis pensamientos, sentí enojo pero en medio de mi vergüenza y mi nerviosismo, no me atreví a protestar, él Señor con una sonrisa cargada de ironía, me hablo de mis obligación dentro de su empresa, de las políticas, de que podía confiar en él, de que por ser novia de su hijo y que le gustaría que pronto ingresara al circulo familiar, los privilegios que yo tenía dentro de su empresa, antes de salir yo aún con el rubor lastimando mi rostro, él Señor elogio lo bien que se me veía el vestido, en mi sensual cuerpo, balbuceé algo, no se que y salí, en ese momento deseaba estar a miles de kilómetros de distancia de ahí, los días pasaron, entre la escuela, el trabajo, el acoso visual del papá de mi novio, mi relación de noviazgo con Emilio que a esas alturas estaba muy solidificado estaba segura de que estaba enamorado de mí y su compañía me hacía sobrellevar mis temores…

Un mes después, un Sábado para ser precisa, nos invito a pasar el día la mamá del Señor en su casa, la casa estaba a 50 kilómetros de la ciudad, Emilio tuvo que salir de urgencia para Guadalajara a ver unos clientes, la cita no se cancelo, como yo no sabía conducir él Señor puso a mi disposición a una conductora y un automóvil de la empresa para que me trasladara al lugar, como estaba muy retirado, la señora me invito a pasar unos días en su casa, accedí de buen gusto, la señora me recibió como siempre muy cordial y amable, almorzamos, mientras charlábamos me mostró su casa, que a decir verdad más parecía una hacienda, después de felicitarla por tener una casa tan hermosa me invito una limonada, me estaba platicando que se la regalo su hijo, comencé a ser presa de un sopor y sin darme cuenta me quede dormida.

Desperté y lo primero que vi fue una luz muy intensa en el techo e iluminaba el sofá donde me encontraba, a mi alrededor una oscuridad impenetrable, no se vislumbraba ninguna ventana, fue entonces cuando me di cuenta de las correas que ataban mis muñecas y mis tobillos, también percibí un fuerte olor a puro, era el mismo aroma de los que fumaba el Señor sentí miedo y intente desatarme, justo entonces se escucho un sonido zziiggg… y las correas me jalaron las manos, quede de pie con las manos extendidas y con mis piernas un poco separadas me sentí muy vulnerable, grite desconcertada e intente jalar mis ataduras logre jalarlas un poco, cerré mis piernas, me di cuenta de que no estaba atada con cuerdas sino más bien con una especie de ligas aunque muy resistentes, chille intentando desatarme pero no lo conseguí, justo entonces la luz a mi alrededor fue subiendo de intensidad y frente a mí a unos metros sentado en un mueble al Señor fumando un puro y bebiendo licor, su perversa mirada de deseo y lujuria, le rogué que me soltara, sentí mis lágrimas a punto de aflorar, dije: suélteme maldito desgraciado poco hombre, me observo sin inmutarse, se levanto sin prisa alguna, se acerco a mí, escuche mis latidos en mi sien, de mi pecho sentía que quería salírseme el corazón, sentí un vació en el estomago, un nudo de impotencia abrazo mi garganta, Emilio va a enterarse y lo voy a denunciar, con frialdad dijo: haz lo que tengas que hacer, tú ya eres mía, voy a disfrutar cada minuto contigo, voy a degustar cada milímetro de tú aterciopelada piel ¿sabes qué? va a gustarte mucho, tú necesitas un verdadero hombre y ese hombre voy a ser yo, metete esto en tú hermosa cabecita lo que yo miro y me gusta, lo poseo y pasa a ser de mi propiedad…

Se sitúo frente a mí, con tranquilidad puso sus asquerosas manos en mi cintura, dijo: bésame hermosa niña, lo escupí, le grite maldito sea, él Señor dijo: haz a un lado tú inmadurez y sometete, mira el lugar en donde estas, entrégate a mí por las buenas ó por las malas, de cualquier manera voy a cojerte muy rico, tienes 5 minutos para pensarlo y dicho esto se sentó nuevamente en el mueble observándome con cinismo y frotándose el bulto entre sus piernas.

Fueron los minutos más cortos de mi vida, ore a Dios para que me ayudara, ó que Emilio apareciera y me salvara, quizás se trataba de una pesadilla y de un momento a otro despertaría, pero nada de eso paso y el tiempo se extingo, él Señor sin levantarse dijo: y bien mi virginal niña, que decides, por las buenas ó por las malas. Maldito degenerado esto voy a cobrárselo con creces, lo he de verse pudrirse en la cárcel…

Se levanto y caminando con lentitud a mi alrededor, mirándome y recorriéndome con su perversa mirada, has leído el Marques de Sade, mentalmente recordé que nunca había leído el libro pero si sabía escuchado comentarios de que fue un hombre muy enfermo ó al menos esa era la opinión de muchas personas.

Niña hermosa me da mucho placer que te decidas por la fuerza, porque voy a poseer tú cuerpo, tú voluntad al final también será mía, voy a pervertirte, veras que al final te sentirás enajenada por mí, vas a ser la favorita de mis concubinas, voy a educarte sexualmente, yo seré tú maestro y tú serás mi alumna, hoy seré tú amo y tú eres mi esclava, tú principio básico en la vida será el de proporcionarme todo el placer sexual que yo necesite, hoy comienza el primer día de tú verdadera vida.

Retiro el sofá que estaba detrás de mí, sentí titiritar mis dientes y mi cuerpo, colocándose detrás de mí me, deslizo sus manos en mi cintura, mi estomago y mi vientre, me estrecho contra su cuerpo, Ooohh! Nnnooo por favor, nnnooo aaayyyy! deténgase se lo ruego, aaahhh!, a mi oído dijo: desde que te vi no he dejado de desearte y creeme me cojido a cuanta pinché puta me ha gustado, para olvidarte, pero no he podido, tocando mi trasero con cierta violencia se arrodillo y sentí su cara pegada a mis trasero sobre mi vestido, me mordió ligeramente, llorando dije Ooohh! Nnnooo por favor, nnnooo aaayyyy! deténgase, se puso de pie y se coloco frente a mí, sujeto mis senos sobre mi vestido con sus manos, ejerció presión en mis pezones, yo intentaba jalar mis manos para protegerme, Ooohh! Nnnooo por favor, nnnooo aaayyyy! deténgase se lo ruego, aaahhh!.

Se sentó en un reclinable, y sujetándome de mi trasero puso su rostro en mi vientre sobre mi vestido y me estrecho hacia él, yo intentaba apretar mis piernas, me sentía muy adolorida de mis muslos, de mis rodillas, lo vi aspirar el aroma de mi cuerpo, Ooohh! Nnnooo por favor, nnnooo aaayyyy! deténgase se lo ruego, aaahhh!, mirándome dijo él Sr. que delicioso hueles y que carnes tan firme tienes, voy a gozarte deliciosamente, Ooohh! Nnnooo por favor, nnnooo aaayyyy! deténgase se lo ruego, aaahhh! enseguida se puso de pie se alejo unos metros hacia un mueble de madera.

Regreso con unas tijeras, intuí lo que iba a hacerme, Ooohh! Nnnooo por favor, nnnooo aaayyyy! deténgase, haciendo caso omiso a mis suplicas, me despojo de mi vestido, mi sostén, mis pantimedias, mis zapatillas y todo lo hizo con una desesperante lentitud, advertí que lo hizo con placer, mis suplicas, jadeos, llantos, eran música para sus sentidos, acerco un reclinable y tomando su puro y su bebida, se puso a observarme, primero de frente, hice esfuerzos sobrehumanos por mantener mis piernas apretadas, Ooohh! Nnnooo por favor, nnnooo aaayyyy! deténgase se lo ruego, mi vergüenza me abrazo de rubor, me invadió una humedad involuntaria en mi vagina, sentí que escurría entre mis piernas, mire a él Señor se estaba frotando entre sus piernas, dijo: que deliciosa estas mi virginal niña, veras, mi mamá me contó que aún eres virgen, algo increíble de creer, pero voy a comprobarlo yo mismo en unos instantes, ayudándose con sus piernas movió el reclinable y se ubico detrás de mí, dejando escapar exclamaciones de deseo, dijo: que buen culo tienes, pero ya le ha de llegar su hora, lo has de tener bien apretadito y profundo, va a ser mío, Ooohh! Nnnooo aaayyyy! nnnooo.

Se puso de pie y se coloco frente a mí, tomo mis senos y comenzó un torturante masaje, Ooohh! Nnnooo por favor, nnnooo aaayyyy! deténgase se lo ruego, comenzó a besármelos, chupármelos y a mordisquear mis pezones, deslizo sus manos en mi cuerpo hasta detenerse en mis posaderas, comenzó, a masajearme, frotarme y a separar con violencia mi trasero, sus dedos acariciando mi ano y mi vagina, tenía mis piernas cerradas pero ya no tenía fuerza para apretarlas, me sentía terriblemente fatigada, Ooohh! Nnnooo por favor, ya no, ya no, nnnooo aaayyyy! por favor, deténgase se lo ruego, me levanto hacia arriba con una mano apretando mi posadera y con la otra entre mis posaderas, sujetándome de mis caderas se arrodillo y beso mi ombligo, mi vientre, mis caderas, nos vimos a los ojos, y advertí todo el deseo de poseerme, Ooohh! Nnnooo por favor, ya no, ya no, nnnooo aaayyyy! por favor, deténgase se lo ruego, dirigió su boca a mi bello pubico y comenzó a olerme sentí su boca y lengua, en mi vagina Ooohh! Nnnooo por favor, ya no, ya no, nnnooo aaayyyy! por favor, deténgase se lo ruego, me resultaba horriblemente ser excitada contra mi voluntad, ya no tenía fuerzas para cerrar la piernas, entonces me colgué intentando de esa manera protegerme de sus exploraciones linguales en mi intimidad, se levanto se dirigió al mueble de madera acciono un especie de mecanismo y este me levanto y separo mis piernas, quede en forma de Y invertida, de esa manera, se acerco y comenzó a explorarme minuciosamente, me sentí completamente vulnerable ya no había nada que pudiera hacer para impedir que hurgará en mi intimidad mi único recurso era llorar, implorar y gemir, contra mi voluntad, Ooohh! Nnnooo por favor, ya no, ya no, nnnooo aaayyyy! sus dedos exploraron mi vagina y mirándome a los ojos me deslizo un dedo dentro de mi vagina, aaayyyy! sentí un dolorcito, dijo: increíble aún eres señorita, no te preocupes mi hermosa niña, aún no te he desflorado, la doncellez de tú panocha esta reservada para mi verga, se desnudo frente a mí, cerré mis ojos, dijo: quieres conocer el instrumento de tú violación, la curiosidad me venció, involuntariamente dirigí mi atención a su pené, era muy grande y rígido, como un palo de escoba, Ooohh! Nnnooo por favor, ya no, ya no, nnnooo aaayyyy! por favor no me viole, él Sr. te di la oportunidad de escoger y te chingaste, se acerco y rozándome con su pené en mi vagina, besame apasionadamente en señal de paz y prometo que no te violare pero igual te cogeré, respondí: me das asco maldito degenerado.

Soltó una carcajada, y se alejo al mueble de madera, lo mire con miedo, me sentí angustiada no saber lo que me haría, regreso con una maleta la coloco en una mesa frente a mí, la abrió para que yo viera, había muchas cosas, él Sr. dijo: mira mamita, aquí tengo muchos juguetitos para ti y para mí. Tomando una pluma como de pavo real, de múltiples colores, me la mostró y dijo: a ver mi virginal niña, adivina para que sirve esta pluma, conteste: maldito sea, al rozar mi vagina, sentí las más horribles cosquillas, me pasaba la pluma por todas partes rozándome, torturándome, grite intente con esfuerzos vanos deshacerme de mis ataduras, llore y rogué, después de no se cuanto tiempo, sentí que fueron horas, ya no pude llorar, ya no tenía lágrimas, comencé a sentirme presa de un entumecimiento en todo el cuerpo.

Él Señor se detuvo, me desato y me llevo en sus brazos a una especie de mesa en X doblada, ato mis muñecas al extremo superior y mis tobillos a la parte inferior, únicamente apoyando mi estomago, mis brazos y mis pies, puso una correa de cuero para que apoyara mi frente, me sentí vulgarmente expuesta y vulnerable, mi trasero quedaba más alto que mi tórax, podía levantar parte de mi cuerpo empujando con mis piernas, mis senos colgaban libremente e hizo que me sintiera abochornada, estaba completamente abierta, sentía un desquiciante cosquilleo en mi ano y en mi vagina, supongo que por la vergüenza, él Sr. comenzó a untarme de aceite y al mismo tiempo suministrándome un desquiciante masaje, en mis brazos, en mi cuello, en mi espalda, en mis senos, en mi cintura, en mis posaderas y en medio de ellas, en mi vagina y mis piernas, y comencé a sentirme muy excitada, Ooohh!, aaayyyy!, aaahhh!, su boca mordisqueo mis chamorros, mis muslos, mi trasero, su lengua recorrió mi vagina, Ooohh!, aaayyyy!, aaahhh!, y yo sin poderme defender de sus ofensas, introdujo su lengua dentro de mi vagina, Ooohh!, aaayyyy!, aaahhh!, una de sus manos acariciaba mis senos y la otra mis nalgas e involuntariamente comencé a agitar mi cadera al principio con inseguridad, vergüenza, aferre mis manos de donde estaba atada, apoye mis codos, levante mi tórax , gire mi cabeza para ver a él Sr. que estaba arrodillado detrás de mi, arquee mi cuerpo y comencé a agitar mi cabellera, a jadear, gemir, Ooohh!, aaayyyy!, aaahhh!, los espasmos se adueñaron de mí y comencé a sentir las contracciones en mi vagina acompañado de un hormigueó en todo mi cuerpo, movía mi trasero sin control alguno y fue entonces cuando se detuvo, era como si me hubiera dado cuerda, por unos instantes seguí agitando mi cadera de adelante hacia atrás, pero no me permitió alcanzar el clímax, me sentía muy húmeda, sudorosa, abochornada y caliente, se dejo caer en su sillón frente a mí, mire su rostro y barba estaban húmedas, su cuerpo estaba bañado de sudor, jadeaba con violencia, sus ojos estaban inyectados de lujuria y de deseo, su pené era grande, portentoso, a punto de estallar, por unos instantes desee que me penetrara, de una vez por todas deseaba sentirlo dentro de mí, más al ver mis ataduras, nuevamente afloro en mi el odio, la impotencia, la vergüenza y la repugnancia que sentía por ese hombre 31 años mayor que yo y padre del hombre del cual yo estaba enamorada…

Mamita, eres bien cachonda, creí que me ibas dar batalla, ahora sí me gane un rico y apasionado beso contigo, y acercándose a mí, sacando y moviendo su lengua como víbora, dijo: vamos mamita besame. Lo rechace y dijo: te he dado lo que necesitas, te he tratado de la mejor manera y así me respondes, camino hacia donde tenía la maleta lo seguí con la mirada, nuevamente comencé a sentir miedo, regreso con un especie de látigo en la mano, se sentó frente a mí, dio un golpe con el látigo en el sillón y me asuste, comencé rogar, no por favor, no me pegue, haré todo lo que usted me pida, se puso de pie, paso su mano por mi rostro y deslizándola por todo mi cuerpo, se ubico detrás de mí, dijo: hija te has portado muy mal, papi va a castigarte por tú bien, este látigo es de un material muy especial, no produce corte alguno, pero si mucho dolor y enrojecimiento en la piel, Nnnooo por favor, no, no, nnnooo aaayyyy! por favor, deténgase se lo ruego, el primer latigazo fue muy doloroso, sentí el terrible dolor en mi posaderas, grite, implore, pero el seguía castigándome con el látigo, se detuvo para lamerme violentamente en mi vagina y mi ano se puso de pie y reanudo el castigo con el látigo, perdí la noción del tiempo, entre estímulos linguales a mi vagina, ano y castigo con el látigo, hasta que ya no pude más y perdí el conocimiento, cuando recupere el conocimiento, estaba dándome un masaje donde antes me había castigado, mirándome con ironía y con sarcasmo, dijo: ya despertó mi niña, verdad que vas a portarte bien y hacer lo que papi quiere ó te aplico otra tanda de latigazos. Ya no me castigue, haré lo que usted quiera, continuo masajeándome, deslizo un dedo dentro de mi ano con poca resistencia de mi parte, Nnnooo aaayyyy! nnnooo, nnnooo, me sentí terriblemente avergonzada, humillada y usada, primero fue un dedo, luego me lo hizo con 2 dedos, aaayyyy!, así estuvo por unos instantes, metiéndomelos y sacándomelos muy lentamente, saco sus dedos y me dio una fuertísima nalgada, que hizo arquearme de dolor, se sentó frente a mí retirando un guante plástico de su mano, dijo: tú chiquito, redondo y apretado culito te lo acabo de dejar mi lubricado, ahora si mamacita me gane un beso apasionado contigo. Unió su boca a la mía, no tuve mas remedio que corresponderle, introdujo su lengua y yo se la acaricie con la mía, mordió mis labios, apretó mis senos y comencé a jadear, por momentos el se retiraba y yo lo buscaba, besaba tan rico, yo quería abrazarlo y que el abrazara mi cuerpo, deshaciéndose de mí pasión encendida, le pedí que me desatara, el Sr. dijo: no mamita primero necesito venirme yo en tú boca, acercando su pené a unos centímetros de mi cara, chupamela y dame la paz que tanto necesito, a lo cual hice una mueca de asco e intente alejarme en al medida de mis ataduras, él Sr. dijo: dijiste que ibas a hacer lo que yo quisiera, así que vamos quiero que me des una mamada con tu deliciosa boca, conteste: pero eso no. Él Señor: Ni modo mamita tuviste tu oportunidad. Se sentó en el sillón y lubrico su pené con algo aceitoso, dije: que vas a hacer, él Sr. dijo: adivina mami, déjame darte una ayudadita, es chiquito, redondo y apretado, con miedo respondí: tú quieres matarme, él Sr. dijo: piensa por un momento en las cosas que han salido por ahí, que lo que yo te voy a meter ahora, se puso de pie, comencé a implorar, Nnnooo por favor, no, no, por favor, nnnooo…

Al seguirlo con la mirada y verlo de pie detrás de mi, me sentí completamente indefensa y con miedo y vergüenza, su pene lucía desafiante y rígido como un palo de escoba, tenía miedo que me hiciera daño, la mirada de él Sr. estaba fija en mi trasero, se acerco sus manos me tomaron con violencia de mis muslos, deslizándolas hacia mis posaderas me acerco su pené, al rozarme con su pené en mi trasero, moví mis caderas para defenderme, él Señor coloco sus manos en su cintura acercándoseme, dijo: eso es preciosa incítame la verga con tu maravilloso y cojible culo, me detuve fatigada, sus manos atenazaron mi trasero y empujándome hacia abajo, aaayyyy! nnnooo, Nnnooo por favor, ya no, Ooohh!, me penetro a pesar de la lubricación el dolor fue espantoso, me sentí desmesurablemente profanada, la lubricación fue para que él Señor no batallase en clavarme su pené, conforme me lo fue introduciendo más, más, más y más, hasta sentir que sus testículos golpearon en mi perineo, se dejo caer encima de mí, sus manos se posesionaron de mis senos, dijo: tú culo me pertenece, ya eres mía chiquita, no te resistas, relájate en unos instantes te prometo que el dolor habrá desaparecido, mordisqueo mis orejas, con una mano enrollo mi cabello lamió mi nuca, mi cuello, mis hombros, intente relajarme, me tenía vergonzosamente empalada, mi esfínter protestaba intentando expulsar al intruso en cada contracción involuntaria de mi parte a lo único que me obligaba era sentir la magnitud de su pené alojado, la vergüenza de sentir mi ano terriblemente ensanchado con violencia, me embistió lentamente, su mano izquierda froto mi vagina sin penetrarme, empecé a sentirme muy excitada y aaayyyy! nnnooo puedo, no puedo, aaayyyy!, aaayyyy!, aaayyyy! el primer orgasmo en mi vida, fue violento, delicioso y placentero, provocado por un hombre que aborrecía hasta lo más profundo de mi ser, se acomodo y coloco su brazo derecho a un lado de mi cintura, ligeramente inclinado, y con su otra mano estimulando mi vagina, contra mi voluntad mi cuerpo se adapto al ritmo de sus embestidas, escuche el golpe de mi trasero en su vientre, al chocar nuestros cuerpos con violencia, comencé a experimentar un sinfín de orgasmos a sentir las contracciones de su pené en mi ano, eyaculo dentro de mi cuerpo, al mismo tiempo su mano me estimulo con violencia mi vagina, volví a venirme violentamente, no recuerdo bien lo que paso después, en el momento en que recupere la cordura, nos estábamos besando apasionadamente, al sentir mi esfínter contraerse y sentirme empalada, Ooohh! que me hiciste hacer, yo no quería, desátame por favor, sentía unas ganas terribles de obrar, volvimos a besarnos, sonriendo él Sr. dijo: hermosa niña, me has hecho muy feliz, y se que tu también lo has sido, te has comportado como una verdadera mujer, de buena gana te culearía todo él día, pero debes estar muy cansada y adolorida. Se levanto me la saco muy lentamente, me desato y me ayudo a llegar al baño, hay aquí todo lo necesario para que te ases, iré a hacer lo propio, te espero…

Me sentía muy adolorida de mi cuerpo por haber estado atada tanto tiempo, me senté en el escusado, obviamente no pude obrar, vi que de mi ano escurría un liquido blanco y espeso, supuse que era su esperma, me lave y con mis dedos revise mi adolorido ano y me asuste al sentirlo muy dilatado, temí que así me quedaría para siempre, estaba muy preocupada, estuve en el baño como unos 10 minutos, me sobresalte al escuchar sus toquidos en la puerta, él Sr. dijo: estoy esperando, entraste desnuda, igual debes salir...

Al salir me sentí insegura y avergonzada, vi una habitación al fondo, era una especie de solarium, él Sr. estaba recostado en una cama grande, al mirarnos no pude evitar ruborizarme, me detuve a la entrada me sentía adolorida y temblorosa de mis piernas, intentando cubrir mi desnudez con mis manos e indecisa, él Señor adivinando se levanto y me cargo en sus brazos, me deposito en la cama se recostó a un lado de mí, tome un cojín y me cubrí con el, dijo: te dolió cuando te cojií por detrás. Nuevamente me ruboricé, baje la mirada y conteste: si. Se sentó a la orilla de la cama, me sirvió una copa de champagne frío, jamás lo había probado me supo delicioso me lo bebí completamente, apago mi sed, abrió una bandeja de plata y saco una fresa y la deposito en mi boca, muy deliciosa, me sirvió otra copa, le di un sorbo e iba yo a tomar otra fresa, pero él Sr. no me lo permitió, tomándola él con sus dedos comenzó a jugar con ella en mi boca, siguiéndole el juego con mi lengua acaricie la fresa y sin morderla, chupe la punta de esta, lo hice de una manera deliberada, sonriendo con coquetería y mirando el deseo en sus ojos, quiero creer que en cierto modo el champagne me desinhibió ó quizás por todo lo que me había hecho pasar me había influenciado de alguna manera.

Comencé a sentirme muy cachonda, él Sr. introdujo su dedo medio en mi copa y lo saco con espuma, lo introdujo en mi boca, con mucha vergüenza porque en cierto modo yo comencé a sentir deseo de que me hiciera el amor pero tenía miedo expresárselo, con mis manos tome su mano y comencé con mi boca a jugar como lo hice antes con la fresa, él Señor me retiro el cojín, me quito mi bebida e introdujo su brazo bajo mi cintura y tomando mis senos comenzó a acariciármelos, coloque mis manos en sus hombros, uní mi cuerpo al de él y le ofrecí mi boca entreabierta, unimos nuestros labios, me introdujo su lengua dentro de mi boca y con mi lengua se la acaricie, mordió mis labios, le ofrecí mi cuello, enterré mis dedos en su nuca, él Señor: separa tus piernas. Con vergüenza las separe y se acomodo entre mis piernas, sentir su corpulento y velludo cuerpo encima de mi me hizo sentir muy avergonzada, aaayyyy!, aaayyyy!, aaayyyy!, acaricio mi cuerpo generosamente, sin penetrarme nos unimos, fue enajenante sentir su masculinidad rozándome entre mis piernas, abrazados rodamos por la cama, acariciándonos, mordiéndonos, intercambiando aliento y saliva, con mis manos tome mis senos, él Señor leyó mis pensamientos y me los chupo, que deliciosa experiencia, sin dejar de lamer mi cuerpo se fue deslizando hacía abajo hasta llegar a mi vientre, con su mano jaló mi vello pubico, haciéndome gritar de dolor y de placer al mismo tiempo, apoye mis codos en la cama y me levante un poco para deleitar mi pupila al verlo entre mis piernas, nos miramos le sonreí con deseo y separe más mis piernas, para ofrecerme por voluntad propia, al recordar todo lo que me hizo y lo que estaba por venir, me sentí angustiada, después de todo él Señor era el padre del hombre de quién yo estaba enamorada, me angustiaba no saber que sucedería después de que él papá de mi novio tomara posesión de mi cuerpo y también de mi voluntad, porque la realidad era esa dentro de mí comenzaba sentir algo por él Señor, pero no era el momento para pensar en ello, quizás después, porque ahora al verlo y sentirlo chupando mi clítoris, arquee mi cuerpo, Ooohh!, Sssííi, Ooohh!, Sssííi, Aaahhh!…

Su lengua y boca hurgando en mi vagina, sus manos apretando mi trasero, hicieron que mi mente quedara en blanco, con una mano acaricie su cabeza incitándolo a no detenerse y con la otra acaricie mis senos, desde que experimente el primer orgasmo, me percate de que era multi orgásmica, los sentía como olas recorriendo todos mis puntos nerviosos en mi cuerpo, la mayoría eran ligeros pero después de tener 7 u 8, llegaba uno muy violento, se detuvo y dijo: ahora si mamita te toca a ti, dame una buena mamada, se arrodillo encima de mi a la altura de mis senos, su pené estaba un poco flácido, no como estaba antes de violentarme por detrás, lo acaricie con ambas manos, al instante comenzó a ponerse erecto, me asuste un poquito, dijo: besámelo. Bese su pené con ternura, entreabrí mi boca y lo bese del tallo, lo lamí para probar su sabor, lo lamí con más intensidad, al llegar a la punta nuestras miradas se encontraron, nuevamente no pude evitar ruborizarme, mirándonos dirigí mi boca a la cabeza de su pené, él Señor: quiero tú boca, tus labios y tú lengua, ten mucho cuidado de lastimarme con tus dientes. Con obediencia lo metí en mi boca, él Señor arqueó su cuerpo y dio uno gemido gutural, me sentí muy confundida y avergonzada, intente meterlo todo su pené en mi boca pero, fue imposible, él Señor empujando mi rostro en la cama, se inclino apoyando sus brazos en la cama y ayudándose con sus piernas, me lo metió en mi boca y me embistió deliciosamente en mi boca, acaricie sus muslos, su trasero y su espalda, con una mano retiro su pené de mi boca y coloco sus testículos en mi boca y dejándome caer todo su pené en mi rostro froto su masculinidad en mi rostro, fue muy humillante para mí, me hizo sentir como un objeto sexual, él Señor lo disfruto mucho, levantándose nuevamente se arrodillo encima de mí tomo mis manos, me las puso en mis senos haciéndome que los uniera hacía el centro, colocó su pené entre mis senos y nuevamente apoyando sus manos en la cama me embistió, al empujar hacia mi rostro, lo esperaba y con la punta de mi lengua lo esperaba para lamerlo, después de unos minutos girando todo su cuerpo, me obligo a hacer un 69, giramos en la cama, quede encima de él Señor, fue inolvidable estimularnos oralmente en nuestros órganos reproductores, me empujo y se deshizo de mí, se levanto sonriendo y manipulando su pené con su mano, él Señor: ahora si mamita abre tus piernas, voy a darte una mega cogida, ahora sí vas a conocer a él Sr. Verga y nos ofrecerás la doncellez de tú vagina. Con miedo, inseguridad y vergüenza, me acosté boca arriba y temblando separe mis piernas.

En un instante fugaz, pensé en Emilio, cuantas veces me pidió, precisamente lo que estaba a punto de hacer con su papá, y por miedo a quedar embarazada ó que únicamente me tratara como un objeto sexual, no cedí, algunas veces fantaseé acerca de tener sexo y él hombre de mis fantasías siempre fue Emilio, que extraño era él destino, iba a tener sexo, pero con su papá, no por voluntad propia, la verdad era que ya no lograba discernir la palabra voluntad, la sentía tan hueca tan falsa, orando mentalmente dije: espero que algún día me perdones Emilio, te amo a ti, pero ahora solo deseo estar a tú padre…

Coloco una almohada bajo mi trasero, de mi cintura quede más alta que el resto de mi cuerpo, se arrodillo entre mis piernas, con ambas manos me las separo más y apoyando un brazo a mi costado, comenzó a frotarme con su pené en mi vagina, Aaahhh! aaayyyy!, aaayyyy!, aaayyyy!, espera… por favor… tengo miedo… aún no estoy lista…

Era lógico, era virgen él Señor: pues que jodidos te pasa, quieres que te viole como a una perra. Es que lo tienes muy grande y vas a lastimarme, Mirándome a los ojos, sin escuchar mis temores, aaayyyy!, aaayyyy!, aaayyyy!, me penetro sentí como se deslizo dentro de mí, el dolor fue muy agudo, sentí su pené muy duro, grande y jugoso, volvió a embestirme violentamente un par de ocasiones más, sin dejarme de ver a mis ojos, hasta que su pené quedo completamente alojado dentro de mí, él Señor: ya te chingaste, acostúmbrate mamita, porque a partir de hoy al único que le vas a abrir las piernas es a mí. No permaneció pasivo mucho tiempo, comenzó a embestirme primero con suavidad, escuche los sonidos de sus pené entrando y saliendo de mi vagina, en ese momento no sentía placer, me sentí humillada hasta lo más profundo de mi alma, tenía mis manos en su espalda hacía intentos por relajarme y saber lo que él resto de las personas sentía cuando tenían relaciones sexuales, la verdad era que me sentía ultrajada y avergonzada de que me violara y me disfrutara, sentí sus testículos chocar en mi carne, todo el ímpetu de sus embestidas en mi cuerpo, sin darme cuenta comencé a gemir a mover violentamente mi cadera sin control alguno, enterré mis uñas en su espalda, aún con lágrimas mis ojos se desorbitaron, grite y me vine maravillosamente, cuando termine de sentir esa experiencia tan arrebatadora, me ruborice, me estaba viendo él Señor: estuvo rico. Sin mirarlo, moví mi cabeza en señal de afirmación, me sentía avergonzada conmigo misma y sobre todo que estuviera disfrutándolo, él Señor: acomódate preciosa niña, porque voy a pasar la tarde cogiéndote… lo abrase y me entregue a la lujuria y a la pasión que despertó en mí, no me lo hizo todo él día como dijo, nuestro idilio sexual duro poco más de 2 horas, eyaculo 2 veces dentro de mí y una más en mi boca, al terminar me sentía feliz y relajada, tenía la certeza de que sentía algo por él Señor, ya sabía lo que era estar con él y me había gustado mucho, me sentí angustiada por la posibilidad de quedar embarazada pero, él Señor me comento que 4 años atrás tuvo un accidente en un caballo y quedo estéril, los 2 días que pase ahí con él Señor, pensé mas en sexo que cuando era virgen, y cuanta razón tenía, no solamente se apropio de mi cuerpo, también mi voluntad fue para él….

(8,96)