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La prima de mi madre VI

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La prima de mi madre VI

Cuarto día con Blanca

Primera parte

 

Mire el reloj eran las nueve de la mañana había dormido toda la noche, mire por la ventana volvía a hacer un día de otoño maravilloso con el cielo de un azul intenso sin ninguna nube, sobre las diez baje a desayunar poniéndome unos pantalones cortos que me llegaban hasta las rodillas y una camisa con mangas largas, después de desayunar cogí la prensa y salí al jardín a disfrutar del día tan hermoso que hacia, me senté en una tumbona.

Después de estar un rato leyendo la prensa oí la dulce voz de Blanca que me decía desde la ventana de su habitación: buenos días cariño un día radiante, -todavía con el pijama puesto creo recordar que era azul- si un día verdaderamente radiante le conteste, dentro de unos minutos voy a reunirme contigo, estupendo le dije. Al cabo de unos minutos oí el celestial ruido de los tacones pero esta vez el ruido era distinto como si fuera de una persona llevando unas mules. 

No lo había terminado de pensar cuando apareció Blanca casi se me corta la respiración, iba con un bikini negro clásico que le hacia un cuerpo verdaderamente hermoso y muy atractiva con un albornoz puesto transparente desabrochado que con los andares se le abría y cerraba enseñando sus hermosas piernas y muslos, la braguita del bikini le hacia un encantador trasero muy redondeado, turgente y bonito y por delante se le insinuaba su maravilloso tesoro, el sujetador del bikini que voy a decir, le hacia un hermoso y sugerente pecho resaltando todavía mas sus grandes pechos, enseñando un generoso y maravilloso canalillo, llevaba unas mules de 15 centímetros negras con una pequeña tira de cuero justo para poner los pies destacando sus rojas uñas estilizando todavía mas sus encantadoras piernas, -parecía que tenia los pies bonitos, mas tarde lo comprobaría personalmente- en el brazo izquierdo llevaba una gran toalla blanca y otra mas pequeña y sujetándolo con la mano un gorro para no mojarse el pelo, verdaderamente estaba radiante y esplendía llevando una dulce sonrisa, no había terminado de salir me levante para saludarla y darle un beso en la mejilla ella correspondió dándome otro, vaya le dije, estas hecha una princesa, muchas gracias caballero me dijo, ten cuidado el agua debe estar un poco fría, no te preocupes cariñin estoy acostumbrada, puso las toallas en una tumbona se puso el gorro para no mojarse el pelo seguidamente yo le quite el albornoz que puse junto con las toallas, me permites le dije, le quite las mules que se las puse junto con las otras cosas mientras Blanca me lo agradecía con una sonrisa.

Acto seguido se fue a la piscina con unos andares -aunque solo fueron tres o cuatro pasos- maravillosos y muy sensuales contorneando sus hermosas caderas y su rellenito trasero. Después de estar unos minutos dando unas cuantas brazadas se dispuso a salir de la piscina, yo ya la estaba esperando con la tolla grande al borde de la piscina llevando la mas pequeña en los hombros, junto cuando salio la envolví en la confortable toalla, gracias cariño mio estaba un poquito fría pero esto es bueno no pasa nada, se fue a sentar en una tumbona mientras yo con la toalla mas pequeña termine de secarle la cara quitandole el gorro, tumbate le dije mientras le daba un besito en la frente y la arropaba con la toalla que le había puesto dándome las gracias con una sonrisa, me fui a sus pies, mientras se los secaba me di cuenta que los tenia muy bonitos y muy bien hechos con los dedos en perfecta escala y armonía con las uñas pintadas de rojo todavía los tenia mas hermosos, -les recuerdo que tiene la talla 36 creo que es una talla ideal para una mujer- sabes Blanca le comente, tienes los pies muy bonitos y muy bien hechos y no los tienes castigados por llevar tacones, me los cuido gracias por decírmelo nadie ne lo había dicho nunca, justo cuando hubo terminado de hablar le empece a darle dulces besitos a los pies, que estas haciendo esto si que nadie me lo había hecho, a una princesa ay que besarle los pies le dije, y me fue dando caricias en la cara con sus bonitos pies y yo intentaba besárselos.

Me levante y me fui a sentar a su salo, cariño eres una persona encantadora y tu también le conteste, puedo le dije señalando a las mules, claro me dijo con una dulce voz, me quite los mocasines y me puse las mules volví a sentir aquella maravillosa sensación de placer y al mismo tiempo agradable dando unas cuantas vueltas al jardín y al lado de Blanca mientras ella iba diciendo: maravilloso, fantástico, increíble no me lo puedo creer, pues créeselo princesa, créeselo. Mientras me quitaba las mules y me ponía los mocasines empece a hacerle dulces cosquillas empezando a reírse y a moverse, no no no no me hagas cosquillas por favor mientras iba diciendo, es mi talón de Aquiles, tu talón de Aquiles no sabia que tuvieses un talón de Aquiles le deje de hacerle cosquillas, si dijo todavía riendo, tienes otro talón de Aquiles oculto, si pero no te lo voy a decir por malote me dijo con una sonrisa picarona, bueno tal vez otro día le dije, otro día me dijo, y hablando de talones le dije, tengo otro gran secreto que también nadie lo sabe a ver si lo sabes le pregunte? Cariño, me dijo, me lo pones muy fácil y abriéndose la toalla y señalando sus encantadores y grandes pechos (llevaba los sujetadores del bikini) me dijo: esto te gusta con locura y mucho y te gustaría tener, me has vuelto a derrotar 2 a 0 vuelves a ganar, pero como lo has vuelto a saber le pregunte? recuerda que somos mas listas que vosotros me dijo, no me lo hagas recordar lo se, cuenta le dije, tus ojitos que lo miran todo y que te gustaría tener rayos x, que hombre no desearía tener pechos todos quisieran tener, un poquito de materia gris señalándose con un dedo a la cabeza todo es cuestión de deducción y con estas palabras se levanto poniéndose las mules y el transparente albornoz contorneando sus bonitas caderas y su fantástico trasero, materia gris dije materia gris riendo.

 

Continuará...

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